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Bioética: es la rama de la ética, que se dedica a proveer los principios para la correcta

conducta humana respecto a la vida, tanto en la vida humana como en la no humana.

Los Cuatro Principios de la Bioética

Son esbozos de ideas que dan principio al valor de la dignidad de la persona:

1. Principio de no maleficencia

Este principio ya se formuló en la medicina hipocrática: es decir, ante todo, no hacer daño al
paciente. Se trata de respetar la integridad física y psicológica de la vida humana. Es relevante
ante el avance de la ciencia y la tecnología, porque muchas técnicas pueden acarrear daños o
riesgos. En la evaluación del equilibrio entre daños-beneficios, se puede cometer la falacia de
creer que ambas magnitudes son equivalentes o reducibles a análisis cuantitativo. Un ejemplo
actual sería evaluar el posible daño que pudieran ocasionar organismos genéticamente
manipulados, o el intento de una terapia génica que acarreara consecuencias negativas para el
individuo.

2. Principio de beneficencia

Se trata de la obligación de hacer el bien. Es otro de los principios clásicos hipocráticos.


Actualmente este principio viene matizado por el respeto a la autonomía del paciente, a sus
valores, modo de vivir y deseos.

Este principio positivo de beneficencia no es tan fuerte como el negativo de evitar hacer daño.
No se puede buscar hacer un bien a costa de originar daños: por ejemplo, el "bien" de la
experimentación en humanos (para hacer avanzar la medicina) no se puede hacer sin contar
con el consentimiento de los sujetos, y menos sometiéndolos a riesgos desmedidos o
infligiéndoles daños. Aunque la humanidad tiene un interés en el avance de la ciencia, nadie
puede imponer a otros que se sacrifiquen para tal fin. Matizado de esta manera, el principio de
beneficencia apoya el concepto de innovar y experimentar para lograr beneficios futuros para la
humanidad, y el de ayudar a otros (especialmente a los más desprotegidos) a alcanzar
mayores cuotas de bienestar, salud, cultura, etc., según sus propios intereses y valores.

3. Principio de autonomía o de libertad de decisión

Se puede definir como la obligación de respetar los valores y opciones personales de cada
individuo en aquellas decisiones básicas que le atañen vitalmente. Supone el derecho incluso a
equivocarse a la hora de hacer uno mismo su propia elección. De aquí se deriva el
consentimiento libre e informado de la ética médica actual.

4. Principio de justicia

Consiste en el reparto equitativo de cargas y beneficios en el ámbito del bienestar vital,


evitando la discriminación en el acceso a los recursos sanitarios. Este principio impone límites
al de autonomía, ya que pretende que la autonomía de cada individuo no atente a la vida,
libertad y demás derechos básicos de las otras personas.

Este principio puede plantear conflictos no sólo entre miembros de un mismo país, sino entre
miembros de países diferentes (p. ej., acceso desigual a recursos naturales básicos), e incluso
se habla de justicia para con las generaciones futuras.

Campos asociados a la Bioética y percepción de la misma

Dentro de los campos que regula la bioética se citan:

 La clonación, ya sea de individuos o de órganos, o bien de plantas y animales.


 El aborto de todo tipo.
 La Eugenesia y la Eutanasia.
 Los transplantes de órganos.
 El acceso a los sistemas de salud.
 Uso de la energía nuclear o energía “sucia”.
 La fertilización in Vitro
 Experimentación con nuevos tratamientos o medicamentos.
 Experimentación genética.

Implicaciones de la Bioética en Enfermería

Es preciso imponer siempre un límite a la actuación y decisiones de enfermería en su


interactuación con el usuario y este límite implica el respeto a la libre decisión del paciente, a la
expresión de su personalidad en todos sus aspectos así como ser humano y espiritual. El
usuario tiene derecho a aceptar o rechazar cualquier tratamiento que se le sugiera, y al
profesional de enfermería solo le corresponde explicar y justificar la necesidad del
procedimiento a practicarle y si el caso lo requiere advertir de los riesgos de rechazar el
procedimiento. Pero hasta ahí, el enfermo es el único dueño de su vida y decisiones.

Por ejemplo: ¿es correcto decirle a una mujer embaraza que espera con ansias su primer hijo,
que el resultado de su ultrasonido indica que el embrión presenta serias malformaciones
incompatibles con la vida?, ¿es correcto informarle a un paciente que le quedan pocas
semanas de vida debido a un mal Terminal?, ¿es correcto sugerirle a un usuario que la única
oportunidad de vida que le queda es que acepte un órgano trasplantado cuyo donante es un
animal?, o más aún, ¿es éticamente correcto aceptar que una madre se embarace con el único
fin de lograr células para trasplantárselas a otro hijo que padece de leucemia?

Otro de los dilemas éticos que debemos enfrentar, desde el punto de vista de la sociedad, es el
de la elevada tecnología, al servicio de unos pocos; o bien el incremento de la atención de
extranjeros en detrimento de la capacidad de los servicios de atención. Desafortunadamente
esas son situaciones que prevalecen en los países en vías de desarrollo. Se ha estereotipado a
la medicina moderna uniéndola en gran medida a la tecnología más avanzada, lo que también
ha contribuido a priorizar los gastos en salud concentrándolos en recursos para la red
hospitalaria especializada en los centros urbanos, descuidando las necesidades básicas de las
áreas rurales.

Conclusiones:

 La bioética hoy en día es un tema de preocupación de toda persona que reflexiona sobre el
curso que sigue o que ha tomado la humanidad. Estas reflexiones nos deben impulsar no a
estancar nuestras ideas y conceptos de lo natural y antinatural, sino más bien, a abrir
nuestra mente y percepción hacia el avance, sin que ello amedrente nuestra capacidad de
evolucionar; y sin dejar de lado en ningún momento aquello que es verdaderamente
importante: La Vida en todas sus expresiones.
 Como profesionales en enfermería no solamente estamos relacionados directamente con el
usuario sino también, estamos incluidos en los equipos de investigación, desarrollo, y
planteamiento de nuevas ideas científicas y tecnológicas. Hemos de aprovechar esta
ventaja para defender aquello en lo que creemos, sin permitir que nuestra propia
concepción de lo “bueno y lo malo” estanquen el desarrollo personal y de la humanidad,
pero representando los ideales de ética y moral que nos cualifican.
 La bioética se constituye en estos tiempos en una necesidad: es nuestra obligación
entender y comprender los procesos de continuo cambio que vive el mundo así como
evolucionar con el mismo representando los valores que como profesionales de enfermería
hemos adoptado con la profesión evaluando cada situación en un contexto global, pero sin
dejarnos caer en las garras de la masificación. Esta masificación no tiene ni puede influir en
la atención de calidad que se debe brindar minuto a minuto a los usuarios de los sistemas
de salud sean cuales estos sean, en todo el mundo.
Juramento:

Juro solemnemente ante Dios y en presencia de esta asamblea llevar una vida digna y ejercer
mi profesión honradamente. Me abstendré de todo cuanto sea nocivo o dañino, y no tomare ni
suministrare cualquier substancia o producto que sea perjudicial para la salud. Haré todo lo que
esté a mi alcance para elevar el nivel de la enfermería y considerare como confidencial toda
información que me sea revelada en el ejercicio de mi profesión, así como todos los asuntos
familiares en mis pacientes. Seré una fiel asistente de los médicos y dedicare mi vida al
bienestar de las personas confiadas a mi cuidado.

“JURO por Apolo, médico, por Asclepio, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas
del Olimpo, tomándolos por testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi
conciencia:

TENDRÉ al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis
bienes con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si
fueran mis hermanos y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles nada en
pago. A mis hijos, a los hijos de mi maestro y a los que se obligaran con el juramento que
manda la ley de la Medicina, y a nadie más, les enseñaré los preceptos, las lecciones y la
práctica.

APLICARÉ mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio,
y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni
a nadie le sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un
pesario abortivo.

VIVIRÉ y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que
sufren de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella. Siempre que
entrare en una casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o
injusticia y, en particular, de tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean
libres o esclavos.

GUARDARÉ silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a
la vida de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera
ser vergonzoso si lo supiera la gente.

SI FUERA FIEL a este juramento y no lo violara, que se me conceda gozar de mi vida y de mi


arte, y ser honrado para siempre entre los hombres. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me
suceda lo contrario”

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