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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Por:
Santiago de Chile
Junio, 2011
DEDICATORIA
ii
AGRADECIMIENTOS
A los estudiantes de trabajo social Juan Aguilar, Cristian Cornejo y Giselle Abarca
por apoyar el desarrollo del grupo focal.
iii
Tabla de contenido
RESUMEN ..................................................................................................... vi
INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 1
CAPÍTULO 1. PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA ........................................ 3
CAPÍTULO 2. MARCO TEÓRICO................................................................... 8
2.1 Historia del trabajo social familiar .................................................................................. 8
2.2 Cómo se concibe al trabajo social familiar hoy ............................................................. 11
2.3 Construccionismo social ................................................................................................ 14
2.4 Implicancias para la práctica terapéutica ..................................................................... 25
2.5 De la creencia en ser experto a la colaboración ........................................................... 26
2.6 Del énfasis en los fundamentos a la flexibilidad. .......................................................... 29
2.7 Del esencialismo a la conciencia de una construcción ................................................. 30
2.8 De la neutralidad a la relevancia de los valores ............................................................ 31
2.9 Contenidos éticos .......................................................................................................... 32
CAPÍTULO 3. MARCO METODOLÓGICO ................................................... 34
3.1 Metodología .................................................................................................................. 34
3.2 Enfoque teórico metodológico ..................................................................................... 36
3.3 Muestreo ....................................................................................................................... 37
3.4 Criterios de inclusión/exclusión .................................................................................... 38
3.5 Instrumentos de indagación ......................................................................................... 39
3.6 Procedimientos de análisis............................................................................................ 40
3.6.1 Codificación abierta ............................................................................................... 41
3.6.2 Codificación axial.................................................................................................... 41
3.6.3 Codificación selectiva ............................................................................................. 42
3.7 Procedimientos éticos ................................................................................................... 43
CAPÍTULO 4. RESULTADOS ....................................................................... 44
4.1 Codificación abierta ...................................................................................................... 44
4.2 Codificación axial........................................................................................................... 51
4. 3 Codificación selectiva ................................................................................................... 54
iv
4.4 Teoría ............................................................................................................................ 55
CAPÍTULO 5. DISCUSIÓN ........................................................................... 76
CAPÍTULO 6. CONCLUSIONES................................................................... 85
ANEXOS ....................................................................................................... 88
REFERENCIAS............................................................................................. 92
v
RESUMEN
vi
INTRODUCCIÓN
1
la discusión que se construye a propósito de los resultados obtenidos, las
conclusiones, referencias y por último los anexos.
2
CAPÍTULO 1. PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA
Diversas son las situaciones o problemas familiares que pueden generar una
demanda por parte de una familia a un trabajador social. Este al menos en nuestro
país, es visualizado como un profesional inserto en instituciones y comunidades de
fácil acceso para las personas. Ir a hablar con el/la asistente social, ya sea en
contextos de voluntariedad o en obligatoriedad, es parte de las prácticas habituales
de algunos sectores, especialmente los más carenciados. Los trabajadores sociales
reciben en sus prácticas sociales, numerosas solicitudes de ayuda y desarrollan
distintos tipos de intervenciones en el área de la familia, tanto desde el ámbito
estatal como del privado, abordando variados tipos de problemáticas familiares.
También recae en el trabajador social, la gran mayoría de las veces, la tarea de ser
la primera figura profesional que recibe a la familia y orienta la intervención. Todo
esto hace resaltar la importancia de la formación del trabajador social y su
concepción epistemológica para enfrentar su práctica y concebir la realidad, puesto
que desde esta concepción, el profesional construirá la realidad social de los
fenómenos que aborda.
3
Pensar y sostener que esta práctica no se encuentra cargada de una condición
de desigualdad y un sistema valórico por parte del profesional, que sustenta
posiciones, jerarquías, concepciones de mundo y por sobre todo poder, sería
invisibilizar el contexto en el cual esta se desenvuelve.
4
figura de ayuda, le instan a que sea activo y protagonista para resolver por otros.
Sumado a esto, el profesional incluirá en la relación con el sistema cliente, sus
valores, creencias, ideologías, su moral, sus concepciones políticas y esto lo
determinará al momento de interpretar la realidad que se le presenta. Influirá en la
elaboración de sus diagnósticos y en las intervenciones que diseñe y desarrolle. “Así
nos enfrentamos a las situaciones de la vida provistos de ciertos códigos,
estructuras previas de comprensión que ya por sí mismas indican cómo habremos
de distinguir lo problemático de lo valioso” (McNamee y Gergen, 1996, p. 17).
¿Qué se piensa del trabajo social de hoy? que existe una tendencia
simplificadora que reduce al individuo al mero objeto de la
administración, a un consumidor más, en lugar de miembro de la
sociedad. Es un discurso de la neutralidad técnica, de la tecnocracia.
Esto sumado a la idea de desfase entre la práctica de trabajo social y el
giro académico posmoderno de los cientistas sociales. ¿Cuál es la
tendencia? que los procedimientos sustituyen a las teorías ya que son
necesarios para que los servicios sean adecuadamente procesados y
abonados por las compañías de seguros garantizando los ingresos de
los que depende la supervivencia de estas instituciones. Esto hace que
el trabajador social tenga poder de poner a disposición del sujeto que lo
precisa un recurso, a la par que se encuentra siendo objeto del poder -
mas o menos arbitrario- de aquellos que marcan los procedimientos (p.
120).
5
Ante esto se hace necesario reflexionar de qué manera estas prácticas, desde la
relación de poder donde se desarrollan, permiten que sea el sistema consultante
quien determine el abordaje de sus situaciones problemas, desde sus experiencias,
visiones de mundo y no sea el profesional y el marco institucional, quien defina los
problemas y sus modos de resolución.
6
Objetivo general
Objetivos específicos
7
CAPÍTULO 2. MARCO TEÓRICO
8
Desde entonces se reconoce en la profesión de trabajo social su interés
permanente por el estudio y atención de los problemas familiares, desde su entorno
familiar natural, mérito que no es reconocido en otras disciplinas (Aylwin y Solar,
2002).
Esta teoría, que produjo una revolución en las ciencias humanas, tuvo la
suficiente potencia para copar inicialmente todas las explicaciones
acerca del comportamiento humano. Atendiendo en equipos con
psiquiatras a los sobrevivientes de la Primera Guerra Mundial, los
trabajadores sociales encontraron en el psicoanálisis no sólo una
explicación de los problemas que afectaban a sus clientes, sino también
una modalidad concreta de tratamiento (Solar, 1984, citada en Aylwin y
Solar, 2002, p. 67).
9
En la década de 1940 Gordon Hamilton introduce el concepto de caso psico-
social en su libro Teoría y Práctica del Trabajo Social, ampliando el foco de
observación respecto a la influencia que adquiere el medio social en la vida y
problemas de los clientes. Señala que “la estructura y funcionamiento de la
personalidad son producto de la dotación hereditaria y constitucional de la persona,
en constante interacción con el ambiente psíquico, físico y social que dicha persona
experimenta” (Hamilton, 1965, citado en Donoso y Saldías, 1998, p. 26). De esta
manera Hamilton introduce la importancia de considerar los aspectos
macroestructurales en el abordaje de los problemas individuales.
10
Con la influencia de las teorías críticas y el proceso de reconceptualización, el
método de caso nuevamente se desdibuja, valorándose aquellos métodos que
contribuyen a estimular cambios en las estructuras macrosociales. Así los cambios
individuales y familiares pierden sentido.
Es así como una gran parte de los trabajadores sociales desarrollan lo que se
denomina intervención con familias o trabajo social familiar, el cual Pincus y Minahan
(1981, citados en Aylwin y Solar, 2002) lo definen como “la intervención profesional
cuyo objeto son las interacciones conflictivas entre las familias y su medio social” (.
89).
11
Esta intervención implica penetrar en un sistema natural con el objetivo de
modificar la problemática de todos o algunos de los miembros de la familia, pero
trabajando con todo el grupo familiar, sus necesidades y sus recursos internos, sin
aislarla del entorno social del que forma parte y del cual habrá que utilizar recursos
en beneficio de esta.
De este modo el trabajador social familiar tendrá como objetivo mejorar las
condiciones de la familia desde el punto de vista psicosocial, a través del movimiento
y activación de recursos tanto internos como externos. Se busca en general
promover un cambio que permita un mejor bienestar para cada uno de los miembros
de la familia y para el grupo en su totalidad.
Las dimensiones indirectas, son aquellas que se desarrollan sin la presencia del
sistema cliente, principalmente por el trabajador social y constituyen gestiones y
coordinaciones con el fin de activar recursos (materiales, económicos,
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educacionales, sanitarios) y redes sociales para la resolución de la demanda
(Donoso y Saldías, 1998).
Okun (2006) señala que en esta relación el foco de atención son las
preocupaciones de una de las partes y compartiría con otras relaciones, elementos
comunes tales como “la confianza, la empatía, la autenticidad, la preocupación y el
cuidado, el respeto, la tolerancia y la aceptación, la sinceridad, el compromiso con la
relación y la dependencia” (p. 47). Se destaca además que implícita y/o
explícitamente en esta relación, también se encuentran elementos como valores,
sistemas de creencias y expectativas, tanto del profesional como del sistema cliente.
14
no sólo al elegir los métodos, sino en formas que son ontológicas y epistemológicas
fundamentalmente”. (Guba e Lincoln, 2002, citados en Denman e Haro, 2002,
p.113).
Ritzer ( 1993, citado en Valles, 1999) y guiado por los aportes de Kuhn adopta la
siguiente definición sobre paradigma:
15
investigador en reflejar la experiencia y la interpretación de esa experiencia” (Gracia
y Musitu, 1999, p.158).
Kenneth Gergen (1994, citado en Gracia y Musitu, 1999) uno de los principales
exponentes del construccionismo social, establece una distinción entre estos
paradigmas y los distingue como el pensamiento exógeno (positivismo) y el
16
pensamiento endógeno (interpretativo y crítico). Munné (1994) describe las
distinciones:
17
certeza objetiva” (Hoffmann, 1996, citada en McNamee y Gergen, 1996, p. 26). Sin
embargo el constructivismo postula que el sistema nervioso del ser humano es un
sistema cerrado y desde esta perspectiva, la construcción de realidad esta
determinada por la estructura interna de la persona. La misma autora plantea que
“Según esta idea, las percepciones y los constructos toman forma a medida que el
organismo se golpea contra su entorno” (Hoffmann, 1996, citada en McNamee y
Gergen, 1996, p. 26). En cambio los construccionistas sociales según Hoffmann
(1996), (citada en McNamee y Gergen, 1996):
(…) creen que las ideas, los conceptos y los recuerdos surgen del
intercambio social y son mediatizados por el lenguaje. Todo
conocimiento, sostienen los construccionistas, evoluciona en el espacio
entre las personas, en el ámbito del “mundo común y corriente”. Y es
sólo a través de la permanente conversación con sus íntimos que el
individuo desarrolla un sentimiento de identidad o una voz interior” (p.
26).
Ibáñez (2003) señala que no cabe duda que los aportes de Gergen permiten el
reconocimiento e instalación de este pensamiento, destacando además que parte de
su éxito se debe a la manera en que este autor lo define como “movimiento; como
un conjunto de elementos teóricos en progresión; laxo, abierto y con entornos
cambiantes e imprecisos, más que una doctrina teórica fuertemente coherente y bien
estabilizada” (Gergen, 1985, citado en Ibáñez, 2003, p. 157). Esta concepción de
Gergen como un movimiento alude a la idea de proceso continuo, cambiante, más
que a un paradigma estático, cerrado y definido. Si bien esta concepción ha
permitido que el construccionismo sea visibilizado como un pensamiento abierto y
flexible, también ha permitido que la comunidad profesional lo perciba como una
especie de terreno donde todo es posible y donde todo cabe, una especie de marco
teórico tan flexible que en ocasiones se desconocen sus límites.
20
crítica que emerge en cada una de estas disciplinas se relaciona con cuestionar el
realismo científico como base para construir la teoría sobre la conducta humana
(Anderson, 1999).
21
sensibilidad política y relevar el lenguaje al des-esencializar y arrancar la idea de la
“interioridad del individuo” (p.159 ).
Lax (citado en McNamme y Gergen, 1996) en esta misma línea señala que
desde el pensamiento posmoderno “(…) no se concibe el yo como una entidad
cosificada sino como una entidad narrativa” (p.94), “(…) no se considera al individuo
como una entidad intrapsíquica sino que se aborda dentro de un contexto de
significado social” (p. 94). Los énfasis desde esta perspectiva evolucionarán desde
la mente individual hacia las relaciones y el lenguaje.
El mismo autor plantea que la mayor parte del pensamiento científico actual aún
se adhiere a un pensamiento más moderno que posmoderno.
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Lo anteriormente enunciado promueve que la idea de objetividad tan buscada y
exigida por los enfoques científicos tradicionales, no es factible desde esta
epistemología. La objetividad no existiría, pues los registros de la realidad o las
concepciones que tenemos de la realidad, “son creaciones del observador” (Gracia y
Murita, 2002, p.159), es decir, desde esta concepción teórica, se rechaza la idea de
que exista un mundo real independiente del observador. La neutralidad científica no
sería viable, criticándose el dualismo sujeto-objeto sobre el que se basa la ciencia
tradicional, dado que el observador no es independiente de la realidad que conoce,
sino que es determinado por ella y a su vez éste la determina. Esto conlleva “a que
lo que tomamos por explicaciones correctas y objetivas de la naturaleza y del yo es
sólo un subproducto de los procesos sociales” (McNamme y Gergen, 1996, p. 20).
Desde esta epistemología interesa explorar las experiencias, las visiones y las
distinciones particulares que tienen los propios sujetos de estudio. De este modo se
accede a un conocimiento más fidedigno de la realidad y que es el conocimiento que
los individuos van adquiriendo a lo largo de su vida. Desde esta perspectiva serían
los propios sujetos y no el observador, quienes generarían distinciones que definen
como realidad. Esto se antepone a las creencias científicas que pueda poseer el
investigador, quien desde una perspectiva tradicional, se encuentra habituado a
sustentar el poder del saber, por lo tanto el poder de la palabra. Desde el
construccionismo social es a los sujetos a quienes se les da la palabra
reconociéndose en ellos un saber local.
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(…) no hay verdades sociales incontrovertibles, sino sólo relatos acerca
del mundo, relatos que nos contamos a nosotros mismos y contamos a
los demás. La mayoría de los terapeutas tienen un relato acerca de
cómo los problemas se desarrollan y luego se re-suelven o disuelven”,
(McNamme y Gergen, 1996, p.37).
Estas ideas además validan las diversas perspectivas que puedan existir para
interpretar la realidad, las diversas construcciones de mundo e interpretaciones y los
diversos discursos dentro de una cultura determinada.
24
determinado por los acuerdos y consensos del discurso. Se dispone de una narrativa
que también tendrá limitaciones en su habla, en su expresión.
Por último se encuentra la idea del rechazo a concebir que la ciencia social sea
neutra, avalórica, amoral, ausente de compromiso social y libre de gestar efectos en
la práctica social (Gracia y Musitu, 1999). El construccionismo demanda una actitud
del profesional que no puede dejar fuera su propia escala valórica, moral y política,
pues su visión del mundo también será traída a la interacción con el otro. “Las
prácticas operan con miras a sostener ciertos valores, determinado orden político y
algunas jerarquías de privilegio” (Rodríguez, 2007, p.120).
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A continuación se expondrán algunas premisas construccionistas desarrolladas
en el campo de la terapia familiar las cuales construyen una manera diferente de
entender el espacio relacional entre profesional y sistema familiar, proponiendo
cambios significativos en la relación y en la manera de estar del profesional en
dicho espacio. Interesa conocer de qué manera constituyen un aporte para el trabajo
social familiar.
26
Hoffmann (1996, citada en McNamee y Gergen, 1996) señala que en el campo
de la terapia familiar hace mucho tiempo se venía dando el espejo de una sola cara,
es decir, los terapeutas eran los observadores y la familia los sujetos observados.
Desde esta concepción plantea la autora existen dos alternativas: empujar al
sistema familiar para que haga lo que el terapeuta desea que hagan o iniciar una
serie de subterfugios, estrategias como le llaman algunos, para que finalmente
hagan lo que el terapeuta también desea que hagan. La autora señala:
Gergen (1991) señala que los terapeutas tradicionales postulan que “en la
experiencia humana hay ‘esencias’ que deben captarse en cierto tipo de narrativa y
ofrecerse a los clientes en lugar de sus viejas e ilusorias narraciones” (Gergen,
1991, citado en McNamee y Gergen, 1996, p.36) Desde esta afirmación se supone
que el terapeuta conoce de antemano estas esencias siendo esta idea
correspondiente a un discurso moderno respecto del funcionamiento de las
personas. Desde el construccionismo social y desde un discurso posmoderno, no se
adhiere a esta idea, las personas no tendrían dichas esencias en su interior, sino
que se construyen en la relación con los otros, por tanto el conocimiento se renueva
constantemente en cada interacción, naciendo en la espontaneidad de la
conversación, nuevas narraciones más útiles para la familia. También se espera que
el terapeuta construccionista no se limite por sus conocimientos, experiencias
previas o todas las teorías que le acompañan. La idea sería que el terapeuta y
sistema familiar logren consensuar una manera de entender lo que les sucede. Esta
idea se encuentra asociada a la idea de interpretación dentro de la teoría y práctica
hermenéutica que “sostiene que la comprensión es siempre interpretativa…que para
la comprensión no hay punto de vista privilegiado” (Wachterhauser, 1986, citado en
McNamee y Gergen, 1996, p. 49). Esta postura de ignorancia demanda del
terapeuta la actitud de curiosidad, es decir, el terapeuta deberá estar siempre atento
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e informado respecto a la situación del paciente, emergiendo en ambos, pero
especialmente en el terapeuta, la actitud de colaboración, donde ambos se unen
para comprender y consensuar sus puntos de vista.
Cechin, Lane y Ray (1992, citados en Warhus y Gergen, 2003) señalan que “al
tener demasiada fe en una sola posición, en una sola historia, se corre el riesgo de
crear una realidad terapéutica empobrecida e inflexible” (s.n.). Desde este punto de
vista se invita a desechar los fundamentos entendiendo por ello “ese punto de vista
único y singular que predomina sobre los demás” (s.n). Esta invitación también
abarca el abandono de los diagnósticos fijos, comparación de resultados, etc. Ante
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ello se invita al terapeuta a nutrirse de la inteligibilidad terapéutica, es decir, la
utilización de todo lo que sea útil. Esta postura va más allá del eclecticismo teórico,
implica estar abierto a la idea que todo conocimiento es una construcción el cual se
encuentra inserto en una cultura e implica la valoración de múltiples discursos,
múltiples inteligibilidades que enriquezcan la interpretación de la situación del
paciente. Es por ello que no se puede señalar que existe un único método
construccionista social para hacer terapia, siendo el terapeuta más integral o
completo, aquel que incorpore la gran mayoría de discursos, pues cada uno de ellos
representa una inteligibilidad nueva que irá a enriquecer la mirada sobre la situación.
Es importante señalar que esta postura construccionista no implica el abandono de
las teorías o búsqueda de resultados terapéuticos, sino que amplía el rango de los
terapeutas, es decir, amplía el espectro de recursos para el terapeuta y no lo
encasilla con un solo discurso terapéutico.
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esta línea Berg y Shazer (1993, citados en Gergen y Warhus, 2003) señalan: “los
significados adquiridos en una conversación terapéutica se desarrollan más a través
de una negociación que a través de develar lo que ‘realmente sucede’” (s.n.).
En general la concepción que existe del espacio terapéutico es uno donde los
valores ideológicos, morales y políticos del terapeuta deben dejarse fuera. “El buen
terapeuta, como el buen médico, debe observar atentamente lo que sucede,
reflexionar cuidadosamente sobre lo que ha observado, y no hacer juicios de valor”
(Gergen y Warhus, 2003, p. 4). Esta postura ha sido ampliamente criticada y desde
corrientes como el movimiento antipsiquiátrico Szasz (1970), Laing (1967) (citados
en Gergen y Warhus, 2003) señalan como algunos terapeutas pueden contribuir a la
opresión de sus clientes. Foucault (1979, citado en Gergen y Warhus, 2003, s.n.),
critica “los efectos “disciplinarios” de algunas prácticas terapéuticas. Otras terapias
han recibido críticas por favorecer el sexismo, el racismo, la opresión de clases etc.
(Cushman, 1990; Hare-Mustin, 1994; James y MacKinnon, 1990, citado en Gergen y
Warhus, 2003, s.n.).
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A las premisas construccionistas le interesa la pluralidad de realidades, por lo
tanto “los postulados éticos o políticos no tienen fundamento alguno, ni
justificaciones finales” (Gergen y Warhus, 2003, s.n.). Lo que al construccionismo le
interesa, es generar la autoreflexividad y la curiosidad ante las diferencias. Esto se
enmarca en la idea que el construccionismo no adscribe a la existencia de una
autoridad mayor, sino a la pluralidad de realidades.
La ética será descrita en este punto desde el planteamiento que hace Anderson
(2001). Plantea que la ética sería un tipo de conocimiento socialmente construido,
creencias creadas y justificadas, acordadas comúnmente entre las personas que
aludirían a códigos de responsabilidad de comportamiento. Es decir, la ética serían
convenciones sociales respecto a estilos de comportamiento.
Anderson (2001) no concibe a la ética como una realidad objetiva que sea
estática y rígida. Distingue entre la ética local y la universal, entendiendo por la
primera una ética que es mutuamente determinada por las personas involucradas,
cliente – terapeuta, y además específica para aquellos participantes y las situaciones
que les afectan.
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responsabilidad relacional, invocando una ética de corresponsabilidad en donde el
profesional como también los involucrados deben ser escuchados. Anderson (2001),
plantea “si nuestra intención es no hacer daño, entonces realmente se debe invitar a
las voces de las personas que nos comprometemos con la relación y conversación
en lo que Lynn Hoffmann hace referencia a una ‘ética de la participación’” (Hoffman,
1992, citada en Anderson, 2001, s.n.).
33
CAPÍTULO 3. MARCO METODOLÓGICO
3.1 Metodología
Parker (2002, citado en Sisto, 2008) señala que la investigación cualitativa sería
“una exploración, elaboración y sistematización de la relevancia de un fenómeno
identificado” (p.118).
34
• Su lenguaje es básicamente conceptual y metafórico.
• Su modo de captar la información no es estructurado sino flexible y
desestructurado.
• Su procedimiento es más inductivo que deductivo.
• La orientación no es particularista y generalizadora sino holística y
concretizadora (p.23).
35
recolección de la información del campo se entrecruzan, por tanto los conceptos y la
teoría emerge durante y en las fases finales del proceso de investigación con el fin
de no distorsionar al investigador con ideas a priori respecto del fenómeno. Por
último, se destaca su análisis de tipo inductivo, es decir, la teoría emerge desde los
datos de estudio (Mella, 2003).
3.3 Muestreo
Mella (2003) plantea que los entrevistados o los hechos a observar en la teoría
fundamentada, son seleccionados a través de lo que se denomina muestreo teórico.
Las personas que se consideran para participar en la investigación, serían quienes
pueden contribuir al desarrollo de la teoría en relación al tema estudiado.
37
Kornblit (2007) señala que el muestreo teórico consiste en “la recolección de
datos para generar una teoría, mediante la cual el investigador conjuntamente
selecciona, codifica y analiza su información y decide qué información escoger luego
y dónde encontrarla para desarrollar su teoría tal como surge de los datos” (p. 54).
Criterios de inclusión:
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• Profesionales hombres y mujeres.
• Profesionales de las ciencias sociales (trabajadores sociales,
psicólogos, sociólogos, antropólogos, etc.)
• Con ejercicio profesional de al menos seis años.
• Vinculados desde la academia y/o la práctica al trabajo social
familiar y al construccionismo social.
Criterios de exclusión:
Señala además que uno de los elementos que distingue el grupo focal de la
entrevista grupal es que en la última primara un diálogo unidireccional entre el
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entrevistador- moderador y los participantes, en cambio en el grupo focal se da un
diálogo colectivo.
Por tanto, el proceso comunicacional del grupo focal se inicia desde el tema de
interés del investigador, la recolección de la opinión de los participantes y su
respectivo análisis.
Para dar inicio a la discusión, se preparó un pequeño resumen que daba cuenta
de los objetivos de la investigación, la pregunta de investigación y algunas premisas
construccionistas descritas en el marco teórico para incentivar la discusión. Una vez
finalizado el grupo focal, se dio paso a su transcripción, obteniendo un texto de
treinta y dos páginas.
40
A continuación se hará referencia a los tipos de codificación que se utiliza en
teoría fundamentada, siendo todos aplicados al texto obtenido del grupo focal.
Strauss y Corbin (2002) plantean que se entiende por codificación abierta “el
proceso analítico por medio del cual se identifican los conceptos y se descubren en
los datos sus propiedades y dimensiones” (p.111).
41
investigador ordenarlos para integrar la estructura y el proceso del fenómeno de
estudio. Para ello se establecen tres elementos dentro del paradigma: las
condiciones, conjunto de circunstancias o situaciones en los cuales los fenómenos
se dan. Las acciones/interacciones, que representan lo que las personas, hacen o
dicen respecto del fenómeno, y las consecuencias, que serían el resultado de las
acciones/interacciones (Strauss y Corbin, 2002).
42
sugieren los Strauss y Corbin (2002) refinar la teoría, que significa velar por la
consistencia y lógica del esquema propuesto.
43
CAPÍTULO 4. RESULTADOS
Las categorías identificadas fueron ocho siendo las siguientes con sus
respectivas definiciones y subcategorías. Ver también ilustración 1.
Subcategorías:
Enfoque teórico
Inclusión perspectiva construccionista
Exclusión perspectiva construccionista
Utilidad de las premisas construccionista
44
Características de los estudiantes
Características de las escuelas de pre grado
Inclusión contenidos epistemológicos
Enfoques metodológicos
Rol del futuro trabajador social
Espacios de prácticas profesionales
Ética profesional
Subcategorías:
Mediación familiar
Desconocimiento de la perspectiva construccionista
Limitaciones para las premisas construccionistas
Ausencia de marcos teóricos en los profesionales
Relevancia de enfoques teóricos
Aportes de las premisas construcionistas
Necesidades en la formación
45
Categoría N° 3 Práctica profesional
Subcategorías:
Características de la praxis
Políticas sociales
Características de los marcos institucionales
Características de la práctica privada
Características de los profesionales
Concepciones epistemológicas
Prácticas construccionistas
Rol del trabajador social
Limitaciones para la perspectiva construccionista
Tensión entre profesionales y los marcos institucionales
Ética profesional
46
Subcategorías:
Categoría N° 5 Intervención
Subcategorías
47
Categoría N° 6 Epistemología
Subcategorías
Cuestionamiento
Metaperspectiva
Utilidad premisas construccionistas
Enfoque construccionista
Disciplina Trabajo social
Acciones conjuntas
Rol del profesional
Prácticas construccionistas
Subcategorías
48
Actuar del profesional
Soltar la certeza
Modernidad – postmodernidad
Características disciplinarias
Subcategorías
49
Ilustración 1. Codificación abierta: categorías y subcategorías.
50
4.2 Codificación axial
51
Ilustración 3. Codificación axial: Eje ejercicio profesional.
52
Ilustración 4. Codificación axial: Eje contenidos epistemológicos, limitaciones y novedad.
53
4. 3 Codificación selectiva
54
4.4 Teoría
“Yo creo que nosotros tenemos una ventaja con nuestra falta de escuela.
Tú hablaste de todas las escuelas, nosotros somos una profesión que
nacimos sin escuela, es una ventaja, si puedo reconocerlo es una
ventaja”(Grupo focal, 30/09/2010, Experta N° 1,Trabajadora Social).
“(…) y dije, aquí falta el eje articulador de toda esta cosa, de cómo los
formo, eso es una mirada epistemológica, epi significa fuera de y
samege significa estar parado, cómo me paro fuera del fenómeno o del
humano, entonces en el proceso formativo, tengo que invitar al sujeto a
mirar desde fuera su instancia con otro y mirarlo desde fuera. Eso es una
postura epistemológica” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°2,
Psicólogo).
55
En el área específica del abordaje de la familia, se plantea que las escuelas
intencionarían que el estudiante centre su mirada tanto en los aspectos de sanidad
de la familia, sus recursos, como en aquellos aspectos más disfuncionales.
Esta necesidad que mostrarían de obtener insumos teóricos que les den
seguridad al momento de enfrentarse con una familia concreta, dificultaría su
adherencia o interés por las corrientes más fenomenológicas o hermenéuticas, las
cuales demandan posturas y actitudes más flexibles.
56
Respecto a la inclusión de la perspectiva construccionista en la formación de los
estudiantes, se plantea que sería de gran utilidad y se valora que esté presente en
dicho espacio, sólo algunas escuelas la incorporan. Al ser incluida, esta se visualiza
como una perspectiva más dentro de la amplia gama con que cuentan las escuelas
de trabajo social, la cual permitiría atender la necesidad que existe de formar, tanto a
trabajadores sociales como psicólogos, en el arte de la escucha a las personas.
“(…) yo creo que es necesario formar desde el pre grado y mostrar esta
postura entendiendo y siendo coherente con las demás que no es “la”
postura, no vamos a hacer un proselitismo respecto del
construccionismo social” (grupo focal, 30/09/2010, Experta N°4,
Psicóloga).
57
También se plantea que sería relevante para los estudiantes conocer de
antemano que los marcos institucionales plantearán restricciones a su quehacer y
por tanto su praxis estará altamente determinada por estos.
“(…) entonces esto de la libertad para hacer este tipo de cosas, yo creo
que en el contexto de los trabajadores sociales es difícil, fuera que no
tienen mucha formación en esto tampoco” (Grupo focal, 30/09/2010,
Experta N°1, Trabajadora Social).
58
de las poblaciones beneficiarias a las cuales están destinadas. Este punto cobraría
relevancia pues así como se observa dificultades en su implementación, al mismo
tiempo son vistas como un eje orientador y articulador para el ejercicio profesional.
“La fragmentación de las políticas sociales que llegan cada una por su
cuenta a la familia y en el campo de la niñez es una cosa espantosa, o
sea una familia puede tener un niño de baja complejidad en un
programa, de alta complejidad en otro, de no se cuanta complejidad en
el otro” (Grupo focal, 30/09/2010, Experta N°1, Trabajadora Social).
59
condiciones que influirían en su ejercicio profesional. En primer lugar construyen
definiciones respecto de varios aspectos relevantes para su práctica, como por
ejemplo la población beneficiaria, la concepción epistemológica de los problemas a
abordar, la definición de la metodología a implementar, entre otras.
En segundo lugar, tendrían sus dinámicas propias para funcionar, por tanto es
posible encontrar dinámicas muy variadas, con estilos de funcionamiento y reglas
tanto explícitas como implícitas, definidas desde sus propias organizaciones, siendo
estas últimas más complejas de comprender y asimilar.
“Yo creo que vienen de uno, de la relación en que hay otro que también
está condicionado también como yo, y además nos movemos en la
institución que está presente, a veces con reglas implícitas que es lo
más difícil. Cuando es explícita hay ciertas pautas de atención, una ficha,
uno dice, ya, esto es mi restricción, pero hay otras que son más sutiles, a
veces más potentes, más informales” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto
N°5, Psiquiatra).
60
Además, al no existir trabajos de redes adecuadamente coordinados, es común
encontrar familias intervenidas desde varias instituciones cada una desarrollando
una intervención aislada sobre una parcela de la familia. Así estas pueden ser
multiintervenidas, multiinterrogadas y multiderivadas, favoreciendo la desmotivación
de las familias frente a la intervención. También se puede observar en ocasiones,
cómo los profesionales se disputan la construcción del mejor diagnóstico de la
familia sin declarar sus posturas epistemológicas, las cuales los determinarán al
momento de construir sus diagnósticos e intervenciones. Se valora que estos
declaren sus posturas epistemológicas a los sujetos de atención, pues así se puede
explicar o declarar al otro desde donde se mira y el otro puede comprender y
dialogar. En tanto el profesional declare su postura, se puede criticar, discrepar. Si
el profesional no hace esta declaración, el diálogo con los otros se da en diferentes
niveles lógicos. Es como hablar en dos niveles diferentes. La no declaración del
aspecto epistemológico desde el cual mira el profesional, es bastante relevante,
pues en el campo social y en el proceso de ayuda, la opinión del profesional
adquiere aún mayor relevancia dada su condición de experto, que la opinión de los
propios sujetos.
61
Todas estas condiciones enfrentan al trabajador social a una discrepancia entre
la formación que recibe y la realidad con que se encuentra al momento de insertarse
en su ejercicio profesional, pudiéndose introducir una tensión entre estos actores,
institución – profesional, relación que al conflictuarse se complejiza pues ambos se
requieren para su desempeño.
Se plantea que para que este profesional logre impactar la estructura social con
las definiciones que hace, requeriría de una estrategia y habilidad política que lo
62
acompañe en ese actuar, intentando generar consensos ante la definición o
construcción de problemas sociales, siendo visibilizada esa estrategia como una
construcción. Respecto a lo anterior se puede señalar que también pueden surgir
tensiones a propósito de las definiciones de problemas que realiza el trabajador
social respecto de la definición de problemas que construyen los marcos
institucionales. Estas definiciones podrían ser disímiles y por tanto se podría
tensionar la relación entre el marco institucional y el trabajador social.
“(…) porque nos guste o no nos guste, el trabajador social igual tiene un
rol de control social, igual tenemos un rol que podemos cuestionarlo o no
cuestionarlo, pero esta ahí, para eso nos formaron, lo que pasa es que
yo estoy porque es la forma de cómo ejercer ese rol lo diferente y yo
encuentro que el error está ahí, por lo tanto cuando tú preguntas, ¿es
aplicable esto?, sí, de todas maneras, pero tiene restricciones en la
profesión”. (Grupo focal, 30/09/2010, Experta N°3, Trabajadora Social).
En relación a la ética que rige para los trabajadores sociales, existirían varios
elementos a considerar. Se reconoce la existencia de dos tipos de ética, la universal
y la local. Se espera que el profesional en primera instancia logre explicitar desde
cual ética trabajará y pareciera que esta definición tendría alta relación con el tipo de
caso que lo toca abordar. Se plantea que cuando el trabajador social trabaja desde
la ética universal, este puede hacer uso y abuso de su poder, sin ser cuestionado
por ninguna instancia. Cuando se desenvuelve desde una ética local, debería
responsabilizarse por sus intervenciones y hacerse cargo del impacto que estas
63
tienen en una familia, es decir, se hace cargo de lo que dice y hace asumiendo los
riesgos implicados. Se considera además la ética local ligada a los contextos que
presentan cada caso.
64
Se plantea que el profesional tendría presente en esta relación, su formación
profesional, específicamente su formación epistemológica y metodológica, la cual
determinaría finalmente el diseño de sus diagnósticos e intervenciones. También el
profesional instala su yo relacional.
65
saber en función a que el otro tiene sus propios conocimientos del
mundo” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°4, Psicóloga).
Para desarrollar una relación desde esta postura, el profesional debe concebirla
como un proceso de influencia mutua, que demanda una postura de
desprejuiciamiento del otro, construyéndose una nueva visión del sujeto que emerge
en la relación.
66
perspectivas, disminuirá las posibilidades para su intervención. Por ejemplo, ante las
diversas situaciones de crisis que enfrenta este profesional, debería operar desde el
modelo de intervención en situaciones de crisis, puesto que ese modelo y no otro, le
permite un mejor abordaje. Evidentemente esto también está supeditado por las
definiciones que hacen los marcos institucionales. Por otro lado estaría su rol
asignado de control social del cual no se podría desprender tan fácilmente. En
muchas ocasiones, este rol sería prioritario por sobre otros. Por último y en una
mirada mas macrosocial, el trabajador social se asocia con el ejercicio de la terapia
social, siendo visto como un activador y articulador de diferentes sistemas, un
constructor de redes sociales trabajando en pos de empoderar a las personas.
“Si yo llego a una casa y encuentro a un niño que está con pulmonía,
que está abusado sexualmente, no puedo aplicar el construccionismo, lo
siento, la sociedad me dio otro rol, lo que yo tengo que hacer ahí es
sacar a ese niño y resolver los temas y después trabajaré con la familia
una perspectiva más construccionista, mas de largo plazo, para
deconstruir los significados que llevaron a esa familia a llegar a esa
situación” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°3, Trabajadora Social).
67
El profesional pasa de ser el experto a posicionarse desde la ignorancia
terapéutica o posición desprejuiciada, donde con una actitud de modestia y
humildad, centrará el foco en la escucha del otro, pues desde la postura
construccionista, a diferencia de las posturas más tradicionales, se releva la opinión
del sujeto, lo que el otro opine de sí mismo, ya que este sabría de mejor manera lo
que necesita. Desde esta postura se puede aprender del otro y mirar al otro. Si el
profesional no suelta la certeza y tampoco cuenta con una manera de enfrentarse a
la práctica sin su saber, tenderá a aferrarse a los modelos que le ofrece el marco
institucional y termina rigidizándose. Su capacidad de flexibilizarse se logra en tanto
suelte la certeza.
68
hacer uso sobretodo de las narraciones, el diálogo, la relevancia que
tienen las conversaciones reflexivas. Ahí está lo que es la participación
horizontal y por supuesto el proceso de influencia mutua entre
consultante e investigador que en el fondo es todo el tema de la
interacción” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°2, Psicólogo).
69
El construccionismo social busca una manera consensuada de observar los
fenómenos entre investigador y sistema, persona, familia, co-construyendo una
interpretación consensuada entre las partes.
“Creo que tiene que ver con soltar la certeza; si uno suelta la certeza
puede hacer ese ejercicio. Decir mira yo no se, no tengo fundamentos
para esto que estoy viendo, me voy a centrar en el fenómeno y la
descripción del fenómeno y voy a co-construir contigo la interpretación
del fenómeno y la descripción del fenómeno, y mientras tanto, en tanto
cuanto esa descripción sea coherente, por lo tanto podamos tener una
interpretación consensuada que nos permita movernos en este mundo
con un esquema de distinción en el cual podamos hacer una acción
conjunta, como dice Shotter” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°2,
Psicólogo).
70
que cuenta el trabajador social, la cual puede compatibilizarse con otras
perspectivas teóricas dependiendo del caso a trabajar.
“Como un mazo de naipes que uno tiene y yo uso mis cartas cuando
más me conviene en una situación determinada, no puedo morirme
siendo construccionista porque hay algunas instancias de la intervención
que no me sirve, tengo que ser y tampoco me puedo morir siendo
sistémico, porque hay familias que a lo mejor con esa lógica no” (Grupo
focal, 30/09/2010, Experto N°3, Trabajadora social).
71
parecer sería más facilitador tanto para la institución como para el profesional, tener
una concepción predefinida del sujeto.
(…) entonces desde la misma formación como que hay ciertos límites
enmarcados en la modernidad. Quienes hacemos parte de una
institución como la católica en este caso yo como sacerdote, está
totalmente enmarcada en la modernidad y que difícil poder hacer
escuchar la sordera de la modernidad, eso siempre como que me ha
cuestionado muchísimo” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°6,
Psicólogo).
72
“Interpretan psicopatológicamente el mundo, o sea no pueden renunciar
al DSMIV” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°7, Psicólogo).
Se postula que el construccionismo más que ser una teoría sería una postura de
trabajo, que demanda una actitud flexible ante la vida y dicha flexibilidad no implica
falta de rigurosidad, límites o desechar las certezas, sino flexibilizarlas, flexibilizarse
ante los fundamentos. La flexibilidad en esta perspectiva se relaciona con la
capacidad del profesional de escuchar los múltiples discursos y voces existentes.
73
Ahora, se cuestiona si es posible que el trabajador social, dado sus roles asignados,
pueda desarrollar su praxis con mayor relativismo y flexibilidad.
“Los proyectos eran hasta del tipo lógico, pero estaban articulados por
prácticas y conversaciones colaborativas para que anduviera un sistema
que tenía lagunas de todo tipo y colaboramos con un montón de cosas,
pero el desde adonde tenía que ver con este tipo de cosas, porque eran
sistémicos y eran como familiares, podían no estar ni ahí con el
construcionismo los que iban a trabajar ahí, pero desde esta
conversación se articulaba” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°7,
Psicólogo).
“La veo como una empresa en común, no la veo solo como una empresa
individual, porque es Tarzán contra el mundo, Tarzán es post
estructuralista y se lo van a comer igual, sino que tienen que ser grupos,
equipos, una cultura” (Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°7, Psicólogo).
“(…) la formación la veo ahí, siendo bien concretos, tendría que ser parte
de un proyecto en el cual yo pueda volver a revisarme y a reflexionar, o
si no voy a seguir actuando rígido si no soy parte de un grupo reflexivo,
si no tengo espacio donde pueda verme sin peligro para modificarme”
(Grupo focal, 30/09/2010, Experto N°7, Psicólogo).
75
CAPÍTULO 5. DISCUSIÓN
La primera idea que recobra relevancia desde la opinión de los expertos dice
relación con la categoría central: los aspectos epistemológicos. Estos, son
visualizados como el eje articulador tanto de la formación de pre grado como del
ejercicio profesional. Dependerá de los aspectos epistemológicos que se incluyen en
las escuelas de trabajo social, la formación y el ejercicio profesional que desarrolle el
futuro profesional. Desde su formación epistemológica el profesional construirá sus
diagnósticos e intervenciones, por tanto este componente se constituye en uno de
suma relevancia para la pregunta de investigación. En este sentido lo dicho por los
expertos es concordante con lo que ocurre en la realidad del ejercicio profesional,
difícilmente se pueden encontrar trabajadores sociales construccionistas, pues la
gran mayoría no ha sido formado en este pensamiento a excepción de algunas
escuelas que están incluyéndolo. Por otro lado, las prácticas construccionistas se
observan de manera aislada en algunos equipos, aún un número relevante de
profesionales tanto trabajadores sociales como psicólogos, desconocen esta
perspectiva.
Una teoría de la vida mental al igual que una teoría de la ciencia o una
teoría del método, idealmente, forma un conjunto de proposiciones
interrelacionadas que dotan a una comunidad de interlocutores con un
sentido de la descripción y/o de la explicación en el seno del ámbito
dado (p. 24,25).
77
desde los espacios formativos, la ruta de igual manera queda truncada. También
recae en los marcos institucionales desarrollar cambios en la manera de pensar y
desarrollar la intervención con familias. A modo de ejemplo los programas de
violencia intrafamiliar que emanan del Sernam continúan trabajando de manera
individual con la mujer, siendo que hoy es insostenible plantear que este problema
no es relacional. Por tanto que los profesionales logren dar un cambio cualitativo en
su desempeño no tan solo es posible al introducir cambios en los espacios de
formación, sino también se requiere introducir cambios en las distinciones y
normativas que emanan desde los marcos institucionales pues son estos finalmente
quienes construyen las bajadas e implementación de las políticas públicas y son
quienes solicitan un cierto actuar al trabajador social. Indudablemente que este
cambio también implica a las políticas públicas, requiriendo cambios a nivel de sus
concepciones y formulaciones, por ejemplo la concepción y abordaje de la familia
como sistema.
78
mirada crítica de sus fundamentos, sería una tremenda ingenuidad. De hecho
existen varias ideas construccionistas que constituyen una crítica a estos
fundamentos, por ejemplo la expresión emocional controlada de sentimientos, la
concepción de neutralidad del profesional, la búsqueda de la objetividad, la posición
del profesional al trabajar con las familias de manera independiente al sistema
familiar, etc. En este sentido, el trabajo social adhiere mayoritariamente a una
perspectiva positivista de cibernética de primer orden que de segundo orden. Por
tanto adherir a estas premisas no es tan solo acoplar una perspectiva teórica más
dentro de la gran gama con que cuenta el trabajador social, sino su adherencia
implica una revisión de la concepción que existe hoy día de la relación que se
establece con la familia y de la posición y actitud que asume el profesional. Es por
ello que se plantea que asumir una perspectiva construccionista sería un acto de
valentía pues implica un desafío a la profesión de al menos revisar sus
planteamientos originales fundados principalmente en la filosofía positivista.
79
vida familiar y pueda ser una disciplina que acompaña a las familias en esta
diversidad y no tan solo sea un representante del control social que realizan ciertos
grupos sobre otros segmentos de la sociedad.
80
(Gergen y Warhus, 2003, s.n.). El terapeuta se nutre de la inteligibilidad terapéutica,
es decir, la utilización de todos aquellos elementos que sean útiles para la resolución
del problema. Esto aplicado a la práctica del trabajo social familiar y desde la opinión
de los expertos, pudiese ser más fluida su adherencia pues los trabajadores sociales
son en general eclécticos al momento de pensar una intervención, es decir, si hay un
modelo diferente que le proporcione mejores posibilidades al cambio, el profesional
optara por este y si debe tomar diferentes elementos de varios modelos, también
podrá hacerlo. Al parecer este profesional en ese sentido se puede movilizar con
mayor soltura que otras disciplinas. Quizás el único discurso que los trabajadores
sociales no pueden desechar aún es el del control social. Este como fundamento, en
muchas ocasiones es visto como “ese punto de vista único y singular que predomina
sobre los demás” (Gergen y Warhus, 2003, s.n.). En ese sentido se refuerza la idea
que estos cambios de funcionamiento que implica la práctica construccionista, no tan
solo son posibles desde los espacios formativos, sino también desde los espacios
institucionales, donde se le permita efectivamente al trabajador social desprenderse
del rol del control social, el cual en muchas ocasiones adquiere un status diferente o
superior a los demás.
81
lograrían mayor adherencia a sus intervenciones, puesto que se trabaja desde una
perspectiva de co-construcción y no desde la perspectiva de imponer a la familia la
construcción de significados y de verdad que realiza el profesional y el marco
institucional. Probablemente este enfoque pudiese generar mayores éxitos en las
intervenciones.
82
un rol de control social y ante situaciones graves como lo son situaciones de abuso
sexual, el profesional no podría aplicar una ética local, sino debería operar desde
una ética universal dado el contexto de control social en que se encuentra.
Por último se plantea que de acuerdo a lo señalado por los expertos, sería
relevante profundizar más en la dimensión metodológica del construccionismo
social, entendiendo por esto, su práctica. Cuando los expertos plantean que un
trabajador social se encuentra ante una situación de vulnerabilidad de un niño y
plantean que en esos casos no es posible aplicar el construccionismo social dado
que el rol de control social imperará sobre los otros, la pregunta que emerge es ¿no
es aplicable el construccionismo social en esos casos? o ¿los profesionales
desconocen el modo de operar en un contexto de control social desde el
construccionismo social?, es decir, ¿el construccionismo no es útil en esos casos? o
¿el profesional no sabe como ser construccionista en esas circunstancias?.
83
Los tiempos de la investigación tampoco permitieron el desarrollo de otro grupo
focal, principalmente por las limitaciones del tiempo de los expertos y la dificultad de
reunirlos nuevamente.
84
CAPÍTULO 6. CONCLUSIONES
Es por ello que esta investigación tuvo por objetivo conocer y analizar el aporte
del construccionismo social al trabajo social familiar. El desarrollo de la
investigación, permitió conocer desde un contexto acotado, la academia, la opinión
de siete expertos respecto a esta temática.
85
construcción de significados de las personas, del profesional y del marco
institucional en una perspectiva colaborativa.
86
6. En relación a las futuras líneas de investigación que emanan luego de esta
experiencia, se pueden señalar al menos una que dice relación con recoger la
opinión de profesionales insertos netamente en la praxis respecto a la aplicabilidad
del construccionismo social al trabajo social familiar. Alo mejor podría emanar un
discurso similar o diferente. Probablemente el discurso también pudiera variar en
tango el grupo convocado fuesen profesionales de menor edad, recientemente
egresados desde la academia.
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ANEXOS
88
Santiago, 14 de septiembre de 2010
Estimado(a)
89
Se solicita confirmar su asistencia al fono 09/0797526 o al correo electrónico
psaldiasguerra@gmail.com.
Muchas gracias,
90
Santiago, 30 de septiembre de 2010
Consentimiento informado
91
REFERENCIAS
92
Donoso, T. (2004) Construccionismo social: aplicación del grupo de discusión en
praxis de equipo reflexivo en la investigación científica. Revista de Psicología,
Universidad de Chile, Santiago, año/vol. XIII, número (001): 9-20.
93
desde www.eduneg.net/generacióndeteoría/.../INFORME-TEORÍA-
FUNDAMENTADA.pdf.
94
Potter, J. (1998) La representación de la realidad. Discurso, retórica y
construcción social, Editorial Paidós, Barcelona, España.
.***
95