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Escrito por Juan Carlos Sosa Azpúrua el 28 febrero, 2019. Posteado en Opinión
Los sospechosos habituales, siempre con la teta del Estado en sus bocas, no
quisieron perder protagonismo. En 1992 habían sacado a Pérez con un golpe
camuflado. Las políticas liberales de su gobierno, que iban liberando a
Venezuela del laberinto maldito, eran el fin del clientelismo. No pudo ser.
Y tras un ciclón tiránico que arrasó con memorias y logros, es 2019. Las
rutas que nos vendieron como salvavidas del abismo, perdieron su valor y
quedaron enterradas bajo las capas de una realidad que se impuso al delirio
y a la mentira. Se agotaron los fondos para financiar piñatas electorales.
Los espacios perdieron el lustre. PDVSA ya no sirve para salvar al teatro de
las ilusiones. La consecuencia de esto no es mala. El tirano quedó desnudo y
no hay más disfraz para el engaño.
El tren de la fortuna
Las estrellas se alinean. Se trata de un hecho inédito, tan relevante como
efímero. Llegó un tren enviado por la buena fortuna. Antes los hubo: la
muerte de Chávez y la consciencia generada por los guerreros de la calle, en
2014 y otra vez en 2017. Pero nunca tan luminoso como el tren que nos
visita hoy, con un piloto llamado Donald Trump. Este hombre decidió
apostarle a nuestro destino.
Este tren afortunado, es un tren inestable, porque así son las infinitas
variables reunidas en el universo de las contingencias. Una catástrofe
climatológica, algún caos financiero o una guerra inesperada y el tablero de
Venezuela estalla en mil pedazos, desapareciendo los rieles que sostienen
nuestra suerte.
La espada de Damocles
Y no solo son las libertinas contingencias. También cuelga sobre nuestra
cabeza la espada de Damocles: errores estratégicos que pudiesen cometer
los agentes políticos. Ejemplo de esta amenaza lo acabamos de vivir. Había
un plan de ayuda humanitaria, que puso el peso de las expectativas en un
día: el sábado 23 de febrero. Hicieron creer que se quebrarían las FAN,
porque la ayuda vendría respaldada por una coalición militar de Estados
Unidos, Brasil y Colombia. Al instante en que Maduro truncara el paso de las
medicinas y la comida, que necesita una población sometida a su
monstruoso Holodomor, este ejército nos salvaría.
El bluf pirata
¿Y qué pasó? ¿Por qué Estados Unidos jugó un póker mediocre? El bluf
partió de una premisa falsa. Y eso hizo que la amenaza creíble se
desvaneciera. No hicieron la tarea. En lugar de inteligencia real, los huevos
reposaron en una sola canasta, la de un mundillo político donde no faltan los
improvisadores.
Esta opción -la intervención militar- solo tendría viabilidad si EE. UU.
lograse una coalición con Brasil y Colombia, donde cada país aportase tropas
y armamento. Pero este ideal no es posible de materializar en la práctica.
Desde tiempos inmemoriales, las Fuerzas Armadas de Colombia han sido
entrenadas para que Venezuela sea su enemigo natural (Aguas marinas y
submarinas del Golfo). Y lo mismo le ocurre a nuestras FAN. Fueron educadas
en el escenario hipotético de una guerra contra Colombia. Se trata de un
punto de honor, que ni la mejor voluntad del Presidente Duque doblegaría y
menos con la opinión pública en contra. Ya los colombianos manifestaron su
rechazo a esta opción. Argumentan que la guerra en Venezuela provocaría el
ataque a las ciudades colombianas.
Cada día que pasa, Maduro gana fichas que puede colocar en el tablero.
Los rusos también juegan. El tirano puede diseñar tácticas exitosas, comprar
nuevos apoyos, intensificar su control de las FAN y escribir una narrativa
que encante serpientes venenosas, que muerdan cualquier chance de una
intervención militar.
¿Elecciones? Chao. Lloverían excusas. Hay que renovar al CNE; el clima del
país no lo permite; se prendió el Ávila; y así ad infinitum, corriendo la arruga
hasta momificar el rostro nacional. Nadie como Maduro celebraría tanto. Su
tradicional meneo de grasas e hipopotámico trasero sobre los cadáveres de
la tiranía, retumbaría más allá del infierno y hasta el diablo se
escandalizaría.
Plan Venezuela
Eliminado del tablero el Cartel de los Soles, dicho Estado Mayor asumirá el
mando material de las FAN, convirtiéndose estos militares en los genuinos
líderes de los componentes. Y serán obedecidos.
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Formó parte del equipo legal venezolano que hizo la primera demanda en el
Tribunal Supremo de Justicia (2002), en la Audiencia Nacional de España
(2003) y en la Corte Penal Internacional (2004) por los crímenes de Lesa
Humanidad perpetrados por Chávez y su mafia. Dicha demanda marcó un
hito histórico y abrió la compuerta para el entendimiento mundial de la
naturaleza que caracteriza al régimen que hoy luchamos por derrotar.
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