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INTRODUCCIÓN

El abuso y la violencia sexual son realidades presentes desde hace


mucho tiempo y de las cuales hemos comenzado a tener conciencia
social más recientemente. Sus causas son diversas y complejas para
las víctimas, tanto a nivel de su calidad de vida, su desarrollo y la
salud física y mental. Este tipo de violencia también tiene efectos
significativos para la sociedad en general, pues constituye un
obstáculo para el ejercicio de los derechos, implica importante
pérdidas económicas para el país y afecta distintos ámbitos de la vida
social, educacional y productiva de quienes la padecen.

Niños, niñas y adolescentes, sin importar el lugar donde viven ni su


edad, son afectados diariamente por este grave problema, ya sea
dentro o fuera de la familia.
Un limitado pero creciente conjunto de evidencia indica que la
violencia sexual es un grave problema en toda la región de
Latinoamérica y el Caribe (LAC), no sólo como problema de salud
pública sino también como violación de los derechos humanos.

El abuso sexual infantil es considerado un problema de salud


pública por cuanto altera el normal desarrollo biopsicosocial
actual y futuro de un niño, niña y adolescente, que es o ha sido
víctima de un abuso sexual, constituyéndose además en un factor
importante de riesgo para su salud mental en la edad adulta pudiendo
generar o produciendo cuadros clínicos, como depresión, trastorno
de estrés post traumático, trastornos de personalidad y
disfunciones sexuales
DERRIBE MITOS
Existen una serie de mitos o
falsas creencias que han permitido la invisibilización del abuso
sexual hacia los niños, las niñas y adolescentes. Estas falsas
creencias han concedido que este tipo de situaciones no hayan sido
identificadas o detectadas en los distintos ámbitos en los que los
niños, niñas y adolescentes se desenvuelven, imposibilitando de este
modo, una intervención oportuna que permita la detención de este tipo
de abusos y una adecuada protección a las víctimas.
Es importante que los funcionarios de salud tengan presentes los
mitos acerca del abuso sexual, pues estos afectan la manera en que
entendemos esta problemática, y por lo tanto, la forma en que se
interviene cuando se enfrenta un caso de abuso sexual infantil en el
contexto de salud. Es necesario erradicar las falsas creencias
sociales que están en la base de una visión distorsionada del
problema que posibilita que las personas e instituciones nieguen la
existencia del abuso o no actúen adecuadamente frente a la sospecha
o certeza de que un niño, niña o adolescente es víctima de esta forma
de abuso.
A continuación, se presenta un resumen acerca de las falsas
creencias más comunes existentes en relación con el abuso sexual
infantil.
ASPECTOS CONCEPTUALES
El abuso sexual a niños, niñas y adolescentes es un tipo de maltrato
infantil que se da en todas las sociedades, culturas y niveles
educativos, económicos y sociales. Se define maltrato infantil –
físico, psicológico o abuso sexual – como toda acción u omisión que
produzca o pueda producir un daño, que amenace o altere el
desarrollo normal de niños, niñas y adolescentes y es considerado una
grave vulneración de sus derechos. Puede darse tanto en el ámbito
familiar como de las instituciones sociales.1
UNICEF define como víctimas de maltrato y abandono a aquellos
niños, niñas y adolescentes de hasta 18 años que “sufren ocasional o
habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional, sea en el
grupo familiar o en las instituciones sociales”.2

VIOLENCIA Y ABUSO SEXUAL

La Organización Mundial de la
Salud define la violencia sexual como “todo acto sexual, la tentativa de
consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no
deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro
modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra
persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en
cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”. (Jewkes et al.,
2002).

Una de las definiciones más completas del abuso sexual infantil es la


elaborada por el National Center of Child Abuse and Neglect (NCCAN).
Según esta agencia federal norteamericana, comprende "los contactos
e interacciones entre un niño y un adulto, cuando el adulto (agresor) usa
al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona.
El abuso sexual también puede ser cometido por una persona menor
de 18 años, cuando ésta es significativamente mayor que el niño (la
víctima) o cuando (el agresor) está en una posición de poder o control
sobre otro menor".1

Coerción y asimetría

Existen numerosas definiciones, en la mayoría de ellas se establecen


dos criterios para hablar de abuso sexual:der
Asimetría o significativa
Coerción diferencia de edad entre el
agresor y la víctima

El agresor es
La coerción es la presión ejercida por una significativamente mayor que la víctima,
persona con poder (abusador) hacia otra aunque no necesariamente haya
de menos poder (víctima) para forzar su cumplido la mayoría de edad. Esta
voluntad y su conducta. En este caso el asimetría determina muchas otras, tales
agresor utiliza la coerción para interactuar como la asimetría anatómica, en el
sexualmente con el niño/a u adolescente. desarrollo psicosexual, en las habilidades
sociales. Por eso, frente a una diferencia
de edad significativa no se garantiza la
libertad de decisión de la víctima.

La asimetría también está presente


cuando el agresor está en una posición de
poder, manipulación o control sobre otro.

En resumen, un adulto está siempre en una posición jerárquica de


superioridad en relación al niño/a u adolescente, ya sea por su tamaño,
fuerza, experiencia, y/o recursos económicos y cognitivos.

Uno de los factores que pone implica gran vulnerabilidad en los niños,
niñas y adolescentes, es la falta de autonomía derivada de su corta
edad y los consecuentes niveles de dependencia emocional, económica
y social respecto de los adultos o de las instituciones. Lo anterior, les
dificulta poner freno a la situación que padecen, pedir ayuda o denunciar
los hechos. Así mismo, condiciona la credibilidad de los relatos de los
niños/as con respecto a los adultos agresores, que habitualmente los
niegan.

Una persona tiene poder sobre otra cuando le obliga a realizar algo que
ésta no deseaba, sea cual sea el medio que utilice para ello (la
amenaza, la fuerza física, el chantaje), estando en una situación de
superioridad sobre la víctima que impide a ésta el uso y disfrute de su
libertad. Pero igualmente importante es entender, como ya se advirtió
anteriormente, que el "poder" no siempre viene dado por la diferencia
de edad, sino también por otro tipo de factores.
Modelo etiológico
El modelo etiológico de Finkelhor y Krugman, que ha sido más
aceptado que da cuenta del proceso que pasa el agresor para
llegar a realizar las acciones propias del abuso sexual, es el
desarrollado por Finkelhor y Krugman y consta de 4 etapas.
Estas explican las condiciones que debe darse para que el
abusador pueda cometer el abuso: Enfoque de género

La evidencia muestra que la


mayoría de los agresores sexuales son hombres, en tanto que la
mayoría de las víctimas son mujeres. En nuestra sociedad,
predominantemente patriarcal, el hombre (padre, padrastro,
conviviente, hermano, abuelo, amigo, tío) es reconocido como una
figura que tiene privilegio de posesión, no sólo de las mujeres, sino que
también de los niños, niñas y adolescentes, especialmente al interior
del hogar. Este es otro específico de la dimensión sociocultural son las
relaciones basadas en el género, en las que se atribuyan roles y
comportamientos a mujeres y hombres en función de su sexo biológico.

El enfoque de género reconoce las desigualdades que legitiman la


violencia frente los niños/as y adolescentes, con respecto a los adultos
ya que éstos se encuentran entre los grupos definidos culturalmente
con menor poder dentro de la estructura jerárquica de la familia. Estas
diferencias deben ser consideradas en la prevención, detección y
atención especializada de las víctimas de abuso sexual y sus familias,
para asegurar un desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes.

Es fundamental no concebir el abuso sexual solo como una cuestión


concerniente a la esfera de la sexualidad del individuo, sino como un
abuso de poder fruto de la asimetría existente entre el agresor y la
víctima. Es esta situación, la asimetría, la que permite el agresor
mediante el uso de este poder víctima. El abuso es posible por esta
asimetría de poder y el uso de diversas estrategias por parte del agresor
para asegurar la participación de la víctima, tales como la amenaza, la
fuerza física, el chantaje, por mencionar algunos. La persona con poder
está en una posición de superioridad respecto a la víctima, situación
que restringe la libertad de la persona que está siendo objeto del abuso.

Definición

La Guía Clínica de Abuso Sexual, Elaborada por el Ministerio de Salud


y UNICEF entiende como abuso sexual infantil “el involucramiento de
un niño, niña o adolescente menor de 15 años en actividades sexuales
no acorde con su nivel evolutivo, es decir, al desarrollo emocional,
cognitivo o social esperado para su edad”.1

Existen otras definiciones de abuso sexual que nos ayudan tener una
comprensión más acabada de esta grave vulneración de los derechos
de los niños, niñas y adolescentes. Se define el abuso sexual como:

 "Cualquier interacción entre un adulto y un niño o niña, con el


propósito de la satisfacción sexual del adulto. El adulto que abusa
sexualmente de un niño o niña puede hacerlo a través de
amenazas, engaños o por la fuerza, siendo siempre responsable
del abuso. El niño o niña no es responsable, aunque acepte
participar en lo que le propone el adulto, pues es este último el
que sabe que este tipo de comportamiento no debe darse entre
un adulto y un niño, niña o adolescente".

 "Toda acción violenta o no, que involucre a una niña o niño en


una actividad de naturaleza sexual o erotizada, que por su edad
y desarrollo no puede comprender totalmente, no está preparado
para realizar o no puede consentir libremente; afecta seriamente
la vida presente y futura de ellos/as y sus familias; y además se
da en conjunto con otros tipos de maltrato. Estas acciones tienen
consecuencias negativas para el niño/a que la sufre, ya sean
consecuencias físicas, psicológicas, conductuales o sociales".2

Arruabarrena y De Paúl han definido el Abuso Sexual como "cualquier


clase de placer sexual con un niño/a por parte de un adulto desde una
posición de poder o autoridad. No es necesario que exista un contacto
físico (en forma de penetración o tocamientos) para considerar que
existe abuso, sino que puede utilizarse al niño/a como objeto de
estimulación sexual".
Tipos de abuso sexual
Se conocen diversas formas de abuso sexual hacia los niños, niñas y
adolescentes.

RELACIÓN DE LA VÍCTIMA CON EL AGRESOR

La mayoría de las víctimas de violencia sexual son mujeres y niñas,


pero los hombres y niños también pueden sufrir violencia sexual, a
menudo perpetrada por otros hombres contra niños y adolescentes
(Jewkes et al., 2002).

Otra clasificación muy importante para el abuso sexual es la que se


refiere a la relación de la víctima y con el agresor. Se distinguen el abuso
sexual extrafamiliar y el abuso sexual intrafamiliar.

Abuso sexual extrafamiliar.

Se dan dos situaciones en esta categoría:



o
 El abuso cometido por un desconocido del niño/a, en
cuyo caso el abusador somete a la víctima por la
fuerza y el terror, haciéndola sufrir.
 El abuso cometido por un conocido del niño/a y su
familia, en el que el abusador manipula la confianza
que se le entrega.
Abuso Sexual intrafamiliar.

Mayoritariamente el abuso es de personas conocidas y familiares. Se


aprovecha del vínculo familiar, tanto emocionalmente como en el
ejercicio de la autoridad abusiva. Este tipo de abuso sexual tiende a
repetirse, raramente se trata de un episodio único y aislado.
Generalmente, se da un proceso gradual progresivo que pasa por
distintas etapas o fases.

Si bien es cierto el abuso sexual es una situación difícil, el abuso sexual


intrafamiliar, por sus características de ser reiterado y en el contexto de
vínculos afectivos, complejiza significativamente su abordaje. Además,
suele tener consecuencias para las víctimas más difíciles de enfrentar.

Inicicación sexual forzada entre niñas

Para muchas niñas y mujeres en Latinoamerica y el Caribe, la


iniciación sexual no es deseada y/o es forzada, pero las tasas de
prevalencia varían considerablemente según el entorno. Por ejemplo, el
estudio de la OMS realizado en múltiples países encontró tasas de
iniciación sexual forzada del 3% al 4% en los lugares de estudio en
Brasil (García-Moreno et al., 2005).

En los lugares de estudio en Perú, las tasas reportadas fueron mucho


más altas: el 7% en Lima y casi el 24% en el Departamento de Cusco
(García-Moreno et al., 2005).
En un estudio entre adolescentes en Argentina se encontró que el 12%
de las personas entrevistadas dijeron que su primer acto de coito sexual
no fue deseado y el 10% dijo que fue forzado (OPS, 2006).

Un estudio cualitativo en Jamaica encontró que muchas de las mujeres


entrevistadas inicialmente dijeron que habían “deseado” su primera
experiencia sexual, pero cuando fueron interrogadas más a fondo,
muchas revelaron que había sido forzado (Waszak et al., 2008). En un
estudio basado en escuelas, realizado en varios países del Caribe, se
encontró que entre las adolescentes sexualmente activas, casi la mitad
declaró que su primer acto sexual fue “forzado” o “algo forzado” (Halcón
et al., 2000).

La evidencia de casi todos los estudios realizados a nivel mundial indica


que mientras más joven es la persona en la iniciación sexual, más
probable es que ésta haya sido forzada (Jewkes et al., 2002). Por
ejemplo, el estudio de la OMS realizado en múltiples países encontró
que más del 40% de las mujeres que declararon haber tenido su
iniciación sexual antes de cumplir los 15 años, en Lima y en el
Departamento de Cusco (Perú) informaron que esta primera
experiencia sexual fue forzada, comparado con el 3% y el 17%
(respectivamente) entre las mujeres cuya iniciación sexual ocurrió a los
18 años o más.

Proceso familiar del incesto


Los elementos que se mencionan a continuación ayudan a comprender
los comportamientos contradictorios de la familia y las víctimas. Por lo
tanto, al hacer un diagnóstico y planificar una intervención de
situaciones de abuso sexual intrafamiliar, deben ser considerados
para garantizar la detención del abuso y la protección de las
víctimas.

Las particularidades del abuso sexual intrafamiliar han sido descritas en


lo que se ha denominado el proceso familiar del incesto, que se
refiere a la gama de abusos sexuales que se dan en el contexto familiar.

Es de gran relevancia comprender y conocer las etapas o fases de


este proceso, ya que ayudan a entender de manera más
integral, cómo se instala, y se mantiene el abuso. Además, permite
reflexionar sobre por qué, a pesar de ser develado el abuso, no se
detiene ni se protege a las víctimas. Así mismo, permite entregar un
contexto para comprender por qué los niños/as se retractan de su relato
de abuso, o lo cambian.
MAGNITUD DEL PROBLEMA

Estudios internacionales.
El abuso sexual contra los niños sigue siendo una
situación invisibilizada, naturalizada y negadaen muchas contextos
sociales y culturales. Por esta razón conocer la magnitud de esta
problemática resulta una tarea difícil. Del mismo modo la comparación
de los diferentes estudios es compleja, pues éstos utilizan distintas
definiciones de “abuso” y existen criterios múltiples para definir la
“niñez” y la diferencia de edad o de poder entre víctima y
victimario, para considerar un determinado comportamiento como
abuso sexual. A pesar de estas dificultades se ha logrado establecer
que el abuso sexual en la niñez se produce en todos los países en los
que se han desarrollado investigaciones rigurosas en términos
metodológicos.

Estudio nacional
CONSECUENCIAS DEL ABUSO SEXUAL

El impacto del abuso sexual infantil, la sintomatología y patologías que


puede producir son variados y muchos de ellos no se presentan de
inmediato. Los efectos dependen de las características iniciales de los
niños, niñas y adolescentes antes del abuso incluyendo sus recursos
emocionales y sociales.1

Se han desarrollado diversas investigaciones tendientes a dimensionar


y caracterizar el impacto de las experiencias de abuso sexual en la
infancia a corto, mediano y largo plazo.

Factores que influyen en la reacción de la víctima de abuso

Según señalan Vásquez y Calle la gravedad de la reacción particular de


la víctima ante un hecho de similares características, va a depender,
junto con las variables propias de ésta, (edad, sexo, personalidad
previa, antecedentes psicopatológicos, entre otros) de factores tales
como:

 La gravedad del abuso.


 La duración y/o cronicidad del abuso.
 La utilización de violencia física durante el abuso.
 La relación de parentesco con el agresor.
Por otra parte, Soria señala que la gravedad de los cambios mostrados
por una víctima dependerá, entre otros factores, de:

 El nivel de funcionamiento psicológico previo.


 Las características propias del hecho delictivo.
 La reacción posterior del entorno social.
Características de los factores

Se han descrito diversos factores de la situación abusiva, del agresor,


de la familia, de la reacción ante la develación del abuso y
características evolutivas del niño/a, como elementos que influyen en
un mejor o peor ajuste como consecuencia de la agresión sexual infantil.
A continuación se caracterizan brevemente esos factores.

Modelos de sintomatología asociada al proceso de


victimización
Se han desarrollado distintos modelos con relación a la sintomatología
asociada a los procesos de victimización, descritos específicamente
para la infancia, y los cuales pueden resultar de ayuda a la hora de
comprender e identificar las consecuencias del abuso sexual en la
infancia.

Le invitamos a revisar en el recurso el modelo traumatogénico de


Finkelhor y el modelo del trastorno de estrés postraumático.

Consecuencias del abuso a corto plazo

A continuación, se enumeran algunas de las consecuencias a corto


plazo que puede vivir un niño, niña o adolescente víctima de abuso
sexual.

Síndrome de acomodación al abuso sexual infantil

Una de las consecuencias a corto plazo que ha sido poco distinguida


es el Síndrome de Acomodación al abuso sexual infantil, que tiene
muchos paralelismos con el Síndrome de Estocolmo y que incluye
cinco fases:

Impotencia.

1 Los niños víctimas de abuso sexual generan un fenómeno de indefensión


aprendida, puesto que sus intentos por evitar el abuso resultan vanos.
Poco a poco dejarán de intentarlo siquiera.
Mantenimiento del secreto.

2 La manipulación y la amenaza a la que son sometidos les obliga a


mantener, sobre todo, en los casos de abuso intrafamiliar una doble vida
para mantener el secreto y evitar la revelación.
Entrampamiento y acomodación.

3 Si el abuso se prolonga en el tiempo, el niño poco a poco irá asumiendo


el papel de pareja del agresor.
Revelación espontánea o forzada.

4 Cuando se llega a la revelación, suele ocurrir con un igual, pudiéndose


producir bien de manera espontánea o bien forzada por un adulto al
valorar los indicios.
Retracción.

5 Si no hay una intervención efectiva, incluso habiéndola, la retracción es


frecuente, por culpa, vergüenza o miedo.
Cuadro de síntesis

El siguiente cuadro muestra una síntesis de los impactos en la salud


mental del Abuso Sexual Infantil.1

A corto plazo o en el período inicial de una agresión recurrente


Enfermedades o Síndromes CIE 10 Síntomas aislados
 Intentos de suicidio o ideas
suicidas.
 Reacción estrés agudo (F43.0)  Desmotivación .
 Trastorno de estrés post  Baja autoestima.
traumático (F43.1)  Sentimientos de culpa.
 Crisis de pánico. (F41.0)  Conducta hiperactiva.
 Episodio depresivo (F32)  Dificultades de atención y
 Trastornos emocionales de concentración.
comienzo en la infancia (F93),  Trastornos del aprendizaje.
ansiedad de separación, social,  Alteración del funcionamiento
fobias cognitivo y rendimiento
 Trastornos de sueño (F51): terrores académico, repitencias escolares
nocturnos, pesadillas, insomnio  Aislamiento social, menos amigos.
 Trastornos de la ingestión de  Hostilidad, agresividad, rabia,
alimentos (F50): anorexia, bulimia,  Rechazo a figuras adultas.
obesidad.  Hostilidad hacia el agresor.
 Otros trastornos disociativos,  Temor al agresor.
síntomas (F44.82)
 Fugas del Hogar.
 Trastornos psicológicos y del  Deserción escolar.
comportamiento asociados con el  Interés excesivo por juegos
desarrollo y orientación sexual sexuales.
(F66)  Conducta sexualizada que no
 Trastorno oposicionista desafiante. corresponde a la edad ni a su etapa
(F91.3) evolutiva.
 Pérdida del control de
esfínteres: Enuresis (F98.0) y
Encopresis (F98.1) no orgánicas.

Es importante recordar que algunos niños, niñas o adolescentes


pueden vivir un abuso sexual y permanecer asintomáticos, es decir, no
mostrar signo alguno de trauma. El motivo puede ser desde la propia
vivencia del niño, niña o adolescente (que según su edad y la ejecución
del abuso, puede no percibirlo como una agresión) a un fenómeno de
bloqueo pasajero. Por eso, es fundamental hacer seguimiento a los/las
víctimas de abuso sexual, presenten o no una sintomatología.2

Consecuencias del abuso a largo plazo

La atención que se le ha de proporcionar a un niño, niña o adolescente


víctima de abuso sexual no debe únicamente centrarse en el cuidado
de sus lesiones sino debe ser coordinada entre los distintos
profesionales prestando atención psicológica, dándole un seguimiento
a corto y medio plazo y proporcionando atención y apoyo al menor y a
la familia.

Como ya se ha indicado, el papel de la familia es esencial en la


recuperación del niño, niña o adolescente: si le creen desde el primer
momento y le apoyan, constituyéndose en modelo y referente afectivo
alternativo, el menor se recuperará antes y mejor que en caso contrario.

A continuación, se enumeran algunas de las consecuencias a largo


plazo que puede vivir un niño, niña o adolescente víctima de abuso
sexual.

Cuadro de síntesis

El siguiente cuadro muestra una síntesis de los impactos a largo plazo


que puede tener en la salud mental del Abuso Sexual Infantil.

A largo plazo
 Explotación sexual comercial.
 Trastorno depresivo recurrente  Baja autoestima.
(F33).  Estigmatización.
 Trastornos de ansiedad (F40 –  Conductas de riesgo, ausencia de
F42). autoprotección.
 Trastornos por estrés  Ideas suicidas e intentos de
postraumático (F431). suicidio.
 Disfunciones sexuales (F52).  Fracaso escolar.
 Trastornos de personalidad y  Abuso y dependencia de alcohol
comportamiento en adultos (F60 – y/o drogas.
F69) .  Conductas delictuales.
 Relaciones familiares conflictivas.
 Negligencia en obligaciones.
 Aislamiento social, menos
interacciones sociales, baja
participación en actividades
comunitarias.
 Dificultad en las relaciones de
pareja, elevado índice de ansiedad
social,estilo parental permisivo,
percepción negativa de si misma
como madre, uso de castigo físico
ante conflicto con sus hijos.
 Revictimización.
 Transmisión intergeneracional.

LEGISLACIÓN Y ROL DEL SECTOR DE SALUD


En esta unidad se revisará la legislación internacional y nacional vigente en relación a los
derechos de los niños en materia de abusos sexuales. Para finalizar, se describirán además
los principales delitos sexuales así como las tareas y el rol fundamental de los funcionarios
de la salud frente a la detección o sospecha de un abuso, con el fin de detener tal acto ilícito
y proteger la integridad física y mental de la víctima mediante una actuación adecuada y
oportuna.
LEGISLACIÓN Y ROL DEL SECTOR DE SALUD
En esta unidad se revisará la legislación internacional y nacional vigente en relación a los
derechos de los niños en materia de abusos sexuales. Para finalizar, se describirán además
los principales delitos sexuales así como las tareas y el rol fundamental de los funcionarios
de la salud frente a la detección o sospecha de un abuso, con el fin de detener tal acto ilícito
y proteger la integridad física y mental de la víctima mediante una actuación adecuada y
oportuna.
LEGISLACIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL

Los abusos sexuales constituyen una


grave vulneración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes
(NNA) y por lo tanto, se requiere que los funcionarios de salud así lo
entiendan y estén familiarizados con la legislación nacional e
internacional en la materia. Es necesario que sepan cuáles son los
delitos sexuales definidos en nuestra legislación y las obligaciones que
tiene en materia de denuncia.

En materia de legislación internacional, se revisará en esta sección la


Convención sobre los derechos del niño y se nombraran algunos
tratados internacionales que se refieren a esta materia de una u otra
manera.

Se hará una descripción de los principales delitos sexuales definidos


en la legislación nacional en el Código Penal y las obligaciones de
denuncia que tienen los funcionarios de salud frente a los delitos de
esta naturaleza. Si bien en esta sección no se hará una revisión de la
ley de tribunales de familia, resulta relevante que los funcionarios de la
salud sepan qué son los tribunales de familia, quienes tienen
competencia en materia de protección de los niños, niñas y
adolescentes que han sido vulnerados. Por último se mostrará a través
de una serie de preguntas y respuestas cómo, dónde y quiénes deben
hacer las denuncias.

Marco normativo internacional de DDHH


Los derechos de los niños y niñas están consagrados
internacionalmente en primer término en la Convención Sobre los
Derechos del Niño (CDN), que fue suscrita por Chile en el año 1990 y
que por tanto es una ley en nuestro país. A lo largo de la convención se
definen una serie de derechos y obligaciones del Estado en relación a
los niños, niñas y adolescentes.

Revisaremos los artículos más relevantes de la CDN y que es necesario


tener presentes a la hora de actuar: los artículos 19 y 34 que hacen
una referencia específica al abuso sexual hacia niños, niñas y
adolescentes (NNA).

Convención Americana de DDHH

Chile también ha suscrito tratados de Derechos Humanos


internacionales, tanto del sistema Interamericano como de Naciones
Unidas.

La Convención Americana de DDHH, en el Artículo 5 "Derecho a la


Integridad Personal" establece que:

 Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad


física, psíquica y moral.

 Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer


matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y las
condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la
medida en que éstas no afecten al principio de no discriminación
establecido en esta.

Legislación nacional

En la legislación chilena es la Constitución Política la que asegura en el


Art. 19 Nº 1, el derecho de todas las personas a la vida, la integridad
física y psíquica, siendo, por tanto, sujetos de dicha protección todos
los individuos de la especie humana, cualquiera sea su edad, sexo,
estrirpe o condición.
Revisaremos los diferentes delitos sexuales definidos en la legislación
chilena, los que están regulados en los artículos 361 a 372 y 495 Nº 5
del Código Penal.

Entenderemos por delitos sexuales aquellos actos u omisiones


tipificados en la ley, cometidos de forma antijurídica y culpable, y que
vulneran la indemnidad sexual de los niños o niñas, la libertad sexual
de los adolescentes y adultos, o tienden a la corrupción de los menores
de 18 años.

En el Código penal pueden encontrarse, entre otros, los siguientes


delitos sexuales. A continuación definiremos los más importantes.

Rol del funcionario de salud

Los funcionarios de
salud están en una posición privilegiada para detectar e intervenir
precozmente frente al abuso sexual y restituir los derechos de los
niños, niñas y adolescentes. Es importante saber que no actuar frente
a una sospecha y certeza de que un niño, niña o adolescente está
siendo víctima de abuso sexual, impacta al sistema abusivo y convierte
al sistema de salud en cómplice pasivo de esta situación.

Es necesario aprovechar las oportunidades para actuar y detener el


abuso pues estas pueden no volver a repetirse y los NNA llegaran a ser
adultos sin que los diferentes sistemas hayan sido capaces de
protegerlos, muchos nunca revelaran las vulneraciones vividas y
algunos lo harán, en el propio espacio de salud, pero cuando ya es
tarde.
DETECCIÓN PRECOZ Y PRIMERA RESPUESTA

¿Cómo detectar un caso de abuso?, ¿Qué signos o señales nos


harán sospechar que existe abuso sexual?

Se han descrito muchos indicadores que nos alertarán en relación a la


posible existencia de abuso sexual infantil. Es importante conocerlos
para poder indagar en las familias la presencia de ellos. Uno de los
criterios más importantes para definir una situación como abuso sexual
es el relato hecho por el niño/a o adolescente respecto de esta
situación. Todos los indicadores nos entregan elementos para la
detección y diagnóstico del abuso sexual.

No hay síntomas vinculados exclusivamente a los abusos sexuales,


aunque la presencia de todos o algunos de los siguientes síntomas se
presentan en niños y niñas que han vivido experiencias de algún tipo de
abuso sexual. Entre estos se han definido los siguientes:

Cómo evaluar el riesgo en caso de abuso sexual?


De acuerdo a la siguiente información, se deben tomar las decisiones
orientadas a detener el abuso y proteger a las víctimas.

Primera respuesta en la atención de salud

Existe cierto grado de consenso referido a las primeras acciones que


los profesionales de salud debieran realizar al encontrar hallazgos
altamente sugerentes de una situación de abuso sexual infantil. Para
efectos de la presente guía se entenderá como primera respuesta:

Todas las acciones llevadas a cabo por los profesionales de


salud una vez encontrados hallazgos sugerentes de Abuso
Sexual. Se asimilará a “primeras intervenciones”,”primera ayuda”
o “primera respuesta”.

La Primera Respuesta es un proceso que se realiza en tiempo breve


que requiere de la participación de más de un profesional que
busca informar, apoyar y proteger a la víctima, así como estabilizar
a la familia para que éstas se constituyan en un soporte válido para el
niño, niña o adolescente y que logre el compromiso del niño, la niña y
su familia para continuar un tratamiento por especialista y el proceso de
denuncia.

Implica toma de decisiones, la movilización de los recursos disponibles


en el ámbito familiar, social, individual, legal, u otros, de modo de
garantizar la interrupción de la situación de abuso y lograr un mejor
estado psicosocial para el niño, niña o adolescente. La no realización
de estas acciones en su momento, pueden significar la perpetuación del
abuso y la desprotección de la víctima.

La Primera Respuesta depende del contexto en el que se presente el


origen de la sospecha:

 Revelación espontánea del niño/niña, adolescente.


 Revelación espontánea de un adulto.
 Hallazgos al examen físico del niño/niña, adolescente.
Primera respuesta en la atención de salud

Existe cierto grado de consenso referido a las primeras acciones que


los profesionales de salud debieran realizar al encontrar hallazgos
altamente sugerentes de una situación de abuso sexual infantil. Para
efectos de la presente guía se entenderá como primera respuesta:

Todas las acciones llevadas a cabo por los profesionales de


salud una vez encontrados hallazgos sugerentes de Abuso
Sexual. Se asimilará a “primeras intervenciones”,”primera ayuda”
o “primera respuesta”.

La Primera Respuesta es un proceso que se realiza en tiempo breve


que requiere de la participación de más de un profesional que
busca informar, apoyar y proteger a la víctima, así como estabilizar
a la familia para que éstas se constituyan en un soporte válido para el
niño, niña o adolescente y que logre el compromiso del niño, la niña y
su familia para continuar un tratamiento por especialista y el proceso de
denuncia.

Implica toma de decisiones, la movilización de los recursos disponibles


en el ámbito familiar, social, individual, legal, u otros, de modo de
garantizar la interrupción de la situación de abuso y lograr un mejor
estado psicosocial para el niño, niña o adolescente. La no realización
de estas acciones en su momento, pueden significar la perpetuación del
abuso y la desprotección de la víctima.

La Primera Respuesta depende del contexto en el que se presente el


origen de la sospecha:

 Revelación espontánea del niño/niña, adolescente.


 Revelación espontánea de un adulto.
 Hallazgos al examen físico del niño/niña, adolescente.
Próximas etapas a seguir

Es importante distinguir si el abuso es intra o extrafamiliar. En caso de


ser intrafamiliar se debe considerar que existirá mayor probabilidad
de que la familia pueda entrar en crisis con la revelación y presión
en el niño, niña o adolescente para minimizar o retractarse de lo
revelado, situación descrita en el proceso familiar del incesto.

Se considera necesario que el niño, niña o adolescente sea informado


de las decisiones y próximas etapas a seguir, incluyendo la
denuncia, exámenes, derivaciones, tratamiento, entre otros.

Servicios de salud específicos en caso de abuso

Un aspecto relevante de una adecuada atención desde el sector salud


que ha sido señalado por la OMS implica el acceso a una serie de
servicios de salud específicos que deben ser prestados por personal
capacitado. Entre ellos:

 Apoyo psicológico (y referencia a instituciones para recibir


atención de salud mental, de ser necesario).
 Anticoncepción de emergencia.
 Tratamiento y profilaxis de enfermedades de transmisión sexual.
 Profilaxis para la infección por el VIH, cuando corresponda.

En caso de que el niño, niña o adolescente por resolución judicial deba


ser enviado a casa de algún familiar, a una residencia de protección
(SENAME u otro) se le deben explicar muy bien las razones que
motivan esa medida, indicándole que es necesario para garantizar su
seguridad. Cuando esto sucede hay que hacer lo posible para mantener
la comunicación entre la víctima y la familia.

LEGISLACIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL
 SISTEMAS ABUSIVOS
 DETECCIÓN PRECOZ Y PRIMERA RESPUESTA
o ¿Cómo evaluar el riesgo en caso de abuso sexual?
o ¿Qué hacer ante un posible caso de abuso?
 Primera respuesta en la atención de salud
 Lo que nunca se debe hacer
 COORDINACIÓN INTERSECTORIAL Y REDES

Lo que nunca se debe hacer


 Culpar al niño del abuso. No hay que reñirle o castigarle por lo
sucedido. Se haya resistido o no, lo importante es no
responsabilizar al menor, incluso en los casos en los que el
agresor ha logrado que colabore. Nunca hay que abordarle con
preguntas como: "¿Por qué le dejaste hacerlo?", "¿Por qué no me
lo dijiste antes?", "¿Por qué no dijiste no, huiste o luchaste: "Las
víctimas nunca tienen la culpa". La culpa, es siempre del agresor.
 Negar que el abuso ha ocurrido. Nunca decirle frases como:
"¿Estás seguro/a?", "No es verdad, debe ser un malentendido",
"No inventes esas historias".
 Expresar alarma, angustia por el niño/a o por el agresor.
 Tratar al niño/a de forma diferente.
 Tocarle o acariciarle.
 Hablar de él o ella como la víctima.
 Sobreprotegerle.

Por esta razón, una adecuada respuesta a los niños, niñas y


adolescentes cuando se devela el abuso y las acciones que se
emprendan deben ir orientadas de acuerdo a estos objetivos.

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