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BIONANO

Nanopartículas y vida
Diferentes especies biológicas poseen nanopartículas magnéticas
para orientarse con el uso del campo magnético de la Tierra.
Carlos Hernández

En diferentes investigaciones
científicas se ha observado
que la magnetorecepción, ca-
pacidad de recibir informa-
ciones magnéticas, está pre-
sente en una gran variedad de
animales, entre los que se en-
cuentran bacterias, insectos y
aves.

E
ntre los fenómenos naturales
presentes desde el origen de la
tierra, el campo magnético ha
tenido gran influencia en la aparición
de la vida y protección de la tierra de
radiaciones peligrosas provenientes del
espacio. Pese a estar presente en todo
momento, el ser humano no es sensible
a ese campo invisible que lo rodea. Este
campo se parece a grandes rasgos, al
campo producido por un imán gigante
con sus respectivos polos norte y sur.
La comunidad científica ha debatido
durante mucho tiempo sobre la sensi-
bilidad de los diferentes organismos a
los campos magnéticos. En diferentes
investigaciones científicas se ha obser-
vado que la magnetorecepción, o sea

Carlos Hernández Ph.D. Laboratorio de

Magnetismo. Departamento de Física, Univer-
sidad de los Andes.
E-mail: chernand@uniandes.edu.co

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la capacidad del organismo de recibir
informaciones magnéticas, está am-
pliamente distribuida en una gran
variedad de animales entre los cuales
se encuentran las bacterias, insectos
y aves. Esto sugiere que esta modali-
dad sensorial puede haber tenido un
origen común en un tiempo remoto,
antes de la separación de los organis-
mos en diferentes ramas.
Para explicar la sensibilidad a campos
magnéticos en organismos vivientes,
se ha propuesto que la presencia del
campo magnético a través del tiempo
permitió la evolución de estructuras
sensoriales en organismos vivientes
para su recepción y análisis. El estudio
detallado de la magnetorecepción en
diferentes organismos para encontrar
los órganos o estructuras receptoras
en los diferentes animales, ha sido
bastante complicado, ya que las líneas
de campo magnético pueden atravesar
los diferentes tejidos biológicos con
muy baja atenuación. Por esta razón
las informaciones magnéticas pueden
encontrarse casi en cualquier parte del
cuerpo de un animal.
Se cree que los organismos pueden
extraer principalmente dos tipos de
información a partir de los campos
magnéticos. Información direccional
como la que nos daría una brújula, e
información posicional sobre la latitud
en la que se encuentra. Efectos sobre
tales comportamientos por los cam-
bios del campo magnético natural han
sido reportados en la literatura cientí-
fica en varios tipos de insectos.
Las anomalías locales del campo
magnético debido a las concentra-
ciones de materiales ferromagnéticos
como magnetita y demás óxidos de
hierro en la corteza terrestre produ-
cen a pequeña escala variaciones que
pueden ser utilizadas por los animales
para obtener información para la
orientación del cuerpo, durante mi-
graciones de corta distancia o retorno
al nido. De otra parte, la información
obtenida del campo magnético global
es utilizada por diferentes especies de
animales para las migraciones de larga
distancia.
Pese a existir toda una variedad de
mecanismos propuestos para la mag-
netorecepción, existe uno particular-
mente interesante por la utilización en
organismos vivientes de objetos de es-
cala nanométrica.
El algunas bacterias llamadas bacte-
rias magnetotácticas, existe presencia
de nanocristales de magnetita en los
llamados magnetosomas, que son es-
tructuras intracelulares en donde los
cristales magnéticos se encuentran ro-
deados por una membrana lipoprotei-
ca. En estas bacterias, los magnetoso-
mas están dispuestos en cadenas donde
las partículas están alineadas. El mo-
mento magnético resultante del orde-
Se cree que los organismos
pueden extraer principal-
mente dos tipos de infor-
mación a partir de los
campos magnéticos: infor-
mación direccional, como
la que proporciona una
brújula, e información
posicional para la ubi-
cación espacial.
namiento de las partículas es suficiente
para que las bacterias puedan alinearse
con las líneas de campo magnético a la
manera de una brújula.
Estudios de microscopía han
demostrado que las nanopartículas
pueden tener diferentes formas,
octaédrica, cubo-octaédrica y de punta
de flecha y tamaños de 40 a 120 nm. Las
bacterias magnetotácticas se mueven
en el agua para la búsqueda de niveles
adecuados de oxígeno. Para facilitar esta
búsqueda, al parecer éstas son guiadas
por el campo magnético terrestre.
Este fenómeno puede verse claramente
al estudiar el comportamiento de
bacterias en diferentes hemisferios. El
comportamiento y los movimientos
que se observan son opuestos según el
hemisferio en que se encuentren.
En animales terrestres el mecanismo
propuesto para la magnetorecepción
está basado en la detección de infor-
mación magnética gracias a la utili-
zación de nanocristales ferromagné-
ticos, por ejemplo, óxidos de hierro
como la magnetita (Fe3O4). Estos na-
nocristales se comportan individual-
mente como minúsculos imanes con
tendencia a alinearse con el campo
magnético local.
Dentro de un organismo terrestre, la
alineación de los nanocristales de mag-
netita con el campo magnético local
producirá, a nivel de una célula recep-
tora, un momento de torsión en los na-
nocristales de magnetita presentes en
los órganos receptores y anclados a los
canales de iones a través de filamentos
del citoesqueleto. Este torque produce
un mensaje neurológico provocando la
abertura de los canales iónicos, lo que
a su vez conduce a una despolarización
de membrana. De la despolarización
resulta una diferencia de potencial que
al ser propagado sirve para transmitir
la información.
La nanotecnología es una de las áreas
de mayor impacto en la actualidad, de-
bido a la gran variedad de aplicaciones
potenciales en las áreas de la salud, la
industria, energía y agro entre otras.
Dentro del contexto de las nanotec-
nologías, las nanopartículas de origen
biológico pueden ser una alternativa
interesante para complementar los al-
cances derivados del creciente de-
sarrollo en nuevos materiales. Algu-
nos de los inconvenientes actuales que
limitan la utilización de nanopartículas
en aplicaciones médicas tienen que ver
con la homogeneidad de tamaño y de
forma así como la biocompatibilidad
de las mismas.En la actualidad existen
gran variedad de métodos para la pro-
ducción de nanopartículas gracias a
procesos químicos que por lo general
dependen de una gran cantidad de
parámetros, aspecto que hace difícil el
control de la composición y del tamaño
de las nanopartículas. En algunos casos
durante las síntesis químicas se produ-
cen residuos contaminantes y de difícil
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hipoclorito de sodio (NaOCl) y su

Biomineralización de hierro en forma de nanopartículas de magnetita superparamagné-
tica de aproximadamente 200 nm -como las que se muestran en la fotografía de microsco-
pio electrónico de la figura-, han sido encontradas en el abdómen de abejas de la especie
apis mellifera.
manejo.
En la naturaleza, al existir seres vivos
capaces de producir y almacenar en
su interior nanopartículas magnéticas,
podemos esperar avances en produc-
ción de nanomateriales. De hecho en
esos organismos el control sobre el
tamaño y la forma de las partículas se
hace gracias a la mineralización con-
trolada por vía biológica, con mejo-
ramiento en la calidad con respecto a
métodos sintéticos estándard.
Existen muchos insectos que podrían
poseer partículas magnéticas en su in-
terior. La presencia de óxidos de hierro
ha sido reportada en diferentes insectos
eusociales tales como abejas hormigas
etc. Dos enfoques diferentes han sido
frecuentemente utilizados para detec-
tar material magnético en los insectos.
La magnetometría o sea la medición
de la magnetización de la muestra
biológica considerada o la extracción
de la nanopartículas magnéticas con
posterior análisis con un microscopio
electrónico. Gracias a estos estudios
se ha podido comprobar que al igual
que en el caso de las bacterias magne-
totácticas, es elevada la homogeniedad
de las partículas biosintetizadas, lo que
las hace potencialmente interesantes
para diferentes tipos de aplicaciones.
En el futuro se espera obtener partícu-
las homogeneas biocompatibles fun-
cionalizadas, útiles en aplicaciones
médicas tales como el reparto controla-
do de medicamentos, la tomografía
con resonancia magnética (MRI),
tratamientos localizados de hiperter-
mia contra el cáncer -en donde se
pueden tratar las células afectadas por
un campo magnético- y para extracción
de moléculas de la sangre con magne-
to-diálisis. Funcionalizar partículas
consiste en recubrirlas con algún pro-
ducto que les otorge la capacidad de
interacción bioquímica necesaria para
que puedan ser introducidas en siste-
mas vivos. Además se requiere a través
de la funcionalización el acoplamiento
a las proteínas (enzimas) con alta selec-
tividad hacia las células o toxinas que
se desean acoplar a las nanopartícu-
las para el tratamiento deseado. Las
partículas biológicas por su origen
pueden permitir en el futuro mejoras
sustanciales en el área de la salud.

E n 1979 se reportó en la revista Science que aves

con capacidad magnetoreceptiva tales como las
palomas, poseían material magnético en sus cabezas y
cuello. La cantidad de este material resultaba suficiente
para alcanzar el grado de sensibilidad para orientarse
con el uso del campo magnético terrestre. Se sabe que
la sensibilidad a cambios del campo magnético de es-
tas aves es cercana a la décima de Tesla (el campo mag-
nético de la Tierra tiene un valor de 50 Tesla).
Actualmente se acepta que el material magnético
responsable de la magnetorecepción está conformado
por nanocristales de magnetita Fe3O4. Investigadores
de la Universidad de Frankfut han idenficado estos na-
nomateriales en terminaciones nerviosas de la parte
superior del pico de las palomas (ver en la figura una
microfotografía con microscopio electrónico). Estos
cristales se organizan espacialmente permitiendo cap-
tar información tridimensional del campo magnético
de la Tierra.
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