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Enseñanza a Distancia
DISCIPLINA
DOUTRINASBÍBLICAS
Universidad Teológica Internacional
Enseñanza a Distancia
SUMÁRIO
1. CONCEPTO GENERAL ................................................................................................ 3
1.1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 3
2. LA DOCTRINA DE LA TRINDAD ................................................................................. 4
2.1. CONSIDERACIONES FINALES SOBRE LA TRINIDAD .......................................... 8
CUADRO DEMOSTRATIVO DE LA TRINDAD DE DIOS .................................................. 9
3. LA DOCTRINA DE CRISTO - CRISTOLOGÍA ............................................................. 10
4. LA DOCTRINA DEL ESPÍRITU SANTO ...................................................................... 12
4.1. LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO ......................................................................... 12
4.2. ORAR AL ESPÍRITU O EN EL ESPÍRITU ............................................................. 12
5. LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN ............................................................................ 14
5.1. SOBRE LA SALVACIÓN ....................................................................................... 14
6. LA DOCTRINA DEL BAUTISMO ................................................................................. 16
6.1. LA FÓRMULA DEL BAUTISMO ............................................................................ 16
6.2. EL BAUTISMO SALVA Y PURIFICA EL HOMBRE DEL PECADO? ...................... 17
6.3. ¿QUIÉN DEBE SER BAUTIZADO? ....................................................................... 17
6.4. ¿QUÉ SIMBOLIZA EL BAUTISMO? ...................................................................... 18
7. TODOS LOS QUE ACEPTAN A JESÚS COMPONEN LA IGLESIA QUE VA AL CIELO
19
8. LA MISIÓN DE LA IGLESIA DE JESÚS CRISTO ........................................................ 21
9. PRUEBAS BIBLICAS QUE VAMOS AL CIELO .......................................................... 22
10. LA JERUSALÉN CELESTIAL - EL CIELO A DÓNDE LA IGLESIA SERÁ
ARREBATADA ................................................................................................................... 24
11. LA DOCTRINA DE LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE ....................................... 26
11.1. EL CIELO ........................................................................................................... 26
12. ¿QUÉ LA BIBLIA DICHA RESPECTO DE LA DOCTRINA DEL SONO DEL ALMA?
28
13. LA DOCTRINA DE LA CONTRIBUCIÓN PARA LA OBRA DEL SEÑOR ................ 30
13.1. SUBMISIÓN - UN PRINCIPIO DE DIOS ............................................................ 30
13.2. UN PRINCIPIO DIVINO ..................................................................................... 31
13.3. AUTORIDAD DELEGADA: RM 13.1 .................................................................. 31
13.4. ¿QUÉ ES SUBMISIÓN? .................................................................................... 32
13.5. ¿QUIÉNES SON LAS AUTORIDADES DELEGADAS EN LA IGLESIA? ............ 33
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1. CONCEPTO GENERAL
1.1. INTRODUCCIÓN
2. LA DOCTRINA DE LA TRINDAD
Trinidad:
El monoteísmo es una verdad;
La divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, también es una verdad.
Por lo tanto, tenemos un único Dios, pero tres personas.
La Biblia Sagrada dice explícitamente que existe un sólo Dios (Dt 6.4, Mc
12.29-32).
El apóstol Juan, conocido como apóstol del amor, dice en el Evangelio escrito
por él: "La vida eterna es ésta: que conozcan a ti, el único Dios verdadero, ya
Jesucristo, a quién has enviado.” (Jn 17,3).
Juan ha escrito estas palabras del Señor Jesucristo, dejando claro que existe
un único Dios verdadero, en este versículo la expresión Dios Verdadero está
claramente asociada a la persona del Padre. En la declaración del Señor Jesús el
Padre es el único Dios Verdadero. Pero el mismo Juan que escribió el Santo
Evangelio que lleva su nombre, escribió también en su Primera Epístola Universal en
el capítulo 5 y en el versículo 20: También sabemos que el Hijo ha venido, y nos ha
dado entendimiento para conocer lo que es verdadero. Y estamos en lo que es
verdadero, es decir, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
Estas palabras afirman categóricamente la divinidad de Jesús: Él es el Verdadero
Dios y la vida eterna.
Podemos observar que el mismo Juan que escribió en el Cuarto Evangelio,
fue el autor de la 1ª Epístola a la que nos referimos. Por lo tanto, atribuye la palabra
Dios verdadero, tanto a la persona del Padre, como a la persona del Hijo. Esos
textos son pruebas explícitas de que el apóstol Juan conocía la Unidad Compuesta
de Dios, es decir, la unidad de la esencia de Dios como siendo único y verdadero,
compuesto por personas, en este caso: Padre e Hijo.
No estoy diciendo que el Padre sea el Hijo de ninguna manera, sino que el
Padre y el Hijo son dos personas como el mismo Juan declara: Gracia, misericordia,
y paz, por parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Hombre, Padre, serán con
nosotros en verdad y amor (2 Jn 1,3).
Si el Padre es llamado Dios verdadero (Jn 17.3) y el Hijo es llamado Dios
verdadero (1 Jn 5,20), y el Espíritu Santo es llamado Dios (Hechos 5.3.4), y en
Isaías capítulo 43 versículo 10 y Leemos:
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DIOS ESPÍRITU
DIOS PADRE DIOS JESÚS CRISTO
SANTO
E. S. Santificador,Hb.2:
Padre el Santificador
Hijo el Santificador 11 IPd.1: 2
Jo.10: 36
La Biblia nos dice que el Espíritu Santo es una persona de la Trinidad, un ser
personal, inteligente, con voluntad y determinación propia:
Él sonda como cosas profundas de Dios Padre - I Cor.2: 10;
Él habla - Mt.10: 20; At.8: 39; A las 10: 19,20; A.13: 2; Ap.2: 7;
Él enseña - Lc.12: 12; Jn.14: 26; 1 Cor.2: 13;
Él conduce y guía - Jo.16: 13; Rm.8: 14; Él intercede - Rm.8: 26-28;
Él dispensa los dones - I Cor.12: 7-11;
Él llama a los hombres para su servicio - At.13: 2; A las 20: 28;
Se entristece - Ef.4: 30;
Él da órdenes - Hechos 16: 6,7;
Él ama - Rm.15: 30;
Puede ser resistido - At.7: 51.
Vemos claramente que el Espíritu Santo es una persona. ¡Eso es un hecho!
El bautismo con el Espíritu Santo cuando es un cristiano está lleno del Espíritu
(Ef.5: 18) y vive una manifestación sobrenatural de Dios (Hechos 1: 5, At.2: 4, I
Cor.14).
Todo cristiano debe buscar una experiencia con el Espíritu de Dios, pues quién
se relaciona con Él ora mejor y se edifica a sí mismo (1 Cor. 4: 4).
Una experiencia de comunión con el Espíritu Santo era una práctica buscada y
vivida sin día a día de la Iglesia primitiva (At.2: 4, 4:31, 8: 15-17, 10:46, 11: 15-16;
ICor.14: 13-14...).
Ser lleno del Espíritu Santo es una experiencia contínua para el resto de la vida.
El apóstol Pablo explicó con exactitud cuál es la tarea del Espíritu Santo en la
oración:
"También el Espíritu, semejante, nos asiste en nuestra debilidad, porque no
sabemos orar como conviene, pero el mismo Espíritu intercede por nosotros
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5. LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN
Algunos argumentan que el bautismo tiene que ser hecho sólo en el nombre de
Jesús, pero afirmar esto acerca de la fórmula bautismal es una prueba de falta de
conocimiento bíblico y teológico. Quién piensa así creó una fórmula que no existe
modelo en las Escrituras.
La mención del bautismo en el nombre de Jesús (Hechos 2:38, 8:16, 10:48 y 19:
5) se encuentra en pasajes que no tratan de la fórmula bautismal, sino de actos o
acontecimientos hechos en nombre de Jesús, pues todo lo que se hace en nuestras
vidas es en el nombre de Jesús.
Lo que dice el apóstol Pablo en Colosenses 3:17: "Y todo lo que hagas por
palabras o por obras, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando por él gracias a
Dios Padre”. El cristiano cuando se reúne, se reúne en el nombre de Jesús; Cuando
alaba el Dios con cantos, alaba en el nombre de Jesús; Cuando presentamos a un
niño, presentamos en el nombre de Jesús,... y cuando realizamos un bautismo,
realizamos en el nombre de Jesús, pero de acuerdo con la fórmula dada por Cristo:
"En el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo" (Mt.28: 19).
Los textos del libro de Hechos sólo nos muestran esa realidad y no una fórmula
bautismal, vea:
Hechos 2:38 - "En el nombre de Jesucristo";
Hechos 8:16 - "en nombre del Señor Jesús.".
Si estos pasajes revelar la fórmula bautismal, serían iguales, pues cualquier
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fórmula es estandarizada.
Lo que la Palabra está diciendo es que las personas eran bautizadas en la
autoridad del nombre del Señor Jesús, aun porque no es posible que Pedro, poco,
después de la orden de Jesús, en Mateo 28:19, actuara de modo tan diferente,
alterando la fórmula bautismal.
Los que deben pasar por las aguas del Bautismo son aquellos que creyeron en la
Palabra, se arrepintieron de sus pecados y querían vivir una nueva vida (Mc. 16: 16,
H.2: 38, Rm.6: 4). Los niños están exentos de esa ordenanza, pues de los tales es el
Reino de Dios (Mt.19: 14).
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"... que también ahora, por una verdadera figura, el bautismo..." (I Pe.3: 21).
“Fuimos, pues, sepultados con él por el bautismo en la muerte..." (Rm.6: 4).
El bautismo es una figura de lo que sucede con nuestras vidas. Es un símbolo de
nuestra muerte y resurrección con Cristo, pues Jesús murió por nosotros y, por la fe,
morimos con él en aquella cruz. Hoy vivimos en novedad de vida, crucificado a
nuestro viejo hombre (Gálatas 19: 19-20).
"... y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella" (Mt.16: 18).
Entendemos que el significado amplio de la terminología "Iglesia" es: "Los
llamados hacia fuera (del mundo) para ser santos (separados)".
En el N.T, el término designa al conjunto del pueblo de Dios en Cristo, que se
reúne como ciudadanos del reino de Dios (Ef.2: 19), con el propósito de adorar a
Dios (Jn. 4: 23-24).
La palabra Iglesia puede referirse a una Iglesia local (Mt.18: 17, Hch.15: 4) o a la
Iglesia en el sentido universal (Hechos 16: 18, A. 20: 28, Ef.2: 21-22).
La Iglesia está compuesta por hijos de Dios a través de Jesucristo (Jn.1: 12) que
vivirá en los cielos con Él (Hb.12: 23).
La palabra "primogénitos" está en el plural indicando que todos los hijos de Dios
componen la Iglesia que está en los Cielos.
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"Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el
poder de convertirse en hijos de Dios" (Jn.1: 12).
"Pero habéis llegado al Monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la
celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la universal asamblea e
iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios, el juez de todos,
a los espíritus de los justos hechos perfectos.” (Hb.12: 22-23).
"y sujetó todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las
cosas a la iglesia, que es su cuerpo, el complemento de aquel que cumple todo en
todas las cosas" (Ef.1: 22).
"..., sepan cómo se debe proceder en la casa de Dios, la cual es la iglesia del
Dios vivo, columna y este de la verdad" (I Tm.3: 15).
“…pero Cristo lo es como Hijo sobre la casa de Dios, la cual casa somos
nosotros, si tan sólo conservamos firmes hasta el fin nuestra confianza y la gloria de
la esperanza "(Hb.3: 6).
La comprensión de los textos anteriores es simple. Usted acepta a Jesucristo
como su Salvador y se convierte en hijo de Dios. Al convertirse en hijo, usted es
transformado en la casa de Dios, en la morada del Espíritu Santo (I Co.3: 16) y
siendo "Casa de Dios" usted es automáticamente la Iglesia de Jesucristo en la
Tierra.
Esta Iglesia representa el cuerpo del Señor moviéndose en la tierra y haciendo la
obra del Padre. Es lógico que cuando Jesús vuelva a buscar a su Iglesia (Jn.14: 1-3,
I Ts.4: 13-18), Él no va a llevar una parte de su cuerpo y dejar la otra, pero como dijo
Pablo; "estaremos con Él" (Fp.1: 23). En aquel día será una gran fiesta entre el novio
y su "Iglesia de la novia" (II Co.11: 2, Ef.5: 23-27).
El Apóstol Pablo escribió la mayor parte de las epístolas del NT y nunca hizo
separación entre el pueblo que servía a Dios, pero siempre llamaba a todos los
siervos de Dios de la Iglesia de Jesús y mostraba la certeza de un día estar con el
Señor, fiel y esté listo para el toque de la trompeta. (Lea: Rm.16: 16, I Co.1: 2, I
Co.16: 19, II Co.1: 1, Gl.1: 2, Cl.4: 15, I Ts.1: 1, II Ts.1: 1, I Tm.3: 5, I Tm.5: 16, Fp.1:
2).
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Entre las muchas promesas hechas por Jesús, se destaca la del rapto. Jesús
dijo: "Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré para mí
mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis." (Jn.14: 3).
La Biblia en varios lugares habla del cielo y de nuestra ida hacia ese lugar
glorioso.
A continuación veremos algunos de estos versículos:
"Después de estas cosas miré, y he aquí una gran multitud, que nadie podía
contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que estaban de pie
delante del trono y en presencia del Cordero, llevando largas vestiduras
blancas, y con palmas manos."(Ap. 7: 9).
"Bienaventurados los humildes de espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos" (Mt.5: 6).
"Bienaventurados los que son perseguidos por la justicia, porque de ellos es
el reino de los cielos" (Mt.5: 10).
"Alegraos y exulta, porque es grande vuestro galardón en los cielos, porque
así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros" (Mt.5: 12).
"No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí, en la casa
de mi Padre muchas moradas hay, si así no fuera, yo os lo hubiera dicho, voy,
pues a preparar lugar para vosotros, y si me fuere y os preparare lugar,
vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros
también estéis."(Jn.14: 1-3).
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas
y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. (Mt. 5: 20).
"El primer hombre, siendo de la tierra, es terreno, el segundo hombre es del
cielo" (1 Cor.15: 47).
"Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se
deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna,
en los cielos.Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de
aquella nuestra habitación celestial"(II Cor.5: 1-2).
"Conozco a un hombre en Cristo que hace catorce años (si en el cuerpo no
sé, si fuera del cuerpo no sé, Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer
cielo" (II Cor.12: 2).
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La Iglesia será arrebatada al cielo que es lo mismo que Jerusalén celestial, lea:
"sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén
la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los
espíritus de los justos hechos perfectos."(Hb.12: 22-23).
En esta ciudad celestial vivimos con Jesús por toda la eternidad. El patriarca
Abraham tenía esa misma esperanza; "Por la fe peregrinó en la tierra de la promesa,
como en tierra ajena, habitando en tiendas con Isaac y Jacob, por la fe, Abraham
siendo llamado, obedeció, saliendo a un lugar que había de recibir por herencia, y
salió, sin saber adónde iba., herederos con él de la misma promesa, porque
esperaba la ciudad que tiene los fundamentos, de la cual el arquitecto y edificante es
Dios "(Heb. 11: 8-10).
Abraham sabía que la tierra que le había prometido, aquí en el mundo, no era el
final de su viaje, por el contrario, el fin era más allá, en la ciudad celestial, que Dios
había preparado para sus siervos fieles.
Abraham sirve de ejemplo a todo el pueblo de Dios (Gálatas 3: 14); debemos
reconocer que estamos apenas de paso en este mundo, caminando hacia nuestro
verdadero hogar en el cielo.
No debemos pensar en seguridad plena en este mundo, ni quedarnos fascinados
por él como lo hacen los mundanos (Heb. 11: 13). Debemos considerarnos
extranjeros y exiliados en la tierra. Esta no es nuestra patria, sino territorio
extranjero; el fin de nuestra peregrinación será una patria mejor (Hb.11: 16, Fil.3:
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11.1. EL CIELO
"muerte" es separación.
La muerte material significa separación del cuerpo y del espíritu. La muerte
espiritual significa la separación del hombre y de Dios. Cuando muero, no dejo de
existir, pero de hecho mi alma y mi cuerpo están separados.
La Biblia dice sobre la situación de los muertos que sus cuerpos retornaron al
polvo, aguardando la resurrección: "Y muchos de los que duermen en el polvo de la
tierra resucitar, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y desprecio eterno".
(Daniel 12:02);
El alma del impío va al Hades (Sheol en hebreo) que significa lugar de tormento,
el alma del justo vuelve a Dios. (Lucas 16:19 al 31).
No se equivocan, el cielo es un lugar real. No es un estado de conciencia. Ni una
invención de la imaginación humana. Ni un concepto filosófico. Ni abstracción
religiosa. Ni un sueño emocionante. Ni las fábulas medievales de un científico del
pasado. Ni la superstición desgastada de un teólogo liberal. Es un lugar real. Un
lugar mucho más real que donde estás ahora... Es un lugar real donde Dios vive. Es
el lugar real de donde Jesús vino para este mundo. Y es un lugar real para donde
Cristo volvió en su ascensión - con toda certeza!
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embargo, bendecimos al Señor desde ahora y para siempre. ¡Aleluya! "(Sal 115.17-
18).
Finalmente, los versículos citados arriba que demuestran que el alma de los
cristianos va inmediatamente a la presencia de Dios y disfruta de la comunión con Él
allí (IICo 5.8; Fp 1.23 y Hb. 12.23) indican a todos que el cristiano tiene conciencia y
comunión con Dios inmediatamente después de la muerte. Jesús no dijo: "Hoy ya no
tendrás más conciencia de nada que esta sucediendo", sino "Hoy estarás conmigo
en el Paraíso" (Lc 23.43).
Ciertamente el concepto de paraíso en aquella época no era de existencia
inconsciente sino de existencia de gran bendición y de regocijo en la presencia de
Dios. Pablo no dijo: "Tengo el deseo de partir y quedarse inconsciente por mucho
tiempo", pero sí "tengo el deseo de partis y estar con Cristo" (Fp. 1.2 3) - y sin duda
él sabía que Cristo no era un Salvador inconsciente, adormecido, sino alguien que
está vivo, activo y reinando en el cielo.
El estar con Cristo era disfrutar de la bendición de la comunión de su presencia, y
esa es la razón por la que partir y estar con él era incomparablemente mejor (Fp.,
1.23). Por eso él dijo: "Preferiendo dejar el cuerpo y habitar con el Señor" (II Co. 5.8).
Apocalipsis 6: 9-11 y 7: 9-10 también muestran claramente las almas de los
muertos que fueron al cielo orando y adorando a Dios: "Clamaron en gran voz,
diciendo: Hasta cuando, oh Soberano Señor, santo y verdadero, no juzgas, ni
vengan nuestra sangre de los que habitan sobre la tierra?". Y ellos fueron vistos "de
pie, delante del trono y delante del Cordero, vestidos de vestiduras blancas, con
palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: A nuestro Dios, que se
asienta en el trono, y al Cordero, pertenece la salvación "(Ap 7: 9-10).
Todos estos versículos niegan la doctrina del "aniquilacionismo" o "sueño del
alma", pues dejan claro que el alma del cristiano experimenta comunión consciente
con Dios en el cielo inmediatamente después de la muerte.
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El principio de autoridad delegada es que rige todas las relaciones del hombre
con el hombre, así como del hombre hacia Dios. Todas las cosas están debajo de
este principio, nada está suelto.
Este es un principio de orden y paz, nunca de confusión. Dios creó todas las
cosas, pero al rebelarse, Lucifer generó la confusión. Y, peor, está llevando a todos
los hombres a vivir bajo el principio de rebelión.
¿Cómo funciona el principio de autoridad delegada? En la Trinidad tenemos
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que el Padre es igual al Hijo, que es igual al Espíritu Santo. En esencia los tres son
iguales. Sin embargo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son diferentes en las
funciones.
El Padre envió al Hijo (Juan 4.34); El Hijo vino (Jn 16.28); El Hijo fue
obediente al hombre. Padre (Juan 8.29); El Hijo envió al Espíritu Santo (Jn 15,26;
14.26); El Espíritu Santo vino (Hch 2.16-17); El Espíritu Santo es obediente al Hijo
(Jn 16.12-15).
La Trinidad es la fuente de toda la verdad. Este principio divino se encuentra
en todas las relaciones establecidas por Dios. Tenemos que en una familia el padre
es igual a la madre, que es igual a los hijos. Lo que ocurre en la familia, el padre es
"la cabeza" y la madre la ayudante. Ellos son iguales, tienen el mismo valor para el
Señor, pero tienen funciones diferentes.
Hay una tendencia a pensar que someterse es ser inferior. Jesús nunca fue
inferior o menor que el Padre por el simple hecho de ser sometido. Por el contrario,
Jesucristo tiene el nombre que está por encima de todo nombre (Fp 2.9). Tenemos
que entender que entre iguales hay una relación de autoridad y sumisión. Esto forma
parte del orden divino. Las autoridades delegadas están en todas las áreas de
nuestras vidas. Un discípulo del Señor debe, donde esté, buscar quién es la
autoridad delegada para someterse a ella.
Sólo existe un camino para la sumisión, caminar como Cristo anduvo (1 Jn 2,6). Es
nuestro modelo. Y, "aunque siendo Hijo (Jesús hombre), aprendió la obediencia por
las cosas que sufrió" (Hb 5.8).
Sin sumisión nunca llegaremos al blanco. No estaremos siendo cooperadores
del Señor. Si alguien es independiente, rebelde, no es miembro del cuerpo, pues
siendo miembro será siempre dependiente, sumiso. ¿Cómo puede un miembro
subsistir en el cuerpo si no se somete a las órdenes de la cabeza? Así tampoco
nosotros podemos subsistir en el cuerpo de Cristo si no estamos sujetos a las
autoridades delegadas.
Cuando una mujer no se somete a su marido, o cuando un hijo no obedece a
su padre, o cuando el empleado no acata la orden de su jefe, o cuando el discípulo
no se somete al liderazgo, es porque están llenos de sí mismos. Quién está lleno de
Cristo está lleno de obediencia. El evangelio del reino aniquila con la independencia
del hombre, así como con la rebeldía: hace del hombre un ser sumiso.
a) Cristo: Ef 1.20-22.
b) Palabra: Mt 7.24; 15.10; Cl. 3.16-17. Nadie puede decir que es sumiso a Cristo y
su iglesia si no obedece la palabra del Señor.
c) Apóstoles: At 2.42; 20.17; 2Ts 3, 4, 6, 10, 12; Tt 1.5. Los apóstoles
determinaban la doctrina y usaban ampliamente la autoridad que Dios les había
otorgado. La iglesia continúa necesitando ese ministerio. Continúa necesitando
que los apóstoles ordenen todo, establezcan el reino de Dios con claridad y
firmeza.
d) Pastores: Ef. 4.11, 1Tm 5.17. Estos, como los apóstoles, profetas y evangelistas,
son ministerios específicos de gobierno y tienen la responsabilidad de mantener
la enseñanza, la visión, la doctrina siempre firmemente clara, cuidando para que
no pierdan su consistencia, y se queden firmes.
e) Paterna: Ef 5.22-24; 6.1-3; 1Co 11.3. El hombre es la cabeza, autoridad
delegada por Dios en su hogar, porque el Señor así lo constituye para el
desarrollo armónico de la familia. El hombre no debe ser "dictador" ni tampoco un
"flojo". Él mismo debe ordenar, gobernar su casa dentro de los principios divinos,
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con amor.
La cabeza siempre debe buscar escuchar el punto de vista de su esposa. Y la
mujer debe dejar con el marido la responsabilidad de la decisión. La mujer y los hijos
necesitan la protección y la autoridad del esposo y padre en todas las áreas de sus
vidas. Es así como Dios determinó, aunque él, marido o padre, sea incrédulo.
Los que nos guían: 1Co 16.16; 1Ts 5.12-13; Hb 13.17. Todos deben estar
ligados por "juntas" o "ligamentos", en el cuerpo de Cristo (1 Cor 12.12-13). Los que
nos unen al cuerpo, nos presiden y nos hacen conocer las órdenes de la cabeza,
nos enseñan y nos conducen, guiándonos en el camino del Señor, sin
necesariamente ser pastores. Esto hace un cuerpo cohesivo y firme.
f) A los demás: Ef 5.21; 5.5. Esto embellece la casa de Dios. Libera a la iglesia de
una jerarquía religiosa. Todos se comunican entre sí compartiendo la palabra del
Señor, aconsejando o incluso corrigiéndose unos a otros.
El principio de la autoridad debe ser respetado y vivido cotidianamente, pues
es un principio de Dios que, practicado, es una bendición. Abandonado, no
respetado, podrá redundar en maldición. David, sumiso a la autoridad de Dios, fue,
por Él, considerado el hombre según su corazón. Fue una bendición.
"Todo hombre esté sujeto a las autoridades superiores, porque no hay
autoridad que no proceda de Dios, y las autoridades que existen han sido instituidas
por él.” Rm 13.1.