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INFLUENCIA DE LA PRODUCCIÓN NORMATIVA DE LA O.I.

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EL DERECHO NACIONAL
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue creada por el Tratado de Versalles en 1919,
junto con la Sociedad de las Naciones. La creación de la OIT respondía a la toma de conciencia,
después de la Primera Guerra Mundial, de la necesidad de llevar a cabo reformas sociales y
reflejaba la convicción de que estas reformas sólo podían realizarse con éxito en el plano
internacional.

La OIT ha realizado importantes aportes al mundo del trabajo desde sus primeros días. La primera
Conferencia Internacional del Trabajo en Washington en octubre de 1919 adoptó seis Convenios
Internacionales del Trabajo, que se referían a las horas de trabajo en la industria, desempleo,
protección de la maternidad, trabajo nocturno de las mujeres, edad mínima y trabajo nocturno de
los menores en la industria.

Perú, puede decirse, ha sido uno de los miembros incondicionales de la O.I.T., que ha pertenecido
a ella desde su fundación y que ha permanecido dentro de ella a lo largo de toda su actuación.
Por otra parte, los ideales y los propósitos de la Organización han sido siempre los ideales y los
propósitos de todo el pueblo peruano.
Hasta la fecha la OIT ha adoptado 189 convenios; 8 convenios fundamentales, 4 de gobernanza
y 177 convenios técnicos. De los cuales el Perú ha ratificado 74, 66 están en vigor, 7 han sido
denunciados y ninguno ha sido ratificado en el último año.

Del total de convenios ratificados por el Perú, merece mencionar los más fundamentales de la
OIT, que son: Trabajo forzoso, ratificado en 1960, Dispone la eliminación del trabajo forzoso
u obligatorio en todas sus formas; Derecho de sindicación y de negociación colectiva (1964),
Prevé garantías contra los actos de discriminación antisindical y la protección de las
organizaciones de trabajadores y de empleadores; Igualdad de remuneración (1960), Establece
el principio de la igualdad de remuneración y de prestaciones entre las mujeres y los hombres
por un trabajo de igual valor; Abolición del trabajo forzoso (1960) , Prohíbe el uso de toda
forma de trabajo forzoso u obligatorio; Discriminación (empleo y ocupación) (1970), Prevé la
adopción de una política nacional destinada a eliminar toda discriminación en materia de empleo,
formación y condiciones de trabajo; Edad mínima (2002) Tiene por finalidad la abolición del
trabajo infantil y estipula que la edad mínima de admisión al empleo no debe ser inferior a la
edad en que cesa la enseñanza obligatoria; Las peores formas de trabajo infantil (2002), Exige
la adopción de medidas inmediatas y eficaces para garantizar la prohibición y la eliminación de
las peores formas de trabajo infantil; Libertad sindical y protección del derecho de sindicación
(1948), Establece el derecho de todos los trabajadores y empleadores a constituir las
organizaciones que estimen convenientes y a afiliarse a ellas, sin autorización previa, y dispone
una serie de garantías para el libre funcionamiento de tales organizaciones, sin la injerencia de
las autoridades públicas.
La influencia que las normas internacionales han tenido en la producción de leyes nacionales.
Más allá de las ratificaciones de los Convenios Internacionales del Trabajo y algunas
reglamentaciones de los mismos, los documentos de la OIT han sido modelos para la
aprobación de la normativa laboral, tal es el caso de: La jornada laboral; Salario; Igualdad de
trato y oportunidades (No discriminación); Salud y seguridad en el trabajo; Negociación
Colectiva; Seguridad social y Libertad Sindical.
Sin embargo en el 2010 el Perú se convirtió en uno de los primero países con mayor número
de quejas por violación a la libertad sindical.
La situación de los derechos sindicales en el Perú, es complicada toda vez que en el régimen
laboral actual, hace difícil poder constituir una organización sindical, toda vez que los
trabajadores que tienen contrato a plazo indeterminado son pocos.
Además de ello, existen diversos regímenes laborales de carácter especial, cuya característica
principal es otorgar menos derechos y beneficios laborales a los trabajadores. Siendo
necesario señalar que la gran mayoría de trabajadores cerca del 76% de la PEA que está en
planillas se encuentran en algún régimen laboral especial.
Lo más grave es que, incluso, aun cuando se entienda que las reglas del régimen laboral de
la actividad privada resultan aplicables a las microempresa, las posibilidades efectivas de
representación sindical y de negociación colectiva de sus trabajadores e incluso de los
trabajadores de las empresas de entre 10 a 20 trabajadores son en extremo limitadas. Según
la normativa, para conformar un sindicato de empresa se requieren 20 trabajadores, lo que
implica que quienes laboran en empresas con menos de 20 trabajadores no pueden conformar
este tipo de sindicatos.
Las condiciones nacionales resultantes de la aplicación de la legislación nacional relativa a
los derechos de sindicación y negociación colectiva así como la aplicación en la práctica de
una política articulada de menoscabo al ejercicio de estos derechos, impiden u obstaculizan
a un gran número de trabajadores la negociación colectiva de sus condiciones de empleo, sin
que el Estado adopte ninguna medida para modificar o revertir esta situación. En efecto, aun
cuando los convenios de la OIT ratificados y la propia Constitución peruana imponen el deber
estatal de fomento de la negociación colectiva, la normativa nacional vigente sobre relaciones
colectivas e individuales de trabajo y la práctica nacional configuran una situación adversa.

En algunos casos, un importante número de trabajadores no puede hacer efectivo su derecho


de sindicación debido a que la legislación no les reconoce este derecho o porque prestan
servicios al margen de la legalidad o de los registros formales, lo que les impide acceder a la
protección que la Constitución peruana y la legislación laboral otorgan. Por ejemplo, las
normas que regulan la situación laboral de los trabajadores bajo el régimen especial de
fomento previsto para la microempresa, las que regulan el régimen de modalidades
formativas, o las que establecen el contrato administrativo de servicios carecen de
disposiciones que consagren específica y expresamente el derecho de sindicación de estos
trabajadores, lo que en la práctica les impide formar sindicatos y negociar colectivamente sus
condiciones de empleo. Esto constituye una clara violación de los artículos 2 y 11° del
convenio núm. 87 de la OIT y, por consiguiente, del artículo 4° del convenio núm. 98. En
estos últimos casos, a pesar de tener proclamados en la legislación sus derechos de
sindicación y negociación colectiva, los trabajadores no pueden hacer efectivos estos
derechos en la práctica. Además de todo ello, a pesar de las constantes observaciones de los
órganos de control de la OIT, la legislación no contempla un adecuado sistema de protección
de la libertad sindical que impida o sancione los actos antisindicales.
En suma, el escenario configurado por la legislación y la aplicación en la práctica de una
política articulada de menoscabo de los derechos sindicales, así como la ausencia de medidas
estatales dirigidas a revertir este escenario determinan la violación del artículo 11 del
convenio núm. 87 de la OIT en virtud del cual “todo miembro de la OIT se obliga a adoptar
todas las medidas necesarias y apropiadas para garantizar a los trabajadores y a los
empleadores el libre ejercicio del derecho de sindicación”, y del artículo 4° del convenio
núm. 98, que señala que “deberán adoptarse medidas adecuadas a las condiciones nacionales,
cuando ello sea necesario, para estimular y fomentar entre los empleadores y las
organizaciones de empleadores, por una parte, y las organizaciones de trabajadores, por otra,
el pleno desarrollo y uso de procedimientos de negociación voluntaria, con objeto de
reglamentar, por medio de contratos colectivos, las condiciones de empleo”,Las condiciones
nacionales adversas para los derechos de sindicación y negociación colectiva, dan cuenta de
la necesidad de adoptar medidas para garantizar el derecho de sindicación a todos los
trabajadores así como de la necesidad de fomentar la negociación colectiva, obligaciones
centrales de los convenios antes mencionadas que no vienen siendo cumplidas por el Estado
peruano.

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