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Abrazos fraternos
Durante el 2017, se crea en Chile el primer protocolo ante el acoso sexual redactado por
estudiantes en un establecimiento de educación media, es decir, el primer documento para
enfrentar el acoso sexual, donde se considera a jóvenes de 13 a 18 años y a sus padres,
madres ó tutores/as.
Dada esta certeza, es que consideramos fundamental la etapa de difusión y diálogo abierto
en torno al trabajo realizado en Chile y la problemática del acoso sexual en general en todos
los espacios que sea posible, escuelas, lugares de trabajo, comunidades, colectivos, etc. Y
desde ahí nace la idea de crear este material tangible donde se pudiese compartir
brevemente la experiencia de esta construcción autónoma y comunitaria de un protocolo de
actuación frente a situaciones de acoso sexual y entregar ciertos apuntes -justamente en
base a la experiencia- buscando poder facilitar el inicio de procesos como este en otros
espacios y comunidades.
Así pues, compartimos con ustedes este texto y nos unimos en espíritu a todas las luchas e
instancias de resistencia frente a la violencia sexual y de género en este mundo a
deconstruir.
Introducción
A través de la historia, se han ejercido una amplia variedad de violencias hacia la mujer,
que se han justificado mediante la cultura como algo inalterable o que simplemente se han
normalizado en la cotidianeidad. Frente a estas situaciones han surgido diversas
agrupaciones de resistencia, denuncia y trabajo organizado que han levantado discursos y
acciones para responder y erradicar dicha violencia. Sin embargo, existen ciertos abusos
que actualmente están tan enraizados en nuestro pensamiento colectivo, que como sociedad
no hemos podido siquiera identficarlos como actos de violencia. Y esta invisibilización no
es porque no sean nocivos, sino porque aún no se comprende que pueden llegar a
transgredir nuestra seguridad psicológica, emocional y/o física. Además, dicho
desconocimiento se ve amparado por todo un sistema que sobrevive en base a aquellos
abusos y que vela porque estos sigan perpetúandose. Dentro de esta violencia invisibilizada
es que nos encontramos con el acoso sexual, que atenta contra la libertad sexual de las
personas y que agrede principalmente a la mujer, cuyo cuerpo es comprendido como un
objeto abierto a la opinión y deseo públicos. Antes de narrar nuestra experiencia
particular, quisiéramos que nosotras y usted habláramos en un mismo idioma,
comprendiendo el acoso sexual como una situación que en cualquier parte del mundo
estaría compuesta por los siguientes elementos:
En situaciones donde las personas, por el consumo de alcohol o drogas, pueden perder la
consciencia o la voluntad para entregar su consentimiento frente a un acercamiento sexual.
Además, para la legislación chilena en ese entonces el acoso sexual sólo existía en el marco
laboral, es decir, se podía hacer una denuncia por acoso sexual sólo si la situación ocurría
entre compañeros/as de trabajo (Ley N°20.005 y Ley Nº18.832). En caso de ser víctima de
acoso sexual en otro contexto, la única forma de ejercer una denuncia era abocando al
Artículo N°373 del código penal acogiéndose a una “falta que ofende la moral y las buenas
costumbres de las personas”. Por lo tanto, otros casos de acoso sexual como el educacional
o callejero, no tenían cómo ser investigados y/o sancionados en la Justicia.
Sin embargo, teníamos a nuestro favor la lucha histórica de las y los estudiantes
secundarios/as en Chile, jóvenes de 13, 15, 17 años en las calles, en asambleas, en
discusiones políticas profundas, creando propuestas frente a gobiernos inoperantes. La
resistencia durante la dictadura militar, el mochilazo, la revolución pingüina. Luchas que se
convierten en memoria colectiva y nos inducen, ante la inoperancia de las figuras
administrativas de nuestros espacios, a la libre organización, autoconvocatoria y trabajo
colectivo de bases.
De esta manera, a inicios del 2017 cuando nos vimos enfrentadas/os a la noticia de que la
denuncia de acoso sexual realizada a fines del 2016 seguía en curso, que el profesor
mantenía su puesto dentro del establecimiento y que a las y los compañeras/as denunciantes
no se les estaba entregando suficiente información, ni se estaban tomando en cuenta todas
sus declaraciones; como colectivo definimos que nuestra acción sería generar un
documento que no permitiera que aquella incertidumbre y malestar volviera a repetirse, que
todas las negligencias ocurridas fuesen evitadas en futuras denuncias, que todas/os las/os
integrantes de la comunidad educativa tuvieran claro el procedimiento en caso de ser
víctimas de acoso sexual. Entonces, desde el Colectivo feminista Violeta Parra, formado
únicamente por estudiantes, es que hacemos el llamado a docentes, estudiantes y
funcionarios/as del Liceo a participar de la primera reunión abierta: “Conversemos sobre un
protocolo ante el acoso sexual para el LMS”.
Cabe mencionar que durante principios del 2018 a raíz, una vez más, de la movilización de
mujeres y estudiantes organizadas, se han generado avances en materia legislativa en
torno al acoso sexual; En dos municipios de la provincia de Santiago, se aprobaron
ordenanzas que sancionan y multan el acoso callejero y desde el Congreso Nacional se
aprobó el Proyecto de Ley de las Universidades Estatales (Ley Nº21.091), que califica al
acoso sexual, junto al acoso laboral y a la discriminación arbitraria, como un atentado
contra los derechos humanos y la dignidad de las personas. A pesar de que esta nueva
tipificación significa un avance importante en materia de reconocimiento de las situaciones
de violencia sexual y violencia machista que se viven cotidianamente, siguen siendo las y
los menores de edad quienes quedan desamparados/as frente al acoso sexual en sus
instituciones de educación, puesto que dichas legislaciones, consideran únicamente al
ámbito laboral, al espacio público y al ámbito educativo universitario.
Comisión Protocolo ante el acoso sexual LMS
Aquel 4 de mayo marca el inicio de las reuniones semanales que se realizarían hasta
octubre del mismo año, instancias completamente abiertas a la participación de estudiantes,
docentes y funcionarias/ os no docentes del Liceo, donde se piensan, crean, planifican y
construyen todas las etapas y actividades de la elaboración del primer protocolo ante el
acoso sexual hecho por estudiantes en una escuela secundaria.
En el caso de los y las estudiantes, se planificaron tres sesiones de taller, cada uno con
objetivos específicos acorde a los objetivos generales de la etapa de trabajo antes
mencionada y con actividades en sintonía con las mismas.
Sesión 1: Se exponían posibles situaciones de acoso sexual, se les solicitaba a los y las
estudiantes que se ubicaran en tres grupos dependiendo de si consideraban que era acoso
sexual, si consideraban que no era acoso sexual o si no lo sabían. Luego se les pedía
presentar las razones de su decisión y se daba paso a una pequeña discusión entre el grupo
curso. Al terminar la actividad los/as moderadores/as exponían los tres elementos que
constituyen una situación de acoso sexual: connotación sexual, no consentimiento y efectos
negativos en la víctima.
Una vez terminadas las reflexiones con todas y todos los/las actores de la comunidad, nos
enfrentamos a la etapa definitiva: Redactar el primer protocolo ante el acoso sexual en un
establecimiento de educación secundaria.
Para esta tarea, un grupo de 10 estudiantes que formaban parte de la Comisión Protocolo,
con habilidades de síntesis y redacción, conformaron una subcomisión llamada Comisión
Redacción. Se solicitó a la administración del Liceo que concediera a dichos/as estudiantes
el permiso para asistir al establecimiento regularmente, pero mantenerse fuera de las aulas y
reunirse en una sala desde las 8:00 hrs hasta las 13:45 hrs para redactar el protocolo. La
solicitud fue aceptada y la Comisión Redacción se encauzó en la tarea que tomó alrededor
de cuatro semanas.
Metodología:
La metodología fue bastante simple y se fue definiendo sobre la marcha. Los primeros dos
días se utilizaron en la búsqueda y lectura colectiva de textos que nos entregaran ciertas
claridades conceptuales y legislativas y que nos ayudaron a construir un esquema de lo que
sería el documento. Además recibimos el acompañamiento de compañeras y compañeros
con experiencias en la construcción de textos similares o con trabajos en torno a la
violencia sexual.
Luego definimos la estructura y apartados que tendría el documento. A medida que íbamos
redactando el texto, la metodología era asignar -mediante acuerdo común- una parte de lo
que se debía escribir, a una persona o pareja (dependiendo de la cantidad de trabajo) del
grupo, se definía un tiempo para trabajar y luego se leía el avance de cada persona o pareja
a la comisión para su revisión colectiva.
Todo esto ocurría en una sala dentro del Liceo, en una gran mesa semiredonda donde
ocupábamos algunos computadores facilitados por la administración y otros que
llevábamos nosotros/ as mismos/as. El horario era, como se mencionó antes, de lunes a
viernes de 08:00 a 13:45hrs y los tiempos de descanso se definían colectivamente según las
necesidades del grupo.
Introducción
Principios fundamentales
Definiciones generales
En vista del deficiente accionar de la administración del Liceo frente al caso denunciado
durante el 2016, nos vimos en la necesidad de definir la creación de un organismo
independiente a las autoridades ya establecidas, cuya función específica fuese prevenir la
violencia sexual y de género, llevar adelante las denuncias de acoso sexual y velar por el
cumplimiento de todo el procedimiento estipulado en el Protocolo ante el acoso sexual.
Procedimiento
Se define dónde hacer la denuncia, quiénes llevarán a cabo la investigación, etc. según
cada caso de acoso sexual posible dentro de la comunidad educativa. Ejemplos: Acoso
sexual de estudiante a estudiante. Acoso sexual de apoderado/a a funcionaria/o. Acoso
sexual de funcionario/a a apoderado/a.
Sanciones
En este punto no pudimos hacer mucho más que ordenar las sanciones que ya estaban
definidas y que son inalterables en marcos legales que están por sobre el protocolo
(Estatuto Administrativo y Manual de Convivencia Escolar). Solo en el caso de los y las
tutores/ as estipulamos sanciones creadas por nosotras/os misma/as, siempre respetando la
legislación nacional. Por otra parte, como Comisión nos parecía fundamental no solo
sancionar a el/la acosador/a sino que este/a comprendiera la dimensión de sus acciones y
viviera un proceso de aprendizaje y deconstrucción sobre las mismas, por lo tanto también
se definen talleres de carácter obligatorio donde se trabajan esos objetivos.
Reparaciones
De esta manera, la comunidad daba por aprobado el protocolo ante el acoso sexual en el
Liceo Experimental Manuel de Salas y este procedía a ser incluido en el Reglamento
Interno del establecimiento.
Elementos fundamentales para enfrentar el acoso sexual en
nuestros espacios
Para definir cualquier estrategia, acciones o métodos para comenzar a tratar el acoso sexual
en nuestro espacio, es fundamental tener claridad de dónde nos estamos desenvolviendo.
Por lo tanto, una primera acción sería el observar el espacio donde ha de realizarse el
trabajo y analizar algunos puntos fundamentales. Algunos ejemplos/propuestas, serían:
DIFUNDIR LA PROBLEMÁTICA
La mayoría de los puntos que aquí compartimos, apuntan a que las personas que
constituyen el espacio donde se trabaje, acepten y faciliten el avance del proyecto. Es decir,
por nuestra experiencia, podemos compartir que es fundamental que las personas adhieran -
o por lo menos no se opongan- a la necesidad de actuar frente al acoso sexual y otras
violencias sexuales y de género, sin embargo, la única manera real de generar adhesión, es
a través del entendimiento del problema. Es por esto que se hace fundamental la etapa de
difundir la problemática, o sea, socializar con todos y todas los/las participantes del espacio
de la manera más pedagógica, clara y paciente posible, la definición del acoso sexual y la
relevancia de trabajar en su erradicación. Para esto puede ser útil utilizar ejemplos de acoso
sexual contextualizados al espacio donde se esté trabajando, de modo que los y las
integrantes puedan llevar lo abstracto de la definición hasta lo cotidiano. Por otro lado,
también sería importante que esta socialización se realizara través de actividades que
posibiliten la conversación y reflexión colectiva, agrupando a los y las integrantes en favor
de aquello. Y que quienes estén a cargo de esas actividades velen por la comodidad de
quienes participan, el respeto mutuo y su propia capacitación para poder dar respuesta a las
muchas inquietudes que puedan surgir.
TRANSPARENCIA
Otro punto importante es el carácter abierto de este proceso. Es relevante que el trabajo a
realizar no sea visto por los y las integrantes del espacio como un proyecto sectario, ajeno y
excluyente, sino todo lo contrario; hacer invitaciones abiertas a participar de la
planificación y desarrollo de las actividades (siempre con la condición del compromiso para
con todo el proceso); hacer actas públicas de todas las reuniones y tomar fotografías o
videos de las mismas, ambas acciones ayudan, por una parte, a que se haga evidente el
sentido inclusivo y participativo del proyecto (que como explicamos anteriormente, es
fundamental para que el proceso sea validado y comprendido por todas y todos los/las
integrantes del espacio) y por otra parte, a resguardar la legitimidad del proceso en caso de
que surjan calumnias o comentarios mal intencionados buscando que éste decaiga.
ESTABLECER UN PROCEDIMIENTO
Es importante destacar que sea cual sea el formato que tome el documento o el proceso que
cada colectividad decida llevar a cabo, es fundamental que todo espacio habitado por seres
humanos/as cuente con un acuerdo colectivo, con acceso público a todas y todos los/las
integrantes del mismo, donde se defina qué se va a hacer en caso de que ocurra una
situación de acoso sexual y/o otros tipos de violencia sexual y/o de género, definiendo
procedimientos más allá de lo que ya está definido legalmente. Es decir, un acuerdo donde
se defina cómo se va a llevar la situación entre los y las mismas integrantes del espacio. ¿A
quién me acerco para dar aviso de la situación? ¿Cómo hago la denuncia? ¿Cómo y quiénes
van a llevar a cabo la investigación dentro del espacio? ¿Cuáles van a ser las medidas
cautelares? ¿Cuáles van a ser las sanciones y reparaciones una vez que finalice la
investigación?. Este sería un piso mínimo con el que todo espacio debería contar.
Agradecidas: