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Año 19 N° 695 Semana del 20 al 26 de agosto

JESÚS MINISTRA MILAGROS (PARTE II)


Mateo 14, 23-33

1.- OBJETIVO DEL TEMA


Entender la maravillosa naturaleza de la FE, misma que procede de tener la mirada 100%
puesta en Jesús, el autor y consumador de nuestra Fe.

2.- IDEA CLAVE


El miedo paraliza nuestras acciones y es antagonista de la FE, cuando el miedo nos invade
y nos domina se pone cuesta arriba el caminar por FE. La FE actúa en un corazón que a
pesar de las circunstancias difíciles y dolorosas que esté viviendo, está siempre dispuesto a
hacer lo correcto, lo justo y puede obrar en amor de acuerdo al evangelio, pues no ha puesto
su mirada en sus propias limitaciones terrenales ni menos en las de los demás, sino que ha
puesto su mirada en aquel que nunca falla, a quien debemos seguir, amar, servir y en quien
siempre debemos confiar.

3.- ENSEÑANZA
Colosenses 3:1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Todo depende de hacia donde esta nuestra mirada, en el evangelio vemos un Pedro que mientras
caminaba sobre el agua hacia Jesús…..lo miraba, y su caminar era sobrenatural y lleno de Fe,
pero cuando dejo de mirarlo y empezó a ver la fuerza de la tormenta comenzó a hundirse y
ahogarse. Queda claro entonces, donde pongas tu mirada hacia allá irá tu vida.

La lección para nosotros es evidente, cuando hablemos de FE, esta debe aplicarse en aspectos
concretos de nuestra vida, y cuando pensemos sobre hacia donde dirigimos la mirada, debemos
pensarla siempre poniendo la mira en el cielo y no en la tierra solamente. Ahí radica la diferencia
entre todos los planes, proyectos y sueños del común de la gente y la mirada que nosotros -como
hijos de Dios nacidos de nuevo- debemos tener.

La palabra nos dice que tenemos que poner la “mira” en las cosas de arriba (la mira es lo que
tienen las armas arriba, es aquello con lo que apuntas el arma)

La exhortación de Pablo es fundamental, pues si todas nuestras metas son terrenales, y ponemos
la mirada únicamente en estas metas, el día que muramos se acabaron las metas. Pero nosotros
que vamos en una carrera cuyo fin es el cielo, debemos apuntarle al cielo. Por ejemplo, si dices:
“Yo quiero educar bien a mis hijos” (meta terrenal, la “mira” en la tierra), esto concluirá con tus
hijos muy bien instruidos académicamente, quizás con una maestría o un doctorado en su
profesión (excelente!), pero con la mirada correcta con la “mira” en el cielo, tus hijos no
solamente serán grandes profesionales (esta bien que así sea), sino además elegidos por Dios,
servidores del altísimo, lumbreras en este mundo de tinieblas y pescadores de almas para Cristo.
Año 19 N° 695 Semana del 20 al 26 de agosto

No debemos pensar, planificar y vivir únicamente para el día que lleguemos a la tumba, sino para
día que lleguemos al cielo, eso es tener la “mira” bien definida, es por ello, que todo lo que
hagamos en la tierra, debemos hacerlo planeado también para cuando lleguemos allá al cielo, es
decir tu matrimonio, tus hijos, tu carrera, tu trabajo, tu dedicación, tu esfuerzo, tu vida como
ciudadano boliviano.

Cuando hacemos las cosas con la mira puesta en la tierra, siempre estaremos insatisfechos,
siempre pensaremos que nos falta algo y terminaremos hundidos en nuestros miedos y
frustraciones como Pedro.

Una vida muy bien planificada, nunca estará completa sino tenemos la mirada enfocada en las
cosas de arriba, en las cosas que nos hablan de eternidad, de vida en abundancia.

Hebreos 12:2, Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de El procede nuestra fé y El es quien la perfecciona.

Nuestros pies se dirigirán básicamente hacia la dirección que nuestros ojos prefijen ó pregunta:
¿alguien tiene la habilidad de caminar en una dirección mirando en sentido contrario?

Cuando vamos en una carrera de atletismo, o manejando un auto nuestra mirada tiene que ir al
frente, ya que si la desviamos sufriríamos un serio accidente.

La frase “puestos los ojos en Jesús” vienen de su origen “ver”, es decir, que nuestra atención no
debe estar dividida, debemos alejar la mirada de todas las distracciones, con el fin de
contemplar un objetivo final.

Si muestra “mira” esta en la tierra…..siempre diremos "Tengo que ver para creer", pero si tu
mira está en el cielo, mirando a Jesús dirás "Tengo que creer para verlo".

Para vivir una vida llena de FE, seguramente pasarás por dificultades, pruebas, y demás
situaciones que te pueden hacer retroceder, pero cuando pones la “mira” en las cosas de arriba,
en Jesucristo tu Señor va a pasar lo siguiente:

 Si tu mira esta en este mundo, verás al “león que acecha”, pero si tu mira está en
el cielo, verás al “Angel protector de Daniel”.
 Si tu mira esta en este mundo “sólo veras las tormentas”, pero si tu mira está en
el cielo, veras al “Arcoris de Noé”
 Si tu mira esta en este mundo “verás gigantes indestructibles como Goliat”, pero
si tu mira está en el cielo, verás una “piedra y una honda en manos de Dios”.
 Si tu mira esta en este mundo verás “tus faltas y pecado” ”, pero si tu mira está en
el cielo, verás a tu salvador
 Si tu mira esta en este mundo verás enfermedad, pero si tu mira está en el cielo,
verás su Sangre poderosa
Año 19 N° 695 Semana del 20 al 26 de agosto

Si tu mira esta en este mundo verás una tumba, pero si tu mira está en el cielo, verás un
cuerpo glorioso y resucitado

Salmo 34,5 Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados.

Y tu Dónde tienes puesta tu mirada? (reflexionemos por unos minutos)

4. PREGUNTAS PARA COMPARTIR


1. ¿Cómo va tu lectura de los evangelio? A los pastores se les insinúa fraternalmente
ANIMAR en la lectura de los Evangelios.
2. De la lectura, en que verso se habla de la oración?.
3. En función a los datos que nos proporciona la lectura, cuanto tiempo estuvo orando
Jesús en el cerro?
4. En el verso 24, que significa “tener el viento en contra” en nuestra vida?
5. Porqué los discípulos no pudieron ver a Jesús? (v.26)
6. Citemos ejemplos de cuando “miramos” a Jesús y cuando descuidamos la mirada de
nuestro Señor.
7. Algún hermano que pueda testificar sobre algún momento en la vida en que actuamos
como Pedro, primero confiando y luego dudando; y ¿cómo? Jesús lo salvó.

6. CONCLUSIONES

Meditación del Papa Francisco

Pedro con la osadía que le caracteriza le pide casi una prueba: “Señor si eres tú, hazme caminar
hacia ti sobre las aguas”; y Jesús le dice “¡Ven!”. Pedro baja de la barca y pone a caminar sobre
el agua, pero el viento fuerte azota y comienza a hundirse. Entonces grita: “¡Señor, sálvame!”, y
Jesús le tiende la mano y lo levanta. Esta narración es una hermosa imagen de la fe del apóstol
Pedro. En la voz de Jesús que le dice “Ven”, él reconoce el eco del primer encuentro orillas de
aquel mismo lago y en seguida, nuevamente, deja la barca y va hacia el Maestro. ¡Y camina
sobre las aguas! La respuesta confiada y pronta al llamado del Señor hace cumplir siempre cosas
extraordinarias. Jesús ahora mismo nos decía que nosotros somos capaces de hacer milagros con
nuestra fe: la fe en Él, en su palabra, la fe en su amor. En cambio, Pedro comienza a hundirse
cuando quita la mirada de Jesús y se deja influenciar por las circunstancias que lo circundan.
Pero el Señor está siempre allí, y cuando Pedro lo invoca, Jesús lo salva del peligro. En la persona
de Pedro, con sus entusiasmos y debilidades, se describe nuestra fe: siempre frágil y pobre,
inquieta y a pesar de todo victoriosa, la fe del cristiano camina hacia el Señor resucitado, en
medio a las tormentas y peligros del mundo. Es muy importante también la escena final: “Apenas
subieron a la barca en viento cesó. Aquellos que estaban en la barca se postraron delante de Él
diciéndole: '¡Realmente eres el Hijo de Dios!'”. (S.S. Francisco, Ángelus, 10 de agosto de 2014).

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