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ACTIVIDAD 2

REFORMA RURAL INTEGRAL Y LA ECONOMIA SOLIDARIA

Valeria Reyes Gómez

ELECTIVA CPC ECONOMIA SOLIDARIA

Bogotá,

Viernes 15 de marzo,

2019.
La terminación de la confrontación armada significaría, en primer lugar, el fin del

enorme sufrimiento que ha causado el conflicto. Son millones los colombianos víctimas de

desplazamiento forzado, cientos de miles los muertos, decenas de miles los desaparecidos,

sin olvidar el amplio número de poblaciones que han sido afectadas de una u otra manera a

lo largo y ancho del territorio, incluyendo mujeres, niños y adolescentes, comunidades

campesinas, indígenas, afrocolombianas, negras, palanqueras, raizales, partidos políticos,

movimientos sociales y sindicales, gremios económicos, entre otros.

El Punto 1 que contiene el acuerdo de paz hace referencia a la Reforma Rural

Integral, que contribuirá a la transformación estructural del campo, cerrando las brechas

entre el campo y la ciudad y creando condiciones de bienestar y buen vivir para la

población rural. La Reforma Rural Integral debe integrar las regiones, contribuir a erradicar

la pobreza, promover la igualdad y asegurar el pleno disfrute de los derechos de los

ciudadanos.

En el marco del presente Acuerdo para la Terminación del Conflicto, la Reforma

Rural Integral, sienta las bases para la transformación estructural del campo, crea

condiciones de bienestar para la población rural y de esa manera contribuye a la

construcción de una paz estable y duradera. A juicio del Gobierno esa transformación debe

contribuir a reversar los efectos del conflicto y a cambiar las condiciones que han facilitado

la persistencia de la violencia en el territorio, como la cuestión no resuelta de la propiedad

sobre la tierra y particularmente su concentración, la exclusión del campesinado y el atraso

de las comunidades rurales. Que si bien este acceso a la tierra es una condición necesaria

para la transformación del campo, no es suficiente por lo cual deben establecerse planes

nacionales financiados y promovidos por el Estado destinados al desarrollo rural integral


para la provisión de bienes y servicios públicos como educación, salud, recreación,

infraestructura, asistencia técnica, alimentación y nutrición, entre otros, que brinden

bienestar y buen vivir a la población rural.

Por esta razón, en el plan de desarrollo propone una estructura territorial que se

desarrolla en las regiones los pilares nacionales y las estrategias transversales de política

que se implementarán durante el cuatrienio. Esta estructura constituye un avance con

respecto al enfoque territorial planteado en el Plan Nacional de Desarrollo, en el cual se

reconocieron las diferencias regionales como marco de referencia para la formulación de

políticas públicas y programas sectoriales. Este plan de desarrollo incorpora un marco para

la identificación y definición de cursos de acción concretos para cerrar las brechas de

desarrollo existentes entre las regiones, los departamentos, sus subregiones, municipios, y

el centro del país. Esta estructura exigió un proceso de construcción participativo, a partir

del diálogo entre la institucionalidad nacional y regional, solo así se puede afianzar la

legitimidad social de las políticas públicas y las relaciones de confianza entre el Estado, sus

distintos niveles de gobierno y los ciudadanos. Para el logro de los objetivos del Plan, se

plantean cinco estrategias “transversales” que aportan a los tres pilares de la paz, la equidad

y la educación; son ellas:

 competitividad e infraestructura estratégicas.

 movilidad social.

 transformación del campo.

 seguridad, justicia y democracia para la construcción de paz.

 buen gobierno.
La gestión de las empresas del sector de la economía social solidaria es la

construcción de esa sociedad inclusiva, equitativa y justa que todos aspiramos. Para ello, se

espera contribuir en una reflexión conceptual sobre los retos y desafíos de este sector como

motor de la trasformación social. Cabe resaltar, que incluir significa integrar, crear, abrir y

diversificar oportunidades dignas, que faciliten el acceso y el mejoramiento de la calidad de

vida de poblaciones y personas marginadas sin acceso a los beneficios que otros gozan. Es

pasar de una sociedad que excluye a una incluyente. Aquí, es donde está el gran reto y la

necesidad de que esta estrategia sea integral y sistémica. No es el papel de un solo actor, el

Estado o la sociedad civil o colegiada, es un Cooperativismo y Desarrollo más justa,

equitativa, tolerante y respetuosa de las diferencias y con mayor oportunidad de alcanzar

bienestar. Incluir, es la construcción de una sociedad que olvida y perdona, generadora de

valor compartido para todos.

De acuerdo a lo expuesto, se evidencia la necesidad de brindar mayor fortaleza al

sector de la economía social y solidaria y para esto es necesario el apoyo del Estado para

que desde políticas públicas articuladas desde los distintos ministerios, brinde

posibilidades de financiamiento de agricultura familiar, agroecología desde el Ministerio de

Agricultura. Esto debería ser apoyado por políticas públicas que asignen partidas al

financiamiento de proyectos de este tipo que tengan articulación con organizaciones de

economía social en el territorio. Todo este trabajo favorece la cohesión social. Las

empresas capitalistas en una economía de mercado, tendrán un papel muy importante en

esta etapa de transición hacia una sociedad que deberá repensar sus valores. La

compensación justa, la apertura de nuevas oportunidades laborales, la responsabilidad

social interna y externa, como una estrategia para compartir valores, serán aportes muy
importantes a este proceso de transformación. Sin embargo, cuando se trata de inclusión

social y laboral, no son las grandes empresas los motores del cambio que se requieren en

una etapa sino que en este sentido, la educación, precisamente el tercer pilar de este Plan, se

concibe como el más poderoso instrumento de igualdad social, pues no solo nivela las

oportunidades de la personas, sino que abre puertas de progreso y mejora la calidad de la

democracia. Una población educada puede aprovechar las oportunidades económicas que

se le presentan, y tiene mayores capacidades para participar en el sistema político, en la

economía de mercado y en la defensa de sus propios derechos.


Bibliografía
 https://www.dnp.gov.co/programas/agricultura/Paginas/mision-para-la-
transformacion-del-campo-colombiano.aspx
 https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Prensa/Articulado-Plan-Nacional-de-
Desarrollo-2018-2022-Pacto-por-Colombia-Pacto-por-la-Equidad.pdf
 http://biblioteca.clacso.edu.ar/Colombia/kavilando/20171018023706/0.pdf

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