You are on page 1of 64

contenido

Ministerio del Poder


Popular para la Cultura
Ministro
Héctor Soto

2
Viceministra de Cultura EDITORIAL
para el Desarrollo Humano
Emma Elinor Cesín Centeno

3
Viceministro de Fomento CARLOS NOGUERA
de la Economía Cultural Entrevista
Iván Padilla Bravo

5
Viceministro de Identidad NUESTROS AUTORES
y Diversidad Cultural
Juan Carlos Lossada

33
Plataforma del Libro y la Lectura OSCAR VARSAVSKY

11
Marisela Guevara (Presidenta del CENAL) GERÓNIMO PÉREZ Ciencia, política y cientificismo
RESCANIERE
Monte Ávila Editores
Latinoamericana C.A.
40 años de Monte Ávila
35 NUEVAS COLECCIONES
DE MONTE ÁVILA
Presidente
Carlos Noguera
Directora ejecutiva
19 LUBIO CARDOZO
Desde la torre de
Segismundo 39 COLECCIÓN
ANTE LA CRÍTICA
Nelci Marín
Coordinadora General
de Gestión Interna
Aura Salerno
21 JESÚS ENRIQUE GUÉDEZ
Puerteños
40 MARTA HARNECKER
Reconstruyendo la izquierda
Coordinadora de Gestión Estratégica
Carilys Bravo
Coordinador de Promoción
23 ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN
Viejo
42 MARIO SANOJA
Memorias para la
Andrés Mejía
Coordinadora Editorial 25 SOR ELENA SALAZAR
Las máscaras de lo universal
integración

Carolina Álvarez
Folios
en Gallegos y Ayala
Michelena 44 COLECCIÓN TEATRO
Chalbaud, Chocrón,
Santana, Cabrujas
Director
Gerónimo Pérez Rescaniere
Consejo Editorial
27 IRAIDA VARGAS-ARENAS
Resistencia y participación
52 CÉSAR SECO
Lámpara y silencio
Carlos Noguera
Andrés Mejía
Gerónimo Pérez Rescaniere
29 SILDA CORDOLIANI
entre la tierra y el cielo
54 LEONARDO RUIZ TIRADO
El poeta perdido
Carolina Álvarez
Nelci Marín
Aura Salerno
31 NOAM CHOMSKY
El terror como política
y otros textos

Diseño gráfico: María Emilia Osuna


exterior de Estados Unidos
56 BIBLIOTECAS DE HONOR

Imagen de portada: Diseño Gráfico Muaré


Corrección: Duilio Medero

© Monte Ávila Editores Latinoamericana,C.A


Hecho el depósito de Ley
58 BIBLIOTECA BÁSICA DE
AUTORES VENEZOLANOS

61
Depósito Legal: 84–0186 MONTE ÁVILA
ISSN 1316–2683 EN EL PREMIO MUNICIPAL
DE LITERATURA
Dirección: Avenida Principal
con 1ra transversal, Quinta Cristina,
La Castellana, Caracas, Venezuela
Apartado Postal: 70712 –
63 GANADORES DEL
CONCURSO DE AUTORES
INÉDITOS 2007
Caracas 1070 – Venezuela
Teléfono: 265.6020. Fax: 265.9871

www.monteavila.gob.ve 64 IN MEMORIAM
L
a historia cultural venezolana no conoce de una editorial cuya vida al-
cance los cuarenta años, menos aún que los supere, como es el caso
de Monte Ávila Editores Latinoamericana. Decir que ello es motivo de
orgullo sería incurrir en un lugar común, pero también constatar que es
excepción y es alegría de la cultura venezolana, latinoamericana inclusive. Nacida
en 1968, expresión de lo que podríamos llamar una etapa de buenas intenciones
del puntofijismo, Monte Ávila inauguró en Venezuela el tratamiento editorial digno
que hasta ese momento sólo disfrutaron muy contadas figuras literarias, verbigracia
Rómulo Gallegos y Arturo Uslar Pietri. Recopiló y editó nuestros clásicos e invitó a los
entonces jóvenes a manifestarse; también hizo accesible y fácil a la ensayística universal.
Monte Ávila ha tenido «sus» escritores que en ella han editado toda —o casi
toda— su obra, caso de Adriano González León, Francisco Massiani, Eduardo Lien-
do, Salvador Garmendia, Luis Britto García, Juan Calzadilla, Carlos Noguera.
En este número, doble como la ocasión lo pide, hemos intentado historiar la
empresa en una recopilación de títulos hilvanada por la detección de tendencias
culturales y de política cultural, reseñando la marcada amplificación del abanico de
colecciones que caracteriza el presente: colecciones sociológicas, de difusión de
clásicos venezolanos, infantiles, indigenistas, tituladas en homenaje a valores que
lo merecen. Cabe destacar, porque es excepcional, cada vez más excepcional en el
panorama editorial mundial, la atención a la poesía que caracteriza a Monte Ávila.
En la página 3 puede verse una entrevista con nuestro presidente, Carlos
Noguera, que recapitula los años de su gestión; incluimos igualmente un texto
de los eruditos ensayos literarios de Lubio Cardozo y narraciones del amigo
desaparecido Jesús Enrique Guédez, que son historia viviente y cruda del habla y
la cosmovisión venezolanas. Va asimismo un trozo de Viejo, la novela póstuma de
Adriano González León; uno del estudio de Sor Elena Salazar sobre la dramaturgia
de Rómulo Gallegos y Leopoldo Ayala Michelena.
La política, tan presente hoy en Latinoamérica por causa, en gran medida,
de la Revolución Bolivariana, y activísima igualmente en el mundo, es analizada
en un grupo de libros de la Colección Mileniolibre: Resistencia y participación,
de Iraida Vargas-Arenas; El terror como política exterior de Estados Unidos, de
Noam Chomsky; Reconstruyendo la izquierda, de Marta Harrnecker; Memorias
para la integración, de Mario Sanoja y Ciencia, política y cientificismo, de
Oscar Varsavsky, en edición especial conjuntamente con el Ministerio del
Poder Popular para la Ciencia y Tecnología.
De la Colección Teatro transcribimos escenas de Román Chalbaud,
Isaac Chocrón, Rodolfo Santana y José Ignacio Cabrujas.
Entre la tierra y el cielo, de Silda Cordoliani, inaugura nuestra
colección el (d)ARTE cuenta, mientras César Seco, con Lámpara y silencio
y Leonardo Ruiz Tirado, con oraciones de El poeta perdido y otros textos,
cierran poéticamente este número de Folios.

•2•
-entrevista-
Carlos Noguera
En la presente entrevista Carlos Noguera, escritor, novelista, presidente
de Monte Ávila, puntualiza las líneas maestras de una gestión editorial dirigida
a mantener el lugar de excepción que la editorial ha ostentado a lo largo
de sus cuarenta años de existencia, potenciando al mismo tiempo su compromiso
revolucionario y cultural, cónsono con el momento histórico actual

Monte Ávila está pagando una


deuda con la cultura de izquierda

CN- Monte Ávila, lo he dicho alguna vez, de la Biblioteca Popular Venezolana que prestaciones sociales, se le debía a las
es como el buque insignia del mundo editaba el Ministerio de Educación. Jo- imprentas. Debo decir que recibimos
editorial venezolano. Ha pasado tem- ven interiorano en la Caracas en los años respaldo del ministerio, que ya presidía
pestades pero llega a sus cuarenta años 60, conoció la gente de la izquierda en- Farruco Sesto y fuimos dominando los
rodeada del afecto del mundo cultural guerrillada, a la de la República del Este, problemas.
venezolano. Ese afecto se probó, por que bebía y hablaba de política en la calle
ejemplo, hace unos cinco o seis años, Lincoln de Sabana Grande. Algunos lo re- Editar la poesía
cuando hubo una verdadera crisis pre- cuerdan subido a una mesa de bar leyen- GPR- Una de las cosas que le da su estilo
supuestaria. Dirigía la editorial Mariela do poemas. Su primera novela se llamó a Monte Ávila es la publicación de poe-
Sánchez, ella hizo una convocatoria a la Historias de la Calle Lincoln, lo cual fue ló- sía. Algo cada vez más excepcional en el
solidaridad y la respuesta fue masiva y gico de acuerdo con lo anterior, y en ella mundo editorial, quizá porque la poesía
entusiasta en apoyo. hay una escena que todavía permanece se ha engastado en los discursos narrati-
en la memoria: poetas que le colocan un vos, en los ensayísticos inclusive. Pero hay
GPR- Carlos Noguera nació en Ti- sostén a la estatua de María Lionza, para la poesía-poesía, y Monte Ávila la edita
naquillo, alumno de la profesora Josefina ahorrarle a la moral pública espectáculos CN- Sí. De hecho, Altazor es una de
Figueredo en una Escuela que, supongo, lúbricos…La novela ganó el Premio Inter- las colecciones emblemáticas de Monte
quedaba frente a la plaza y tendría nom- nacional de Monte Ávila, luego vinieron Ávila. Cuando hubo, en tiempos de crisis,
bre de héroe local. Leyó allá los tomos otras, también editadas en esta casa. que sacrificar líneas editoriales, quedaba
—¿Cuál anécdota del pasado vin- indemne Altazor, siempre. Si uno revisa
culado a Monte Ávila recuperarías en los catálogos de las grandes editoriales
este momento? de Europa, de los Estados Unidos, no es
CN- Cuando yo entré a este cargo fácil encontrar una colección tan amplia y
en Monte Ávila —hacen de eso cinco tan acuciosa en la publicación de la poe-
años— había muchas cosas por hacer, sía nacional como Altazor. Es que Monte
muchas y complejas. Monte Ávila es- Ávila ha continuado viendo a la poesía
taba comenzando a salir de una crisis. como una virtud humana, primordial.
Uno sabía cuándo entraba a la oficina Además, hay fidelidad de los lectores a la
pero no a qué hora salía. Se le debía di- poesía. No es un lectorado inmenso, por
nero a la Caja de ahorros, se debían las supuesto, pero es fiel, repito.
GPR- ¿La literatura venezolana se
hubiera desarrollado como lo está, en
extensión y en calidad, y en temáticas,
sin la existencia de Monte Ávila?
CN- Bueno, ésa es una pregunta
muy difícil de responder. Pero puedo
hablar por mí mismo. Yo soy un escritor
de Monte Ávila, mi carrera empezó con
un premio de Monte Ávila que me abrió
las puertas y creó expectativa en el mun-

•3•
do literario por mis futuras obras. Mon- de la literatura venezolana, latinoame- políticas. Tú la conoces, participaste en
te Ávila ha sido una casa para mí, en el ricana y universal, a precios razonables, su concepción.
sentido amoroso del término y también que fuese en el plano de la edición una GPR- Así es.
en el profesional. Y, sin pretender hablar campana de resonancia de lo que esta-
por la literatura venezolana sí puedo de- ba ocurriendo en el plano literario… Colecciones nuevas
cir, hablando en primera persona, que mi GPR- Yo digo que los escritores CN- Otra colección que responde a ese
carrera de escritor ha estado íntimamen- que habían jugado su corazón al azar y énfasis es la Biblioteca del pensamien-
te ligada a Monte Ávila. se lo ganó la violencia, pudieron, a partir to revolucionario, cuyo primer volumen
Interrumpe la conversación Raquel de la creación de Monte Ávila y del In- fue el Manifiesto Comunista. Esa colec-
Rincón, atractiva, menuda, la sempiterna ciba antes, canalizar sus rebeldías en el ción tiene cinco o seis series diferentes.
secretaria de la presidencia de Monte campo exclusivo de la palabra. Otra colección en esta línea es Bitácora
Ávila. Por su conversación pasan anéc- CN- Hacía falta algo que fuera rebelde, que publica testimonios, repor-
dotas de Luis García Morales, Mariela como lo que fue en México el Fondo tajes. En este momento cito Cómo es
Sánchez, Juan Liscano («Luis Herrera de Cultura Económica, salvando las un recuerdo, de Hugo Paredero. Y está
Campíns visitaba la editorial mucho. distancias. la serie Piesligeros, que son libros de la
Antes los militares de su escolta insta- GPR- Las líneas, los énfasis, no Colección Mileniolibre más breves, con
laban una especie de central telefónica siempre han sido los mismos. temáticas puntuales.
de ellos en el recibo. Se encerraba a CN- Hubo énfasis al principio por GPR- Esto se emparenta con es-
hablar con Liscano, horas. Era muy gen- editar el ensayo literario extranjero, Bar- tos libros indigenistas de la Colección
til»). Raquel trae el boceto de un libro thes, Blanchot, Julia Kristeva. Una plé- Warairarepano. ¿Cómo concibes tú ese
de la colección infantil Primera Dimen- yade, para decirlo con un lugar común, emparentamiento?
sión, para consultar con Noguera. Esta fue publicada en los primeros tiempos. CN- Waraira responde a un man-
colección es un caballo de batalla eco- Como producto circuló muy bien en las dato constitucional, ya que la Constitu-
nómico de la editorial, en cuanto llega universidades, donde se vivía una pasión ción define a Venezuela como una na-
a miles o decenas de miles de niños estructuralista, por la forma del discurso. ción multilingüe, multiétnica y pluricultu-
de edades entre 6 y 12 años, requeri- Los énfasis cambian. Hoy por ejemplo, ral. Está dirigida en principio a los niños
dos de narraciones adecuadas a ellos. Monte Ávila está pagando una deuda, y el diseño de tapa dura, todo color, pa-
El Ministerio de Educación marca o así la llamo yo, con la cultura de izquier- pel brillante se dirige a captar la atención
sugiere lecturas. Manuel Vicente Pata da, que es el reclamo del momento vene- infantil. Y va acompañada de un CD, como
Caliente, de Orlando Araujo, es acaso zolano actual. La Colección Mileniolibre tú sabes. Pero puede ser leída por los
lo más distinguido de estos libros del- expresa eso, por ejemplo. Ha recogido adultos. Y es bilingüe, o sea se usan el
gados y bonitos, muy ilustrados. trabajos venezolanos, latinoamericanos, castellano y el idioma de la lengua de
GPR- Hubo una suerte de boom de europeos, de temáticas sociológicas, donde procede el contenido.
la literatura venezolana en los años sesen-
ta, irradiándose a los setenta, que tiene
simultaneidad con el boom de García
Márquez y Vargas Llosa. Pienso en hom-
bres como Adriano González León, recién
desaparecido; como Salvador Garmen-
dia, como el gran Orlando Araujo, y los
asocio a la Monte Ávila que nacía…

Ese boom venezolano…


CN- Bueno, Monte Ávila surgió en un
momento de grandes transformaciones
en diversos costados de la vida social.
Transformaciones políticas, familiares,
de la vida de pareja, la aparición de la
pastilla anticonceptiva, y de surgimien-
to de nuevas corrientes, muy osadas, en
el campo cultural y artístico. Salvador
Garmendia era el cónsul de la literatura
venezolana, así fue catalogado. Monte
Ávila, yo diría no que nace de sino que
acompaña a ese boom venezolano…O
quizá ese boom señaló la necesidad de
una empresa editorial estatal que tuvie-
ra entre sus propósitos la divulgación

•4•
Nuestros autores

A través de cuatro décadas,


Monte Ávila ha editado los
mejores títulos nacionales
y universales extranjeros
•5•
•6•
•7•
•8•
•9•
•10•
40 años de Monte Ávila
Gerónimo Pérez Rescaniere

E
l año 1968 anuncia los de parafraseando a José Eustacio Rivera,
la Pacificación que presidirá habían jugado su corazón al azar y se lo
En las presentes páginas poco después Rafael Caldera, ganó la violencia, podrán a partir de la
y ello es un índice para perci- creación de Monte Ávila, canalizar sus
se sumarizan los logros bir el ambiente en el que nace Monte rebeldías en el campo exclusivo de la
de Monte Ávila, siguiendo Ávila Editores, ambiente que marca su palabra, saben que serán publicados;
vocación y sus énfasis, al menos los igual le está pasando a los pintores,
los diversos énfasis de iniciales. La guerrilla fidelista vivía sus cineastas, etcétera, en las respectivas
su acción, ya literarios, estertores y la democracia de Acción oficinas del Inciba. Era lógico, el par-
Democrática y Copei está en situación tido que dio de sí a Rómulo Gallegos
ya ensayísticos, por de sacar sus buenas intenciones y sus y Andrés Eloy Blanco, a Juan Liscano y
igual experimentales que buenas iniciativas. Monte Ávila es una Gerbasi no puede ser ajeno a conferir-
de ellas. Si la Reforma Agraria resultó le al país un envión cultural.
atentos a la rica tradición una estafa, si otros keynesianismos no Según un artículo de Pablo Gamba
literaria venezolana y rindieron demasiado, la cultura sí mos- y Alejandro Suárez, publicado en Folios
trará resultados. Su creación responde con motivo de los 30 años de la editorial,
universal. Son cuarenta al mismo impulso que la del Inciba, “Simón Alberto Consalvi y Guillermo
años de ediciones que encontramos los mismos hombres en Sucre, unos cuantos años más jóvenes,
ambos proyectos, y coinciden ambos discutían animadamente los últimos
constituyen correlato con los postulados de la Unesco de de­talles de un proyecto en gestación,
y resumen de la vida esos años, que pautan desarrollo de mientras un automóvil los trasladaba
las culturas nacionales en los países velozmente por las calles de la Caracas
cultural nacional del Tercer Mundo. Los escritores que, de 1968. Consalvi alzó la mirada, como

•11•
Colección Eldorado
queriendo ver el fu­turo en lugar de la Haría impresiones dignas
autopista. Pero lo que vio fue la omni­ y pagaría derechos a los escritores
presente montaña —el Ávila— y excla-
mó: «¡Monte Ávila! La editorial tiene La nueva editorial resultaría exótica en
que llamarse Monte Ávila». Es un princi- Venezuela en cuanto haría impresiones
pio romántico este del nombre, el admi- dignas, pagaría derechos a los escri-
nistrativo exhibe también su anécdota tores y pretendía distribuir de manera
y ésta es de un sabor tan costumbrista profesional. Se fundó como empresa
que resulta indudablemente cierto: «En del Estado, pero con una figura jurídica
el año 1967 se incluyó en el presupuesto particular: la de una compañía anónima
del Inciba una partida de un millón de sin fines de lucro y así figura hasta hoy.
bolívares para el Premio «Rómulo Galle- Para lo empresarial se reclutó a
gos» y todo el pro­ceso que implicaba. Be­nito Milla, un veterano editor pro-
Pero qué ocurre: en el presupuesto de veniente de Uruguay. Español repu-
1968 nadie en el Congreso disminuyó blicano, de ideas claras, fue llamado
aquel millón de bolívares. O sea, volvió a por Guillermo Sucre. «La experiencia
aparecer en el presupuesto. Así que de y los contactos interna­cionales de Mi-
buenas a primeras nos vimos con unos lla fueron clave en la rápida formación
recursos que no estaban contemplados de Monte Ávila como editorial —afir-
en nuestro plan de trabajo y de allí sur- ma Consalvi—. Milla tenía excelentes Yukio Mishima, Walter Benjamin, Clau-
gió la idea de crear la editorial, sugerida contactos en España y en Suramérica, de Simón, Henri Michaux, Ezra Pound,
por algunos amigos, como Guillermo en Uruguay y Argentina. Una de las pri- Magda Szabo, George Steiner, Gas-
Sucre». Así lo narra Consalvi. meras negociaciones que hicimos fue ton Bachelard, Henry James. Y deben
conmemorar junto a la Enciclopedia nombrarse igualmente La llama de una

Colección Británica sus 200 años, que los cele­bró


con una colección de doce libros es-
vela, de Gaston Bachelard; Ser, verdad
y fundamento, de Martin Heidegger;

Continentes critos por grandes especialistas sobre


diversas materias. La colección apare-
Crítica de la facultad de juzgar, de Kant,
y La ciencia jovial, de Nietzsche.
ció simultá­neamente en inglés, en In­ Las traducciones corrían a cargo
glaterra y Norteamérica, y en español, de, entre otros, Julieta Fombona, Fran-
en Venezuela». Integraron la Colección cisco Rivera, Guillermo Sucre, Federica
Perspectiva Actual. Textos de Raymond de Ritter, Marisa Vanini, Julio Miranda,
Aron, Walter Gropius, Eric Roll, Max Néstor Sánchez, Jaime Tello, Mariela
Black se integraron aquí; con posterio- Álvarez, Judit Gerendas, Oswaldo Ba-
ridad vendrían libros fundamentales de rreto, Hugo García Robles, Gregorio
Rene Dumont, Sartre y otros. A partir Bonmatí, Antonio Pasquali, Francesca
de aquí este texto contendrá varias lis- Polito, Martín Sagrera, Alfredo Silva
tas de títulos y autores porque la pre- Estrada, Ugo Ulive, Margara Rissotto,
sencia de una casa editorial la hacen Néstor Leal, Jorge Muslo, Ana Pizarro.
sus títulos y autores. Néstor Leal, quien ocupó la di-
También la colección Prisma ofre- rección general de Monte Ávila entre
cería al público venezolano la posibili- 1984 y 1989, acentuó que la publica-
dad de pasearse por la mejor ensayísti- ción de títulos de interés internacional
ca mundial filosófica, literaria y de otros quiso, además, servir de catapulta para
órdenes, en traducciones cuidadas y la promoción del talento del país: «Era
buena presentación. Domingo Milia- el momento del boom narrativo. Cir-
ni ha listado los siguientes autores de culaban en el mundo editorial muchos
esta Colección con criterio de trascen- nombres latinoamericanos y no había
dencia: Lucien Goldmann, Max Frisch, cabida para nues­tros autores. Se pen-
Martin Heidegger, Kostas Axelos, Mal- saba entonces que una editorial que
colm Lowry, Hans Erich Nossak, Leszek publicara a los escritores venezolanos,
Kolakowski, Georges Gurvitch, Alexan- al lado de los grandes escritores extran-
der Solzhenitzin, Georges Bataille, jeros, podía determinar que el público
Samuel Beckett, Maurice Blanchot, Pier de lengua española fijara su atención
Paolo Pasolini, Roger Garaudy, Theo- en Vene­zuela y sus escritores». Merca-
dor Adorno, Günther Grass, Jacques deo hubo en hacerlo así y mezclada
Monod, Bertrand Russell, Mario Praz, con ello, como es inevitable, la socio-
Jean Franco, Ferruccio Rossi Landi, logía del arte: todo fenómeno político

•12•
y social importante es preanunciado de la Parra. Es una colección de bolsillo, Chedid, Jaime Gil de Biedma, Saint-
o acompañado por el arte, el boom de muy bajo costo y con tiraje elevado. John Perse, Jean-Arthur Rimbaud, por
de la literatura latinoamericana fue la También se creó la Colección Científica sólo mencionar algunos ejemplos.
comprobación; al nacer con la Revolu- por esos mismos días, coor­dinada por Hay que nombrar a los entonces
ción Cubana, responde a una pregun- Pascual Venegas Filardo. La filosofía, so- jóvenes que hoy tienen un buen lugar
ta acerca de quiénes somos y con ello ciología, siquiatría, incluso as­tronomía, conquistado por la labor creadora, pero
motiva las novelas que graduaron de hallaron lugar allí. también por la caja de resonancia que
universal a la literatura latinoamerica- Monte Ávila estableció distribu- para sus obras significó Monte Ávila:
na. Era inevitable que ello se imbricara ción en México, Colombia, Argentina, Eugenio Montejo, José Barroeta, Ra-
con Monte Ávila que nacía. España y Francia al tiempo que apare- món Palomares, Reynaldo Pérez Só,
cían otras dos colec­ciones vitales: Los Juan Calzadilla, Jorge Nunes, Irma Sa-
La editorial de la literatura Espacios Cálidos, dedicada a publicar las, David Gutiérrez, Luis Alberto Cres-
venezolana obras de poetas jóvenes y de algunos po, Arnaldo Acosta Bello.
En toda esta historia hay estatismo, consagrados, y una importante co- También para la poesía es la colec-
pues una editorial comercial no hu- lección de teatro, bajo la dirección de ción Los espacios cálidos, nominación
biera publicado a los venezolanos, no Isaac Chocrón. Las piezas de Román de homenaje al hermoso libro de Ger-
porque su literatura no estuviese, en Chalbaud, Isaac Chocrón, José Ignacio basi: se dedica a la poesía joven de cada
algunos casos y momentos, a la altura Cabrujas, Edilio Peña, Rodolfo Santa- época y en ella han aparecido los tex-
de las mejores del boom sino por leyes na, Elisa Lerner, Levy Rossell, Elizabeth tos de Federico Moleiro Camero, Emira
del mercado y del gusto que la pos- Shön, Mariela Romero y otros que vinie- Rodríguez, Darío Lancini, Eleazar León,
ponían. Monte Ávila ha sido entonces ron después, aparecerían bajo el sello Argenis Daza, Hanni Ossot, Enrique Her-
la editorial de la literatura venezolana. Monte Ávila. nández de Jesús, Hugo Achugar, Octa-
Figurarán en su catálogo títulos de Ar- En 1979 el poeta Juan Liscano vio Armand, Ramón Ordaz, Márgara
turo Uslar Pietri, Miguel Otero Silva, ocupó la dirección de la Editorial. Du- Russotto y Julio Miranda.
Salvador Garmendia, José Balza, Juan rante su gestión se crearán la colección
David García Bacca, Agustín Millares Ante la Crítica, coordinada por Oscar Los narradores jóvenes
Carlo, Alfredo Boulton, Antonio Pas- Rodríguez Ortiz y dedica­da a la recopi- Paralelamente, los narradores jóvenes
quali, J. M. Briceño Guerrero, Ángel lación y ordenación de la crítica a obras encontraron espacio en Monte Ávila.
Cappelletti, Pedro Berroeta, Gerónimo clásicas venezolanas y latinoamerica- Laura Antillano sorprendió a críticos y
Pérez Rescaniere, Juan Nuño, Pablo nas. Liscano acentuó las características lectores —recuerda Miliani en el cita-
Rojas Guardia, José Ramón Medina, de exigencia de los libros, vitalizando do texto— con La bella época, al que
J. R. Guillent Pé­rez, Enrique Bernardo además lo estrictamente poético, ya siguió poco después La muerte del
Núñez, Marc de Civrieux, Luis Beltrán presente en la Colección Altazor, que monstruo comepiedra. Francisco Mas-
Guerrero, Abel Sánchez Peláez, Fe­ como su lema lo dice «Debe su nom- siani apareció con su Piedra de mar al
derico Riu, Eduardo Vásquez, Alfre- bre al memorable poemario de Vicen- tiempo que Carlos Noguera obtenía con
do Armas Alfonzo, Oscar Guaramato, te Huidobro, está destinada a divulgar Historias de la calle Lincoln, en 1971, el
Gustavo Díaz Solís, Antonio Márquez libros inéditos o antologías de poetas Premio Internacional de Novela Monte
Salas, Alfonso Cuesta y Cuesta, Oswal- contemporáneos, venezolanos o ex- Ávila, compartido con el argentino Héc-
do Trejo, Guillermo Sucre, Domingo tranjeros, de reconocida trayectoria». tor Libertella. También en Monte Ávila
Miliani, Isaac Chocrón, Rafael Pi­neda, Altazor acogió la obra de poetas con- aparecerían el segundo libro de David
Margarita D’Amico, Elisa Lerner, José sagrados como Vicente Gerbasi, Juan Alizo Órde­nes; los ejercicios narrativos
Antonio Rial, Francisco Herrera Luque, Sánchez Peláez, Fernando Paz Castillo,
Felipe Carrera Da­mas, Ludovico Silva y Juan Liscano, Salustio González Rinco- Colección
Er­nesto Mayz Vallenilla. nes, José Antonio Ramos Sucre, Eu-
En 1971, a dos años y medio de su genio Montejo, Alfredo Silva Estra­da, 30 Aniversario
fundación, Monte Ávila ostentaba un lis- Ida Gramcko, Luz Machado, Ana Enri-
tado de 280 títulos. El cuarenta por cien- queta Terán, Enriqueta Arvelo Larriva,
to de ellos era de autores venezolanos. Antonia Palacios, Juan Beroes, Rafael
Cadenas, Francisco Pérez Perdomo,
Editorial de Clásicos venezolanos Ramón Palomares y otros. Alternaron
Una de las valencias de Monte Ávila es con latinoamericanos de resonancia
la de editorial de clásicos venezolanos, continental como Gonzalo Rojas, César
en una línea que afina con la Educación. Dávila Andrade, Carlos Germán Belli,
Ese trabajo lo cumple la Colección Eldo- César Fernández Moreno, Cintio Vitier,
rado, creada por iniciativa de Mary Fe- Roberto Juarroz, Eunice Odio, Olga
rrero, que ha publicado por igual a Gui- Orozco, Rosamel del Valle, José Emilio
llermo Meneses que a Urbaneja Achel- Pacheco. Y entre los europeos, Francis
pohl, a Lisandro Alvarado que a Teresa Ponge, C.P. Cavafy, Pessoa, Andrée

•13•
Colección producción de libros especiales, que le-
vantaran las ventas.
guez, «sobre todo por la situación finan-
ciera, que llegó a un nivel muy bajo y
Biblioteca Período neoliberal
riesgoso, pues además de que el presu-
puesto que se le asignó a la editorial era
Básica A comienzos de 1989 Rafael Arráiz Luc-
ca fue encar­gado de la conducción de
muy escaso, las entregas de los dozavos
tu­vieron un gran retardo. Sin embargo,
de Autores Monte Ávila. Eran los años de la caída de
la Unión Soviética y la consecuencial ins-
en 1996 la produc­ción se aumentó, de
58 títulos a 62 y en 1997 se publicaron 68
Venezolanos tauración del neoliberalismo que anota
entre sus exigencias la reducción drástica
títulos. Ese año aumentó considerable­
mente el presupuesto y la asignación
del gasto público. Pero contrariamente a oficial fluyó con mayor rapidez».
la salud, la educación y la vivienda social,
la cultura incrementa su presupuesto en Período de la Revolución Bolivariana
el segundo período de Carlos Andrés Alexis Márquez continuó rigiendo la
Pérez. Se le ha asignado el trabajo de editorial en el primer tiempo de gobier-
contribuir a nivel de los espíritus a la re- no del presidente Chávez, le seguirán
fundación de Venezuela que se empren- Mariela Sánchez, Sael Ibáñez y Carlos
de. La revolución neocon actúa en lo Noguera. El período de presidencia de
burocrático-cultural, en las páginas espe- Mariela Sánchez estuvo caracterizado
cializadas de todos los diarios, controla por los fallos de presupuesto compen-
también las editoriales privadas. Gamba sados parcialmente por una hábil polí-
y Suárez transcriben los siguientes nú- tica de coediciones. Al no demostrarse
meros suministrados por Arráiz Lucca: ésta como una cabal fórmula de solu-
«pasamos de 29 títulos, en el año 89, a ción a los problemas de la empresa, la
114 en 1990. En el año 91 aumenta­mos presidenta hizo un llamado público a
de 114 a 145 títulos, en el 92 llegamos a la opinión cultural del país acerca de la
146». Las ventas en el exterior aumenta- angustiosa situación, concitando una
ron de 5 mil dólares a casi 100 mil al cabo respuesta de explícito apoyo dirigida al
de un año. Ya en esta fecha circularon los gobierno nacional. Tras el corto período
primeros números de la Folios, revista de de Ibáñez ocupó la presidencia Carlos
las ediciones de Monte Ávila bajo la di- Noguera, apoyado desde el comienzo
rección de Carlos Noguera. Antes había por asignaciones presupuestarias sóli-
actuado en ella Guillermo Sucre, entre das que permitieron la retoma del ritmo
de José Balza, Marzo anterior, y en ade- otros. A partir de 2005 tendrá aparición
lante la mayoría de su obra narrativa;
los primeros libros de Humberto Mata,
regular bajo la dirección de Gerónimo
Pérez Rescaniere Colección
Héctor de Lima, Antonieta Madrid, Ben
Amí Fihman, Ednodio Quintero, Cé- Leonar­
En 1994 Arráiz fue sustituido por
do Azparren, quien resume su Mileniolibre
sar Chirinos, Gabriel Jiménez Emán, concepción así: «Yo no me planteé linea-
y otros. Los textos de Northrop Frye mientos muy nuevos por dos razones:
—Anatomía de la crítica—, Benjamin, porque creo que en términos ge­nerales
Barthes, Goldmann, Philippe Sollers, Monte Ávila tiene un perfil estratégico
Maurice Blanchot, Angel Rama, Mario muy bien definido en sus colecciones;
Praz y Steiner, muestran la vena teórica y porque pienso que lo más prudente
del catálogo y dentro de él tuvo lugar cuando uno llega a una institución es no
destacado La máscara, la transparencia, tener las veleidades de que se llega con
de Guillermo Sucre. lo nuevo; uno debe tratar de concertar
Liscano permaneció al frente de la continuación de una línea de traba-
la editorial hasta 1984, siendo sustituido jo, con las innovaciones que uno vaya
por Néstor Leal el 3 de febrero de 1984, introduciendo». Azparren fue sucedido
un año después del «Viernes Negro» en Monte Ávila por Alexis Már­quez Ro-
que crearía a Monte Ávila mo­mentos de dríguez, cuya llegada coincidió con una
gran dificultad. Explica Leal: «La editorial nueva crisis presupuestaria en todo el
tenía sólo cinco millones de bolívares país, producto del severo crack bancario
de presupuesto, que eran una tonte­ría, que enfrentó el gobierno de Rafael Cal-
y se habían convertido en nada (por la dera, a inicios de su período.
devaluación)». Leal logró mantener la «El año en que llegué a la empresa
vitalidad de colecciones, dio énfasis a la fue muy difícil», explica Márquez Rodrí-

•14•
de ediciones correcto, previo el nacional, y los 10 mil ejemplares
pago de largos pasivos con las restantes serán vendidos a no
imprentas y laborales. Entre las más de cinco mil bolívares».
ediciones de ese período están Entre los primeros títulos
Abrapalabra, de Luis Britto Gar- de la Biblioteca Básica de Auto-
cía, dentro de la Colección 30 res Venezolanos se encuentran La
aniversario, La cruz más lejana tienda de muñecos de Julio Gar-
del puerto, de Edilio Peña; Las mendia; Las memorias de Mamá
mujeres toman la palabra, de Luz Blanca de Teresa de la Parra; In-
Marina Rivas; Memorias de la la- ventamos o erramos, de Simón
guna, de Ricardo Wale; El círculo Rodríguez; Un regalo para Julia y
de los fuegos, de Jacques Lizot; otros relatos, de Francisco Massia-
Vivir atemoriza, de Sael Ibáñez. ni; El inquieto Anacobero y otros No traigas la noción
Entre otras, cabe evocar la edi- relatos de Salvador Garmendia;
ción de Miré los muros de la pa- La mujer de espaldas y otros rela- de lo verdadero a esta mesa,
tria mía, de William Osuna, poeta tos de José Balza; Antología poé-
saludado como bandera estética tica de Vicente Gerbasi; Antolo-
donde sólo se trajinan buenos días
y existencial por varias genera- gía poética de Ramón Palomares; y monosílabos.
ciones de jóvenes. En febrero de El cocodrilo rojo / Mascarada de
2005 Noguera podrá declarar a Eduardo Liendo; Buenas y malas Comprende que el afecto
El Universal que se saneó la libre- Palabras (Una selec­ción de Ángel
ría ubicada en el Teresa Carreño Rosenblat); Compañero de viaje y
no es certidumbre.
y la recuperación de las coleccio- otros relatos de Orlando Araujo; (Siempre encontrarás llaves
nes Altazor, Los espacios cálidos Diarios de mi vida de Rufino Blan-
y Las formas del fuego. co Fombona; Al sur del Equanil que se desgastan y
En proceso de rediseño de Renato Rodríguez; Nueva
visual estaba la colección Eldo- antología de Víctor Valera Mora;
dejan de abrir puertas)
rado, se reactivaban las biblio- Poesía selecta de Gustavo Perei- Paisajes llenos de trastos:
tecas Mariano Picón Salas con ra; La ciudad de los techos rojos
el tomo seis, la Ángel Rosenblat (Una selección de Enrique Bernar- esa es tu casa.
y la Federico Riu. En cuanto a do Núñez); Antología poética de
las colecciones nue­vas, se abría José Antonio Ramos Sucre; Ana
Mileniolibre, dedicada a temas Isabel, una niña decente de Anto-
urgentes del momento histórico nia Palacios; Mensaje sin destino
venezolano y latinoamericano; de Mario Briceño-Iragorry; Anto-
la Warairarepano, sobre relatos logía poética de Pálmenes Yarza;
indí­genas en ediciones bilingües La noche es una estación de Sáel
y con inclusión de disco para es­ Ibáñez, y Días de espantos de
cuchar las lenguas naturales, y Carlos Sandoval (compilador).
la Pequeños Héroes, para dar En cuanto a las debilida-
a conocer la infancia de los hé­ des, el presidente de la editorial
roes de la nacionalidad. «El pro- confesó la carencia de una bue-
yecto más grande, que llama- na gerencia de ventas. «En Cara-
mos la segunda Monte Ávila, es cas todo funciona bien, con las
la Biblioteca Básica de Autores ferias, el metro, los co­legios, las
Venezolanos, una remembranza librerías; pero en el interior y el
de la otrora Bi­blioteca Popular exterior tenemos retos a enfren-
Venezolana. Cuenta con presu- tar, es una de las tareas impor-
puesto espe­cial del CONAC y se tantes que vie­nen».
pautan, por ahora, 40 títulos».
Noguera explicó que de Colección Mileniolibre
cada libro de la Biblioteca Básica El primer título de la Colección
se sacarían 35 mil ejempla­res: 25 Mileniolibre fue Delegando po-
mil irían a «escuelas, li­ceos, ciclos der en la gente, de Marta Har- Como arena
básicos, diversifi­cados, públicos y necker, que focaliza el análisis en Carmen Isabel Maracara
privados del país, para que cada las experiencias de participación, Colección Altazor
plantel tenga una biblioteca, con detallando el proceso del presu- 108 páginas
na­rrativa, teatro, poesía, ensayo puesto comunitario participativo

•15•
en Brasil. Otro, El nuevo orden criminal, Otros libros editados en 2005 son Estudios) fue lanzado al mismo tiempo
del sociólogo y filósofo James Petras, El silencio de lo real, de Jesús Pieters Fer- que La abuela de las garzas, tercer título
revisión de las inquietantes realidades gusson, ensayo ganador del II Concurso de la colección Warairarepano y que Las
y factibilidades del mundo en la era para Obras y Autores Inéditos 2004; El edades de Guayana. Arqueología de una
Bush. Integran la Colección igualmente baile de los elefantes, de Javier Miranda quimera, estudio de Mario Sanoja e Iraida
obras de Ivonne Bordelois (La palabra Luque; Cuentos con agujeros, de Krina Vargas, autores también de Razones para
amenazada), Pierre Bourdieu, Michael Ber; Soñar no cuesta nada de Marina Ló- una revolución. Ensayos son igualmente
Lebowitz, Mario Sanoja e Iraida Vargas. pez; Las iniciales del tiempo, de Daniuska El discurso antillano de Edouard Glis-
También La violencia del mundo, de González; Aforemas de Juan Calzadilla; sant, Dios y la ciencia de Julio Chaparro
Jean Baudrillard y Edgar Morin. Antología poética de Abdelatiff Laábi; y también, en clave irónica y distanciada
Cielo a media asta de Tarek Williams; Pos- en el tiempo, Una modesta proposición
modernidades, la obra de Michel Maffe- y otros escritos (Colección Memorabilia)

Colección soli revisitada, de Rigoberto Lanz; El me-


dinismo de Óscar Battaglini (reedición).
de Jonathan Swift. Fue lanzado asimis-
mo el tercer volumen de las Obras com-
Estudios La Colección Mileniolibre tuvo un
libro emblemático en El Código Chávez,
pletas de Federico Riu y Descartes selon
l’ordre des raisons, de Martial Gueroult y
de Eva Golinger, uno de los libros más en poesía extranjera Antología poética,
vendidos del presente a causa de su de Abdelatif Laabi; Pigmentos, de León
capacidad para mostrar con sólida do- Gontran Damas y Cuando me hice fruta,
cumentación los mecanismos de la in- de Joumana Haddad.
tervención imperial. La globalización En la colección Primera Dimen-
neoliberal y las nuevas redes de resisten- sión, de libros para niños, delicadamen-
cia global fue el primer título de la serie te ilustrada, articulada con la educación
Los pies ligeros —de esa Colección— primaria, se publicaron Abecedario con
destinada a recoger trabajos urgentes, alas, de Marielba Núñez; El cumpleaños
generados dentro de las coyunturas de de la gallinita, de Flor Roffe de Estévez;
la lucha del continente latinoamericano El cerdito que amaba el ballet, de Chelo
contra la globalización neoliberal. Otros Lima; Vuelven los fantasmas, de Merce-
títulos de la serie fueron El petróleo en des Franco; Una señora con sombrero,
la estrategia hegemónica de Estados de Jacqueline Goldberg; El gato de los
Unidos y Debate sobre empresas recu- ojos dorados, de Marisa Vanini; La tierra
peradas. en movimiento, de Aurora Lacueva; El
Varias colecciones se desarrollaban mundo mágico de los Yukpa, de Mari-
en un paralelo bastante equilibrado, de sa Vanini y Javier Armato; El libro de los
modo que aparecieron en el mismo pe- animales, de Aquiles Nazoa; Detrás de
ríodo reediciones de Piedra de Mar, de una pelota, de Armando José Seque-
Colección Francisco Masiani; El mago de la cara de
vidrio, de Eduardo Liendo; Cuentos gro-
ra; ¿Qué animal es?, de Rafael Olivares
Figueroa; La fiesta de los ratones, de
Warairarepano tescos, de José Rafael Pocaterra; Qua-
nos, de Renato Rodríguez; Campeones,
Doris Camaute de Carvallo; El Capitán y
otros cuentos, de Javier Sarabia.
de Guillermo Meneses; El reino de este En cuanto a poesía y narrativa ve-
mundo, de Alejo Carpentier. Reediciones nezolanas aparecieron Relatos de otro
fueron también Kuai-Mare. Mitos aborí- mundo, de Gabriel Jiménez Emán;
genes de Venezuela, de María Manuela Días felices, de Nelson González Leal;
de Cora; Conceptos de psicodinamia, La íntima desmesura, de Luis Alberto
de Fernando Rísquez; Memorias de un Crespo (edición bilingüe); Mariana de
venezolano de la decadencia, de José Coimbra, de José Jesús Villa Pelayo;
Rafael Pocaterra. Ecólogo de día feriado, de Juan Calza-
dilla; El cielo entre cenizas, de Santos
Por los signos de los signos López; Al divisar el humo de la aldea
Por los signos de los signos de Luis Britto nativa, narración autobiográfica del
García constituyó un libro fundamental del guitarrista universal Alirio Díaz.
año, leído de múltiples maneras: como La Colección Estudios, una de las
ars poética, panorama de la literatura más antiguas de la editorial, publicó La
venezolana, análisis de estrategias narra- muerte de la tragedia, de George Stei-
tivas, estudios de autores clásicos, historia ner; Los dioses de los griegos, de Carl
de las culturas. Los signos de Schöen- Kerényi; El diálogo inconcluso, de Mau-
berg, de Jean Jacques Dünki (Colección rice Blanchot; La vida sexual en la anti-

•16•
gua China, de R. H. van Gulik; Los gé- dor de Manuel Ruano; Flor diversa de le de los elefantes, de Javier Miranda-
neros del discurso, de Tzvetan Todorov Ángel Eduardo Acevedo y La sombra Luque (cuento para niños) y Viajando
y La ilusión y la desilusión estéticas, de de una mano de Luis Alberto Angulo; con mamá, de Bermuda Flores.
Jean Baudrillard. Al tiempo aparecía el Mieles de Carmen Verde Arocha; Ha- Durante 2006 se editó La canción
tomo dedicado a Alfredo Bryce Echeni- bitar el instante de Jesús Alberto León protesta latinoamericana y la Teología
que de la colección Ante la crítica, reco- y Calle del pez de Douglas Bohórquez. de la Liberación, libro de Juan José
pilación de textos de diversos autores. Estos libros fueron presentados en el Guerrero Pérez, ganador de la Segun-
marco de la XII edición de la Semana da edición del Premio «Mariano Picón
Literaturas indígenas Internacional de la Poesía de Caracas Salas» y, en literatura cubana de hoy y
La colección Waanükü —Nuestra pala- 2005. Editadas asimismo dentro de la dentro del Plan de ediciones cruzadas,
bra— está dedicada a literaturas indí- colección Altazor fueron Lo que queda, La línea que cruza el agua, antología
genas del continente y presentada en poesía de José Watanabe, también El coordinada por Rogelio Riverón con
ediciones totalmente bilingües (en sus poema perdido y otros textos de Leo- base en 23 autores; la Antología Poéti-
idiomas originales y en español). Apa- nardo Ruiz Tirado y la Antología poé- ca de Nancy Morejón; la Antología de
reció con sus dos títulos iniciales: de tica de Alberto Arvelo Torrealba, en la poesía cubana contemporánea ela-
Humberto Ak’abal: Ri upalaj ri kaq’ik’ (El la Biblioteca Básica de autores vene- borada por Edel Morales; Mientras cae
rostro del viento); José Ángel Fernán- zolanos, conteniendo la segunda ver- la lluvia, de Víctor Casaus.
dez Silva Wuliana, Nünüiki ka’ikai (Len- sión de Florentino y el Diablo. La visión Durante 2006 se incorporaron
guaje del sol). Wanükü en una acción jubilosa de José Lezama Lima, ensayo a la colección Altazor: Palabras de la
editorial que no tiene precedentes en la de Gustavo Pellón, abordó la obra del noche de Rafael Courtouise; Cons-
historia republicana de Venezuela y es maestro cubano paralelamente con los trucciones sobre basamentos de nie-
aplicación de disposiciones de la Cons- textos de Osarios, desiertos y otros án- bla de Ana Enriqueta Terán; Con los
titución venezolana. geles, Antología de cuentos 1949-1990, ojos muy largos de Francisco Pérez
La Colección Altazor se enrique- de Alfredo Armas Alfonso y La danza Perdomo; Los poemas de Venus Gar-
ció con la edición antológica de Ernesto del jaguar, de Ednodio Quintero, edi- cía/ Recursos del huésped de Enrique
Cardenal, que incluye, entre otros es- tado en la Colección Continentes. Hernández-D’Jesús; Estros. Antolo-
pléndidos temas, Salmos y Oración por En poesía apareció San Baudelaire gía poética de Josú Landa; y El ardid
Marilyn Monroe; y la Antología poética de Eli Galindo, edición antológica que del almirante de Freddy Hernández
de Reynaldo Pérez Só; la Antología poé- recogió Los viajes del barco fantasma, Álvarez. Además, la 8va edición de
tica de Luisa del Valle Silva. Con este Ruido de las esferas y Las estrellas fuga- la Antología del cuento venezolano,
grupo de libros, Monte Ávila reivindica y ces me poner ebrio. Igualmente Y todo lo preparada por Guillermo Meneses. Y
amplía el carácter de editorial abierta a demás de Alfredo Chacón. Y en el rubro de Ángel Gustavo Infante, los cuen-
la expresión poética que la ha marcado de libros de autores ganadores de los tos titulados Una mujer por siempre
desde su fundación, llevándola a crear Premios Monte Ávila 2005 de Narrativa, jamás, así como Migaja, libro de
el más cumplido acervo venezolano de Poesía y Ensayo El primero, de Rodrigo madurez vital de Laura Antillano, de
esta forma literaria, la más autorizada Blanco Calderón; Cancelado por lluvia quien la colección infantil Primera Di-
para la audacia de la palabra. de Ana García Julio; Contránimus de Mi-
En el terreno del ensayo literario guel José Márquez Franco; Menarquías Colección
fueron impresos por estas mismas fechas y otros fluidos, de Carlos Villarino; Mi rin-
Víbora y barro, Acercamientos a la obra cón del mundo de Florencio Quintero; A Altazor
de Gustavo Díaz Solís, de Cósimo Man- pasos cortos, de Ruth Hernández Bos-
drillo; Breve historia de la novela china, cán. En la sección Ensayo, los Premios
de Lu Xun; La heroica aventura de cons- Monte Ávila 2005 incluyeron Severo Sar-
truir una república, de Mirla Alcibíades; duy: alcances de una novelística y otros
Democracia y discurso político, de Ana ensayos, de Johan Gotera; La corriente
Irene Méndez; Razones para una revo- nocturna de Gustavo Fernández Colón y
lución, de Mario Sanoja e Iraida Vargas; Criaturas que no pueden ser de Mariana
en la Colección Mileniolibre. Y en ficción Libertad Suárez.
venezolana, El circo de Ferdinand de Libros igualmente premiados en
Stefania Mosca; De las mías del mío Ca- este Concurso fueron Cuatro ensayos
ribe de César Chirinos; Autorretrato con desde los crepúsculos, de Natividad
minotauro de Eloi Yagüe; Los días mayo- Barroso García; La obertura cognitiva,
res de Orlando Chirinos; Pecados de la Vasilica Cotofleac; El viaje, de Carmen
capital y otras historias de Gisela Kosak y Leonor Ferro; Cuentos con agujeros, de
Traslaciones de Nancy Noguera. Krina Ber; Margaritas para los cerdos,
En la colección Altazor apare- de Domingo Palma; Exceso de equipa-
cieron El vacío y la palabra, de Cecilia je, de María Ángeles Octavio; Crónicas
Dulcey y Los cantos del gran ensalma- solitarias, José Alberto Chacón; El bai-

•17•
mensión ha publicado Emilio en bus- Escandinavia y otros destinos de Odet- gel Fernández Silva Wuliana; Ri upalaj
ca del Enmascarado de Plata. te da Silva. ri kaq’ik’ (El rostro del viento).
Ediciones del período en la Co- En la Colección Continentes apa-
Poesía y política lección Mileniolibre: György Lukács y recieron La desmemoria, de Eduardo
Quinta estación, libro de poemas de la literatura alemana de Miguel Vedda Zambrano Colmenares; Precisiones, de
Domingo Maza Zavala, hasta entonces (Compilador); El pensamiento económi- Carmen Rosa Gómez; Puerteños, de Je-
sólo conocido como economista, abre co de Ernesto Che Guevara, de Carlos sús Enrique Guédez; Luminoso amarillo
un período cuando igualmente apare- Tablada, con prólogo de Fidel Castro; y otros cuentos, de Mempo Giardinelli,
cen, en la ensayística sociológico-políti- La transición hacia el postcapitalismo, maestro de la narrativa latinoamericana.
ca, Memorias para la integración, de Ma- de Wim Dierckxsens. Y en poesía —Co- Y en el terreno teórico y crítico Ensa-
rio Sanoja y el estudio de Carmen Bohór- lección Altazor— Lámpara y silencio, yos Crudos, de José Balza; Desde la
quez Francisco de Miranda, precursor de Antología poética de César Seco; Do- torre de Segismundo, de Lubio Car-
las independencias de América Latina; minio oscuro, de Ana María Oviedo y dozo; Resistencia y participación, de
Bush vs. Chávez. La guerra de Washing- Memoria de algún orden, de Federico Iraida Vargas; El zapatismo, de Patricia
ton contra Venezuela, de Eva Golinger y Moleiro Camero. Paralelamente apare- Agosto; El terror como política exterior
El nuevo orden criminal de James Petras, ció Mensajes en la pared, de Víctor Ve- de Estados Unidos, de Noam Choms-
en la colección Mileniolibre. gas, en la Colección Continentes. ky; Ciencia, política y cientificismo, de
El jurado del Premio «Rómulo Ga- Laura Antillano, escritora siempre Oscar Varsavsky y Reconstruyendo la
llegos 2007» le otorgó el galardón por impresa por esta casa editorial fue obje- izquierda, de Marta Harnecker.
unanimidad a El tren pasa primero, de to de dedicación en la Feria Internacio- La muerte de Adriano González
Elena Poniatowska, que fue editado nal del libro de Caracas 2007, en la que León, acaecida a principios de febrero
por Monte Ávila conjuntamente con el se presentaron, en muestra de narrativa de 2008 puso luto a la literatura vene-
Celarg, como es tradición, cumplida, venezolana de actualidad, El vuelo del zolana y por ende a Monte Ávila, don-
para recapitular sólo los últimos años, gato, de Abel Prieto; Sólo las medias de de fue autor fundacional por el tiempo
con Los detectives salvajes, de Roberto seda, de Lourdes Manrique; Naranjas y la importancia. De resto, la tendencia
Bolaño; El desbarrancadero, El vano dulces, de Néstor Caballero; Hotel de que acaso se podría intentar registrar
ayer, de Isaac Rosa. antigüedades, de Gonzalo Ramírez Cu- en Monte Ávila Editores en el presente
La edición de Folios abril de 2007 billán y No siempre el olvido, de Elena —de balance de cuarenta años de exis-
contiene trabajos sobre los siguien- Sassone. tencia— con proyección al futuro es al
tes libros, recién editados por Monte A estas alturas ya estaban publi- equilibro dinámico entre edición de pro-
Ávila: La balada del bajista, de Judit cados en la colección Warairarepano sa artística, poética, esencialmente lite-
Gerendas; Poesía reunida, de Beverly Kanewa (El árbol que daba sed); Se- raria y prosa de exploración de la reali-
Pérez Rego; El zapatismo: hacia una kesekeima (El violín mágico); Wawapu dad con los instrumentos de las ciencias
transformación cooperativa «digna y Tjada (La abuela de las garzas); Nünüiki sociales. Y en ambos casos, un estímulo
rebelde», de Patricia Agosto; Dedica- ka`ikai (Lenguaje del sol) de José Án- a la creación nacional.
torias en acción de gracias, poesía de
Reyna Rivas; Estros, de Josu Landa; Las
cenizas de Marx, de Hugo Ulive; Men-
Colección Primera Dimensión
sajes en la pared, de Víctor Vegas y
Ecólogo de día feriado, de Juan Cal-
zadilla. Asimismo un dossier con textos
de los ganadores del Cuarto concurso
para obras de autores inéditos 2006:
La voz del resentimiento: Lenguaje y
violencia en Miguel de Unamuno, de
Víctor Julio Carreño Rincón; Las es-
trategias del sujeto, de Álvaro Martín
Navarro; Seducidos por las letras, de
Néstor Rojas Mavares; Querido Pablo,
de Ayari de la Caridad Pérez Pulido;
¿Quieres jugar a Memory? de Natalia
Contramaestre Sánchez y, en literatura
infantil, La T alta, de María Elena Bel-
trán Purica. Otros títulos derivados del
Premio para autores inéditos 2006, fue-
ron, en Mención Poesía, Colposcopio
(Palabras de mujer) de Modaira Rubio
Marcano; Poesía de Zulema Cendón, y

•18•
Desde la torre de Segismundo
Ensayos sobre poesía
y poetas caribeños
Lubio Cardozo

Lubio Cardozo emprende en Desde la torre de


Segismundo una revisión rigurosa al tiempo que audaz
de la poesía universal, deteniéndose especialmente
en la escrita en el Caribe. El libro trata de la poesía y
es poesía él mismo. El exceso de lucidez exaspera el
lenguaje a fin de nombrar lo que trasciende el sentido
y es adivinado por el ensayista. Nombra entonces los
puntos con auxilio de palabras griegas, alemanas a
veces, que han mantenido la virginidad y penetración que
el castellano limó a sus equivalentes con el uso de siglos

La idea de poesía

O
frenda el poeta el tesoro y la expulsión definitiva de toda inte- dable, en esa virtualidad levantada con
de sus días a la palabra. gración armónica en él por la vía de la la materia sagrada de la palabra y de la
Sin arrepentimientos ni du- razón empírica no surgía otra potestad oniria, la poesía.
das su vida a ese misterio sino inventarle un universo alterno, un
entrega, a ese arcano, el verbum. He- territorio de utopía, la comarca del vo- Un hombre va por la vida
rramienta magnífica, aunque sutil por cablo preñado por la luz de la lámpara jugando con el misterio más simple,
cuanto va apenas hecha de sonidos de la imaginación, y allí en ese mundo la palabra.
rítmicos, con la cual el vate se acercó de voces el bardo pudo vivir, encarna- Atrapado en el eco
al mundo para romper su indiferencia ba la otra naturaleza, la inventada por permanece,
y penetrar en su espíritu, en el nous él y dueño de ella. No obstante él se los días ofrecen en vano su lujo.
poietikós de las cosas, para no existir sabía posesor de ese don singular para Es el poeta.
extraño a la naturaleza, para intentar construir ese ámbito con la belleza y
fusionarse con ella, valga decir, re- la esperanza. Y esa nueva dimensión, (de Un verso cada día, 1995)
tornar a ésta en la entrega más pura. llámesele arte, llámesele humanismo,
Aunque conciencia del ser, derrotado su verdadero nombre, detrás de cual- Puede toda persona escribir poe-
sin embargo en su sed de tornar, en- quier otro, significa la poesía. mas, basta poner en frases rítmicas, con
tonces el poeta entendió como sólo Da la medida del poeta su rela- dignidad, sus palabras y hacerlas vehícu-
ello era posible en la quimera, en ese ción, su diálogo, su pasión, su capaci- los auténticos de sus sentimientos. For-
espejismo creado de sueño y anhelo, dad de sacrificio por el verbum. Es una maría sencillamente esto parte de su co-
la palabra. Pese al acercamiento que- su cosmovisión de pequeño filósofo y municación con los demás y con ella mis-
daba, pues, la distancia del destierro. una su kalosofía, ambas centradas en ma. Una manera de hablarle al mundo,
Ante la inexpugnabilidad del cosmos ese orbe alterno a la realidad inabor- cargada de emoción, patética, y sobre

•19•
todo impregnada de musicalidad. Signi- lo pretérito, al presente del ayer, traer guen desafiantes ante la fragilidad
fica así la lírica un dueto expresivo más aquel «ahora». Constituye la ódica del de la existencia. Conságranse buena
de ese individuo. Mientras para el poeta recuerdo la paradoja de una historia parte de los días otorgados a cumplir
la poesía lo constituye todo, su vida y su viva. Residen en ella voces del reclamo y los mandatos de quienes pueblan la
espíritu traduce. No existe el vate —el las tentaciones del advenir. Cae el cuer- trova de la memoria. El «pensar retor-
vidente— sino en la poesía; el resto, la po y se pudre, mas a través del canto ór- nando» (Heidegger). No significa otra
mundanidad, a ella se subordina. fico de la memoria se revive en los otros, cosa la mitología del resucitar sino re-
Cual todas las personas seduci- ¿será eso el espíritu? Sólo mediante esa cordar. Ningún afán cesa, en la ódica
das por el misterioso placer de pensar contingencia invulnerable se reorganiza de la remembranza se prolonga, sitio
busca el poeta la verdad a través de la y continúa el juego eterno. del tribunal donde se juzga, se con-
difícil, compleja, en ocasiones enreve- «La potencia subterránea, por el dena o se absuelve, en medio de la
sada (y a veces hasta anti sí misma) be- contrario, tiene su realidad sobre la lid. Posee por eso la lírica de las remi-
lleza del lenguaje. Toca e ilumina me- tierra; deviene por medio de la con- niscencias los estamentos de infierno
diante ella la macicez de las esencias. ciencia ser ahí y actividad», dijo He- y cielo, en ellos cada quien ubica sus
Recréase en otras oportunidades en «el gel en su Fenomenología del espíritu demonios y sus santos, sometidos, en
cotidiano mundo circundante» del «ser («El Espíritu» VI,A,2). Nadie fenece en silencio, al fuego del odio o a la dul-
ahí», del hombre, lo penetra y lo revela la poesía del recuerdo, todos se yer- zura del amor.
ya sea mediante el «instinto de la ra-
zón», o la reflexión perceptiva o ya con
la razón intelectiva. Y luego todo ese
cúmulo de recónditas certidumbres las
brinda convertidas en inusitadas ofren-
das por la rítmica de las voces. En nada
difiere, en esto de las verdades, la del
científico de la del trovador, a no ser
por el vehículo expresivo, por cuanto
ambas son de buena ley. En el prime-
ro la fuerza de lo axiomático detona y
denota la hermosura, en el segundo la
verdad significa la belleza misma.
Encarna en el fondo todo ver-
dadero poeta un monje; si oculta o
desconoce su oficio, tarde o tempra-
no su verbum lo descubre: en éste se
objetiviza el ritmo de la vida interior, y
además, a través del cual el vate revela
la arcanidad de las cosas enroscadas
con frenesí en su ánima; extiende sus
aseveraciones poéticas más allá de las
representaciones del contexto empíri-
co. Es el trovador un coribante, extá-
tico, vive en sigilo —y nadie sino él lo
sabe— el delirio sagrado; en el rapto
ódico de la escritura, o del grito, vacía
ese saber mántico en los vocablos, és-
tos siempre rudos, nunca exactos, mas
los únicos posibles para expeler el ím-
petu de ese silencio alucinante.

II

Conforma la poesía de la remembran-


za un recinto, un tiempo sin tiempo,
una relativa «eternidad». Viven en ella
los habitantes del país del pasado.
Facultad del espíritu de retornar a la
parte pura del tiempo, al presente de

•20•
Puerteños
Jesús Enrique Guédez

En Puerteños —relatos de Jesús Enrique Guédez,


recientemente desaparecido— dialogan vivos y muertos,
lo real y lo imaginado: ángeles y niñas. El escritor que
fue amigo y contertulio de Orlando Araujo y Adriano
González León entrega en este libro delicioso, la
continuidad de las narraciones de Orlando, del mejor
Armas Alfonzo, pero más oralizado, más audaz en ese
extremo. Guédez publicó Las naves (1959); Sacra­
mentales (1961); Sextantes (1965, 1996); Tiempo de
los paisajes (1978); El gran poder, el río (las naves)
(1991); Viajes del sol y la luna (2000). Recibió el
Premio Nacional de Cine en 1994

El cuarto día, coronel…

V
eníamos a guerrear en la madera igualito al payaso. No me due- maté en las patas del santo que no les
revolución con erre y está le nada aguardientero, al contrario soy vi las caras envueltas en el camisón de
usted paralítico, reumático, más chimejo, toda la vida de la sangre la virgen, y el hombrecito aquel que
estacado, con sus patas en y los nervios se me fue a la cabeza, por usted me mandó con las señas que lo
el barro hasta las rodillas, no ve que eso le revuelvo aguardiente y me sien- matara porque había llevado las mulas
amanece, coronel, despierte que vie- to liviano saltando como una pluma, cargadas de plomo al enemigo cuan-
nen los campesinos y nos van a encon- aguardientero, usted no sabe nada to- do lo engañaron por bobo diciéndole
trar ebrios en este caño, a un lado la davía y algún día aprenderá lo que es que era papelón, por pendejo merecía
garrafa a medio litro por los tres días agarrar la vida y meterla a empujones morir, mejor era como fue y coger las
de borrachera, el sol, coronel, sale de- en un rincón sano del cuerpo, mire, yo mulas para remonta. Nos barajamos la
rechito para este cuarto día y no hemos pesco cualquier pez y lo pongo ahí para suerte, aguardientero, porque lo único
llegado a la pelea pues si nos alcanza el verlo respirar en lo seco abriendo y ce- que no se me salva es el que me dio el
gobierno antes vamos a morir sin nin- rrando las agallas hasta que se duerme plomazo ciego en cruz que me puso a
guna victoria. Pase aguardientero, me sobre la mesa; no está muerto, en la caminar así, pero usted me acompaña,
dijo usted coronel el primer día cuan- ponchera con agua sigue durmiendo aguardientero, me acompaña a buscar
do llegué a su jefatura y usted tomaba otra vez… pero despierta, despierta el a ese hombre.
brandy acostado en la campechana, yo pez, aguardientero. Pues si la vida es El coronel ensilló la mula oficial y yo
vine nada más a buscar el permiso para así, coronel, bebamos. monté en mi caballo que pastaba frente
matar cuatro vacas flacas, horras de Al segundo día me dio el máu- a la iglesia con el freno en el pescuezo;
muchos partos para mejores señas, cie- ser porque yo fui práctico en disparar enjorqueté a la autoridad impedido de
gas de vejez, llorosas que daban pena; desde los doce años, cuando cogió a subir con sus fuerzas naturales, aguar-
usted coronel me sirvió un trago por la mi hermana mal cogía el hacendado dientero y coronel armados pusimos
mañanita cuando cargaba cinco de la de Las Rosas y lo maté porque sí con pensamientos adelante de quién y de
madrugada con rocío que consumí en este brazo mío que usted ve, coronel, dónde venía el colombiano fotógrafo
el viaje; coronel y esas piernas tullidas pero no me va a hacer preso ahora, que había llegado ayer retratando a uno,
le tulleron también los brazos digo yo verdad coronel, por un cuento viejo, mejor con las armas, mejor con la peo-
porque así camina como muñeco de si hablamos de la guerra por los que nada, mejor su señoría con su mujer, sus

•21•
Premio «Rómulo hijos y los perros. Al tercer día que pasamos tremeciéndose de un sacudón hasta las patas
Gallegos» saludando viajeros y vaciando la garrafa se nos tullidas en el barro y los brazos paralíticos, eso
olvidó para siempre el colombiano y seguimos dijo, coronel, yo lo oí coronel, no estoy loco
sin pretender venganza de nadie con el úni- coronel, ahora porque no tengo testigos no lo
co deseo de guerrear, aguardientero por aquí niegue coronel, estábamos usted y yo, porque
aguardientero por allá, de que mi vida en el vine a buscar el permiso para matar las cuatro
gobierno, me dijo el coronel, fue casual muy vaquitas que ya me están dando lástima, pero
sortaria, puesto que usted estaba ensillando no sirven de nada, qué más voy a hacer, ma-
una mula para su jefe, ya le estaba apretan- tarlas… usted dijo, coronel revolución con erre
do la cincha y le faltaba meterle el freno en la grande y enseguida se calló… no habló para
boca, no lo había hecho porque la bestia bebía no beber más, comprendí, y entonces yo con-
agua de guásimo y el jefe no tenía apuros y lo versé solo aprovechando para beberme el me-
estaba viendo desde el patio afeitándose con dio litro y me dormí hasta que me despertaron
navaja y el espejo bamboleaba entre las hojas los cantos de los campesinos arreando burros
del naranjo guindando en una espina, petra la cargados por el camino que va al pueblo…
loca y el ratero de hoyo pasaron cuando usted coronel, coronel usted está muerto, amaneció
veía beber agua a la mula , mientras el jefe se tullido todo el cuerpo hasta la sangre viva, los
afeitaba la garganta estirándose con los ojos pelos de la cabeza se le mueven tiesos… los
cerrados alumbrados del cielo, entonces, me ojos para qué los abrió en la oscuridad, para
Roberto Bolaño
Los detectives salvajes
dijo, usted vio cuando llegó un hombre chi- qué coronel, no había nada que ver… el cuar-
583 páginas quitico, bien plantao mirando alto, hombrón to día, coronel…
como un perrón, indio negro entreverao, y
qué, usted me dijo, que aquel día dio órdenes
militares con referencias de guerra, revolucio-
nes y demás etcéteras, y lo mató de un tiro en
la barriga cuando el jefe miraba el cielo. Así
fue, coronel, como usted cogió la jefatura; así
fue, aguardientero.
Aquel día se acabó la discusión y nos fui-
mos alejando perdidos de los caminos espe-
rando la tajadita de luna hasta que nos asusta-
mos de tanto caminar mudos y volvimos habla
que te habla cuenta que te cuenta para saber
que íbamos juntos, yo adelante y él atrás, un
rato aquí y otro allá la garrafa… yo le voy a dar
el permiso, aguardientero, para que mate sus
cuatro vacas; coronel, si es para matarlas nada
Isaac Rosa
más… ya para entendernos se nos perdían los
El vano ayer cabos, coño, y entonces nos echamos a reír de
265 páginas
todo y para mejor cuentear dejamos el paso
del caño para la madrugada… yo me bajé
del caballo y desmonté al coronel de su mula
oficial, pero él no quiso acostarse en la paja
porque cuando bebía le gustaba estar firme
para no dormirse… coronel, en lo oscuro es
lo mismo con los ojos abiertos que cerrados,
igual como no vemos nada, ni a usted lo veo,
suene la garrafa para buscarla… y al coronel
lo estaqué con sus dos patas con botas y po-
lainas hasta las rodillas enterrado en el barro,
sostenido como botalón para darle la garrafa,
él hablaba sin ton ni son palabras en fila, coño,
que me hacían reír y mientras él tomaba yo me
ahogaba riéndome y el muy pícaro se aprove-
chaba avariento sopesando el medio litro que
quedaba… estábamos cerca del cuarto día y
Elena Poniatowska el coronel gritaba sus proclamas de revolución
El tren pasa primero
480 páginas
que se perdían en el caño y de repente dijo es-

•22•
Viejo
Adriano González León

Monologante, reflexivo, ingenioso a ratos, el personaje


central y casi único de esta novela de Adriano González
León, fallecido en los primeros meses del presente año,
va hilvanando y vinculando cuerpo, anuncios corporales
y memoria. También un circo, desaparecido entre las
llamas, una tía abandonada cuyo esposo se fuga con
una bailarina, las mujeres que fueron deseadas, en una
travesía que es la vida hecha literatura y mantiene la
alta tesitura poética que caracterizó a este autor

M
e siento viejo. Decaído. Nunca me gustó hacerle caso a
Ayer tuve la certidumbre y rumores. A los rumores de afuera, pues
hoy me pongo a contarlo. cuando vienen de la cabeza, ¿qué hace
Saberse viejo no es fácil. uno? Es así entonces que para no enlo-
Sobre todo, porque nunca quiere saber- quecerme como el diablo, prefiero en-
se. Pero la verdad llega con unas lucecitas vejecer… es decir… no es que prefiera,
que nos acribillan los ojos. Con un aleteo. sino que no hay otro remedio y la locu-
Con unas cortinas que se descuelgan en ra en mi caso se tarda, se hace la loca,
el cielo. Si esto se cuenta, dicen que es la planea, la muy ingrata, pizpireta, alegre,
sideración que tenemos con los amigos
locura. Siempre es más fácil que a uno lo indiferente, sobre mi cabeza.
al dejar que hablen solos, sin ponerles
acepten por loco que por viejo. Ése es el Tampoco es cuestión de no oír.
atención. «No te me pierdas en las ranu-
verdadero origen de la sabiduría del dia- O de oír cosas que los demás no oyen.
ras del cielo», me dice Joaquín cuando
blo: las locuras que cometió en la corte Es cuestión de no ver. O ver otras co-
esta situación se presenta. Al final caigo
celestial. Fue altanero. Frívolo. Indiscreto. sas que los demás no ven. La oreja se
en cuenta y le pregunto: ¿Cuál ranu-
Se las daba de bien parecido. Un viejo me ha hecho atenta a unos tamborcitos
ra?... ¿Cuál cielo?... Pero con ello sólo
sabe que ya no parece bien. Ni que es del corazón, golpes simples, ahueca-
demuestro que sigo estando perdido
más poderoso que cualquier otro. Ni que dos, secos, que vienen de pronto y se
y que voy entre las nubes persiguiendo
puede iniciar cualquier movimiento revo- pierden y vuelven cuando uno menos
los latidos, detrás del tambor, con ánge-
lucionario, con carácter de líder. Es más: los espera, saltando como ratones de-
les y flautas que se agregan, cintas y pa-
no puede iniciar ningún movimiento con bajo de la piel y a veces se suben a los
peles coloreados, cuerdas, algún faro,
la misma prestancia que antes lo hacía. ojos y las cejas, la parte de arriba de los
cierta embarcación, los cohetes que es-
Lo que pasa es que nadie, a cierta edad, ojos, todo se pone a temblar. Cuando
tallan y los pañuelos que dicen adiós.
quiere enfrentarse con la certidumbre. eso ocurre creo que me estoy quedan-
Pero uno escucha. Uno oye que do bizco. O que todo el ojo se me va
las rodillas al doblarse tienen otro rui- de lado. Es entonces cuando viene la
do. Sabe que el dolor en la cintura vino ausencia, porque ya no está la idea ni
sin causa. Dije que uno sabe y ello es lo la palabra ni los recuerdos sino todo el
correcto. Porque si se trata de oír, ¿qué clamor del cuerpo volteado hacia ese
es lo que no se oye? Ya no se oye nada, punto donde tiembla la piel y se piensa
sino un rumor confuso, un sonido que que el corazón se va a salir por el ojo.
no es el mismo, una musiquita y a veces No sé si los demás se dan cuenta. Y si se
un runrún que nubla todo y es casi un dan, es seguro que se lo atribuyen a la
anuncio de la muerte. loquera o al desparpajo o a la descon-

•23•
Sí… ya sé que todo esto es penoso… Me molesta que lo digan a
cada rato… Yo lo sé más que nadie. ¿Quién va a conocer mejor
su pena que uno mismo?... Se va disolviendo lentamente, se le
apagan los ojos, no le entra ninguna música, la sangre trabaja
con penuria y su boca no pronuncia palabra. Así lo dijo, no lo digo
yo, un tal Ptah-Hotep, que era visir, hace cuatro mil quinientos
años. Y los muñecos pintados en las piedras, aún antes que
él, ya ponían al viejo como una figura encorvada apoyándose en
una estaca que otros llaman bastón. Pero el bastón o la estaca
no limpian la cara ni los pelos. Por eso los egipcios de antes se
preocuparon por maquillarlo a uno. ¿Maquillarlo? ¿Es así como
se dice? ¡Maqui… Maqui… maquinita de la vida más máquina
serás tú! ¡No joda! El papiro —y se puede ver en las bibliotecas
y los tratados— dice así, como cualquier anuncio de hoy en
día… dice así: «Recubra la piel con esta pasta… suprima las
arrugas de la cara… Cuando la cara se haya impregnado de
ella le embellecerá la piel, hará desaparecer las manchas y
todas las irregularidades. Eficacia garantizada por numerosos
éxitos…». Como ven, eran pícaros. Ya comenzaban a burlarse
desde lejos. Porque los viejos nunca han servido para un carajo,
así se les atribuya sabiduría y prudencia en algunos tiempos.
Pero son muy pocos. Lo que se sabe es que sí hubo caridad.
En Nippur, antes de Jesús, los templos les daban asilo. Pero,
¿por qué? Ello equivale a decir que no tenían donde vivir ni eran
soportados en ninguna parte.

Bueno, yo no es que quiera decir que a uno lo tuvieron siempre


de lado. Ya dije que vi en un libro la más antigua representación
de un antiguo. Es decir, de un viejo. Es por el año 2.700 antes
de Cristo. El anciano está calvo y barbudo. Pero sus ojos lanzan
una luz como si se pusieran en contacto con el mundo divino.
No, no todo fue tan duro. En el Levítico se dice: «ponte de
pie ante el anciano y honra sus canas». O mejor, «ponte de
pie ante las canas y honra el rostro del anciano». Hipócrates,
Plutarco, Cicerón, Séneca, qué sé yo, no me acuerdo cuál fue
el que dijo que de nuestros ojos sale un espíritu luminoso. Ese
espíritu dizque se mezcla con la luz de afuera y por eso los
viejos cuando leen tienen que apartar el libro y con ello se evita
la violencia que sale de nosotros y la luz se mezcla entonces
correctamente. ¡Miren ustedes cómo se han dicho estupideces!
Como si uno no supiera qué diablos es la presbicia… El rostro
del anciano… Sí señor… Qué rostro ni qué rostro... Un poco
de piel seca, en tiras, con unos ojos que no ven ni tienen
esplendor. El rostro…

•24•
Las máscaras de lo universal
en Gallegos y Ayala Michelena
Sor Elena Salazar

El presente libro trae a la luz una faceta poco conocida


de Rómulo Gallegos: la de creador de textos dramáticos.
Examina su obra para teatro en tres actos titulada
El motor (1910), inscrita en la corriente modernista.
También se analiza el drama, de intensa lección moral
galleguiana, El milagro del año (1915). Asimismo,
la autora nos presenta a Leopoldo Ayala Michelena,
teatrista también de principios de siglo y a Lina López de
Aramburu, «Zulima», una de las primeras dramaturgas
venezolanas, que vivió el tránsito entre los siglos XIX y XX

E
l motor se distinguió por El drama termina con la muerte de El
destacar el drama de Gui- Chavalo, quien es asesinado por los
llermo Orosia, el héroe que hombres del pueblo.
sometido a varias pruebas, La acción encabezada por el pro-
venciendo muchas de ellas, no logra tagonista de la obra origina varias situa-
su ideal, sino que por el contrario ter- ciones dramáticas, que van a mantener
mina aceptando su fracaso y alcanzan- el desarrollo del discurso. Las acciones
do la madurez de su moral. El milagro del texto están narradas en presente. Religión y tradición
del año se caracterizará por relatar la Valentín, quien es presentado Es interesante destacar en este
tragedia de Remansos, originada por en las primeras páginas del texto por drama la referencia galleguiana del
Valentín, apodado El Chavalo, joven un hablante dramático básico, es un mundo religioso, cristiano, con que
pescador quien en plena noche playe- hombre de unos treinta años, «rudo parte de nuestro pueblo se identifica.
ra, asediado por el deseo de dinero e y cazurro, de cara lampiña. Humor de El milagro… es uno de los escasos tex-
iluminado —según él— por sus ruegos misántropo, dado a los arrebatos bru- tos donde se manifiesta esta notable
a la Virgen, provoca el naufragio de un tales». El lenguaje de las acotaciones especificidad, y forma parte de esas
bote y asesina a sus compañeros para usado por el hablante señala los prime- inclinaciones religiosas que tuvo Ga-
quedarse con el dinero que habían re- ros rasgos del personaje central, quien llegos, quien desde los 11 años que-
colectado de la pesca. además es reconocido y señalado, res- ría ser religioso. Ingresó al Seminario
El drama transcurre en Reman- pectivamente, en el discurso, por unos Metropolitano. La muerte de la madre
sos, pueblo de pescadores ubicado al quince nombres más que permiten y la sensata advertencia del arzobispo
oriente del país, donde todo el mundo completar la fisonomía del protago- Críspulo Uzcátegui, quien lo encontró
se conoce. La historia comienza con la nista: mandinga, chinchorrero, demo- demasiado joven
espera de la llegada de los pescado- nio, desgraciado, asesino, monstruo,
res, quienes habían salido en un bote malvado, miserable, infeliz, aborto del para vestir la sotana, aunadas al
el día anterior a su faena diaria y re- infierno y otros. Según estos rasgos, poco gusto que sentía el padre por
gresa con dos sobrevivientes, Isidro Valentín aparece como un hombre ple- esa vocación, motivaron su retiro del
y El Chavalo, quien le ha perdonado no de defectos, que nos recuerda a la Seminario. Sin embargo hasta los 18
la vida al primero por ser compadre famosa figura legendaria y mítica del persistió la religiosidad del joven ca-
de sacramento. Isidro, moribundo, le demonio que para un tipo de cultura raqueño. Confirmando su pasión al
confiesa al cura del pueblo toda la ver- se convierte en un negro feo llamado querer ingresar para sacerdote en
dad sobre la masacre de Remansos. Mandinga. uno de los monasterios de la época.

•25•
Asimismo notamos esta incli- ¡Reina de los mares! ¡Por los que que aparece en Antígona castigando
nación en Los predestinados o Los murieron en la mar, clamando tu al rey Creonte por haberle negado
ídolos. Gallegos, valiéndose de cual- nombre en su última agonía! ¡Por los sepultura a su sobrino.
quier pretexto para introducir as- que sufrimos en la tierra, desampa- El milagro de la Virgen sugiere
pectos sagrados y ligados a él como rados de tu bendita gracia! ¡Haz el un doble texto: por un lado apoya y
la religión y la fe, diseña una figura milagro, Santísima Virgen del Mar! afianza la cultura religiosa, expresán-
diabólica que será representada por dose con los constantes discursos y
Valentín para así construir un univer- El milagro no se hizo esperar. expresiones cristianas del cura y con
so cristiano, donde el símbolo es la Se realizó y simultáneamente con la la desaparición de El Chavalo, sus
Virgen y su milagro. La inserción de caída de la prenda aparecieron los maleficios y su avaricia, eliminados
esta figura en El milagro… se inter- castigadores de Valentín, quienes delante de la Santa Patrona del pue-
preta como una manera de reforzar carentes de piedad, armados con cu- blo y de sus creyentes; y por el otro,
o afianzar, más que la ideología cris- chillos, hambrientos de venganza por funciona como uno de los motivos
tiana, la fe y el respeto por ese mun- los hombres desaparecidos, le dan que originó uno de los aspectos fun-
do. Es por muchas razones que gran muerte en presencia de la Virgen y damentales de la tragedia clásica, la
parte de la tragedia gira su interés del pueblo. No fue la ley oficial la que anagnórisis. Ésta se da después de
en mostrar el enfrentamiento antité- se impuso, y la que no juzgó a Valen- la caída de la prenda que Valentín
tico de dos hermanos, Pedro Juan, el tín, sospechoso de la masacre de los había colocado en su mano. Con el
cura, y El Chavalo, que como suge- pescadores, por no haber encontra- desprendimiento de la prenda surge
ríamos anteriormente, representan do pruebas en su contra, sino la ley el reconocimiento colectivo por par-
los contrastes, Dios y el diablo. divina, representada en este caso por te de los hombres de Remansos de la
La imagen de la Virgen, uno de el milagro que la Virgen regala anual- persona que había dado muerte a los
los símbolos sagrados de los católi- mente a sus devotos, aquella misma pescadores.
cos, es mal utilizada por El Chava-
lo para justificar su sobrevivencia
y para esconder su maldad. Aquí
comienza su desgracia: le confiesa
a su hermano, el cura del pueblo,
que el naufragio de la barca de los
pescadores fue originado por «un
mal paso por La Escollera» y que él
pudo sobrevivir gracias a la ayuda
de la Virgen, quien, en ese mal mo- Tenemos a la mano —entre otros muchos— tres ensayos
mento, se apareció en «el bote de
la balandra». La confesión de Valen- a través de los cuales se puede colegir cómo el Libertador no
tín es rechazada por el cura, quien
constantemente cuestiona su insin-
fue un genio, ni escritor, ni forjador de utopías, dedica­do ex­
ceridad. Todo queda confirmado clusivamente a la «profesión» o el oficio, en sí, del arte de la
cuando Isidro, uno de los testigos
del hundimiento de La Gaviota y de escritura, sino que tal virtud la mantuvo estre­chamente unida
la muerte de los pescadores, le con-
fiesa al padre en trance de muerte a las restantes que integraron dentro del continente creativo y
que El Chavalo es el único respon-
sable de la masacre de Remansos.
variado que hubo de desarrollar Bolívar. Él se tuvo a sí mismo
La creencia y la fe religiosa del pue- como hombre de acción y de las dificultades.
blo son evidenciadas mediante la
presencia del milagro de la Virgen,
que en esta oportunidad se reali-
za cuando en plena procesión ésta
Mario Torrealba Lossi
deja caer de su mano la prenda me-
tálica que como promesa había sido Caracas, 2004
colgada por El Chavalo, agradecido Prólogo
por haberlo salvado del naufragio.
El milagro de la Virgen había sido
Simón Bolívar. Páginas escogidas
pedido en clemencia por el cura
en una de las misas del pueblo, y
aclamado de nuevo por él mismo en
plena procesión

•26•
Resistencia y participación
Iraida Vargas-Arenas

«Los actuales movimientos sociales venezolanos


no son producto de una coyuntura, de una contingencia
de la historia contemporánea; muy por el contrario,
constituyen el presente de un largo proceso que se
inició desde el mismo momento cuando este país de
gracia comenzó a ser conquistado y colonizado a finales
del siglo XV». Con esta frase Iraida Vargas-Arenas
señala uno de los pilares conceptuales de este libro
de apasionante iluminación acerca de procesos
y rebeldías venezolanos que conducen hasta su
presente revolucionario

U
n área a la cual le prestaron comparsas con heterogéneos disfra-
especial atención las po- ces. Multitudes enardecidas se agol-
líticas culturales de Pérez paban a lo lar­go de calles y avenidas
Jiménez fue aquella desti- al grito de ¡aquí es! para recoger las
nada a estimular la diversión pública en golosinas y juguetes, papelillos y ser-
calles, avenidas, plazas y parques. To- pentinas que eran lanzados desde las
dos los años se realizaban fiestas tauri- carrozas. El frenesí culminaba en bailes men trató de impulsar el gusto por el
nas con corridas en las plazas de toros, nocturnos en templetes ubicados en fútbol y el atletismo con la construc-
en cuyos carteles figuraban los más afa- calles y plazas, animados por orques- ción de los estadios olímpicos en la
mados toreros españoles, mexicanos y tas nacionales, mientras los clubes pri- Ciudad Universitaria de la Universidad
venezolanos del momento, como Ma- vados tenían sus propias reinas y bailes Central de Venezuela.
nolete, Antonio Ordóñez, el «Diaman- amenizados por afamadas orquestas Pérez Jiménez estableció la ce-
te Negro» y César Girón, entre otros. nacionales e internacionales, contrata- lebración de la «Semana de la Patria»,
Ciudades como Maracay y Caracas, en das para la celebración de la clase alta coincidente con el aniversario de la
donde se encontraban las pla­zas de to- y la clase media. fecha natalicia del Libertador en el
ros construidas por Gómez, bullían du- Los deportes también fueron mes de julio, semana en la cual toda
rante semanas de alegría y fervor por estimulados durante la dictadura. El la población debía participar en los
la tauromaquia. Previo al carnaval, las béisbol, el más practicado y difundido actos conmemorativos que iban desde
ciudades vivían frenéti­camente prepa- desde los años 40, comenzó a contar desfiles militares en el Paseo Los Pró-
rándose para las fiestas y anticipando con entrenadores y jugadores impor- ceres de Caracas hasta desfiles de los
la elección de la reina del carnaval de tados, aglutinando cada equipo el colegios, públicos y privados, en las
la ciudad y de las reinas de parroquias. fanatismo de miles de personas que principales calles y avenidas de todas
Todos los clubes de las instituciones es- coreaban en las calles consignas de las ciudades del país, precedidos por
tatales, los semiprivados y los privados, apoyo a unos u otros. El basquetbol bandas marciales integradas por los
las instituciones del Estado y las diver- fue introducido y comenzó a gozar de alumnos y alumnas.
sas parroquias, elaboraban hermosas, numerosos adeptos. El gobierno creó Se impuso la costumbre de cele-
creativas y colo­ridas carrozas en donde canchas en todo el país o se utilizaban brar misas masivas en plazas y parques
desfilaba la «reina» acompañada por las pla­zas de toros y los parques para para las primeras comuniones de los
una corte de otras «reinas y princesas» los partidos; cada estado de la repú- alumnos y alumnas de todos los cole-
parroquiales, seguidas por numerosas blica tenía su propio equipo. El régi- gios a nivel nacional.

•27•
«U
no de los objetivos de la presente obra
es tratar de eliminar la visión de la cul­
tura como una suerte de decoración de
lo eco­nómico y lo político, como algo
superfluo que no depende ni condiciona a la estructura
social ni a lo político; pero en realidad, ninguna de estas
dimensiones de la realidad existe de manera separada. De
allí que esa desestimación haya sido la culpable del fracaso
de muchos proyectos políticos, económicos y tecnológicos
para los cuales era necesario contar con el apoyo de deter­
minadas actitudes y comportamientos que era preciso des­
pertar en la población venezolana. Por esas razones es que
pretendemos mostrar cómo la dimensión cultural es estra­
tégica y constituye el vehículo más expedito para entender y
transformar la organicidad de la vida social de la cual es su
expresión fenoménica. Tal como aseveraba Gramsci, es lo
cultural lo que divide a la humanidad en estratos superiores
e inferiores, en minorías selectas y masas».

Esa política cultural de Pérez Jimé- Y, aunque dentro de los sectores popu-
nez, esa toma de las calles y de todos los lares urbanos, la dictadura logró crear
espacios públicos, esa movilización casi nuevos referentes culturales para su
constante del pueblo venezolano formó identificación, y no obstante que esos
parte integral de los planes para preve- cambios operaron lentamente, crearon
nir cualquier atisbo de disidencia políti- entre esos secto­res actitudes proclives a
ca, de participación colectiva contra su la sumisión y el conformismo que se ex-
dictadura, para alejar de las mentes de presaron sobre todo en la cotidianidad
la población una eventual toma de con- de sus vidas. La cultura —una vez más—
ciencia sobre la violación constante de sirvió de soporte a la dependencia eco-
los derechos civiles y humanos de aque- nómica y a la neocolonización política.
llos venezolanos y aquellas venezolanas Aunque la dictadura utilizó hasta
que luchaban contra la neocolonización el abuso la figura de Bolívar y de otros
de Venezuela. La sociedad general co- héroes de la Independencia, esa exalta-
menzó a manejar cotidianamente la fra- ción y reverencia eran patrioteras, que
se: «Con Pérez Jiménez, si no te metes no patrióticas, sutil manera de despojar
en política, vives bien». Se acostum­bró, el panteón de fundadores de la nacio-
pues, a un estado casi permanente de nalidad venezolana de sus peligrosos
fiesta, bullicio, banalidad y disfrute lú- contenidos sociales y políticos. Pérez Ji-
dico. Simultáneamente, la misma con- ménez se sumó, pues, a los presidentes
cepción de esas actividades reflejaba que le precedieron, quienes, como dice
el nacionalismo burgués que animaba el presidente Chávez, contribuyeron a
al régimen, con el cual reforzaba sola- la conversión del Libertador en estatuas
mente aquellas tradiciones culturales de bronce, eliminando su pensamiento
que nos ligaban a un pasado mestizo. social: «lo mataron otra vez».

•28•
entre la tierra y el cielo
Silda Cordoliani

Entre la tierra y el cielo de Silda


Cordoliani inaugura una colección de
Monte Ávila cuyo nombre —el (d)ARTE
cuenta— encierra varios significados: un
primero que cada obra de arte cuenta,
dice, comunica, le habla al espectador;
un segundo, derivado del anterior, el
darse cuenta, quien lee, del arte, toma
nota o cuenta de ello. Este libro sumerge
al lector en un paseo por la pintura
venezolana dentro de una experiencia
que pareciera trascender lo impreso,
avanzando hacia lo virtual e interactivo

ARTE venezolano en mayúsculas

Y
a el nombre de la colección verdes de la portada) y el cielo (la trama una afirmación, otras una negación, al-
—el (d)ARTE cuenta— pro- azul preponderante de las guardas), así gunas preguntas, otras admiraciones—
mete, ofrece mucho y es un como también expresa el carácter frag- las cuales, tanto la frase, como la ima-
primer acierto de una cade- mentario del libro. gen, se completarán en la doble página
na, en la que todos los demás aspectos Después de unas palabras dirigi- siguiente que ofrecerá la obra de arte
del libro concurren, de forma coheren- das a los niños, con una breve y esen- completa y la conclusión de la frase.
te con el tema ya que se trata de arte, cial consideración acerca del arte y los Esto que se dice fácil, es en realidad
en una valiosa propuesta editorial. De artistas, la dinámica del libro y el origen una propuesta editorial audaz que de-
entrada la presentación —el formato, de las obras de arte que se presentarán safía al lector y le plantea un juego para
el diseño, los materiales y acabados—, —todas pertenecientes a la Galería de el cual necesita de su participación. Sí,
hacen el libro sumamente atractivo Arte Nacional—, así como de un índice se le invita a entrar en un juego de sen-
para el lector que de inmediato sentirá poco usual, se ofrece al lector toda una saciones, asociaciones, anticipaciones,
la tentación de tocarlo. En la portada y experiencia visual, el abordaje de las inferencias, respuestas y conjeturas; se
contraportada se ofrecen un conjunto obras, en torno a cuatro temas: «En el le invita a poner en funcionamiento un
de signos gráficos de colores, un fon- agua nado» , «Al cielo vuelo», «Árboles conjunto de mecanismos y destrezas
do de círculos crecientes en degradé a sol y a sombra» y «Flores de mil co- mentales, asociados a su vez al sentido
y el emblema de la colección, en una lores», que constituyen las partes del de la vista, a la percepción de formas,
composición que parece inspirarse en libro y que al estar identificadas con imágenes, colores y a los sentimientos.
el arte pop, lo que contrasta con la re- portadillas de diferentes colores, ha- Un juego que seduce, descoloca y des-
tícula de fondo azul de las guardas en cen las veces de las distintas salas de concierta al lector, ya que a veces las
la que asoman fragmentos de imáge- un museo o de los diversos iconos de frases engañan, haciéndole ver o pre-
nes: árboles, ramas, nubes, animales, un juego virtual. ver algo que no es ni será, haciéndolo
flores, rostros, figuras geométricas…; Al traspasar cada una de estas dirigir la mirada hacia detalles deter-
una composición gráfica que expresa portadillas, se presenta al lector el minados, o haciéndolo interpretar una
y refuerza el título del libro: la idea de fragmento de una imagen acompaña- historia, es decir, eso que nos cuenta la
oposición, de contraste, entre la tierra da de una frase sugerente —a veces obra, que muchas veces es precedente
(colores cálidos: naranjas, amarillos y humorística, a veces poética, a veces o posterior a su elaboración; un juego

•29•
que, en todo caso, siempre lo enfren- vuelve una y otra vez a experimentar pero sustanciosos comentarios sobre
ta a la obra desde diferentes y nuevas este delicioso juego, un ejercicio óp- su obra.
perspectivas, con una nueva, límpida o tico y mental de armar y desarmar, de Es decir, que estamos ante una
desprejuiciada mirada. encajar las piezas de un rompecabe- hermosa e inteligente propuesta
Así el lector —sea niño o adulto, zas, que no está lejos de una expe- editorial cuya finalidad es nada más
pues el libro se presta para esa do- riencia virtual, interactiva, por tanto, y nada menos que dar a conocer a
ble lectura— descubrirá la vida que motivante para estos nuevos lectores nuestros niños obras y artistas claves,
se agita en el cuadro Mundo de agua de hoy, imbuidos en un mundo de fundamentales, del arte venezolano
de Mario Abreu; el «espejo de aguas imágenes —televisión, cine, dvd— , de diferentes épocas —desde el arte
tranquilas» del Paisaje de la laguna de aficionados al nintendo, al Wi fi, el colonial al contemporáneo—, de dis-
Manuel Cabré; la «línea gruesa» que chat y el Facebook, a nuevas formas tintas tendencias —arte figurativo,
traza un cocotero en un paisaje de Re- de interrelación, comunicación y di- abstracto o ingenuo, paisajes y retra-
verón; «la noche, el agua y el barquito versión. tos—, de variadas tonalidades y técni-
de papel» que une a los enamorados Finalmente el juego se com- cas —óleo, acuarela, pasteles, graba-
del tríptico El bañista de Edgard Quei- plementa con información: datos del do, técnicas mixtas—, un arte todavía
po; «las aguas escondidas» del dibujo nombre del artista, el título de la obra poco conocido en la mayoría de nues-
La gruta azul de Ramón Bolet Peraza, y a veces la técnica, siempre de la ma- tras casas y escuelas, por lo que este
el «barco entre las olas» de la Marina nera más sencilla (sin tecnicismos); libro y su serie merecerían estar en
de Emilio Boggio; los pétalos de flo- debajo de cada obra, y con notas so- todos los hogares, aulas y bibliotecas
res que se convierten en nubes de bre los artistas incluidas en un aparte del país y formar parte de los materia-
un atardecer en el cuadro Trinitarias final, con las fechas de nacimiento y les de uso de la Misión Cultura y otros
de Andrés Pérez Mujica; los animales muerte, datos biográficos y breves programas sociales.
fantasmas que aparecen en la obra
Sueños de la aridez de Abilio Padrón;
los diferentes cielos de Juan Araujo
en su Serie climática; los adornos de
una antigua dama en el retrato de Te-
resa Mixares de Solórzano y Tovar o
los pétalos de rosa de la obra Disec-
ción de Roberto Obregón, sólo para
mencionar algunas de las veintiocho
obras que se incluyen. El lector que se Comenzaremos con el señalamiento de que Meneses fue
adentra en esta aventura estética mira quien primero escribió, con toda la lucidez requerida, la primera
y lee fragmentos, ve pedazos, flashes
de obras, y luego las obras completas, novela venezo­lana que expresa en simultaneidad su proceso de
cons­trucción y deconstrucción. El primer indicio de esa actividad
constructiva y deconstructiva se revela en la ambigüedad que pro­
duce la respuesta ante la pre­gunta: ¿quién narra? Una respuesta
ingenua consiste en decir que la novela es contada por Juan Ruiz,
transmuta­do en Narciso Espejo. Sin embargo esto es sólo una pre­
sunción, ya que en el «Documento A» el cierre indica que el narra­
dor deja de ser él, se transforma en el otro: «Podría cederle el “yo” de
mi relato con la mayor naturalidad. Decirle: Narciso, aquí tienes la
pluma. Comienza...».
Armando Navarro
Guillermo Meneses
La mano junto al muro
El falso cuaderno de Narciso Espejo
Prólogo

•30•
El terror como política exterior
de Estados Unidos
Noam Chomsky

Es factible romper el dogma mundialista instaurado en


los años 80 por Margaret Thatcher con su doctrina
TINA, There is No Alternative, no hay alternativas. Así lo
demuestra Noam Chomsky, intelectual de talla mundial,
que analiza la hipócrita moral globalizada en la antológica
conferencia que transcribimos

E
l tema de esta conferencia se ra al mundo libre. O Irak desde 1990,
decidió en 1998 —quizás un cuando Saddam Hussein desobedeció
poco antes— pero la elección las órdenes e Irak se trans­formó en un
fue algo profética. En efecto, «Estado malvado». Pero no antes de
«soberanía» y «orden mun­dial» han sido 1990, por supuesto, ya que en esa épo-
de manera significativa las palabras cla- ca era un gran amigo y aliado y recibía
ve de 1999. La cues­tión de la soberanía una ayuda masiva mientras mataba a
pasó por dos fases sucesivas. La prime- los kurdos, torturaba a sus opositores
ra, a comienzos de ese año, cuando la y cometía los peores crímenes de toda
atención se centraba en el bombardeo su abominable carrera. Por todo esto
de la OTAN y de EEUU sobre Yugosla- fue recom­ pensado por los «Estados
via; la segunda, en los últimos tiempos, iluminados» con crecientes aportes mi-
con la rea­nudación de las atrocidades litares y otras ayudas logísticas.
de Indonesia en Timor Oriental. Hasta aquí la primera mitad del Indonesia no tiene ningún derecho so-
Durante la primera fase hubo un año. Llovieron sobre nosotros pronun­ bre Timor Oriental, fuera del que deriva
«extraordinario entusiasmo», entrába­ ciamientos extáticos de líderes morales del apoyo que le dieron para su agre-
mos supuestamente en una nueva era y figuras políticas, universitarias y otras, sión las grandes potencias, en particular
de la historia humana en la cual los a propósito de esta era notable en la los «Estados iluminados», y más especí-
«Estados iluminados» usarían la fuerza que estábamos ingresando bajo la con- ficamente su líder, Estados Unidos.
cuando lo consideraran justo, dejando ducción de los «Estados iluminados». Entonces parece que aquí debe-
a un lado los conceptos de soberanía La segunda fase comenzó tiempo mos guardar un gran respeto de la sobe­
y derecho internacional, tan pasados después. El tono cambió radicalmen­te ranía y que los derechos humanos no im-
de moda. Los «Estados iluminados» cuando la atención se volvió sobre Ti- portan. Tenemos que abandonar nuestra
actuarían de acuerdo a sus principios mor Oriental, donde resurgían el terror, amplia misión, establecida en la primera
tradicionales, teniendo como misión la la violencia y las masacres que venían fase. Debemos esperar la invitación de
«defensa de los derechos humanos». produciéndose sin interrup­ción en los los invasores antes de intentar cualquier
Así lo proclamó la entonces secretaria últimos veinticinco años. De hecho, se movimiento —como suspender la ayuda
de Estado Madeleine Albright y lo repi- trata de la peor matan­za — en propor- militar— porque de lo contrario estaría-
tió maravillado el New York Times. ción a la población— que se haya co- mos interviniendo en un Estado sobera-
Esta misión apunta, según ciertos metido desde el Holocausto. no, y no podemos hacer eso.
personajes como Albright, sólo con­ Pero parece que la soberanía de Por lo tanto, repentinamente, el
tra una parte del mundo —es decir, a Indonesia debe recibir un delicado y ex- cuadro se invirtió por completo. Desde
los «Estados malvados»—. Cuba hoy. cesivo respeto en este caso, aunque no el desprecio más total por la sobera-
O Nicaragua antes de que regresa- haya soberanía. Porque eviden­temente nía en el caso de Serbia —que casual­

•31•
mente representa el único rincón de La primera es la siguiente. Ya dije notable «nueva era»? Fuera de los au-
Europa que resiste los planes de EEUU que la primera parte del año se carac- toproclamados «Estados ilumina­ dos»
para la región—, pasamos a un «Esta- terizó por un entusiasmo desbordante se produjo un verdadero asombro e in-
do cliente», uno de los mayo­res asesi- a propósito de esa notable «nueva era» credulidad frente a este des­precio de
nos de la época contemporánea, y en en la cual íbamos a ingresar. Pero ¿qué la soberanía y el derecho internacional.
este caso la preocupación por la sobe- se pensaba por fuera de los «Estados En India, Tailandia o América Latina,
ranía es tan exaltada que tenemos que iluminados»? O mejor aún, ¿quiénes la reacción fue bastante uniforme: el
honrarla delicadamen­ te, aun cuando son los «Estados iluminados», y cómo miedo. La actitud predominante del
no exista soberanía alguna. se accede a ese rango? ¿Cuál es el cri- mundo estuvo muy bien expresada por
Debemos admitir que la transi- terio para ser miembro del club? el Arzobispo de San Pablo, quien pre-
ción de un caso al otro es interesante A fin de cuentas, el criterio es muy guntó, después de la Guerra del Golfo:
y plantea algunos interrogantes: ¿qué simple. Se ingresa por definición. No «¿A quiénes van a atacar luego, y bajo
sucedió?, ¿cuál es la diferencia? Podría se llega a ser un «Estado iluminado» qué pretexto?». Hubo mucha discusión
tener que ver con lo que mencioné an- en virtud de un historial. De hecho, el en todo el mundo sobre la necesidad
tes. En un caso, el Estado cuya sobera- historial es considerado irrelevante y si de desarrollar medios disuasivos —ar-
nía no importa es un Estado enemigo. alguien fuera a examinarlo, difícilmente mas nucleares, por ejemplo— para de-
En el otro caso, resulta ser un «Estado podría establecer las calificaciones co- fenderse de los «Estados iluminados»,
cliente». Esto sugiere una hipótesis, rrectas. Es simplemente por definición. quienes al parecer hoy se sienten con
pero dejémosla de lado por el momen- Estados Unidos es un «Estado ilumina- libertad de destruir a discreción.
to, y planteémonos otras preguntas. do» por definición. Su perro guardián, De hecho, si observamos lo que
Gran Bretaña, es un «Estado ilumina- ocurre a nivel global, creo que una
do» en la medida en que obedezca las des­cripción adecuada de lo que ocurre
órdenes. Y cualquiera que se aliste en podría ser la siguiente: cuanta mayor
la cruzada es un «Estado iluminado». capacidad tenga un Estado de utilizar
Todos los demás son «Estados malva- la violencia a discreción, mayor es su
dos». Como vemos, la distinción resul- desprecio por la soberanía (la ajena,
ta fácil de trazar. por supuesto). Estados Unidos es —de
¿Cuál es la actitud fuera de los lejos— quien mayor capacidad tiene
«Estados iluminados» respecto de la de hacer uso de la violencia, y quizás
por eso el entusiasmo alcanza entre
nosotros su paroxismo. El entusiasmo
disminuye a medida que se desciende
en la escala de poder, hasta llegar a las
víctimas tradicionales.

•32•
Ciencia, política
y cientificismo
Oscar Varsavsky

El postulado de esta obra de Oscar Varsavsky es que


toda revolución debe definir y desarrollar su propio estilo
científico-tecnológico. Ambiciosa, importante, la idea,
desarrollada en los años sesenta del siglo XX por su
autor, cobra actualidad en la generalizada revisión teórica
y práctica consubstancial al socialismo del siglo XIX

Autonomía científica

L
a ciencia actual, en resumen, el cambio y la construcción del nuevo
está adaptada a las necesida- sistema. Puede aprovechar muchos re-
des de un sistema social cuyo sultados aislados, pero no existe una
factor dinámico es la produc- teoría de la revolución ni una técnica de
ción industrial masificada, diversificada, implementación de utopías. Lo que dijo
de rápida obsolescencia, cuyo principal Marx hace más de cien años y para otro
problema es vender —crear consumi- continente no fue desarrollado ni adap-
dores, ampliar mercados, crear nuevas tado a nuestras necesi­dades —ni corre- sino porque debemos enfrentarnos a
nece­sidades o como quiera decirse— y gido— de manera convincente, y hoy toda una campaña organizada para la
cuya institución típica es el gran consor- veinte grupos pueden decirse marxistas «integración científica» de América La-
cio, modelo de organización y filosofía y sostener posiciones tácticas y estraté- tina, que se opone a la autonomía.
para las fuerzas armadas, el Gobierno, gicas totalmente contradictorias. Si no Iniciada formalmente en Punta del
las universidades. se quiere proceder a puro empirismo e Este en la reunión de presidentes ameri-
Es lógico que este sistema esti- intuición, no hay otro camino que hacer canos en enero de 1967 para «estimular
mule la especialización, la productivi­ ciencia por cuenta propia, para alcanzar el desarrollo» de nuestra ciencia, pro-
dad, la competitividad individual, la in- los objetivos propios. sigue con las actividades del Consejo
vención ingeniosa, el uso de apa­ratos, Esto significa inscribirse en el mo- Interamericano Cultural, que organiza
y adopte criterios cuantitativos, de ren- vimiento pro autonomía cultural, que «Centros de Excelencia» para educar de
tabilidad de inversiones para evaluar es la etapa más decisiva y difícil de la manera homogénea a los investigado-
todo tipo de actividad. lucha contra el colonialismo. res y profesores latinoamericanos según
Esto se refleja, hemos visto, en la Lo que significa la autonomía cul- las indiscutidas normas de la «ciencia
ciencia actual de todo el mundo: en los tural está en general claro, salvo justa- universal». Simultáneamente, nuestros
países desarrollados por adaptación, y mente en lo que respecta a la ciencia, y gobiernos, preocupados por el atraso
en los demás por seguidismo, por colo- eso por razones que hemos dado. No es económico, claman ante la Cepal (Lima,
nialismo científico. mucha la autonomía científica que po- abril de 1969), para que el hemisferio
El que aspire a una sociedad di- demos conseguir sin cambiar de sistema Norte nos trans­mita a mayor velocidad
ferente no tendrá inconvenientes en social o sin que ese sea nuestro objetivo. su ciencia y su tecnología. Y la National
imaginar una manera de hacer ciencia Y no cam­biaremos gran cosa el sistema Academy of Science promueve reunio-
muy distinta de la actual. Más aún, no si no logramos independizarnos científi­ nes de cooperación científica, como la
tendrá más remedio que desarrollar una camente aunque sea en parte. de Mar del Plata, julio de 1969.
ciencia diferente. En efecto, la que hay Esto no es tan fácil de conseguir, Con eso nos atan más fuertemen-
no le alcanza como instrumento para no sólo por sus dificultades intrínsecas, te aún a la sociedad de consumo, que

•33•
En plena tormenta salió el barco de
Crimea. El ruido del mar salpicaba
en el vidrio de las ventanas y la en-
sordecía. Esa noche, las nubes se
alzaban negrísimas en el cielo. Olas
gigantescas, perforadas por aguje-
ros de espuma, estremecían la nave
y llenaban de horror a los pasajeros.
La fuerza de la tormenta arremetió
contra una parte de la embarcación
es aceptada sin discusión como li. Esto ya tuvo que modificarse
y sumergió en el agua un grupo único estilo concebible de desa- para el caso cada vez más gene-
de pasajeros que se mantenían en rrollo. Y lo ridículo es que todas ral de los consorcios metropo-
estas actitudes son aplaudidas o litanos que instalaban fábricas
la cubierta. Se ahogaban hombres
vistas con buenos ojos hasta por filia­
les en la periferia, pero de
y mujeres. A los días, sus cabezas aquellos que luchan sinceramen- todos modos se aceptaba hasta
negras y rojizas flotaban en el mar. te contra la dependencia econó- hace muy poco sin discusión que
mica. Aceptar la tecnología del el imperialismo era enemigo de
En las rojizas, ella identificaba con
Norte significa producir lo mismo que progresaran nuestra ciencia
tristeza a los rusos blancos. Durante que ellos, competir con ellos en y tecnología. Nos parecía incluso
el resto de la travesía se respiró la el terreno que ellos conocen me- que aprovechar un subsidio ex-
jor, y por lo tanto, en definitiva, tranjero para investigación cien-
pestilencia de los cadáveres. En la
perder la batalla contra sus gran- tífica era casi como arreba­tar las
cubierta viajaban y parecían gran- des corporaciones, suponiendo armas al invasor.
des muñecos de goma, amarillos y que se desee darla. Y digo esto ¿Por qué entonces tanto
último porque si aceptamos su interés norteamericano, refleja-
abombados.
ciencia y su tecnología, o sea si do por los gobiernos títeres de
aceptamos que nos enseñen a nuestros países, en elevar nues-
pensar, haremos lo mismo que tro nivel científico? No se trata
ellos, seremos como ellos y en- de una «contradicción del capi-
tonces pierde sen­tido toda lucha talismo»; por el contrario, es una
por la independencia económica estrategia correcta para ellos, y si
o incluso política. La solución ló- alguna contradicción hay es que
gica en tal caso es la que eligió la guerra de Vietnam y sus demás
Puerto Rico. problemas no permiten a Estados
Esta nueva política norte- Unidos llevar adelante esta políti-
americana de fomentar nuestra ca con la intensidad deseada.
ciencia ha desorientado a nues- El hecho crucial es que el
tros científicos politizados. No gran consorcio —el personaje
existiendo —un ejemplo más— más impor­tante de «la nueva so-
una ciencia de las relaciones ciedad industrial»— necesita ex-
coloniales, se siguen apli­ cando pandirse sea como sea; implantar
análisis hechos esencialmente a fábricas en todas partes del mun-
principios de siglo, con escasas do, crear allí consumi­dores como
modificaciones. Así, la imagen los de la metrópoli (para que
Sólo las medias de seda de un país dependiente es la demanden los mismos bienes) y
Lourdes Manrique de un ex­ portador de materias reclutar personal ejecutivo, admi-
Colección Continentes primas e importador de bienes nistrativo y técnico-científico para
48 páginas manufacturados en la metrópo- seguir creciendo.

•34•
Nuevas colecciones
de Monte Ávila
Warairarepano
Esta colección constituye un
reconocimiento a la realidad
cultural y lingüística de
Venezuela, en cuyo territorio
existe un conjunto de
aproximadamente cuarenta
idiomas indígenas diferentes.
Su nombre quiere decir «la gran
montaña» en lengua caribe-
costeña. Así llamaban los
Karaka, habitantes originarios
del valle que se extiende al pie
del Ávila, a la montaña que se
ha constituido en un símbolo
de la ciudad capital. Sus títulos
recogen historias ancestrales
de las comunidades indígenas
(cuentos, mitos y leyendas) que TÍTULOS
van de la oralidad a la escritura PUBLICADOS
en versiones bilingües ilustradas
a todo color y dirigidas al disfrute
del público lector infantil.
KANE’WA,
Miguel Ángel Jusayú
SEKESEKEIMA,
Antonio Lorenzano
YADAAKADU,
Manuel Velázquez
YAMAANËSA´KË NË´NA,
Aristóbulo Argoti
NARORIWË,
Hikoroiwë

•35•
Nuevas Colecciones
de Monte Ávila

Waanükü / Nuestra palabra


E l título de esta colección proviene del idioma del pueblo añú, perteneciente
a la familia lingüística arawak, el cual ha librado durante siglos una dura y
desigual lucha por mantener viva su lengua. Está destinada a dar cabida de
manera exclusiva a las creaciones individuales y colectivas de los pueblos
indígenas, concebidas en sus propios idiomas y vertidas luego al español.
Son, por tanto, publicaciones bilingües en su totalidad, que acogen distintos
géneros, entre ellos el canto shamánico.

Títulos publicados
NÜNÜIKI KA´IKAI
Lenguaje del sol,
José Fernández

RI UPALAJ KAQ´IK´
El rostro del viento,
Humberto Ak’abal

•36•
Colección Mileniolibre
La colección Mileniolibre recoge
el pensamiento más actual acerca
de los temas que movilizan
a América Latina y al mundo
en el ámbito de sociedad, política
y economía

Títulos publicados
El terror como política exterior de Estados
Unidos, Noam Chomsky
Más allá de El Capital, Michael Lebowitz
La violencia del mundo, Jean Baudrillard
Estimado presidente Bush, Cindy Sheehan
Del terror a la esperanza, Theotonio dos Santos
Reconstruyendo la izquierda, Marta Harnecker
Trabajo, individuo, historia, Antonio Infranca
La palabra amenazada, Ivonne Bordelois
Razones para una revolución, Mario Sanoja
e Iraida Vargas
Democracia y discurso político, Ana Irene Méndez

•37•
Biblioteca Básica
del Pensamiento Revolucionario
La construcción de una sociedad más justa ha ocupado la
atención de numerosos pensadores y pensadoras a lo largo
de la historia. Esta colección acopiará obras maestras del
pensamiento revolucionario, acompañándolas de prólogos,
notas y cronología.

Obras editadas
Manifiesto Comunista
Karl Marx y Federico Engels

Pequeños Héroes
Con esta serie Monte Ávila Edi­tores presenta en su di­mensión
infantil, incluso en sus problemas y dificultades, a esas figuras
lejanas y admiradas que son los próceres y personajes notables de
Venezuela, propician­do que los niños y niñas venezo­lanos, pequeños
héroes y heroínas de cada día, puedan identificarse con ellos y sentir
que son perfec­tamente capaces, en un futuro, de los mismos logros
y hazañas. La serie está dirigida a niños de 8 a 12 años de edad,
cursan­tes de la escuela básica.

Biblioteca Básica Infantil y Juvenil


Libros dirigidos a los niños, niñas y jóvenes que libros destinados a los niños que se están
se acercan quizás por primera vez a la lectura iniciando en la lectura
de autores venezolanos. Ofrece textos variados,
que cuenten historias tanto fantásticas como Pata Caliente (de Miguel Vicente Patacaliente,
reales, llenas de humor, aventura, poesía o un clásico de Orlando Araujo), para niños que ya
suspenso. La colección está constituida por saben leer y buscan nuevos retos
tres series, sus nombres han sido tomados
de personajes de la literatura infantil y juvenil Corcho (el protagonista de Piedra de mar, de
venezolana. Francisco Massiani), para jóvenes y adolescentes.

Mandefuá (de Panchito Mandefuá, protagonista Los títulos de esta colección se encuentran en
de un célebre cuento de José Rafael Pocaterra), proceso de producción.

•38•
Colección Ante la Crítica
Única en su género en América Latina, la Colección Ante la Crítica está destinada
a recopilar y organizar la recepción crítica y testimonial de un autor o de una obra
de la literatura nacional y universal

CONCIERTO BARROCO: ESCENARIOS DEL TIEMPO

Mientras la demarcación cronológica y ordenada del tiem­


po es reemplazada en Concierto barroco por la de su aprehensión
integral, como si éste fuese el impulso líquido de una continuidad
que no puede detenerse y cuyo principio y fin tienden a devorarse
en una cascada de volutas, cuya primera función orna­mental no
es óbice para el cumplimiento de su razón más primordial efusiva
y centrífuga, el espacio, resistiéndose a la imposición de cons­
trucciones temporales de cualquier especie, adviene una serie de
puertas de acceso al espectáculo de lo sorprendente, esto es,
las vertientes de entrelazamientos heterogéneos y mestiza­jes
culturales que disuelven la perspectiva de la Historia como suce­
sión diacrónica y de personajes enmarcados en funcionalidades
narrativas unívocas, llegándose a un tejido de relaciones inadmi­
sible desde una perspectiva racional, aunque extraordinariamen­
te productivo como exploración creativa confluente e híbrida.

FERNANDO BURGOS

•39•
Reconstruyendo la izquierda
Marta Harnecker

Incansable y brillante practicante de las luchas sociales,


Marta Harnecker ofrece en este libro una revisión
actualizada y muy práctica sobre las alternativas
que el presente coloca ante el luchador por los
cambios sociales. «El mundo puede ser transformado
—pareciera decirnos— pero sólo si nos transformamos
nosotros primero». Y abunda en ejemplos

2
72. Pero este político no en esas condiciones era un suicidio. fragmentación que esta clase ha su-
crea de la nada, crea a par- ¿Qué hacer entonces? ¿Aceptar la ex- frido con el neoliberalismo. Partiendo
tir de la realidad efectiva. plotación sometiéndose sumisamen- de estos datos objetivos hay quienes
Aplica la voluntad a la crea- te a ella, porque en ese momento era predican la imposibilidad de luchar
ción de un nuevo equilibrio de fuer- imposible ganar la batalla o luchar por en estas condiciones. Es evidente que
zas partiendo de lo que en ella hay de cambiar esa situación aprove­chando la clásica táctica de lucha sindical: la
progresista y reforzándolo. Se mueve las potencialidades inherentes a su huelga —basada en la unidad de la
siempre en el terreno de la realidad condición de explotados: la existen- clase obrera industrial y su capaci­
efectiva, pero para dominarla y supe­ cia de grandes concentraciones obre- dad de parar las empresas —, en la
rarla (o contribuir a ello). ras, su capacidad de organiza­ción, su mayoría de los casos hoy no da frutos
273. Para la izquierda, la política debe identidad como clase oprimida? La positivos y de ello se aprovechan los
consistir, entonces, en el arte de des- organización y la unidad de los tra- oportunistas para tratar de inmovili­zar
cubrir las potencialidades que existen bajadores, cuantitativamente mucho al movimiento obrero y convencerlo
en la situación concreta de hoy para más numerosos que sus ene­ migos de que debe aceptar pasivamente
hacer posible mañana lo que en el de clase, era su fuerza, pero era una sus actuales condiciones de sobreex-
presente aparece como imposible. De fuerza que había que construir, y sólo plotación. El arte de la política, por
lo que se trata es de construir una co- tomando ese camino se volvió posi- el contrario, consiste en descubrir a
rrelación de fuerzas favorable al mo- ble aquello que inicialmente parecía través de qué vías se pueden superar
vimiento popular, a partir de aquello imposible. las debilidades actuales de la clase
que dentro de sus debilidades consti- 275. Pongamos un ejemplo actual. obrera industrial, que son debilida-
tuye sus puntos fuertes. No cabe duda que hoy en América des reales, para ir construyendo una
274. Pensemos, por ejemplo, en los Latina y el Caribe ha disminuido enor- fuerza social sindical de acuerdo a las
obreros de la época de Marx, some­ memente el poder de negociación de nuevas condiciones del mundo. Es
tidos al inmenso poder de sus patro- la clase obrera, tanto por el fantas- necesario construir una nueva estrate­
nos capitalistas, que podían en cual­ ma del despido —son privilegiados gia sindical. Ya no se trata sólo de la
quier momento dejarlos en la calle los que pueden acceder a un traba- solidaridad de clase del siglo XIX; si
sin medios para sobrevivir. La lucha jo asalariado estable— como por la entonces era fundamental la unidad

•40•
de la clase obrera industrial, hoy es 281. Ésta ha sido también la expe- lograr que los habitantes de la ciu-
fundamental la unidad de todos los riencia del Movimiento de los Sin dad comprendiesen que la lucha por
explotados por el capital —de los tra­ Tie­r ra de Brasil. Mientras este movi- la tierra no era só­lo la lucha a favor
bajadores permanentes y de los tem- miento trabajó sólo a nivel campe- de unos pocos campesinos, sino que
porales; de los contratados y de los sino, estaba aislado y no tenía gran significaba la solu­ ción de muchos
subcontratados—, con el resto de los fuerza; pero cuando muy lúcidamen- problemas críticos de la propia ciu-
sectores sociales perjudicados por el te com­prendió que tenía que hacer dad, comenzó a tener un apoyo cada
sistema neoliberal. un viraje en su forma de trabajar, vez más amplio y hoy se ha transfor-
276. Concuerdo con Isabel Rauber en que tenía que asumir como suyos los mado en el principal punto de refe-
que hay que elaborar una pro­puesta problemas del resto de los sectores rencia de todas las luchas sociales
que —rescatando el papel central y oprimidos: los sin techo, los sin tra- en Brasil y la vanguardia de la lucha
organizador de la clase obre­ra— re- bajo, etcétera, y que era necesario contra el neoliberalismo
conozca también su actual debilidad
y apunte a reconstruir su fuerza, pro-
piciando la articulación del conjunto
de trabajadores empleados, subem-
pleados, desempleados y marginados
con el conjunto de hombres y mujeres
oprimidos y excluidos, para construir
la fuerza social capaz de enfrentar con
poder propio el poder de la domina-
ción, disputárselo y conquistarlo. Llevaba casi cuatro horas sentado junto a la urna
277. Sólo así se puede lograr ese po-
der de negociación que la clase obre- y no po­día dejar de pensar en la similitud del cadáver
ra por sí sola ya no tiene, y que mucho
menos tiene el resto de la población.
con una pa­pa descortezada con el pelo blanqueado por
278. Esta salida ya ha sido probada el polvo de una burlesca imitación de ser humano. Mi­
en la práctica. Los sindicalistas argen­
tinos lograron avances en su lucha rando a su de­rredor sólo advirtió el consabido Cristo de
justamente cuando fueron capaces
de involucrar en su movimiento a am- mal metal, las velas inacabables en los apliques de la pa­
plios sectores de la sociedad como lo
hicieron los sindicalistas de Río Turbio red, el marquito de una reproducción de Murillo en el
en la provincia de Santa Cruz.
279. La única reserva y la única garantía
muro del lado de acá de donde estaban los sanitarios, la
para que los sindicatos puedan pasar
hoy a una lucha es respaldándose en
antigua mancha del forro de las cenefas, los tiradores de
el resto del pueblo —sostiene Alfonso porcelana en las puer­tas chirriantes. Dos ranas estridían
Coñoecar, del sindicato minero de esa
localidad—. Ningún sindi­cato solo pue- en una soledad que ad­vertía el avanzado tiempo de la
de ganar hoy una contienda, porque el
neoliberalismo ataca por todos lados. madrugada.
280. Por su parte, el sindicalista ar-
gentino Néstor Piccone, miembro del Salió afuera, al balcón, y divisó, cercanas aunque opa­cas
Congreso de los Trabajadores Argen-
tinos (CTA), sostiene que representar
entre la bruma, las torres del Panteón Nacional.
hoy a los trabajadores es reconocer Entonces fue cuando advirtió que él no tenía qué hacer
la atomización y la necesidad de arti­
culación. Necesitamos un sindicalis- allí, en un velorio de una persona totalmente desconocida.
mo que atienda la nueva composición
de clase. Cada etapa de la historia
definió, desde la apropiación de los Alfredo Armas Alfonzo
medios de producción, formas de or-
Osarios, desiertos y otros ángeles
ganización y formas de representación
diferentes. Las organizaciones surgen Antología de cuentos 1949-1990
de las demandas de algunos sectores
sociales y el Nuevo Sindicalismo tiene
que ser expresión de ellos.

•41•
Memorias para la integración
Mario Sanoja

A partir de una detección y descripción de los factores


dinámicos de la transformación de nuestras sociedades
originarias desde el momento en que iniciaron la
colonización del territorio hasta la conformación de las
sociedades contem­poráneas, Mario Sanoja examina
en este trabajo las situaciones concretas en las que
se encuentran hoy día los pueblos suramericanos y
caribeños y sus perspectivas

Los procesos civilizatorios

E
l célebre antropólogo bra- El fin de la alta Edad Media y del de las sucesivas fases de la Revolución
sileño Darcy Ribeiro aña- sistema feudal estuvo marcado por un Industrial. Destruida la organicidad de
dió una nueva dimen­ sión período de gran inestabilidad social y su infraes­tructura sociopolítica y tecno-
al concepto de civilización política: guerras civiles, guerras interna- lógica por el impacto de la conquista
concebida como manifestación es- cionales, sublevaciones campesinas y arma­da y la evangelización forzada, los
tructural de la cultura, al postular el de artesanos, así como pan­demias tales pueblos originarios de Iberoamérica
de proceso civilizatorio. Este concep- como la peste negra, procedentes de fueron integrados a la fuerza dentro de
to de Ribeiro, entendemos, está más Asia, que arrasaron con centenares de la Civilización Occidental, degra­dados,
vinculado a la evolución sociocultural, miles de vidas humanas. Algunas nacio- esclavizados, deculturados, relegados a
a la dinámica histórica que configura nes europeas que tenían costas sobre el la condición de pueblos atrasados, de
las nuevas formaciones sociales, a los Atlántico, como fue el caso de Portugal, consumidores de los productos manu-
movimientos históricos concretos, comenzaron a buscar soluciones a la cri- facturados en los cen­ tros industriales
expansivos, de tradiciones culturales sis económica fomentando el comercio de Europa occidental. Se indujo así en
singulares. inter­continental y desarrollando la inves- Iberoamérica una cultura de la pobre-
La llamada civilización occiden- tigación sobre cartografía, astronomía, za, cuya finalidad fue la de optimizar el
tal, por ejemplo, ha sido considerada tecnología naval y los viajes de explora- estatus de sus economías productoras
siempre como integrada por tres pro- ción en busca de vías acceso más renta- de materias primas para mantenerlas
cesos civilizatorios principales: Euro- bles hacia las riquezas del Asia remota. dependien­tes de los centros del poder
pa, Norteamérica y América Latina. En La narrativa sobre la empresa de colonial metropolitano de Occidente.
este último caso es necesario explicar Colón, consecuencia de aquel proce­so La historiografía europea no
que la inclusión de los pueblos latinoa- histórico, considera este hecho como la sólo desconoció la complejidad so-
mericanos en la civilización occidental, expansión de la civilización occidental cial alcanzada por nuestros pueblos
se fundamenta en su incorporación o grecolatina hacia América, ignorando originarios, la existencia de sus im-
forzada dentro del sistema capitalista que el mismo expuso a los pueblos ori- perios, señoríos, cacicazgos, pueblos
mercantil mundial como consecuencia ginarios y particularmente a los ibero- y aldeas, sino que redujo también su
de la expansión colonial de la Europa americanos al impac­to devastador, pri- imagen a una realidad temporal pla-
Occidental que se inicia en el siglo xv. mero del capitalismo mercantil y luego na y sin historia, sin fuerza vital, físi-

•42•
ca y psí­quicamente impotente, que va de cualquier proyec­to político que siglo XX la actitud nacionalista del pre-
se desvaneció gradualmente ante el intente promover la plena soberanía sidente venezolano Cipriano Castro,
empuje de la conquista y la coloniza- política y económica de los pueblos para luego derrocarlo a fin de apode-
ción europea. Un autor como Hegel y movilizarlos para resolver efectiva- rarse y explotar para su provecho nues-
(1798), en sus escritos sobre Filosofía mente las causas de la pobreza y sus tra fabulosa riqueza petrolera hasta el
de la Historia, expresa claramente su consecuencias: el atraso, la ignorancia año 2002. Desmanteló, igualmente, los
con­cepto sobre la supuesta inferio- y la subordinación al imperialismo occi- proyectos autonomistas de los presi-
ridad de los pueblos suramericanos, dental y particularmente al estadouni- dentes Getulio Vargas, Janio Quadros
contrastante con la superioridad que dense, tal como se expresa en nuestra y Joao Goulart en Brasil, el del presi-
dicho autor confería a los pueblos decisión de unirnos en una Comunidad dente Salvador Allende en Chile, des-
que integraban Estados Unidos. Ello Soberana de Naciones Suramericanas. armó el progreso socioeconómico y
provenía del hecho, —decía—, de Fue por aquellas mismas razones tecno­lógico logrado por Argentina, de
que Suramérica había sido conquis- que el imperialismo occidental com­ la misma manera como ha intentado e
tada por españoles, en tanto que Es- batió en el siglo XIX la utopía anfictióni- intenta arrasar la Revolución Cubana,
tados Unidos había sido colonizado ca del Libertador Simón Bolívar, y lue- la Revolución Bolivariana y el pro­yecto
por inmigrantes europeos industrio- go propuestas autonómicas como la integracionista del presidente Hugo
sos, amantes de la ley y la libertad, lo del gobierno paraguayo hacia media- Chávez: la Alternativa Bolivariana para
cual hacía de aquella nación —según dos del siglo XIX. De la misma mane- América (ALBA).
Hegel— el futuro de la humanidad. ra, ridiculizó en la primera década del
En Estados Unidos de América los
habitantes originarios, decía, fueron
expulsados de sus territorios, por lo
cual los europeos pudieron construir
Los procesos
sin interferencia su cultura, su modo civilizatorios americanos
de vida europeo original. En Suramé-
rica, donde los pueblos originarios
fueron tratados con similar violencia, El análisis de los hechos históricos ocurridos entre
casi exterminados, fueron asimilados
y sometidos por la fuerza a pesar de 4.000 años antes de ahora y el siglo XVI de la era,
su característica sumisión; la inferio­
ridad de aquellos individuos —decía
en el territorio americano, nos permite suge­rir la
Hegel en 1821— era tan manifiesta, existencia de dos grandes civilizaciones originarias:
que pasaría mucho tiempo antes que
pudieran los europeos hacer surgir
la norteamericana y la suramericana y caribeña,
en ellos algún sentimiento de inde- cuyos todos más desarrollados, culminaron en im­
pendencia. Hegel, creyente en la
dialéctica, proceso según el cual la perios o sociedades estatales clasistas iniciales.
«Idea» asume sucesivas formas que La primera tuvo su área de influencia original en un
trascienden las condiciones iniciales,
consideraba a los pueblos latinoame- territorio que abarcaba el norte de Centroamérica,
ricanos como fatalmente destinados
a vivir en una condición de miseria
México y el sur de los actuales Estados Unidos,
humana, ajenos a la dialéctica his- propa­gando sus efectos hacia el norte a lo largo
tórica, idea racista no muy lejana de
lo que siguen pen­sando de nosotros de la cuenca del río Missisipi. Esta civilización se
muchos de los actuales gobiernos del expresó, a nuestro juicio, en cuatro procesos civi­
Primer Mundo.
Esta interpretación de Latinoamé- lizatorios principales: los imperios azteca y maya
rica como el segmento atrasado de la
cultura occidental, ha servido para tra-
en Mesoamérica, las socieda­des hohokam-anazasi
tar de inducir en nuestros pueblos una en el suroeste de Estados Unidos; y un cuarto en el
actitud de resignación ante la pobreza
y un sentimiento de incapacidad para
sureste de ese mismo país, representado por las
resolver el atraso histórico que nos complejas sociedades que se conocen como perte­
produjo el sistema colonial y que ahora
afianza el neocolonial. Esta interpreta- necientes a la cultura Missisipi.
ción de la historia intenta funcionar, en
realidad, como una ideología disuasi-

•43•
Colección Teatro
El teatro venezolano conoció un florecimiento particularmente brillante
en la década de 1960 y 1970 con la aparición y dramatización de las obras de la
llamada Trilogía del teatro venezolano: Román Chalbaud, Isaac Chocrón
y José Ignacio Cabrujas. Igualmente valiosas son la dramaturgia histórica
de César Rengifo, la político-esperpéntica de Rodolfo Santana,
las de José Gabriel Núñez, Edilio Peña o Gilberto Pinto. En el presente
dossier ofrecemos trozos fundamentales de obras de Cabrujas, Chocrón,
Chalbaud y Rodolfo Santana en las ediciones de ellas realizadas por Monte Ávila

El día que me quieras


José Ignacio Cabrujas

El día que me quieras expresa la madurez expresiva pero


sobre todo filosófica de José Ignacio Cabrujas. Lo uno está
en la eficacia e implicitez del diálogo, lo otro en la función que
tuvo el argumento, tanto para el autor como para el público
que con sus parlamentos se identificaba, como racionalización
de la renuncia a la revolución marxista

P
ío: Gardel no me divide la his- Plácido: (Amistoso) Yo entiendo los
toria. ideales, Pío. En­tiendo que el pobre su-
Plácido: Es un hombre de ideas fre y sufre y sufre y se jode y se jode y
avanzadas, Pío. Un hombre del pueblo. se jode. Y entiendo que hay gente que
A los ocho años vendía yerba ma­te en tiene más y gente que tiene menos y
Montevideo. Y estoy seguro de que que la humanidad ne­cesita un revolcón
simpatiza con la Tercera Internacional. y unas cabezas cortadas y un sangrero.
Pío: Matilde, dile a Elvira que quiero Eso está en mi cabeza, Pío, y la plusva-
hablar con ella, y que María Luisa está lía de es­te asunto del señor Pimentel
en la acera de enfrente, espe­rándome. que pone el capital y me roba el tra-
Matilde: (Pausa) ¿Llegó la carta de Ro- bajo, y las cinco cruces de la dialéctica
main Rolland? (Larga pausa) Voy, voy. y la desviación de Trotsky y el impe-
(Matilde sale. Plácido guarda cuidado- rialismo y la lucha de clases. Yo no era
samente el dis­co de Gardel). nada, Pío, antes de que tú me entre­
Plácido: ¿Te vas a ir con ella, Pío? garas esta iluminación. Y ahora veo a
Pío: ¿Se me ha visto alguna vez en esta Pimentel en la oficina y me digo: ay, Pi-
casa atrope­llando a tu hermana? mentel... ay, Pimentel... y me preparo,

•44•
calladito, agazapado para el día de la cosa...cuando Pimentel me vea
entrar en la oficina, en 1947, supongo, suponte... con la ametralladora
en la mano... ¿Qué es esto, Ancízar? Porque así me va a decir... ¿Qué
es esto, Ancízar? Ay, Pimentel... ay, Pimentel.
Pío: ¿Cómo sabes que será en 1947?
Plácido: No sé. Siempre he pensado que será en 1947.
Pío: Tal vez, antes... los poetas
Plácido: ¿Quién sabe si antes? las poetas
Pío: Pondremos la bandera en el Capitolio... repiten
Plácido: (Entusiasmado) ¿Con la hoz y el martillo, verdad Pío? con anciano rigor
Pío: Con la hoz y el martillo.
el canto que susurran
Plácido: ¿Y vendrá Stalin, verdad?
Pío: Vendrá el camarada Stalin, de visita... víctimas inocentes
Plácido: ¿Como Gardel...? al oído del soldado
Pío: (Iluminado) Nunca habrás visto tanta gente en Caracas, como que viste su casaca
el día de la visita de Stalin. Esa maña­na, nos encontraremos frente y dispara a mansalva
al Congreso, y si puedo, si me es dado, te entregaré el cordel de la
bandera roja para que tú mismo la subas.
los poetas
Plácido: ¿En serio, Pío?
Pío: Te he hablado de la bandera, Plácido. las poetas
(Entra Elvira) conocen
Elvira: (A Plácido) Matilde te espera en la cocina con los pormenores de la hipérbole nocturna
Gardel. el grito en las almohadas
Plácido: (Antes de salir) Elvira, dile que te explique el día de la ban- la agonía de esos niños y niñas
dera... que te hable de 1947... ustedes no se entienden porque jamás
que saltan a la cuerda
han hablado de 1947... (Sale Plácido)
Pío: Lamento haber discutido, y pido excusas. sobre campos minados
Elvira: No hay de qué.
Pío: Le he pedido a María Luisa que me acompañe desde esta noche. los poetas
Buscaremos un lugar donde vivir, y después nos marcharemos. las poetas
Elvira: (Áspera) Tú me dirás dónde debo enviarle la cama. no saben de la guerra
sino del amor
afilada arma blanca
de espantos
y ternura

Colposcopio
Modaira Rubio
Colección Las formas del fuego
48 páginas
•45•
Pío: (Recto) No me interesa la cama de Biblia. Se subió a la pila de libros, y mentado! Entonces, dejé de creer en
María Luisa, ni las pertenencias de Ma- ni siquiera, maldito sea, me dejó una Dios... Porque, ¿cómo mierda creo en
ría Luisa. carta explicativa. Se limitó a saltar Dios, si me provocaba la imagen de
Elvira: Me alegro. sobre la narrativa romántica, con una Santa Rita? ¿No com­prendes que me
(Larga pausa) fiereza inexplicable. Ahora parece un expulsaron de la vida?
Pío: Ahora, hazme el favor de es- chiste y, a veces, me he sorprendido a Elvira: Alabado sea el Señor misericor-
cucharme, porque voy a hablar de mí mismo, riéndome al contarlo. ¡Pero dioso...
este asunto por última vez. (Pausa) desde ese día tuve miedo! ¡Me orina- Pío: ¡No hay Señor misericordioso! ¡Es-
En treinta y ocho años de mi vida he ba en la cama de puro miedo! ¡No me tás en el mun­do, con tus manos, con tu
sido maestro de es­ cuela, cajero de atrevía a cruzar el patio después de lengua... y no hay Señor misericordio-
imprenta, secretario de un comprador las once, por temor a encontrarla bajo so! ¡Yo te podría decir que soy comu-
de esmeraldas en el río Magdalena, el limonero, o en el co­medor, o en la nista por la cojonudez del Manifiesto,
espiritista, semi­narista, rosacruz, ma- cocina! Tú me preguntarás, ¿miedo a por el hígado de Marx y la cabeza de
són, ateo, librepensador y comu­nista. qué mierda? Y yo te diré, miedo a que Federico Engels! ¡Pero soy comunista,
¡Y ahora, te voy a explicar por qué me explicara por qué lo había hecho. por la declaración de Aura Celina Sa-
soy comu­nista! Cuando era niño, en Miedo a no inventarla. Miedo a termi- rabia, cocinera de la pensión Bolívar
Valencia, mi santa madre, Ernestina, nar en la misma viga y bajo el mismo donde murió mamá! ¿Y sabes por qué
viuda de Miranda, enfermera jubila- techo. (Breve pausa) ¡Leí los libros de se ahorcó mamá? ¡Porque redujeron
da del Hospital de Leprosos, lectora aquel patíbulo que ma­má había he- el presupuesto del Ministerio de Sani-
perpetua de El Conde de Montecris- cho en su dormitorio, buscando una dad, y hubo un error en la lista de pen-
to, se ahorcó en su habitación. ¿Sabes cla­ve, una respuesta, una explicación sionados! Aura Celina me lo dijo... ¡Un
có­mo mierda se ahorcó? Amontonó cualquiera...! ¡Y no encontré nada! error en la lista de pensionados y tres
en el suelo, Los Mi­serables, de Víc- ¡Páginas y páginas... y nada! (Pausa) quincenas sin el dine­ro! ¡Murió de ver-
tor Hugo; El Coche Número 13, de ¡Ingresé en el seminario Arquidioce- güenza...! Y entonces, yo me pregunté,
Xa­vier de Montepin; La Dama de las sano y comencé a masturbarme todas ¿dónde están los incendiarios de esta
Camelias, de Alejandro Dumas, hijo; las noches! ¡Y un día me descu­brieron sagrada mier­da? Y me dijeron: ¡Lee!...
El Crimen del Padre Amaro, de Eça de en una lascivia con la imagen de San- Y aquí estoy, hablándote de mi clan-
Queiroz y una edición ilustrada de la ta Rita! ¡Y me declararon loco y ator- destinidad.

•46•
Sagrado y obsceno
Román Chalbaud

En las pensiones, prostíbulos, ranchos y bares


que conforman el telón de fondo de muchas de sus obras,
Román Chalbaud (hombre de teatro, cine y televisión)
ha elaborado expresivamente la injusticia social y la violencia,
la cursilería y la ternura del ser venezolano

O
fida: ¡Cuán diferente si hubie- Edicta: Es malo no hacer nada. La
ras atendido las honestas pro- ociosidad es la ma­dre de todos los vi-
posiciones de Ismael! ¡Qué cios. Prepara tres cafecitos...
posición tendrías! ¡Hubie­ ras estado Edivia: ¿Cómo estás, Angelita?
a punto de ser la primera dama de la Ofida: Buenas tardes, preciosa.
República! Ángela: Buenas.
Edicta: Pero la vida no es como uno Edicta: Y después busca el tobo y la
quiere que sea... sino como es. Los estopa y limpia los pisos, y después te
designios de Dios son misteriosos e bañas y después te pones a estudiar
inexpug­nables. Es cierto. Ismael trató el catecismo.
varias veces de acercarse a mí y comen- Ángela: Está bien. (Sale)
zar conmigo un noviazgo que sin duda Edivia: ¿La estás preparando bien
algu­na hubiera sido hermoso y prove- para su primera co­munión?
choso. ¡Pero yo no tenía la madurez de Edicta: Por supuesto.
ahora! Y en aquel momento, ¡oh, error Ofida: Pobrecita. Está un poco crecida
craso!, la balanza de mi corazón se in- y no había encon­trado una mano de Edicta: Cristo se rebeló contra los mer-
clinó por las formas apasio­ nadas de Dios que la ayudara a dar este paso. caderes del tem­ plo. Nosotros pode-
Miguel, por su vibrante voz juvenil llena Edicta: Pero nunca es tarde... mos rebelarnos contra esta época de
de gallar­día y de audacia. ¡Quién iba a Edivia: Y más vale tarde que nunca... perdiciones, inmoralidades e ideas ma-
pensar que todo aquello no le serviría Ofida: ¿Ya le terminaste de hacer el terialistas, y hacerles ver a todos que
de nada y que yo quedaría viuda sin ca- traje? tenemos la razón: que la única manera
sarme! Edicta: En eso estoy. Es copia exacta de vivir tranquilos y felices es siguien-
Ofida: Edicta... ¿ustedes nunca...? del traje de prime­ra comunión de mi do las tradiciones, el orden antiguo,
Edivia: ¡Ofida! madre, a quien Dios tenga en su Santa las costumbres legadas por nuestros
Edicta: ¡Nunca! Y aquí estoy, intacta. Gloria. sabios antepasados. Todo anda mal
Y en cierto senti­do orgullosa de estar Edivia: Supongo que ese día vas a porque quieren cambiar el mundo. Y
intacta. Dios, en el cielo, le dirá a San hacer un desayuno multisápido, con eso no puede ser. El mundo es y será
Pedro cuando yo muera y mi cuerpo chocolate y roscas almibaradas, como siempre igual y la única forma de go-
comience a ascen­der hacia el Paraíso: se estilaba en nuestros tiempos. bernarlo y administrarlo es con las ma-
«Abrid las puertas de par en par que Edicta: ¡Nuestros tiempos! ¡Nuestros neras sapientísimas de 1934.
allí viene una virgen». tiempos! ¿Fueron aquellas juventudes Ofida: ¡Es que la juventud...!
Edivia: Y las once mil... serán once mil realmente nuestros tiempos? ¿Y aho­ Edicta: ¡Pobre juventud! Cree tener
y una... ra? ¿No vivimos? ¿No sentimos igual? la razón, como yo creí tenerla cuando
Ofida: Aleluya. ¿Es que no estamos vivas sobre este preferí a Miguel. Creen que la violen-
Edivia: Aleluya. tiempo de ahora? ¿No tendremos el cia es el camino. Pero cuando lleguen
Edicta: Y ahora, ¿quieren un cafecito? dere­cho de decir y de creer que éste a mi edad se darán cuenta de que el
Ofida: Como quieras. es también nuestro tiempo? único camino, el camino verdadero, es
Edivia: Encantadas. Ofida: No sé por qué, pero te noto el camino que hoy, celestialmente, nos
Edicta: (llamando): ¡Ángela! ¡Ángela! muy preocupada. traza Ismael. Ismael y Cristo, por­que es
Ángela: (entra): Sí. Edivia: Extraños pensamientos cruzan indudable que Ismael va de la mano de
Edicta: ¿Qué estabas haciendo? por tu cabeza como pájaros negros. Nuestro Señor y que es Nuestro Señor
Ángela: Nada. quien lo conduce e ilumina.

•47•
Edivia: Amén. cientes que no comprenden el daño
Ofida: Amén. que están haciendo?
Edicta: No es posible que Ignacio, por Ofida: ¿Cómo el gobierno va a tener en
ejemplo, se retire del partido del go- su propio nido a enemigos del régimen
bierno, al que perteneció siempre su constitucional? Es que no se dan cuenta
pa­dre, que en paz descanse, y forme fi- de lo difícil que es ser un empleado pú-
las con esos descabe­llados muchachos blico, del honor y de la responsabilidad
que tienen las cabezas tan calientes que que eso significa.
irán a parar al infierno. ¿Adónde nos Edicta: Yo, desde luego, no le hablo
conduce esta maléfi­ca rebelión? ¿Qué a Ignacio. Le tengo retirada mi pala-
es lo que pretenden? ¡Acabar con el or- bra y le tengo absolutamente prohi-
den! ¡El orden! ¡El único camino equili- bido que me hable.
brado para llegar a algo positivo! ¡Son Edivia: Muy bien hecho.
antivernáculos y antiamericanos! Ofida: Indudable acierto.
Ofida: Y lo único que consiguen es per- (Entra Ángela con el café)
der los empleos. ¿Por qué cómo darle Ángela: El café.
trabajo a insensatos que piensan de Edivia: Dios te bendiga, Angelita.
manera tan horripilante? Ofida: Dios te haga buena por los
Edivia: Desde luego. Esa gente no me- siglos de los siglos.
rece la más míni­ma confianza. ¿Cómo Ángela: ¿Está bien de azúcar?
un patrón, una empresa, con los riesgos Edivia: En su punto.
que significa manejar una empresa, va Ofida: Delicioso.
a tener en­tre sus filas a jóvenes incons- Edicta: Ahora ve y haz lo que te dije.
Pero, antes, espe­r a por las tazas.

O. K.
Isaac Chocrón

Emparentado temáticamente con el Antonioni de La aventura y, en


otros registros, con Edward Albee, Isaac Chocrón ha explorado con
sutileza y sin complacencias, los intersticios de una sociedad parásita.
La gesta de los personajes chocronianos es la de la vacuidad, la
componen­da y el dinero como objeto de obsesión, sin que dejen de
«incurrir» en la sorprendente búsqueda de su inocencia profunda

M
ina: Crea en mí. Si le digo Ángela: Mentira.
que no ha cambiado sus me- Mina: Claro que es mentira, pero si
didas es porque. . . nos ponemos a buscarnos diferencias
Ángela: Vine porque recordaba su risa, ¿adónde iríamos a parar?
su gracia, su ma­nera, no sé. .. Ángela: Es muy peligroso buscar dife-
Mina: ¿Mi manera de vivir? rencias, ¿no es cierto?
Ángela: Eso es. Su manera de vivir. Mina: (Después de una pausa) Muy pe-
Mina: Me lo han dicho antes. Parece ligroso. Le reco­miendo que no lo haga.
ser muy peculiar. ¿Qué habré hecho yo el centímetro?
Ángela: No, créame, me resulta agra- Ángela: (Consigo misma) Me dijeron
dable estar con usted. Se ve tan... tan que al viajar se olvida, y casi me monta-
optimista… tan risueña... ron en el avión a dar la vuelta al mundo.
Mina: No siga, que exagera. Soy igual Mina: ¿La vuelta al mundo? ¡Qué fortuna!
a usted y las dos somos iguales a todos Ángela: Todo arreglado. Vuelos, hote-
los demás. les, cuartos con baño, guías, giras, vi-

•48•
sitas a museos…y noches libres. ¿Sabe Mina: Es que andar sola… quinta amueblada por él, al casarnos,
usted lo que son las noches libres? En Ángela: ¿Y con quién iba a andar? bas­tante cómoda, que alquilé antes de
cada parte me daban al menos una… Mina: Claro, acababa de perder a su irme al viaje. La tienen unos holande-
debía escapar de mis acompañantes, marido, yo la com­ prendo, créame, ses. Por ese lado no tengo problemas;
hacer algo… libre. En esas noches, sin... amor... me pagan puntualmente. Un terreno
siempre me provocaba salir corriendo Ángela: Sin amor no. Estaba sin amor en la playa adonde él pensaba irse en
al aeropuerto y tomar un avión que antes de que él muriera. su vejez; yo no sé dónde está o cuánto
explotara en medio de la oscuridad. Mina: ¿Ya antes? vale. Una bomba de gasolina, al lado
Lamento que no… Ángela: Ya. Mi marido era un hombre
Mina: Ahora se quita el negro y se ol- rico que hacía negocios. Vivimos juntos.
vida de todo. Mal que bien vivimos. Lo nuestro no fue
Ángela: Honolulú con sus palmeras de nunca ninguna pasión. Fue… lo pensé
movimientos con­trolados. .. muchas veces durante el viaje y por fin
Mina: Ése debe ser un invento de comprendí que había sido un entendi-
los americanos. ¡Cómo saben! Me miento. Mi matrimonio fue un simple
han dicho, quiero decir, él leyó que entendimiento. Él murió de un infarto
acaban de… hace año y medio y me dejó lo que ganó
Ángela: Tokio. .. millones y millones... con su lucha o su esfuerzo o su talento
llenan las calles todos iguales... Hong para los negocios. Todo ese afán sólo le
Kong... Bankcock, Cal­cuta, Nueva De- sirvió para que me dejara…
lhi… a veces ni me acuerdo de todos Mina: Trate de olvidar…
los nombres de ciudades... Jerusalén, Ángela: Un inventario de propiedades
Cairo, Istambul, Atenas, barcos por las que yo estoy apren­diendo a manejar.
islas grie­gas… ruinas, ruinas... los au- Mina: Por lo menos le dejó propie-
tobuses de giras, con aire acondicio- dades. Hubiera sido peor si hubiera
nado y perfumes de aerosol, la eterna muerto sin dejarle nada.
joven hablando por el micrófono, pri- Ángela: (Mientras enumera pausada-
mero en inglés, luego en francés, repi- mente, Franco baja el periódico, se
tiendo fechas, hazañas, y los mismos para y viene muy cerca, de ella) Una
souvenirs en venta, los ceniceros, las
muñecas disfrazadas, las cucharitas de
plata, las mismas viejas americanas de
pelo azul, sentándose a mi lado, mos-
trándome las fotos de sus nietos, niñi-
tos rubios detrás de una pelota, ellas
hablando y yo con la pregunta que
crecía cada día dentro de mí: ¿Qué
hago yo aquí? ¿Qué hago yo aquí?
Mina: (Después de una pausa.) Aquí ha
venido, mi que­rida Madame, para que
yo la ayude a parecer más bella.
Ángela: Gracias y disculpe. Sé muy
bien que todo eso a usted no le con-
cierne.
Mina: Al contrario, me concierne mu-
chísimo. Ahora sabré mejor aconsejarle
modelos y colores. Pero en cuanto al
viaje, permítame decirle que el viaje no
es culpable. La culpable es usted.
Ángela: Tiene razón. La culpable soy yo.
Mina: Embarcarse en un viaje alrede-
dor del mundo, brincando de ciudad
en ciudad, sin conocer a nadie, sola…
Ángela: Sola...
Mina: Debe haber sido muy desagra-
dable.
Ángela: Lo fue.

•49•
oeste, donde comienza la autopista; de una compañía que dicen puede
podría ser una mina, hay mucho trá­ prosperar…
fico, pero el hombre que dejé encar- Franco: ¿Qué clase de compañía?
gado, lo acabo de botar por ladrón. Ángela: Hipotecaria, de vivienda urbana.
Tengo que buscar a alguien que me Franco: Prosperará.
la maneje y no sé cuándo lo conse- Ángela: Me alegro.
guiré. Un Buick Riviera, aire acondi- Franco: Hola.
cionado, full equipo; lo dejé en la Ángela: Hola.
bomba mientras estuve fuera; está Mina: Mi sobrino.
como nuevo; lo manejo yo muerta Ángela: Me lo presentó al entrar.
de miedo; soy torpe para manejar. Franco: Pero no frente a frente.
¿Qué más? Unas cuantas acciones Ángela: Estaba usted leyendo.

Ángel perdido en la ciudad hostil


Rodolfo Santana

M
artina atada en una silla. Martina: Es nuestro el terror. ¡Nos asusta-
Forcejea. Macedonio bus- mos de lo que somos!
ca entre unas carpetas.
Martina: ¡Desátame, coño! Macedonio: No necesitamos a un
Macedonio: Mantén la calma. ¿Sí? psiquiatra angelical. Martina: Está
Martina: ¡Tenemos amor, compasión, volviéndose humano. Macedonio: Y,
solidaridad, Ma­cedonio! mientras, nadie se salvará.
Macedonio: ¡Para Jaffael no es su- Martina: Los justos, los mansos, los
ficiente pues nos quiere perfectos! honestos.
¿Entiendes? Macedonio: También mueren pues
Martina: ¡No! no alcanzan la perfección exigida por
Macedonio: ¡Nunca seremos perfec- Jaffael.
Desde los inicios de su tos! ¡Debemos tra­bajar, sufrir contra- Macedonio se concentra en un folleto
presencia en los escenarios riedades, intentar ser buenos. Luchar antiguo.
por ser buenos! Macedonio: ¡Aquí estás!
venezolanos, Rodolfo Santana Martina: ¿Quién te dijo que los podero- Martina: ¿Qué tienes?
ha signado la realidad con la sos y crimina­les luchan por ser buenos? Macedonio: (Sitúa el folleto en un
Macedonio: Es un largo aprendizaje. atril): ¡Prepárate!
florescencia ritual, que es Martina: ¡No lo intentes, Macedonio!
Martina: ¡Jaffael arrasó la descompo-
verdad retenida, mácula de la sición de este país! Macedonio: (Lee):
existencia y poderoso hilado del Macedonio: No podemos ser buenos
a la fuerza. «Y los ángeles morirán antes de ele-
imaginario. Tal es el caso de Martina: ¿Por qué no? var las espadas.
Ángel perdido en la ciudad hostil, Macedonio: La compasión con terror De sus caras se borrará la soberbia.
es hipocresía. La luz, el oro, la eternidad corriendo
obra de la que transcribimos en sus cuerpos leves dejará de ser»
Martina: ¡Purifica!
una escena culminante Macedonio: ¿Con espanto? ¡Ya no más, Jaffael! ¡La Mirada no
te protege!

•50•
¡Te rozan los bordes, tropiezas en cada curva! Aumentan los sollozos de Martina. Macedonio la abraza.
¡No te orientas en la explanada,
tropiezas en la montaña y el camino!» Macedonio: ¡Ya no más, La Mirada no te protege! ¡Ya no
¡Ya no más, Jaffael! ¡Ya no más! más, Jaffael!

Vibraciones. Luz. Jaffael se conmueve. Se desplaza, herido.


Martina se agita. Asoma el espectro de Fermín colgado de una soga.
Martina contempla el espectro.
Martina: Viene, viene...
Macedonio: ¿No viste La Caída, bestia que fuiste ángel Martina: ¡ Fermín! ¡Espérame, Fermín!
de luz? ¡Contempla tu absurda arrogancia y aver­güénzate! Martina forcejea.
¡Muere, pues, Jaffael, siempre muere!
Se incrementan las luces fuertes, entrecortadas. Chispo­ Macedonio: ¡Martina! (A Jaffael) ¡No la mates, hijo de puta!
rroteos. Falla la luz. Vibraciones. Entra Ámbar en el sector del apartamento.

Martina: (Angustiada) ¡Está aquí! Ámbar: ¡Jaffael!

Jaffael aparece en todo su deterioro en un plano cercano Jaffael desvía su atención a Ámbar. Macedonio y Martina
al centro del apartamento. respiran agitados. Desaparece el espectro de Fermín.
Pausa. Martina y Macedonio lo ven.
Macedonio: ¡Ámbar, vete! . . .
Jaffael: No quiero que sean perfectos. ¿Cómo puedo que- Jaffael: Sí, niña, lárgate pronto. . .
rer eso?
Macedonio: ¡Jodido demonio, eso eres! La tensión en Martina ha amainado, sólo permanecen res-
Jaffael: No, Macedonio. coldos.
Pausa. Macedonio observa a Jaffael. Alelada, habla en dirección al lugar donde apareció el es-
pectro de Fermín. Macedonio la cubre.
Macedonio: Te ves... mal.
Jaffael: Bastante mal. Martina: Me sequé durante años, me sequé.
Macedonio: ¿Puedes... acabar con tu influencia en es­ta ciudad? Macedonio: ¡Ámbar, ven aquí!
Pausa. Ámbar: (A Jaffael): ¡No puedes destruir a mis padres!

Jaffael: Sí.
Macedonio: ¿Puedes?
Pausa.

Jaffael: (Ríe) ¡Claro que puedo!


Macedonio: Mientes, Jaffael.
Jaffael: No puedo mentir.
Macedonio: ¡Por eso lo digo: es obvio que mientes!
Pausa corta.

Jaffael: (Emocionado): Qué hermosas son las flores. Cami-


nar por las calles marcando pies en el polvo. Donde miras
hay un saludo de Dios. Vas descubriendo su enormidad en
un tejido de señales.
Macedonio:(Lee en el manuscrito):
«Y los ángeles morirán antes de elevar las espadas.
De sus caras se borrará la soberbia.
La luz, el oro, la eternidad corriendo
en sus cuerpos leves dejará de ser.»
¡Ya no más, Jaffael! ¡La Mirada no te protege!
Jaffael: ¡No quiero morir!
Martina comienza a gritar.
Macedonio: ¡Muere, Jaffael! (Lee en voz alta) «Y los ánge-
les morirán antes de elevar las espadas!». . .
Martina: ¡No quise, Fermín, no quise! (Llora) ¡Te amaba!
¡Aún te amo!

•51•
Lámpara y silencio
César Seco

La poética de César Seco no convoca a la noche sino


a la luz: «Doy luz como / quien trae al mundo / carne
y cielo». Sin embar­go, la enfermedad lo vincula
a la convulsión, al no ser, al silencio confuso, oracular,
actos cabalmente aludidos en el título de éste su último
libro: Lámpara y silencio, que es también bello ejercicio
de la palabra rítmica

El Peregrino

¿De dónde viene la música?


¿De dónde viene?
¿A dónde voy después de la tarde?
¿A dónde voy?
¿Qué viene a mí después de las seis?
Abismado, descanso las rodillas
sin estorbar a mis pies.
¿De dónde vengo?
¿A dónde voy?
La tasca.
El Jardín de Delicias La pareja hundiéndose en la pared.
El perro y su hueso lamido.
Acaso sea este el color. El orine en la tierra huele a café.
Agua, contorno, gemido. ¿Cómo? Los gallos aún, los puercos.
Los dedos hurgan. Las manos aprietan. La extraña música de nuevo otra vez.
No hay más que el ahora: la fruta madura expande su olor.
Hacerlo contigo no es igual que hacerlo con otra.
Hacerlo con otra no es igual que hacerlo contigo.
Follaje. Niebla. Orificio. Se desvanece la piel.
Nuestra boca animal escancia la fresa
y la promesa es fondo de un lago.
Que haya pistilos vibrantes, que los haya.
Cabalga cabalga caballo
El 9, el 7, el 3, contorsiona jinete, anda, ve.
Trina pájaro: bestia escupe miel.
Sumo lamido. Latido de pez.
Lo que hube de darte. Lo que pediste.
El Cielo al revés.

•52•
Fervor

Hablo con las pocas palabras de mi pared torcida.


Hablo con mi madre allá de sus días de muchacha
cocida a fuego lento en las pailas de su pasión primera.
Música de su corazón. Música de su espanto venidero.

Hablo con mi insomne calavera dibujada con carbón


en los bloques de la pared torcida.
Hablo con mi padre allá en una nube.
El tabaco gira en su invisible dentadura.

Hablo con mis hermanos y sus siete relámpagos


esparcidos por los cuartos.

Crece el árbol en forma alada.


Una noche esperamos sucediera.
Él pasaba el agua de su dedo por unas hojitas sueltas.
Ella en su piel cantaba.

El ala por la cual trabajo tiene sus rúbricas:

un corazón de luz en el cielo.

Oración

Llamo a tu puerta cuando de mi adentro


llega tu voz a vaciarme con paciencia y perdón.
Esta enfermedad vino conmigo.
No hundiré mi pecho
con los golpes de la culpa.
Falso mi esqueleto.
La poca carne que lo cubre se viene abajo
por la fuerza de tu luz.
Señor mío,
que lo repentino,
eso que me larga por ahí,
sea el dolor de quien calla
y por un instante,
piedra del cielo es.

•53•
El poeta perdido
y otros textos
Leonardo Gustavo Ruiz
El muerto vuelve aquí a su elemento,
vuelve a la dura tierra que ya labra
—sin nunca más decir una palabra—
su franca comunicación: el viento.
Vuelve a decir lo mismo: nada vuelve.
Pasa la brisa siempre una primera
vez en el infinito y la palmera
su novedad de tiempo no devuelve.
Tierra en los ojos ve, tierra de adentro,
tierra para surcar eternidades,
tierra para el espacio y las edades.
Algo deben cambiar allá en el centro
el túmulo, la cara, los visajes,
la luz de ser angustia de los viajes.

No rehuí jamás sufrir, aunque


con las hormigas yo más bien jugaba:
ponía dos de ellas en la mesa y
tres granos minúsculos de azúcar.
Desde niño hice eso
y la experiencia me enseñó que nunca
devoraba dos granos una hormiga.
El tercer grano de azúcar
que hubiesen podido disputarse,
siempre fue presa de una especie de ósculo
donde ambas sostenían
lo dulce con sus bocas.
Ahora yo, aquí en mi tumba,
de muy otra manera juego con mis amigas:
Donde sea
seré por varios años
La metáfora del río que el grano de tierra que devoran.
Escribo con mano de hierro, con mano de oro
inspiró a Heráclito y la y de seda, mano firme, mano blanda,
figura de Caín son las guías con mano atezada y enguantada,
del sistema de palabras trémula y desnuda, la misma de empuñar
el viejo alfanje y las bridas,
en fluir que forma El poeta crispada, señalante y sudada
perdido y otros textos. en el corazón y en la brújula,
en la rosa de los vientos dislocada,
El poeta va cambiando con la mano del santo y la del brujo,
en el tiempo, como Jack con la mano que alzó un vaso de agua
Kerouac, camina, jugado al y se ahuecó para silbar a los perros

extravío, se palpa y espeja en el hielo y en las brasas


en los excluidos el poema

•54•
Intermezzo

Les voy a contar un cuento


de cuando a los poetas sucedían
cosas extrañas, halados a la aventura,
compelidos a un viaje y a un destino.

Éste era uno que se hizo a la selva, y más allá,


y recorrió mundo intenso, conoció
gentes que habían andado
los confines del planeta
tras mujeres, in taberna, por cárceles,
en caseríos perdidos del mapa,
en circos con gigantes, con enanos,
con mujeres barbudas también
(muy distintas a las de piel lisa),
en trenes, en vuelos, en buques,
en auto-stop, en islotes, en bahías
y hondonadas, en fronteras,
en los fiordos y en las pampas. Fases del espejo

Cumplidor de un destino, nuestro hombre Me miro en un espejo de aromas desvaídos.


hizo caso omiso de sus propias odiseas... Cuántas cosas han cambiado
para que todo siga igual (o peor)!
Era un poeta de cuento, de película,
de vieja saga anónima, de secta pasajera, Hundido en su escasísima verdad
de coplas, persecuciones y fantasmas, ahora este rostro se ha hinchado un poco
de doblajes escenográficos, de bailes y algunas arrugas y canas
donde giran músicos y espejos, se adivinan en él.
de estadías incógnitas en sitios míticos
como el centro del mundo por ejemplo, ¿Puede el bendito retratar aquel dejo
de ritos solitarios, de abandonos, de hace unos cuantos años?
de agonías opiáceas y narguiles,
de vida dudosa e imposible. La derrotada, la ínfima, dice que no.

Era un poeta de cuento, de novela. Con la barba larga de seis meses


me veo un tanto mayor. El reflejo no habla
pero uno se pone caprichoso.

Con el candado la cara se alarga,


mas con una largura diferente a la tristeza,

prefiero tener algo de pelo en el rostro,


así el viento no es tan áspero en el espíritu.

La imagen quiere expresar algo más,


pero no se lo permito.

A los cuarenta y tres años, ese espejo


no sabe hacer otra cosa,
no sabe decirla ni pensarla.

Ni siquiera sentirla .

•55•
Bibliotecas de honor
Desde su fundación, la editorial Monte Ávila ha tenido una función de preservación
del patrimonio cultural venezolano. A ello ha obedecido la creación de colecciones
como Ante la Crítica o Altazor, entre otras. O la constitución de Bibliotecas
con nombres de personas fundamentales en la creación cultural venezolana.
Entre las antiguas están las Ángel Rosenblat, Augusto Mijares, Federico Riú, Mariano
Picón Salas. Recientemente, se han iniciado dos: Aníbal Nazoa
y Luis Britto García, cuya creación anunciamos mediante esta nota

Biblioteca Biblioteca Luis Britto García


Federico Riu
Obras completas Su erudición en múltiples campos del saber, su rigurosa
Tomos I, II y III mirada crítica y analítica, y una imaginación prodigiosa,
se conjugan en la escritura de este humanista de gran
aliento. La producción intelectual de Luis Britto García
trasciende las fronteras y constituye una referencia
Biblioteca Mariano
ineludible en la literatura latinoamericana. La Biblioteca
Picón Salas
Luis Britto García estará conformada por cuatro series:
Europa-América
Narrativa, Teatro, Guiones cinematográficos y Ensayo.
Autobiografías
Los títulos de esta colección se encuentran en proceso
de producción.

•56•
Biblioteca Augusto Mijares
Biblioteca
El Libertador Aníbal Nazoa
La interpretación pesimista de la sociología Un estilo claro y
hispanoamericana comprometido con el
Lo afirmativo venezolano acontecer diario determinó
el quehacer literario de
Aníbal Nazoa. Por su
dominio de la palabra y la
pulcritud de sus formas,
se le consideró uno de los
mejores prosistas de su
tiempo. Su obra abarca
disímiles géneros, que van
de los estudios lingüísticos
al humorismo y el ensayo
político. Monte Ávila
Editores Latinoamericana
ha destinado esta colección
para la edición de la
Biblioteca Ángel Rosenblat
totalidad de sus escritos.
Estudios sobre el habla en Venezuela, Tomos I y II Los títulos se encuentran
Ensayos diversos en proceso de producción.
Estudios dedicados a la Argentina

•57•
Biblioteca Básica
de Autores Venezolanos
La colección Biblioteca Básica de Autores Venezolanos se origina en la necesidad de garantizar a
nuestra sociedad el acceso al disfrute de la lectura. Su formulación está en­marcada dentro de los
objetivos estratégicos que se plantea el Estado para alcanzar la democratización de la lectura a través
del libro, considerado como un bien cultural esencial, destinado a la formación y el desarrollo de los
ciudadanos. Por ello, Monte Ávila Editores Latinoamericana presenta este conjunto de ediciones
masivas conformado por una cuidada selección de títulos consa­grados del acervo literario nacional

BIBLIOTECA BÁSICA DE La mujer de espaldas Compañero de viaje y otros No es tiempo


AUTORES VENEZOLANOS y otros relatos relatos para rosas rojas
José Balza Orlando Araujo Antonieta Madrid
La tienda de muñecos
Julio Garmendia Antología poética Diarios de mi vida Antología poética
Vicente Gerbasi Rufino Blanco Fombona José Antonio Ramos Sucre
Las memorias de Mamá Blanca
Teresa de la Parra Antología poética Al sur del Equanil Ana Isabel,
Ramón Palomares Renato Rodríguez una niña decente
Inventamos o erramos Antonia Palacios
Simón Rodríguez Rajatabla Nueva antología
Luis Britto García Víctor Valera Mora Mensaje sin destino
Un regalo para Julia y otros Mario Briceño-Iragorry
relatos El cocodrilo rojo / Mascarada Poesía selecta
Francisco Massiani Eduardo Liendo Gustavo Pereira Antología poética
Pálmenes Yarza
El Inquieto Anacobero y otros Buenas y malas palabras. La ciudad de los techos rojos
relatos Una selección de Ángel Una selección La noche es una estación
Salvador Garmendia Rosenblat de Enrique Bernardo Núñez Sael Ibáñez

•58•
Días de espantos La luna no es pan de horno y Osarios,desiertos y otros
Compilación de Carlos Sandoval otros relatos ángeles. Antología de cuentos
Laura Antillano 1949-1990
El inquieto anacobero y otros relatos Alfredo Armas Alfonzo Narrativa
Antología poética
Salvador Garmendia
Ana Enriqueta Terán Cuentos escogidos (serie verde)
Gustavo Díaz Solís
El libro que no se ha escrito
Jesús Semprúm Antología poética
Poesía
Lydda Franco Farías Antología poética (serie roja)
Florentino y el Diablo Juan Sánchez Peláez
y otros poemas Ángel perdido en la ciudad hostil Dramaturgia
y otras obras El abuelo, la cesta y el mar
Alberto Arvelo Torrealba
Rodolfo Santana Elizabeth Schön (serie durazno)
Las artes y los oficios
Aníbal Nazoa La mano junto al muro. El falso El invencionero Prosa ensayística
cuaderno de Narciso Espejo Denzil Romero y documental
Guillermo Meneses
Páginas escogidas (serie azul)
Simón Bolívar

•59•
•60•
Monte Ávila en el Premio
Municipal de Literatura

Investigación Novela
Social Judit Gerendas,
Eva Golinger, La balada del bajista
El Código Chávez

Poesía Cuento
Juan Calzadilla, Víctor Vegas,
Ecólogo de día feriado Mensajes en la pared

La calidad de los libros de Monte Ávila quedó probada con la asignación


de cuatro Premios Municipales de Literatura y seis menciones honoríficas
a obras aparecidas en el presente año en diversas colecciones

•61•
Menciones honoríficas
Investigación
Histórica
Oscar Battaglini,
Venezuela 1936-
1941:
Investigación
Dos proyectos
Social
democráticos
Ana Irene Méndez,
Democracia y discurso
político

Comunidades Indígenas
José Ángel Fernández,
Lenguaje del sol,

Poesía
José Ángel Fernández,
Lenguaje del sol,

Poesía
Beatriz Alicia García,
Lugares olvidados Cuento
Natalia
Contramaestre,
¿Quieres jugar
a Memory?

•62•
Ganadores del Concurso
de Autores Inéditos 2007
El concurso para Obras de Autores Inéditos 2007, promovido por el Ministerio
de la Cultura a través de Monte Ávila Editores Latinoamericana, cubrió cinco
géneros: poesía, literatura infantil, dramaturgia, narrativa y ensayo.
En esta quinta convocatoria del concurso hubo 272 participantes,
de los cuales 13 resultaron ganadores

Poesía

Las obras Detrás de los erizos, de Santiago Acosta


y Poesía, de Evelia Eufemia Brito Padrón fueron las gana­
doras en el género poesía. El veredicto fue emitido por
Daniuska González, Darío Lancini y Miguel Márquez, quie­
nes señalaron que los poemarios fueron escogidos «por la
madurez de su lenguaje, la audacia en el tratamiento del
tema y la autenticidad de sus propuestas».

Literatura infantil

Tres obras resultaron favorecidas. Una de ellas es


Blog de la niña que soy de Edith Márquez Mora. La obra
fue elegida «por introducir el tema de la tecnología, en­
trando en caminos no tradicionales o temas recurrentes
en los cuentos infantiles». Asimismo indicaron que el
texto «Tiende así un puente entre la lectura y escritura
tradicional y el nuevo mundo tecnológico.»

Estevan sobre ruedas de Raquel Méndez Manno fue


otra obra premiada en la categoría infantil. El jurado des­
tacó que este texto «…logra lidiar con aspectos como el
dolor y la diferencia entre niños con alguna discapacidad
a través de un lenguaje delicado y asertivo, sin llegar a
planteamientos moralizantes o idealistas.»

María Gabriela Ramos también resultó ganadora en la


mención literatura infantil con Criaturas de la noche. Al decir
del jurado esta obra «...crea un ambiente íntimo y poético
relacionado con el tema de lo nocturno (ya anunciado en el
título). Lo enigmático, íntimo y hasta cierto punto “oscuro”
invita a la lectura sobre todo del público adolescente.»

•63•
In memoriam
Desaparición de Eugenio Montejo
Dueño de una rica gama textual y de un gran dominio Latinoamericanos «Rómulo Gallegos» y su trayectoria
de las formas, Eugenio Montejo fue una de las figuras le valió el Premio Nacional de Literatura en el año
cumbre de la poesía iberoamericana contemporánea. 1998. En octubre de 2005 obtuvo el Premio «Octavio
Fundador de la revista Azar rey, cofundó la revista Paz» de poesía y ensayo. En la película 21 Gramos,
Poesía de la Universidad de Carabobo. Juntas, la Uni­ del director mexicano Alejandro González Iñárritu,
versidad de Carabobo y la de los Andes le confirieron Sean Penn recita el transcrito fragmento de «La tie­
el doctorado Honoris Causa. También fungió como di­ rra giró para acercarnos», un acto que ratifica el eco
plomático y como investigador del Centro de Estudios universal que alcanzó su obra.

Premios
Iraida Vargas y William Osuna
reciben el PremioNacional
de la Cultura

El Premio Nacional de la Cultura comenzó a otor­


garse en 1940. En su edición de 2008 fue asig­
La tierra giró nado a diez prestigiosos creadores venezolanos
para acercarnos en el área cultural, entre ellos a Iraida Vargas
y William Osuna, autores de Monte Ávila. Iraida
Vargas Arenas ha publicado en nuestra editorial,
La tierra giró para acercarnos,
conjuntamente con Mario Sanoja, Razones para
giró sobre sí misma y en nosotros, una revolución y Las edades de Guayana. Arqueo­
hasta juntarnos por fin en este sueño, logía de una quimera, investigaciones que hablan
como fue escrito en el Simposio. desde una base arqueológica, del presente vene­
Pasaron noches, nieves y solsticios; zolano. En su más reciente título Resistencia y
pasó el tiempo en minutos y milenios. participación, analiza procesos y rebeldías que
Una carreta que iba para Nínive conducen hasta nuestro presente revolucionario.
llegó a Nebraska. Poeta, editor y docente, muy informal maes­
Un gallo cantó lejos del mundo, tro de generaciones de poetas de las últimas dé­
cadas, William Osuna —también director de la
en la previda a menos mil de nuestros padres.
revista A Plena Voz— en Monte Ávila publicó Miré
La tierra giró musicalmente
los muros de la patria mía, tomo antológico, acer­
llevándonos a bordo; ca del cual escribió Héctor Seijas: «La escritura
no cesó de girar un solo instante, de William Osuna es poesía fundacional. Palabra
como si tanto amor, tanto milagro quemante. Tránsito por vía contraria de la calle».
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio. Felicitaciones.

•64•

You might also like