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La vida es sueño:
Calderón y la filosofía platónica

Elenyr Cavadas (UFPel)

“Vencer a si propio es la mayor de todas las victorias.”


Erasmo de Rotterdam (1509)

En 1636, Calderón de la Barca escribe La vida es sueño. Perteneciente al


periodo barroco, la obra trata sobre la trama entre el libre albedrío y la
predestinación. En este drama, el autor rescata muchos de los aspectos de la
metáfora platónica del Mito de la Caverna. Para Ynduráin (1985), “la trayectoria de
Segismundo a lo largo de la obra muestra sorprendentes coincidencias con el libro
VII de La República platónica.”
Platón, en el siglo IV a.C., buscó explicar por medio de esa composición
alegórica la distinción entre la ignorancia y la sabiduría del hombre. El filósofo
presenta la distinción entre lo que se representa como verdad y lo que sería la
verdadera realidad, considerando, de ese modo, la existencia de dos mundos: el
mundo de los sentidos y el mundo de las ideas.
Platón creó una representación simbólica, de modo a figurar y hacerse
comprender a sus ideas y concepciones. Propone una interpretación existencial del
hombre y de sus conceptos de realidad e ilusión. En el libro VII de La República, el
mito presenta una dialéctica entre Sócrates y Glaucón. La alegoría describe
hombres que, desde que nacieron, se quedan presos por cadenas en el fundo de
una caverna: mantenidos inmovilizados, sólo podían mirar la pared a sus frentes y
con la luz de una hoguera que brillaba detrás de ellos, esos hombres venían las
sombras que se proyectaban en esta pared a las cuales representaban personas,
animales, plantas, objetos, muchas escenas y situaciones de la vida. Para los
encarcelados, esas representaciones eran lo que tomaban como realidad. Pero, uno
de los prisioneros se liberta y descubre que lo que venían no era lo real, sino la
sombra de estatuas. Siguiendo en dirección a la luz, el hombre sale de la caverna. Al
primero momento, la luz del sol turba su vista y la percepción de lo que él ve.
Entretanto, mientras racionalizaba, el hombre logra visualizar, poco a poco, toda la
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realidad que sólo contemplaba a través de las sombras, consiguiendo, de este


modo, distinguir entre la idea que tenía de las cosas y lo que ellas realmente eran.
Para Platón, lo que está la luz, afuera de la caverna, es lo verdadero
conocimiento y que éste está más allá de la visión destorcida que se presenta en la
vida de los hombres. Según el filósofo, la humanidad vive en un estado de
ignorancia y que sólo pocos consiguen se libertar y alcanzar el mundo del
conocimiento y de la razón. Para lograr los verdaderos valores de las cosas y de la
vida, el hombre tiene que seguir un camino arduo lo cual se debe cumplírselo en
etapas, como apunta Platón en el fragmento del mito:

Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En


primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras
de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los
hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo
que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna
más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol. (Platón, 380-370
a.C.)

Platón hace una relación entre los hombres presos en la caverna y la


humanidad dominada por normas determinadas por el ambiente sociocultural. El
filósofo explica que “El antro subterráneo es el mundo visible. El fuego es la luz del
sol. El cativo que suba a la región superior y la contempla es el alma que se eleva al
mundo inteligible”. Atravesando siglos, el “mito de la caverna” continua se mostrando
presente en muchas composiciones literarias.
Según Páramo (1957), en la literatura española del Siglo de Oro los recursos
alegóricos se presentaban de manera muy fuerte: “Se repiten las interpretaciones
cristianas y moralizadoras del mundo de la mitología y el pensamiento teológico
simbólico, de este modo, las alegorías se han opuesto siempre al pensamiento
humanista"
En el periodo barroco, la literatura tiende al desencantamiento por el
humano. Para Mollov (2006), la obra calderoniana, “La vida es sueño, es una
síntesis de los múltiples aspectos de la estética barroca” […] Época de profunda
crisis espiritual del sentimiento de desengaño y confusión que impregna la literatura.”
Apunta Cortazzo (s/d), en el teatro barroco español, “el enfrentamiento entre la razón
y la fe, el choque entre el racionalismo y la religión cristiana era el gran tema del
momento.”
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Bajo este contexto, Calderón escribe La vida es sueño: En Polonia, el rey


Basilio, al haber interpretado en un horóscopo la predestinación de que su hijo haría
ponérselo a sus pies, mantiene a su hijo, Segismundo, encerrado desde el
nacimiento. El príncipe crece prisionero y sin saber de su condición de heredero del
trono. Después de muchos años, Rosaura y su escudero Clarín llegan al reino, la
dama busca vengar su honor. El rey decide comprobar si los astros estaban
correctos y ordena que su hijo sea drogado y llevado, adormecido, desde su
cautiverio al Palacio. Al despertar, Segismundo creyendo estar soñando si
compuerta de forma violenta. Basilio, entonces, ordena que nuevamente drogado, su
hijo sea devuelto al cautiverio. Pero, al saber de la existencia del príncipe, el pueblo
exige que Segismundo sea libertado. En palacio, el rey a los pies del príncipe pídele
clemencia. Segismundo se muestra justo y perdona a su padre.
Distintas a su tiempo, las dos obras dialogan en muchos aspectos. Domingo
Ynduráin (1985), apunta: “Segismundo, nacido en una caverna de la cual sale para
ser deslumbrado y ofuscado por la luz del Sol; sólo tras volver otra vez a la caverna -
última prueba- y salir de ella purificado accede a la sabiduría.”
A pesar de los muchos estudios sobre son la relación entre las obras La vida
es sueño y el Mito de la caverna, de modo general, todos llegan a lo mismo parecer:
Segismundo preso en la torre, vive en un mundo de ilusiones, sin conocimiento de
las realidades del mundo externo. Las obras dialogan en este aspecto, la relación
que establecen los textos cuanto al estado de cautiverio de Segismundo y la
caverna: preso con cadenas en el interior de una torre, a lejos del mundo y de la
sociedad, todo lo que sabe, lo que ve y lo que aprende quedase restricta a lo que le
es presentado por “el otro”: Segismundo solo sabe lo que le es transmitido por
Clotaldo, el viejo responsable su por educación. Calderón hace una clara referencia
a lo que se presenta en el mito de Platón: los hombres están presos también por
cadenas y sus conocimientos son sólo lo que las sombras en las paredes de la
caverna les presenta. Viven la delimitación de lo que se puede ser visto y concebido
por ellos.
La dualidad es un elemento recurrente en esta obra calderoniana: sueño /
realidad, oscuridad / luz; fiera / hombre, venganza / perdón; la ignorancia y la razón.
Para Mollov (2006), no que se refiere a los diálogos y monólogos de Segismundo,
los contrastes y las indagaciones enfatizan el estado personal y sufrimiento qué
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siente el protagonista, llegando a cuestionar la libertad que tienen los seres


inferiores y que a él es negada:

¿y yo, con mejor instinto,


tengo menos libertad? […]
¿y yo, con más albedrío,
tengo menos libertad? […]
¿y teniendo yo más vida,
tengo menos libertad? […]
¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegios tan suave
excepción tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?

Estando en la sombra de la ignorancia, Segismundo, al ser liberto por su


padre, no consigue distinguir la realidad del sueño. Lo mismo se puede decir que
ocurre con el cautivo del mito platónico, en que el hombre liberto de la caverna al
depararse con la luz del sol (la razón), no consigue distinguir, de inmediato que, lo
que él contempla es la realidad que se presenta en la luz de la razón. Devuelto al
cautiverio, al príncipe se ve en conflicto entre lo que es sueño y lo que es realidad.
Mollov (2006) apunta que esa duda del protagonista, es decir, “la oposición realidad-
sueño, que acabará por transformarlo”.

“¿Qué os admira? ¿Qué os espanta,


si fue mi maestro un sueño,
y estoy temiendo, en mis ansias,
que he de despertar y hallarme
otra vez en mi cerrada
prisión? Y cuando no sea,
el soñarlo sólo basta;
pues así llegué a saber
que toda la dicha humana,
en fin, pasa como sueño,
y quiero hoy aprovecharla
el tiempo que me durare,
pidiendo de nuestras faltas
perdón, pues de pechos nobles
es tan propio el perdonarlas.”

Para Miramón (2000), Segismundo representa la “experiencia


individualizada” de toda la humanidad. Explica que “el paso de la sombra a la luz, de
la cárcel de la ignorancia a la libertad del conocimiento, se accede sólo a partir del
reconocimiento de uno mismo. Para eso, acrecienta la autora, el hombre debe
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abandonar el escenario terrenal, venciendo a sí mismo en la lucha dialéctica entre


los sentidos y la espiritualidad.”
Al lograr la libertad y retornar al cautiverio, mismo sin saber se vivió sueño o
verdad, Segismundo reflexiona sobre la condición humana, sobre la representación
vivida por el hombre. A través de la metáfora “en el viento escribe”, El protagonista
demuestra que, en la vida, todo es pasajero como el viento.

“(…) en mundo tan singular,


que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte! (…)”

Segismundo transciende la condición de prisionero de la ignorancia para el


nivel del conocimiento de la esencia humana: es decir, de las sombras de “la
caverna”, del lado oscuro e irracional de la condición de fiera, para la sublimación
racional su alma.
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Fuentes bibliográficas:

CORTAZZO, Uruguay; Nociones Básicas de Literatura Española. (s/d)

Miramón, Ana Suárez. La correspondencia de las esferas en el universo de


Calderón. (2000). Universidad Nacional de Educación a Distancia
Disponible en: <http://cvc.cervantes.es/literatura/calderon_europa/suarez.htm>
Acceso en 14/12/13

O Mito da Caverna. Extraído de "A República" de Platão. 6° ed. Ed. Atena, 1956, p.
287-291. Disponible en: <http://www.marculus.net/textos/platao_o_mito_da_caverna
.pdf> Acceso en 05/12/13

PÁRAMO, J. P.; Consideraciones sobre los 'Autos Mitológicos' de Calderón de


la Barca. Artículo. Instituto Caro y Cuervo, 1957. Disponible en:
<http://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/12/TH_12_123_059_0.pdf> Acceso en
06/12/13.

PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA; La vida es sueño. Disponible en:


<http://marialopezmartin.blogspot.com.br/2012/02/1-bachillerato-guion-de-lecturas2.h
tml> Acceso en 20/11/13

SANTOS, Maricélia Nunes dos; SILVA, Jacicarla Souza da. O mito da caverna:
diálogos entre la vida es sueño e o enigma de Kaspar Hauser. II Seminário
Nacional em Estudos da Linguagem: Diversidade, Ensino e Linguagem (2010, p. 4-
7).

VALBUENA-BRIONES, A. La Paradoja en «LA VIDA ES SUEÑO» THESAURUS.


Tomo XXXI. Núm. 3 (1976).

YNDURÁIN, Domingo. «La vida es sueño»: doctrina y mito. Biblioteca Virtual


Miguel de Cervantes, 2012. Notas de reproducción original: Otra ed.: Segismundo:
revista hispánica de teatro, núm. 41-42 (1985), pp. 99-126, Madrid, Consejo Superior
de Investigaciones Científicas. Disponible en:
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<http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-vida-es-sueno-doctrina-ymito/html/81f
176bc-a102-11e1-b1fb-00163ebf5e63_7html> Acceso em: 10/12/13

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