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1.

- La compra de Las Bambas y sus modificaciones


Este proyecto de cobre, ubicado en Apurímac, prevé una extracción de 6,9 millones de toneladas de
cobre (450 mil toneladas de cobre anuales).

En mayo del 2013, se concretó la fusión entre Glencore y Xstrata. Como parte de las reglas
antimonopolio de China, se le puso como condición a Xstrata que venda el proyecto de cobre Las
Bambas. En abril del 2014, se confirmó que la empresa china MMG Limited compró el proyecto por
US$ 7 mil millones. Con esta transacción, se hicieron modificaciones en el proyecto.

2.- Modificatoria del EIA sin consulta previa


En su plataforma de lucha, los manifestantes afirman “desconocer la modificatoria del Estudio de
Impacto Ambiental por carecer de sustento legal y social”. En este sentido, exigen que dicha
modificación sea puesta a consulta previa, ya que se trata de comunidades campesinas.

Cuando se conocieron los nuevos dueños de la mina, Noticias SER mostró su preocupación al
respecto.

“Es imprescindible que los nuevos dueños de Las Bambas garanticen plenamente el respeto a los
derechos de las comunidades campesinas y localidades que se encuentran en las zonas de impacto,
así como el respeto a los acuerdos que se han logrado hasta la fecha. Y sobre todo, que el Estado
este muy atento a hacer respetar los estándares ambientales y laborales que la ley señala. Y que
cualquier cambio de gran magnitud pase por la necesaria revisión del estudio de impacto ambiental
del proyecto”, sostuvo en su editorial.
Al respecto, debemos señalar que el artículo 7 de la Ley N° 29785 (Ley de Conslta Previa) indica los
criterios para identificar a los pueblos indígenas y se señala que “las comunidades campesinas o
andinas y las comunidades nativas o pueblos amazónicos pueden ser identificados también como
pueblos indígenas u originarios, conforme a los criterios señalados en el presente artículo“.
Y los criterios objetivos están basados en la descendencia directa de poblaciones originarias, la
permanencia de estilos de vida y vínculos históricos con el territorio, “patrones culturales y modos de
vida distintos a los otros sectores de la población nacional”. “El criterio subjetivo se encuentra
relacionado con la conciencia del grupo colectivo de poseer una identidad indígena u originaria”, indica
la norma.

3.- El retiro de la planta de molibdeno y el mineroducto


Las comunidades también piden el retiro de la planta de molibdeno, ya que la consideran “altamente
contaminante” para el medio ambiente y la salud. El molibdenita es uno de los minerales principales
con valor económico del proyecto. Originalmente, estaba planeada la construcción de un mineroducto
en Espinar. Pero con los nuevos dueños, se canceló esto y se decidió que los minerales (450 mil
toneladas) sean trasladados en camiones por las carreteras ubicadas en la zona de las comunidades
campesinas.

4.- Inclusión de las comunidades


A la exigencia de que sean consultadas por la modificación al EIA, las comunidades también piden ser
incluidas en la zona de influencia del proyecto minero. Se trata de las comunidades que se encuentran
dentro de la Línea de Transmisión Eléctrica (Grau) y la Vía de Transporte de Carga Pesada de los
distritos de Challhuahuacho, Mara y Ccapacmarca.

En junio pasado, David Montoya, jefe de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad de la


(ONDS) de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), se mostró optimista por la supuesta
viabilidad de Las Bambas.
“Ahí se formaron 5 mesas, de las cuales 4 están cerradas porque ya han ido viceministros a firmar con
las comunidades todos los puntos de acuerdo. La única mesa que no se ha cerrado es la que se llama
de responsabilidad social, que es con la minera directamente“, dijo.
Al parecer, el Ejecutivo no esperaba esta protesta, a pesar de que fue anunciada con anterioridad. Si
el Estado y la empresa no atienden sus demandas, las comunidades afirman que no permitirán que el
proyecto se ejecute. “Las Bambas no va”, advierten.

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