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ESCUELA DE EDUCACION
SEDE DE GRECIA
CURSO
DESARROLLO SOCIOECONÓMICO DE COSTA RICA Y EDUCACIÓN
PROFESOR:
ÓSCAR VÁSQUEZ SOLANO
ESTUDIANTE:
el destino final de “Juanito Mora” como solía y suele llamársele, pero ¿quién fue Juan Mora
Porras? para ser un personaje digno de estudiar, bueno acá se detallará cada parte de su vida,
fusilamiento, se analizará las posibles verdades ocultas detrás de cada uno de los hechos que
expresidente Juan Rafael Mora Porras, donde se recopila una serie de cartas del expresidente,
Rafael Mora Porras nació el 8 de febrero de 1814, en Villa Nueva de la Boca del Monte,
hoy ciudad de San José, el primer hijo del hogar formado por doña Ana Benita Porras Ulloa
y don Camilo Mora Alvarado, pariente cercano del primer jefe de Estado, don Juan Mora
Fernández (1824-1833), de alguna u otra forma su vida estaba entrelazada con la política
quizás era parte de las señales de que sería un hombre siempre recordado por una nación.
Como muy pocas personas de la época él tuvo la oportunidad de estudiar lectura, escritura,
dedicó al comercio desde muy temprana edad ya que su padre también era un comerciante
sobresaliente, esta labor permitió muchísimas oportunidades para ser disciplinado y saber
astucia le permitieron ser un hombre de carácter y con gran influencia, y es precisamente por
Carrillo Colina más sin embargo no estaba de acuerdo con sus actos de fuerza y su estricto
apego a la ley.
verificó el proceso electoral que determinó la primera llegada al solio presidencial de don
Juan R. Mora Porras, quien obtuvo 49 votos de los 90 electores que sufragaron en dicha
finalizado el 8 de mayo de 1853” (Arias y Ortiz, 2015), siendo este el inicio de sus aventuras
en la política costarricense, una de las cosas más conmemorativas que la historia rescata es
su lucha contra el filibustero William Walker, haciendo un llamado de guerra en todo el país,
llamó a las armas a hombres entre los 14 a 50 años, el 29 de marzo envió el Ejecutivo fuerzas
armadas a Alajuela, al mando del coronel Simón Orozco. Estas fuerzas lograron abatir a los
alzados, en una refriega donde murió el coronel y quedaron varios heridos, a pesar de su
trabajo en estas luchas, el 6 de abril de 1848, el presidente de Estado, Dr. Castro Madriz,
(Morales, 2010), con un detalle muy peculiar que dejó totalmente por fuera a Don Juanito
Mora.
estaba arriesgando su propia vida en beneficio del país, es por eso que Don Juan Mora escribe
una carta renunciando al Congreso donde expone lo siguiente “mientras creí que sacrificando
mi tranquilidad y reposo a los santos intereses de la patria, podría serle útil en alguna cosa
consagrando mis débiles esfuerzos a proporcionarles todas las mejoras y adelantos(…) Por
las fuerzas de las circunstancias es hoy tal, que a pesar de los ardientes deseos que me animan
por el bien de mi patria, me veo obligado a entregar en vuestras manos el destino con que me
honró el pueblo costarricense” (1852), estas palabras llegan a transmitir de manera muy
palpable las emociones que en su momento experimentó con “Juanito Mora”, causan una
nostalgia que nos remite a preguntarnos qué parte de la historia no está contada, qué había
detrás de tal indiferencia… quizás estas interrogantes nunca se sabrán con exactitud y solo
Ante todo esto deseo hacer notar un dato muy curioso, a pesar del papel tan preponderante
de don “Juanito Mora” en su lucha contra los filibusteros de alguna u otra forma su figura
fue opacada por un resurgente héroe llamada Juan Santamaría, a pesar de que este según nos
cuenta la historia de nuestro país fue un soldado mas, quien en la batalla de Rivas donde se
ofrece voluntariamente a quemar el mesón, otorgando la victoria para el país, a esta figura
reconocimientos, todo esto nos lleva a preguntarnos si realmente es necesario todo esto, si
Juan Santamaría se equipara a toda la trayectoria de don Juan Mora Porras, pues realmente
el papel que jugó en nuestro país fue importante y a pesar que como todo ser humano tuvo
sus defectos, no se puede opacar o negar su trabajo en pro del país, tanto en los político como
vicepresidente Francisco María Oreamuno, para ponerse al frente del ejército, lo que no
indica que realmente su compromiso con la patria era real, según describe este hecho de la
siguiente manera, “la paz, esa venturosa que, unida a vuestra laboriosa perseverancia, ha
aumentado tanto nuestro crédito, riqueza y felicidad, está pérfidamente amenazada. Una
gavilla de advenedizos, escoria de todos los pueblos, condenados por la justicia de la Unión
Americana, no encontrando ya donde hoy están con qué saciar su voracidad, proyectan
invadir a Cosa Rica para buscar en nuestras esposas e hijas, en nuestras casas y haciendas,
palabras se desvela la preocupación que sentía ante el movimiento de los filibusteros, con
esto no deseo hacer ver que era perfecto, ya que entre sus defectos está que deseaba tener la
libertad ilimitada para dirigir el país como él lo consideraba conveniente y eso muchas veces
Ante todas las inconformidades acerca de la personalidad de don Juan Mora Porras aquellos
acusarlo y de alguna manera excluirlo de la vida política, ya que no les permitía actuar de la
manera que a ellos les convenía, incluso en “1856, se levantó un sumario por los delitos de
tomar un cuartel y poner en la Presidencia de la República, al Dr. José María Castro Madriz
aunado a esto y a pesar de todo el esfuerzo de Mora en contra de la invasión de los filibusteros
decomisó una acta plagada de acusaciones contra la Administración de don Juan Rafael Mora
desarrollo del país” (Morales, 2010), con la cita anterior se puede detectar con claridad las
oscuras intenciones de sus contemporáneos y que habían interés muy claros de por medio,
estaban en la expectativa y a la espera de encontrar algo que hiciera tambalear y hacer caer
En su última carta resalta lo siguiente “Estos sentenciado a muerte y tengo poco tiempo que
perder, les ruego cuiden de mi Inesita y de mis hijos, desterrados de su país y huérfanos, no
temo el lance, que venga la muerte que es el término de las desgracias mundanas, solo me
aterra recordar la suerte de mi Inesita e hijos desterrados de sus país. Dios recibirá mi alma
y tendrá misericordia de mí, jamás se mezclen en la política, y les ruego que aun a los que
me sacrifican, los perdonen como yo les perdono, adiós… adiós” (Mora, 1860), estas palabras
demuestran gran sabiduría, a pesar de enfrentar una situación tan difícil como es su propia
muerte piensa en su familia y en su suerte, al mismo tiempo perdona a quienes le fusilaran,
a decir verdad cada una de las cartas escritas por “Juanito Mora” me dejan un sin sabor en el
alma, porque siento que asesinarlo fue una injusticia, una de muchas en nuestra historia
política, como lo fue en su momento el destierro de María Isabel Carvajal al negarle morir y
ser enterrada en su patria amada.
En conclusión creo que muy tarde se reconoció los logros y méritos en sí merecía este
personas, que si bien no fue perfecto no merecía morir de la forma en que aconteció,
lastimosamente la historia no se puede cambiar pero al menos se ve con otros ojos, y se puede
descartar parte de sus logros y trabajo en pro de la patria, hoy la historia se rescribe y eso es
muy alentador, aunque aún su figura es opacado por la figura de Juan Santamaría se puede
decir que este ocupó el papel que podría haber representado Mora.
Como recomendación insto a indagar, leer y profundizar más acerca de la vida de Juan Rafael
Mora Porras, igualmente hago la invitación que en el proceso lean el libro principal de este
ensayo, el cual es muy enriquecedor y sobretodo porque adjunta varios escritos de mismísimo
Mora, sus cartas as su esposa, hermanos, familia, a los costarricenses hasta su despedida al
estar condenado a muerte, esto porque nos permite conectarnos con sus emociones, verlo no
como una figura política, sino como el ser humano fue.
Bibliografía:
Obregón, L. (s.f.). El centenario del General Juan Rafael Mora Porras. San José, Costa
Sandra, S. (2010). Héroe Nacional don Juan Rafael Mora Porras Defensor de la libertad
Arias, F., & Ortiz, T. (2015, 16 marzo). Don Juan Rafael Mora: Empresario por