Professional Documents
Culture Documents
En este tiempo de cuaresma, camino a Semana Santa, estamos invitados a contemplar una vez más el acto de
amor más grande de todos los tiempos: Jesús, siendo Dios, que murió en una cruz para salvarnos, para darnos
vida en abundancia y conducirnos a otra mejor que esta: la eterna, y todo gratuitamente porque nos
ama. Entonces, quisiera reformular la pregunta inicial del video y centrar la atención en la siguiente: «¿qué
estás haciendo (tú) para cambiar el mundo?”.
Si no saben por dónde comenzar, aquí les comparto humildemente algunos consejos que son fruto de haber
examinado mis acciones y sus efectos en los demás bajo la luz de la fe, y que particularmente intento aplicar
en el día a día. Nadie dice que es tarea fácil, pero cuando somos conscientes de “para quien” y “junto a quien”
trabajamos, todo toma un sentido distinto:
6. Sé un verdadero amigo
Jesús mismo nos habla del valor de la amistad: «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace
su amo; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre» (Juan 15,
15). Si crees que andas descuidando tu relación con algún amigo, llámalo e intenta quedar en una cita con
él. «Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene
precio, no hay manera de estimar su valor. Un amigo fiel es un bálsamo de vida, que encuentran los que temen
al Señor» (Eclesiástico 6, 14-16).
8. Perdona
¡Qué tarea tan difícil a veces!, ¿no? Si contamos con nuestras propias fuerzas, jamás podremos lograrlo. De
nosotros puede venir el deseo de perdonar, pero la gracia de hacerlo viene únicamente de Dios. El acto de
perdonar está íntimamente unido a la humildad. Aprendamos a reconocer que nosotros también nos
equivocamos y tomemos como ejemplo a Jesús que en el momento de su pasión clamaba la misericordia del
Padre, antes que su justicia: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23, 34). Presta más
atención cada vez que rezas el Padrenuestro y confía en que Dios acudirá en tu ayuda para liberarte de todo
rencor y angustia.