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La adicción al juego, ludopatía o juego patológico, como también se le ha llamado,
es un desorden adictivo caracterizado por la conducta descontrolada en relación al
juego de azar. La inversión de tiempo, energía y dinero en las actividades de juego
aumenta con el tiempo y la persona se va haciendo más dependiente del juego para
enfrentar la vida diaria.
La negación se presenta como es usual en las adicciones y muchas veces toma la
forma de fantasías de ganar mucho dinero a través del juego, y de racionalizaciones
de jugar para ganar dinero y así poder pagar las deudas de juego que se han
acumulado.
El descontrol progresivo y los gastos desmesurados de dinero llevan a problemas
económicos y familiares severos y a mucho estrés psicológico a la persona adicta.
Esto casusa depresión y ansiedad que muchas veces ponen en peligro la vida del
adicto. La adicción al juego es la adicción más relacionada con intentos de suicidio.
La intolerancia a la frustración, la incapacidad para ponerse en contacto con sus
emociones, así como la grandiosidad, los sentimientos de baja-autoestima y la
mitomanía producto de la doble vida que usualmente desarrolla el adicto al juego,
son síntomas típicos de esta adicción.
Una variante de esta adicción, es la adicción a las compras, que muestra el aspecto
compulsivo, la negación y el deterioro de las relaciones familiares, muy parecido al
adicto al juego.
Esto se relaciona con la adicción a los videojuegos del cuál mencionare a
continuación.
En este caso, la adicción a los videojuegos (consolas, móviles, computadoras, etc.)
significa una fuerte dependencia hacia los mismos que se caracteriza por ser una
actividad que ocupa demasiado tiempo en la vida de los adolescentes y se continúa
practicando a pesar de conllevar consecuencias negativas.
Algunos de los aspectos o síntomas en que padres y educadores debieran fijarse
son:
El joven parece estar absorto al jugar, sin atender cuando le llaman.
Siente demasiada tensión e incluso aprieta las mandíbulas cuando está
jugando.
No aparta la vista de la televisión o pantalla.
Empieza a perder interés por otras actividades que antes practicaba.
Trastornos del sueño.
Mayor distanciamiento de la familia y amigos.
Problemas con los estudios.
No respeta de ninguna manera los horarios estipulados.
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Las causas de que exista una adicción a los videojuegos son muy diversas,
pero nos podemos encontrar con las siguientes:
Personalidad dependiente: Hay personas que por su personalidad tienden
más a la adicción que otras.
Problemas familiares (falta de comunicación, incomprensión, separaciones
dramáticas, poca dedicación al niño por motivos laborales...)
Problemas escolares/ sociales. Escasa integración en un grupo de amigos,
soledad, desmotivación escolar.
Es importante destacar que los videojuegos en sí mismos no suponen una
amenaza, puesto que todo dependerá del uso y control que se ejerza sobre ellos.
Por eso, las adicciones no se centran en el propio videojuego, sino en la forma
descontrolada y abusiva en la que se puede presentar. A parte, el contenido que
puedan tener estos videojuegos también es importante, ya que en muchas
ocasiones se trata de contenido violento, que les influye mucho en su propia
conducta y que con el tiempo tiene muchas interferencias en las relaciones
familiares.
Algunas recomendaciones para padres o educadores son:
Realizar conjuntamente con el joven un horario para que se reparta
equilibradamente el tiempo.
Proponer nuevas actividades que le resulten de interés.
Utilizar los videojuegos como "premio" por la correcta realización de sus
tareas escolares, demostrándole que el estudio es lo primero.