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PERSONA HUMANA
Cuando hablamos de “persona”, hacemos alusión a una categoría jurídica, a una calidad que
contiene en sí misma la aptitud de ser portadora de derechos.
Así las cosas, se puede deducir que la palabra persona hace referencia a la personalidad
jurídica –la investidura jurídica de la que goza el sujeto–, a la aptitud, la disposición potencial para
tener derechos, para adquirirlos, para ser sujeto activo o pasivo de las relaciones jurídicas. Hombre
hace referencia al sustrato o soporte biológico de las personas humanas, que, para estar protegido,
necesita de esa personalidad jurídica.
Por último, la expresión sujeto de derecho alude a las personas cuando están interactuando
en interferencia intersubjetiva, por ejemplo cuando le están dando vida a un contrato. Gráficamente,
es la persona en movimiento.
Caracteres
Estos derechos son absolutos, extrapatrimoniales, irrenunciables, relativamente disponibles
por las partes y por ende no transmisibles. Otro carácter es que la vulneración de ellos da derecho
a su titular a reclamar la prevención y reparación de los daños conforme lo estipulado en los arts.
1708 a 1780 inclusive del Código Civil y Comercial.
Son absolutos porque se dan contra todos, erga omnes, ya que todos y cada uno de los
miembros que constituyen la comunidad jurídicamente organizada están obligados a respetar la
persona de los demás.
Son relativamente disponibles por las partes pues, de conformidad al art. 55 del Código
Civil y Comercial, se puede disponer de los derechos personalísimos bajo ciertas condiciones: que
medie consentimiento por el titular de los derechos, que éste no sea contrario a la ley, la moral o
las buenas costumbres.
Asimismo, prevé que el consentimiento no se presume, es decir que debe otorgarse en forma
clara, ya sea expresa, tácita, o incluso por vía de silencio, y “es de interpretación restrictiva, y
libremente revocable” Art. 55
ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS. CONCEPTO. NATURALEZA. CARACTERES.
Concepto
La persona, en tanto tal, posee ciertos atributos que son sus cualidades esenciales. Éstas son
inherentes y consideradas a priori de la persona, es decir que comienzan con su existencia.
Estos atributos de la persona humana son: capacidad, nombre, estado y domicilio. A toda
persona individual le es inherente la capacidad, cualidad que la distingue como sujeto potencial de
derechos y deberes; el nombre que la individualiza, el estado que la sitúa en el medio familiar en el
que se desenvuelve y el domicilio que la sitúa jurídicamente en un lugar determinado.
Naturaleza
Los atributos no son derechos ni deberes, sino cualidades inherentes a la calidad de la
persona que no se adquieren luego, sino que son contemporáneos a la persona, a su existencia, y
la acompañan toda su vida protegiéndola e identificándola.
Caracteres
- Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la persona física pueda
carecer de alguno de estos atributos por cuanto, la determinan en su individualidad.
- Son únicos: una misma persona no puede poseer más de un atributo de cada clase en un
momento determinado. Así, la persona humana no puede ser capaz e incapaz a la vez de
adquirir un derecho, no puede tener más estados civiles familiares del mismo orden, por
ejemplo soltero-casado.
- Son indisponibles: no pueden ser transferidos, pues están fuera del comercio.
- Son inmutables: sólo se modifican cuando se verifica el supuesto normativo que así lo
prevé.
- Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el transcurso del tiempo.
NOMBRE.
Noción:
El nombre es el atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto. Está compuesto
por dos elementos: el pronombre o nombre de pila (o apelativo) y el apellido (o cognomen o
patronímico). Ambos cumplen funciones diferentes; el nombre de pila individualiza a la persona en
su familia y el apellido la individualiza en la sociedad.
- Régimen legal
o El prenombre
o Apellido de los hijos.
Es dable señalar que el apellido, nombre familiar o patronímico, es la designación común a todos
los miembros de una misma familia, que, unido al prenombre, identifica a la persona física,
conformando su nombre propiamente dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar, pues cada
individuo lleva el apellido que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho grupo.
El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los
cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez
suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en caso de que un mismo
matrimonio tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo que se haya decidido para el primero.
Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, éste lleva el apellido
de ese progenitor.
Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla establecida para
los hijos matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer apellido de alguno de los cónyuges.
Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el orden de los
apellidos. A falta de acuerdo, será determinado por el juez según sea el interés superior del niño.
Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se establece que debe
ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas con el apellido
que esté usando o, en su defecto, con un apellido común (art. 65) o bien, si la persona tiene edad
y grado de madurez suficiente, puede solicitar la inscripción del apellido que esté usando (art. 66).
El cambio de nombre tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley local, con
intervención del Ministerio Público” Art. 70, debiendo “publicarse en el diario oficial una vez por mes
en el lapso de dos meses”, a fin de que presenten las oposiciones y se soliciten informes respecto
de “las medidas precautorias que existieren con relación al interesado” Art. 70.
Una vez inscrita en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, será oponible a
terceros.
- ACCIONES DE PROTECCIÓN.
Art. 71. Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa de su nombre:
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido y se prohíba
toda futura impugnación por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la sentencia a
costa del demandado;
b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de fantasía, si ello le
causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede disponer la
publicación de la sentencia.
Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha fallecido, por sus
descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o hermanos. Art.
71
Por último y en orden a quiénes pueden interponer estas acciones, se establece que el titular
exclusivo es el interesado y, si éste ha fallecido, podrá ser ejercida por sus descendientes, cónyuge
o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o hermanos.
DOMICILIO.
Noción:
El ordenamiento jurídico requiere situar a la persona en un determinado lugar, aun cuando no
actúe necesariamente allí. Domicilio, en sentido jurídico, es el lugar que la ley considera como centro
o sede legal de la persona.
Caracteres:
Como veremos seguidamente existen distintas clases de domicilio, el domicilio general y el
especial.
El domicilio general es el atributo, cualidad o propiedad inherente a la persona que representa
su indispensable asiento o sede legal para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de sus
obligaciones (Tagle, 2002).
Este domicilio general puede ser legal, es decir instituido por la ley o real, que es la efectiva
residencia de la persona en un cierto lugar con ánimo de permanecer allí. El domicilio general sea
legal o real, es necesario, ya que no puede faltar en ninguna persona y es único ya que una persona
no puede tener más de un domicilio general.
Por último decimos que el domicilio general es mutable, es decir que es modificable, ya sea por
cambio en la capacidad de las personas (por ejemplo, un menor que cumple la mayoría de edad
pasa de domicilio legal a domicilio real) o por un cambio en la de su situación (por ejemplo: una
persona que es designada en un puesto de funcionario público y que requiere trasladarse, cambia
de domicilio real a domicilio legal).
El domicilio real, definido en el art. 73 del CCCN, es donde la persona humana tiene su
residencia habitual. Ahora bien, si ejerce actividad profesional o económica, lo tiene en el lugar
donde la desempeña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
También se considera domicilio real el lugar de desempeño de la actividad profesional o
económica para las obligaciones nacidas de éstas.
Este domicilio toma en cuenta la efectiva residencia de la persona, es voluntario, pues sólo
depende de la voluntad del individuo, y, además, es de libre elección e inviolable (art. 18 CN).
El domicilio Legal:
El art. 74 del CCCN define el domicilio legal como el lugar donde la ley presume, sin admitir
prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos
y el cumplimiento de sus obligaciones.
CAPACIDAD.
Noción.
La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona. Como se expuso anteriormente,
este atributo forma parte del concepto mismo de persona; la capacidad de derecho siempre está
presente.
Clases
La noción de capacidad no se agota en la capacidad de derecho –atributo de la persona– puesto
que comprende también la capacidad de hecho o de obrar, que consiste en la aptitud de las personas
físicas para ejercer por sí mismas los actos de la vida civil.
Capacidad de derecho.
El artículo 22 del CCCN define la capacidad de derecho: Toda persona humana goza de la
aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad
respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados.”
Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza toda persona humana
para ser titular de derechos y deberes jurídicos.
Capacidad de ejercicio
Por su parte, el artículo 23 define la capacidad de ejercicio o de hecho, y prevé “Toda persona
humana puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas
en este Código y en una sentencia judicial”. La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer
derechos por sí mismo.
ESTADO:
El estado es un atributo propio de las personas físicas y hace referencia a la posición o rol que
ocupa una persona en la sociedad, por ejemplo estado civil, o en una familia, por ejemplo estado
de padre, de hijo, etc.
Caracteres:
El estado participa de los siguientes caracteres:
a) las normas que regulan el estado de las personas son de orden público; no pueden
ser modificadas por la voluntad de los interesados;
b) es indivisible y oponible erga omnes;
c) generalmente es recíproco o correlativo, porque a cada estado de una persona le
corresponde el de otro que resulta correlativo;
d) es inalienable, es decir intransmisible;
AUSENCIA DE LA PERSONA.
Definición
El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (79 a 84) las normas sustantivas y
procedimentales correspondientes a la simple ausencia y al procedimiento previsto a los fines de
obtener tal declaración. El fin último de esta regulación es la protección del patrimonio del ausente,
pues lo que se pretende es la designación de un curador especial a los bienes para que estos puedan
ser administrados en debida forma mientras dure el estado de ausencia.
Presupuestos Juridicos
Art. 79. Ausencia simple. Si una persona ha desaparecido de su domicilio, sin tenerse noticias
de ella, y sin haber dejado apoderado, puede designarse un curador a sus bienes si el cuidado de
éstos lo exige. La misma regla se debe aplicar si existe apoderado, pero sus poderes son insuficientes
o no desempeña convenientemente el mandato.
Requisitos:
- La persona haya desaparecido de su domicilio, sin que se tenga noticias sobre su existencia;
- Haya dejado bienes que exijan protección;
- No haya dejado apoderado o que los poderes del apoderado del ausente resulten insuficientes
o que éste haya incurrido en un desempeño inconveniente de su mandato.
Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para peticionar ante el juez
competente la declaración de ausencia simple, ni que la desaparición se vincule con un hecho
extremo del cual se presuma la muerte del ausente; sólo se impone que existan bienes para cuidar,
de manera tal que se adopten aquellas medidas necesarias para proteger el patrimonio del ausente.
MUERTE PRESUNTA.
Régimen legal. Casos y términos.
La presunción de fallecimiento, al igual que la muerte, constituyen supuestos jurídicos
extintivos de la persona humana. Así, los efectos de la sentencia judicial que declara el fallecimiento
presunto son idénticos a los de la muerte, pero la ley establece diferencias fundadas en la eventual
reaparición del declarado muerto presunto y en la necesidad de proteger sus intereses.
El Código prevé distintos supuestos, ya sea porque se ha perdido totalmente la noción o los
datos del paradero de una persona durante un tiempo prolongado o porque la persona se haya
encontrado en circunstancias en las que se presume su muerte.
Así, el Código contempla en el art. 85 el caso ordinario y en el art. 86 los supuestos
extraordinarios.
Caso ordinario de Muerte presunta: La ausencia de una persona de su domicilio sin que
se tenga noticia de ella por el término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento
aunque haya dejado apoderado.
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente. (Art. 85)
Hecho jurídico.
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin perjuicio
de lo establecido en disposiciones especiales.
ARTICULO 262.- Manifestación de la voluntad. Los actos pueden exteriorizarse oralmente, por
escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un hecho material.
ARTICULO 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
La principal diferencia entre ambos es que el simple acto lícito no tiene por fin inmediato crear,
modificar o extinguir relaciones o situaciones jurídicas, sino que, por el contrario, carece de este fin
inmediato y sus efectos jurídicos se darán prescindiendo de la voluntad del agente y por la simple
circunstancia de haberse colocado en la situación prevista por la norma como supuesto de hecho.
Por ejemplo, el que hace reparaciones urgentes en la propiedad de un amigo ausente no tiene en
miras (o sea, no tiene por fin inmediato) entablar una relación jurídica (el arreglo de una casa), sino
simplemente prevenir un perjuicio patrimonial al amigo ausente. La ley es entonces la que establece,
más allá de la intención de esta persona, que el beneficiado por esa reparación debe indemnizar al
amigo benefactor y dentro de la medida del beneficio que obtuvo por los gastos hechos por su
amigo.
Por su parte, los actos jurídicos tienen por fin inmediato adquirir, modificar, extinguir relaciones
o situaciones jurídicas. Es decir que el acto jurídico es el acto de autonomía privada mediante el
cual simplemente se persigue un fin práctico autorizado por el ordenamiento.
Voluntad Jurídica:
Buteler Cáceres (2000) explica que, si partimos de los atributos de las personas y, dentro de ello,
de la capacidad, se advierte que la voluntad o la aptitud de voluntad es el presupuesto primario,
indispensable de la capacidad de hecho.
Enunciación de los elementos internos y externos
ARTICULO 260.- Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención
y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior.
-discernimiento
Internos
-intención
-libertad
Elementos de la voluntad
Externos
Manifestación de la
voluntad
El discernimiento. Concepto
Esta aptitud depende del grado de madurez que se haya alcanzado y puede faltar por la edad o por
cuestiones de salud mental.
Privación de razón, ésta puede ser de dos clases según la falta de razón refleje alguna clase de
patología más o menos permanente o bien un oscurecimiento del intelecto temporal o accidental y
sólo relacionado con el acto en cuestión; circunstancias que incidirán en los extremos a acreditar en
un eventual juicio y, todo ello, debiendo tener en cuenta los alcances concretos de la inhabilidad del
sujeto en caso de que hubiera sido objeto de una declaración (Rivera y Medina, 2014).
Edad: las personas obran con discernimiento a partir de determinada edad.
Intencionalidad:
Aun cuando haya discernimiento, puede faltar la intención.La intención presupone siempre el
discernimiento, ya que no se puede concebir intención sin discernimiento (Buteler Cáceres, 2000).
En una palabra, es la conciencia plena y cabal del acto de los alcances de un acto determinado
La libertad
Respecto del discernimiento, éste existe o no en caso de que hayan causas obstativas, pero no es
pasible de vicios.
En relación a los otros dos elementos, intención y libertad, sí pueden concurrir vicios. Así, respecto
a la intención, pueden afectarla los vicios de error o ignorancia o el vicio del dolo. En estos casos,
no habrá intención. Y, respecto de la libertad, pueden concurrir la fuerza irresistible o la
intimidación..
El error. Noción
El primero de los vicios que afecta la intención es el error, y consiste en un conocimiento inexacto
de la realidad. Es el falso conocimiento o la falsa noción acerca de alguno de los elementos de las
circunstancias vinculadas al acto que se ejecuta o a su régimen legal.
Cabe distinguir entre error de derecho y error de hecho, según el falso conocimiento se dé respecto
de una norma jurídica aplicable a una determinada situación o relación jurídica o se le dé un alcance
distinto; o sobre las circunstancias o elementos fácticos que hacen al negocio o relación jurídica de
que se trate.
También se distingue entre error espontáneo o provocado, según la persona haya cometido la falsa
noción por ella misma o haya sido inducida a la falsa creencia. Y entre error esencial o accidental:
el primero es el que recae sobre la naturaleza del acto, su objeto, la causa principal, las cualidades
sustanciales de la cosa o la persona del otro contratante; el segundo es el que recae sobre algún
accesorio de la cosa. Finalmente, el error puede ser excusable o inexcusable, según haya habido
culpa o no del agente en el yerro
El error. Noción
El primero de los vicios que afecta la intención es el error, y consiste en un conocimiento inexacto
de la realidad. Es el falso conocimiento o la falsa noción acerca de alguno de los elementos de las
circunstancias vinculadas al acto que se ejecuta o a su régimen legal.
Cabe distinguir entre error de derecho y error de hecho, según el falso conocimiento se dé respecto
de una norma jurídica aplicable a una determinada situación o relación jurídica o se le dé un alcance
distinto; o sobre las circunstancias o elementos fácticos que hacen al negocio o relación jurídica de
que se trate.
También se distingue entre error espontáneo o provocado, según la persona haya cometido la falsa
noción por ella misma o haya sido inducida a la falsa creencia. Y entre error esencial o accidental:
el primero es el que recae sobre la naturaleza del acto, su objeto, la causa principal, las cualidades
sustanciales de la cosa o la persona del otro contratante; el segundo es el que recae sobre algún
accesorio de la cosa. Finalmente, el error puede ser excusable o inexcusable, según haya habido
culpa o no del agente en el yerro (Rivera y Medina, 2014).
El error de derecho. Definición. Principio general
El error de derecho consiste en desconocer la existencia o contenido de una norma
jurídica, o interpretar su significado de una manera distinta a la real, o hacer una
aplicación inexacta de esa norma a una situación jurídica que no la regula, o atribuir a
un hecho o una situación jurídica una calificación jurídica incorrecta, o suponer en vigor
una norma inexistente. En una palabra, es la defectuosa imputación de las consecuencias
jurídicas vinculadas a una determinada relación o negocio, en razón de una falsa noción sobre el
alcance, sentido y significación de la ley (Tagle, 2002).
El artículo 8 del Código Civil y Comercial dispone “Principio de inexcusabilidad. La ignorancia de
las leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, si la excepción no está autorizada por el
ordenamiento jurídico”.
De este modo, el precepto establece el principio general de que nadie, so pretexto de ignorancia,
podrá impedir la fuerza obligatoria de la ley o eludir las sanciones o responsabilidades que la ley
impone en razón de nuestros propios actos. Ello así, pues, si a cada uno le fuese permitido aducir
el desconocimiento de las leyes para eludir las consecuencias que emanan de sus prescripciones
(para sustraerse de las obligaciones que la ley impone), estaríamos ante un verdadero caos jurídico,
pues ningún derecho podría subsistir y no habría seguridad jurídica. Ahora bien, este principio no
es absolutamente rígido, ya que puede ceder ante excepciones que contemple el ordenamiento
jurídico; así también cuando, por una interpretación judicial, se pueda hacer mérito de las
situaciones de vulnerabilidad.
Error de hecho. Definición. Caracteres
El error de hecho, tal como ya referimos, es la falsa noción que recae sobre los elementos o
circunstancias fácticas vinculadas al negocio o a la relación jurídica de que se trate. Éste puede
recaer en el contenido o presupuesto del acto, así como en la identidad de las personas, en la
naturaleza o características de las cosas o los hechos materiales constitutivos de la conducta. El
error de hecho que vicia la voluntad debe ser espontáneo y esencial, ello de acuerdo lo prescribe el
art. 265 del código único, que prevé “Error de hecho. El error de hecho esencial vicia la voluntad y
causa la nulidad del acto. Si el acto es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además, ser
reconocible por el destinatario para causar la nulidad”. 27
Así las cosas, para que el error de hecho pueda ser invocado por quien lo ha sufrido, debe tratarse
de un error esencial, espontáneo y además reconocible.
El error es esencial si recae sobre la naturaleza del acto, sobre un bien o un hecho diverso
o de distinta especie que el que se pretendió designar, o una calidad, extensión o suma diversa a la
querida; sobre la cualidad sustancial del bien que haya sido determinante de la voluntad jurídica
según la apreciación común o las circunstancias del caso; sobre los motivos personales relevantes
que hayan sido incorporados expresa o tácitamente; sobre la persona con la cual se celebró o a la
cual se refiere el acto si ella fue determinante para su celebración (art. 267 del CCCN); en una
palabra, sobre los aspectos primordiales del acto.
El error es espontáneo si se ha cometido por una falsa noción de la persona misma y no porque
la otra parte del negocio jurídico la indujo a error, pues sería un error provocado. Es reconocible
cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la naturaleza del acto, las
circunstancias de persona, tiempo y lugar (art. 266 del CCCN). El error debe ser reconocible en los
actos jurídicos bilaterales –por ejemplo el contrato– y en los actos unilaterales recepticios, en los
que la declaración va dirigida a otra persona y, una vez conocida por ella, comienza a producir
efectos (por ejemplo una oferta contractual, una notificación de la cesión del deudor cedido).
Este requisito de la reconocibilidad significa que cada persona debe comportarse diligentemente, y
sólo se habilita la anulación del acto a favor del emisor cuando el yerro tendría que haber sido
conocido por el receptor de haber actuado con diligencia. Es decir que lo que hay que determinar
es si la persona afectada por la declaración del que yerra estuvo o no en condiciones de percibir
que el emisor se había equivocado y, en consecuencia, de haberle advertido, ya que, de ser
efectivamente así y no haberlo hecho, sería anulable el acto por haber actuado de mala fe.
Lo que la ley pretende es que ambas partes sean diligentes al celebrar un negocio y leales la una
con la otra: al emisor se le exige que no declare cualquier cosa sin medir las expectativas que genera
y al receptor, que, de percibir que se está incurriendo en error, se lo advierta a la otra parte para
que pueda rectificar, so pena de poder incurrir en reticencia dolosa (art. 271 CCCN). (Rivera y
Medina, 2014).
En una palabra, que sea reconocible por el destinatario de la declaración implica que, si ella no
conoció el error ni lo pudo conocer actuando con una normal diligencia, el acto viciado por error y,
por ende, involuntario, produce la plenitud de sus efectos.
El error esencial, regulado en el art. 267 del Código Civil y Comercial, es el que afecta los aspectos
primordiales del acto. El precepto contempla distintos supuestos.
a) Error en la naturaleza del acto: es aquel que recae sobre la especie jurídica del acto que se
celebra, produciéndose una divergencia o falta de concordancia entre la declaración o
comportamiento de una de las partes y la representación de lo declarado o actuado. Por ejemplo,
cuando alguien presta algo a quien entiende que se lo están regalando.
b) Error sobre el objeto: este error se produce cuando el sujeto cree celebrar un negocio jurídico
respecto de un determinado objeto o de un determinado hecho y, en realidad, se trata de una cosa
o hecho distinto. Puede afectar la individualidad de la cosa, por ejemplo: creo estar comprando un
terreno en un determinado lugar y lo estoy comprando en otro; en su especie: por ejemplo, en una
venta de granos, el vendedor ha entendido que se trata de cebada y el comprador de trigo; error
sobre la cantidad, extensión o suma, este error de cantidad no debe consistir en un mero error en
el cálculo.
c) Error en la sustancia: debe entenderse por sustancia o cualidades sustanciales de una cosa, todas
las partes y todas las propiedades de una cosa, sin las cuales dejaría de ser lo que ella es. Es decir,
no sólo debe tratarse de una cualidad de la cosa sino que esa cualidad se ha tenido en mira al
contratar, es decir, no debe ser accidental. En una palabra, habrá que ver en cada caso cuáles son
las cualidades esenciales de la cosa, que son aquellas que las partes esperaron encontrar en el
objeto adquirido y que fueron especialmente tenidas en cuenta, como también el supuesto de que,
sin esas cualidades, el acto no se habría celebrado, cuestión que debe ser apreciada conforme a las
circunstancias del caso.
d) Error en la causa: se trata del error que recae sobre el elemento moral, es decir, el motivo
interno que ha inclinado a ejecutar el acto. Al pertenecer al fuero interno de cada sujeto, los motivos
sólo pueden llevar a una anulación cuando surjan expresa o implícitamente del acto, ya que, de lo
contrario, se estaría perjudicando a la otra parte, que no tiene forma de conocer lo que pensaba el
otro. Así, quien compra un automóvil creyendo por error que el suyo no tiene arreglo no podría, una
vez advertido de la realidad de las cosas, demandar la nulidad del acto, ya que se trata de motivos
ajenos al vendedor.
e) Error en la persona: el error sobre la persona es aquel que recae sobre alguno de los sujetos o
partes del negocio, ya sea respecto de la identidad de uno de ellos o de sus cualidades. Este error
es causa de nulidad solamente cuando la consideración de la persona ha sido causa determinante
para su celebración, como la donación hecha a una persona a quien se toma por otra, o en las
obligaciones intuitae personae; pero no es causa de nulidad cuando la persona del contratante es
indiferente, como en el caso de un prestamista, vendedor o locador.
Por otro lado, el art. 270 del Código prevé el error en la declaración y el error en la transmisión. El
primero consiste en que lo querido queda desvirtuado en su manifestación externa por distracción,
apresuramiento o inadvertencia. Esta categoría tiene dos variantes: la primera, cuando hay una
divergencia entre la voluntad interna y la declaración, que puede darse al haber escrito algo
incorrecto (lapsus calami) o empleado palabras no queridas (lapsus linguae), por ejemplo, si escribo
“compro” cuando, en realidad, quiero decir “vendo”. La segunda variante se da cuando ni siquiera
tenía la intención de manifestar algo, por ejemplo: si alguien ingresa a una sala de remate y levanta
la mano para saludar, y se interpreta que está ofertando.
El error en la transmisión se origina en una persona distinta del emisor que, encargada de trasmitir
la declaración de voluntad del sujeto dueño del negocio jurídico, la expresa desvirtuándola. Ambos
errores, tanto en la declaración como en la transmisión, pueden referirse a cualquiera de los casos
de error esencial y, por ende, invalidar el acto. (Rivera y Medina, 2014).
Por último, es dable señalar que el error de hecho esencial y reconocible es el que justifica la nulidad
del acto y por ende puede ser invocado por quien lo ha sufrido a fin de que se deje sin efecto el
acto celebrado, pues se ha viciado la voluntad o, más precisamente, el elemento interno “intención”.
Ahora bien, si la otra persona afectada por el acto acepta realizarlo en la manera en que la entendió
el otro, el error en la práctica desaparece y el negocio deviene exactamente lo que la víctima del
yerro pensaba celebrar desde un principio. Así las cosas, desaparecido el error, desaparece la causa
que da origen a la anulación y el consecuente derecho a reclamarla por parte de quien antes se veía
afectado, todo ello de conformidad al art. 269 del código único.
Por otro lado, está el error accidental, que es el que recae sobre las cualidades no sustanciales de
las cosas o sobre los motivos no determinantes del acto, por lo que no acarrea la nulidad. El artículo
268 del Código Civil y Comercial prevé “Error de cálculo. El error de cálculo no da lugar a la nulidad
del acto, sino solamente a su rectificación, excepto que sea determinante del consentimiento”.28
El error de cálculo es un tipo de error accidental que se da cuando, en el acto, se establecen las
bases para fijar el precio, pero se realiza mal el cálculo para fijarlo, se adicionan mal las cuotas que
integran el saldo del precio, etc. En la práctica, este error no invalida el negocio jurídico, pues del
acto mismo se puede llegar a la voluntad real y determinar que es un error. Esto es así siempre que
no fuera determinante del consentimiento, pues en ese caso se convertiría en error esencial y
habilitaría a la nulidad del acto (Rivera y Medina, 2014).
El dolo. Diversas acepciones
La palabra dolo tiene en derecho distintas acepciones: a) como elemento intencional del acto ilícito,
es la intención o propósito de causar un daño; b) en el ámbito obligacional, el dolo es la deliberada
intención de no cumplir pudiendo hacerlo y c) como vicio de la voluntad, en tanto interviene en la
formación del acto jurídico, consiste en maniobras engañosas empleadas por una de las partes para
inducir a la otra a celebrar un determinado acto jurídico.
El régimen legal aplicable al dolo como vicio que afecta la intención en los actos voluntarios está
contenido en los arts. 271 a 275 del Código Civil y Comercial. El art. 271 expresa:
Acción y omisión dolosa. Acción dolosa es toda aserción de lo falso o disimulación de lo verdadero,
cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee para la celebración del acto. La omisión
dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el acto no se habría realizado sin la
reticencia u ocultación.
De tal modo, el dolo es toda maniobra tendiente a engañar, a fin de inducir a alguien a la realización
de un acto que no habría sido celebrado de no mediar este vicio. Puede consistir tanto en una acción
como en una omisión dolosa. En el primero se realizan maniobras o ardides destinados a provocar
una falsa visión en la víctima para que realice un acto que, de otra manera, no habría decidió
ejecutar; en tanto, en el segundo, se aprovecha el engaño de otro, pese a no haber realizado nada
concreto para que cayera en el mismo.
Para que el dolo provoque la invalidez del negocio jurídico, será imprescindible que concurran las
siguientes circunstancias: a) Que el dolo haya sido esencial, es decir grave, determinante de la
voluntad. b) Que haya ocasionado un daño importante. c) Que no haya habido dolo recíproco, es
decir de ambas partes.
Dolo esencial e incidental. Efectos
El artículo 272 del Código prevé “Dolo esencial. El dolo es esencial y causa la nulidad del acto si es
grave, es determinante de la voluntad, causa un daño importante y no ha habido dolo por ambas
partes”30.
De tal modo, el dolo esencial es el que ha sido causa determinante, causa eficiente del
consentimiento del engañado para la celebración del acto y puede ser invocado para anularlo. Para
determinar si el dolo es esencial, habrá que verificar que se reúnan los cuatro requisitos que fija el
precepto:
Que sea grave: la gravedad del dolo alude a la entidad del engaño, astucia o ardid. La conducta o
maniobra empleada debe ser apta para inducir a engaño a una persona que pone la diligencia
necesaria en los asuntos, calidad que ha de ser evaluada en función de las circunstancias y
condiciones personales del sujeto engañado. Debe ser determinante de la voluntad: ello es así
cuando, de no haber mediado el engaño, el sujeto no hubiere celebrado el negocio jurídico. Ésta es
la principal diferencia con el dolo incidental que seguidamente veremos. Debe probar un daño
importante: el artículo no sólo requiere que la víctima haya sufrido un daño, sino que éste haya sido
de relevancia, con cierta significación para la persona que lo sufre, pero no sólo de significación
económica, pues puede tratarse de un daño moral. (Tagle, 2002). Ausencia de dolo de ambas
partes: quien obra con dolo no puede pretender que se anule el acto alegando el cometido en su
perjuicio por la otra parte. Ello así, pues se trata de una exigencia negativa, cuyo fundamento radica
en la regla de que nadie puede alegar la propia torpeza. Además, se trata de un deber moral que
deben presidir las relaciones entre las personas, por ello “quien juega sucio no tiene derecho a exigir
juego limpio” (Rivera y Medina, 2014, p. 626).
Por su parte, el dolo incidental es aquel en el que le faltan uno o más requisitos que exige el art.
272 para que el dolo sea apto para actuar como vicio. El dolo incidental no afecta la celebración del
acto, sino sus condiciones. Es decir, la parte que lo sufre lo habría celebrado aun de no haber
mediado el engaño, aunque en condiciones distintas; por ende, no es causa de invalidez del acto,
aunque quien lo comete debe resarcir los daños causados de conformidad al art. 275 del Código
Civil y Comercial.
Finalmente, debemos señalar que el dolo esencial y el dolo incidental pueden ser directo, si es
cometido por una de las partes del acto jurídico, su dependiente o representante; o indirecto, si
proviene de la conducta de un tercero ajeno a la relación de que se trata para beneficiar a alguna
de las partes. Una y otra clase de dolo afectan la validez del acto (art. 274 del CCCN)
La violencia. Noción
La libertad como tercer requisito de la voluntad es aquélla que permite autodeterminarse sin
influencias mayores a las habituales.
La violencia importaría una influencia superior a la tolerable: consiste en ejercer coerción sobre
una persona para obligarla a realizar un acto.
Nuestro Código emplea los términos “fuerza irresistible” e “intimidación” para referirse a la violencia
como vicio de la voluntad que excluye la libertad. Así, la violencia en términos jurídicos es la coerción
que por distintos medios se emplea sobre una persona para obligarla a ejecutar un acto que no
estaba dispuesta realizar.
La violencia se presenta en dos formas diferentes: la fuerza irresistible, que tiene lugar cuando
se excluye la voluntad mediante el empleo de una presión física irresistible o de malos tratamientos
corporales; o bien, la intimidación o amenazasque inspiran en la víctima el temor fundado de
sufrir un mal inminente y grave que suprime su libertad en el obrar.
Sub-Eje Temático 6: Los actos jurídicos: Definición. Elementos esenciales y accidentales. Vicios
de los actos jurídicos. La lesión. Concepto. Presupuestos de procedencia. Acciones del lesionado.
Efectos. La simulación. Concepto. Elementos. Clases. Acción entre partes y por terceros. Efectos. El
fraude. Noción. La acción de inoponibilidad. Requisitos de procedencia. Efectos. Ineficacia de los
actos jurídicos. Concepto. Categorías de ineficacia. Efectos.
Definición.
“El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación
o extinción de relaciones o situaciones jurídicas”. ART. 259 C.C.C
Caracteres:
1) Es un acto voluntario: el acto jurídico es en esencia un acto voluntario, es decir ejecutado
con discernimiento, intención y libertad. Esta voluntad interna debe traducirse en una acción
material que la dé a conocer.
2) Acto lícito: el acto jurídico debe ser conforme a los preceptos del derecho, pues no podría
concebirse que el ordenamiento tutelara actos contrarios al ordenamiento mismo.De modo
que,cuando aparece en sus elementos lo contrario a la ley, al orden público o a las buenas
costumbres, la ilicitud se comunica a todo el acto que, en consecuencia, es inválido.
3) El fin jurídico inmediato: el fin jurídico es la realización de un interés que la ley considera
digno de tutela, característica sobresaliente del acto jurídico porque en ella se manifiesta el aspecto
funcional del negocio jurídico como instrumento destinado a cumplir una función económico-social.
Este aspecto funcionales el que permite distinguir el acto jurídico de otros actos que, siendo
voluntarios y lícitos, no son actos jurídicos, ya que la voluntad no está encaminada a establecer
relaciones jurídicas, o no tiene por objeto inmediato la producción de efectos jurídicos”.
Las partes: son las personas o sujetos que, con la declaración de voluntad, ejercen una
prerrogativa jurídica que les es propia, por repercutir directamente en su esfera de interés
patrimonial o extrapatrimonial.
Clases de Representación
a) legal cuando resulta de una norma de derecho, Ejemplo : curadores, tutores y los padres.
b) voluntaria: tiene su origen en la voluntad del representado.
c) orgánica. Teoría del órgano: corresponde a las personas jurídicas art 141.
El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral,
a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana.
Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea. Articulo 279
Requisitos:
a) Posibilidad: el objeto del acto jurídico no debe ser imposible, requisito que se predica no sólo
de los hechos sino también de los bienes.
La imposibilidad para causar la nulidad del acto debe ser:
- originaria, es decir, debe estar presente desde que el acto se celebró, sin perjuicio del
supuesto de convalidación previsto para los actos jurídicos sujetos a plazo o condición suspensiva
(art. 280);
- absoluta, el objeto debe ser imposible para todos y no sólo para el sujeto obligado. Si la
imposibilidad es parcial, el acto no es necesariamente nulo; quien pretendió adquirir un derecho
sobre un objeto parcialmente imposible puede dejar sin efecto el contrato o demandar la parte
que existiese (art.1130)(Rivera y Medina, 2014).
-
b) Determinabilidad: el objeto del acto jurídico debe ser determinado o determinable. Este
requisito surge de los arts. 1005 y 1006del CCCN, que regulan el objeto de los contratos
individualización. En caso de que el objeto fuera absolutamente indeterminable, el acto podrá ser
declarado nulo.
c) Licitud: cuando la conducta que constituye el objeto del negocio está prohibida, el acto tiene un
objeto ilícito.
No lesivos de los derechos ajenos a la dignidad humana: serían hechos lesivos de los
derechos ajenos, por ejemplo, los actos fraudulentos, debiendo señalar que en tal caso el acto es
inoponible, y no nulo.
Si el objeto del acto jurídico no cumpliere los recaudos señalados, podrá ser declarado nulo.
La nulidad absoluta o relativa, como ya veremos, dependerá de qué tipo de interés se
vea afectado, pues, si se afecta el interés general, será absoluta, y relativa si es
particular.
En relación a la forma:
Es el modo de exteriorización de la voluntad o de las voluntades jurídicas, el elemento exterior y
sensible por el que se manifiesta el contenido inmaterial que es la voluntad o voluntades orientadas
a producir efectos jurídicos.
Elementos accidentales
Son aquellas disposiciones accesorias introducidas por las partes, que modifican los efectos
normales del tipo legal, subordinando a un acontecimiento futuro la adquisición de un derecho
o la resolución de un derecho ya adquirido, postergando su exigibilidad, o imponiendo un deber
jurídico excepcional y accesorio al adquirente de un derecho. Son: a) condición; b) plazo; c)
cargo.
Concepto
De este concepto surgen los caracteres de la condición:
Clases de condición
condición suspensiva supedita la plena eficacia de la relación jurídica a la realización de
un hecho futuro e incierto previsto como condición, con lo cual se origina un derecho eventual
ya que, si la condición no se cumple, el acto jurídico no podrá perfeccionarse. Es decir, cuando
la condición es suspensiva, el acto no produce sus efectos sino a partir del momento en que
aquélla se cumple.
condición es resolutoria cuando lo que depende del hecho incierto y futuro es la extinción
del derecho ya adquirido. Ello implica que los efectos del acto comienzan a producirse desde
el momento mismo de la celebración del acto, pero cesan si la condición no tiene lugar.
condiciones prohibidas, (art 344)disponiendo la nulidad del acto jurídico cuando se haya
establecido el acto sujeto a un hecho imposible, contrario a la moral y a las buenas
costumbres, prohibido por el ordenamiento jurídico o que dependa exclusivamente de la
voluntad del obligado.
Además, establece que la condición de no hacer una cosa imposible no perjudica la validez
de la obligación si ella fuera pactada bajo modalidad suspensiva.
se tendrán por no escritas las condiciones que afecten de modo grave las libertades de la
persona, como la de elegir domicilio o religión, o decidir sobre su estado civil; debiendo
entender que el dispositivo es meramente enunciativo y por lo tanto comprensivo de otros
casuismos que impliquen afectar las libertades individuales.
En este sentido, tanto el plazo como la condición refieren a un hecho futuro, aunque, a
diferencia de la condición, en la que el suceso es contingente (es decir que no se sabe si se
va a producir), en el plazo, el acontecimiento debe fatalmente ocurrir.
Condición Plazo
Concepto Es la cláusula por la que las Es la modalidad de los actos
partes subordinan la plena jurídicos por la cual las partes
eficacia o resolución a un subordinan a un acontecimiento
hecho futuro e incierto (no futuro, pero que fatalmente se
se sabe si ocurrirá). producirá, la exigibilidad o la
aniquilación de los derechos.
Caducidad de plazo
El artículo 353 delCCCN establece los distintos supuestos en que, aun estando pendiente de
cumplimiento el plazo, la ley determina su decaimiento, es decir que el deudor no puede invocar la
pendencia del plazo. Los distintos casos son:
a) si se ha declarado su quiebra: ello así, pues la quiebra produce el vencimiento de todos los
plazos de las obligaciones del fallido.
b) La disminución, por acto propio del deudor, de las seguridades concedidas al acreedor
para el cumplimiento de la obligación. Por ejemplo, si el deudor había constituido caución real
o personal para garantizar el cumplimiento de la obligación y luego las revoca.
c) Si el deudor no ha constituido las garantías prometidas: este supuesto prevé por ejemplo
la hipótesis en que el deudor se comprometió a otorgar una determinada garantía, sea ésta personal
–por ejemplo fianza, aval–o real–por ejemplo prenda, hipoteca, anticresis–y omite constituir las
garantías a los fines de asegurar la acreencia.
Pero dicho incumplimiento no afecta la adquisición del derecho ya que,si esto ocurre, no se tratará
de un cargo sino de una condición.
La excepción a dicha regla está dada por aquellos casos en que el cargo se hubiere estipulado
como condición suspensiva o resolutoria.
En el primer caso, el incumplimiento del cargo impedirá que se puedan cumplir los efectos normales
del acto jurídico hasta tanto no se cumpla con el cargo; y en el segundo, si el adquirente del derecho
principal no cumple con la obligación que le fue impuesta como accesoria, se le cancelará el derecho
adquirido.
El principio general que gobierna el instituto es que la inejecución del cargo en nada afecta el
derecho principal, salvo los casos en que se hubiere estipulado como cargo condicional suspensivo
o resolutorio. Pero,fuera de esos casos, el cargo en su dinamismo ordinario no influye en la pérdida
del derecho al cual accede (Llambías, 2004).
Los vicios de los actos jurídicos son defectos, imperfecciones o anomalías susceptibles
de provocar la ineficacia del negocio, por atentar contra la licitud, la buena fe o
perjudicar los intereses de terceros.
Son vicios propios de los actos jurídicos la lesión, la simulación y el fraude.
Lesión. Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una de las
partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera por
medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en el
momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio,
pero la primera de estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por
el demandado al contestar la demanda.
Pueden ejercer la acción : o el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción. Articulo 322
El vicio de lesión queda configurado cuando una de las partes, explotando la necesidad, debilidad
síquica o inexperiencia de la otra, obtuviere por medio de un acto jurídico una ventaja patrimonial
evidentemente desproporcionada y sin justificación.
ARTICULO 332.- Lesión. Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando
una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra,
obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin
justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en el
momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la
primera de estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el
demandado al contestar la demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
La simulación
ARTICULO 335.- Acción entre las partes. Contradocumento. Los que otorgan un acto
simulado ilícito o que perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el
otro sobre la simula-ción, excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las
resultas del ejercicio de la acción de simulación.
La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo contradocumento.
Puede prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por las cuales no existe o no
puede ser presentado y median circunstancias que hacen inequívoca la simulación.
ARTICULO 336.- Acción de terceros. Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son
afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad. Pueden acreditar la simulación
por cualquier medio de prueba.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto
impugnado sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en la simulación.
Fraude
La noción de fraude implica una inmediata referencia al engaño, al acto contrario a la verdad
y al recto proceder. El fraude supone una conducta al recto proceder. El fraude supone una
conducta tendiente a eludir los efectos de una norma imperativa o de origen convencional,
utilizando otra vía negocial no reprobada por ley. El fraude se configura mediante actos
reales, serios y no aparentes, no simulados.
Fraude
a) que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor haya actuado con
el propósito de defraudar a futuros acreedores;
c) que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que el acto
provocaba o agravaba la insolvencia.
ARTICULO 340.- Efectos frente a terceros. Deber de indemnizar. El fraude no puede oponerse a los
acreedores del adquirente que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado
sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en el fraude; la complicidad se presume
si, al momento de contratar, conocía el estado de insolvencia.
ARTICULO 341.- Extinción de la acción. Cesa la acción de los acreedores si el adquirente de los
bienes transmitidos por el deudor los desinteresa o da garantía suficiente.
La acción de inoponibilidad
En primer lugar, cabe señalar que el efecto de la acción de fraude no es la nulidad, sino la
inoponibilidad. Este efecto implica que el acto otorgado por el deudor en fraude a los
acreedores esválido entre éste y el tercero con quien celebró el acto y sólo queda privado de
eficacia frente al acreedor que acciona, es decirqueno puede hacerse valer contra él en la
medida necesaria para la satisfacción de su crédito.
SECCION 1ª
Disposiciones generales
ARTICULO 382.- Categorías de ineficacia. Los actos jurídicos pueden ser ineficaces en razón de su
nulidad o de su inoponibilidad respecto de determinadas personas.
ARTICULO 383.- Articulación. La nulidad puede argüirse por vía de acción u oponerse como
excepción. En todos los casos debe sustanciarse.
ARTICULO 384.- Conversión. El acto nulo puede convertirse en otro diferente válido cuyos requisitos
esenciales satisfaga, si el fin práctico perseguido por las partes permite suponer que ellas lo habrían
querido si hubiesen previsto la nulidad.
ARTICULO 385.- Acto indirecto. Un acto jurídico celebrado para obtener un resultado que es propio
de los efectos de otro acto, es válido si no se otorga para eludir una prohibición de la ley o para
perjudicar a un tercero.
SECCION 2ª
ARTICULO 386.- Criterio de distinción. Son de nulidad absoluta los actos que contravienen el orden
público, la moral o las buenas costumbres. Son de nulidad relativa los actos a los cuales la ley
impone esta sanción sólo en protección del interés de ciertas personas.
ARTICULO 387.- Nulidad absoluta. Consecuencias. La nulidad absoluta puede declararse por el juez,
aun sin mediar petición de parte, si es manifiesta en el momento de dictar sentencia. Puede alegarse
por el Ministerio Público y por cualquier interesado, excepto por la parte que invoque la propia
torpeza para lograr un provecho. No puede sanearse por la confirmación del acto ni por la
prescripción.
ARTICULO 388.- Nulidad relativa. Consecuencias. La nulidad relativa sólo puede declararse a
instancia de las personas en cuyo beneficio se establece. Excepcionalmente puede invocarla la otra
parte, si es de buena fe y ha experimentado un perjuicio importante. Puede sanearse por la
confirmación del acto y por la prescripción de la acción. La parte que obró con ausencia de capacidad
de ejercicio para el acto, no puede alegarla si obró con dolo.
SECCION 3ª
ARTICULO 389.- Principio. Integración. Nulidad total es la que se extiende a todo el acto. Nulidad
parcial es la que afecta a una o varias de sus disposiciones.
La nulidad de una disposición no afecta a las otras disposiciones válidas, si son separables. Si no
son separables porque el acto no puede subsistir sin cumplir su finalidad, se declara la nulidad total.
En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez debe integrar el acto de acuerdo a su
naturaleza y los intereses que razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes.
SECCION 4ª
Efectos de la nulidad
ARTICULO 390.- Restitución. La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo estado
en que se hallaban antes del acto declarado nulo y obliga a las partes a restituirse mutuamente lo
que han recibido. Estas restituciones se rigen por las disposiciones relativas a la buena o mala fe
según sea el caso, de acuerdo a lo dispuesto en las normas del Capítulo 3 del Título II del Libro
Cuarto.
ARTICULO 391.- Hechos simples. Los actos jurídicos nulos, aunque no produzcan los efectos de los
actos válidos, dan lugar en su caso a las consecuencias de los hechos en general y a las reparaciones
que correspondan.
ARTICULO 392.- Efectos respecto de terceros en cosas registrables. Todos los derechos reales o
personales transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una persona que ha
resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser reclamados
directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos reales o personales de buena
fe y a título oneroso.
Los subadquirentes no pueden ampararse en su buena fe y título oneroso si el acto se ha realizado
sin intervención del titular del derecho.
SECCION 5ª
Confirmación
ARTICULO 393.- Requisitos. Hay confirmación cuando la parte que puede articular la nulidad relativa
manifiesta expresa o tácitamente su voluntad de tener al acto por válido, después de haber
desaparecido la causa de nulidad.
ARTICULO 394.- Forma. Si la confirmación es expresa, el instrumento en que ella conste debe reunir
las formas exigidas para el acto que se sanea y contener la mención precisa de la causa de la
nulidad, de su desaparición y de la voluntad de confirmar el acto.
La confirmación tácita resulta del cumplimiento total o parcial del acto nulo realizado con
conocimiento de la causa de nulidad o de otro acto del que se deriva la voluntad inequívoca de
sanear el vicio del acto.
ARTICULO 395.- Efecto retroactivo. La confirmación del acto entre vivos originalmente nulo tiene
efecto retroactivo a la fecha en que se celebró. La confirmación de disposiciones de última voluntad
opera desde la muerte del causante.
SECCION 6ª
Inoponibilidad
ARTICULO 396.- Efectos del acto inoponible frente a terceros. El acto inoponible no tiene efectos
con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.
ARTICULO 397.- Oportunidad para invocarla. La inoponibilidad puede hacerse valer en cualquier
momento, sin perjuicio del derecho de la otra parte a oponer la prescripción o la caducidad.
TITULO V
ARTICULO 398.- Transmisibilidad. Todos los derechos son transmisibles excepto estipulación válida
de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe trasgresión a la buena fe, a
la moral o a las buenas costumbres.
ARTICULO 399.- Regla general. Nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que
el que tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente dispuestas.
ARTICULO 400.- Sucesores. Sucesor universal es el que recibe todo o una parte indivisa del
patrimonio de otro; sucesor singular el que recibe un derecho en particular.
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