Reporte de lectura IV Luis Abel Bastida Medina

Al rededor de los años 70 ocurre un cambio de paradigmas en el ejercicio de la política de estado. Esta

vez, los gobiernos latinoamericanos pusieron en tela de juicio la posibilidad de orientar sus gobiernos

al socialismo, esto estuvo enmarcado en un contexto de tensión donde imperaban los gobiernos de

izquierda, tales como el de Salvador Allende en Chile o Velazco Alvarado en el caso peruano.

En otros casos, la vía existente de un gobierno nacional revolucionario dirigido por el mando

militar fue una realidad que poco a poco fue ganando terreno. Este acontecimiento se vio ligado a que,

en la mayoría de los casos, el ejercito estaba compuesto por sujetos provenientes de estratos sociales

considerados “populares” y sectores de la sociedad “medios bajos”. La discursividad que manejaban

estos gobiernos, estaba ligada a la necesidad de resolver los conflictos que las guerrillas acarreaban y

para esto fue necesario remover a las viejas oligarquías que ocupaban el gobierno central.

Entre otras cosas se buscaba una cierta seguridad nacional con base popular. Esto se logró

nacionalizando las industrias nacionales y otorgando al estado la concesión de regular el sector

productivo. Al mismo tiempo que la política exterior se tornaba notablemente distanciada de

polarizaciones políticas (entre EUA y la URSS) la inversión al sector público aumentaba.

Así pues, surgieron dos vertientes de resistencia, uno ejercido por la sociedad civil y otro por

los partidos políticos de izquierda más radical. Aunque la izquierda proponía una revolución cruenta,

estos intentos nunca se concretaron. Llegó después, un periodo en donde imperaban los gobiernos

militares, pero ahora de derecha. Los intentos por girar hacia la izquierda habían sido desplazados por

complots encubiertos por estados unidos o a veces no tan encubiertos. Como señala la lectura, realmente

los cambios que propició este tipo de gobierno (el de los reformismos militares) fueron fugaces si no es

que volátiles. Al cabo de un tiempo las reglas del juego volvieron a ser las mismas.