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EL CÁLCULO ECONÓMICO DE

LAS ECONOMÍAS PLANIFICADAS


Publicado el 25 octubre, 2017porbitacoradeoctubre en Economía, URSS

En los países de economía planifica, la medición de la producción se hace


principalmente mediante el producto global social (PSG) y el producto material neto
(PMN), es decir diametralmente distinto al de un país capitalista.

 El producto global social (PSG) es la suma de los valores de producción de


distintas ramas (y no solo de su valor agregado, como ocurre en el caso del
producto interno bruto). El PSG difiere también del PIB, al contabilizar los
servicios mercantiles y descartar los no comercializables (en los países de
economía planificada, son la educación, sanidad…). El PSG, cuenta dos veces
ciertos valores, por ejemplo, el trigo, como producción, y en segundo caso
como producción industrial, panes o galletas, por ejemplo.
 El producto material neto (PMN) es el valor global de la producción material
(agricultura, industria y servicios directamente producidos), al que hay que
restar los consumos intermedios de dichos sectores. Es decir, es el total del
valor añadido de diferentes ramas de la producción. El PMN excluye servicios
no productivos como el comercio.

En el caso soviético, el principal indicador macroeconómico era el producto material


neto (PMN), no el producto interior bruto (PIB) como en los países capitalistas (aunque
conceptualmente eran iguales, numéricamente las dos medidas se calculan de manera
distinta), el cálculo de la frontera de posibilidades de producción (FPP) era distinto, no
había tasa de cambio oficiales entre las monedas de ambos sistemas (de esta manera
se evitaba una posible devaluación), en el comercio exterior, por ejemplo, el rublo
soviético se empleaba como moneda teórica y no como moneda física…

La Unión Soviética no se regía por las utilidades generadas por el trabajo (al ser el
Estado un empleador monopolista). Prácticamente el Estado redistribuía todo lo
producido en su conjunto en el pueblo, por ejemplo, al ser todo empresas estatales, en
caso de obtenerse beneficios estos se repartían, en parte, entre los trabajadores; no
existían prácticas especulativas, por lo cual el dinero no era afectado por estas, se
transformaba en un simple mecanismo de canje. Por ejemplo, uno de los muchos
defectos del capitalismo, es que una gran parte de la riqueza productiva es retenida en
elementos no productivos de los sistemas financieros, siendo estos formas parasitarias
de la producción.

Varios especialistas, como Angus Maddison, crearon cifras sobre el crecimiento del
PIB soviético mediante estimaciones, y así de una forma poderlo comparar con los
países capitalista. Según algunos economistas y especialistas en la economía
planificada, el indicador macroeconómico usado en los países del CAME, el producto
material neto (PMN), exageraba el crecimiento y no podía determinar de manera
precisa el crecimiento económico de un país, además de contener distorsiones.

En 1987, el economista Grigorii Khanin publicó tasas de crecimiento de la URSS como


“conversiones” entre el PMN y el PIB soviético. Sus estimaciones fueron bastante
menores que las cifras oficiales, incluso menores que las estimaciones occidentales, lo
que provoco que think tanks liberales y conservadores como, por ejemplo, la
Fundación Heritage, promocionaran y publicitaran ampliamente sus trabajos.

En 1991, y tras la disolución de la Unión Soviética, las estimaciones de Khanin o de


Michael Boretsky, fueron empleadas como crítica a los datos proporcionados por la
CIA sobre la economía soviética, al considerarse que sobrestimaban el crecimiento
económico de la URSS. En respuesta a todas las críticas recibidas el economista
James Robert Millar junto con otros colaboradores se dedicaron a analizar los datos
expuestos por Khanin para determinar si eran ciertos o no. El grupo concluyo que la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) se basaba en hechos comprobables y que, en
metodología, el enfoque de Khanin era ingenuo.

Pero al final casi todas las estimaciones llegan a la misma conclusión, la economía
soviética crecía a un ritmo sostenido y constante. En un informe de 1982, por ejemplo,
la Agencia Central de Inteligencia señalaba que la economía de la Unión Soviética
había crecido a una media del 4,51% durante las tres décadas anteriores. Para 1990,
según la CIA, la URSS era la segunda economía mundial (en PNB) y representaba
entorno a un 12% del total mundial. La Unión Soviética habría superado unas 3,2
veces a Francia y Reino Unido, 2,8 veces a la República Federal de Alemania (RFA) y
1,4 veces a Japón. Por su parte, el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), en
los años 1970, representaba el 10% del tráfico mundial de mercancías.

Evolución del PIB per cápita en dólares internacionales de 1990 (1928-1991) de la URSS
comparado con otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), tomando 1928= 100 (año de introducción de los planes quinquenales en
la Unión Soviética). Fuente: Angus Maddison.
❝La experiencia soviética en materia de desarrollo tiene una significación más amplia
que la de Japón porque la URSS es una de las dos superpotencias del mundo y es la
principal exponente de una ideología que reta al capitalismo.❞ Crecimiento económico
en el Japón y la URSS (1971), Angus Maddison.

❝La economía de la Unión Soviética es altamente autosuficiente y está lejos de


experimentar un colapso. […] La habilidad de la economía soviética para mantener su
viabilidad ante la ausencia de importaciones, es mucho mayor que la de la mayoría, y
posiblemente todas, de las economías de otros países industrializados.❞ Aseguraba
la CIA en un informe de 1983.

En conclusión, los datos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que ajustaban


las cifras a partir de los datos oficiales soviéticos, son los más precisos. En cuanto al
mejor indicador macroeconómico para medir la economía soviética, ya que el Estado
controlaba tanto el número circulante de los rublos soviéticos y su poder adquisitivo,
sería el PIB (PPA) o el PNB, ya que las compañías de países capitalistas que
operaban en dicho país eran casi inexistentes.

 Bibliografía:

El estado del mundo 1987: anuario económico y geopolítico mundial (1986), François
Gèze, Alfredo Valladão, Yves Lacoste, Annie Lennkh y Thierry Paquot. ISBM 84-
7600-152-5.

The Maddison-Project (2013).

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