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La violencia politica en el Pert: un esbozo interdisciplinario de interpretacién H.C. F. Mansilla Resumen: El potencial de la violencia politica en el Peri s6lo puede ser explicado si se incluyen en el andlisis tanto la dimensién social-psicolégica como la cultura del autoritarismo que todavia es predominante en el pais. Las causas de esta violencia politica son miiltiples: la destruccién del tejido social tradicional, la presién demografica, las grandes migraciones inter- nas, las expectativas de progreso individual (que generalmente no pue- den ser satisfechas), la debilidad de las instituciones y la democratiza- cién incompleta. Los movimientos guerrilleros se aprovecharon de es- tos factores, pero no supieron brindar a Ia poblacién una altemativa realista y creible. Su terrorismo irracional contribuyé al establecimiento de un gobierno autoritario en abril de 1992. Palabras clave: Pert, lucha armada, violencia latente, modernizacién incompleta, Sendero Luminoso, Movimiento Revolucionario Tépac Amari. Elanilisis de fenémenos de vio- lencia politica en el Pert estuvo lar- go tiempo bajo una especie demo- nopolio de esquemas marxistas y afines, como fue la Teoria Latinoa- mericana de la Dependencia. Estos enfoques han ofrecido explicacio- nes monocausales, a primera vista plausibles, que vinculan la irrupcién dela lucha armada y el surgimiento de guerras civiles a la existencia de insoportables situaciones de injus- ticia histérica, la cual estribaria prin- cipalmente en la explotacién despiadada de parte de monopo- lios extranjeros y sus agentes loca- 150 Jes. Segtin Johan Galtung! —cu- yas tesis han sido muy populares a la hora de explicar las causas pro- fundas de los problemas perua- nos— los motivos dela “violencia estructural” provienen basicamen- te: a) de una estructura socio-eco- némica injusta que genera miseria colectiva, b) de la represion politi- ca que produce relaciones asimé- tricas con respecto al poder yc) de Ja pervivencia de fenémenos de alienacion,* los que harian imposi- ble una paz duradera. Contra esta concepcidn se puede aseverar que 1. Galtung, Johan, Sobre la paz, Barcelo- na, Fontamara 1985, pp. CE. Ia obra més influyente: MacGregor, Felipe, Rubio Correa, Mareial, y Rude- cindo Vega Carreaza, Marco tedrico y eo clusiones de la investigacién sobre violen- cia esiructural, Lima, APEP 1990, que in- auguré la serie de volumenes Violencia es- iructural, publicados por la Asociacion Pe- ruana de Estudios ¢ Investigaciones para la Paz. La APEP patrocina igualmente una serie denominada Violencia institucional, dediea- da hasta ahoraa problemas del narcotrafico. Cf. también dos obras anteriores de notable resonancia: MacGregor, Felipe y Laura Madalengoitia (comps.), Violencia y paz en el Perti hoy, Lima, APEP/FFE 1985; Mac- Gregor, Felipe, Rouillon, José y Mareial Ru- bio Correa (comps.}, Siefe ensayos sobre fa violencia en el Feri, Lima, APEP, FFE, 1987 3. Salcedo, José Marla, Violenciay medios de contunicacidn en el Perti, en: Violen- cia en la regién andina: caso Peri, Lima, APEP 1993, pp. 222-235 sq. El autor cons- tata una resignacién y hasta una fascinacion de la poblacién peruana ante los programas de televisidn que contienen elementos de violencia. Historia y Sociedad 8 japenuria econémica, la carencia de influencia politica, el desempleo cré- nico y elmalestar colectivo repre- sentan factores que han predomi- nado en todos los periodos de la historia humana y en todas las so- ciedades, y que sdlo ocasionalmen- te han dado lugar a una violencia politica especifica como la lucha armada.* El bajo consumo de ca- lorias y proteinas, el analfabetismo y las agresiones fisicas del marido en la vida familiar ¢ intima son, sin duda alguna, fenémenos reproba- bles, pero calificarlos como elemen- tos definitorios de la violencia poli- tica enel Peri y como variables que pueden explicary hasta exculpar los movimientos guerrilleros? es una exageracién sin atenuantes. 1. Una constelacién proclive a conflictos violentos En contra de las simples contra- posiciones marxistas y dependen- 4, Para cl caso colombiano ef. c] excelente libro de Pizarro Leongémez, Eduardo, Insurgencia sin revolucién. La guerrilla en Colombia en una perspectiva comparada, Santafé de Bogota, Tercer Mundo, 1996, pp. 22-27 (con referencias a la constelacién peruana). 5. Giesecke, Margarita, Vide cotidiana y violencia en el Peni, en: Violencia..., Op. cit., p. 164, 166, 172 sq.; Giesecke, Violen- cia estructural en el Pert, Historias de vida, Lima, APEP, 1990 H.C. B. Mansilia tistas (immumerables campesinos sin tierra contra poquisimos sefiores feudales; miriadas de obreros ex- plotados contra unos pocos y to- dopoderosos capitalistas extran- jeros), la estructura social peruana se ha destacado ya partir de las décadas del cuarentay el cincuenta por una enorme complejidad y por la aparicién de numerosos actores sociales con intereses divergentes entre si, pero no siempre contradic- torios. Esta diversidad social pro- viene de amplias corrientes mi- gratorias que desde entonces sehan dirigido de la sierra a la costa y del campo a la ciudad. El resultado ha sido: a) la diversi ficacién de la es- tructura social del Peri, especial- mente el surgimiento de nuevos sec- tores en las capas medias y bajas de la poblacién; y b) la aparicién de actores con claras demandas socio-politicas dirigidas hacia el aparato estatal: los movimientos de barrio, los informales y las corrien- tes étnico-culturales conscientes de su diferencia. Se trata de movimien- tos populares relativamente bien organizados, sobre todo en las ciu- dades de la costa, que han confor- mado asociaciones de pobladores de lamas diversa especie y para los fines mas disimiles. La mayoria de las investigaciones llegan, empero, alaconclusién de que estas migra- ciones han corroido irreparable- mente el tejido social tradicional, 151 generando una sensacién general de desamparo, proclivea la conocida dialéctica de frustracion y agresion.° Un estudio psicoanalitico, que en- tretanto tiene reputacion de clasi- co, asevera que la mayoria de los miembros de estos movimientos sociales despliega en contexto de extrema pobreza una estrategia de supetvivencia basicamente defensi- va, sin rasgo alguno de generosidad y més bien con marcada tendencia a un comportamiento mezquino, desconfiado y envidioso, elementos queno son precisamente favorables a una solidaridad efectiva de los sectores populares.’ Esta alta tasa 6. Cf. laresefa critica: Pasara, Luis, “Nue- vos actores: devaluacién de la moneda corriente”, en: Pésara, Luis, et al., La otra cara de la luna. Nuevos actores sociales en el Persi, Buenos Aires, CEDYS 1991, pp. 7-9, 14-17, 22 sqq. Segtin algunos analistas, estos movimientos han transportado de la sierra a la costa modelos organizativos ba- sados en ci colectivismo andino-indigena y en la solidaridad propia de las parentelas extensas, construyendo redes de ayuda re= cfproca de notable eficacia. Cf. Matos Mar, José, Desborde popular y crisis del Estado, Lima, IEP, 1984, p. 58, 63, 81, 106; cf. Ia obra mis significativa sobre esta tematica: Golte, Jurgen y Norma Adams, Los caba- Mos de Troya de las invasores. Estrategias campesinas en la conguista de ta gran Lima, Lima, IEP 1987; of. también Balbi, Carmen Rosa ef al,, Movimientos sociales: elementos para una relectura, Lima, DESCO, 1990. 7. Rodriguez Rabanal, César, Cicatrices de a pobreza. Un estutio psicoanalltico, Caracas, Nueva Sociedad, 1989, pp. 182, 228.

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