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Nombre: Paula Daniella Restrepo Galvis

Fecha: 26/03/2019

Comportamiento potencial de la economía mundial

El comportamiento económico de un país depende de distintos factores que involucran la


política fiscal y monetaria, además de los externos, tales como comercio internacional, tipos
de cambio, etc. En el siguiente trabajo se expondrán las expectativas sobre la manera en que
se desarrollará la economía global a lo largo del 2019, reflejado en diferentes indicadores
como el crecimiento económico (PIB), la tasa de inflación, la demanda agregada, inversión,
etc.
En el caso de Argentina, que ha mantenido una trayectoria recesiva, se evidencia una
amenaza en el frente fiscal y una política monetaria frágil debido al comportamiento de la
inflación que ha superado el 50% y se espera que para el cierre del 2019 alcance el 35,7%.
El indicador del PIB se espera que en el cierre en 2019 llegue al -0,5%, lo que demuestra un
debilitamiento en su crecimiento económico. Se espera que el 2019 salga de la recesión y
para el 2020 entre en un ciclo de recuperación, en donde la economía comienza a despegar
gracias a la demanda interna, actividad de construcción, actividad manufacturera e inversión.
La tasa riesgo país ha ido en crecimiento desde enero del 2019, lo que concuerda con el
periodo de recesión y altas tasas de interés que afectan negativamente a la confianza inversora
del extranjero. Para el 2018 el crecimiento tanto de las exportaciones e importaciones alcanzó
niveles negativos y para el 2019 aún no se ha presentado una recuperación significativa.
También se debe considerar el escenario electoral que acompaña el proceso recesivo y
muestra incertidumbre. Con respecto a la inversión, una pérdida en la confianza podría estar
dada a incumplimiento en las metas fiscales del FMI, flojo anclaje de las expectativas que
podría generarse por un comportamiento inflacionario, una producción que no alcance los
niveles esperados, la corrección baja o nunca del déficit en cuenta corriente, impactos bajos
sobre el índice de tipo de cambio real y el aumento de incertidumbre política, que implique
la no continuidad del modelo y retroceda avances fiscales.
Para Brasil, se espera un crecimiento del 2,4% en el 2019, que será impulsado por factores
domésticos, el crecimiento en el consumo privado y la inversión, su inflación rondará el 4%,
que se encuentra dentro de su meta de inflación, la tasa de política monetaria del 6,5% en el
2019. Durante este año Brasil se encontrará en un periodo de recuperación. La inversión se
halla dentro de un escenario favorable, al incrementar su adquisición de activos físicos, medio
por la Formación Bruta de Capital Fijo, además de que la inversión directa en el país presenta
una trayectoria creciente y el crédito empresarial para finales del 2018 también incrementó.
El consumo privado incrementa acompañado con el índice de confianza del consumidor. El
tipo de cambio (Reales – Dólar) cerrará en el 2019 en R$3,70. El déficit fiscal como
porcentaje del PIB mejorará en el 2019, en un escenario pesimista del -6,5% con un
crecimiento del 1,9% y uno optimista del -4,7% con un crecimiento del 2,4% más una serie
de concesiones en la subasta en el sector petrolero y de Telecom., que representan un valor
mucho más favorable en comparación con el 2018 que cerró con un -7,1%.
Con respecto a Chile, el crecimiento económico depende del sector no-minero y la inversión,
se espera una inflación del 2,6% en el 2019. La economía chilena se encontrará durante este
año en una fase de desaceleración y se espera un crecimiento menor para el 2020 comparado
con el 2019. La inversión juega un papel protagonista en el crecimiento económico al
incrementar a finales del 2018.
En el caso de Colombia, se espera un lento ritmo de recuperación para el 2019, un crecimiento
económico del 3,3% y para el 2020 uno del 3,5%, se tendrá una inflación el 3, 33% para este
año que gira alrededor de la meta inflacionaria fijada por el Banco de la República del 3%,
por lo que no genera mayor preocupación. Se pronostica que actualmente se está saliendo de
un ciclo recesivo en donde se consolida el crecimiento acompañado de un impulso monetario
e inflación controlada, para entra en uno expansivo hacia el año 2020, en donde el
crecimiento alcanzará el potencial, gracias a la demanda interna e inversión. Se espera una
tasa de cambio con respecto al dólar estable alrededor de los COP$ 3000 y COP$ 3200.
En México, se estima un crecimiento económico del 1,5% para el 2019 y un 1,8% en el 2020.
Su inflación para el 2019 es de 3,7% se encuentra dentro del rango de tolerancia que es 3%
+/- 1%, sin embargo, l preocupación surge por su resistencia a converger hacia la meta. Se
tiene una tasa de política monetaria del 8,3% para este año y tras el doble downgrade a
Pemex, el riesgo de crédito soberano vuelve a estar sobre la mesa. Se espera para el 2019
encontrarse en un ciclo con desaceleración y debilitamiento económico, pero en el 2020 uno
de recuperación. Se le apuesta al crecimiento de la confianza del consumidor para dinamizar
su crecimiento, que dese el 2018 ha incrementado; se evidencia en la división sectorial que
el sector manufacturero es el de mejor comportamiento, comparado con la minería y
construcción. La inversión no será la fuente de crecimiento económico dado su
comportamiento volátil y poco favorable, siendo su trayectoria negativa; mientras el
consumo privado se fortalece a pesar de su disminución en bienes nacionales.
Para Perú, se espera un crecimiento fuerte, inflación estable y tasas bajas. El crecimiento
económico este 2019 será de 3,6% gracias al gasto privado, inflación de 2,25% y tasa de
política monetaria del 3%. Perú se encontrará dentro de una fase de recuperación económica
para el 2019 y entrará en un ciclo expansivo para el 2020. El gasto privado incrementará para
este año, compuesto por consumo privado e inversión dada la creciente confianza empresarial
que se ha venido presentando, el gasto público por su parte disminuirá dada la baja inversión
y las exportaciones no tendrán protagonismo dentro de su crecimiento económico. La
confianza del consumidor también ha mostrado niveles favorables al igual que el crédito de
consumo; el empleo formal ha disminuido este año con respecto al 2018 y el informal va en
ascenso. La cuenta corriente como porcentaje del PIB mantendrá un comportamiento estable
de -1,6%. La participación de extranjeros en la tenencia de Bonos Soberanos Peruanos
presenta una trayectoria creciente, lo que indica la posición favorable de Perú ante el mercado
extranjero.
Ahora se analizará el comportamiento de las economías desarrolladas, que han presentado
un crecimiento económico similar, así como las trayectorias de su inflación que ha sido
decreciente desde el 2018.
Comenzando por Estados Unidos, el crecimiento económico esperado para el 2019 será del
2,5% y para el 2020 del 2%, su inflación será del 2,2% para este año, que gira alrededor de
su meta inflacionaria, por lo que se mantendrá controlada. Luego de pasar de una fase
expansiva a un ciclo de desaceleración, en este año la economía se debilitará por el menos
estímulo fiscal y en el 2020 se presentará una desaceleración bastante marcada si llegar a ser
una recesión. El consumo es el factor que se encargará de dinamizar la economía, según los
datos, las expectativas del consumidor son crecientes y el ingreso personal, así como el
ahorro presentan trayectorias estables y favorables. Luego de la crisis financiera del 2008
que dio como resultado una recesión, la brecha del desempleo ha seguido un comportamiento
negativo sostenido. El crecimiento salarial no ha aumentado en gran medida, pero su
trayectoria es positiva. La inversión en capital ha ido en detrimento desde el 2018. El tipo de
cambio del dólar se encuentra en depreciación desde el 2018 y es el pronóstico para el 2019.
Con respecto a Europa, el crecimiento económico para el 2019 se espera que sea del 1,3% y
para el 2020 sea del 1,6%. La inflación será del 1,4% para este año, la cual se encuentra por
debajo de la meta inflacionaria del 2% y para el 2028 se espera que incremente a 1,6% aunque
este no es suficiente. Se encuentra al igual que Estados Unidos, en un periodo de
desaceleración, luego de pasar de una fase de expansión. El crecimiento económico este año
se moderará gracias al debilitamiento de la demanda interna, y en el 2020, aunque se
recupera, existe incertidumbre por entorno político. Uno de los riesgos que se presentan es la
salida del Reino Unido de la Unión Europea además del debilitamiento de su economía. El
PMI manufacturero refleja y coincide con los resultados del crecimiento económico debido
a que presenta una trayectoria negativa. El volumen de exportaciones ha ido en descenso lo
cual no es favorable para la economía. El cambio de gobierno de España e Italia podría tener
un efecto positivo para el mercado, en términos de confianza.
En el Reino Unido, se espera un crecimiento económico para este año del 1,5% y para el
2020 del 1,6%, siguiendo la trayectoria de Europa, además de que la extensión de la toma de
decisión del Brexit reduce las expectativas de crecimiento. La inflación se mantendrá en el
2% que corresponde a la meta inflacionaria del Banco Central. La economía se encontrará en
una fase de desaceleración. En el 2020 se espera un enfoque de Hard Brexit, en donde el
Reino Unido no va a renunciar a su control de fronteras y va a impedir la libre circulación de
trabajadores con otros países de la UE y dado que las posiciones alrededor del Brexit se
encuentran divididas, esto implica un retraso en lo que inevitablemente sucederá.
Para Japón, su crecimiento económico será del 0,7% en el 2019 que se espera el mismo para
el 2020 debido a que tanto el consumo, la industria como las exportaciones se encuentran
debilitadas. Su inflación se encuentra para este año en el 1,3% y se espera que en el 2020 sea
del 0,6%, lo cual se encuentra por debajo de la inflación objetivo del 2%, a pesar de que han
intentado dinamizar la economía con la implementación de tasas de interés negativas, con el
fin de incentivar los préstamos hacia el sector privado, así como la demanda agregada. Su
economía se encuentra en una fase de desaceleración al borde de la recesión. La confianza
del consumidor es negativa, lo que no impulsa el consumo por parte de los hogares. El sector
industrial se ha deteriorado, con una disminución de la producción y las exportaciones, así
como de la inversión en capital.
Se espera un crecimiento económico de China del 6,2% para este año y una inflación del
2,2%. Para el 2019 y 2019, la economía china se encontrará en una fase de desaceleración.
La producción industrial se encuentra en decrecimiento, así como la inversión de capital, lo
que implica pocas señales de dinamismo, así como si PMI manufacturero no expone un
escenario favorable. El sector inmobiliario muestra un comportamiento positivo demarcado
por su inversión. La política fiscal intenta estimular la economía mediante a disminución en
los impuestos; sin embargo, esto puede acentuar el déficit fiscal.
Referente a los commodities o materias primas, comenzando con el petróleo, que presenta
un alza en sus precios, alcanzando un máximo de $ 68.5 / bbl en el segundo semestre del
2019 y la producción de la OPEP se encuentra estable. La curva de futuros sigue una
trayectoria decreciente. La producción de petróleo se genera en su mayoría en Brasil y la
expectativa de la oferta se espera que incremente para este año. El precio del cobre base se
pronostica que tendrá una trayectoria creciente, sin embargo, en un escenario de trade war
será mucho menor. La curva de futuros presenta una dinámica creciente, así como su posición
especulativa luego de alcanzar un pico negativo a finales del 2018. En el mediano plazo se
espera un bajo crecimiento de la oferta minera. Para el Irone Ore, dada una baja en la oferta
por parte de Brazil, tendrá un alza en su precio de US $ 76/tm. El precio del oro ha presentado
un comportamiento creciente desde el 2018, dado el incremento en la demanda por parte de
los bancos centrales y la tendencia depreciatoria del dólar brindaría respaldo a este. La
producción de azúcar ha disminuido para este año, lo que se resume en una tendencia alcista.
Como es posible evidenciar, el comportamiento de las economías desarrolladas tiende hacia
el mismo comportamiento, al igual que sus objetivos de política monetaria con una inflación
objetivo del 2%, estos que países fueron impactados por la crisis del 2008 han prestado
trayectorias similares, además de encontrarse en una fase de desaceleración con respecto a
su economía. A diferencia de los países latinoamericanos, los cuales presentan dinámicas
bastante volátiles y con poca relación entre ellas, de la misma manera algunos se encontrarán
en una fase de recesión, otros en desaceleración y hasta en expansión, lo que demuestra
economías independientes de la situación de sus vecinos y son impactados en mayor medida
por el comportamiento de economías desarrolladas.
Otra conclusión que es importante destacar es el efecto sobre la economía de tanto la política
monetaria como la fiscal y es significativo analizar cual es la mejor manera de dinamizar la
economía que depende de las trayectorias que se han venido presentando a través del tiempo
hasta la actualidad. Como se presentó anteriormente, el escenario de la economía mundial en
general no es muy favorable a excepción de algunos países, sin embargo, no se pronostica un
crecimiento económico elevado sino más bien, se encuentra estancado en un ritmo bastante
lento.

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