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En este ensayo se presenta una explicación de como han evolucionado los componentes
del proceso docente-educativo en los diferentes modelos pedagógicos desde una
perspectiva analítica de las dimensiones educativa, instructiva y desarrolladora, para
luego entrar a explicitar los componentes propios de un modelo alternativo denominado el
Modelo de los Procesos Conscientes.
A través del proceso docente-educativo, se busca formar a los sujetos, que habitan en
una sociedad, bajo tres dimensiones: la educativa, la instructiva y la desarrolladora. Es
decir, la institución docente, dirige tres procesos de formación simultáneamente pero cada
uno de ellos posee intencionalidades diferentes. Así es como el proceso docente-
educativo es un sistema complejo.
El proceso educativo pretende la formación del hombre como ser social, para vivir la vida
en sus relaciones intersubjetivas. El proceso instructivo pretende formar sujetos
capacitados para participar en el desarrollo económico de esa sociedad. El proceso
desarrollador pretende la formación de las potencialidades funcionales o facultades de los
sujetos de esa sociedad.
Los procesos educativos fueron el objetivo del modelo pedagógico tradicional, el proceso
instructivo del modelo pedagógico conductista y el proceso desarrollador del modelo
pedagógico desarrollista. Pero el surgir de un modelo nuevo negaba, no sólo los errores
del modelo anterior, sino también sus logros. Los procesos son dialécticos y en ellos se
van albergando las bondades de lo viejo, que al transformarse, no son en esencia lo
mismo pero se fundamentan en lo ya construido que continua su historia como otra cosa;
otra cosa cualitativamente diferente.
A las lecciones exposiciones orales sigue una ejercitación de aplicación. Ejercicios desde
la aplicación de reglas. La enseñanza procede de lo general a lo particular; de lo teórico
del conocimiento, expuesto por el profesor, a lo supuestamente práctico, la ejercitación de
las reglas o los ejercicios que mediante su repetición, supuestamente, aprende el alumno.
Se institucionalizan los objetivos como un componente nuevo; con lo cual se alcanza una
nueva cualidad en el proceso, pues un propósito específico empieza a guiar los
contenidos. Contenidos que cada vez se van aleja del humanismo nacido de la cultura de
occidente, que aportaba los procesos educativos, cívicos y morales del modelo tradicional
y se van constituyendo en los conocimiento técnicos para la aplicación de las ciencias en
el desarrollo industrial.
Desde sus inicios los objetivos fueron divididos en cognitivos, afectivos y pragmáticos.
Reflejo de la esquematización positivista que reinaba en la época.
El modelo conductista se sesgó por los objetivos pragmáticos, de allí que lo instructivo
aunque buscaban desarrollar habilidades y destrezas generales, invariantes de los
conocimientos que expresaban el modo de actuación del escolar para resolver cierto tipo
de problemas, se limitó al entrenamiento para la ejecución de un oficio. A pesar de ello, es
un salto cualitativo, en relación con el modelo tradicional, porque el sujeto que va a las
instituciones docentes ya no es sólo un alumno, alguien sin luz que repite la cultura
universal imitando a su maestro, sino que es un estudiante que procesa información y la
aplica a ciertos situaciones, ya sabe hacer, esta capacitado para desarrollar un oficio.
En este campo se sumergen los métodos que esbozan la pedagogía cibernética con su
aprendizaje mediante autorregulación y mecanización de la enseñanza, reduciendo las
actividades del hombre a secuencias de operaciones análogas. Información,
retroalimentación y programación intrínseca. Preguntas y respuestas con elecciones
múltiples y ramificaciones en secuencias para el reconocimiento de la información, por
ensayo y error, pero superando la evocación o recopilación del modelo tradicional.
Pero el profesor ya no usa solo su voz y los libros para enseñar sino una gama de
medios, desde la televisión hasta el computador, pasando por los laboratorios, lo cual
dinamiza más el proceso de aprendizaje del estudiante. Por ello en la forma se empieza a
conceptualizar la equidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.
programas de las asignaturas, las clase pierden vigencia. La dinámica del llegar a ser es
remplazada pragmáticamente por el ser hoy.
El proceso docente-educativo, no sólo gira alrededor del educando, sino que es él quien
determina según sus deseos qué y cómo va a aprender, el método y el contenido. Por
ello, en el componente forma la relación enseñanza-aprendizaje, equilibrada en el modelo
conductista, empieza a recargarse tan sólo en el aprendizaje oponiéndose
categóricamente a lo enseñante del modelo tradicional.
El contenido depende del método, pues según lo que estudiante desee hacer, según sus
inclinaciones, se plantearán los contenidos a aprender. Cada estudiante puede ser fuente
de conocimiento para los demás. El conocimiento necesita ser construido desde el interior
del escolar y no debe venir desde afuera. Es un momento de avance cualitativo en el
proceso docente-educativo.