Gracias por despertarme, por hacer que mi cuerpo volviera a sentir, que mis labios renacieran, que

mi cuerpo y mi corazón latieran de nuevo.

He sentido mucho frío, estos meses atrás, y tu conseguiste en unas horas dame calor, encendiste la
hoguera y bailamos alrededor.
Y no me importa, si te vas, y te respeto si te escapas. Si te olvidaste, si decidiste que era mejor sentir
otra piel.
Yo recordaré siempre aquella noche, me la guardare dentro mía, para siempre.
No creas que andaba borracha aquel sábado, hacía tiempo que no estaba tan lúcida.

Hacia tanto que yo no me reía a carcajadas, a carcajadas de verdad, de esas que la gente te mira y
piensas que estas completamente loca.
Tú con tus gafas de Rayban, yo con mi mala leche de resaca, tu contandome tu supuesta hija secreta
y yo creyendome que formaba parte del reparto de cualquier película española.
Y un bús que no quiero que llegue nunca, y ojalá hubieras perdido ese tren, ojalá el destino me
hubiera dejado disfrutarte, un poco más, solo unas horas más..

Hoy me he imaginado caminando por Madrid contigo, me he tumbado en el cesped del Retiro y nos
hemos besado un buen rato, nos hemos emborrachado por Lavapiés y me has desnudado en el taxi
de camino a tu casa.
En la Gran Via, he disfrutado como una niña pequeñita y te he confesado que me gustas en el Km 0.
He esperado tu ramo de rosas y eran rojas tal como imaginaba. Me he puesto roja muy roja, al verte
con el ramo de flores en las manos.

De repente, una melodía de Chaouen me ha despertado, sigo en el Sur, y he rezado así bajito por
que sigas queriendo que en Mayo te visite, porque yo no sea un impulso del momento, porque seas
real en mi vida.