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Id Cendoj: 15030370032002100200
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Coruña (A)
Sección: 3
Nº de Recurso: 610/2001
Nº de Resolución:
Procedimiento: CIVIL
Ponente: RAFAEL JESUS FERNANDEZ-PORTO GARCIA
Tipo de Resolución: Sentencia

Rollo 610/2.001

AUDIENCIA PROVINCIAL

SECCIÓN TERCERA

LA CORUÑA

SENTENCIA

Número:

PRESIDENTE ILMO. SR.

DON JUAN ÁNGEL RODRÍGUEZ CARDAMA

MAGISTRADOS ILMOS. SRES.

DON JUAN LUIS PÍA IGLESIAS

DON RAFAEL JESÚS FERNÁNDEZ PORTO GARCÍA

En La Coruña, a quince de febrero de dos mil dos.

Visto el presente recurso de apelación tramitado bajo el número 610 de 2.001, por la Sección Tercera
de esta Ilma. Audiencia Provincial, constituida por los Ilmos señores Magistrados que anteriormente se
relacionan, interpuesto en los autos de juicio de menor cuantía, procedentes del Juzgado Primera Instancia
número cinco de La Coruña, ante el que se tramitaron bajo el número 396/98, en los que son parte, como
apelante, el demandante DON Millán , mayor de edad, vecino de La Coruña, con domicilio en la CALLE000
NUM000 - NUM001 , representado por el Procurador don Carlos González Guerra, y dirigido por el Abogado
don Ramiro Dulanto Lojo; y como apelada, la demandada "DROGUERÍA VILLAR, SL.", con domicilio en La
Coruña, calle Olmos, 5 y 7, representada por la Procuradora doña María Martí Rivas, y dirigida por el
Abogado don Antonio Fernández Chao; versando los autos sobre nulidad de junta general extraordinaria
celebrada el 28 de mayo de 1.998, y, subsidiariamente, nulidad de los acuerdos adoptados en dicha junta.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- Aceptando los de la sentencia de 15 de enero de 2.001, dictada por la Ilma. Sra.
Magistrada-Juez del Juzgado de Primera Instancia número cinco de La Coruña, cuya parte dispositiva es
del tenor literal siguiente: "FALLO: Que desestimando la demanda presentada por el Procurador don Carlos
González Guerra en nombre y representación de don Millán , asistido por el Letrado Sr. Dulanto Lojo, contra
Droguería Villar, SL. representado por la Procuradora Sra. Martí Rivas y asistido del Letrado Sr. Fernández
Lojo, debo absolver, al demandado de todas las pretensiones de la demanda con imposición de las costas
procesales a la parte actora".

SEGUNDO.- Interpuesto recurso de apelación por don Millán , fue impugnado por la contraparte, con

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el resultado que obra en autos, elevándolos a esta Audiencia Provincial.

TERCERO.- Recibidos en esta Sección Tercera de esta Audiencia Provincial, se formó el


correspondiente Rollo. Habiéndose interesado el recibimiento a prueba en esta alzada en el escrito de
oposición al recurso, por auto de 31 de octubre de 2.001 se denegó el recibimiento a prueba, quedando el
proceso para sentencia, previa designación de Ponente.

CUARTO.- En la sustanciación del presente recurso se han observado las prescripciones legales; y,
siendo Ponente el Ilmo. Magistrado don RAFAEL JESÚS FERNÁNDEZ PORTO GARCÍA.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- Se aceptan los de la sentencia apelada en cuanto no contradigan los que a continuación
se exponen.

SEGUNDO.- Ante todo debe advertirse una errónea práctica procesal. El artículo 461 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil de 2.000 distingue dos posturas que puede adoptar el apelado cuando se le da traslado
del recurso de apelación interpuesto de adverso. Distingue entre el escrito de "oposición" (que es al
recurso), y el escrito de "impugnación" (que es a la resolución, a la sentencia en este caso). Es decir, la
"impugnación" es la antigua adhesión. El apartado cuarto no establece que de todo escrito de contestación
al recurso deba darse traslado al apelante para que lo conteste. Tal previsión sólo rige para el escrito de
"impugnación" (de adhesión). Se le da el traslado para que pueda, a su vez, oponerse al recurso del
inicialmente apelado. Cuando, como en este caso, el escrito del apelado es meramente de oposición, no
procede dar el traslado del apartado cuarto.

TERCERO.- Dados los términos del extenso y confuso recurso de apelación, que es, en la práctica,
una total reiteración de lo expuesto en la demanda, es obligado volver a analizar todas las pretensiones
inicialmente formuladas. La primera es que se declare la nulidad de la Junta General de la entidad
"Droguería Villar, SL." celebrada, con carácter extraordinario, el día 28 de mayo de 1.998. Pero en la
demanda no se invoca un motivo por el que deba considerarse nula la totalidad de la Junta, en cuanto
afecte a normas esenciales de convocatoria, asistencia, y demás de obligado cumplimiento. Por lo que debe
compartirse el fundamento jurídico segundo de la resolución de instancia. Los defectos que se alegan en
cuanto a la redacción del orden del día sólo se refieren a algunos puntos concretos. El motivo tiene que ser
desestimado. Máxime cuando es criterio jurisprudencia¡ que los vicios de convocatoria tienen que ser
denunciados al abrirse la sesión de la Junta, y ninguna objeción se verificó (Ts. 29 de septiembre de 1971,
Ar. 3676; 12 de mayo de 1976, Ar. 2040; 4 de mayo de 1978, Ar. 1639; y 17 de mayo de 1.995, Ar. 3924).

CUARTO.- Subsidiariamente se solicita la declaración de nulidad de los distintos acuerdos adoptados.


El primero se refiere a la propuesta de incremento de capital social en diez millones doscientas mil pesetas.
Parece que se quiere invocar lo establecido en el número primero del artículo 115 de la Ley de Sociedades
Anónimas, al que remite el artículo 56 de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada, por haberse
vulnerado el derecho de información del artículo 51 de este texto legal. Lo que se viene a sostener es que
en una sociedad limitada, compuesta por tres hermanos como únicos socios, cuyo capital social inicial era
de 8.500.000 pesetas, y que en marzo de 1.997 se acordó elevar en otros 8.500.000, en la Junta General
Extraordinaria litigiosa de 28 de mayo de 1.998, se propone un incremento en 10.200.000 pesetas, hasta
fijarlo en un total de 27.200.000 pesetas; cuando, pese a la fecha de la Junta, aún no se habían presentado
y aprobado las cuentas correspondientes al ejercicio 1.997. Y que, solicitada información en la Junta, no se
le facilitó.

QUINTO.- Según consta en el acta notarial de la Junta, el representante del demandante, además de
preguntar si estaban auditadas las cuentas de 1.997, y si existía ya el informe de gestión (recibiendo en
ambos casos respuestas negativas), y al solicitar, en el punto segundo, explicación sobre la propuesta, se le
responde "que es sabido por todos que la sociedad se encuentra sin tesorería y con un crédito hipotecario,
por lo que es conocido que tiene que hacerse esta ampliación de capital para no incurrir en supuestos de
suspensión de pagos o quiebra ".

SEXTO.- Nuestro Tribunal Supremo tiene establecido (Ts. 22 de marzo de 2.000, Ar. 1497; 15 de
diciembre de 1.998, Ar. 9636; y 13 de noviembre de 1.998, Ar. 8823, entre otras muchas) que con el
derecho de información, uno de los más importantes con los que cuenta el socio, se trata de facilitar al socio
un conocimiento directo sobre la situación y gestión de la sociedad. Debiendo destacarse que el artículo 51
de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada permite al socio solicitar, incluso de forma verbal en
el acto de la Junta, cuantos datos estime precisos. Si él considera que determinada información tiene
relación con los asuntos comprendidos en la convocatoria, salvo que fueren peticiones caprichosas, los

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Administradores están obligados a proporcionárselos. No siendo admisible que el Presidente se limite a dar
respuestas vagas, que no aportan claridad y transparencia a las aclaraciones solicitadas. Falta de
información que permite el ejercicio de acciones dirigidas a impugnar los acuerdos, en cuya toma de
decisión se haya obstaculizado o impedido el referido derecho, por nulidad.

SÉPTIMO.- Si bien la respuesta del presidente no es un ejemplo de claridad y precisión, y podría


considerarse insuficiente para el socio ajeno a la marcha de la empresa (o, en este caso para el
representante que acude a la Junta); debe tenerse en consideración que estamos hablando de una
empresa familiar, compuesta por tres hermanos, en la que el impugnante no ha sido ajeno a la
administración y dirección. Conoce su actividad, plantilla, locales, patrimonio, marcha general del negocio,
etc. En este caso concreto, aunque aún no hayan sido auditadas las cuentas del ejercicio 1.997, no implica
que se desconozcan los datos preliminares facilitados por la administración. Y tampoco se hizo uso de la
facultad de solicitar información antes de celebrarse la Junta. Por lo que no puede estimarse que el socio
precisase una información más detallada sobre la real situación patrimonial de la sociedad (aparentemente
abocada a una quiebra técnica) para decidir sobre la necesidad de aportar capital para su sostenimiento. Se
pretende amparar en un aspecto formal para anular el acuerdo, pero no tiene relevancia real, en este caso.

OCTAVO.- Se impugna el segundo punto del orden del día, relativo a la modificación del artículo
quinto de los Estatutos Sociales. Tal acuerdo es una consecuencia del anterior: Si se modifica el capital
social, incrementando el número de participaciones, debe modificarse el artículo de los estatutos que
establece el capital social y el número de participaciones sociales existentes. El motivo de solicitarse la
nulidad parece basarse también en el artículo 115-1° de la Ley de Sociedades Anónimas, por haberse
adoptado con infracción del artículo 51 de Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada, que se invoca
expresamente, argumentado que no se ha presentado un informe por escrito de la justificación de la
necesidad de la modificación estatutaria. El argumento es erróneo, al igual que las citas jurisprudenciales
que se realizan, todas ellas referidas a la Ley de Sociedades Anónimas. La necesidad de informe por escrito
la impone el artículo 144 de la Ley de Sociedades Anónimas, en su apartado 1-a). Pero tal exigencia no
viene recogida en el artículo 71 de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada. Comparando ambos
preceptos, se observa que éste es una mera copia de aquel, salvo, precisamente, en el particular
comentado. Para la modificación de los estatutos de una sociedad limitada no es precisa la existencia de un
informe por escrito previo justificativo de la propuesta.

NOVENO.- También se impugna el tercer punto del orden del día, por considerarlo genérico en su
redacción, y, que no hacía mención alguna a las cuestiones posteriormente tratadas y acordadas, entre
ellas el realquiler de la nave que la demanda tiene arrendada; por lo que se habría infrigido el artículo 46-4°
de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada. Además se destaca que los arrendadores son las
personas físicas de los tres socios, y que la renta establecida es simbólica. En la convocatoria figuraba
como tercer punto del orden del día "Adopción de medidas para limitar gastos de explotación ". En el acta
consta que la propuesta consiste en "que se intente trabajar con productos de droguería y productos
químicos para ir dejando paulatinamente la perfumería, así como hacer la gestión de stocks con código de
barras..., y, en general, reducir personal si fuere necesario, o realquilar la nave que la sociedad tiene
alquilada". El motivo de la impugnación es amplio: En primer lugar que la redacción del punto del orden del
día era tan genérica, que si bien puede justificar la aprobación de las medidas inicialmente indicadas
(variaciones sobre productos explotados), pero que no comprende la reducción de personal (que en todo
caso debe analizarse cada caso en concreto, dadas las altas indemnizaciones que habría que abonar), y
tampoco la posibilidad de realquilar la nave.

DÉCIMO.- El argumento no puede compartirse. Es cierto que se ha proclamado que "los anuncios de
convocatoria de las Juntas Generales han de ser completos y claros, de suerte que incluyan en el orden del
día todos los asuntos a tratar (artículos 45 y 46-4 de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada, de
forma que permitan conocer sin ambigüedades las materias o temas sobre los que la voluntad social viene
llamada a pronunciarse"'; y que el Tribunal Supremo (sentencias de 22 de octubre de 1.974, Ar. 3970; 28 de
enero de 1.984, Ar. 390; 15 de marzo de 1.988, Ar. 2473; y 15 de junio de 1.988, Ar. 5723) viene
estableciendo que la falta de claridad y precisión en el orden del día determina la nulidad de los acuerdos e
incluso de la propia constitución de la Junta. Pero también lo es que no es preciso que los asuntos a tratar
en el orden del día se realice con un meticuloso detalle, y que coincidan en forma plena, absoluta y literal
con los acuerdos que se adopten (Ts. 28 de noviembre de 1.991, Ar. 8573; y 21 de noviembre de 1.994, Ar.
8542). Por otra parte, no debe olvidarse que un anuncio de convocatoria, que va a difundirse en un
periódico de gran circulación, no puede contener un detalle excesivo, máxime en empresas de tipo familiar,
en aras a una lógica reserva e intimidad sobre las cuestiones sociales. Y, en cuestiones como la tratada, el
punto del orden del día tiene necesariamente que estar redactado en términos generales; que, por una
parte, sean lo suficientemente explícitos sobre cuál es la cuestión a debatir; y, por otra, necesariamente

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amplios a fin de que comprenda propuestas que puedan hacerse en el acto, incluso por el socio disidente.
Anunciar que se va a proponer abandonar líneas de productos (perfumería), posibles resoluciones de
relaciones laborales, o realquilar una nave, puede generar en los proveedores y empleados tensiones
innecesarias, con un resultado muy negativo para la sociedad. Por lo que no puede exigirse una mayor
exposición. Cuestión distinta es que, si hubiese acudido personalmente el socio (que se supone tiene un
mayor conocimiento interno de la empresa), pudiera haberse producido un mayor diálogo entre los
partícipes. Situación que no puede darse cuando acude como representante un profesional del derecho,
cuando han existido varios litigios entre los hermanos, con un notario levantando acta, lo que genera quizá
innecesariamente, una tensión en la Junta que la puede desnaturalizar, dadas las dimensiones y
composición del capital.

UNDÉCIMO.- Por último, se impugna el acuerdo adoptado en el cuarto punto del orden del día, por el
que se faculta al Administrador para enajenar bienes inmuebles de la sociedad a precio de mercado. Como
justificación del motivo se aduce que es contrario a lo establecido en el artículo 22 de los estatutos sociales,
dada la genérica autorización, que escapa a todo control por parte de la Junta. Y, por otra parte, que es
perjudicial para la sociedad, porque le priva de su activo más sólido, por lo que se invoca el artículo 115-1°
de la Ley de Sociedades Anónimas, al que remite el artículo 56 de la Ley de Sociedades de
Responsabilidad Limitada.

DUODÉCIMO.- En lo que se refiere al segundo motivo, debe observarse que no existe prueba alguna
que acredite que el acuerdo en sí sea lesivo para la sociedad (incluso parece que es la única salida
económica que tiene). Pero es que el artículo 115-1° de la Ley de Sociedades Anónimas exige, además de
que el acuerdo sea perjudicial, que beneficie a uno o varios socios, o a un tercero. La venta, en sí, no tiene
por qué beneficiar a alguno de los socios, y menos a un tercero. Salvo que se realizase a un precio inferior
al que corresponda. Pero se está autorizando a vender "a precio de mercado". Podrá, en su caso, pedirse
responsabilidades al administrador si la enajenación se realizase a un precio inferior (que es objetivable), o
en unas condiciones tales que resultasen antieconómicas. Máxime cuando el Tribunal Supremo ha
establecido que los acuerdos lesivos para el interés social en beneficio de uno o varios accionistas
necesitan la prueba o demostración del alegado resultado lesivo, o de haberse adoptado los acuerdos con
abuso de derecho, lo que no se ha acreditado (Sentencias de 3 de febrero de 1966, Ar. 308; 28 de
septiembre de 1970, Ar. 3774; 18 de marzo de 1981, Ar. 1011; 10 de febrero de 1992, Ar. 1204; y 17 de
mayo de 1.995, Ar. 3924).

DÉCIMOTERCERO.- El artículo veintidós de los estatutos sociales prevé la necesidad de acuerdo de


la Junta para que el Administrador pueda vender, permutar o enajenar bienes inmuebles. Se pretende con
ello restringir, exclusivamente en el ámbito interno, sus facultades sobre una cuestión tan importante como
es la venta de las edificaciones que poseen en la calle de los Olmos de esta ciudad. Pero el acuerdo de
autorizar a vender, a precio de mercado, es bastante para cumplimentar el requisito. Los estatutos no
exigen, como parece pretender el apelante, que la propuesta incluye el nombre del comprador, el precio que
ofrece y las condiciones de la venta. En tal caso, sería la Junta quien vendiese. Lo que se requiere es que,
para salvar la responsabilidad, se autorice a la realización del negocio jurídico. Lógicamente con unas
condiciones básicas, como son, en este caso, que se verifique por el "precio de mercado'". Concepto que,
pese a lo expuesto por el recurrente, no es tan ambiguo como se pretende, sino que puede ser tasado, con
gran aproximación, por profesionales técnicos en la materia.

DECIMOCUARTO.- Por todo lo anterior, la sentencia apelada debe ser confirmada. No obstante,
dado que la cuestión litigiosa tiene un alcance estrictamente jurídico; y se halla en los límites de la legalidad,
no procede hacer expresa imposición de las costas devengadas en esta alzada (artículo 398 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil).

Vistos los artículos citados, concordantes y demás de general y pertinente aplicación,

Por lo expuesto,

FALLAMOS:

Que desestimando el recurso de apelación interpuesto en nombre de don Millán , contra la sentencia
dictada el 15 de enero de 2.001, por el Juzgado de Primera Instancia número cinco de La Coruña, en los
autos del juicio de menor cuantía, seguidos con el número 396/98, a su instancia contra "Droguería Villar,
SL.", debemos confirmar y confirmamos dicha resolución; sin expresa imposición de las costas devengadas
en esta alzada.

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Así, por esta nuestra sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.-

PUBLICACIÓN.- Dada y pronunciada fue la anterior sentencia por los Ilmos señores Magistrados que
la firman, y leída por el Ilmo. Sr. Magistrado Ponente, en el mismo día de su fecha, de lo que yo, Secretaria,
certifico.-

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