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PAPEL DE LA ENFERMERÍA EN LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD.

INTRODUCCIÓN

La enfermería del siglo XXI se encuentra en un punto de inflexión crucial que marcará la pauta de su
futuro desarrollo en plenitud. Esta revolución que garantiza la consecución de reivindicaciones
históricas de la enfermería constituirá un antes y un después en el devenir de nuestra profesión.

Para nosotros los enfermeros, esta erupción de proyectos que nos invita a asumir nuevos retos y
más responsabilidades, nos obliga sin embargo a cada uno de nosotros a contribuir con nuestro
esfuerzo, trabajo y dedicación, a la consecución de nuestras metas como colectivo.

Uno de estos retos es el papel que juega la enfermería en el desarrollo de la Educación para la Salud
(EpS), y es aquí cuando se plantea el que podemos denominar COMPLEJO QPS, es decir:

• ¿QUEREMOS hacer Educación para la Salud? y si queremos,

• ¿PODEMOS hacer Educación para la Salud? y si queremos y podemos,

• ¿SABEMOS hacer Educación para la Salud?

La clave a este enigma que nos plantea el complejo QPS, se encuentra en la que en este caso
denominamos RESPUESTA RAI, es decir:

• ¿Qué ROL queremos desempeñar?

• ¿Qué podemos y debemos ABARCAR?

• ¿Somos capaces de IMPLEMENTAR con eficacia actividades relacionadas con la Educación para la
Salud?
¿QUEREMOS HACER EDUCACIÓN PARA LA SALUD?

ROL de la enfermería
En este punto del complejo QPS el único estamento implicado somos nosotros mismos, los
enfermeros.

El rol que debe desempeñar la enfermería es aquel que implica el desarrollo de todas sus funciones,
la asistencial ampliamente desarrollada, la de gestión, la de docencia y la de investigación.

Para ello necesitamos asistirnos de un soporte básico que nos permita y facilite el logro de estos
objetivos. Esta sólida estructura es la Consulta de Enfermería2. La consulta de enfermería nos
permite gestionar nuestras actividades, como cuando y cuanto (función de gestión), a través de ella
podemos realizar procedimientos y técnicas de enfermería, la consulta de ingreso, la consulta a
demanda y la consulta programada, todo ello engloba la función asistencial. La consulta programada
nos permite a su vez la puesta en marcha de los programas de salud (tuberculosis, VIH, adherencia
al tratamiento, enfermedades crónicas, vacunas, etc.), del counselling o asesoramiento y de la
Educación para la Salud, que forma parte de nuestra función como docentes. Esta sistematización
de nuestro trabajo facilita el registro de todas las actividades y poder cumplimentar así un aspecto
fundamental, la evaluación y a su vez constituye la base científica de futuras investigaciones (función
de investigación).

Para desempeñar este rol que intentamos definir y encuadrarlo en el ámbito de la Educación para
la Salud, hay que tener muy presente qué aspectos lo fundamentan y cómo desarrollarlo, es decir,
definir nuestra función, actitud y aptitud. De esta última hablaremos más adelante.

Respecto a nuestra función debe estar encaminada a facilitar, ayudar, apoyar, motivar y orientar.

Nuestra actitud debe caracterizarse por favorecer la creación de climas tolerantes de entendimiento
que favorezcan la comunicación. Esta es quizás la clave que nos permita desarrollar la Educación
para la Salud en todas sus vertientes ejerciendo el papel que nos corresponde y que por otra parte
se espera de nosotros.

Hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

— Mantener un comportamiento natural.


— Utilizar un lenguaje positivo.
— Ser positivo en nuestras valoraciones.
— Aceptar a las personas y sus situaciones.
— Evitar los juicios previos y las suposiciones.
— Dar a entender nuestro deseo de ayuda.
— Mostrar interés, proximidad y cercanía.
— Fomentar el diálogo entre iguales.
— Profundizar en la investigación de los problemas y sus causas.
— Intentar buscar soluciones conjuntas.
— Ser coherentes entre lo que pensamos, sentimos y expresamos.
— Controlar los sentimientos, las emociones y las fobias.
— Estar dispuestos a saber escuchar.
— Prestar atención al lenguaje no verbal.
— Facilitar la toma de decisiones propias.

¿PODEMOS HACER EDUCACIÓN PARA LA SALUD?

Si hemos decidido que queremos hacerla ejerciendo el rol necesario que acabamos de definir, la
siguiente incógnita a desvelar es si podemos hacerla. En este punto del complejo QPS están
implicados varios estamentos. Sin duda el primero seguimos siendo la propia enfermería a los
equipos médicos y a los centros donde se de la educación para la salud.

Enfermería:

Debe quedar claro desde el principio, no sólo podemos, sino que debemos. Existe una gran
cobertura legislativa que nos indica, como decíamos en la introducción, hacia dónde camina le
enfermería del siglo XXI y en qué consiste esa revolución que nos otorga más autonomía y por tanto
más responsabilidades, entre las cuales se encuentra indudablemente la Educación para la Salud.
Equipo Médico:
La propia dinámica del funcionamiento y composición interna del equipo médico, puede dar lugar a
la aparición de determinados problemas que nos impidan desligarnos de nuestra tradicional
organización en el trabajo, en detrimento de la puesta en marcha de actividades relacionadas con
la Educación para la Salud.

Teniendo en cuenta que las particularidades de cada centro dan lugar a dinámicas propias y por lo
tanto a problemas propios derivados de las mismas, podemos señalar algunos:

— Falta de personal.
— Cargas de trabajo.
— Reparto de tareas.
— Escasa motivación y mentalización.
— No priorización de la actividad.
— Dificultad para trabajar en equipo.
— Falta de apoyo.
— Problemas de relación.
— Considerar la Educación para la Salud una tarea no reglada ni sistematizada.

— Aspectos positivos:

• Fomento de la implantación de la consulta de enfermería.

• Fomento del desarrollo de talleres, programa de mediadores, etc.

— Aspectos negativos:

• Falta de medios personales y económicos.


• Necesidad de unificar criterios y actividades de EpS.
• Creación de registros de estas actividades.
• Unificar los métodos de evaluación.

¿SABEMOS HACER EDUCACIÓN PARA LA SALUD?

Esta incógnita constituye la tercera parte del complejo QPS. Si hemos llegado hasta aquí significa
que hemos dado respuesta a las dos primeras partes del complejo QPS. Hemos decidido que
queremos hacer Educación para la Salud y además estamos seguros de que podemos y debemos
hacerla. Ahora llega el momento de implementar estas actividades y como en las otras partes del
complejo, también en ésta están implicados varios estamentos. La enfermería sigue ocupando un
lugar de privilegio y de nuevo está implicada Instituciones Penitenciarias.

Enfermería:

Debemos prestar atención a varios aspectos que comprometen la implementación de estas


actividades. Qué formación tenemos, el tipo de Educación para la Salud que deseamos realizar y
nuestra propia aptitud.

— Formación: Es necesario estar preparados para:


• Trabajar en equipo.
• Elaborar programas de salud.
• Evaluación de los programas y actividades.
• Formación y manejo de grupos.
• Conocimiento y empleo de técnicas grupales.

— Tipo de educación para la Salud:

• Individual: consulta programada.


• Grupal: talleres, seminarios, charlas, etc.
• Programas: mediadores de salud.
• Técnicas de counselling o asesoramiento.

— Aptitud: Hemos visto anteriormente como el rol de la enfermería se sustentaba en tres pilares
básicos, función, actitud y aptitud. Respecto a esta última que podríamos definir como nuestra
competencia profesional y en relación a la Educación para la Salud se concretaría en el desarrollo
de ciertas habilidades:

• Diálogo y comunicación.
• Manejo de grupos.
• Conducción de reuniones.
• Gestión de los recursos.
• Gestión del tiempo.
• Capacidad de síntesis.
• Adecuación de los objetivos.
• Ayudar a reflexionar.
• Ayudar a tomar decisiones propias.
• Liderazgo paritario.

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