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Factores genéticos
Diferentes genes parecen estar involucrados en TEA, se pueden presentar
diferentes patrones de herencia y variantes genéticas. A lo largo de los años se
ha descubierto que individuos con TEA albergan mutaciones raras, que
perjudican el desarrollo neuronal, lo suficiente para ser responsable de la
enfermedad por si mismo. Las variantes de bajo y alto riesgo contribuyen a la
etiología del TEA; una variante de alto riesgo es suficiente para causar la
enfermedad, tal variante ha surgido como una mutación de novo 1 donde los
padres no albergan variantes de riesgo, que caracterizan un patrón monogenico
de herencia. La variante de riesgo moderado, los padres albergan variantes de
riesgo que el niño puede heredar y provocar la enfermedad.
En la mayoría de los casos, no hay signos clínicos que indiquen una alteración
genética especifica. Sin embargo, puede ser parte de los síntomas de un par de
trastornos metabólicos y mono genéticos.
Se configura, por lo tanto, dos grupos: autismo secundario o sindrómico
(vinculado a una causa especifica) y el primario o idiopático. (Alcantud, F, 2013)
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Alteración en un gen que se presenta por primera vez en un miembro de la familia como resultado de una
mutación en una célula germinal (ovulo/espermatozoide) de uno de los progenitores o en el ovulo
fertilizado
Trastorno puro con posible comorbilidad Asociado a otras manifestaciones propias de la
enfermedad subyacente
Base genética según el modelo de los TDN En muchos casos se conoce la base genética
Pronóstico muy variable Pronostico determinado por la enfermedad base
Ausencia de marcadores etiológicos Puede haber marcadores biológicos del
trastorno base
Predominio en sexo masculino Predominio determinado por el trastorno
primario
Ausencia de discapacidad intelectual en más de Discapacidad intelectual casi constante
un 30/100
Amplio espectro de gravedad Predominan casos graves
Nota. Recuperado de “Bases biológicas de los trastornos del espectro autista: Detección,
diagnostico e intervención temprana” de Alcantud, F., 2013, p. 37, México: Pirámide
o Síndrome de Angelman
Se le atribuye a una alteración en la función del gen UBE3A, de acuerdo con
Balbuena, F (2015) algunos estudios sugieren que desempaña algún papel
en la plasticidad cerebral, siendo tal gen responsable de codificar E6-AP
ubiquintinproteinligasa, puesto que el gen UBE3A se localiza en las sinapsis,
de acuerdo con Yashiro, 2009 (citado en Alcantud, 2013) se cree que está
involucrado en la plasticidad cerebral
Se caracteriza por una discapacidad intelectual, trastorno motor, rasgos
físicos característicos y patrón conductual típico, alteraciones cognitivas, risa
incontrolada y desproporcionada.
Afecta por igual a hombres y mujeres. Tiene similitud con el SPW, sin
embargo, la alteración ocurre el alelo de procedencia materna.
o Síndrome de Rett
Se origina por una mutación del gen MeCP2 ubicado en el brazo largo del
cromosoma X (Xq28), es encargado de codificar una proteína inhibidora de
otras genes, que deben dejar de actuar sincronizadamente, para que puede
regularse el desarrollo cerebral; al no suceder esto, alcanzados los 18 meses
de vida extrauterina, movimientos estereotipados, marcha atáxica las
habilidades cognitivas y motoras, como son el equilibrio, la coordinación y
movimientos propositivos de manos se van perdiendo progresivamente,
aparece un leve temblor de manos, sobre todo movimientos estereotipados
consistentes en actividad similar al el lavado de manos o llevarse las manos
a la boca, por lo que el patrón cognitivo-conductual acaba asemejándose al
del TEA, dada la incapacidad comunicativa y no interacción social.
Afecta casi exclusivamente a mujeres, pues la ausencia de una copia del
MeCP2 es letal para el feto masculino antes del nacimiento
Estructura Cerebral
Courchesne, Redcay y Kennedy, 2004 (citado por Heflin y Delfino, 2006) notaron
que los niños con autismo su cabeza tenía una circunferencia pequeña al nacer,
con un periodo de crecimiento rápido entre los 6 y 14 meses de edad, de acuerdo
con Filipek, 1992, el rápido crecimiento parece afectar un desproporcionado
volumen de la materia blanca en relación con la materia gris, que conecta el
cerebro con otras áreas del cerebro, lo cual impide la conectividad
interhemisferica dificultado la interacción del menor con su entorno; se cree que
esto se puede deber a problemas inmunológicos, genes o la exposición a
toxinas.
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Lugar específico del cromosoma donde está localizado un gen o una secuencia de ADN, como su dirección
genética
De acuerdo con Heflin y Delfino, 2006, varias estructuras cerebrales han sido
examinadas para determinar las diferencias que existen entre individuos con
TEA. Entre las cuales se encuentran
-Tronco cerebral. Controla funciones básicas como son la respiración,
alimentación, equilibrio, reflejos y coordinación motora, así como la vigilia,
sueño, excitación, arousal, atención, ayuda a regular la información sensorial.
Los niños con autismo conservaron reflejos primitivos por mayor tiempo que los
niños con desarrollo típico, experimentan trastornos del sueño, reaccionaron de
manera diferente ante estímulos sensoriales, Los primeros estudios del
nistagmo sugirieron estas diferencias, se evaluó el giro rápido de los ojos y luego
se detuvieron de repente; los individuos con un desarrollo típico el giro de los
ojos produjo un rebote lateral de los ojos, pero en el caso de los sujetos con
autismo, sus ojos no rebotaban al giro.
-Sistema límbico, incluye el hipocampo y la amígdala, se encarga de aspectos
del comportamiento social y emocional, permite a los individuos recoger
información psicológica, significado de eventos, influencias de impulso,
motivación y afecto. De acuerdo con Kimbe, Roberts, Dember y Brodwick, 1962,
citado en Heflin y Florino, 2006) algunos animales con lesiones en el sistema
límbico se vuelven demasiado sensibles al tacto, cambios de temperatura, luz y
sonido. Lesiones en la amígdala en monos adulto, demuestran una pérdida del
apetito sexual, examen indiscriminado compulsivo de objetos y capacidad
reducida de dar sentido a eventos, también presentan memoria asociativa
multimodal, es decir tiene dificultad para reconocer de vista algo previamente
tocado o probado, lo que se reduce en una capacidad limitada para generalizar.
La inhabilidad para generalizar afecta el desarrollo de la memoria
representacional, involucra modalidades sensoriales y media el procesamiento
de hechos, experiencias y eventos; esta se desarrolla a medida que los circuitos
neuronales maduran, pero parece ser anormal en personas con TEA.
La memoria de habito, parece no ser anormal en niños con TEA, ocurre con la
presentación repetirá de los mismos estímulos y permite conexione automáticas
entre estímulos y respuestas esperadas; permite a los individuos memorizar
hechos o adquirir habilidades especializadas en áreas de interés.
El sistema límbico apoya la preferencia de los bebés por cualquier rostro
humano, cosa que no ocurre con bebés identificados con TEA, tiene a mostrar
interés por objetos. A partir de los 8 meses los niños con un desarrollo tipo
muestran preferencia por la cara de su madre, son capaces de discriminan entre
caras de personas que conocen y de las que no; en algunos niños con TEA se
ha encontrado que no muestran respuesta diferenciad a la voz de su madre
sobre la de un extraño, lo que puede disminuir el desarrollo de la emoción y el
apego, aunque se ha encontrado que entre los 3-5 años muestran preferencia y
vinculación con sus cuidadores (Dawson, 2002, citado en Heflin y Florino, 2006)
-Cerebro. Hallazgos inusuales en tomografías computarizadas sugiere la
presencia de déficit en el procesamiento del hemisferio izquierdo, la cual puede
inferir con la integración de varios sistemas del cerebro (Heflin y Florino, 2006).
De acuerdo con Rinhar, Bradshaw, Bretn y Tonge, 2002 (citado en Heflin y
Florino, 2006) algunas observaciones del comportamiento sugieren que
personas con autismo tiene déficits en hemisferio izquierdo debido a problemas
del habla, mientras que personas con síndrome de Asperger, tiene dificultades
en el hemisferio derecho, por ello es por lo que tiene el área del lenguaje
relativamente intacto (en comparación con otras personas con autismo)
-Cerebelo. Se ha encontrado diferencias de tamaño en el cerebelo de individuos
con autismo; este se encarga del a regulación de la emoción y pensamientos de
nivel superior, tiene un papel importante en el aprendizaje de asociaciones que
permiten a los sujetos anticiparse y prepararse para próximos eventos.
Individuos con TEA carecen de aprendizaje asociativo, sin embargo, sus
asociaciones se consideran inusuales. (Heflin y Florino, 2006).
A medida que un individuo desarrolla asociaciones y aumenta la predictibilidad
puede centrar su atención en otra parte, sin embargo, en personas con TEA si
se altera sus rutinas, es difícil para ellos predecir que es lo que sucederá
después, debe de concentrarse en tratar de determinar eso
El cerebelo en algunos individuos con autismo es 20-30% más pequeño que el
de los individuos sin autismo, y tiene menos células Purkinje (la cual se encarga
del sistema de filtrado), Sin un sistema de filtrado, toda la información sensorial
que percibe es vuele intensa y relevante.
Factores ambientales
De acuerdo con Joshi,I. Percy, M y Brown, I (s.f) diversas investigaciones
han expuesto que existen varios tipos de factores ambientales que son
factores de riesgo para el autismo, los cuales se clasifican en:
Factores pre, peri y posnatales
Prenatal, de acuerdo con diversos estudios, el ambiente uterino
resultante de infecciones bacterianas y virales son un factor de riesgo
para varios trastornos neuropsiquiátricos, en donde la activación
inmune de la madre juega un papel importante en la perturbación del
neurodesarrollo. También se encuentra la exposición al tabaco
(fumadora pasiva/activa). La diabetes gestional se asocia con
crecimiento fetal alterado y aumento de complicaciones en el
embarazo, los efectos en el cerebro puede ser consecuencia del
aumento del estrés oxidativo fetal uterino y cambios epigenéticos de
la expresión de varios genes. Hipertensión, hipotensión y amenaza de
aborto, se relacionan con perdida fetal, resultados adversos en el
lactante como prematuridad, retraso del crecimiento intrauterino,
nacimiento inanimado y muerte neonatal que indica sufrimiento fetal.
Así mismo, hipoxia fetal induce a desprendimiento de la placenta,
parto prematuro, cesare de emergencia, parto con fórceps, aborto
espontáneo y diversos grados de daño cerebral.
El TEA se relaciona con angustia fetal, privación de oxigeno que
podría dañar regiones vulnerables del cerebro (ganglios basales,
hipocampo, ventrículos laterales)
Perinatal, las complicaciones que ocurre durante el trabajo de parto
afectan el neurodesarrollo del feo y del bebé en etapas posteriores,
contribuyen al riesgo de TEA. El largo trabajo de parto y prematuridad,
se cree que esto puede provocar sufrimiento fetal y asfixia, lo que
puede ocasionar daño cerebral. Exposición al ácido valproico o
talidomida en etapas muy tempranas del embarazo, anoxia/asfixia pre
o perinatal. De acuerdo con Simon y Morley, 2002 (citado en Joshi,
Percy y Brown s.f) en la asfixia perinatal, se tiene la hipótesis de que,
al momento de cortar el cordón umbilical inmediatamente después del
parto, sin que tome su primer alienta, puede provocar TEA; también
se ha asociado con la envoltura del cordón umbilical alrededor del
cuello del bebé al nacer
Postanal, se relaciona con infecciones urinarias y respiratorias, esto
se explica por la liberación de citoquinas como respuestas
inmunitaritas del bebe a estas infecciones, afectan la proliferación y
diferenciación de las células neurales. Rosenhall, U. Nordin, V.
Sandström M, Ahlsén G, Gillberg C, 1999 (citado en Hadjkacem, I.
Ayadi, H. Turki, M. Yaich, S. Khemekhem, K. Walha, A. Cherif, L.
Moalla, Y. y Ghribi, F, 2016) menciona que déficit sensorial tiene una
prevalencia en el autismo diez veces más que en la población general
Un estudio realizado en 2016 en la Universidad de Sfax en Túnez pretendía
determinar la influencia de factores pre, peri y posnatales en el trastorno del
espectro autista. Se conto con la participación de 101 niños divididos en dos grupos,
el primero grupo se componía de 50 niños autistas (diagnosticados a partir de los
criterios del DSM-V) y el segundo por 51 niños no autistas (hermanos del primero
grupo), cuyas edades oscilaban entre 3-12 años. Se utilizo el CARS, el cual mide la
intensidad de los síntomas del TEA, se evalúan 14 áreas funcionales asignado un
puntaje de 1-4 puntos, también se aplicó un cuestionario a los padres para conocer
la historia clínica de los menores, con una combinación de preguntas abiertas y
cerradas sobre el embarazo, trabajo de parto y complicaciones durante y después
del nacimiento, se recopilo información de registros medios y libros de nacimiento
médicos. Las variables se diseñaron de acuerdo con los factores de riesgo del TEA
encontrados en literatura, se tomaron en cuenta factores parentales, características
pre, peri y posnatales.
De acuerdo con los resultados obtenidos, ningún factor del periodo prenatal fue
considerablemente significativo como factor de riesgo para el TEA, de acuerdo con
la literatura algunos de estos factores se asocian con el autismo, Hadjkacem, I.
Ayadi, H. Turki, M. Yaich, S. Khemekhem, K. Walha, A. Cherif, L. Moalla, Y. y Ghribi,
F, (2016) consideran que se deben considerar como factores de riesgo potenciales,
así como eventos perinatales y posnatales.
Los factores prenatales, perinatales y postnatales deben considerarse en el sentido
más amplio: eventos del entorno fetal, neonatal e infantil podrían interactuar o
contribuir en combinación con otros cofactores (ambientales y genéticos, entre
otros) para caracterizar el TEA. Las puntuaciones indican que, en lugar de centrarse
en un solo factor, los estudios futuros deberían investigar la combinación de varios
factores. (Hadjkacem, I. Ayadi, H. Turki, M. Yaich, S. Khemekhem, K. Walha, A.
Cherif, L. Moalla, Y. y Ghribi, F, 2016)
REFERENCIAS
Griesi-Oliveira, Karina, & Sertié, Andréa Laurato. (2017). Autism spectrum disorders:
an updated guide for genetic counseling. Einstein (São Paulo), 15(2), 233-
238. https://dx.doi.org/10.1590/s1679-45082017rb4020
Balbuena, F. (2015). Etiologia del autismo: el continuo idiopático-sindrómico como
tentativa expliccativa. Revista Chilena de Neuropsiquiatría 53 (4) 269-276.
http://www.sonepsyn.cl/revneuro/octubre_diciembre_2015/Neuro_Psiq_4_2015.pdf
Alcantud, F. (2013). Trastorno del espectro autista: detección, diagnostico e
intervención temprana. México: Piramide.
Heflin, L. Florino, D. (2006). Students with autism sprectrum disroder. EU:Pearson
Joshi, I. Percy, M. Brown, I. (s.f). Advances in Understanding Causes of Autism and
Effective Intervention. Recuperado de http://oadd.org/wp-
content/uploads/2016/12/art1Joshi.pdf
Hadjkacem I, Ayadi H, Turki M, Yaich S, Khemekhem K, Walha A, et al.
Prenatal, perinatal and postnatal factors associated with autism spectrum
disorder. J Pediatr (Rio J). 2016;92:595-601