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Desde el Frente contra la violencia sexual, colectivo conformado por

participantes del proceso de redacción el Protocolo ante el acoso


sexual en el Liceo Experimental Manuel de Salas, Chile,
compartimos este documento con la firme convicción de que el
prevenir y enfrentar las diversas manifestaciones de la violencia
contra nuestra sexualidad, es fundamental para la transformación y
construcción de un mundo nuevo, no capitalista, no patriarcal.

Esperamos de todo corazón que este material pueda ser de utilidad


para usted/es.

Abrazos fraternos

Natalia, Monserrat, Pamela, Emilia, Julieta, Francisca, Natalia y


Alconda.
Presentación

Durante el 2017, se crea en Chile el primer protocolo ante el acoso sexual redactado por
estudiantes en un establecimiento de educación media, es decir, el primer documento para
enfrentar el acoso sexual, donde se considera a jóvenes de 13 a 18 años y a sus padres,
madres ó tutores/as.

En nuestro caso fue prioritario crear un documento que formalizara un conducto


institucional frente a casos de acoso sexual. Sin embargo, en el proceso de elaboración del
protocolo, comprendimos que este trabajo no tiene sentido sin el proceso realmente
transformador donde se comparta, reflexione, aprenda y dialogue entre los y las propios/as
sujetos/as de las comunidades. Este proceso debe tener como consecuencia claridades en
cuanto a cómo reaccionar y qué procedimientos abordar en caso de enfrentarse a una
situación de acoso sexual. Pero debe también, sobretodo, llevar a la erradicación de estas
situaciones.

Dada esta certeza, es que consideramos fundamental la etapa de difusión y diálogo abierto
en torno al trabajo realizado en Chile y la problemática del acoso sexual en general en todos
los espacios que sea posible, escuelas, lugares de trabajo, comunidades, colectivos, etc. Y
desde ahí nace la idea de crear este material tangible donde se pudiese compartir
brevemente la experiencia de esta construcción autónoma y comunitaria de un protocolo de
actuación frente a situaciones de acoso sexual y entregar ciertos apuntes -justamente en
base a la experiencia- buscando poder facilitar el inicio de procesos como este en otros
espacios y comunidades.

Así pues, compartimos con ustedes este texto y nos unimos en espíritu a todas las luchas e
instancias de resistencia frente a la violencia sexual y de género en este mundo a
deconstruir.
Introducción

A través de la historia, se han ejercido una amplia variedad de violencias hacia la mujer,
que se han justificado mediante la cultura como algo inalterable o que simplemente se han
normalizado en la cotidianeidad. Frente a estas situaciones han surgido diversas
agrupaciones de resistencia, denuncia y trabajo organizado que han levantado discursos y
acciones para responder y erradicar dicha violencia. Sin embargo, existen ciertos abusos
que actualmente están tan enraizados en nuestro pensamiento colectivo, que como sociedad
no hemos podido siquiera identficarlos como actos de violencia. Y esta invisibilización no
es porque no sean nocivos, sino porque aún no se comprende que pueden llegar a
transgredir nuestra seguridad psicológica, emocional y/o física. Además, dicho
desconocimiento se ve amparado por todo un sistema que sobrevive en base a aquellos
abusos y que vela porque estos sigan perpetúandose. Dentro de esta violencia invisibilizada
es que nos encontramos con el acoso sexual, que atenta contra la libertad sexual de las
personas y que agrede principalmente a la mujer, cuyo cuerpo es comprendido como un
objeto abierto a la opinión y deseo públicos. Antes de narrar nuestra experiencia
particular, quisiéramos que nosotras y usted habláramos en un mismo idioma,
comprendiendo el acoso sexual como una situación que en cualquier parte del mundo
estaría compuesta por los siguientes elementos:

A) EXISTE UNA CONDUCTA DE NATURALEZA O CONNOTACIÓN SEXUAL. Es


decir, son hechos que necesariamente aluden o involucran – de manera implícita o explícita
- el cuerpo, la sexualidad, o la intimidad de una persona.

B) ES UN HECHO NO BIENVENIDO O NO CONSENTIDO . Una conducta es acoso


sexual si, además, no es consentida por la ó el destinatario, constituyendo un agravio a la
intimidad y dignidad de la víctima, y al mismo tiempo restringiendo su libertad de decisión.
El consentimiento debe ser explícitamente expresado, no se puede deducir de la falta de
resistencia o silencio de la víctima, porque:

En relaciones de desigualdad de poder, las personas pueden sentirse coartadas a expresar su


incomodidad o molestia.

En situaciones donde las personas, por el consumo de alcohol o drogas, pueden perder la
consciencia o la voluntad para entregar su consentimiento frente a un acercamiento sexual.

C) ES UNA SITUACIÓN QUE GENERA CONSECUENCIAS NEGATIVAS PARA LA


VÍCTIMA. Secuelas emocionales que dañan el bienestar general de la persona a corto,
mediano y largo plazo. Pueden manifestarse a través de sensaciones molestas como rabia,
asco, impotencia, miedo, pena; trastornos del ánimo como ansiedad, depresión,
inestabilidad emocional e insomnio; o incluso enfermedades dermatológicas o digestivas
producto del estrés. Esto genera a su vez un ambiente hostil, ofensivo y/o amenazador para
la persona y puede desembocar en la decisión de dejar de participar o asistir a espacios o
actividades específicas.
Contexto Chile, Liceo Manuel de Salas

A finales del 2016 en el Liceo Experimental Manuel de Salas, institución emblemática en el


país, se denuncian reiteradas situaciones de acoso sexual de parte de un profesor a un grupo
de estudiantes de 14 años. No sabíamos qué hacer. Cómo apoyar a los y las estudiantes
afectados/as. No se entregaba información sobre el caso. La prioridad del equipo
administrativo se reducía al prestigio del establecimiento.

Además, para la legislación chilena en ese entonces el acoso sexual sólo existía en el marco
laboral, es decir, se podía hacer una denuncia por acoso sexual sólo si la situación ocurría
entre compañeros/as de trabajo (Ley N°20.005 y Ley Nº18.832). En caso de ser víctima de
acoso sexual en otro contexto, la única forma de ejercer una denuncia era abocando al
Artículo N°373 del código penal acogiéndose a una “falta que ofende la moral y las buenas
costumbres de las personas”. Por lo tanto, otros casos de acoso sexual como el educacional
o callejero, no tenían cómo ser investigados y/o sancionados en la Justicia.

Sin embargo, teníamos a nuestro favor la lucha histórica de las y los estudiantes
secundarios/as en Chile, jóvenes de 13, 15, 17 años en las calles, en asambleas, en
discusiones políticas profundas, creando propuestas frente a gobiernos inoperantes. La
resistencia durante la dictadura militar, el mochilazo, la revolución pingüina. Luchas que se
convierten en memoria colectiva y nos inducen, ante la inoperancia de las figuras
administrativas de nuestros espacios, a la libre organización, autoconvocatoria y trabajo
colectivo de bases.

De esta manera, a inicios del 2017 cuando nos vimos enfrentadas/os a la noticia de que la
denuncia de acoso sexual realizada a fines del 2016 seguía en curso, que el profesor
mantenía su puesto dentro del establecimiento y que a las y los compañeras/as denunciantes
no se les estaba entregando suficiente información, ni se estaban tomando en cuenta todas
sus declaraciones; como colectivo definimos que nuestra acción sería generar un
documento que no permitiera que aquella incertidumbre y malestar volviera a repetirse, que
todas las negligencias ocurridas fuesen evitadas en futuras denuncias, que todas/os las/os
integrantes de la comunidad educativa tuvieran claro el procedimiento en caso de ser
víctimas de acoso sexual. Entonces, desde el Colectivo feminista Violeta Parra, formado
únicamente por estudiantes, es que hacemos el llamado a docentes, estudiantes y
funcionarios/as del Liceo a participar de la primera reunión abierta: “Conversemos sobre un
protocolo ante el acoso sexual para el LMS”.

Cabe mencionar que durante principios del 2018 a raíz, una vez más, de la movilización de
mujeres y estudiantes organizadas, se han generado avances en materia legislativa en
torno al acoso sexual; En dos municipios de la provincia de Santiago, se aprobaron
ordenanzas que sancionan y multan el acoso callejero y desde el Congreso Nacional se
aprobó el Proyecto de Ley de las Universidades Estatales (Ley Nº21.091), que califica al
acoso sexual, junto al acoso laboral y a la discriminación arbitraria, como un atentado
contra los derechos humanos y la dignidad de las personas. A pesar de que esta nueva
tipificación significa un avance importante en materia de reconocimiento de las situaciones
de violencia sexual y violencia machista que se viven cotidianamente, siguen siendo las y
los menores de edad quienes quedan desamparados/as frente al acoso sexual en sus
instituciones de educación, puesto que dichas legislaciones, consideran únicamente al
ámbito laboral, al espacio público y al ámbito educativo universitario.
Comisión Protocolo ante el acoso sexual LMS

En el acta de aquella primera convocatoria, se registra: “A la instancia asistieron 7


profesorxs y alrededor de 13 estudiantes. Durante la reunión, se discutió respecto a la
relevancia de generar el protocolo, pusimos sobre la mesa las razones que nos movían a
estar participando en la reunión, conversamos sobre experiencias de protocolos en otras
instituciones, etc. [...] Finalmente quedó esbozado (en términos muy simples) un punteo de
actividades e ideas que nos gustaría realizar para ir dando paso a la redacción de este
protocolo.”

Aquel 4 de mayo marca el inicio de las reuniones semanales que se realizarían hasta
octubre del mismo año, instancias completamente abiertas a la participación de estudiantes,
docentes y funcionarias/ os no docentes del Liceo, donde se piensan, crean, planifican y
construyen todas las etapas y actividades de la elaboración del primer protocolo ante el
acoso sexual hecho por estudiantes en una escuela secundaria.

Primera etapa de trabajo

El primer trabajo que se definió desde la Comisión fue el de “Sensibilización y


socialización del concepto de acoso sexual”, que buscaba visibilizar la problemática e
informar y aclarar el concepto de acoso sexual a todas y todos los/las integrantes de la
comunidad. Considerando lo vital que era la bajada del tema a la reflexión y conocimiento
de las bases, fue fundamental utilizar actividades y dinámicas pedagógicamete
innovadoras, a fin de que la temática llegara a la comunidad como una acción necesaria y
no tediosa. Asi que aquella primera etapa se puso en práctica a través de dos acciones:

1. La creación, diseño y difusión de siete carteles a color, donde se ejemplifican


gráficamente situaciones de acoso sexual y se adjunta un extracto de la definición de acoso
sexual.
2. La planificación de talleres para estudiantes, docentes, funcionarios/as no docentes
y apoderadas/os que posteriormente fueron impartidos por un grupo de 20 estudiantes
integrantes de la comisión.

En el caso de los y las estudiantes, se planificaron tres sesiones de taller, cada uno con
objetivos específicos acorde a los objetivos generales de la etapa de trabajo antes
mencionada y con actividades en sintonía con las mismas.

Sesión 1: Se exponían posibles situaciones de acoso sexual, se les solicitaba a los y las
estudiantes que se ubicaran en tres grupos dependiendo de si consideraban que era acoso
sexual, si consideraban que no era acoso sexual o si no lo sabían. Luego se les pedía
presentar las razones de su decisión y se daba paso a una pequeña discusión entre el grupo
curso. Al terminar la actividad los/as moderadores/as exponían los tres elementos que
constituyen una situación de acoso sexual: connotación sexual, no consentimiento y efectos
negativos en la víctima.

Sesión 2: En el pizarrón de la clase, se pegaban los conceptos de acoso sexual, violencia


sexual, delito sexual, violación y abuso sexual, cada uno escrito en una cartulina. Además,
sobre una mesa se encontraban varias imagenes, frases, palabras y definiciones en relación
a dichos términos. Se invitaba al curso a observar las cosas que estaban sobre la mesa,
tomar las que quisieran e ir pegándolas bajo la cartulina a la que le aludieran alguna
relación. Luego, los/las moderadores/as compartían con el curso una serie de definiciones
de diversas fuentes nacionales e internacionales de cada uno de los conceptos escritos en las
cartulinas. Finalizada la lectura y aclaradas las dudas, se invitaba a los y las estudiantes a
observar todo lo que habían pegado anteriormente en el pizarrón e identificar si coincidía
con las definiciones que se acababan de exponer. Si encontraban algún error podían ir y
mover las cosas hasta que les pareciera todo coherente. Finalmente los/las moderadores/as
revisan todo lo que estaba en el pizarrón y hacían una última revisión y aclaraciones en
caso de que quedaran imagenes, frases, palabras o definiciones bajo un concepto que no les
correspondiese.
Sesión 3: Se invita al curso a pensar y escribir situaciones de acoso sexual que se pudiesen
dar entre los/las integrantes de la comunidad educativa. Luego se les pide que respondan,
ante las situaciones que ellos/ellas mismos/as pensaron, a las preguntas ¿a quién debiese
acercarse la víctima para denunciar el hecho? ¿en qué consistiría la investigación y quién se
encargaría de realizarla? ¿cuáles serían las consecuencias en caso de que se compruebe el
acoso sexual? ¿cuáles serían las consecuencias en caso de que no se compruebe el acoso
sexual? Todas las respuestas serían registradas y guardadas por los/ las moderadores/as.

En el caso de los y las profesores/as, funcionarios/as y apoderados/as se definieron los


mismos objetivos que para los y las estudiantes, pero sintetizados en un sólo taller donde se
realizaron las actividades de la reflexión 2 y 3.

Segunda etapa de trabajo

Una vez terminadas las reflexiones con todas y todos los/las actores de la comunidad, nos
enfrentamos a la etapa definitiva: Redactar el primer protocolo ante el acoso sexual en un
establecimiento de educación secundaria.

Para esta tarea, un grupo de 10 estudiantes que formaban parte de la Comisión Protocolo,
con habilidades de síntesis y redacción, conformaron una subcomisión llamada Comisión
Redacción. Se solicitó a la administración del Liceo que concediera a dichos/as estudiantes
el permiso para asistir al establecimiento regularmente, pero mantenerse fuera de las aulas y
reunirse en una sala desde las 8:00 hrs hasta las 13:45 hrs para redactar el protocolo. La
solicitud fue aceptada y la Comisión Redacción se encauzó en la tarea que tomó alrededor
de cuatro semanas.

Metodología:

La metodología fue bastante simple y se fue definiendo sobre la marcha. Los primeros dos
días se utilizaron en la búsqueda y lectura colectiva de textos que nos entregaran ciertas
claridades conceptuales y legislativas y que nos ayudaron a construir un esquema de lo que
sería el documento. Además recibimos el acompañamiento de compañeras y compañeros
con experiencias en la construcción de textos similares o con trabajos en torno a la
violencia sexual.

Luego definimos la estructura y apartados que tendría el documento. A medida que íbamos
redactando el texto, la metodología era asignar -mediante acuerdo común- una parte de lo
que se debía escribir, a una persona o pareja (dependiendo de la cantidad de trabajo) del
grupo, se definía un tiempo para trabajar y luego se leía el avance de cada persona o pareja
a la comisión para su revisión colectiva.

El trabajo realizado, debía tener en consideración los insumos previamente investigados y


recolectados de las reflexiones de la comunidad.

Todo esto ocurría en una sala dentro del Liceo, en una gran mesa semiredonda donde
ocupábamos algunos computadores facilitados por la administración y otros que
llevábamos nosotros/ as mismos/as. El horario era, como se mencionó antes, de lunes a
viernes de 08:00 a 13:45hrs y los tiempos de descanso se definían colectivamente según las
necesidades del grupo.

Estructura del documento:

Introducción

Principios fundamentales

En estos puntos se contextualiza y expresa la necesidad de tener un protocolo de actuación


ante el acoso sexual y se plantean conceptos que se deben tener en consideración para
justificar la existencia de este documento, su importancia como agente de cambio y
algunas de las medidas que en él se definen. Se nombran conceptos como la violencia de
género, asimetría de poder, principio de no revictimización, etc.

Definiciones generales

En este apartado se define el acoso sexual, recogiendo diversas definiciones de varios


organismos y acordes al contexto de nuestro establecimiento educacional. Se le suma
también a este apartado la comprensión de la gravedad que implican los distintos tipos de
acoso sexual (no verbal, verbal y físico), sumados con actitudes reiterativas y/o relaciones
asimétricas.

Nuevos organismos institucionales

En vista del deficiente accionar de la administración del Liceo frente al caso denunciado
durante el 2016, nos vimos en la necesidad de definir la creación de un organismo
independiente a las autoridades ya establecidas, cuya función específica fuese prevenir la
violencia sexual y de género, llevar adelante las denuncias de acoso sexual y velar por el
cumplimiento de todo el procedimiento estipulado en el Protocolo ante el acoso sexual.

Procedimiento

Se define dónde hacer la denuncia, quiénes llevarán a cabo la investigación, etc. según
cada caso de acoso sexual posible dentro de la comunidad educativa. Ejemplos: Acoso
sexual de estudiante a estudiante. Acoso sexual de apoderado/a a funcionaria/o. Acoso
sexual de funcionario/a a apoderado/a.

Sanciones

En este punto no pudimos hacer mucho más que ordenar las sanciones que ya estaban
definidas y que son inalterables en marcos legales que están por sobre el protocolo
(Estatuto Administrativo y Manual de Convivencia Escolar). Solo en el caso de los y las
tutores/ as estipulamos sanciones creadas por nosotras/os misma/as, siempre respetando la
legislación nacional. Por otra parte, como Comisión nos parecía fundamental no solo
sancionar a el/la acosador/a sino que este/a comprendiera la dimensión de sus acciones y
viviera un proceso de aprendizaje y deconstrucción sobre las mismas, por lo tanto también
se definen talleres de carácter obligatorio donde se trabajan esos objetivos.

Reparaciones

Tercera etapa de trabajo


Como había sido definido desde las primeras reuniones de la Comisión protocolo, una vez
que el documento estuvo terminado se abrió paso a la etapa de “Socialización y ratificación
del documento” . Para esta tarea lo que se hizo fue, primero que todo, hacer público el
documento y compartirlo principalmente a través de internet. Sin embargo era necesario
asegurarnos de que la mayor cantidad de gente estuviese enterada al menos de los aspectos
fundamentales del protocolo, por lo tanto se desarrolló una síntesis de este y se presentó a
estudiantes, profesoras/es, funcionarios/as y apoderadas/os a través de diferentes instancias.

Una vez realizada la difusión, se organizó la votación de “aprobación o rechazo del


protocolo ante el acoso sexual” donde toda la comunidad pudo expresar su opinión frente al
documento a través del sufragio. Los resultados de aquella votación fueron los siguientes:

Estudiantes: 85% aprobó, 6% lo rechazó y 9% anuló su voto.


Profesores/as y funcionarias/os: 77% aprobó y 23% rechazó.

Apoderadas/os: 99% aprobó y 1% rechazó.

De esta manera, la comunidad daba por aprobado el protocolo ante el acoso sexual en el
Liceo Experimental Manuel de Salas y este procedía a ser incluido en el Reglamento
Interno del establecimiento.
Elementos fundamentales para enfrentar el acoso sexual en
nuestros espacios

A continuación, presentamos algunas acciones y metodologías que fueron sumamente


relevantes para el proceso que llevamos a cabo como comisión y que creemos pueden
aportar a colectivos o individualidades que se hayan propuesto enfrentar el acoso sexual en
los espacios que habitan.

ANÁLISIS DEL ESPACIO

Para definir cualquier estrategia, acciones o métodos para comenzar a tratar el acoso sexual
en nuestro espacio, es fundamental tener claridad de dónde nos estamos desenvolviendo.
Por lo tanto, una primera acción sería el observar el espacio donde ha de realizarse el
trabajo y analizar algunos puntos fundamentales. Algunos ejemplos/propuestas, serían:

a) Quiénes y cómo se compone el espacio: Son todo/as compañeros/as de una organización


o no, existe variedad etaria o no, hay posiciones jerárquicas o no, son todo/as del mismo
sexo o no, hay menores de edad o no, etc.

b) ¿Existen denuncias o problemáticas previas en relación al acoso sexual? ¿Se ha


abordado la temática antes?

DIFUNDIR LA PROBLEMÁTICA

La mayoría de los puntos que aquí compartimos, apuntan a que las personas que
constituyen el espacio donde se trabaje, acepten y faciliten el avance del proyecto. Es decir,
por nuestra experiencia, podemos compartir que es fundamental que las personas adhieran -
o por lo menos no se opongan- a la necesidad de actuar frente al acoso sexual y otras
violencias sexuales y de género, sin embargo, la única manera real de generar adhesión, es
a través del entendimiento del problema. Es por esto que se hace fundamental la etapa de
difundir la problemática, o sea, socializar con todos y todas los/las participantes del espacio
de la manera más pedagógica, clara y paciente posible, la definición del acoso sexual y la
relevancia de trabajar en su erradicación. Para esto puede ser útil utilizar ejemplos de acoso
sexual contextualizados al espacio donde se esté trabajando, de modo que los y las
integrantes puedan llevar lo abstracto de la definición hasta lo cotidiano. Por otro lado,
también sería importante que esta socialización se realizara través de actividades que
posibiliten la conversación y reflexión colectiva, agrupando a los y las integrantes en favor
de aquello. Y que quienes estén a cargo de esas actividades velen por la comodidad de
quienes participan, el respeto mutuo y su propia capacitación para poder dar respuesta a las
muchas inquietudes que puedan surgir.

TRANSPARENCIA

Otro punto importante es el carácter abierto de este proceso. Es relevante que el trabajo a
realizar no sea visto por los y las integrantes del espacio como un proyecto sectario, ajeno y
excluyente, sino todo lo contrario; hacer invitaciones abiertas a participar de la
planificación y desarrollo de las actividades (siempre con la condición del compromiso para
con todo el proceso); hacer actas públicas de todas las reuniones y tomar fotografías o
videos de las mismas, ambas acciones ayudan, por una parte, a que se haga evidente el
sentido inclusivo y participativo del proyecto (que como explicamos anteriormente, es
fundamental para que el proceso sea validado y comprendido por todas y todos los/las
integrantes del espacio) y por otra parte, a resguardar la legitimidad del proceso en caso de
que surjan calumnias o comentarios mal intencionados buscando que éste decaiga.

ESTABLECER UN PROCEDIMIENTO

Es importante destacar que sea cual sea el formato que tome el documento o el proceso que
cada colectividad decida llevar a cabo, es fundamental que todo espacio habitado por seres
humanos/as cuente con un acuerdo colectivo, con acceso público a todas y todos los/las
integrantes del mismo, donde se defina qué se va a hacer en caso de que ocurra una
situación de acoso sexual y/o otros tipos de violencia sexual y/o de género, definiendo
procedimientos más allá de lo que ya está definido legalmente. Es decir, un acuerdo donde
se defina cómo se va a llevar la situación entre los y las mismas integrantes del espacio. ¿A
quién me acerco para dar aviso de la situación? ¿Cómo hago la denuncia? ¿Cómo y quiénes
van a llevar a cabo la investigación dentro del espacio? ¿Cuáles van a ser las medidas
cautelares? ¿Cuáles van a ser las sanciones y reparaciones una vez que finalice la
investigación?. Este sería un piso mínimo con el que todo espacio debería contar.

Por otro lado, si alguna colectividad o individualidades están decididos a elaborar un


documento más completo sería bueno agregar a lo mencionado anteriormente:

- Una definición del acoso sexual, utilizando definiciones de organismos


internacionales y/o protocolos de otros espacios. Además de una exposición clara de las
diferentes formas en que se puede materializar el acoso sexual y de los elementos que
suman gravedad al mismo.

- Una declaración de principios donde se exponga claramente los elementos que se


consideraron para la definición de los procedimientos (desigualdad de género, jerarquías,
figuras legales, etc). Una justificación legal y ética de las medidas definidas dentro del
documento.

- Definir organismos o actividades que apunten a la prevención y trabajo colectivo


constante para enfrentar y erradicar del espacio toda violencia sexual y de género. También
sería importante que se constituya un grupo humano al que todo/a integrante del espacio
sepa que puede acercarse y recibir orientación y ayuda emocional y legal en caso de vivir
una situación que atente a su libertad sexual.
Agradeceríamos mucho que ante cualquier duda que surja a partir de este texto o
cualquier apoyo que necesiten para llevar adelante algún proceso relacionado a lo
que aquí expusimos, se comuniquen con nosotras a través de nuestra página de
facebook “Protocolo ante el acoso lms” donde también podemos compartir el
documento completo “Protocolo de actuación ante el acoso sexual en el Liceo
Manuel de Salas” para mayor entendimiento de lo que intentamos explicar en este
texto y para utilizarlo como ejemplo si así se desea.

Agradecidas:

Frente contra la violencia sexual.

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