Taller 1 – Película “Contagio”

Objetivo:

Identificar el proceso de una epidemia y las medidas que se adoptan de acuerdo a

la severidad de ésta.

La película Contagio evidencia el inicio, la expansión y tratamiento de una

enfermedad con alto grado de contagio. En primera instancia difícil de ser
identificada, pero finalmente diagnosticada como meningoencefalitis 1, ocasionada
por el virus MEV – 1. El cual procede de una mutación entre los virus de las especies
animales murciélago y cerdo. La epidemia se transfirió de individuo en individuo a
través de “fómites”, es decir por contacto directo. Las superficies de mesas, botones
de ascensores, perillas de puertas, saludos de mano, etc. El origen de la expansión
de la epidemia tiene inicio cuando el cocinero del casino corta la carne del cerdo
infectado con el virus de murciélago y se limpia la sangre en el delantal. A
continuación, se toma una foto con la mujer procedente de Estados Unidos, quien
queda infectada y de manera sucesiva mediante el contacto entre los presentes
algunos asistentes al casino quedan también infectados. Se observó, también, que el
número de pacientes que adquiría el virus creció junto al pánico de la población. El
Centro de Control de Enfermedades optó por tomar medidas de prevención, tales
como el cierre de escuelas, aeropuertos, y centros de gran concurrencia pública,
poner en alerta y cuarentena a las ciudades donde se empieza a registrar la
enfermedad, el aislamiento de “posibles contagiados”, mientras se trabajaba en la
búsqueda de la vacuna para contrarrestar la enfermedad. Sin embargo, como
consecuencias del terror al mismo virus y a la información compartida en blogs por
la prensa amarillista con ninguna base científica, la población, evidentemente no
preparada para afrontar un acontecimiento infeccioso de tal calibre, entra en
desesperación, olvidando toda práctica de ética y ciudadanía. Se procede entonces
al saqueo de supermercados, colapso de carreteras y vías principales y la
propagación de la idea sobre una supuesta “cura”.
Considero que de acuerdo a las posibilidades y al contexto espaciotemporal del
inicio de la epidemia el Centro de Control de Enfermedades tomó las medidas de
prevención básicas, pero se dejó notar que, incluso, los países primermundistas no
se encuentran preparados para manejar una epidemia tan agresiva como lo fue, en
este caso, la meningoencefalitis 1. Faltaron medidas que respaldaran el cuidado de
la salud mucho antes del inicio de esta enfermedad y simulacros relacionados a
eventualidades de este tipo. De haberme encontrado en posición de ministro de
salud en una situación como esta, a los primeros signos y síntomas de la enfermedad
hubiera cerrado de primera mano todo nexo de transporte con otros países para
evitar la expansión del virus. Se hubiera procedido a explicar e informar en lenguaje
sencillo y paso a paso la situación que se atravesaba, las medidas de prevención y
las consecuencias de no seguirlas. Así mismo, hubiera sido importante dividir las
unidades médicas en distintos establecimientos para contagiados, posibles
contagiados y no contagiados. Esto con el fin de salvaguardar la salud de pacientes
oncológicos, inmunodeficientes, recién nacidos y población vulnerable.