La traicién
de los intelectualesPrélogo a la primera edicion
Cuenta Tolst6i de la época en que fue oficial que, al ver
a uno de sus colegas golpear durante una marcha a un
hombre que se apartaba de la fila, le dijo: «No le daa
usted vergiienza tratar as{a uno de sus semejantes? No
ha lefdo usted el Evangelio?». A lo que el otro contesté:
42No ha leido usted los reglamentos militares?».
Esta respuesta es la que recibira siempre el espiritual
que quiera regir lo temporal. Me parece muy sabia. A
aquellos que conducen a los hombres a la conquista de
las cosas les traen sin cuidado la justicia y la caridad’
‘No obstante, me parece importante que existan hom
bres, incluso silos ofenden, que invitan a sus semejantes
a religiones distintas de la religidn de lo temporal. Aho:
ra bien, aguellos a los que incumbia este papel, ya los
‘que denomino intelectuales, no s6lo no se hacen ya cac-
0 de dl, sino que ocupan el papel contrario, Desde hace
cincuenta aiios la mayoria de los moralistas a los que
Buropa escucha, en Francia especialmente los hombres
deletras invitan a los hombres a buelarse del Evangelio
yalleer los reglamentos militares.
Esta nueva ensefianza me parece tanto més grave
cuanto que se dirige a una humanidad que, por volun-
tad propia, se sitia hoy en el Ambito de lo temporal
con una determinaci6n hasta ahora desconocida. Es lo
que empezaré por mostrar.
1. Escrito en una época en la que nose blandin la caidad y
amor para impedi la justia,capfruto x
Perfeccionamiento moderno de las pasiones
politicas. La era de lo politico
Consideremos esas pasiones, amadas politicas, a tea-
vés de las cuales unos hombres se enfrentan a otros
hombres, y de entre las cuales las principales son las
pasiones de raza, las pasiones de clas, las pasiones na-
cionales. Las personas mas predispuestas a creer en el
progreso fatal de la especie humana, en conereto en su
necesario avance hacia la paz y el amor, no podrén ne-
garse a aceptar que, deste hace un siglo y cada dia més,
estas pasiones alcanzan, en varios sentidos y dela mayor
Jmportancia, un grado de perfeccién que jamés la historia
habia conocido,
En primer lugar afectan a un nimero de hombres
que nunca habian afectado, Mientras que nos llama la
atenci6n, al estudiar por ejemplo las guerrasciviles que
perturbaron a Francia en el siglo xvt e incluso a finales
del xvutt, el pequefio niimero de personas a las que
les perturbé de verdad el alma; mientras que la histo-
ria esté lena hasta el siglo xrx de largas guerras que
dejaron perfectamente indiferentes a la gran mayorfa
de las poblaciones, quitando los dafios materiales que
les causaban', podemos decir que hoy no hay casi un
alma en Europa que no se sienta afectada, o crea estar~
|o, por una pasi6n de raza, de clase o de naci6n, y muy
a menudo por las tres. Parece constatarse esa misma
evolucién en el Nuevo Mundo, mientras que en el Ex-
1. Wéase nora suplementatia A, p. 258: