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El evaluador de proyectos o políticas enfrentan un reto particular al abarcar el análisis de

inversiones en los llamados “sectores sociales": salud, educación, justicia, nutrición y bienestar
familiar. Este reto se presenta por las características de estos sectores, en los cuales se
producen “bienes meritorios” que son generalmente intangibles y no se transan en ningún
mercado. La naturaleza de los beneficios atribuibles a inversiones y prestación de servicios en
estos sectores dificulta el aislamiento del efecto de una determinada actividad o proyecto y la
valoración de dicho intacto. Este artículo recomienda al analista visualizar la cadena del
proyecto social: inversión-acción-resultado-efecto-impacto-mejoría en el bienestar. Dicha
cadena contribuye tanto a la formulación como también a la evaluación del proyecto. Concluye
que para fortalecer estos procesos y la consecuente asignación de recursos, urge

La primera de las evaluaciones, la evaluación ex-ante, surge por la necesidad de

realizar un estudio como manera de “sondeo”, antes de iniciar cualquier proyecto. Esta

fase se enfoca en: priorizar las alternativas, seleccionar opciones, definir escenarios, analizar
resultados y tomar decisiones. Esto con el fin de anticipar, por ejemplo relaciones costo
/beneficio de las inversiones para la sociedad, el mejoramiento en la calidad de vida de la
población (empleo, ingreso, salud, etc.), la atenuación o mitigación del efecto de los resultados
sobre el medio ambiente y los recursos naturales (biodiversidad, recursos genéticos, suelo,
agua, aire, etc.). La evaluación ex-ante está muy relacionada con el establecimiento de la línea
de base, o sea la caracterización cuantitativa y cualitativa de los principales indicadores que se
seleccionan para medir resultados e impactos del proyecto

Por su parte, la evaluación Ex-post corresponde a la verificación del grado de logro de


objetivos y metas formulados en el programa o proyecto y consiste en la medición y
explicación de los resultados acumulados de: Cobertura, focalización, eficacia, eficiencia,
efectos, impacto, relación costo / impacto. En la evaluación ex-post, se utilizan datos reales, a
diferencia de la evaluación ex-ante que utiliza datos de estimación. Dicha evaluación se realiza
mediante indicadores y estos pueden ser de: eficiencia, eficacia, calidad, cobertura de los
resultados, entre otros.

Lo cuantificable del proyecto social

Inversión-acción-resultado
Describe la oferta de servicios y su éxito

Resultado-efecto
Es necesario que se produzcan los resultados deseados

Efecto-impacto
Cundo se trata de analizar el beneficio de cada actividad

Impacto-mejoramiento del bienestar


Bienestar socioeconómico
La evaluación económica difiere de la evaluación financiera que es más comúnmente conocida,
en cuanto al punto de vista (o perspectiva) y al objetivo. Donde una evaluación financiera
procura estimar el rendimiento de un proyecto en términos de recursos monetarios para un
agente específico (la entidad o individuo financiero o ejecutor, por ejemplo), la evaluación
económica intenta medir el rendimiento del proyecto en términos de recursos reales, para la
sociedad como un todo. Más concretamente, la evaluación económica tiene por objetivo la
identificación del impacto de un proyecto sobre el bienestar económico de un país, como un
todo, la cual propone explorar de manera rigurosa y sistemática el cumplimiento de
actividades, el uso de recursos, la entrega de productos o servicios y el logro de cambio
sostenible, de tal forma que el diseño y la gestión de las iniciativas evaluadas se puedan
ajustar, con el fin de asegurar que generen valor para la sociedad. A su vez, la gerencia social
moderna consiste en una gerencia adaptativa de resultados, una gerencia de modificaciones
de condiciones de vida, enfocada en los objetivos que motivaron su propia existencia. Con un
paradigma de gerencia social de esta naturaleza, las iniciativas se juzgan por el cumplimiento
de sus objetivos sociales y los gerentes tienen incentivos naturales para manejar información
sobre el cumplimiento de dichos objetivos. Dependerán de información que evidencia la
creación de valor público para pautar y guiar sus actividades gerenciales

La gestión para el desarrollo social es un campo de acción (o práctica) y un conocimiento


centrado estratégicamente en la promoción del desarrollo social. Su objetivo radica en la
creación de valor público, contribuyendo así a la reducción de la pobreza y la desigualdad, así
como al fortalecimiento de los estados democráticos y la ciudadanía. El presente documento
intenta definir y caracterizar el campo de la Gestión para el Desarrollo Social y proponer un
marco conceptual que brinde orientación a la acción estratégica de la Gestión para el
Desarrollo Social. Consideramos que estos objetivos son relevantes en la medida en que
puedan contribuir a crear conciencia sobre la importancia de las prácticas de gestión eficaces
en la promoción del desarrollo social y al fortalecimiento de esas prácticas. Este texto destaca
la creación de valor público como un elemento central de la Gestión para el Desarrollo
Social. También enfatiza la importancia de trabajar con múltiples actores interesados o
involucrados en promover el desarrollo. Recomienda que la gestión consista en esfuerzos
simultáneos y estratégicos en las áreas de gestión programática, organizativa y política para
lograr la efectividad, lo cual se evidenciará por los impactos en el mejoramiento de la calidad
de vida y las condiciones de vida de la población objetivo.

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