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NOCIONES SOBRE EL PODER Y EL DERECHO

EN LA HISTORIA ARGENTINA

1. INTRODUCCIÓN
1. NUESTRO PROPÓSITO
Descripción de la relación existente entre el poder y el derecho tal como es en la realidad
(comprender la realidad implica establecer relaciones entre sus partes).
Las reflexiones sobre estas relaciones, se agrupan en dos clases: las que sostienen la
primacía del poder sobre la norma y las que, por el contrario, sostienen la primacía de la norma
sobre el poder.
Opinión de O.P. se inclina por la primera, con matices.

El conflicto es el núcleo de la vida social  por ello se necesita de otro elemento para
articular la vida social por encima del conflicto y crear a pesar de él, un espacio común de
convivencia humana: el poder.

“Sin necesidad de asumir una naturaleza intrínsecamente mala en el hombre, si podemos


reconocer que ella existe en el hombre y el papel esencial que ha jugado la violencia en el
desarrollo de las S.” GIRARD nos sugiere que la violencia es parte fundamental de la naturaleza
humana y que el hombre no puede ser considerado necesariamente un ser social, porque de otra
forma, no se podría explicar su agresividad contra sus semejantes. El hombre como animal social
esconde una profunda contradicción. Para constituir una sociedad y una civilización el hombre
debe haber sacrificado, sino por completo, por lo menos en gran parte, su lado agresivo y violento.

La política se define por dos grandes principios generadores de cualquier sociedad: el


conflicto y el poder, o el desorden y el orden, ése es el lugar desde donde nace el derecho.
Establecido el orden social, el poder se puede ejercer sobre la base de un consenso de las
fuerzas sociales o por actos de imposición. Los acuerdos siempre serán transitorios. (Para quienes
consideran filosóficamente a la política como una relación antagónica o bélica, la reconciliación
eterna resulta imposible).
Desde el origen de los tiempos, el poder y el derecho son hermanos, pero recién en el siglo
XVIII el derecho adquirió su mayoría de edad y se atrevió a “tratar” con su hermano mayor.

2. PODER Y DERECHO
FOUCALT: “Tradicionalmente se consideraba que para analizar el derecho bastaba con
estudiar las formas jurídicas que regían lo que estaba permitido y lo que estaba prohibido; ese
derecho es un hecho, más que un instrumento de poder en definitiva bastante inadecuado y
bastante irreal y abstracto. Que en concreto las relaciones de poder son mucho más complejas y lo
que traté de analizar es precisamente todo lo extrajurídico, todas las coacciones extrajurídicas que
pesan sobre los individuos, pero asimismo la que el padre de familia ejerce sobre su mujer e hijos,
el poder ejercido por el médico, el poder ejercido por el notable, el poder que el dueño de su fábrica
ejerce en sus obreros. En lo que tiene de general, de abstracto y hasta de violento la estructura del
Estado no lograría sujetar así, continuamente y como quien no quiere la cosa, a todos los
individuos, sino se enraizara, si no utilizara, como una especie de gran estrategia, la totalidad de
las pequeñas tácticas locales e individuales que envuelven a cada uno de nosotros”.

1. CARACTERÍSTICAS DEL PODER


a) El poder es una producción social.
b) El poder es siempre una relación asimétrica. Puede estar apoyado en la existencia
de una voluntad de mando y/o subordinación.
No todo es poder, pero el poder se produce en todas las relaciones de la vida social
y hasta en las más privadas. Es un error considerar el poder en un núcleo exclusivo
como el poder del Estado.
Siempre, donde la reciprocidad deviene asimétrica aparece el poder, y por regla no
existen relaciones sociales donde no se establezcan desequilibrios.
c) El poder está diseminado por todo el espacio social.
d) El poder es siempre una capacidad de lograr algo.

2. FORMAS DE EJERCICIO DEL PODER


 Coerción: es la capacidad de hacer obedecer a otros aunque no lo quieran.
 Autoridad: es la capacidad de producir realizaciones de todo tipo basada en el
consenso y en la aceptación de los demás. Es el ejercicio del poder legítimo.
 Influencia: es la capacidad de persuadir a los demás, a dirigirlos a objetivos
buscados.
 Manipulación: es la capacidad de producir los resultados buscados sin que los
sujetos involucrados sean conscientes de los mismos.

3. CLASIFICACIÓN DEL PODER


- Poder humano.
- Poder destructivo.
- Poder constructivo.
El producto de los tres factores nos da el poder total, real y potencial de una nación o un
grupo de naciones.

4. AHORA SI LA RELACIÓN ENTRE PODER Y DERECHO


El poder “resuelve” el conflicto e instaura el orden, ese orden se expresa a través del
derecho.
El orden es el objetivo del E y la base del D, mantenerlo es su fundamento y objetivo
principal, diría más que su finalidad de justicia, porque sin orden no hay posibilidad de que pueda
existir la justicia.
Esa íntima conexión, se presenta nítidamente en el esquema de Kelsen, cuando se refiere a
la revolución, entendida esta como la sustitución de esa “norma básica” que daba la validez a toda
la estructura jurídica. El hecho, el poder de la revolución es quien va a hacer que esas nuevas
normas valgan, tengan validez.
La creación del derecho es una creación del poder. El poder es el soporte material del D. En
situaciones “anormales”, la relación poder-derecho se altera, y también en “situaciones normales”.
Los actores sociales necesitan establecer las mínimas y básicas reglas de juego de un
“sistema político”, cualesquiera sean sus características, naturaleza e ideario, para escapar a las
tendencias entrópicas de los avatares del poder. Los límites de un sistema político son dibujados
por el campo de la legalidad, y a veces, por el de la legitimidad.
De allí que “los problemas constitucionales no son primariamente problemas de derecho,
son de poder”. (La Salle, Fernando).
Existe una importante diferencia: el poder no reconoce el vacío, jamás se interrumpe; el
derecho puede tener una fase en el vacío, una interrupción, desde donde el poder vuelve a
engendrarlo; el estado de excepción es un lugar donde poder y derecho inicialmente se
encuentran divorciados.

3. LA VIOLENCIA, LA LEGITIMIDAD
En la fundación del derecho, la violencia tiene una doble función:
 La fundación del derecho tiene como fin “ese” derecho que, con la violencia como
medio, aspira a implantar;
 Posteriormente, el D, una vez establecido, no renuncia a la violencia y la despliega
como violencia conservadora. Este derecho no solo no está libre de violencia, sino
que esta intrínsecamente ligado a ella.
Es así como la fundación del derecho y la fundación de poder se equiparan y son ambas
manifestaciones de la violencia. (Walter Benjamin).
La violencia es fundadora de la juridicidad estatal, por eso se hace la exigencia de que
exhiba sus títulos de triunfo, mientras que la violencia conservadora tiene por límite el que no
debe proponer fines nuevos.
La violencia puede ser legítima o ilegítima  depende de quién o quienes realizan los
actos. Situación estática que se puede modificar, ya que tal distinción no es una cuestión de
personas o grados de intensidad, sino de resultado, y ese resultado lo condiciona como legal o
legítimo o al contrario. “Los vencedores no son juzgados”.
Toda la legitimidad política fundada en la violencia o erigida sobre ella se gana ex post (así
fue el nacimiento del Estado Nación en Europa en el Siglo XV).
En nuestra América Latina, el proceso fue distinto, el nacimiento del EN, fue el resultado de
una lucha entre las distintas propuestas de orden, entre distintos proyectos de organización y
ejercicio del poder.
El estado para ser tal, debe ejercer el “monopolio de la violencia”, y el derecho expresa
esa relación de dominación sobre los hombres. Esa legitimación puede adoptar las tres formas
clásicas de Max Weber: legal, tradicional y carismática.
La legitimación del poder consiste en el grado de consenso que tenga en una parte
relevante de la población, de forma tal que asegure la obediencia sin que sea necesario, salvo
casos marginales, recurrir al uso de la fuerza; la creencia en la legitimidad es un elemento
integrante de la relación de poder.

2. EL PODER: CARACTERÍSTICAS Y FUENTES


1. EL MIEDO
Observando la relación de tensión que genera el poder, podemos distinguir:
Que esa tensión se origina a partir del miedo.
El proceso es el siguiente – en palabras de HOBBES -: el conflicto; la inseguridad genera
miedo que es el elemento que determina el nacimiento del E, pues los ciudadanos renuncian a una
parte importante de su libertad, y a su derecho a todo, incluyendo el derecho a la resistencia,
siempre y cuando el “Leviatán”, cumpla con su mandato de protección: terminar la guerra de todos
contra todos, propia del estado de naturaleza.
El fin de obediencia es la protección, y para asegurar la obediencia el Estado impone
penas.
Ese temor reverencial es la base de la estabilidad del pacto social y el respeto de las leyes
naturales por parte de los hombres, en contra de sus mismas pasiones.
Ya MAQUIAVELO, indagando si es mejor para el gobernante “ser amado que ser temido”,
dijo que ambas cosas son convenientes, “pero siendo difícil que estén juntas, mucho más seguro es
ser temido que amado (…)”.
El miedo es la cuna del poder. El momento “constitutivo” de todo poder terrenal involucra
violencia, negación, falsedad, alarma y miedo de los sometidos.
El miedo es un elemento del poder político y del derecho; el reconocimiento de una
posición de orden está vinculada a la capacidad de control de quien la ejerce sobre los asuntos,
situaciones y los sujetos que provocan temor porque son peligrosos o dañinos o pueden llegar a
serlo.
El miedo deviene en un nuevo principio de integración social y se pasa al exacerbamiento
de la criminalización de los problemas sociales, y el Estado Social de derecho se transforma en
Estado de seguridad pública.

2. EL PODER
PODER: La capacidad relacional que permite a un actor social influir en forma asimétrica
en las decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezca la voluntad, los intereses y
los valores del actor que tiene el poder.
El poder es siempre una relación social en cuya virtud una persona o grupo de personas
obligan o inducen a otra u otras a ejecutar determinadas acciones o abstenerse de ellas,
usualmente, pero no invariablemente, bajo la amenaza de la violencia – la sanción – a los
renuentes. Esa relación es asimétrica entre los detentadores y destinatarios del poder, es bipolar;
no hay “un poder” sino relaciones de poder.
Las relaciones de poder están enmarcadas por la dominación, es el poder que reside en las
instituciones de la sociedad.

3. LA OBEDIENCIA
La obediencia es el gran objetivo del poder. Si no existe “obediencia”, no existe “poder”.
“Hay dos maneras de combatir, una con las leyes, otra, con la fuerza. La primera es
distintiva de los hombres; la segunda de la bestia. Pero como a menudo la primera no basta, es
forzoso recurrir a la segunda. Un príncipe debe entonces comportarse como bestia y como hombre.
(…) Un príncipe debe saber emplear las cualidades de ambas naturalezas y que una no puede durar
mucho tiempo sin la otra”. (MAQUIAVELO).
 Cita de Hart sobre obediencia habitual respaldada por amenazas en “El Concepto de
Derecho”.
FOUCAULT analiza la obediencia fabricada por el “modelo pastoral”, como un arte efectivo
que aportó el cristianismo al transformarse en la religión oficial del Imperio Romano. Este modelo
ya aparece en la Ilíada y la Odisea, en Platón. La iglesia pretende alcanzar el gobierno cotidiano de
los hombres, a escala universal de la humanidad. Ese modelo pastoral es el que hizo crisis en el
siglo XVIII, pero aún continúa, debilitado. El cristianismo no es solo una religión de la ley, sino una
religión de la voluntad.
El “modelo pastoral” ha sido citado como una manifestación extrema y no religiosa en el
siglo XX, en el régimen nazi y estalinista.
Alemania: no fue nazificada en el plano ideológico, si no que fue conquistada por medio
de la política social.
El concepto de poder pastoral no proporciona la clave para entender el Holocausto, sin
embargo ayuda a comprender lo que Hitler entendía por “Volksgemenischaft” y porqué su régimen
logró beneficiarse hasta el final de un apoyo masivo tan extendido y prolongado en el seno de la
comunidad alemana.
Stalin: no dudó en convertirse en genocida. “La clave del nacional-socialismo y el
estalinismo era su habilidad para privar a los grupos de seres humanos de su derecho a ser
considerados humanos”.

4. EL BIOPODER
El concepto de “Biopoder” ha sido desarrollado por MICHEL FOUCAULT. En el siglo XIX se
da una de las transformaciones más importantes del derecho, cual es general un poder inverso del
“hacer vivir y dejar morir”, que se ejerce sobre el hombre/especie, sobre la masa humana, se trata
del “Biopoder”, que se ocupa de procesos como la natalidad, mortalidad, longevidad, salud y
enfermedad de los seres humanos, aparece la medicina que se ocupa de la higiene pública, etc. La
biopolítica va a introducir no solo instituciones asistenciales, sino mecanismos más sutiles,
económicamente más racionales que la asistencia a granel. También aparece un nuevo elemento:
la población. Se trata de intervenir en el nivel de las determinaciones de fenómenos globales…
optimizar la vida. (Se refiere al control de riesgos derivados de la incapacidad biológica y
relaciones con el medio como las cuestiones demográficas o climáticas). Tener en cuenta la vida,
los procesos biológicos del hombre-especie y asegurar en ellos, no una disciplina, sino una
regularización, es el poder de hacer vivir. La biopolítica no hace desaparecer el antiguo derecho
soberano, sino que lo complementa. Existe una descalificación progresiva de la muerte, la
ritualización de la muerte va despareciendo desde el siglo XVIII hasta hoy. Ahora la muerte se ha
convertido en lo que se oculta, y ello es así por una transformación de las tecnologías de poder; la
muerte ha perdido intensidad, está del lado de lo privado; el poder ya no conoce la muerte, la
abandona, pues el poder de hacer vivir, y sobre todo la manera de vivir y el “como” vivir tiene
prevalencia. El elemento que circula de un poder a otro es la norma. La norma puede aplicarse
tanto al cuerpo que se quiere disciplinar como a la población a la que se quiere regularizar, la vida
paso a ser objeto del poder.
Dicho modelo constituiría la última manifestación de la racionalidad política occidental que
denominó “gubernamentalidad”.
Desde Hobbes a Webber, el estado soberano había sido pensado como un poder capaz de
decidir sobre la vida y la muerte de sus súbditos y ciudadanos, el Biopoder por su parte, tenía la
tarea de administrar la vida, su eje es controlar la vida y los movimientos de las poblaciones. El
poder ya no constituye un simple aparato de dominación, se transforma en un conjunto de
prácticas de control y gestión.
La historia de la inmigración, del racismo y el colonialismo suele interpretarse desde el
ángulo del Biopoder.

FOUCALT distinguía entre el Biopoder y el poder soberano, tanto en el plano analítico


como en el histórico, pues sostenía que el Biopoder había nacido a fines del siglo XVIII. AGAMBEN
sostiene que en Occidente ambos paradigmas confluyen en una misma comprensión política,
siendo todo poder soberano igualmente biopolítico y toda biopolítica expresión de la violencia
soberana, y – dice – no es un fenómeno moderno, la única singularidad moderna es de orden
cuantitativo: “la política ha pasado a ser integralmente biopolítica”.
Los totalitarismos modernos realizaron una fusión perfecta entre la “anatomopolítica” del
Biopoder y la “tanatopolítica” de la soberanía. Esta fusión fue posible por medio del estado de
excepción.

5. EL PODER Y LOS AFECTOS


Al mismo tiempo el poder es una pasión. * Cita de Hobbes de la felicidad.
El deseo de “detentar el poder”, el placer del dominio, es inigualable, superior a cualquier
otro placer sobre la tierra.

6. EVOLUCIÓN DEL PODER


1) El poder difuso: en las comunidades primitivas. A pesar de carecer de un aparato
coercitivo, las normas se cumplen porque están interiorizadas en cada persona, de
suerte que ningún miembro del grupo escapa a su influjo.

2) El poder individualizado: es la aparición de un Jefe. Este período se subdivide en:


a) El “jefe” en la comunidad: este jefe tiene un poder de coordinación
destinado a aunar esfuerzos del grupo en orden a la obtención de
resultados comunitarios. Participa en las tareas de subsistencia. Mejor
cazador o mejor guerrero.
b) El jefe “sobre la comunidad”: nacimiento del poder político. Cuando se
crean condiciones para el surgimiento de diferenciaciones sociales al
interior de la comunidad y el incremento de la productividad agrícola
plantea la posibilidad de excedentes productivos.
“Las diferencias entre los individuos se producen en los roles varios, en las
tareas varias que van a desempeñar. Esas diferencias espontáneas inducen
de inmediato divisiones del trabajo y un proceso a través del cual unos
darán su opinión, otros darán órdenes, unos reflexionarán, otros
obedecerán”. (FOUCALT).
La primera tributación, manejada por los sacerdotes, fue el instrumento
para la acumulación y concentración del excedente económico, para
construir grandes obras. Así en un lento proceso la sociedad, que ha
permitido la desigualdad, comenzará a depender cada vez más de estos
sujetos que ha privilegiado. La desigual distribución de la tierra como
privilegio de unos individuos sobre el resto de la sociedad, comienza a
delinear la servidumbre de los campesinos en las tierras de los sacerdotes
y de los artesanos en los templos, se trueca en algo todavía peor: la
esclavitud. Llegado este punto surge la necesidad de un poder que
representará los intereses del pequeño grupo de privilegiados: el poder
político, como una fuera que se ejerce sobre la sociedad, que no responde
a intereses colectivos sino que se colocan por encima de aquella para
responder a los intereses de un sector o clase dominante, los
terratenientes.
Ciudades más antiguas: dos tipos de autoridades  el sumo sacerdote y el que dirigía las
cuestiones militares. Con motivo de las guerras estos fueron asumiendo más poder hasta
desempeñar lo que hoy conocemos como reyes y reinas. Los sacerdotes quedaron relegados a un
papel ceremonial. Aumentó el predominio de la masculinidad. Nace la idea de monarquía y el
primer “estado”, el acadio, empieza en el 2340 a.C. El rey reemplazó a los sacerdotes en su función
de administrar justicia.

3) El poder institucionalizado:
 Poder institucionalizado en el Estado: en su evolución, el poder político
tiende a despersonalizase y a configurarse como un poder que se ejerce
por medio de instituciones y cada vez menos por personas determinadas.
Aparece la burocracia; la distinción entre el órgano de poder y la persona
que lo ejerce. De allí en adelante, persiste el cargo y no la persona. Ese es
el momento en que nace el Estado. Surge el principio jerárquico. Dentro
de la pirámide de poder, la máxima expresión del poder político
institucionalizado, es la dominación legal con administración burocrática
(Weber), es el Estado de Derecho liberal burocrático.
 Poder institucionalizado globalizado: último cuarto del siglo XX. Ahora los
elementos de la estructura social son locales y globales. Una nueva forma
de Estado: el Estado red, donde en lugar de buscar límites territoriales,
tenemos que identificar las redes de poder socio-espaciales (locales,
nacionales y globales) que, en su intersección, configuran las sociedades, y
por lo tanto, las sedes del poder en la era global.
4) Visión abreviada de la evolución: -

5) Características ( del poder):


a) Generalidad: está destinado a regir y controlar a toda la sociedad, a todos
los individuos y colectividades que la conforman, dentro de su territorio.

b) Coactividad: todo grupo humano por el solo hecho de ser grupo, tiene
necesidad del poder coactivo, para impedir su disgregación – mantener el
orden – y defenderse de las agresiones externas; ese orden grupal debe
contar con la posibilidad de hacerse efectivo aun por la fuerza. Esta es la
tarea de la política.
Su capacidad coactiva se expresa en la organización de la violencia, a partir
de su ejercicio en forma monopólica. El poder del Estado se encuentra
debilitado por el crecimiento de otros sectores, grupos contestatarios que
llegan a enfrentarlo con iguales o incluso superiores medios coactivos.

c) Legitimidad: el poder político necesita perdurar en el tiempo, para ello


debe ser un poder legítimo; tal calidad se adquiere con la aceptación de
quienes lo obedecen; obediencia que se logra mediante un conjunto de
creencias y valores dirigidos a justificar el ejercicio del poder – ideología –
que se representa en la conciencia de los gobernados, como
demostrativos de la necesidad del poder político, y de la legitimidad de
quienes lo ejercen.

d) Conflictivo: el conflicto es inherente a la política.


Las relaciones de poder tienen un punto de anclaje en una relación de
fuerza establecida en un momento dado, históricamente identificable, y el
papel político es reinscribir perpetuamente esa relación de fuerza en las
instituciones. La política es la continuación de la guerra por otros medios.
FOUCALT dice que hay dos formas de análisis del poder, el jurídico, como
poder/contrato social (siglo XVIII), que cuando el poder desborda el
contrato se transforma en opresión, en abuso; y el esquema
guerra/represión, en el que prima la relación de dominación, donde la
oposición no es lo legítimo y lo ilegítimo, sino la existencia entre lucha y
sumisión. Bajo el poder político lo que retumba y funciona es, en esencia y
ante todo, una relación belicosa. “La guerra es el motor de las
instituciones y el orden; la paz hace sordamente la guerra hasta en el más
mínimo de los engranajes. En otras palabras, hay que descifrar la guerra
debajo de la paz (…). No hay sujeto neutral. Siempre se es, forzosamente,
el adversario de alguien. Una estructura binaria atraviesa la sociedad (…).
Se trata de definir y descubrir bajo las formas de lo justo tal como está
instituido, de lo ordenado tal como se impone, de lo institucional tal como
se admite, el pasado olvidado de las luchas reales (…) se trata de
recuperar la sangre que se secó en los códigos (…) no el absoluto del
derecho bajo la fugacidad de la historia: no referir la relatividad de la
historia al absoluto de la ley o la verdad, sino reencontrar bajo la
estabilidad del derecho, el infinito de la historia bajo la fórmula de la ley,
los gritos de guerra, bajo el equilibrio de la justicia, disimetría de las
fuerzas (…)”.
El discurso político del liberalismo, no describe la realidad política, e
instala un abismo entre la política real y la teoría política. “La metáfora del
contrato” fue el artilugio literario al que la teoría política recurrió para dar
cuenta de estas situaciones.
La preferencia por la resolución pacífica de los conflictos, que todos
tenemos, no nos puede llevar a cerrar los ojos ante la evidencia de que, a
pesar de todo, la política ofrece, aún en nuestros días, persistentes
ejemplos del recurso a la coacción física como medio de lucha por el
poder. La política no pone fin a la lucha, se realiza en esa confrontación,
pero acota sus expresiones violentas (o intenta hacerlo) y deslegitima
todas aquellas que no provienen del Estado. Existen dos etapas bien
diferenciadas:
 Una primera que llamaremos pre política (estado de naturaleza del
que se sale por el contrato social), en el que el ordenamiento de la
sociedad existe ante todo como proyecto de dominación y
organización y
 Un momento propiamente político (la sociedad civil organizada
por el Estado), en el que se establece imperativamente la
diferenciación entre el ejercicio de la coerción del Estado surgido
de la primera etapa, y el recurso a la coerción por los actores
interesados, que en la segunda etapa resulta ilegal e ilegítimo.

e) Expansivo y concentrado: El ejercicio del poder genera más necesidad de


poder, tiende cada vez más a la expansión y a la concentración, y esta
retroalimentación crece en una progresión geométrica.

f) Unitario: por su propia naturaleza el poder no puede existir sin un titular


real, sin unidad decisoria, “la unidad del poder es la unidad en la voluntad
decisoria”, las acciones de poder dispersas entran en conflicto unas con
otras, y por consiguiente la probabilidad de la obediencia se reduce.

g) Efectividad: el poder solo se materializa cuando consigue la obediencia


buscada. Esa efectividad no solo es fruto de la coacción, sino a través de la
historia estuvo “reforzada” por concepciones ideológicas.
El poder refuerza su eficacia, no solo con su justificación, sino también con
los vehículos de transmisión, es decir, instituciones mediante las cuales las
creencias acerca del poder político logran penetrar en la mente de los
hombres, determinando – de manera más o menos generalizada –
conductas y comportamientos favorables al ejercicio y continuidad del
poder político. “Aparatos ideológicos del Estado”.

h) Lleno: el poder no tolera el vacío, siempre, inexorablemente, alguien


llenará ese vacío.

i) Finalidad: siempre tiene un propósito orientado a generar una


determinada respuesta de los destinatarios del poder, esa finalidad
generalmente se expresa como en el “bien común”. * Más que
característica, aspiración, anhelo, pues el poder es el fin inmediato de la
acción política… bien considerado es la condición necesaria para alcanzar
un fin mayor, el bien común.

7. ¿EL DISCURSO DEL PODER O EL PODER DEL DISCURSO?


Para imponer un orden, se necesita de un “discurso” que esté destinado a legitimarlo,
complementarlo y que lo anuncie; el contexto de dominación que establece la violencia, necesita
de una producción cultural de significado para hacerla eficaz, donde las redes de comunicación
tienen un papel fundamental; de allí que se pueden mencionar como fuentes material del poder a
la violencia, la confianza y agregamos el dinero.
De las tres fuentes de poder, la más importante –hoy- para la soberanía es el poder sobre
las ideas que da lugar a la confianza.
El “relato del poder” tiene pretensión de verdad. Hay un sistema de poder que crea
verdades, la verdad está ligada circularmente a un sistema de poder que la produce y la mantiene.
¿Cuál es la verdad? La del que puede imponer “su” verdad” como “verdad hegemónica”.
El “poder comunicacional” específicamente, es un fenómeno de la Edad Moderna. En el
siglo XX y lo que va del XXI ha crecido exponencialmente, hoy la ecuación de poder es el resultado
de dos factores, la legitimidad del poder y la opinión pública.
El nacimiento de este “poder” es el resultado del ejercicio de la libertad de expresión, con
garantías constitucionales para su eficacia, como principio estructural de la democracia.

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