31 de octubre al 6 de noviembre de 2010 ev: 25

Homilía de Monseñor Roberto Octavio González Nieves,

con ocasión de la Misa de Acción de Gracias
por el rescate exitoso de los mineros en Chile
San Juan

Queridos hermanos y hermanas:
Nos reunimos en esta tarde de hoy
para invocar el Santo Nombre de Dios,
Señor y autor de la vida humana en ac-
ción de gracias por el exitoso rescate de
33 seres humanos; 33 mineros que estu-
vieron en la entrañas de la tierra, unos por
69 días y otros por 70 días.
Estos mineros estuvieron atrapados
en una mina experimentando la más
aguda e intensa angustia, temor e incer-
tidumbre sin certeza del destino de sus
por las diócesis
su poder creador, dotó al ser humano
de una capacidad creativa. Gracias a ello,
se utilizó la tecnología necesaria para
establecer comunicación y cavar la roca.
Dicho sea de paso, el responsable de los
trabajos de perforar la roca es un fiel laico
que será ordenado diácono permanente
en febrero de 2011.
•Damos gracias a Dios por la valentía
de los rescatistas.
•Damos gracias a Dios por la fe del
pueblo chileno que hemos visto a través
en una cueva por 69 días (70). Allí, pudie-
ron conocerse, compadecerse, compartir
y conocer el amor de muchas personas,
incluso, desconocidas para ello. La cueva
es también lugar de evangelización. En la
cueva de Belén Dios se manifestó a no-
sotros en la pobreza de un recién nacido
necesitado de todo. En la cueva de Belén,
el Salvador nació en la noche, en medio
de la oscuridad, del silencio y de la pobre-
za. En la cueva de Belén. “El pueblo que
andaba a oscuras vio una gran luz. Sobre
los que vivían en tierra de sombras brilló
es capaz. Esa cueva en Chile es como un
vientre del cual brotó vida humana y vida
espiritual. En la cueva del sepulcro de Je-
rusalén, Jesús triunfó sobre la muerte y el
pecado demostrándonos la victoria de la
vida plena y el amor.
La fe en Jesús, la fe en la providencia
divina, la fe en la misericordia de Dios, le
dio esperanza a los mineros y a sus fami-
liares ante la adversidad. Así debe ser con
nosotros y nosotras.
Finalmente pedimos al Todopode-

vidas. A los 17 días, se supo que estaban
con vida y permanecieron por otros 52 en
lo que fueron rescatados, todos, con vida.
Por ello, queremos dar gracias a Dios:
•Damos gracias a Dios por la forta-
leza espiritual entre ellos y el espíritu de
fraternidad que prevaleció en la mina.
Recordemos que con la poca comida que
tenían, sólo consumían alimentos cada
48 horas con el fin de rendirla hasta el
máximo.
•Damos gracias a Dios porque en esa
cueva crearon una pequeña capilla en la
que oraban.
•Damos gracias a Dios porque en
esas circunstancias, ellos se consolaban,
se animaban. Sólo ellos conocen el nivel
de angustia y desesperación que se pa-
deció allí.
•Damos gracias a Dios porque luego
de 17 días de encierro total, se pudo es-
tablecer contacto con ellos desde la su-
perficie con sus familiares y el resto de sus
compatriotas.
•Damos gracias a Dios porque des-
de el primer momento del derrumbe,
cuando no se sabían que estaban vivos,
sus familias y seres queridos formaron un
campamento, La Esperanza, dando testi-
monio de esperanza en Dios.
•Damos gracias a Dios por el respe-
to profundo demostrado por la nación
chilena hacia la vida humana. No los
abandonaron, no escatimaron recursos y
esfuerzos. Manifestaron que para ellos la
vida es sagrada en todas sus etapas.
•Damos gracias a Dios por el com-
promiso de todo el pueblo chileno en
rescatar a sus hijos atrapados en la mina.
Es un compromiso con la vida y con la
dignidad humana.
•Damos gracias a Dios porque en
de tantas imágenes. una luz”, afirma el profeta Isaías (Is 9, 1-2). roso por todos los mineros del mundo
•Damos gracias a Dios por tantas En la cueva de Belén se manifiesta con entero para que se mejoren sus condi-
personas de buena voluntad a lo largo agradable sencillez el amor infinito que ciones de trabajo, se atiendan sus justos
del mundo que se unieron en oración y Dios tiene a todo ser humano. En Chile, reclamos y puedan disfrutar digna y jus-
recursos por el rescate. en la cueva de las minas, se reveló la fuer- tamente de los frutos de sus labores.
za del amor del que todo ser humano
Además de dar gracias a Dios por
el exitoso rescate, también es momento
oportuno para celebrar.
•Celebremos este rescate exitoso,
rescate de personas, rescate de la espe-
ranza.
•Celebremos la vida humana, sagra-
da y digna, como el Creador la concibió.
•Celebramos el valor y la fortaleza de
la familia.
•Celebremos el testimonio de fe de
los chilenos y el testimonio de fe experi-
mentado por la humanidad.
•Celebremos la esperanza: la espe-
ranza que no falla, la esperanza que no
defrauda. La verdadera esperanza, la es-
peranza en Jesús Resucitado de la cueva
del sepulcro.
•Celebremos el compromiso de la
Iglesia Universal con la vida y la persona.
•Celebremos el espíritu ecuménico
e interreligioso de oración que se experi-
mentó en ese rescate.
•Celebremos el espíritu de solidari-
dad entre las naciones.
•Celebremos el amor patrio, sano,
noble y enriquecedor del pueblo chileno
que sirvió de levadura para unir a un pue-
blo que ha sufrido tanto en las últimas
décadas a causa de la dictadura, desastres
naturales y las crisis económicas.
La cueva para los cristianos es símbo-
lo de luz y vida. Estos mineros estuvieron

El viernes, 19 de noviembre, Solemnidad de la Patrona, Virgen de la Divina Providencia, el Señor Arzobispo

presidirá una Misa de la Aurora Jíbara, en los terrenos del futuro Santuario en Cupey, a las 6:00 AM de la
mañana. Se invita a toda la feligresía de la Arquidiócesis para que nos acompañen ese día.