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1/2/2019 El hambre en Colombia

Jueves 22 de Diciembre de 2016 Actualizado 3:16 pm.

Horizontes
El hambre en Colombia
Autor: Fernando Uribe Restrepo
7 de Noviembre de 2007

La mala nutrición es casi siempre el resultado de la pobreza que le impide a las personas
adquirir los alimentos en la cantidad y calidad adecuados, en especial para que los niños se
desempeñen normalmente.

Se crea un verdadero círculo vicioso maligno porque la persona sin una alimentación adecuada no produce, el
que no produce acaba siendo un desnutrido y su vida queda en peligro. La desnutrición además, produce un
efecto negativo en el producto interno bruto del país PIB.

Es un problema de inequidad porque entre nosotros la relación de ingresos entre el veinte por ciento más rico de la
población y el cuarenta por ciento más pobre es de 25, mucho mayor que la diferencia que se registra en
Latinoamérica que es de 18. Hay insuficiencia en la oferta de alimentos, los cuales no llegan a la cantidad de
personas que en este país que los necesitan con urgencia. Al parecer falta algún programa práctico para llenar
este vacio, algo como la consigna de hace tiempos de “la huerta casera y la vaca lechera” del Presidente Mariano
Ospina Pérez.

Según la Encuesta Nacional sobre la Situación Nutricional, de hace tres años, que adelantó el

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el 40.8% de los hogares disponían de una alimentación insuficiente, y
el 33% de los menores de edad padecían de anemia. El 12% de los menores de cinco años presentaban retraso
en el crecimiento. Existen meritorios esfuerzos de particulares para dar solución al problema, como el de los Banco
de Alimentos y la Fundación Éxito, pero esa buena ayuda no es suficiente.

La violencia y sus desastrosas consecuencias, entre otras los desplazados que produce, de los que hay muchos
en Colombia, inciden en el problema del hambre puesto que se trata de gente que es arrancada de su terruño, en
donde tenía una forma satisfactoria de mantenerse y de vivir. Los que más sufren son de nuevo los niños y es
sabido que un niño sin una buena alimentación suele tener problemas serios para el aprendizaje y tiende a ser de
menor estatura que los niños bien alimentados. No es bueno el porvenir de un ser humano subalimentado.

El problema en Colombia no es de falta de alimentos, tenemos muchas tierras fértiles que fácilmente podrían
producir muchos alimentos de buena calidad, sino la inequidad porque el ingreso está mal repartido y mucha gente
no obtiene lo necesario para alimentarse bien con su familia, en la cual los que más sufren son por supuesto los
niños, los que más necesitan comer bien, con la disminución que con seguridad van a tener en el futuro, cuando
sean personas mayores. Debemos insistir en el problema de los niños por su repercusión en el futuro del país.

La famosa reforma agraria que podría haber solucionado muchos problemas en la alimentación de la población, no
se ha hecho de una manera radical, como se requiere. En cambio los narcotraficantes la han hecho a su modo
para encontrar en dónde ubicar sus cultivos ilícitos. Se vulnera de manera sistemática el derecho a la alimentación
por la exclusión de muchos de la actividad económica y se pone en peligro cuando se produce el sometimiento de
nuestro sistema agroalimentario a los intereses del comercio internacional.

En la alimentación el déficit de vitaminas y minerales produce lo que se llama el hambre oculta que también hace
estragos en todos, y en especial en los de menor edad. Se produce la desnutrición crónica que hace que la
persona sea más propensa a las enfermedades comunes, a la neumonía; aumenta por supuesto la mortalidad. En
la región de América Latina y el Caribe, pese a que se calcula que produce tres veces más alimentos de lo que
necesita su población, más del 10% de sus habitantes no obtienen el mínimo de calorías necesarias para vivir.

Hay una hermosa oración: “Señor, quienes estamos en esta mesa / te damos gracias por los alimentos que nos
has dado / dales pan a los que no lo tienen / y a nosotros, danos hambre y sed de justicia”. Se refiere por igual a
los que padecen hambre y a todos nosotros que debemos contribuir a solucionar el grave problema del hambre en
Colombia.

El horizonte de Colombia se vería mucho más despejado el día en que toda la población, sin distingos, y en
especial la infantil, tengan una alimentación rica y balanceada.

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