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Capitalismo y alucinaciones: tres ideas sobre “El
socio” de Jenaro Prieto
Publicado en marzo 1, 2016 por Patricio Contreras.
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Una historia de personajes que inventan personajes, de fortunas que
nan y se desvanecen en el
nes Universidad Diego Portales
reedita una novela que todavia busca su lugar en la literatura chilena,
‘Walter Davis en la portada de la segunda edicién de El socio (Sociedad Chilena de Ediciones, 1928),
RESUMEN EJECUTIVO
Julién Pardo, descrito como un poeta, casado, padre de un hijo de precaria salud,
busca despercudirse de los fracasos econémicos e inventa un socio —el inglés
Walter R. Davis— para ganar confianza en la bolsa, Con el tiempo Davis le traera
éxitos bursatiles pero también lo opacard al punto de sentirse traicionado por su
propia creacién. Una versién de la novela esté disponible en Memoria
Chilena (formato pdf). Léala, no se arrepentiré
1. ESPECULACION
Una historia del dinero en la literatura chilena no podria soslayar a EI socio.
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Publicada un afio antes del colapso del 29, esta obra ilumina un momento bisagra de
la economia nacional, en transito desde la riqueza de la tierra hacia la riqueza
especulativa, Jenaro Prieto nos sumerge en los cédigos, lenguajes y limites éticos
de esta nueva élite urbana, opuesta a la aristocracia terrateniente. La Bolsa de
Santiago es como la Casa grande, si recurrimos al titulo de la novela de Luis Orrego
Luco (1908). Ahi, en la Bolsa, se transan los papeles —qué vacfa suena la imagen—
de empresas de escaso valor pero que prometen una riqueza futura, La
especulacién como mecanismo de ganancia, en todos los niveles, es un motor en la
novela. Asi camo leemos sobre un socio que nadie ve, también contabilizamos
dinero que nadie toca: fortunas se hacen y deshacen, auriferas inertes adquieren
valorizaciones improbables. Esta novela, pues, nos descubre el poderoso grado de
simulacién del capital financiero, tan frdgil e intangible y, a la vez, tan determinante
en el devenir de nuestras vidas.
2. ALUCINACIONES
‘Al comienzo de la novela Julian Pardo observa un caballo muerto cuyo rostro aun
exhibe una “mueca de supremo sarcasmo” (18); en ese momento imaginard que el
‘equino le habla, que lo critica, que lo trata de “colega”, Primera alucinacién. Tras la
creacién de Walter Davis y la falsificacién de un poder notarial en Valparaiso, la
conciencia de Pardo comienza a hablar (Cometerds un acto indigno") hasta que esa
voz interna la adopta Davis: "Mister Pardo: usted hace mal" (82). Segunda
alucinacién, Luego la sombra de Davis emergerd en callejones y en el lecho de
muerte de su hijo. Carezco del conocimiento para “diagnosticar’ a Pardo pero si
percibo que el paso de alucinaciones auditivas a visuales es sintoma de un
‘empeoramiento en su delirio, Ademas, Jenaro Prieto instala un elemento paratextual
—un epigrafe de Oscar Wilde— que influye solapadamente en la lectura de la
novela: “Los tnicos seres reales son los que nunca han existido’. Esta afirmacién,
bella en su formulacién y taxativa en su significado, me permite entroncar con el
punto uno: no sélo los personajes falsos son los mas reales; las fortunas mas
especulativas, o simuladas en su creacién, son también las més poderosas. Seria
interesante cruzar, en un futuro andlisis de E/ socio, las lecturas sobre capitalismo y
alucinaciones. Incluso propongo un titulo tentativo: “Las alucinaciones del
capitalismo’. O un encabezado mas comercial: “Mi amigo imaginario me traicioné”
3. INFERIORIDAD
Una titima idea de lectura de la novela tiene que ver con las taras de nuestras raices
culturales. El éxito de Walter Davis como especulador no sélo reside en su
perspicaz conocimiento de la légica bursatil. No. Davis es legitimado por los otros
especuladores porque es inglés. “Todos sabemos que tti haces lo que te ordena
Davis" (167), dice Luis Alvear al protagonista, El “gringo Davis" es el verdadero
jaguar, excéntrico y fascinante. Nadie lo ha visto pero todos dicen conocerlo. Es un
signo de estatus. Julian Pardo es sélo un intermediario para que la genialidad de!
inglés opere en suelo chileno. El acierto de Pardo —‘disefiar” un socio creible— es.
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también su condena: seré la triste sombra, la sombra chilena, de un hombre de
negocios criado en la cuna del capitalismo. En 1911 Francisco Encina
publicé Nuestra inferioridad econémica y ahi hablé de la “extraordinaria ineptitud
‘econémica en la poblacién nacional, hija de la mentalidad de la raza". Ecos de ese
descamado discurso resuenan en los especuladores que pululan en las paginas
de El socio, ,Qué forma adquiriria un socio imaginario en el siglo XXI?
cAcudiriamos a un extranjero, a un emprendedor de Silicon Valley? £O nuestras
diferencias de clase ya son los suficientemente abismales como para encontrar un
fordneo tipo Davis entre nuestros propios compatriotas?
[ejenaro prieto el socio
El socio
Jenaro Prieto
Ediciones Universidad Diego Portales
2014
234 paginas
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