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¿CUÁL ES LA IGLESIA QUE DIOS QUIERE?

Introducción:

Dice un viejo refrán, “de tal palo tal astilla”, o “hija de tigre sale pintada”, esto
haciendo alusión a la propaganda que por el tiempo del mundial está de moda
donde el “Tigre” Falcao le hace esta pregunta a su hijita y ella le responde de tal
manera. Similitudes que tienen los hijos con sus padres. Es por eso que cuando
una nueva vida viene al mundo el lógico escuchar a los familiares, amigos y
padres de la criatura decir: “Ah, es igualita a su madre”, otros dicen, “no a su
padre” o “tiene de ambos”. Esta reacción es común ya que se espera que esta
nueva criatura tenga los mismos rasgos de sus padres. Esto me llama la atención
pues cuando hablamos de la Iglesia de Jesucristo esperamos encontrar en ella
algunos rasgos que la identifiquen con su progenitor. En esta búsqueda
trataremos de analizar una de las iglesias como lo es la de Éfeso, es en ella que
encontraremos “Cuál es la iglesia que Dios quiere”.

Contexto Histórico:

Para comenzar este análisis, debemos de recordar lo que estaba pasando en las
siete iglesias que están en Asia, más exactamente en Asia Menor: Éfeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Juan dedica las primeras palabras
para elogiar alguna conducta o actitud digna de alabanza, tras lo cual pasa a
exponer brevemente un mal o incorrecto comportamiento. Sin embargo, podemos
observar algunas excepciones destacables: No hay palabras de reproche, por
ejemplo, para las iglesias de Esmirna y Filadelfia. Esmirna fue la iglesia mártir es
decir la que sufrió persecución y martirio por causa de la verdad y fe en Jesucristo.
Y Filadelfia fue una iglesia misionera, una iglesia que difundió la Palabra de Dios.
En el extremo opuesto nos encontraremos con la iglesia de Laodicea, hacia la cual
Juan no expresó alabanza alguna. La razón: Laodicea fue una iglesia apóstata, es
decir, una iglesia que conociendo la verdad, la rechazó y se apartó de ella.
Termina con una advertencia: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias", lo cual nos otorga una idea de la universalidad del mensaje expuesto,
que trasciende a la misma iglesia a la cual está dirigida y es aplicable a todas las
iglesias cristianas del mundo, independientemente de su ubicación geográfica o su
época.
Esta es una revelación del Señor Jesucristo, que Dios le dio a su siervo Juan, por
medio de su ángel cuando Juan estaba en la isla de Patmos. El mensaje de esta
revelación va dirigido a las siete iglesias antes mencionadas, dentro de las cuales
está la de Éfeso del cual trataremos y donde encontraremos la descripción de la
Iglesia que Dios quiere.

Frase transicional:

En la palabra de Dios veremos esta descripción de la iglesia que Dios quiere que
seamos, en el libro de Apocalipsis 2:1-7, el cual les invito a que leamos en la Biblia

Bosquejo.

Vemos cuatro características de la iglesia que Dios quiere y como:

I. Dios quiere una Iglesia que trabaje arduamente y con paciencia (Ap. 2:2-3)

Dios aquí alaba sus buenas obras, no porque fueron realizadas para ganar Su
perdón y salvación, sino por amor a las personas como reflejo del amor de Cristo
por el ser humano.

El Señor comienza pues alabando sus buenas obras. A lo cual añade: "Y su arduo
trabajo". La palabra "trabajo" implica aquí una buena dosis de cansancio. La
Palabra nos dice cómo el Señor Jesús se cansaba en algunas de sus jornadas y
caminatas que realizó. Los discípulos se cansaron trabajando con el Señor. Se
cansaron por el trabajo. Ahora, la otra cosa que Él menciona aquí como conducta
digna de elogio es por su paciencia, la cual es uno de los frutos del Espíritu Santo.

"Has trabajado arduamente por amor de mi nombre". La iglesia de Éfeso, a pesar


de haber sufrido, estaba llevando la cruz porque habían creído en Cristo, en que
fue el hijo de Dios, creído en Su muerte y en Su sacrificio por toda la humanidad.
Ellos sabían que ser cristiano no iba a ser tarea sencilla en una ciudad como
aquella, sabían que tendrían que pagar un precio por ello, tal vez el precio del
desprecio de sus vecinos, o de sus conciudadanos, o el de la burla y el escarnio
de los desconocidos. Eso es lo que los cristianos denominamos "llevar la cruz" y
que significa sencillamente compartir los padecimientos que Cristo sufrió en la
tierra como: incomprensión, escepticismo, cansancio, ataques, burla, privaciones y
enemistad.

Ustedes y yo somos iglesia hechura de Dios, creada para buenas obras, por eso
Él quiere que andemos en estas obras trabajando como se ha hecho hasta ahora,
arduamente, iglesia esforzada y valiente, con paciencia por amor a Cristo. Ef. 2:10
II. Dios quiere una Iglesia que no deja su primer amor (Ap. 2:4)

Allí es donde se apartó del buen camino la iglesia, en su relación personal con el
Señor Jesucristo. La Biblia nos demuestra que Dios no desea mantener con el
hombre una relación distante respecto a sí mismo, sino que desea desarrollar una
auténtica relación de Padre a hijo, una relación de amistad eterna, hasta tal punto
que la propia escritura nos dice que desde el principio, la intención de Él fue
adoptarnos en su propia familia trayéndonos hacia Él mediante Jesucristo. Por eso
envió a su Hijo a rescatarnos; porque anhelaba mantener con el hombre y la mujer
una auténtica relación de amor. Y hasta que no se comprenda esto, no se podrá
entender la fuerza del evangelio: Dios nos ama tanto que envió a Su propio Hijo
para morir por los pecados que cometeríamos algún día.

Dios quiere que esta, su iglesia no pierda su primer amor hacia Cristo; o el amor
que creo que existe y debe de existir entre nosotros los hermanos en la fe o en
Cristo, un amor mutuo, es decir que así como te amen también ames a tu
hermano. Pregunto: ¿Somos tan amorosos y fervorosos en el Señor hoy
como lo éramos en los primeros días de nuestra vida cristiana? Esto nos debe
hacer reflexionar. Si no, les invito a que volvamos a ese amor a Dios. Jn.13:34-35.

III. Dios quiere una Iglesia que aborrece las falsas doctrinas (Ap. 2:6)

Los efesios tenían muy en cuenta los asuntos doctrinales, porque seguían fieles a
las enseñanzas de la palabra de Dios. Aunque Jesús cuestiona a los de la iglesia
en Éfeso, como pastor de la iglesia también los ayuda a mejorar al alabarlos por
su fidelidad a su palabra. Se opusieron a los falsos apóstoles y habían sacado de
su medio a estos malvados o a quienes quería contaminarlos con palabra de error.

Nótese que el odio va dirigido hacia obras, no a personas. Jesús odia el pecado
pero extiende su amor o misericordia hacia el pecador. Aunque el pecado es una
afrenta u ofensa a su santidad, la misión de Jesús es conducir a los pecadores al
arrepentimiento. De tal manera Dios quiera que su iglesia aborrezca las falsas
doctrinas o al pecado, más no al pecador, que le invitemos a arrepentirse. Lc. 5:32

IV. Dios quiere una Iglesia que oiga el mensaje, lo practique y sea capaz de
vencer (Ap. 2:7)

Es un llamado escuchar la voz de Dios y a llevar a cabo su voz, es decir su


mensaje. El Señor nos está diciendo si tienes oídos, escucha, es si tienes los
oídos del Alma y del espíritu, es decir oídos espirituales, si tienes Fe, si crees,
escucha lo que estoy diciendo dice el Señor. Se refiere a la capacidad de una
persona para oír con atención y obediencia las palabras del Espíritu Santo de
Dios, ponerlas en práctica, ser oidores y hacedores de ella, y a través de esto
triunfar o vencer cada obstáculo del enemigo y permanecer hasta el fin, y si lo
hacemos nos dará permiso para comer del árbol de la vida, que está en el paraíso
de Dios, es decir la promesa de la vida eterna que es para todo quien le ha creído.

Este mensaje es también para nosotros hoy, es para todo aquel que tenga oído
para oír “¿Todos los que estamos aquí tenemos oídos?”, entonces este mensaje
es para ti y para mí, es para todos, y no solo para nosotros, sino para todas las
iglesias, es un mensaje universal, que debemos tenerlo muy en presente. Ap. 2:11

Conclusión

Dios quiere una Iglesia que trabaje arduamente y con paciencia, que no
desfallezca; una Iglesia que no deja su primer amor, que por ningún motivo o
circunstancias por las que tenga que pasar, no deja de hacer sus primeras obras;
una Iglesia que aborrece las falsas doctrinas, las cuales instruyen a los cristianos
a vivir como el mundo, a buscar los placeres y deseos del mundo, llamándolos a
un “cristianismo carnal”, si como tal cosa existiera.

Dios quiere es una Iglesia que oiga su mensaje, lo practique y sea capaz de
vencer, que sea sensible a su voz y obediente a su palabra, que la viva, la haga
realidad en su vida, y que siempre permanezca firme hasta el fin, para que sea
galardonador del más grande favor o regalo de Dios que es vivir por una eternidad

Mis amados, este es el mensaje que Dios ha enviado a esta iglesia en esta noche.

Oración

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