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Conferencia por el Día del Escudo Nacional

El espíritu de nuestras instituciones tiende siempre a levantar el nivel de los hombres; y esto nos obliga a no humillarnos
nunca

Abraham Lincoln

La historia cívica de nuestro país señala el 31 de octubre de todos los años como el Día del Escudo Nacional, que junto a
la Bandera y al Himno marcan la personificación de la Patria, eternizando sus glorias, su cultura, su historia y el épico vibrar
de los esfuerzos humanos, hechos, antorchas de ideas y marcha cotidiana sobre la tierra sagrada que nos brinda lo mejor
para la subsistencia.

En 1900 el Congreso estableció el Escudo de armas y la bandera como los símbolos físicos de la Patria.

El escudo es un óvalo dentro del cual hay uno de los paisajes más extraordinarios de la tierra de ecuatoriana. Un cielo azul
muestra al gigante andino Chimborazo; de su blanca nieva cae un río cuyas aguas se ensanchan de una manera que se
desborda en los valles generosamente vegetados.

En él navega, un buque a vapor que tiene por mástil un caduceo, símbolo de la navegación y el comercio.

El escudo del Ecuador reposa sobre haces consulares, insignia de dignidad republicana. Lo rodean, adornándolo, banderas
nacionales, ramas de laurel y palma y lo corona un cóndor con las alas desplegadas.

El sol, al trazar el Ecuador terrestre, da nombre al país; fue desde tiempos remotos adorado como divinidad benéfica y es
el más alto símbolo del pueblo ecuatoriano.

Los signos del zodíaco son los de los meses en que se consumó la gesta libertaria, cuyo punto culminante fue la Batalla de
Pichincha, el 24 de mayo de 1822.

Los símbolos patrios, personifican el fervor nacionalista y el orgullo de los ecuatorianos por su historia, rica en hechos
gloriosos en los que nuestras Fuerzas Armadas lucharon con estoicismo desde el 10 de agosto de 1809 hasta el glorioso
triunfo militar del Alto Cenepa de 1995, para dejarnos como herencia, la libertad de la patria.

El Escudo Nacional, hasta contar con una composición definitiva y ser oficializado, fue objeto de muchos cambios en el
devenir histórico del Ecuador. Las transformaciones del símbolo patrio se registran desde 1820, al proclamarse la
independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de ese año. Posteriormente ocurren cambios entre 1821 y 1830, en 1843; El
Escudo de Armas nacional se lo hizo según las orientaciones de la convención reunida en Cuenca, establecida luego del
triunfo del 6 de marzo de 1845. Se determina la última estructura y su consiguiente oficialización en 1900, en el gobierno
del general Eloy Alfaro.

Cuando se proclamó la Independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, se adoptó como escudo del movimiento
emancipador el que está formado por una estrella de cinco puntas sobre fondo azul, inscrita en un óvalo encerrada y
rodeada de dos ramas de laurel entrelazadas por una cinta roja que posteriormente se le añadió la leyenda: “Por Guayaquil
Independiente”.

Este fue, más bien, el escudo de la Provincia Libre de Guayaquil y no del Ecuador propiamente dicho.

En la Gran Colombia el Ecuador adoptó el Escudo Gran colombiano, creado el 6 de octubre de 1821. Este Escudo
comprendía: un conjunto de haces consulares en posición vertical en el centro, con dos cuernos de la abundancia.

En la etapa republicana el Ecuador ha tenido cuatro Escudos.

Al ocurrir la disolución de la Gran Colombia y proclamarse la soberanía e independencia de Ecuador, la primera Asamblea
Constituyente reunida en Riobamba el 27 de septiembre de 1830 acordó lo siguiente: (Artículo 1) Se usará en adelante el
de las armas de Colombia – se refería al escudo – en campo azul celeste, con el agregado de un sol en la línea equinoccial
sobre las fases, y un lema que diga “El Ecuador en Colombia”.
Este escudo fue inspirado en el adoptado por el Congreso Gran Colombiano, reunido en Cúcuta, que fue confirmado por
decreto – Ley de 6 de octubre de 1821. Con este escudo se perpetuó el ideal Gran Colombiano del Libertador Simón
Bolívar, como un símbolo y exaltación de la grandeza espiritual del hombre de más altas virtudes democráticas que ha
tenido el Continente americano.

La Convención Constitucional de 1843 decretó un nuevo Escudo de Armas que fue el primero que se ajustó a reglas de
heráldica.

El escudo era rectangular en la parte superior y elíptico en la parte inferior su campo se dividía interiormente en tres
cuarteles: en el superior se colocará sobre fondo azul el sol, y una sección del zodíaco; el cuartel central se dividirá en dos:
en el de la derecha sobre fondo de oro se colocará un libro abierto en forma de tablas, en cuyos dos planos se inscribirán
los números I-II- III- IV que representan los primeros artículos la Constitución, a la izquierda en fondo verde un caballo; en
el cuartel Inferior que se subdividirá en dos, se colocará en fondo azul un río en cuyas aguas se representará un barco, y
en el de la izquierda en fondo plata se colocará un volcán. En la parte superior del escudo descansará el cóndor con sus
alas abiertas; hacia los lados se pondrán un par de banderas tricolor.

Este Escudo duró oficialmente hasta que fue reemplazado por el Escudo de la Revolución Marcista.

El 6 de noviembre de 1845 la Convención Constitucional de Cuenca decretó un nuevo escudo de armas, basado en el
diseño presentado el 30 de octubre por el Dr. Pablo Merino, presidente de la Convención. También se decretó una nueva
bandera nacional, basada en los colores de la bandera del 9 de octubre de 1820, pero arreglados en tres franjas verticales,
blanco, celeste y blanco, llevando siete estrellas, una por cada provincia.

El Congreso Nacional del 5 de Diciembre de 1900 en registro oficial Nº 1272 transcribe la disposición de la Convención
Nacional de 1845, con solo la diferencia, de que en lugar de las banderas azul y blanco se ponga la bandera tricolor:
amarillo, azul y rojo.

Un documento cargado de civismo.

Cuando se distribuyó para conocimiento público el escudo adoptado por la convención de 1845, que es el mismo de 1900
y el que tenemos actualmente salvo por las banderas nacionales que lo adornan, el diseño fue acompañado por una carta
del Secretario General del Gobierno Provisorio, general José María Urbina.

Veamos el texto tal cual fue escrito, con las características gramaticales de la época:

“Grato y satisfactorio me es acompañar á V.S. (vuestra señoría) en copia auténtica, el decreto espedido por el Congreso
General, designando el escudo de armas y el pabellón de la República. El patriotismo que animarán á US. (usted) á la
provincia de su mando, será el mejor estímulo para que aquel sea acogido con júbilo y entusiasmo, y se publique
inmediatamente con la solemnidad debida; pues las augustas insignias á que se refiere, y que simbolizan la nacionalidad,
independencia y glorias del Ecuador, al paso que presentarán á este, noble y soberano ante las naciones vecinas, inspirarán
también sentimientos de civismo y de lealtad en los ecuatorianos, para servir con ardor á su patria y conservar sin mancilla
el pabellón y escudo que van á distinguirla en adelante”.

Señoras Señores y Niñas y niños de mi Patria.

¡¡Viva el Ecuador, por siempre y para siempre!!

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