El comportamiento económico de un país depende de distintos factores que involucran la
política fiscal y monetaria, además de los externos, tales como comercio internacional, tipos de cambio, etc. En el siguiente trabajo se expondrán las expectativas sobre la manera en que se desarrollará la economía global a lo largo del 2019, reflejado en diferentes indicadores como el crecimiento económico (PIB), la tasa de inflación, la demanda agregada, inversión, etc. En el caso de Argentina, que ha mantenido una trayectoria recesiva, se evidencia una amenaza en el frente fiscal y una política monetaria frágil debido al comportamiento de la inflación que ha superado el 50% y se espera que para el cierre del 2019 alcance el 35,7%. El indicador del PIB se espera que en el cierre en 2019 llegue al -0,5%, lo que demuestra un debilitamiento en su crecimiento económico. Se espera que el 2019 salga de la recesión y para el 2020 entre en un ciclo de recuperación, en donde la economía comienza a despegar gracias a la demanda interna, actividad de construcción, actividad manufacturera e inversión. La tasa riesgo país ha ido en crecimiento desde enero del 2019, lo que concuerda con el periodo de recesión y altas tasas de interés que afectan negativamente a la confianza inversora del extranjero. Para el 2018 el crecimiento tanto de las exportaciones e importaciones alcanzó niveles negativos y para el 2019 aún no se ha presentado una recuperación significativa. También se debe considerar el escenario electoral que acompaña el proceso recesivo y muestra incertidumbre. Con respecto a la inversión, una pérdida en la confianza podría estar dada a incumplimiento en las metas fiscales del FMI, flojo anclaje de las expectativas que podría generarse por un comportamiento inflacionario, una producción que no alcance los niveles esperados, la corrección baja o nunca del déficit en cuenta corriente, impactos bajos sobre el índice de tipo de cambio real y el aumento de incertidumbre política, que implique la no continuidad del modelo y retroceda avances fiscales. Para Brasil, se espera un crecimiento del 2,4% en el 2019, que será impulsado por factores domésticos, el crecimiento en el consumo privado y la inversión, su inflación rondará el 4%, que se encuentra dentro de su meta de inflación, la tasa de política monetaria del 6,5% en el 2019. Durante este año Brasil se encontrará en un periodo de recuperación. La inversión se halla dentro de un escenario favorable, al incrementar su adquisición de activos físicos, medio por la Formación Bruta de Capital Fijo, además de que la inversión directa en el país presenta una trayectoria creciente y el crédito empresarial para finales del 2018 también incrementó. El consumo privado incrementa acompañado con el índice de confianza del consumidor. El tipo de cambio (Reales – Dólar) cerrará en el 2019 en R$3,70. El déficit fiscal como porcentaje del PIB mejorará en el 2019, en un escenario pesimista del -6,5% con un crecimiento del 1,9% y uno optimista del -4,7% con un crecimiento del 2,4% más una serie de concesiones en la subasta en el sector petrolero y de Telecom., que representan un valor mucho más favorable en comparación con el 2018 que cerró con un -7,1%. Con respecto a Chile, el crecimiento económico depende del sector no-minero y la inversión, se espera una inflación del 2,6% en el 2019. La economía chilena se encontrará durante este año en una fase de desaceleración y se espera un crecimiento menor para el 2020 comparado con el 2019. La inversión juega un papel protagonista en el crecimiento económico al incrementar a finales del 2018. En el caso de Colombia, se espera un lento ritmo de recuperación para el 2019, un crecimiento económico del 3,3% y para el 2020 uno del 3,5%, se tendrá una inflación el 3, 33% para este año que gira alrededor de la meta inflacionaria fijada por el Banco de la República del 3%, por lo que no genera mayor preocupación. Se pronostica que actualmente se está saliendo de un ciclo recesivo en donde se consolida el crecimiento acompañado de un impulso monetario e inflación controlada, para entra en uno expansivo hacia el año 2020, en donde el crecimiento alcanzará el potencial, gracias a la demanda interna e inversión. Se espera una tasa de cambio con respecto al dólar estable alrededor de los COP$ 3000 y COP$ 3200. En México, se estima un crecimiento económico del 1,5% para el 2019 y un 1,8% en el 2020. Su inflación para el 2019 es de 3,7% se encuentra dentro del rango de tolerancia que es 3% +/- 1%, sin embargo, l preocupación surge por su resistencia a converger hacia la meta. Se tiene una tasa de política monetaria del 8,3% para este año y tras el doble downgrade a Pemex, el riesgo de crédito soberano vuelve a estar sobre la mesa. Se espera para el 2019 encontrarse en un ciclo con desaceleración y debilitamiento económico, pero en el 2020 uno de recuperación. Se le apuesta al crecimiento de la confianza del consumidor para dinamizar su crecimiento, que dese el 2018 ha incrementado; se evidencia en la división sectorial que el sector manufacturero es el de mejor comportamiento, comparado con la minería y construcción. La inversión no será la fuente de crecimiento económico dado su comportamiento volátil y poco favorable, siendo su trayectoria negativa; mientras el consumo privado se fortalece a pesar de su disminución en bienes nacionales. Para Perú, se espera un crecimiento fuerte, inflación estable y tasas bajas. El crecimiento económico este 2019 será de 3,6% gracias al gasto privado, inflación de 2,25% y tasa de política monetaria del 3%. Perú se encontrará dentro de una fase de recuperación económica para el 2019 y entrará en un ciclo expansivo para el 2020. El gasto privado incrementará para este año, compuesto por consumo privado e inversión dada la creciente confianza empresarial que se ha venido presentando, el gasto público por su parte disminuirá dada la baja inversión y las exportaciones no tendrán protagonismo dentro de su crecimiento económico. La confianza del consumidor también ha mostrado niveles favorables al igual que el crédito de consumo; el empleo formal ha disminuido este año con respecto al 2018 y el informal va en ascenso. La cuenta corriente como porcentaje del PIB mantendrá un comportamiento estable de -1,6%. La participación de extranjeros en la tenencia de Bonos Soberanos Peruanos presenta una trayectoria creciente, lo que indica la posición favorable de Perú ante el mercado extranjero. Ahora se analizará el comportamiento de las economías desarrolladas, que han presentado un crecimiento económico similar, así como las trayectorias de su inflación que ha sido decreciente desde el 2018. Comenzando por Estados Unidos, el crecimiento económico esperado para el 2019 será del 2,5% y para el 2020 del 2%, su inflación será del 2,2% para este año, que gira alrededor de su meta inflacionaria, por lo que se mantendrá controlada. Luego de pasar de una fase expansiva a un ciclo de desaceleración, en este año la economía se debilitará por el menos estímulo fiscal y en el 2020 se presentará una desaceleración bastante marcada si llegar a ser una recesión. El consumo es el factor que se encargará de dinamizar la economía, según los datos, las expectativas del consumidor son crecientes y el ingreso personal, así como el ahorro presentan trayectorias estables y favorables. Luego de la crisis financiera del 2008 que dio como resultado una recesión, la brecha del desempleo ha seguido un comportamiento negativo sostenido. El crecimiento salarial no ha aumentado en gran medida, pero su trayectoria es positiva. La inversión en capital ha ido en detrimento desde el 2018. El tipo de cambio del dólar se encuentra en depreciación desde el 2018 y es el pronóstico para el 2019. Con respecto a Europa, el crecimiento económico para el 2019 se espera que sea del 1,3% y para el 2020 sea del 1,6%. La inflación será del 1,4% para este año, la cual se encuentra por debajo de la meta inflacionaria del 2% y para el 2028 se espera que incremente a 1,6% aunque este no es suficiente. Se encuentra al igual que Estados Unidos, en un periodo de desaceleración, luego de pasar de una fase de expansión. El crecimiento económico este año se moderará gracias al debilitamiento de la demanda interna, y en el 2020, aunque se recupera, existe incertidumbre por entorno político. Uno de los riesgos que se presentan es la salida del Reino Unido de la Unión Europea además del debilitamiento de su economía. El PMI manufacturero refleja y coincide con los resultados del crecimiento económico debido a que presenta una trayectoria negativa. El volumen de exportaciones ha ido en descenso lo cual no es favorable para la economía. El cambio de gobierno de España e Italia podría tener un efecto positivo para el mercado, en términos de confianza. En el Reino Unido, se espera un crecimiento económico para este año del 1,5% y para el 2020 del 1,6%, siguiendo la trayectoria de Europa, además de que la extensión de la toma de decisión del Brexit reduce las expectativas de crecimiento. La inflación se mantendrá en el 2% que corresponde a la meta inflacionaria del Banco Central. La economía se encontrará en una fase de desaceleración. En el 2020 se espera un enfoque de Hard Brexit, en donde el Reino Unido no va a renunciar a su control de fronteras y va a impedir la libre circulación de trabajadores con otros países de la UE y dado que las posiciones alrededor del Brexit se encuentran divididas, esto implica un retraso en lo que inevitablemente sucederá. Para Japón, su crecimiento económico será del 0,7% en el 2019 que se espera el mismo para el 2020 debido a que tanto el consumo, la industria como las exportaciones se encuentran debilitadas. Su inflación se encuentra para este año en el 1,3% y se espera que en el 2020 sea del 0,6%, lo cual se encuentra por debajo de la inflación objetivo del 2%, a pesar de que han intentado dinamizar la economía con la implementación de tasas de interés negativas, con el fin de incentivar los préstamos hacia el sector privado, así como la demanda agregada. Su economía se encuentra en una fase de desaceleración al borde de la recesión. La confianza del consumidor es negativa, lo que no impulsa el consumo por parte de los hogares. El sector industrial se ha deteriorado, con una disminución de la producción y las exportaciones, así como de la inversión en capital. Se espera un crecimiento económico de China del 6,2% para este año y una inflación del 2,2%. Para el 2019 y 2019, la economía china se encontrará en una fase de desaceleración. La producción industrial se encuentra en decrecimiento, así como la inversión de capital, lo que implica pocas señales de dinamismo, así como si PMI manufacturero no expone un escenario favorable. El sector inmobiliario muestra un comportamiento positivo demarcado por su inversión. La política fiscal intenta estimular la economía mediante a disminución en los impuestos; sin embargo, esto puede acentuar el déficit fiscal. Referente a los commodities o materias primas, comenzando con el petróleo, que presenta un alza en sus precios, alcanzando un máximo de $ 68.5 / bbl en el segundo semestre del 2019 y la producción de la OPEP se encuentra estable. La curva de futuros sigue una trayectoria decreciente. La producción de petróleo se genera en su mayoría en Brasil y la expectativa de la oferta se espera que incremente para este año. El precio del cobre base se pronostica que tendrá una trayectoria creciente, sin embargo, en un escenario de trade war será mucho menor. La curva de futuros presenta una dinámica creciente, así como su posición especulativa luego de alcanzar un pico negativo a finales del 2018. En el mediano plazo se espera un bajo crecimiento de la oferta minera. Para el Irone Ore, dada una baja en la oferta por parte de Brazil, tendrá un alza en su precio de US $ 76/tm. El precio del oro ha presentado un comportamiento creciente desde el 2018, dado el incremento en la demanda por parte de los bancos centrales y la tendencia depreciatoria del dólar brindaría respaldo a este. La producción de azúcar ha disminuido para este año, lo que se resume en una tendencia alcista. Como es posible evidenciar, el comportamiento de las economías desarrolladas tiende hacia el mismo comportamiento, al igual que sus objetivos de política monetaria con una inflación objetivo del 2%, estos que países fueron impactados por la crisis del 2008 han prestado trayectorias similares, además de encontrarse en una fase de desaceleración con respecto a su economía. A diferencia de los países latinoamericanos, los cuales presentan dinámicas bastante volátiles y con poca relación entre ellas, de la misma manera algunos se encontrarán en una fase de recesión, otros en desaceleración y hasta en expansión, lo que demuestra economías independientes de la situación de sus vecinos y son impactados en mayor medida por el comportamiento de economías desarrolladas. Otra conclusión que es importante destacar es el efecto sobre la economía de tanto la política monetaria como la fiscal y es significativo analizar cual es la mejor manera de dinamizar la economía que depende de las trayectorias que se han venido presentando a través del tiempo hasta la actualidad. Como se presentó anteriormente, el escenario de la economía mundial en general no es muy favorable a excepción de algunos países, sin embargo, no se pronostica un crecimiento económico elevado sino más bien, se encuentra estancado en un ritmo bastante lento.