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Cómo cambiar el mundo. Marx y el marxismo 1840- 2011.

Eric Hobsbawm, Crítica, Barcelona, 2011.


Federico Maria1.
Este trabajo de Hobsbawm es una compilación de diferentes escritos
realizados por el autor británico entre 1956 y el año 2009. En todos los casos se analiza a
Marx y el marxismo como elementos fundamentales en el devenir histórico de las ciencias
en general y de las ciencias sociales en particular. Así, se estudia no sólo los aspectos
teóricos del marxismo, sino también sus implicancias prácticas, ya que a lo largo de la
historia distintos movimientos revolucionarios se han identificado con él, como es el caso
de la Revolución Bolchevique de 1917, la Revolución China o la Revolución Cubana, por
nombrar los ejemplos más conocidos.
El ensayo comienza destacando la importancia de Marx en relación con el presente,
ya que Hobsbawm lo piensa como un pensador para el siglo XXI, que con sus ideas podría
echar luz sobre los problemas e interrogantes que plantea el sistema capitalista actual, sobre
todo a partir de la crisis de 2008.
El resto de la obra se divide en dos grandes secciones: la primera dedicada a cuáles
son las fuentes teóricas de las que bebió el propio Marx (y Engels) para crear su sistema de
pensamiento, cuáles fueron sus ideas en relación a la política, para luego analizar diferentes
obras como La situación de la clase obrera en Inglaterra de Engels, el Manifiesto
comunista, escrito por ambos, y Los Grundrisse o Crítica de la economía política 2,
analizando a partir de esta obra las ideas relacionadas a las formaciones precapitalistas
sostenidas por Marx.
En la segunda sección se aborda el impacto póstumo de Marx y del Marxismo en
general, en especial la influencia que este sistema de pensamiento ejerció en los periodos
1880- 1914, 1929- 1945, 1945- 1983 y 1983- 2000. Además se dedican dos capítulos a
Gramsci, que Hobsbawm lo destaca como un pensador importante para estudiar la teoría
política en relación al marxismo.

1
Profesor de Historia. Estudiante de la carrera Licenciatura en Historia. Universidad Nacional de Río Cuarto.

2
Estos escritos son una recopilación de anotaciones de Marx, completada entre 1857-1858, que pueden
considerarse borradores de su obra cumbre, El capital, o incluso complementarios de este.
Con esta estructura entonces, se aborda en primer lugar el estudio de los orígenes
del pensamiento de Marx y Engels, destacándose en este sentido el papel de los socialistas
utópicos, quienes sostenían la posibilidad de crear sociedades ideales concebidas bajo un
sistema democrático y equitativo. También se distinguen otras ideas provenientes del
movimiento ilustrado, particularmente las relacionadas con la igualdad sostenidas por
Rousseau.
En el tercer capítulo se indaga sobre las ideas más relevantes sostenidas por Marx y
Engels, respecto a su concepto de la política, y por consiguiente su opinión en relación al
Estado, entendiendo por este la expresión de poder de una clase sobre otra, que con el paso
a una sociedad socialista acabaría por extinguirse. En este proceso se destaca el papel del
proletariado como “sepulturero” del sistema capitalista y artífice del paso al socialismo.
En cuanto a la obra de Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra,
Hobsbawm destaca el carácter fundamental de la misma, porque ayudó a perfilar las ideas
en relación a la formación del proletariado, aquella clase social producto de la
industrialización, que vivía oprimida y explotada por los dueños de los medios de
producción y que por esa misma situación se ve obligada a luchar por su emancipación.
En el capítulo dedicado al Manifiesto Comunista, Hobsbawm señala que “Este
pequeño panfleto fue casi seguro, y con mucho, el texto político unitario más influyente
desde la revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano por
parte de los franceses”3. Se explica su derrotero en cuanto al impacto que tuvo en
diferentes espacios de Europa, partiendo desde Alemania pero con el tiempo su extensión y
traducción a diferentes regiones e idiomas. Como cuestión adicional Hobsbawm señala su
importancia en cuanto a que constituye un escrito con carácter de predicción en lo que
refiere al desarrollo del capitalismo y que por lo tanto tiene una trascendencia para nuestro
presente.
En cuanto a Los Grundrisse o Crítica de la economía política, señala el autor inglés
que estos escritos se mantuvieron desconocidos durante largo tiempo, hasta que fueron
publicados en la década de 1930 en Rusia. Esta obra desarrollada en 1857- 1858 por Marx
muestra la madurez de su pensamiento, y marca la obra previa a El Capital, el estudio
magno de Marx.

3
HOBSBAWM, E. Como cambiar el mundo. Crítica, Barcelona, 2011, pág. 112.
Luego se estudia el pensamiento marxista en relación a las formaciones
precapitalistas y a partir de aquí su concepción respecto a la historia. Ya que establece al
devenir social en una relación directa con el progreso económico de las comunidades, que
pasarían por diferentes etapas que reflejarían la evolución económica de las sociedades. Las
distintas fases son: el modelo social asiático, el antiguo, el feudal y el burgués. Resulta
interesante remarcar esta evolución en relación a la creciente individualización del hombre,
desde el modelo primitivo donde la vida en comunidad es la clave, hasta la sociedad
capitalista donde el individualismo es el que prima. En este sentido Marx observaba que
sólo con el socialismo el hombre podría controlar su propio destino.
En cuanto al impacto póstumo del marxismo, Hobsbawm afirma que en el periodo
que se extendió entre el año 1880- 1914 la influencia del marxismo aumentó debido a la
creación y proliferación de movimientos obreros y socialistas. Aquí, el autor inglés destaca
también el impacto de la teoría marxista en los intelectuales de las diferentes regiones de
Europa, en especial en Rusia, los Países Bajos, Austria, e Italia, donde su peso específico
fue marcado. A partir de este cuadro de situación se analiza también la relación entre el
marxismo y el mundo académico, destacándose las relaciones establecidas entre esta teoría
y la sociología, la historia, la ciencia política y las artes.
La siguiente etapa que analiza Hobsbawm se extiende entre 1929- 1945. Aquí el
autor explica que hubo un desarrollo por demás considerable del pensamiento marxista. No
sólo por el impacto que dejó la Revolución Rusa, sino también el papel de la crisis de 1929,
que perturbó a todos los países de la esfera capitalista y que no afectó a la URSS, sumado
además a la proliferación en Europa de movimientos de corte fascista y totalitario
(Alemania e Italia), lo que llevó, según Hobsbawm, a la unión entre capitalistas y
socialistas “contra el enemigo común”. En este sentido dice el autor “Lo que unió a los
marxistas y no marxistas fue, pues, mucho más que la unidad práctica de unirse contra un
enemigo común. Fue un profundo sentido, acentuado y catalizado por la depresión el
triunfo de Hitler, de que ambos pertenecían a la tradición de la Revolución Francesa, de la
razón, de la ciencia, del progreso y de los valores humanos.”4 Otra cuestión importante en
esta etapa es el papel de la URSS como faro y guía del pensamiento marxista, que hasta

4
Ibidem, pág. 305.
incluso se había convertido en guardiana de la ortodoxia. Situación que va a cambiar recién
con la muerte de Stalin.
En los dos capítulos siguientes Hobsbawm aborda el estudio de la figura de
Gramsci, el único pensador marxista analizado de manera específica fuera de Marx y
Engels a lo largo de toda la obra. Y esto por una razón: el énfasis puesto por el pensador
italiano en torno a la política como elemento fundamental, no para llevar a los movimientos
socialistas al poder, sino para mantenerlos y que sean aceptados en el poder por la masa del
pueblo, e incluso por aquellos sectores vinculados a los antiguos regímenes de las
diferentes sociedades, para que se conviertan en líderes y guías de los países construyendo
verdadera hegemonía.
Respecto al periodo 1945- 1983 Hobsbawm sostiene que el pensamiento marxista
posee una trascendencia inequívoca para los debates de la última mitad del siglo XX,
debido a los avances de la URSS y de otros países socialistas en esta etapa, a los procesos
de descolonización y el papel del llamado “Tercer Mundo”, incluyendo a Latinoamérica,
que de una u otra manera han puesto en tela de juicio al sistema capitalista. En esta etapa,
señala el autor, que los análisis marxistas ingresan en las universidades, los debates se
incrementan, y al mismo tiempo van surgiendo diferentes amalgamas entre el marxismo y
otras ideologías como el islamismo, el catolicismo o el nacionalismo. De alguna manera se
fue produciendo un alejamiento de los clásicos del marxismo.
En cuanto al periodo 1983- 2000 Hobsbawm sostiene que el marxismo pasó por una
fase de recesión, cayó la URSS y China cambió de rumbo, por lo que los intelectuales que
adherían al marxismo tuvieron que refugiarse nuevamente en la teoría y la especulación. A
esto se sumó también el retorno a las ideas neoliberales que se adoptaron en el mundo
occidental a partir de los años 70´ del siglo XX. De alguna manera la imagen positiva del
periodo 1930- 1945 fue sustituida por otra negativa acompasada con el devenir de la Guerra
Fría y la concreción del ideal de la democracia liberal. Pero, pese a esto, señala Hobsbawm
la necesidad urgente de volver a Marx para analizar los problemas actuales, la
desvalorización del hombre en nombre de la acumulación aliada a la tecnología y la
explotación de los recursos naturales.
Más allá de si se concuerda o no con esta última afirmación, este estudio merece la
pena ser leído sobre todo por aquellos que no están familiarizados con la teoría marxista y
buscan un compendio que sirva de síntesis para tal fin.

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