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Informe de lectura Cáp XIII.

Leviatán

En este capítulo Hobbes se encarga de exponer su teoría del estado de naturaleza, es


decir, de describir la condición natural del hombre en una situación prepolítica. El estado de
naturaleza se propone como un argumento hipotético en el que se muestra cómo las
facultades naturales de los hombres y la ausencia de un poder soberano desembocan en una
condición de guerra de todos contra todos. Argumento que le servirá a Hobbes para dotar
de un marco de justificación al ejercicio del poder político mostrando que es mejor estar
sujetado a un poder soberano que estar en un estado de prevención constante en una
situación de guerra. Situación en la que la vida, máxima aspiración humana, es tan débil
que se puede perder en cualquier momento, pues no hay protección alguna más que la
fuerza de la que disponga cada individuo.

Los hombres, en su condición natural, son iguales con respecto a sus facultades del
cuerpo y del espíritu. Esta igualdad se demuestra en el hecho de que todos tienen la misma
posibilidad de alcanzar un fin, si disponen sus facultades para su consecución. Esto es así
porque aunque haya hombres más fuertes que otros, más sagaces, más inteligentes, más
astutos, etc. Si se comparan las facultades en su conjunto como pertenecientes a un hombre,
no hay mayor diferencia entre hombres, pues a falta de una facultad tendrán otra que suplirá
su ausencia. En este sentido, la igualdad radica en que los hombres tienen las mismas
posibilidades de alcanzar fines, pues todos están dotados de facultades que les permiten su
consecución.

Esta posibilidad genera una esperanza, pues si se tienen facultades para alcanzar
fines se espera poder alcanzar todo lo que desean, todo aquello que satisfaga sus pasiones.
Pero la esperanza se convierte al mismo tiempo en desconfianza, ya que el hecho de
reconocer que en todos los hombres existen las mismas facultades para satisfacer deseos
implica también el reconocer que ellos son un impedimento para la consecución de los fines
propios. Esto quiere decir que cada hombre ve a los otros como potenciales enemigos, pues
se los considera como obstáculos que pueden impedir la satisfacción de los deseos propios.
Asimismo, cada hombre se ve vulnerable, en la medida en que otro lo puede considerar
como un obstáculo del que se tiene que librar para conseguir sus fines. Para evitar la
destrucción, cada hombre tiene la posibilidad de anticiparse a su enemigo, con el fin de
obtener sus propios fines.

La condición natural de los hombres los lleva, primero, a que compitan entre sí para
satisfacer sus deseos, segundo, a que desconfíen unos de otros, al verse como potenciales
enemigos, y tercero, a que utilicen la fuerza para alcanzar la gloria. Competencia,
desconfianza y gloria conducen a que la situación prepolítica de los hombres se equipare a
un estado de guerra, desembocando todas en una condición insufrible en la que los hombres
se ven a sí mismos como obstáculos que tienen que superarse por cualquier medio para
satisfacer los deseos que las pasiones suscitan.

Fuera del estado civil sólo hay guerra, esta conclusión se deriva de la consideración
de que sin un poder común la fuerza de los individuos choca entre sí, generando
destrucción y alerta constante. Es esta la razón por la que Hobbes afirma que los hombres
deben buscar la paz, pues la guerra sólo genera muerte, y si la conservación de la vida es la
máxima aspiración, la guerra no es el medio para alcanzar dicho fin. En principio, es el
temor a la muerte el que conduce a los hombres a la paz, pues ésta les garantizará la
protección de la vida y permitirá que convivan entre sí sin necesidad de estar pendientes de
todos los demás.

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