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nueva energía en firme resulta necesaria para apuntalar la expansión del consumo
durante la próxima década. Veamos esto con mayor detalle.
Demanda de energía
Esto último debería garantizar que no se vuelva a repetir la carencia de gas para
atender las termoeléctricas. Más aún, en este frente de la planta de regasificación
en Buenaventura se ha dado un debate nacional sobre su conveniencia
considerando: i) su elevado costo; y ii) el eventual exceso de oferta que se tendría
en caso de que se desarrollen exitosamente los más recientes descubrimientos y
se le dé vía libre a los no convencionales.
En este último caso de los no convencionales, mucho dependerá del curso que
tome su marco regulatorio, donde el tema ambiental es crucial. Sin embargo, los
resultados de la Ronda Colombia ANH-2014 mostraron un bajo interés de los
inversionistas por este tipo de yacimientos en el país.
En este último frente de Cargo por Confiabilidad, Anif había venido mencionando
cómo el marco regulatorio manejado por la CREG ha resultado relativamente
eficiente para mantener criterios de sostenibilidad de largo plazo, pero es
indudable que todavía se debe refinar dicho esquema. Allí cabría evaluar la
posibilidad de que las plantas térmicas, tras haber recibido ingresos fijos del Cargo
por Confiabilidad y recuperar sus inversiones iniciales, retornen al gobierno dicha
infraestructura después de un período determinado. Aquí se estaría replicando lo
que ocurre en el sector de redes de telefonía, considerando factores de
obsolescencia tecnológica.
En cualquier caso, lo que se debe evitar en este frente de Cargo por Confiabilidad
es actuar en la dirección propuesta en el Proyecto de Ley 130 de 2018 (Senado).
Allí se plantea destinar la mayor parte de dichos recursos a subsidios adicionales
para estratos bajos, inversiones en reducciones de carbono y proyectos que
garanticen la confiabilidad del sistema.Esto último como una alternativa absurda
para superar la crisis de Electricaribe.
Por último, el mercado energético está en mora de contar con una entidad de
control y vigilancia, con facultades similares a las de la Superfinanciera, que
le brinde confiabilidad al esquema de instrumentos financieros estructurados. Ello
evitaría replicar fracasos como los de Enron en Estados Unidos en 2001