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PROTORRACIONALISMO:

El protorracionalismo no fue un movimiento o un estilo, sino mas bien un momento (de transición) en la
historia de la arquitectura moderna; que va desde principios de siglo hasta la 1º guerra mundial; el cual
engloba personalidades (y obras) bastante dispares, quienes movidos por motivos muy distintos (Loos en
el campo formal, Perret en el tecnológico, Behrens en el industrial, Garnier desde lo urbanístico, etc.) y
provenientes de movimientos estilísticos muy variados, coinciden en un accionar que preludia al
movimiento racionalista. Cada arquitecto, partiendo desde bases distintas (tecnológicas, estéticas,
urbanísticas, etc.) desembocan en un resultado mas o menos similar.
El término “protorracionalismo”, fue usado por primera vez, al hablarse del “Palacio Stoclet” construido
por Hoffmann en Bruselas.
El motivo por el cual el protorracionalismo no llegó a conformar un arte o estilo “puro”, es decir que no
llegó a convertirse en un movimiento íntegro, sino solo alcanzó un grado de pre-estilo o “estilo en
negativo”, es que su lenguaje estaba cargado de contradicciones, siendo esta otra de sus características.
Por un lado combate el ornamento del Art Nouveau y todo lo que no provenga de lo artificial, pero al no
lograr sustituirlo con un lenguaje propio (salvo en contadas excepciones) en la mayoría de los casos
retorna al clasicismo, reproduciendo sus esquemas compositivos (esquemas de bloques cerrados,
simetrías bilaterales, etc.) que hasta incluso el Art Nouveau ya había dejado de lado. Es oportuno
mencionar que cuando el reduccionismo del protorracionalismo (especialmente el geométrico), encuentra
un lenguaje propio (lo que se da gracias al aporte de las vanguardias figurativas), se convierte en
racionalismo.

Características del protorracionalismo:


 Carácter simplificador y reduccionista: en lo económico, formal, decorativo, etc. Esta se convierte en
la característica principal, que de alguna manera influye sobre todas las demás.
 Reduccionismo estético: el protorracionalismo se manifiesta en contra de todo tipo de
ornamentación, lo que redunda en una tendencia hacia la sencillez estética (una lucha contra lo
superfluo, a favor de la limpieza ornamental) que lo libera del espíritu decorativo propio del Art
Nouveau y lo lleva hacia la simplificación de las formas.
 Reduccionismo formal: consistente en el pasaje de la morfología sinuosa del Einfühlung (propia del
Art Nouveau) hacia la morfología geométrica (y reduccionista) propia de la “Abstracción”.
 Carácter colectivo: la obra protorracionalista se caracteriza por su ausencia de “genio”, por su falta de
individualidad, es decir, por su espíritu de cuerpo. Estas obras son la conclusión de un largo proceso
en las que se reúnen características variadas, surgidas del aporte de varios actores, cuya coherencia
radica en la búsqueda de una solución tipificadora, tendiente a estandarizar la problemática
arquitectónica, de modo tal que el avance logrado por cada obra en particular, pueda ser transferible o
aplicable a todas.
 Nueva actitud ante la técnica: su desarrollo coincide con la del HºAº, al cual aprovecha para
satisfacer su tendencia hacia la simplificación y la máxima economía. Pero a diferencia de lo que
pasó con el hierro en el Art nouveau; en donde el material se adaptó al estilo; aquí es la arquitectura
la que se adecua al material. Es decir que no utiliza a este nuevo material de manera clásica, sino que
lo hace en base a una tecnología propia del material, rompiendo con el principio constructivo que
viene desde el hombre primitivo (el sistema trilítico antropomórfico) pensado principalmente para la
madera.
 Lenguaje contradictorio: a menudo, encontramos en la obra de un mismo arquitecto, actitudes
modernas y antimodernas, como por ejemplo, al no lograr reemplazar el lenguaje Art Nouveausista
(ornamentación y organicismo) con un lenguaje propio, lo que lo obliga a retornar a las formas del
pasado (clasicismo).
 Composición clasicista: esquemas de bloques cerrados, simetría, axialidad, geometría o regularidad
formal, etc.
 Uso de materiales modernos: vidrio, hierro, HºAº, etc.

Principales arquitectos:

Joseph Hoffmann: (1870-1956) Austria


Ya en algunos personajes de la Secesión Vienesa se había observado cierta evolución hacia el
protorracionalismo. Así, pueden considerarse protorracionalistas algunas obras de Wagner y la mayoría de
las de Joseph Hoffmann. En 1903 realiza el “Sanatorio de Purkersdorf”, considerado por algunos como el
primer edificio protorracionalista. Pero su obra maestra fue el “Palacio Stoclet” la cual es considerada
como la que mejor manifiesta la transición entre la Secesión (Art Nouveau austriaco) y el
protorracionalismo. Algunos sostienen que Hoffmann es mas artesano que arquitecto y afirman que sus
edificios son grandes muebles. Pero en suma, el aporte de Hoffmann (que sintetiza la contribución
austriaca al protorracionalismo) consistió en llevar a la Secesión hacia la simplificación, liberándola de la
simetría de bloques de Wagner, e incidiendo así en la conformación de los espacios. Pero su talón de
Aquiles radica en que su arquitectura se apoya en una expresión lingüística extraarquitectónica y cuando
la contribución pictórica de los artistas que conforman el grupo Weiner Wienerätte (grupo que él maneja y
del cual extrae su inspiración) decae, lo hace también su genio creativo, lo que termina empujándolo
hacia el clasicismo. Esto evidencia claramente que el protorracionalismo se revela estéril sin el soporte de
las vanguardias pictóricas.
Principales obras:
 El Sanatorio Purkersdorf (Bruselas 1903)
 El palacio Stoclet (1905/14)

Adolf Loos: (1870-1933) Austria


Loos se da cuenta de que para conformar una arquitectura pura (un nuevo estilo) es necesario cortar
tajantemente con el pasado, es así que desde el campo estético-formal emprende una lucha contra el
historicismo, del cual entiende al ornamento como su mayor aberración. Esto lo lleva a publicar en 1908
su manifiesto “ornamento es crimen” de notable repercusión en la época, a punto tal que se convierte en
parte del sustento ideológico del movimiento moderno. En este manifiesto Loos se declara abiertamente
en contra de todo decorativismo y califica de “salvajes a todos aquellos que hacen uso del mismo”
sosteniendo que “el ornamento ya no pertenece a una cultura civilizada como la nuestra (a la civilización
actual), sino que se dio en los pueblos primitivos”. La única decoración admitida por Loos es la que
deriva de la naturaleza propia de los materiales.
Otro importante aporte de Adolf Loos al movimiento moderno (a través, por supuesto, del
protorracionalismo) es el principio de “Raumplan” (antecesor de la planta libre de Le Corbusier) que
determina básicamente que cada ambiente debe tener una altura acorde a su jerarquía: Loos determina tres
categorías de ambientes según el tamaño de los mismos (cada ambiente tiene las dimensiones justas y
necesarias para satisfacer su propia función). Así los espacios de mayor tamaño en planta, tendrán una
altura superior que los locales más pequeños.
Pero no es el techo el que se adapta a los distintos niveles de cota, sino el piso, disponiendo en desniveles
a los ambientes (y vinculándolos mediante rampas y escaleras) a los que encierra bajo un único techo
plano. Con esto consigue una original y excelente articulación interior, mientras que al exterior, la fachada
cumple por lo general, solo un papel de simple envoltura, que solo expresa la articulación interior
mediante la disposición asimétrica de los vanos.
Otro artificio utilizado por Loos, era el de agrandar visualmente los espacios interiores mediante juegos
de espejos.
Así la arquitectura de Loos se presenta sin decoración, dominada por la funcionalidad de los espacios
internos, a los que disponía en desniveles y conectaba mediante rampas y escaleras, con fachadas
desnudas, blancas, lisas y de formas geométricas puras. Pero la obra de Loos no es ajena a las
limitaciones propias del protorracionalismo, y por tanto tampoco consigue sustraerse del todo del
neoclasicismo.
Principales obras:
 La casa Steiner (Viena 1910)
 Edificio en la Michaelerplatz (Viena 1910)
 Casa para Tristán Tzara (París 1926)
 Casa Möller (Viena 1928) Racionalismo
 Casa Müller (Praga 1930)

Auguste Perret: (1874-1954) Francia


Cursa sus estudios en la Ecole des Beaux-Arts (formación académica). Influyen sobre él el libro de A.
Choisy “Historia de la Arquitectura” (1899) y otro sobre el sistema Hennebique (1902).
La contribución de Perret al protorracionalismo se da por vía tecnológica y consiste en haber introducido
a la arquitectura, la técnica del HºAº. Hasta aquí el HºAº era usado de la misma manera que la madera, la
piedra o el hierro. Perret encuentra una técnica de aplicación propia para el HºAº, saliendo de los cánones
constructivos tradicionales (que eran mas adecuados para los materiales tradicionales). Traduce la fluidez
plástica del hormigón en elementos resistentes lineales (esqueleto estructural) de vigas y columnas,
definiendo con absoluta claridad los elementos soportantes de los soportados, organizando el espacio en
función de la tecnología. Así consigue efectos arquitectónicos mas ricos que le permiten una mayor
limpieza de la planta, logrando una potencial libertad (flexibilidad) en el manejo de los espacios internos,
y por otro lado, le abre una multiplicidad de opciones en la resolución de los cerramientos exteriores, que
en muchas ocasiones, cuando no los cerraba con vidrios, lo hacía con alguna decoración figurativa (dada
su formación académica) acorde al gusto del momento. Y esto es lo que ubica a su obra dentro del
protorracionalismo, el hecho de no abandonar completamente la decoración (pues todavía sentía cierto
pudor por exhibir la estructura desnuda), tal como lo profesaba Loos.
Vemos entonces que la obra de Perret también cae en las limitaciones típicas del protorracionalismo:
además de la decoración, se apega a esquemas organizativos muy cerrados y simétricos que lo remiten a
la antigua alianza entre neoclasicismo e ingeniería. Por otra parte, las vigas y pilastras a la vista, se
asemejan al lenguaje clásico del renacimiento.
Principales obras:
 Departamentos de la calle Franklin (París 1903)
 El garaje de la calle Ponthieu (París 1905)
 La iglesia Notre Dame du Raincy (1922)

Tony Garnier: (1869-1948) Francia


Su aporte viene desde el urbanismo, desde donde propone una solución arquitectónica de conjunto,
sosteniendo que toda obra de arquitectura se encuadra dentro un programa más general, de carácter
urbano.
Estudia en el ambiente socialista cultural de Lyón y luego en la academia de Francia en Roma. Su primer
proyecto consiste en la construcción de una “Ciudad industrial” de 36.000 habitantes en base al HºAº,
hierro y vidrio (1901-04).
Esta ciudad nunca se realizó, pero sí algunas de sus construcciones en forma aislada, las que expresan la
soberanía de la ciudad como fuerza civilizadora. Una ciudad socialista, sin murallas ni propiedades
privadas, sin iglesias ni cuarteles, ni policía, ni tribunales, donde la superficie libre se dedica a parques y
jardines públicos.
Principales obras:
 Mataderos, La Mouche (Lyon 1909-17)
 Estadio Olímpico (Lyon 1913)
 Hospital Eduard Herriot (Lyon 1915)
 Barrio Etat-Unis (Lyon 1928)
Peter Behrens: (1868-1940) Alemania
La evolución personal de este arquitecto, se dio en función de los clientes que lo fueron contratando: al
principio Behrens trabaja para un mecenas (el duque Ernst Ludwuing), dedicándose principalmente a las
artes decorativas y al diseño de muebles. Luego es contratado por la AEG, en donde se dedica al diseño
industrial y a la arquitectura de grandes industrias. Su tercer contratante es el ayuntamiento socialista de
Viena, para el cual se dedica al sector de la vivienda popular.
En lo que refiere al protorracionalismo, la etapa mas significativa de Behrens es la de AEG. En 1907
Behrens asume el puesto de consultor artístico de la AEG (diseñador en jefe), encargándose del diseño de
todos los productos de la empresa, desde la decoración y diseño de sus edificios, hasta las lámparas,
vestimenta, publicidad gráfica, etc., constituyéndose así en el primer diseñador gráfico-industrial, tal
como hoy se lo conoce.
Behrens se encargaría de convertir el insalubre y antiestético “galpón industrial” del siglo XIX, en una
obra arquitectónica, en el “templo consagrado al trabajo industrial”, dignificando el rol de los
trabajadores. Para los trabajadores de principios de siglo, semiespecializados y recién urbanizados, que
por vez primera trabajarían en un espacio cerrado y durante todo el día, era necesario realizar una
construcción que simbolice el espacio rural, lo que Behrens consigue combinando los materiales
modernos como el hierro y el vidrio con los tradicionales como ser el ladrillo.
Principales obras:
 La fábrica de turbinas de la AEG (Berlín 1909)
 Fábrica de Alta Tensión de la AEG (Berlín 1910)
 Fábrica de Gas (Francfort del Meno 1911)
 La casa Tudorf
 La casa Behrens (Darmstadt 1900)

Hendrik Petrus Berlage (1856-1934) Holanda


Hacia finales del siglo XIX aparecerá en Holanda un arquitecto que recibirá las influencias del Neogótico
Flamenco (de la mano de Gaudí) o Neorrománico, que se venía dando con fuerza en aquella época. Se
trata de Hendrik Petrus Berlage (1856-1934), quién estudia en la Politécnica de Zürich entre 1875-78 y se
establece en Ámsterdam hacia 1885. Ese mismo año participará en el concurso para la construcción de la
bolsa, en el que obtendrá el cuarto puesto, a pesar de lo cual, será su proyecto el que finalmente se
construirá, marcando un hito en la renovación del lenguaje arquitectónico.
La Bolsa de Ámsterdam se encuentra “a caballo” entre el historicismo arquitectónico y el naciente
lenguaje moderno. Por fuera se observa la influencia del Románico, pero las decoraciones no son
plásticas ni abultadas, sino solo efectos planos y cromáticos. Además se da un uso sincero de los
materiales, con el ladrillo como máximo exponente.
Los espacios interiores, de gran amplitud, están concebidos para recibir funciones modernas y sus
cubiertas apoyan sobre grandes estructuras metálicas con cerramientos vidriados.
Es así que el maestro holandés abre las puertas al lenguaje de la arquitectura moderna. Berlage con esto,
será el gestor de la Escuela de Ámsterdam.
Principales obras:
 La Bolsa de Ámsterdam (1898-1903)

Hermann Von Muthesius: (1861-1927) Alemania


Se desempeñó como agregado comercial en la embajada alemana en Londres, cuya experiencia le sirvió
para difundir en su país los éxitos del movimiento Arts and Crafts. Siempre ocupó cargos políticos y
defendió una arquitectura que buscaba el tipo, la estandarización, la producción en serie, etc.

PAÍS AUTOR OBRA

Bélgica Henry Van de Velde (1863-1957) El Teatro de Werkbund: (Colonia 1914)

El Sanatorio Purkersdorf (Bruselas 1903)


Joseph Hoffmann (1870-1956)
El palacio Stoclet (1905/14)
Austria
La casa Steiner (Viena 1910)
Adolf Loos (1870-1933)
Edificio en la Michaelerplatz (Viena 1910)
Hendrik Petrus Berlage (1856- La bolsa de Ámsterdam
1934) La Casa de los Diamantes
Holanda
La Casa Hoffel
Robert Van’t Hoff
La Casa Hendrich (1913)
Herman Von Muthesius (1861-
1940)
Alemania La Casa Behrens
Peter Behrens (1868-1940) Fábrica de Turbinas AEG: (Berlín 1909)
La Casa Tudorf
Departamentos de la calle Franklin (París 1903)
Auguste Perret (1874-1954) El garaje de la calle Ponthieu (París 1905)
Francia La iglesia Notre Dame du Raincy (1922)
Tony Garnier (1869-1948) La Ciudad Industrial
Principales obras:
Palacio Stoclet: (Bruselas 1905/14 – Joseph Hoffmann)
Esta obra; que por un lado presenta aspectos típicos del viejo estilo como ser un carácter de residencia
lujosa y algunas concesiones decorativas, y por otro lado planteamientos propios de la nueva arquitectura
como su inédita conformación espacial, su rigor geométrico y la coherencia de todas sus partes; puede
considerarse como la obra mas clara de transición entre la Secesión (Art Nouveau) y el
protorracionalismo.

Departamentos de la calle Franklin: (París 1903 – Auguste Perret)


Edificio de viviendas de 8 plantas inserto entre medianeras sobre un
terreno corto y de poca superficie lo que impidió la posibilidad de abrir
ventanas y de realizar un patio interno (amen de una minúscula entrada
de aire luz, que vinculaba a los servicios) por lo que la única
alternativa de luz directa, se daba desde la calle. Perret entonces
retranquea la parte central de la fachada; conformando así una planta
en “seudo U”; en donde encaja dos balcones a 45º, con lo que consigue
aumentar la superficie de fachada y con ello la iluminación directa de
los espacios interiores. La fachada así se conforma de cinco pliegues,
cada uno de los cuales contiene la ventana de una de las cinco piezas
que; junto a la escalera y los locales de servicios; conforman la planta
tipo.
El arquitecto, gracias a la adecuada disposición de la estructura de
HºAº que permite la modificación
de los locales con solo mover los
tabiques interiores, consigue la
planta libre. Esto demuestra que
la obra se adapta, tanto distributiva como expresivamente, a la
estructura de HºAº. Gracias a ella consigue limpiar las distintas
plantas para operar sobre ellas, con una libertad distributiva inusitada
y con gran versatilidad. Y es esto lo que marca el carácter
revolucionario del edificio: es la forma en que Perret hace uso de la
estructura de HºAº, al cual reduce a un esqueleto mínimo que no solo se encarga de sostener el edificio,
sino también de marcar un ritmo lineal y de definir su imagen externa (además de liberar la distribución
en planta): el edificio se ve revestido en cerámicos, pero la clara voluntad del autor por manifestar la
estructura, lo lleva a recubrir la trayectoria estructural con cerámicos lisos y a los cerramientos con
cerámicos de motivos floreados.
Por otro lado, cabe mencionar que los vanos de la fachada principal se desarrollan de piso a techo,
predominando netamente sobre los macizos (predominan los vacíos sobre los llenos) los cuales se ven
prácticamente reducidos al esqueleto estructural.
En suma, lo valiosos de esta obra, es que implementó; en el plano tecnológico; soluciones y elementos
que marcaron el lenguaje arquitectónico posterior, válido hasta nuestros días.

Casa Steiner: (Viena 1910 – Adolf Loos)


En la casa Steiner Loos aplica; quizá por vez primera, su principio del Raumplan.
Así la articulación de los espacios interiores se basaba en la yuxtaposición de
ambientes grandes y pequeños, asilados bajo un único plano de cubierta, que en
este caso (hacia el frente) presenta una parte curva. Esta desnivelación espacial se
puede verificar al exterior a través de las ventanas, las cuales se disponían
irregularmente sobre las fachadas laterales, y variaban sus tamaños, evidenciando
ambientes interiores diferentes. De hecho, el edificio mismo se implanta bajo este
principio: el bloque central de la fachada posee una altura mayor de un piso,
llegando a empatar la altura de los umbrales de las ventanas existentes en los
bloques laterales. La fachada posterior, que da al jardín, llega a una altura de cuatro pisos y se relaciona
con el frente (de tres plantas) mediante el techo curvo.
Todo el conjunto es una articulación de volúmenes entrantes y salientes, carentes de decoración y con
cierto carácter clasicista, especialmente en la fachada posterior, la cual se ordena
simétricamente, en base a un eje vertical. Este mismo eje de simetría ordena la
fachada principal, pero ésta se ve mas caracterizada por el funcionalismo propio de
una arquitectura despojada del arte (aquí Loos se remite exclusivamente a resolver
una función, mas que a dotar a la arquitectura de un espíritu artístico). Por su parte
las fachadas laterales (con sus ventanas irregulares tanto en tamaño como en
ubicación) son las que mas expresan el principio del Raumplan.
En suma, esta no es una obra que se distinga por su anticipación lingüística, ni
mucho menos por su “belleza” (es bastante “fea”), sino por ajustarse con mayor
fidelidad a la prédica de éste arquitecto austriaco, quién, entre otras cosas, excluía
a la arquitectura del conjunto de las artes por el hecho mismo de resolver una
función.

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