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ADOLESCENCIA
MÓDULO Nº 2: PERSPECTIVAS
DE ANÁLISIS DEL PROCESO
ADOLESCENTE
PROF.: DRA. GRISELDA CARDOZO
VECCO, LUCIANO
D.N.I. 34328913
-2018-
Contextos socio-históricos de los paradigmas adolescentes en los enfoques de las políticas
Los seres humanos en nuestro crecimiento y desarrollo pasamos por una etapa a la cual se
la denominó “adolescencia”, y en la que el sujeto “atraviesa un tiempo de cambios y
transformaciones que posibilitarán el logro de la “identidad” (Arce, 2015, p. 15). No obstante, los
diferentes enfoques desde los cuales se concibió y se concibe la adolescencia desde las políticas 2
públicas han variado a través del tiempo, y en relación a los cambios políticos, sociales, económicos
y culturales de las sociedades humanas.
Si bien los jóvenes existieron a lo largo de la historia de la humanidad, es en el siglo XIX, con
las transformaciones políticas, económicas y sociales, cuando apareció el término adolescencia. Tal
como expresa Cardozo (s.f.) “la adolescencia se asienta en la transformación cultural surgida como
expresión social luego de los cambios socio-económicos que introduce la revolución industrial” (p.
4). En las sociedades de los siglos anteriores no se tenía una noción de adolescencia, “sino que
ejecutaban ritos de iniciación que al ser transitados por los jóvenes, quedaban a partir de ese acto
ubicados como adultos” (Lerner, 2008, p. 71).
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La Primera Revolución ocurrió en la segunda mitad del siglo XVIII, y se dio única y exclusivamente en Gran
Bretaña (N. de A.)
cobró impulso a partir de 1850, principalmente en Europa, Estados Unidos y Japón. De esta manera,
el mundo quedó organizado de acuerdo a la “división internacional del trabajo”, donde estaban los
países industriales, productores de manufacturas, y los países destinados a explotar y proveer de
materias primas a los primeros (tal es el caso de América Latina).
tradicional, que toma a este período de la vida como un momento de preparación para el futuro
(Cardozo, s.f., p.4). En este contexto en el que surge el primer paradigma, el tradicional. Como las
nuevas industrias demandaban mano de obra especializada y educada, los nuevos Estados liberales-
capitalistas buscaron para preparar a los niños y adolescentes para su futura inserción en el trabajo
y fueron considerados “carentes de madurez social e inexpertos” (Cardozo, s. f., p. 5). Es a partir de
este momento en que la preparación de los jóvenes se apoyó en un nuevo sistema educativo público
y obligatorio. Tal como sostiene Arce (2015):
Los cambios sociales y culturales de la segunda mitad del siglo XX que influyeron en los
jóvenes, produjeron una nueva mirada sobre ellos, dando paso al paradigma reactivo. Precisamente
es en este momento que se dio lo que Hobsbawn (2003) denomina “La Revolución Cultural”. Este
autor explica que, hasta ese momento:
embargo, lo más importante que ocurre es en cuanto a la sexualidad. Margulis et al (2003) afirma
que a partir de la década de 1960 “se inicia un brusco cambio en las pautas culturales relacionadas
con la afectividad y la sexualidad: la posibilidad de separar la sexualidad de la procreación ingresa
en el horizonte cultural de millones de personas” (p. 50). En este sentido, las prácticas sexuales
fuera del matrimonio, sobre todo en las generaciones más jóvenes, se vuelve cada vez más habitual
en esta época, tanto para heterosexuales (en especial, en la mujer), como en homosexuales.
Por otro lado, y en relación a la nueva autonomía que iba cobrando la juventud, Hobsbawn
(2003) menciona un nuevo fenómeno: “el héroe cuya vida y juventud acaban al mismo tiempo” (p.
326), lo cual, según este autor va a ser muy característico en el ámbito artístico-musical,
especialmente en el rock:“Buddy Holly, Janis Joplin, Brian Jones de los Rolling Stones, Bob Marley,
Jimmy Hendrix y una serie de divinidades populares cayeron víctimas de un estilo de vida ideado
para morir pronto”. (Hobsbawn, 2003, p. 326). En relación con lo que sostiene este autor, podría
pensarse que las conductas de riesgo, como el consumo de alcohol y drogadicción, en los jóvenes
se vuelven más habituales que en épocas pasadas.
En relación a lo último, es a partir de los años ‘50 y ‘60 cuando el consumo de drogas y
alcohol se expande en las culturas juveniles. Tal es el caso del Cannabis que, según Luna-Fabritius
(2015), alcanzó su punto máximo en la década de 1950, sobre todo, en la cultura “hippie” como
producto del desencanto provocado por los conflictos bélicos. Pero será en la década de 1960 y
1970 cuando la moda se expande “y se estima que los jóvenes consumidores de Cannabis ampliaron
sus intereses y se prepararon para experimentar con otras drogas como la dietilamina de ácido
lisérgico (LSD), las anfetaminas, la cocaína y la heroína”. (Luna-Fabritius, 2015, p. 27).
Los últimos paradigmas que presenta Kraukopf conciben a los adolescentes desde una
mirada positiva, en contraste con el reactivo: los adolescentes como actores estratégicos del
desarrollo, ciudadanos y productores de cultura. Con respecto a ser actor estratégico, este enfoque
“da un valor prominente a la participación juvenil como parte crucial de su desarrollo”. (Kraukopf,
2003, p. 14). En otras palabras, favorece la participación activa de los jóvenes fomentando la toma
de decisiones y prácticas sociales que promuevan su desarrollo cognitivo.
Por último, cuando habla la autora sobre los adolescentes como productores de cultura,
considera que “las culturas juveniles poseen saberes, prácticas y potenciales que pueden contribuir
a la sociedad en general”.
En suma, estos tres últimos enfoques promueven la inclusión social de los jóvenes
haciéndolos sujetos de derechos políticos, civiles, culturales, sociales y económicos, con lo cual
podríamos encerrarlos en un paradigma denominado “Participativo”. Claramente, las
transformaciones que se dieron en los últimos decenios del siglo XX incidieron en la formulación de
este paradigma. Tal como mencionamos anteriormente, los jóvenes comenzaron a tomar conciencia
de las problemáticas que afectaban a las sociedades: guerras, desigualdades e injusticias. Desde
movimientos combativos, como el hipismo o los grupos armados guerrilleros, hasta expresiones
artísticas, como el rock n´ roll, los jóvenes buscaron romper los cánones tradicionales de la sociedad
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capitalista de fines del siglo XIX.
En este trabajo hemos observado cómo los cambios sociales, políticos y económicos fueron
plasmando distintas formas de concebir a los jóvenes: desde un paradigma de transición, en el cual
las sociedad occidentales, en relación con el afianzamiento del capitalismo económico de fines del
siglo XIX, veían esta etapa de la vida como periodo de paso, donde había que preparar a los sujetos
para la adultez; pasando por uno más reactivo, donde los jóvenes y adolescentes son vistos desde
una mirada criminalizante en base a las problemáticas que empiezan a surgir en la segunda mitad
del siglo XX, hasta un paradigma participativo, en el cual estos pasan a ser sujetos de derechos con
la posibilidad de participar activamente en los asuntos políticos, civiles, económicos y culturales. En
suma, estos enfoques van en concordancia con los aconteceres históricos de su época, por lo que
podemos afirmar que las percepciones sobre adolescencia y juventud, responden a los contextos
socio-histórico, tal como afirmamos al comienzo de este trabajo.
Bibliografía
Arce, S. (2015) Algunas reflexiones para entender el proceso adolescente en la Actualidad. Uso
interno de la Carrera de Especialización en Adolescencia. Fac. de Psicología y FFyH. UNC.
Dávila León, Oscar. (Diciembre, 2004). Adolescencia y Juventud: De las nociones a los abordajes.
Última Década, (21), 83-104.
Hobsbawn, E. (2003). Historia del siglo XX. (5º ed.). Buenos Aires: Crítica.