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Desarrollo y alcances de las normas sobre el suelo marino


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Gráficas

Gráfica N° 1. Formas del relieve submarino

Grafica N° 2 Espacios marinos

Gráfica N° 3 Líneas marítimas

Gráfica N° 4 Plataforma continental

Gráfica N° 5 Zona Económica Exclusiva

Gráfica N° 6 Aguas archipelágicas

Gráfica N° 7 Zona contigua y zona económica


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Introducción

El concepto de fondo marino, de manera sencilla, hace referencia al lecho


marino o al "piso marino”, delimitado en su parte más alta y que corresponde a la zona
costera o litoral hasta las zonas más profundas, conocidas como fosas marinas.

Esta zona, con abundante riqueza marina, asiento de minerales y de


hidrocarburos, es un tema de vital importancia para los Estados ya que constituye una
prolongación del territorio terrestre donde además se sustentan diversas bases
geopolíticas para el manejo de las fronteras entre las naciones.

El mar fue desde siempre vínculo para el comercio y la comunicación entre los
pueblos. A través del mar se pudo ampliar el conocimiento de la geografía del planeta,
se desplegaron militarmente las grandes potencias, y se generó una incipiente
explotación pesquera, que daría paso más tarde al aprovechamiento de otros recursos
económicos.

Aquellos usos fueron los que a inicios de la sociedad moderna impulsaron a los
Estados a establecer normas consuetudinarias para determinar las diferentes
atribuciones sobre los espacios marítimos. Mediante un esquema sencillo, y durante
mucho tiempo, el mar se dividió en dos espacios: uno adyacente a la costa donde el
Estado ribereño ejercía soberanía, esto es el mar territorial, y otro de naturaleza
común, llamado alta mar, donde regía el principio de libertad.

Con la diversificación e incremento de los usos del mar debido al crecimiento


demográfico, económico y tecnológico, aparecieron nuevos e importantes intereses,
así como una compleja interacción entre ellos. Surgió así la necesidad de establecer
nuevas normas que permitieran la pacífica convivencia de los Estados sobre la base
de un ordenamiento jurídico, lo que dio cabida a nuevos espacios marítimos, tales
como la Zona Económica Exclusiva, la Plataforma Continental y los Fondos Marinos.
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El paulatino desarrollo de los Intereses Marítimos generó un crecimiento


paralelo de las reglas del derecho nacional e internacional, especialmente durante los
últimos cincuenta años. La evolución alcanzó al Derecho Marítimo Internacional y -
particularmente- al Derecho del Mar, por impulso de las grandes conferencias
internacionales las cuales han aportado excelentes resultados para acrecentar las
asociaciones globales favorecedoras.

Conceptos previos

El suelo marino según el punto de vista geográfico

Se hace referencia, entonces, a inmensas extensiones de terreno, superiores


en su extensión a los mismos continentes que han sido desagregadas en varias zonas
demarcadas según su profundidad, asi que el suelo marino está constituido de forma
similar a los continentes con sus valles, mesetas, llanuras y largas abundan formas
similares a los continentes, tales como valles, mesetas, llanuras y largas formaciones
montañosas. (La vida continua , 2013)

Este relieve del suelo oceánico, ha permitido definir las siguientes regiones
(EcuRed, 2013):

 Plataforma continental: de 0 a 200 metros

 Región Batial: de 200 a 1.000 metros

 Región Abisales: de 1.000 metros hasta los 5.000

 Dorsales oceánicas: de 1.000 km de ancho y una altura de 3.000


m.

 Fosas Marinas: de 5.000 a 11.000 metros


Atendiendo a la enciclopedia cubana (2013) cada región muestra las
siguientes características:
Plataforma continental, Se considera desde el nivel del mar en la línea
costera, hasta los 200 metros de profundidad. Esta región tiene su origen en que los
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continentes no mueren abruptamente en la orilla del mar, ellos continúan debajo de las
aguas marinas, configurando un declive suave que guarda semejanza con la estructura
terrestre a la cual pertenece.

Región batial, donde termina la plataforma continental o submarina hasta una


profundidad de 1.000 metros, se configura un declive abrupto muy acentuado,
pendiente que recibe el nombre de talud.

Región abisal, es una región que se encuentra entre los 1.000 metros y los
5.000 metros de profundidad. Es un relieve poco protuberante, conformado por zonas
planas y uniformes que constituyen el 40% del suelo marino. Llamada también zona
pelágica, se caracteriza porque en ella prevalecen los depósitos de origen orgánico.
Gráfica N° 1 Dorsales oceánicas, a lo
largo de más de 60.000 km se
encuentran levantamientos del
fondo oceánico, caracterizados por
su gran actividad sísmica dado que
se encuentran en la zona donde se
forman las placas litósferas, zonas
de expansión del suelo oceánico.

Fosas, son cavidades


estrechas pero muy extensas que
se localizan a más de 5.000 metros
de profundidad.

Fuente: https://www.ecured.cu/index.php?curid=199402

El suelo marino según el Derecho del Mar

Ruiz Tinoco (2002) establece que los espacios marinos y submarinos se dividen
en siete categorías, determinadas por el grado de dominio estatal que sobre ellos se
ejerce el Estado o la comunidad internacional. Tener claridad sobre ellas permitirá una
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mejor comprensión del Régimen Jurídico Marítimo y el papel que cada una de esas
instancias juegan dentro del Derecho del Mar. Entonces, bajo las figuras de
jurisdicción o soberanía, en las primeras categorías existe un dominio del Estado sobre
los espacios marinos, mientras que bajo el régimen de Alta Mar y Fondos Marítimos
esas figuras jurídicas desaparecen, dando lugar al concepto de patrimonio o bien
común de la humanidad, como acontece con las dos últimas categorías antes
mencionadas.

Mar Territorial, soberanía ejercida por el Estado. Se permite el “paso inocente”


de embarcaciones de otros Estados.

Aguas Interiores, el estado tiene soberanía absoluta, con las mismas


características con que se ejerce la soberanía sobre el territorio nacional y sus
atributos.
Grafica N° 2 Zona Contigua, es jurisdicción del
Espacios marinos
Estado y su propósito es disponer
acciones para evitar posibles
infracciones de sus leyes y
normas, especialmente en lo
referente a cuestiones aduaneras,
fiscales, sanitarias o de
emigración

Plataforma Continental,
Fuente: Ruiz Tinoco (2002) corresponde al suelo y subsuelo
marino dentro de una distancia de
200 millas medidas desde la costa, allí el Estado tiene plenas garantías para explotar,
de manera exclusiva, los recursos allí existentes.

Zona Económica Exclusiva, jurisdicción del Estado de 200 millas a partir de la


costa, donde el Estado puede explotar y explorar los recursos pesqueros allí
existentes.
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Alta mar, es la zona que está fuera de la jurisdicción de los Estados. Allí existe
libertad para pescar, realizar investigaciones científicas y demás actividades propias
del entorno, pero con fines pacíficos.

Fondos Marinos y Oceánicos, llamada la Zona, es el territorio marítimo


declarado patrimonio común de la humanidad. Allí, ningún Estado, puede ejercer
soberanía ni reclamar derechos.

El Derecho del Mar

Antecedentes

El derecho del mar o derecho internacional marítimo, ha tenido una evolución


que se puede dividir en cuatro etapas:

Etapas de evolución del Derecho del Mar

Primera etapa Los océanos han jugado un rol esencial en el crecimiento y


progreso de los pueblos desde los inicios de las diferentes civilizaciones, por cuanto
se instituyen en el recurso más significativo en la estructuración de lazos culturales y
comerciales entre las diversas comunidades, para establecer un contacto comercial y
cultural que fue la génesis y baluarte de los atributos propios que distinguen las
diferentes culturas, pueblos, razas, costumbres, lenguas, etc.

La historia da cuenta de los vínculos mediados por el mar desde la época de la


civilización mesopotámica, que comprendía, entre otras, las culturas de los Sumerios,
Acadios, Babilónicos, Hititas, Fenicios, Hebreos, Sirios, Medos y Persas, cobijando
Asia con los imperios Chino, Hindú y Egipcio, y el Mediterráneo por Grecia y Roma.

Para esta época no existían normas escritas y menos aún codificadas, pero
tanto en tiempos pacíficos como en momentos bélicos, las actuaciones de los pueblos
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en el ámbito de sus aspiraciones y desplazamientos marítimos estaban regidos por el


uso y la costumbre.

En Roma, por ejemplo, el Derecho del Mar tiene su origen en el propio Jus
Gentium, o derecho de gentes, que regía las interacciones entre los romanos y no
romanos, con base en los principios de la justicia natural, que no dependía del estado
de ambas partes sino en la del ciudadano romano. Fue este derecho el que dio la
pauta para que en el propio imperio surgiera un derecho marítimo primitivo,
fundamentado en la Costumbre. La concepción de que las costas, el mar, el aire y el
agua eran para uso todos los habitantes, estaba plasmada en los “Códigos de Digesto
e Instituta”, y son marcando el camino para que los Derechos del Mar sean reconocidos
en el Imperio Romano. (Ruiz Tinoco, 2002)

Segunda Etapa. La carencia de una legislación precisa sobre el Derecho al Mar


facilitó la expansión y repartición opresora de las tierras descubiertas, es así como en
mayo de 1493, recién descubierta América, el Papa Alejandro VI emite la Bula Inter
Caetera o Bula de donación, en beneficio del Reino de Castilla y Aragón de los Reyes
Católicos,

En este documento pontificio se les hacía donación 1 a los monarcas católicos de las
tierras e islas descubiertas navegando hacia el occidente -hacia las Indias-, siempre y cuando
no pertenecieran a otro príncipe cristiano, con los mismos derechos y privilegios con que
contaban los reyes portugueses en las suyas. En esta bula no se hace referencia a ninguna
línea divisoria. (Bejarano Almada, 2016, pág. 237)

1 Pérez Amador (2011) señala que “la donación que hace el Papa es la donación de un derecho ad rem, no in re,
es decir, les concede el señorío sobre unas tierras y sus habitantes de los que todavía no son señores efectivos,
ya que señores efectivos eran los jefes indígenas que había en tales tierras. Lo que hace el papa es conceder a los
Reyes Católicos el señorío radical para poder llegar a tener el señorío efectivo sobre tales tierras y gentes. Les
concede el título de señorío, que les capacita para llegar a ser señores de hecho. Lo que hace el papa es aprobar
o confirmar no un sostenimiento efectivo que los Reyes Católicos ya tuviesen de aquellas tierras y gentes, sino la
decisión que tenían de someterlos, según declaran ellos mismos. Ese señorío radical excluye al resto de reyes
cristianos, como está claro; sin determinar: 1) si tal señorío radical ¿excluía los señoríos efectivos de los indígenas
y, por tanto, los sustituía, o más bien, se sobreponía a ellos como señorío imperial y no anulaba, el de los reyes
cristianos? No lo aclara la bula y 2) ¿cómo iban a conseguir los Reyes Católicos el sometimiento o señorío efectivo?
Tampoco lo aclara la bula” (Pérez Amador Adam, 2011, pág. 68 citado en Bejarano Almada (2016) )
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En esta misma Bula se menciona a Portugal como de soslayo para expresar


que los Reyes de Castilla y Aragón gozarán en sus nuevos territorios de los mismos
privilegios otorgados a los reyes de Portugal "en las partes de África, Guinea y la Mina
de Oro" en bulas de papas anteriores. (Gutierrez Escudero, 1990)

El Papa también asignó por esta Bula a Castilla el monopolio del comercio con
las nuevas tierras, “prohibiendo a todos los cristianos navegar a ellas sin licencia de
los Reyes Católicos, bajo pena de excomunión. En contrapartida, les impuso a los
reyes la obligación de enviar misioneros para convertir a las poblaciones descubiertas
a "la fe católica"” (Davenport, 1917, págs. 56-57. Citado en Bejarano Almada (2016))

Así que unas de las consecuencias del crecimiento y la expansión del comercio,
fue el hallazgo de nuevas tierras y el afianzamiento de la comunidad internacional. Se
requerían normas que garantizaran el comercio y la seguridad de las naciones. Es así
como las ideas que surgen al respecto en el Reino Unido de Inglaterra e Irlanda del
Norte, atraen al Almirante norteamericano Alfred T. Mahan, para expresar que el
dominio mundial se logra si se controlan los mares y los puntos costeros vitales.

Sin embargo, la extensión del mar territorial que le correspondía a cada estado,
no estaba definida y ella dependía de su capacidad de defensa, que en algunos casos
tenía una extensión de 3 millas, dado que este era el alcance desde la costa, de un
disparo de artillería. Esta pobre concepción del mar territorial prevaleció hasta la
culminación de la Segunda Guerra Mundial, favoreciendo a las grandes potencias que
por razones de orden económicas y militar no les convenía que EE. UU ampliara sus
dominios más allá de las 3 millas, menoscabando el progreso y la seguridad de los
países sin poderío para defender sus derechos. (Ruiz Tinoco, 2002)

En el año de 1899, entre el 18 de mayo al 29 de julio, tuvo lugar en la Haya la Primera


Conferencia Internacional de Paz, de gran importancia histórica, pues su agenda es el primer gran
intento codificador del Derecho Internacional público contemporáneo, en especial en lo referente
al mar, (Eymar, 1999) dando origen a posteriores conferencias, reuniones y congresos
entre los sobresalen los siguientes, que serán objeto de profundización en este trabajo:

a. II Conferencia de Paz de la Haya de 1907, del 15 de junio al 18 de


octubre de 1907, que adoptó convenios y costumbres de la guerra marítima,
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como “los derechos y deberes de los países neutrales, el bombardeo naval, la


colocación de minas submarinas de contacto automático, las costumbres y las
condiciones en virtud de las cuales los navíos mercantes podían pasar a ser
barcos de guerra” (Favela, 2013)

b. II Convenio de Ginebra de 1906, sobre la suerte de Heridos y


Náufragos de las Fuerzas Armadas en el Mar.

c. Declaración Naval de Londres de 1909, sobre bloqueo marítimo y


apresamiento de buques.

Tercera Etapa. El 28 de septiembre de 1945, el presidente Truman declara que

El gobierno de los Estados Unidos considera los recursos naturales del subsuelo y el
lecho marino de la Plataforma Continental bajo la Alta Mar, pero contigua a la costa de los
Estados Unidos como perteneciente a los E.E.U.U: y sujetos a su jurisdicción y control. (López
Z., 1982)

Atendiendo a las Naciones Unidas (2010) se inicia así una etapa en el derecho
del mar que llega hasta mediados de 1970, periodo en que cabe destacar las
Convenciones de Ginebra de 1958, la Conferencia aprobó cuatro diferentes
convenciones, que después del 31 de octubre de 1958 quedaron a disposición para la
adhesión de los Miembros de las NN. UU, así como organismos especializados que
fueron invitados junto con otros Estados por la Asamblea General a ser partes:

 Convención sobre el mar territorial y la zona contigua (que entró


en vigor el 10 de septiembre de 1964),

 Convención sobre la Alta Mar (que entró en vigor el 30 de


septiembre de 1962),

 Convención sobre pesca y conservación de los recursos vivos de


la alta mar (que entró en vigor el 20 de marzo de 1966)

 Convención sobre la plataforma continental (que entró en vigor el


10 de junio de 1964).
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Igualmente se aprobó un Protocolo de firma sobre “la jurisdicción obligatoria en


la solución de controversias”, que entró en vigor el 30 de septiembre de 1962.
(Naciones Unidas , 2010)

Cebe anotar que en 1960 durante la II Convención de Ginebra sobre Derecho


de Mar, se presentaron dos posiciones discordantes entre los Estados participantes,
una posición encabezada por los Estados Unidos defendía una anchura de seis millas
para el Mar Territorial y la segunda posición, defendida por los países en vías de
desarrollo, proponía 12 millas. No se logró acuerdo sobre este tópico. (Ruiz Tinoco,
2002)

Cuarta Etapa. La cita es en 1973, en Caracas, Venezuela, cuando se reunió la


Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar,

con intención de que la comunidad internacional tratara en conjunto todos los problemas
que se presentaban en esta materia, en la cual se entremezclaron distintos factores
económicos, estratégicos y tecnológicos, para darles una solución global. y concluye con el
texto de la actual Ley del Mar que acoge algunos conceptos de las cuatro Convenciones de
Ginebra de 1958. (Armada República de Argentina. , 2008)

Esta Conferencia consiguió establecer la extensión del mar territorial, la


conformación de una zona allende del mar territorial con el fin de permitir a los estados
ribereños el beneficio económico, la demarcación de la plataforma continental, la
utilización de los fondos marinos en beneficio de la humanidad y elaborar regímenes
jurídicos específicos de navegación, entre otros logros. Asimismo, se
institucionalizaron diversos órganos internacionales para dar solución a las
ocasionales controversias entre los Estados en razón de sus facultades respecto a los
espacios marítimos, suscribiendo un tiempo de convivencia pacífica a la comunidad
internacional. (Armada República de Argentina. , 2008)
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El Derecho del Mar en las Convenciones de las Naciones Unidas

Ha sido una preocupación permanente de las Naciones Unidas tratar de


asegurar tanto el beneficio individual como el común de los mares, fortaleciendo su
uso pacífico, cooperativo y sustentado en normas jurídicas. La necesidad de definir y
aplicar un régimen jurídico internacional capaz de regular el uso de los fondos marinos,
más allá del ámbito de la jurisdicción nacional, implicó esfuerzos durante más de 15
años, hasta lograr la creación del Comité de Naciones Unidas sobre los Fondos
Marinos, la prohibición del uso de armas nucleares en el fondo marino, la Conferencia
de Estocolmo sobre el Medio Humano y la aprobación de la declaración de la
Asamblea General que determinó que todos los recursos, más allá de la jurisdicción
nacional, son patrimonio de la humanidad.

Pero no se trata solamente de que las Naciones Unidas hayan organizado tres
importantes conferencias sobre derecho del mar. La primera tuvo lugar en 1.958, la
segunda tuvo lugar en 1.960 y la tercera, que duró nueve años, empezó en 1.973 y
acabó en 1.982.

Lo sobresaliente es que la aprobación de la Convención de los Derechos del


Mar de 1982 marca un momento histórico en la ampliación del derecho internacional
a los recursos hídricos que son comunes en nuestro planeta. Esta Convención ha
resuelto múltiples asuntos relacionadas con el uso del océano y su soberanía.

Las Naciones Unidas a través de sus tres conferencias sobre el derecho del mar
regulan el régimen general de los espacios marítimos, esto es, determinan la relación
entre los espacios marinos respecto a la soberanía de los Estados y con relación al
Derecho Internacional, así como los derechos y deberes de los estados frente a tales
espacios.

En consecuencia y dado que para los juristas “Derecho del mar” hace referencia
a la constitución y régimen de los espacios marinos atendiendo al Derecho
internacional Público, diferenciándolo del Derecho marítimo, el Derecho mercantil
marítimo, el Derecho de la navegación u otras cuestiones relativas al mar, atendiendo
solo a la disposición y el régimen de los espacios marinos en relación con los Estados
y con la soberanía de los Estados.
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Primera Convención sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua

Reunida en Ginebra el 29 de abril de 1958, tuvo origen en la Comisión de


Derecho Internacional, órgano subsidiario de la Asamblea General, integrado por
juristas internacionalistas, de prestigio internacional, que actúan a título personal, no
siguen mandatos gubernamentales y son elegidos por la Asamblea General. Esta
primera convención incluía unos artículos consagrados a la plataforma continental y
en eso estriba su importancia. Las reuniones terminaron con la adopción de cuatro
convenciones: sobre el mar territorial, alta mar, la pesca y sobre la plataforma
continental. (Estepa M, Lacleta M, & Almazán G, 2007)

a. La convención sobre el mar territorial, fracasó en su intento de


definir la anchura del mar territorial y se conformó con codificar lo existente
acerca de relativas al mar territorial: la navegación, los derechos del Estado
ribereño y el famoso derecho al paso inocente. Consagró la institución de la
zona contigua cuyo límite exterior no mayor a las 12 millas. (Estepa M, Lacleta
M, & Almazán G, 2007, pág. 8)

b. La Convención sobre alta mar realizó una codificación relacionada


con las normas sobre la navegación en la alta mar. Pero su propuesta sobre
codificación de las prácticas aceptadas como normas ajenas al derecho
convencional (derecho consuetudinario) no tuvo mayor consecuencia. (pág. 9)

c. La Convención sobre la pesca, si bien estaba interesada en la


preservación de las especies, no decidió ninguna restricción a la pesca ni definió
zonas de pesca controladas por los Estados. (pág. 9)

d. La Convención sobre la Plataforma Continental cobra mayor


importancia por cuanto en ella se establece la definición jurídica de la plataforma
continental. (Pág.9)

Como evidencia del escenario previo a las decisiones de la Prfimera


Convención, López Z. (1982, pág. 128) relata que en 1942, se firmó un tratado entre
Venezuela y Gran Bretaña en relación al suelo y al subsuelo marinos, fuera de la
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jurisdicción del mar territorial, ubicados en el golfo de Paria, territorio venezolano,


pretendiendo así establecer una zona semejante a la Plataforma Continental.

El mismo autor citado expresa que, en 1945 Harry S. Truman estableciendo


soberanía y control hizo un doble manifiesto, exigiendo en la primera, que la plataforma
continental afuera de las costas estadinense quedaba “bajo jurisdicción y control para
los fines de conservación y utilización de los recursos naturales del subsuelo y del
lecho marino” y en la segunda enunciaba el Derecho de los Estados Ribereños a fijar
en el Alta Mar, zonas de conservación y pesca. Proclama que fue aprovechada por los
demás países americanos para extender autónomamente su mar territorial y/o su
Plataforma Continental.

Pero es en la Primera Conferencia de las Naciones Unidas que se define


plataforma continental como,

"el lecho del mar y el subsuelo de las zonas submarinas adyacentes a las costas, pero
situados fuera del mar territorial, hasta la profundidad de 200 metros o más allá de este límite
hasta donde la profundidad de las aguas adyacentes permita la explotación de los recursos
naturales de dicha zona" (Artículo 1)

Esta definición, según López Z (1982, pag.128) relaciona dos plataformas, una
real y otra legal. La real se inicia en la costa y va hasta la profundidad de los 200
metros, es decir, hasta donde ocurra un declive brusco hacia los fondos del océano.
La legal va "hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes permita la
explotación de los recursos naturales de dichas zonas", esto es, que no le establece
límite a la plataforma continental.

El estado costero es soberano sobre la plataforma continental, tiene un derecho


excepcional sobre los recursos naturales y estado ribereño tiene plena autoridad para
explotar dichos recursos. Atendiendo al artículo 2 de esta Convención de Ginebra,
estos derechos del estado costero se hacen efectivos, sin necesidad de declaración
expresa de ocupación real o ficticia.
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Así que, continuando con López Z, la Convención de 1958 presenta


restricciones y dificultades que se hacen contundentes por cuenta de los avances
tecnológicos que facilitan explotaciones a mayores profundidades motivadas por la
escasez mundial de combustible. Los criterios combinados de profundidad (200
metros) y explotabilidad que sirve para delimitar la plataforma continental conforme al
artículo 1, se constituye en un criterio que transita entre dos conceptos opuestos que
lo hacen ambiguo.

Una posición crítica sobre el avance de la frontera exterior de la plataforma,


promovido por el avance tecnológico que permite la explotación de recursos a
profundidades mayores, conllevaría a que los océanos en su totalidad seria propiedad
de los países ribereños y entre ellos, habría algunos que usufructuarían grandes
extensiones, gracias a sus posesiones insulares que también tienen plataforma. Pero
no es esta la posición de los estados partes, pues ellos tienen presente que la
plataforma continental es una zona contigua al territorio costanero y no una extensión
exagerada y distante. Es así como los franceses interpretan el artículo 1 expresando
que "las regiones adyacentes deben entenderse en el sentido geológico que excluye
la idea de una extensión ilimitada”. (pág. 130)

En el litigio sobre plataforma continental en el Mar del Norte, entablado por


Dinamarca, la República Federal de Alemania y Holanda, ante la Corte internacional
de Justicia, no prosperó el argumento alemán sustentado en "que cada estado costero
tiene derecho a una porción justa y equitativa", arguyendo que el concepto básico en
materia de plataforma continental es el derecho inherente y soberano que tiene el
Estado sobre ella, sin importar si se ejerce o no. Tampoco fructificó la posición de
Dinamarca y Holanda que, de no existir un acuerdo, o de existir, que justifique otro tipo
de frontera, se debe aplicar el principio de equidistancia. Ante ellos, la Corte afirmó
que, no existiendo método particular, aplicable a todos los casos, la delimitación debe
imperar conforme al principio de equidad. (López Z., 1982, pág. 129)

Esta sentencia incursionó ciertos conceptos que se conjugan en el ejercicio de


la delimitación de la plataforma: "adyacencia", "prolongación natural" y "explotabilidad",
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demostrando la complejidad de estas nociones y las dificultades de combinarlas para


solucionar un caso determinado. (Llanes Fernández, 1974)

Igualmente, esta sentencia reconoce aspectos esenciales como:

a. La delimitación basada en la equidistancia no es forzosa entre las partes.

b. No existe un método único, obligatorio y universal en el proceso de


delimitación.

c. Las normas tomadas del Derecho Internacional, aplicables entre las


partes a la delimitación de las Zonas de Plataforma Continental y que le
pertenezcan a cada una de ellas, son:

i. La delimitación debe obedecer a acuerdos, atendiendo a principios


de equidad, reconociendo la pertinencia de las circunstancias para atribuir a
cada una de las partes, en justa y posible medida, la totalidad de las áreas de
la Plataforma Continental que se configuren como continuación natural de su
territorio bajo el mar y que se yuxtapongan a la extensión natural del territorio
del otro.

ii. Cuando la delimitación contemple zonas que se yuxtaponen, éstas


se dividen mediante acuerdo entre las partes interesadas. Si no hubiese
acuerdo, se divide en igualdad de proporciones, excepto si las partes deciden
una jurisdicción de utilización común para el total o una porción de zonas que
se yuxtaponen.

d. En el trascurso de la negociación, se deben considerar los factores


siguientes:

i. La conformación general y la existencia de características


especiales de las costas de las partes.

ii. Hasta donde sea posible y fácil de definir, la estructura física o


geológica y los recursos naturales de las zonas de las plataformas continentales
en disputa,
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iii. Observar un grado razonable de proporcionalidad, fruto de una


delimitación conforme a principios de equidad, entre el tamaño de la plataforma
continental del estado ribereño y la longitud de la costa media, siguiendo la
dirección general de la misma, pero atendiendo a los efectos actuales o
eventuales, presentes en cualquier otra delimitación de la plataforma
continental señalada por los estados limítrofes en la misma región.

La Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del


Mar de 1.960.

En 1.960, se reunió la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre el


Derecho del Mar. Fruto de varias reuniones previas, tenía el propósito de resolver el
problema de la anchura del mar territorial. Luego de varias jornadas de trabajo la
conferencia terminó en el fracaso. Habían surgido propuestas de acordar seis millas
de mar territorial y otras seis millas de zona pesquera, al final no hubo consenso,
conferencia terminó en fracaso. (Estepa M, Lacleta M, & Almazán G, 2007, pág. 10)

Las Resoluciones de la Asamblea General sobre los espacios marinos de


finales de los años sesenta.

Siguiendo a Estepa, Lacleta y Almazán (2007, pág. 10) dado que la segunda
convención había fracasado, la urgencia de resolver el problema que representa la
conservación de las especies vivas del mar, sumado a la necesidad de limitar
definitivamente la eventual extensión de la autoridad, la soberanía y la jurisdicción de
los Estados sobre los fondos marinos, originó en América del Sur y en África varias
reuniones, y conferencias regionales, pues allí se aspiraba a un mar territorial y a una
zona pesquera de 200 millas. Pretensiones que obviamente eran rechazadas por las
grandes ponencias.

En 1967 la delegación de Malta ante la Asamblea General de las Naciones


Unidas, promovió la necesidad de asegurar que los fondos marinos tendrían uso
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pacífico y exigió impedir la colonización de tales fondos marinos por estados


poseedores de mayores recursos técnicos e intereses estratégicos. (pág. 10)

Luego de variados debates en la Asamblea General, en 1.970, se adoptó la


importante resolución que establecía que “los fondos marinos más allá de la
jurisdicción nacional” deberían ser patrimonio común de la humanidad. Idea central de
importantes decisiones adoptadas en la tercera Conferencia, que mejoraron el
escenario de los espacios marinos. Si hasta ese momento existía el mar territorial, su
zona contigua y la plataforma continental, ahora al final de la jurisdicción de los Estados
ribereños en el mar, surgía una zona nueva, patrimonio común de la humanidad. Se
iniciaba un nuevo debate que copó la agenda de la Tercera Conferencia sobre el
régimen del mar y sobre el derecho de los espacios marinos.(pág. 10)

La Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar

El 10 de diciembre de 1982 en Montego Bay, Jamaica, se dio aprobación la


nueva Convención del Derecho del Mar, instrumento significativo en cuya elaboración
participaron activamente más de ciento cincuenta Estados.

El documento final de Montego Bay, estableció transformaciones tan


importantes como las siguientes:

a. Determinó de una vez por todas, la anchura del mar territorial, dejándola
en 12 millas.

b. Una zona económica de hasta doscientas millas de anchura, incluidas


las 12 del Mar Territorial en la que al Estado Costero se le reconocen Derechos
Soberanos exclusivos para explorar y explotar sus recursos naturales (recordemos
que la Convención de Ginebra de 1958 solamente hacía alusión al concepto de
Mar Territorial sin determinar la anchura, a la Zona contigua y a la Plataforma
Continental, como zonas de jurisdicción nacional).

c. Se crea un nuevo tipo de Estado, al que se llama Estado Archipielaguito,


que es el que se asienta en uno o varios Archipiélagos. Las aguas que rodean las
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islas tiene un régimen especial en lo relativo a tránsito y navegación por barcos


extranjeros.

d. Aparece la denominada "zona internacional" que se conoce con el


nombre de “fondos marinos y oceánicos”, situada más allá de las jurisdicciones
nacionales. Zona que será regida por una nueva entidad del Derecho Internacional
y que se llama la "autoridad".

e. La Convención dejó todo un capítulo, (el XV) al tema de la solución de


controversias, donde se establece un sistema expedito para la rápida solución de
los conflictos que puedan presentarse.

El nuevo estatuto del mar está compuesto por 15 capítulos que abarcan 320
artículos. Además, contiene 8 anexos.

Los espacios marinos definidos por la Convención de 1982 son:

a. Las aguas interiores

b. El mar territorial

c. La zona contigua

d. La plataforma continental

e. La zona económica exclusiva

f. Las aguas archipelágicas.

g. La alta mar

h. La zona internacional de los fondos marinos

Fueron creados y definidos los siguientes espacios:

a. La zona económica exclusiva

b. Las aguas archipelágicas

c. La zona internacional de los fondos marinos


22

El régimen jurídico de los espacios marinos

Las aguas interiores


Las aguas interiores han sido sometidas a regulación en las últimas décadas,
espacialmente por las Convenciones de 1.958 y la de 1982(1982) que le han
reconocido importancia. Hasta entonces, las aguas interiores eran aguas regidas por
el derecho consuetudinario.

Se consideraban como tales aquellas aguas en las que el Estado ribereño


ejerce plenamente la soberanía territorial, y esencialmente se refería este concepto a
las aguas de los puertos, algunos estuarios, ciertas bahías y, sobre todo, las
denominadas bahías históricas, en las cuales, sin protesta por la comunidad
internacional, el Estado ribereño ejercía plenamente su soberanía y, por lo tanto, podía
incluso negar el acceso a los buques extranjeros. estas aguas eran puntos o zonas
muy apartadas en el litoral y nunca formaron una zona continua.

Figura N° 3 Líneas marítimas Cabe señalar cuáles son los espacios


marítimos que hoy son
considerados como aguas
interiores. En sus artículos 8 a
16, la Convención de
1982menciona expresamente
los puertos, y aclara que
contiene también la
Figura N° 3. Líneas de Base, Líneas de Base Rectas y Aguas Interiores
infraestructura exterior que configura
el puerto. El concepto de aguas interiores incluye las islas rodeadas de arrecifes, las
ubicadas entre los arrecifes, la línea real costa y las aguas de las bahías cuya entrada
mida menos de 24 millas de anchura, sobre ellas se puede trazar la línea de
demarcación con una longitud máxima de 24 millas. Estas líneas no pretenden ampliar
las aguas interiores, se trazan para definir líneas de base a partir de las cuales se mide
la anchura del mar territorial.
23

La única limitación es que las líneas rectas sólo admiten ser trazadas en los
sitios en que el vínculo entre las aguas encerradas por la línea de base y la costa,
entre las aguas y las tierras, sea tan ceñida que las aguas son o pueden ser
consideradas aguas interiores.

Mar Territorial

El mar territorial se identifica como la parte de aguas adyacentes al territorio de


un Estado, que se encuentra bajo su soberanía y delimitado atendiendo a diversos
principios del derecho internacional

Alfredo Vásquez Carrizosa, citado por Ruiz Tinoco (2002, pág. 280), plantea la
siguiente definición "Entiéndase por mar territorial la zona marítima próxima a las
costas en la cual el Estado ejerce soberanía, con todas las facultades, atribuciones y
derechos que esta noción con lleva".

El mar territorial se puede conceptualizar como la continuación del territorio


base del Estado, sobre el cual ejerce derechos preferentes de soberanía sobre las
riquezas naturales, ictiológicas como minerales, así como defensa y protección del
territorio en forma total. Se deduce una facultad para explotar las riquezas renovables,
el beneficio de las riquezas minerales, así como permisos para realizar investigación
científica, instalar cables submarinos, promover turismo, etc. Por lo tanto, un estado
ribereño dotado del "imperium" o "autorictas" hace valer los derechos de jurisdicción,
policía, orden económico y seguridad estatal. (López Z., 1982, pág. 260)

La Nueva Convención establece las características del mar territorial a partir de


que durante la III Convención de las Naciones Unidas se adoptaron los mismos
criterios que expresa la Convención de Ginebra, esto es, “la soberanía de un Estado
se extiende, fuera de su territorio y de sus aguas interiores, a una zona de mar
adyacente a sus costas designada con el nombre de mar territorial”. (art. 2 numeral 1)
24

“Esta soberanía se extiende al espacio aéreo sobre el mar, así como al lecho y
al subsuelo de ese mar. La soberanía del mar territorial se ejerce con arreglo a esta
Convención y a otras normas del Derecho Internacional”. (art, 2 numeral 2)

En relación a la anchura del mar territorial, la Convención estableció que: “todo


Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial, hasta un límite que
no exceda las 12 millas medidas a partir de las líneas de base determinadas de
conformidad con esta Convención”. (art. 3)

Estas 12 millas de anchura del mar territorial se marcan a partir de una línea de
base, que puede ser la “línea de base geográfica” que es la línea de la marea baja en
la costa, señalada en la cartografía oficial del Estado ribereño, o también una “línea de
base recta” que une puntos adecuados de la costa atendiendo a las restricciones
señaladas en la norma. (Ruiz Tinoco, 2002)

La zona contigua

El origen de la zona se encuentra en mandatos ingleses, emitidos a principios


del siglo XVIII, que los Estados Unidos también aplicaron a finales de ese mismo siglo.
Esos preceptos eran “las reglas relativas a las naves que barloventeaban” delante de
las costas. Este problema fue atendido por el Instituto de Derecho Internacional, al final
del siglo XIX, que promulgó una resolución admitiendo la posibilidad de que el Estado
ribereño pudiera actuar más allá de su mar territorial en estos casos. (Estepa M,
Lacleta M, & Almazán G, 2007, pág. 32)

La Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en


su Convención relacionada con el mar territorial y zona contigua instituyó una admisión
formal y normas en relación con la zona contigua que posteriormente fueron
establecidas en el artículo 33 de la Convención de Montego Bay. Como consecuencia
de estos mandatos la zona contigua se establece como una zona contigua al mar
territorial y sobre la cual el Estado ribereño tiene la potestad de hostigar las
infracciones aduanera, sanitaria, de inmigración y fiscal. (pág. 32)
25

Si bien que no tiene existencia real e independiente, es una zona de


competencias especiales, sin ser una zona de soberanía, pero interesa en este
momento señalar cuál es su anchura máxima. La Convención de 1982que extendió a
12 millas el mar territorial, cambia la localización de la zona contigua, y ahora la estable
hasta las 24 millas de distancia, desde la línea de base hasta donde se mide la anchura
del mar territorial. Esto significa que el Estado que solo tenga tres millas de mar
territorial puede definir una zona contigua más amplia, sin sobrepasar el límite de 24
millas. Cabe anotar que el Estado ribereño no puede penar infracciones cometidas en
la zona contigua, el Estado ribereño está facultado para prevenir o castigar las
infracciones cometidas en el mar territorial o en el territorio del Estado. (art. 33)

Existencia jurídica de la plataforma continental

Si bien muchos estudiosos interesados en el Derecho Internacional Marítimo


han tratado de explicar la existencia jurídica de la plataforma continental, sus
resultados han sido dispares.

Atendiendo a López (1982, pág. 133) si se determina la plataforma continental


como una “res nullius” (cosa sin dueño), la plataforma no podría apropiar por acción
de ocupación, a menos que esta ocupación fuese permanente y efectiva. Si fuera "res
communis", esto es, un bien común, un bien universal, que fuese propiedad de la
comunidad mundial de naciones, entonces ningún estado en particular tendría derecho
de ejercer dominación exclusiva para apoderarse de la plataforma mediante un acto
unilateral.

Pero la Convención en "Derechos Soberanos”, articulo 2 en su numeral 1, define


la soberanía del estado costero sobre la plataforma continental, pero limitándola a la
explotación y aprovechamiento de los recursos naturales. Así que no se trata de una
soberanía absoluta como en el mar territorial, sino una soberanía limitada a
determinados derechos. No se tiene dominio excepcional sobre todas las aguas, sus
elementos y todo lo que haya en esa zona, sus derechos son exclusivos con propósitos
de explotación de los recursos naturales del mar. (pág. 133)
26

De otra parte, la soberanía respecto al mar territorial tiene sustento político,


como político es el territorio continental del Estado, pero en relación con la plataforma
continental la soberanía y los derechos que de ella se derivan tienen un sustrato
económico. De allí que el artículo 3o. de la Convención exprese que los derechos
reconocidos para la plataforma continental "no afectan el status legal de las aguas
suprayacentes como alta mar, ni el espacio situado sobre dichas aguas".(pág. 133)

Sin embargo, estados hay que persisten en afirmar que la plataforma continental
se justifica por ser la continuidad de su territorio, esto es, una extensión de éste bajo
el mar e interpretan que, bajo los criterios de la
Grafica N° 4 plataforma continental
Convención de Ginebra, el área submarina hace
parte del territorio del Estado.

Cabe anotar que la plataforma continental geográfica hace referencia


únicamente a la zona de fondos marinos
desde la rompiente del mar sobre la costa
hasta un declive suave, que llega a 200
metros. Ahí termina la plataforma
continental geomórfica y empieza el talud
continental. (Estepa M, Lacleta M, &
Almazán G, 2007, pág. 33)

Pero la plataforma continental,


según la Convención de Montego Bay, continúa por el talud continental aumentando
la profundidad hasta llegar a la zona de la “emersión continental” en que cambia el
gradiente del talud y se alcanza una expansión de materiales sedimentarios, que son
de mayor extensión que los grandes fondos marinos, los fondos abisales y dorsales
oceánicas. Todo el margen continental lo trata la convención como plataforma
continental. (pág. 33)

De otra parte, es pertinente fijar que existe jurídicamente plataforma continental,


esto es, derechos exclusivos del Estado ribereño, así no exista plataforma continental,
ni margen continental. Así que donde las profundidades abisales se encuentran a una
27

distancia reducida de la costa, para el Estado ribereño hasta una distancia de 200
millas desde las líneas de base. (pág. 33)

Esta concepción de plataforma continental surge ante la posición de los países


andinos, como en sus costas no existe plataforma continental geográfica se juzgaban
discriminados ya que los derechos a los recursos de la plataforma continental estaban
atados a la presencia de una plataforma o de un margen continental en sentido
geográfico. Ante esta situación, importaba saber la ubicación del borde exterior del
margen continental frente a los efectos jurídicos. Entonces la Convención de
1982determina dos criterios a los que puede someterse el Estado ribereño, a su
conveniencia (Art. 76.4 de la Convención de 1982)

La Convención establece que el borde exterior del margen continental


debe trazarse donde el espesor de los materiales sedimentarios sea inferior
en espesor al 1% de la distancia desde ese punto, o desde esa zona, al pie
del talud.

Esta manera exige estudios submarinos porque obliga a analizar el tipo de


materiales que constituyen la emersión continental.

Hay otro procedimiento menos complejo, admitido por la Convención. El Estado


ribereño puede fijar el borde exterior del margen continental fijando puntos a 60 millas
del pie del talud. Tales puntos se unen con líneas no mayores de 60 millas de longitud,
el perímetro logrado es el que jurídicamente se define como borde exterior del margen
continental.

De otra parte, el límite máximo al que puede llegar la plataforma continental, sin
importar las características del suelo marino. Para esta cuestión, la Convención prevé
otras dos reglas que también puede utilizar a su conveniencia el Estado ribereño,
incluso combinándolas entre sí. Hay dos límites máximos, pues, posibles para la
extensión del margen continental hacia el alta mar, (Artículo 76. 5 y 76.6 de la
Convención de 1982)
28

Los derechos del Estado costero

Derivados del artículo 2o. de la Convención de Ginebra se tiene que:

1. El estado ribereño ejerce derechos de soberanía sobre la plataforma


continental con propósito de explotación de recursos naturales.

2. Los derechos anteriores son exclusivos, así que, si el Estado ribereño no


explora la plataforma continental o no se beneficia de sus recursos naturales, ningún
otro Estado puede explotar tales recursos, o exigir derecho alguno sobre plataforma
continental, a menos que exista anuencia de dicho Estado.

3. Los derechos ribereños sobre plataforma continental se ejercen


independientemente a su ocupación real o ficticia, así como de cualquiera declaración
expresa.

4. Los recursos naturales a que aquí se aluden, son recursos minerales,


recursos no vivos, recursos vivos sedentarios del fondo y subsuelo marinos, "Es decir,
organismos que en la fase de explotación están inmóviles en el lecho marino o en el
subsuelo, o sólo pueden moverse en constante contacto físico con dicho lecho y
subsuelo". (López Z., 1982, pág. 134)

Si se acepta que los privilegios de los estados ribereños están interesados


solamente a la exploración y explotación de recursos naturales, como se mencionaron
en el texto anterior, entonces de infiere que la soberanía no es plena, es restringida.

La Convención de Ginebra establece algunas limitaciones al ejercicio de los


derechos del Estado costero, como la que se refiere a que " ... no podrá impedir el
tendido o la conservación de cables o tuberías submarinas en la plataforma
continental" (artículo 79o.); o que, "la explotación de la plataforma continental y el
aprovechamiento, dé como resultado, ninguna interferencia injustificable respecto de
las investigaciones, la pesca o la conservación de los recursos vivos del mar, ni
acarrear interferencia alguna en las investigaciones fundamentales de tipo
oceanográfico o de otra índole que se realicen con intento de publicar sus resultados".
(artículo 194 numeral 4.)
29

La zona económica exclusiva

La creación de un nuevo espacio marino que acabó denominándose la zona


económica exclusiva es, probablemente, la realización más importante de la Tercera
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que, por consiguiente,
resultó incorporada a la Convención de Montego Bay (1982)

Como resultado de la segunda declaración de Truman en 1945 en la que


expresaba la atracción de los Estados Unidos por la protección de los recursos vivos
del mar, en zonas de alta mar cercanas a su mar territorial, condujo a que otros países
extendieran su dominio mucho más allá de su mar territorial. Es así como en 1952
Perú, Ecuador y Chile establecieron la Declaración de Santiago de Chile, en la que se
defendía la constitución de un mar territorial de 200 millas donde la pesca sería
exclusiva de los nacionales de esos Estados. (Estepa M, Lacleta M, & Almazán G,
2007, pág. 37)

Pero los países caribeños y otros sudamericanos en 1.972, promulgaron el


establecimiento de unas zonas denominadas de mar patrimonial, también de 200
millas. En ese mismo año, los países africanos en la reunión y Declaración de Yaundé,
unieron las dos aspiraciones: la del mar territorial y la del mar patrimonial de la
Declaración de Santo Domingo. Así se desarrolló la idea de un espacio económico, o
sea, una zona económica que incluiría: la plataforma continental y sus recursos, como
también, las aguas sobre ella y sus recursos. El límite de las 200 millas se articulaba
a la idea de que la extensión promedio a nivel mundial de la plataforma continental:
200 millas de anchura (pág. 38)

Ante el consenso existente, la III Convención de las Naciones Unidas, en su


artículo 55, definió la Zona Económica Exclusiva como:

un área situada más allá del mar territorial y adyacente a éste, sujeta al régimen
jurídico específico establecido en esta parte, de acuerdo con el cual los derechos y la
30

jurisdicción del Estado ribereño y los derechos y libertades de los demás Estados se
rigen por las disposiciones pertinentes de esta Convención.

es decir que de acuerdo con la Convención, el Estado ribereño ejerce derechos


soberanos sobre los recursos naturales o para su exploración y explotación. Dentro
de esta zona tendrá derechos exclusivos a efectos de control, regulación, explotación
y preservación de los recursos orgánicos e inorgánicos, y de prevención y control de
la contaminación. (Ruiz Tinoco, 2002)

Finalmente, la Zona Económica Exclusiva no se extenderá más allá de las 200


millas marinas contadas desde las líneas de base, a partir de las cuales se mide la
anchura del mar territorial (art. 57).

Gráfica N° 5 Zona Económica Exclusiva

Fuente: Estepa M, Lacleta M, & Almazán G, 2007

Las aguas archipelágicas.

Filipinas desde 1958 buscaba un nuevo espacio marino archipelágico, pero en


1973 ya no estaba sola, tenía también el apoyo de otros nuevos Estados
31

independientes como Indonesia, Fidji y otros Estados apoyaban la causa filipina. Así
que, ahora las islas y sus aliados sí pudieron presentar unas propuestas.

Pretendían que las aguas contenidas en el perímetro del archipiélago se


definieran como aguas interiores, por lo que quedaban sometidas a la plena soberanía
territorial del Estado. Idea que no aceptaron las grandes potencias, pero si recibieron
apoyo de países continentales con territorio integrados por archipiélagos. El resultado
fue que se adoptó el principio archipelágico, pero con limitaciones.

Mediante el artículo 47 de la Convención de Montego Bay se estableció la forma


de delimitar las aguas archipelágicas, pero es evidente que el Artículo 49 de la
Convención de Montego Bay, tiene un contenido que limita la soberanía del Estado
ribereño. Entonces resultó que el régimen de las
Gráfica N°6 Aguas archipelágicas
aguas archipelágicas es diferente al de las
aguas interiores, al mar territorial y al del alta mar. Es decir, se extiende el régimen de
mar territorial, pues se ejerce soberanía, pero se limita atendiendo a lo ordenado en la
Parte IV del texto.

Finalmente para los efectos de esta Convención, el articulo 46 define un Estado


archipelágico como un Estado constituido
totalmente por uno o varios archipiélagos y que
podrá incluir otras islas; entendiendo que
archipiélago es un grupo de islas, incluidas
partes de islas, las aguas que las conectan y
otros elementos naturales, que estén tan
estrechamente relacionados entre sí que tales
islas, aguas y elementos naturales formen una
entidad geográfica, económica y política
intrínseca o que históricamente hayan sido
considerados como tal.

La alta mar
32

La Parte VII denominada Alta Mar expresa que estas disposiciones se aplican
a todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en el mar
territorial o en las aguas interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un
Estado archipelágico. Este artículo no implica limitación alguna de las libertades de
que gozan todos los Estados en la zona económica exclusiva de conformidad con el
artículo 58. (Convención de Montego Bay, art. 86,)

El alta mar junto al mar territorial son dos espacios fundamentales en el Derecho
del Mar. Las normas aplicadas en la alta mar eran de derecho consuetudinario y la
libertad de la alta mar solo fue codificada en la Primera Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar en 1.958, quedando regulada, dentro de lo posible,
la situación jurídica del alta mar. (Estepa M, Lacleta M, & Almazán G, 2007, pág. 47)

a. El primer principio es que el alta mar es libre para todos los Estados, sean
ribereños o sin litoral. Es una libertad con ciertas reglas jurídicas aplicables al alta mar,
pues ningún Estado puede pretender soberanía territorial, en ninguna parte del alta
mar. La Convención de Montego Bay, que dedica al alto mar su Parte VII, establece,
de manera diáfana, que ninguna parte de la alta mar puede ser apropiada bajo la
soberanía de ningún Estado. Esto es, que en alta mar rigen las libertades de la alta
mar, nombradas taxativamente el artículo 87 de la Convención. Esas libertades son
(pág. 48):

b. La libertad de navegación y la libertad de sobrevuelo. El alta mar está


abierta a la navegación de las naves de todos los Estados, ribereños o sin litoral. Para
que un buque pueda navegar en alta mar se requiere estar vinculado a un Estado,
denominado el Estado del pabellón que se prefiere al Estado de matrícula. Las
aeronaves poseen un número de matrícula que incluye el dibujo del pabellón del
Estado. Es de anotar que la jurisdicción del Estado del pabellón se extiende no sólo a
los buques sino también a las instalaciones, aparatos y artefactos que se encuentren
en alta mar, esto conlleva al concepto de isla artificial. Las excepciones al principio del
Estado del Pabellón: la piratería; el tráfico de esclavos; el tráfico de estupefacientes y
sustancias psicotrópicas; las emisiones de radio no autorizadas y realizadas desde el
33

alta mar; y el derecho de persecución en caliente. (Artículos 99 a 111 de la Convención


de Montego Bay.)

c. La libertad de pesca, la cual es una libertad, hoy en día, limitada. La


tendencia moderna es restringir las actividades pesqueras, que no pueden quedar
supeditadas a las disposiciones que dicte el Estado del pabellón de un buque
pesquero, sino que la colaboración entre países exige normas para lograr la
preservación de los recursos vivos del mar.

d. La libertad para el tendido de cables y tuberías submarinas. Por lo


general estas operaciones de tendido y administración, mantenimiento y reparación
estaban a cargo del Estado, así como el buque que los tendió. Pero puede suceder
que un Estado contrate para estas operaciones buques de pabellón extranjero, en este
caso, pertenecerán al Estado que sufragó la operación de instalación de tales cables
o tuberías submarinas.

e. La libertad de investigación científica, está sujeta a las disposiciones


contempladas en las partes VI y XIII de la Convención de Montego Bay. La
investigación científica marina en la Zona tendrá únicamente fines pacíficos y en
beneficio de la humanidad, fortaleciendo la cooperación internacional y la difusión de
los hallazgos, promoviendo la capacitación, formación y el empleo de las gentes de los
Estados en vías de desarrollo.

La zona internacional de los fondos marinos

Este nuevo espacio está conformado substancialmente por los fondos


oceánicos ubicados allende los límites de la jurisdicción de los Estados, es decir, fuera
de las demarcaciones exteriores de las zonas económicas o de las plataformas
continentales, cuando las plataformas continentales llegan más allá de 200 millas
desde la costa. La manera más precisa para definir este espacio está dada en la
definición de la propia Convención, en que en su Parte XI artículo primero, cuando
habla de la Zona hace referencia a los fondos marinos y oceánicos que se encuentra
más allá de los límites de la jurisdicción nacional de los Estados.
34

Como se expresó en otro apartado de este trabajo, (ver página 13) el artículo
correspondiente de la Convención aprobado en 1.958 decía que la plataforma
continental abarca hasta los 200 metros de profundidad, o hasta donde los avances
tecnológicos posibiliten la exploración y la explotación de los recursos de los fondos
marinos. Pero no se pensó en la velocidad de los adelantos técnicos y parecía que
200 metros era un buen baremo.

Pero en 1.970 se sancionó una Resolución donde se expresaba que los fondos
marinos, ubicados fuera de la jurisdicción nacional de los Estados, serian guardados
con fines del uso pacífico y como patrimonio común de la humanidad. Esta declaración
sirvió de base a las preparatorias de la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Derecho del Mar, a través de la Comisión de Fondos Marinos. Para buscar el
beneficio de toda la humanidad, se propusieron dos mecanismos, el primero era la
creación de un organismo internacional que tendría una asamblea, un consejo y una
empresa que técnicamente realizaría las funciones de exploración y explotación de los
recursos y su comercialización institucional. El segundo sería un sistema liberal, que
se limitaría a otorgar las concesiones de exploración y explotación en favor de los
Estados o de las empresas de los países que técnica y económicamente pudieran
afrontar el problema. (Estepa M, Lacleta M, & Almazán G, 2007, pág. 61)

Ninguno de esos dos sistemas


Gráfica N° 7 Zona contigua y zona económica
fue el establecido en los artículos
de la Parte XI Artículo 133 y
siguientes de la Convención de
Montego Bay, pues la
Convención decide por el
sistema paralelo, combinación
de los dos sistemas
referenciados. Así se instituye
Fuente: Bou Franch, V. (2017), Tema 9: Las competencias del Estado
sobre los espacios marinos y sobre el espacio aéreo. Curso académico una autoridad con un consejo,
2017-18. PowerPoint, 33 págs.
se creaba una empresa y se
ajustaba ese accionar institucional con la eventualidad de conceder licencias,
concesiones de exploración y explotación, en provecho de Estados o de particulares.
35

El obstáculo del sistema era que las cargas impuestas a Estados y particulares
concesionados eran abrumadoras.

Finalmente, la Convención abandona su modelo y acoge el sistema liberal En


la actualidad, la Autoridad se limita a otorgar las mencionadas concesiones de
exploración, la empresa internacional ha sido aplazada sin fecha especial, hasta que
pueda ser necesario su funcionamiento, así como en la asamblea que aprobó la Parte
XI, se impusieron las tesis mayoritarias que favorecían al tercer mundo, en el nuevo
método se crean “cuatro cámaras” conformadas por distintos Estados, cada una
conoce aspectos parciales de los problemas pero puede vetar las decisiones de las
otras cámaras. La asamblea, por su parte, solo no puede decidir sobre propuestas

procedente de las cámaras. Así se asegura que los Estados industrializados,


podrán controlar a la asamblea e vetar acuerdos contrarios a sus intereses. (pág. 62)

de vital importancia para todos


Colombia y el Derecho del mar

Las Leyes 120 de 1919 y 96 de 1922, así como la ley 14 de 1923 determinan
un mar territorial de 12 millas náuticas a lo largo de las costas y en torno al dominio
insular de Colombia.

En la conferencia de Ginebra de 1930, Colombia sostuvo la tesis de 6 millas


como límite del mar territorial, sin comprender la zona contigua. En la Conferencia de
Ginebra de 1958, se respaldaron los argumentos de 12 millas de mar territorial y una
zona contigua que no podría extenderse más allá de esta medición, y así estar en
capacidad de aplicar medidas fiscalizadoras y sanitarias.

Igualmente, Colombia ha ratificado las convenciones sobre plataforma


continental y sobre pesca y conservación de los recursos vivos de alta mar de Ginebra
en 1958, aprobadas mediante leyes 9 ° y 119 de 1961, respectivamente. Colombia
siempre se ha acogido al Derecho Internacional, reconociendo instituciones y
organismos de talla mundial y ha contribuido a las doctrinas vigentes. Se han incluido
las principales disposiciones de la Convención del Mar en el ordenamiento jurídico
colombiano para lograr mejores resultados al momento de aplicar las mismas.
36

El Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección al


Medio Ambiente.

En el año de 1974, el 18 de diciembre, se aprueba el Decreto 2811 del 18 de


diciembre de 1974, conocido como el Código Nacional de Recursos Naturales
Renovables y de Protección al Medio Ambiente, en su Título VI, del mar y sus fondos.

El Capítulo I, Del mar y su fondo, versa sobre la protección como un deber del
estado colombiano para respecto a salvaguardar las aguas, el suelo, el subsuelo y el
espacio aéreo del mar territorial y la zona económica, así como las playas y recursos
naturales renovables de la zona.

Esta protección se hace efectiva tomando las medidas pertinentes, necesarias


y oportunas que conduzcan a frenar o prevenir la contaminación generada por
sustancias cuyos efectos pongan en riesgo la salud humana, vulneren los recursos
hidrobiológicos y deterioren las oportunidades de entretenimiento o dificultar los demás
otros usos legítimos del mar.

Es así como la norma pretende:

a) Establece cuáles residuos pueden ser lanzados al mar determinando calidad,


límites y concentración admitidas.

b) En coordinación con el Ministerio de Minas y Energía, se reglamentan y


coordinan la exploración y explotación de hidrocarburos y recursos minerales marinos
y submarinos a fin de evitar la contaminación del ambiente marino en general.

En concordancia con el artículo anterior, es necesario obtener permiso para


realizar cualquier actividad que conlleve a la depredación o contaminación del
ambiente marino. Igualmente, la explotación de cualquier recurso marino debe
observar las normas que garanticen el menor deterioro, degradación, agotamiento de
los otros recursos que se encuentren en la zona.

Posteriormente se aprueba el Decreto No. 1875 del 2 de agosto de 1979, por


su medio se dictan normas sobre la prevención de la contaminación del medio marino
y otras disposiciones.
37

Define contaminación marina, como la forma directa o indirecta con que el ser
humano implanta sustancias que produzca efectos nocivos, esto es, daños a los
recursos vivos y a la vida marina, obstruye actividades marítimas, como la pesca y
otros usos legítimos del mar, deterioran la calidad del agua marina y deterioran lugares
de recreación. Entiendo como contaminante las sustancias que, en razón de su
composición, pueda generar degradación del medio marino.

Igualmente define daños por contaminación, las pérdidas o daños que surgen
como consecuencia del uso de sustancias contaminantes, incluyendo los costos de las
medidas preventivas y las pérdidas o perjuicios causados por tales medidas
preventivas y entiende por siniestro, todo acontecimiento que cause daños por
contaminación.

Este decreto regula las medidas que deben observar las naves que navegan en el mar,
que visiten los puertos colombianos y de igual manera regula las operaciones en estos
lugares con miras a prevenir la contaminación del mar y yendo más allá, ejerce
vigilancia y establece sanciones a las fábricas que hagan vertimientos en los ríos, ya
que estas corrientes llegan al mar contaminando el ambiente marino.

Mar Territorial

Colombia siendo un estado ribereño esta cobijado por el art 1° de la convención


de Ginebra de 29 de abril de 1958, sobre mar territorial y zona contigua, dice: “la
soberanía de un Estado se extiende, fuera de su territorio y de sus aguas interiores, a
una zona de mar adyacente a sus costas, designada con el nombre de mar territorial”.
En numerosas convenciones esta propuesta ha sido ratificada, incluyendo la
convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar realizada en Montego Bay
(Jamaica) el 10 de diciembre de 1982, cuyo artículo 2° reglamenta.

“1. La soberanía del Estado ribereño se extiende más allá de su territorio y de


sus aguas interiores y, en el caso del Estado archipielágico, de sus aguas
archipielágicas, a la franja de mar adyacente designada con el nombre de mar
territorial.”
38

“2. Esta soberanía se extiende al espacio aéreo sobre el mar territorial, así como
al lecho y al subsuelo de ese mar.”

“3. La soberanía sobre el mar territorial se ejerce con arreglo a esta convención
y otras normas de derecho internacional”.

Limitaciones a la soberanía colombiana

a) Paso Inocente: ajustado al derecho internacional y al artículo 17 de la


Convención de 1982 sobre el derecho del mar, “los buques de todos los Estados, sean
ribereños o sin litoral, gozan del derecho de paso inocente a través del mar territorial”.
También se puede definir como la navegación de buques extranjeros por el mar
territorial de un Estado, para atravesarlo sin penetrar en aguas interiores, para dirigirse
hacia esas aguas, para ir hacia alta mar viniendo de ellas, sin realizar actividades que
perjudiquen la paz, el orden o la seguridad del estado ribereño.

b) Jurisdicción Penal: de acuerdo al artículo 27 de la convención de 1982 establece


que la jurisdicción penal del Estado ribereño no debería ejercerse a bordo de un buque
extranjero que pase por el mar territorial para detener a ninguna persona o realizar
ninguna investigación en relación con un delito cometido a bordo de dicho buque
durante su paso, excepto en los siguientes casos:

1) Cuando el delito tenga consecuencias en el Estado ribereño;

2) Cuando el delito sea de tal naturaleza que pueda perturbar la paz del país o
el buen orden en el mar territorial;

3) Cuando el capitán del buque o un agente diplomático o funcionario consular


del Estado del pabellón hayan solicitado la asistencia de las autoridades locales, y

4) Cuando tales medidas sean cesarías para la represión del tráfico ilícito de
estupefacientes o de sustancias psicotrópicas.

Anchura

Actualmente Colombia está suscrito a acuerdos internacionales como la


Convención de 1982 que en su el artículo 3° establece la anchura del mar territorial
39

hasta un límite que no exceda de 12 millas marinas medidas a partir de líneas de base
determinadas en la forma prevista en esta convención. El límite exterior del mar
territorial es una línea cuyos puntos están, del punto más próximo de la línea de base,
a una distancia igual a la anchura del mar territorial (art. 4°). La línea de base normal
para medir la anchura del mar territorial es la línea de baja mar a lo largo de la costa,
tal como aparece marcada mediante el signo apropiado en cartas a gran escala
reconocidas oficialmente por el Estado ribereño (art. 5°).

Zona Contigua

Esta zona es un derecho que tiene toda Nación que posea mar incluyendo
Cayos e Islas y la cual está reconocida por el Derecho Internacional. La Haya en 1930,
sometió a debate y aprobó la existencia de un nuevo espacio marítimo: un área de
altamar contigua al mar territorial, consistente en una franja paralela situada entre este
mar y el pelagus. Conforme al artículo 24 de la convención de 1958, la competencia
de que goza el Estado ribereño en la zona contigua es la de prevenir o reprimir las
infracciones a sus leyes en materia aduanera, fiscal, sanitaria o de inmigración,
cometidas en su territorio o en su mar territorial, pero no en la propia zona contigua. El
artículo 33 de la convención sobre el Derecho del Mar, de Jamaica, de 1982, regula
así la zona contigua:

1) En una zona contigua a su mar territorial, designada con el nombre de zona


contigua, el Estado ribereño podrá tomar las medidas de fiscalización necesarias
para:

a) Prevenir las infracciones a sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales,


de inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o en su mar territorial;

b) Sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas en su


territorio o en su mar territorial.

2) La zona contigua no podrá extenderse más allá de 24 millas marinas


contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar
territorial.
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Zona Económica Exclusiva

Es un área que abarca el fondo del mar, el subsuelo y las aguas suprayacentes
hasta una distancia no mayor de doscientas millas marinas. El Estado ribereño posee
derechos soberanos, a fin de explorar y explotar sus recursos naturales, así como
jurisdicción para investigaciones de orden científico y la preservación del medio marino
contra la contaminación. El Estado colombiano y las demás naciones gozan de libertad
de navegación y sobrevuelo, están facultados para tender cables y tuberías
submarinos, siempre y cuando se conserve el hábitat marino tal y como se plasma en
el artículo 164 de la Ley 2811 de 1974 donde corresponde al Estado la protección del
ambiente marino en general y el artículo 166 de esta misma ley donde cualquier
actividad relacionada con el territorio marítimo no debe causar daños ambientales y
teniendo siempre en cuenta que las medidas adoptadas para cualquier tipo de uso se
regirán bajo estas normas.

Plataforma Continental

Es la porción de tierra sumergida en el mar que comprende el lecho y el


subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá del territorio marítimo y
a lo largo de la prolongación natural de su territorio, hasta el borde exterior del margen
continental. La Plataforma Continental genera derechos de soberanía para el
aprovechamiento de recursos minerales, organismos vivos y no vivos del lecho
marino, y en caso que el Estado ribereño no realice dicha explotación ningún otro
Estado estará en potestad de realizarlo sin un consentimiento previo. En cuatro
convenciones suscritas en Ginebra en 1958 se encuentra la de plataforma continental
que Colombia aprobó por la ley 9° de 1961, ratificándose el 8 de enero de 1962. Esta
Convención define la plataforma así: “Para los efectos de estos artículos, la expresión
plataforma continental designa: a) el lecho del mar y el subsuelo de las áreas
submarinas adyacentes a sus costas, pero situadas fuera de la zona del mar territorial,
hasta una profundidad de 200 metros, o, más allá de este límite, hasta donde la
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profundidad de las aguas suprayacentes permita la explotación de los recursos


naturales de dichas áreas; b) el lecho del mar y el subsuelo de las regiones submarinas
análogas, adyacentes a las costas de las islas”. Y el artículo 2° dice: “El Estado
ribereño ejerce sobre la plataforma continental derechos soberanos para fines de
exploración y explotación de sus recursos naturales”.

El Alta Mar

Colombia suscrita a la Conferencia de Ginebra de 1958, que en su artículo 1°,


dice que “se entiende por alta mar todas aquellas partes del mar que no forman parte
del mar territorial o de las aguas interiores”. En la nueva Convención del Derecho del
Mar, se entiende por alta mar todas las partes del mar no incluidas en la zona
económica exclusiva, en el mar territorial, en las aguas interiores de un Estado, ni en
las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico. El alta mar está abierta a todos
los Estados, sean ribereños o sin litoral. Las Libertades en alta mar comprenden, para
todos los Estados: a) la libertad de navegación; b) la libertad de sobrevuelo; c) la
libertad de tender cables y tuberías submarinos; d) la libertad de construir islas
artificiales y otras instalaciones permitidas por el derecho internacional; e) la libertad
de pesca, y f) la libertad de investigación científica (art. 87).

El alta mar estará destinado exclusivamente a ser utilizado con fines pacíficos
(art. 88) y ningún Estado puede pretender someter cualquier parte de alta mar a su
soberanía (art. 89). Todos los Estados sean ribereños o sin litoral, tienen derecho a
que los buques enarbolen su pabellón y naveguen en alta mar.

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