Professional Documents
Culture Documents
El déficit resulta más notorio en las áreas relacionadas con el agro, la energía eléctrica y la
tecnología, según un reciente estudio de la Asociación Colombiana de Facultades de
Ingeniería (Acofi).
Lo curioso es que Colombia es uno de los países de América Latina que más programas en
ingeniería ofrece, por encima de Brasil (48) y México (45).
De hecho, hoy los ingenieros son superados por áreas como Administración, Contaduría
Pública, Derecho y Psicología. Estadísticas del Ministerio de Educación dan cuenta de que
una de las razones de la escasez de ingenieros es la dificultad de los estudiantes para
mantenerse en la carrera.
El estudio estima que hay un déficit de 15.000 ingenieros en sistemas y telemática y que la
cifra será de 93.000 en el 2018, si no se toman medidas. Lo anterior contrasta con el
crecimiento sostenible anual del 12 por ciento que presenta el sector.
Y se espera que en el 2018 las 1.800 firmas desarrolladoras de software se dupliquen y que
los 39.000 empleos relacionados con las TIC se multipliquen por tres.
También se prevé un crecimiento en las ventas de la industria del software de 5,9 billones
de pesos, en el 2014, a 17 billones de pesos en el 2018.
Lina Taborda, directora del Programa de Fortalecimiento de esta industria del MinTIC,
considera “preocupante” el déficit de estos profesionales e indica que, en efecto, esta
cartera recibe a diario quejas de los empresarios, que alegan que hay una barrera para
desarrollar proyectos por la falta de personal calificado.
A lo anterior se suma otra dificultad y es que no solo hay escasez de ingenieros, sino que
muchos de los disponibles carecen de habilidades que demanda el mercado.
Algo parecido sucede con los egresados de carreras afines con la energía eléctrica, que
también se están quedando cortos. Así lo evidencia el Observatorio Laboral del Ministerio
de Educación, que muestra que el total de graduados en este campo, en todos los niveles de
educación superior, se ha mantenido en el rango de 900 a 1.500.
De acuerdo con esta entidad, la razón es mundial: la falta de motivación en los estudiantes,
que prefieren formarse en carreras tradicionales.
El descenso en el agro
De acuerdo con José Ismael Peña, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad
Nacional, desde hace mucho tiempo la demanda en la formación de las ingenierías
relacionadas con el sector agrícola es muy baja.
No solo a los jóvenes no les interesa el campo, sino que hay escasez de oferta académica en
esta área, que se concentra en las universidades públicas.
El Snies reporta que entre el 2008 y el 2013 se inscribieron 120.000 alumnos, el 6,6 por
ciento del total de la población universitaria, en alguno de los 360 programas agropecuarios
que se ofrecen en el país, pero que desde el 2011 el número de inscritos ha descendido
hasta alcanzar la cifra de 22.332 matriculados.
Según la Agencia de Noticias UN, las cifras son un reflejo de la crisis por la que atraviesa
el sector agropecuario. El profesor Arnulfo Gómez Carabalí, ingeniero agrónomo, dice que
la demanda de estos profesionales ha disminuido por la importación de productos que antes
se cultivaban en el país, como el sorgo, el maíz y el algodón. “Estas materias primas
requerían gran cantidad de agrónomos para la realizar labores de asistencia técnica”,
explica Gómez.
Por el lado de las ingenierías de petróleo ocurrió un fenómeno interesante, como lo explica
Luis Alberto González, director ejecutivo de Acofi, quien asegura que cuando estaba en
auge el petróleo creció considerablemente la demanda de estos estudios entre los
bachilleres.
Tanto así que la oferta académica se quedó corta en su momento. Es decir –dice González–,
se volvió “una moda” estudiar Ingeniería de Petróleos.
Sin embargo, hoy la situación para estos profesionales es muy distinta por culpa de la
desaceleración de la industria de los hidrocarburos, que, de acuerdo con un estudio de la
Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet), generó que tres de cada diez
profesionales de esta rama no tengan hoy trabajo.
Según la investigación, la mitad de los ingenieros de petróleo con menos de tres años de
experiencia no tienen trabajo, lo que implica que para los recién egresados la situación
laboral se haya vuelto más compleja aún.
Esta opinión la refuerzan –dice el informe– con conceptos como el de que “las obras en el
país las están ejecutando empresas extranjeras; Colombia es un país consumidor y no
desarrolla tecnología propia de importancia, y las empresas prefieren contratar extranjeros,
entre otras”.
Un dato que llama la atención en esta investigación, y que coincide con la opinión de
algunos decanos de ingeniería, es que otra razón por la que no se estudian estos programas
es porque la oferta confunde.
La falta de recursos económicos y de cupos en las universidades públicas son, para José
Ismael Peña, de la Nacional, las razones que disminuyen el número de ingenieros, pues
considera que hay muchos bachilleres que ven en estas carreras un proyecto de vida, pero,
en el caso de la Nacional, de los 20.000 jóvenes que se presentan solo tienen plazas para el
10 por ciento.
Otra iniciativa es el programa Talento Digital, que pretende mejorar el perfil de 9.000
profesionales, que podrán homologar materias para tener una doble titulación y pasar de ser
ingeniero mecánico, por ejemplo, a ingeniero de sistemas.