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GUIÓN VIDEO. RELIGIÓN: ¿ANTICUADA PARA LA MODERNIDAD?

Desde hace siglos la religión ha acompañado al hombre en su trayecto de vida, dándole ideologías,
imperativos, modelos y estatus de vida. No se podía imaginar al hombre sin una religión. Por ello en siglos
pasados muchos hombres que cuestionaban la naturaleza de ella eran marginados por aquellos que la
reafirmaban. Esto ocurría por la creencia de que estaban basadas en la realidad, y por ello nos mantenían
bajo su mandato para la consecución de un fin supremo, pero ¿qué ocurrió cuando la ciencia en su
desarrollo, explicaba de mejor manera nuestro alrededor? Hombres como Galileo Galilei, Giordano Bruno
o Johannes Kepler dieron los primeros pasos en ese tipo de pensamiento y fueron perseguidos y
ejecutados por ello.

La religión en la antigüedad era aquel elemento esencial que le permitía al hombre crear conocimientos a
partir de concepciones religiosas, es decir, dar explicaciones a la vida natural y humana, mientras
justificaban los fenómenos que se encontraban dentro de ella. Pero una vez que se vio acosada por el
conocimiento científico, el cual tenía mayor comprobación en la realidad, comenzó a infundir una ideología
más arraigada, más radical, en la que cualquier argumento que se encuentre fuera de Dios es erróneo y
por lo tanto falaz y blasfemo. Afortunadamente esto cambio, la humanidad evoluciono, disolvió este
pensamiento y se liberó con la ciencia, al menos, en escalas notables.

Ahora en la modernidad el ser es libre de elección en cualquier ámbito que se le ponga de frente y en ello
también a la libertad de culto. Pero ¿con esto el valor de la religión, para el hombre moderno, disminuyo?
No hay verdad absoluta en ello, pero si afirmaciones concretas. Su poder, en el sentido estricto de la
palabra, no ha cambiado más sin embargo, si su influencia. Vemos millones de comentarios en las redes
sociales que hablan de esa negación de Dios, de ese rechazo a su ideología antinatural, porque cuando ante
la realidad imponemos un argumento religioso, se vuelve automáticamente falaz (non causa-pro causa).
Esto se debió a lo que anteriormente planteaba, la ciencia ahora es un rango mayor que cualquier creencia
que niegue la realidad, imponiendo la suya. Aquí surge otra interrogante ¿el hombre, en cualquier etapa de
su vida, realmente tiene razones para afirmar que la religión ya no es del todo útil o está siendo participe
de otro error de razonamiento (ad ignorantium, petitio principii)?

El doctor de la iglesia Tomas de Aquino a través de su ética de fines, expresa aquella importancia de Dios
para nosotros los hombres, su creación. Pensamiento que nace del axioma metafísico aristotélico: “Todo
agente actúa por un fin.” Esto lo toma y lo traduce a que la moral del hombre estará siempre determinada
por un fin supremo, que es la perfección, a través de la felicidad; la cual solo estará sustentada por todo
aquello que es un fin y no un medio (es decir, la felicidad hacía aquello que nos conduce por el camino de la
virtud, ergo, el bien). Todo esto siempre y mediante la acción moral de Dios, en palabras de Tomas, Dios
es el único ser que puede colmar el deseo de felicidad del hombre de manera infinita. Razón primordial de
su utilidad y existencia. Y esto persiste aún hoy en día. Dios como motivo de hacer el bien, Dios como
motivo de perfección, Dios como motivo y razón. Lamentablemente esto no abarca a todo ser humano de
raíces modernas, pues millones de feligreses y no feligreses toman entre dientes lo dicho por Cristo para
tergiversar el objeto y fin de los actos del hombre, provocando así, no un bien común sino tan solo y
vanamente un bien como medio. Por lo cual el fin del tomismo no se lleva a cabo, y el propósito de Dios con
los hombres se posterga, y nuevamente la inteligencia nos cuestiona con la pregunta ¿realmente necesito
de una religión? Primera cuestión de consciencia.

Hubo un tiempo en el que a un genio reconocido llamado Albert Einstein le cuestionaron acerca de si creía
en Dios, a lo que el con seguridad respondió: Creo en el Dios de Spinoza. ¿Allí nació la pregunta de muchos
acerca de cómo es este Dios? La concepción se encuentra con bases en su ética, definida como una
filosofía de la naturaleza,

Baruch Spinoza expuso un punto de vista naturalista de la moral, en el cual las leyes morales no son sino
como leyes naturales, es decir, el hombre y su realidad no son dos elementos antípodas sino que forman
parte de un tronco común, a saber: la Naturaleza. Ambas están conectadas entre sí, pero una no puede
ser la razón de la otra por lo que aquí, un agente no actúa en razón de otro agente, en contraparte a la
ética de fines. Y por lo cual aquellas afecciones de la conducta humana no tienen un principio en la
naturaleza ya que como menciona Spinoza, la Naturaleza es siempre la misma y dondequiera su virtud y
potencia de actuar es una y la misma; esto es, las leyes y reglas de la Naturaleza conforme a las cuales
ocurre y se transforma todo, son dondequiera y siempre las mismas, y en consecuencia, una y la misma
debe ser también la vía para entender la naturaleza de las cosas, a saber, la vía de las leyes y reglas
universales de la Naturaleza. Por lo cual los afectos, es decir todas aquellas variantes del comportamiento
humano se siguen de la misma necesidad y virtud de la Naturaleza.

Aquel Dios del que Einstein hablaba era la Naturaleza misma que nos conduce, pero que no es el origen del
comportamiento moral del hombre, en donde no vemos en ella imperativos de conducta más solo leyes y
normas que nos regularan en las relaciones que habremos de crear con la Naturaleza absoluta. En esa
concepción se fundamenta la ética naturalista de Spinoza.

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