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1. La definición que hace Hobbes de la condición natural del hombre parte de las ideas
de igualdad y libertad. Explique en qué consisten estas ideas y cuáles son las
implicaciones para la concepción del Estado en este autor.
6. En el Contrato Social, Rousseau afirma: “El hombre ha nacido libre y por todas
partes está encadenado” (Libro I, capítulo I), y más adelante: “Renunciar a la libertad
es renunciar a la cualidad de hombre, a los derechos de la humanidad, incluso a sus
deberes. No hay compensación para quien renuncia a todo.” (Libro I, capítulo IV).
Teniendo en cuenta esto, explique la condición natural del hombre en Rousseau y
realice un ejercicio comparativo con la condición natural en Hobbes.
Solución
Las pasiones naturales de los hombres no sólo conllevan a la guerra, también las hay
que conducen a la paz. “Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz son el temor a
la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la
esperanza de obtenerlas por medio del trabajo” (Hobbes, 1996, p. 105). Como la paz
también se desea, y el estado de guerra amenaza la autoconservación, sumo bien de los
hombres, los hombres deciden salir de ese estado de guerra y conformar un cuerpo
político. Los hombres, iguales y libres, deciden someterse a un poder superior y
asociarse con el fin de que se les proteja su vida.
La definición que da Hobbes de ley natural nos muestra que el hombre no sólo busca
proteger su vida por medio de la guerra, sino que también la razón los guía a proteger la
vida por un medio no violento, esto es, los conduce a buscar la paz. La ley natural, que
se conoce por medio de la razón, hace que los hombres busquen una buena manera de
garantizar sus vidas por medios pacíficos, y la mejor manera es mor medio de una
asociación o pacto. En efecto, los hombres, para salir del estado de guerra de todos
contra todos, siguen a su razón y deciden asociarse y crear un cuerpo político que les
garantice la protección de sus vidas. El paso del estado de naturaleza al estado civil es
posible en la medida que los hombres se dejan guiar por su razón instrumental1 y por la
ley que ésta les dicta, es decir, la ley natural de los hombres los lleva a civilizarse por
medio de la constitución del Estado civil.
3. John Locke escribe en un entorno de debate en Inglaterra entre los Toris, que
defienden la monarquía absoluta, y los Whigs, que defienden el parlamentarismo. Locke
toma partido por los Whigs y, por lo tanto, su obra es una fuerte crítica al absolutismo.
1
La expresión razón instrumental hace referencia a la definición propuesta por Hobbes en el capítulo V
de razón como cálculo, como adición y sustracción.
No sólo defiende entre sus líneas el imperio de la ley, sino que también establece las
bases de lo que se conocerá como el liberalismo.
Otro principio liberal que Locke defiende es el imperio de la ley en un Estado civil, para
él “en una sociedad civil ningún hombre puede estar exento de las reglas que la rigen”
(Locke, 1983, p. 110). Este Estado de leyes, que podemos llamar Estado de derecho, es
el que garantiza que se diriman los conflictos de los miembros imparcialmente. Si en el
pacto las personas renuncian al derecho de ser jueces de su propia causa, en el Estado
civil ese derecho recae en los jueces, que regularán a los individuos con fundamento en
las leyes.
Locke define un Estado de derecho en el cual todos los hombres están bajo el imperio
de la ley, está afirmación es un claro ataque a la monarquía absoluta. Un gobernante con
poder absoluto, que incluso esté por encima de las leyes (como el que defiende Hobbes),
no puede considerarse miembro del Estado lockeano, “pues si a algún hombre se le
permitiese hacer lo que le diese la gana, […] me pregunto si dicho hombre no seguiría
estando en un completo estado de naturaleza y al margen de la sociedad civil” (Locke,
1983, p. 110). Otra forma de gobierno que es blanco de las duras críticas lockeanas es la
monarquía paternalista, según él no puede considerarse un pueblo como en su minoría
de edad, y si incluso así se lo concibiera, el poder del gobernante tiene por límite la
libertad y la propiedad de sus súbditos. En general, puede decirse que la mayor crítica
que Locke realiza al absolutismo es que éste ningún poder político puede ser absoluto,
todo poder político es considerado legítimo en la medida que proteja la libertad y
propiedad de todos los miembros del cuerpo político, ya que estos son derechos
prepolíticos y son el sumo bien al que aspiran todos los hombres.
El estado de naturaleza tiene una ley de naturaleza que lo gobierna todo y que obliga a
todos; y la razón, que es esa ley, enseña a toda la humanidad que quiera consultarla que
siendo todos los hombres iguales e independientes, ninguno debe dañar a otro en lo que
atañe a su vida, salud, libertad y posesiones. (Locke, 1983, p. 38)
En un estado de naturaleza, donde los hombres son jueces de su propia causa, está
latente el estado de guerra, ya que no hay un tercero imparcial que dirima los conflictos.
El estado de guerra se define como “la fuerza, o una intención declarada de utilizar la
fuerza sobre la persona de otro individuo allí donde no hay un poder superior y común
al que recurrir para encontrar en el alivio” (Locke, 1983, p. 48). Éste es un “estado de
enemistad y destrucción” en el cual los hombres ejercen la fuerza sobre los otros sin
derecho alguno, la falta de leyes positivas y de jueces que diriman los conflictos
produce un enfrentamiento constante que sólo produce muerte y rencor.
Los hombres, que quieren evitar el estado de guerra, deciden asociarse y crear un estado
civil. Al hacer esto los ciudadanos entregan la libertad de juzgarse a sí mismos en poder
de un tercero imparcial que se encargará de dirimir los conflictos. Así mismo, al crear
un cuerpo político se someten a ser regulados por las leyes de las mayorías, cuerpo
político que será legítimo si protege la libertad y la propiedad de las personas, máxima
aspiración de los individuos según Locke.
5. Rousseau nos presenta el estado de naturaleza como un estado de hombres libres e
iguales, en el que trabajan independientemente para satisfacer sus instintos. Los
hombres, que trabajan independientemente, ven la necesidad de crear lazos y
asociaciones para satisfacer algunas necesidades que por sí mismos no son capaces de
enfrentar, es por esto que se asocian con sus semejantes para posibilitar la conservación
de su vida. Estas pequeñas asociaciones se van volviendo cada vez más grandes, lo que
implica que el trabajo se divida entre cada vez más miembros, para satisfacer
efectivamente todas las necesidades. Así mismo, surge la propiedad privada, el
apoderamiento de algo por parte de los individuos. Esto genera dos situaciones:
primero, que la libertad natural se pierda en la medida que la independencia de los
hombres se convierte en una dependencia absoluta de los demás; y, segundo, que la
igualdad natural de todos los hombres se desvanezca con la aparición de la propiedad
privada. La pérdida de la propiedad y de la libertad natural hacen que los hombres se
asocien y creen un contrato que les garantice estos dos derechos.
6. Para Rousseau los hombres son naturalmente libres y la renuncia de esa libertad
implica la renuncia a la cualidad que los hace hombre, por tanto, no hay justificación
alguna para renunciar a la libertad, aunque sea a cambio de seguridad. La diferencia con
Hobbes es abismal, si bien en la condición natural hobbesiana los hombres también son
libres, aunque de otra manera, estos, al asociarse y crear el cuerpo político, renuncian a
su libertad natural, es decir, renuncian a su cualidad de hombres y enajenan su cualidad
humana a cambio de seguridad, lo que implica que el gobernante haga todo lo que está a
su disposición para garantizarles esta seguridad, incluso esclavizarlos.
También hay que decir que el hombre rousseauniano es naturalmente bueno y sólo
busca satisfacer sus instintos pacíficamente. Por el contrario, en Hobbes la naturaleza
humana es puramente pasional y si bien no dice expresamente que el hombre sea
naturalmente malo, de su concepción de la naturaleza humana se puede deducir un
pesimismo antropológico en la medida que utiliza cualquier medio necesario para
satisfacer sus deseos, incluso dañar a los demás.
Las nociones de libertad e igualdad, como atributos de la condición natural del hombre,
aparecen en ambos autores, aunque de diferente forma. La libertad se entiende en
Hobbes en términos mecanicistas, esto es, como ausencia de impedimentos para el
movimiento, mientras en Rousseau se entiende como autodeterminación, es decir, como
independencia. La idea de igualdad se refiere en ambos a las capacidades que tienen
todos los hombres como seres humanos, en Hobbes para satisfacer deseos y en
Rousseau para satisfacer instintos.
Finalmente, una de las pocas cosas que si comparten es su concepción de la ley natural,
para Hobbes es buscar la paz o prepararse para la guerra en busca de garantizar su
seguridad y en Rousseau es “velar por la propia conservación” (Rousseau, 1988, p. 5).
Es decir, ambos conciben la ley natural como un mandato de la razón que obliga a los
hombres a proteger sus vidas, aunque esta protección se alcance en ambos por distintos
caminos.
Bibliografía citada
Trotta, S.A.
referencia.
Tecnos, S.A.
Bibliografía consultada