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EN LA HISTORIA ARGENTINA
1. INTRODUCCIÓN
1. NUESTRO PROPÓSITO
Descripción de la relación existente entre el poder y el derecho tal como es en la realidad
(comprender la realidad implica establecer relaciones entre sus partes).
Las reflexiones sobre estas relaciones, se agrupan en dos clases: las que sostienen la
primacía del poder sobre la norma y las que, por el contrario, sostienen la primacía de la norma
sobre el poder.
Opinión de O.P. se inclina por la primera, con matices.
El conflicto es el núcleo de la vida social por ello se necesita de otro elemento para
articular la vida social por encima del conflicto y crear a pesar de él, un espacio común de
convivencia humana: el poder.
2. PODER Y DERECHO
FOUCALT: “Tradicionalmente se consideraba que para analizar el derecho bastaba con
estudiar las formas jurídicas que regían lo que estaba permitido y lo que estaba prohibido; ese
derecho es un hecho, más que un instrumento de poder en definitiva bastante inadecuado y
bastante irreal y abstracto. Que en concreto las relaciones de poder son mucho más complejas y lo
que traté de analizar es precisamente todo lo extrajurídico, todas las coacciones extrajurídicas que
pesan sobre los individuos, pero asimismo la que el padre de familia ejerce sobre su mujer e hijos,
el poder ejercido por el médico, el poder ejercido por el notable, el poder que el dueño de su fábrica
ejerce en sus obreros. En lo que tiene de general, de abstracto y hasta de violento la estructura del
Estado no lograría sujetar así, continuamente y como quien no quiere la cosa, a todos los
individuos, sino se enraizara, si no utilizara, como una especie de gran estrategia, la totalidad de
las pequeñas tácticas locales e individuales que envuelven a cada uno de nosotros”.
3. LA VIOLENCIA, LA LEGITIMIDAD
En la fundación del derecho, la violencia tiene una doble función:
La fundación del derecho tiene como fin “ese” derecho que, con la violencia como
medio, aspira a implantar;
Posteriormente, el D, una vez establecido, no renuncia a la violencia y la despliega
como violencia conservadora. Este derecho no solo no está libre de violencia, sino
que esta intrínsecamente ligado a ella.
Es así como la fundación del derecho y la fundación de poder se equiparan y son ambas
manifestaciones de la violencia. (Walter Benjamin).
La violencia es fundadora de la juridicidad estatal, por eso se hace la exigencia de que
exhiba sus títulos de triunfo, mientras que la violencia conservadora tiene por límite el que no
debe proponer fines nuevos.
La violencia puede ser legítima o ilegítima depende de quién o quienes realizan los
actos. Situación estática que se puede modificar, ya que tal distinción no es una cuestión de
personas o grados de intensidad, sino de resultado, y ese resultado lo condiciona como legal o
legítimo o al contrario. “Los vencedores no son juzgados”.
Toda la legitimidad política fundada en la violencia o erigida sobre ella se gana ex post (así
fue el nacimiento del Estado Nación en Europa en el Siglo XV).
En nuestra América Latina, el proceso fue distinto, el nacimiento del EN, fue el resultado de
una lucha entre las distintas propuestas de orden, entre distintos proyectos de organización y
ejercicio del poder.
El estado para ser tal, debe ejercer el “monopolio de la violencia”, y el derecho expresa
esa relación de dominación sobre los hombres. Esa legitimación puede adoptar las tres formas
clásicas de Max Weber: legal, tradicional y carismática.
La legitimación del poder consiste en el grado de consenso que tenga en una parte
relevante de la población, de forma tal que asegure la obediencia sin que sea necesario, salvo
casos marginales, recurrir al uso de la fuerza; la creencia en la legitimidad es un elemento
integrante de la relación de poder.
2. EL PODER
PODER: La capacidad relacional que permite a un actor social influir en forma asimétrica
en las decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezca la voluntad, los intereses y
los valores del actor que tiene el poder.
El poder es siempre una relación social en cuya virtud una persona o grupo de personas
obligan o inducen a otra u otras a ejecutar determinadas acciones o abstenerse de ellas,
usualmente, pero no invariablemente, bajo la amenaza de la violencia – la sanción – a los
renuentes. Esa relación es asimétrica entre los detentadores y destinatarios del poder, es bipolar;
no hay “un poder” sino relaciones de poder.
Las relaciones de poder están enmarcadas por la dominación, es el poder que reside en las
instituciones de la sociedad.
3. LA OBEDIENCIA
La obediencia es el gran objetivo del poder. Si no existe “obediencia”, no existe “poder”.
“Hay dos maneras de combatir, una con las leyes, otra, con la fuerza. La primera es
distintiva de los hombres; la segunda de la bestia. Pero como a menudo la primera no basta, es
forzoso recurrir a la segunda. Un príncipe debe entonces comportarse como bestia y como hombre.
(…) Un príncipe debe saber emplear las cualidades de ambas naturalezas y que una no puede durar
mucho tiempo sin la otra”. (MAQUIAVELO).
Cita de Hart sobre obediencia habitual respaldada por amenazas en “El Concepto de
Derecho”.
FOUCAULT analiza la obediencia fabricada por el “modelo pastoral”, como un arte efectivo
que aportó el cristianismo al transformarse en la religión oficial del Imperio Romano. Este modelo
ya aparece en la Ilíada y la Odisea, en Platón. La iglesia pretende alcanzar el gobierno cotidiano de
los hombres, a escala universal de la humanidad. Ese modelo pastoral es el que hizo crisis en el
siglo XVIII, pero aún continúa, debilitado. El cristianismo no es solo una religión de la ley, sino una
religión de la voluntad.
El “modelo pastoral” ha sido citado como una manifestación extrema y no religiosa en el
siglo XX, en el régimen nazi y estalinista.
Alemania: no fue nazificada en el plano ideológico, si no que fue conquistada por medio
de la política social.
El concepto de poder pastoral no proporciona la clave para entender el Holocausto, sin
embargo ayuda a comprender lo que Hitler entendía por “Volksgemenischaft” y porqué su régimen
logró beneficiarse hasta el final de un apoyo masivo tan extendido y prolongado en el seno de la
comunidad alemana.
Stalin: no dudó en convertirse en genocida. “La clave del nacional-socialismo y el
estalinismo era su habilidad para privar a los grupos de seres humanos de su derecho a ser
considerados humanos”.
4. EL BIOPODER
El concepto de “Biopoder” ha sido desarrollado por MICHEL FOUCAULT. En el siglo XIX se
da una de las transformaciones más importantes del derecho, cual es general un poder inverso del
“hacer vivir y dejar morir”, que se ejerce sobre el hombre/especie, sobre la masa humana, se trata
del “Biopoder”, que se ocupa de procesos como la natalidad, mortalidad, longevidad, salud y
enfermedad de los seres humanos, aparece la medicina que se ocupa de la higiene pública, etc. La
biopolítica va a introducir no solo instituciones asistenciales, sino mecanismos más sutiles,
económicamente más racionales que la asistencia a granel. También aparece un nuevo elemento:
la población. Se trata de intervenir en el nivel de las determinaciones de fenómenos globales…
optimizar la vida. (Se refiere al control de riesgos derivados de la incapacidad biológica y
relaciones con el medio como las cuestiones demográficas o climáticas). Tener en cuenta la vida,
los procesos biológicos del hombre-especie y asegurar en ellos, no una disciplina, sino una
regularización, es el poder de hacer vivir. La biopolítica no hace desaparecer el antiguo derecho
soberano, sino que lo complementa. Existe una descalificación progresiva de la muerte, la
ritualización de la muerte va despareciendo desde el siglo XVIII hasta hoy. Ahora la muerte se ha
convertido en lo que se oculta, y ello es así por una transformación de las tecnologías de poder; la
muerte ha perdido intensidad, está del lado de lo privado; el poder ya no conoce la muerte, la
abandona, pues el poder de hacer vivir, y sobre todo la manera de vivir y el “como” vivir tiene
prevalencia. El elemento que circula de un poder a otro es la norma. La norma puede aplicarse
tanto al cuerpo que se quiere disciplinar como a la población a la que se quiere regularizar, la vida
paso a ser objeto del poder.
Dicho modelo constituiría la última manifestación de la racionalidad política occidental que
denominó “gubernamentalidad”.
Desde Hobbes a Webber, el estado soberano había sido pensado como un poder capaz de
decidir sobre la vida y la muerte de sus súbditos y ciudadanos, el Biopoder por su parte, tenía la
tarea de administrar la vida, su eje es controlar la vida y los movimientos de las poblaciones. El
poder ya no constituye un simple aparato de dominación, se transforma en un conjunto de
prácticas de control y gestión.
La historia de la inmigración, del racismo y el colonialismo suele interpretarse desde el
ángulo del Biopoder.
3) El poder institucionalizado:
Poder institucionalizado en el Estado: en su evolución, el poder político
tiende a despersonalizase y a configurarse como un poder que se ejerce
por medio de instituciones y cada vez menos por personas determinadas.
Aparece la burocracia; la distinción entre el órgano de poder y la persona
que lo ejerce. De allí en adelante, persiste el cargo y no la persona. Ese es
el momento en que nace el Estado. Surge el principio jerárquico. Dentro
de la pirámide de poder, la máxima expresión del poder político
institucionalizado, es la dominación legal con administración burocrática
(Weber), es el Estado de Derecho liberal burocrático.
Poder institucionalizado globalizado: último cuarto del siglo XX. Ahora los
elementos de la estructura social son locales y globales. Una nueva forma
de Estado: el Estado red, donde en lugar de buscar límites territoriales,
tenemos que identificar las redes de poder socio-espaciales (locales,
nacionales y globales) que, en su intersección, configuran las sociedades, y
por lo tanto, las sedes del poder en la era global.
4) Visión abreviada de la evolución: -
b) Coactividad: todo grupo humano por el solo hecho de ser grupo, tiene
necesidad del poder coactivo, para impedir su disgregación – mantener el
orden – y defenderse de las agresiones externas; ese orden grupal debe
contar con la posibilidad de hacerse efectivo aun por la fuerza. Esta es la
tarea de la política.
Su capacidad coactiva se expresa en la organización de la violencia, a partir
de su ejercicio en forma monopólica. El poder del Estado se encuentra
debilitado por el crecimiento de otros sectores, grupos contestatarios que
llegan a enfrentarlo con iguales o incluso superiores medios coactivos.