Lore y su amor por los libros.

Y sucedió lo inesperado: Lore, la pequeña nativa en la que pocos confiaban, a la que los docentes
veían con escepticismo por la “timidez” o el “mutismo” de su actuar, la misma que no se integraba
con el resto de compañeros de curso, porque no estaba dentro de los parámetros de normalidad,
mostró la genialidad que lleva por dentro, dio a conocer el mundo lleno de maravillas que vive en
su mente.

Convocados en su curso para trabajar un texto sobre la palabra LIBRO, actividad enmarcada en la
preparación de los actos del 23 de abril, que se realizará en el plantel en el cual estoy haciendo
promoción de lectura, los estudiantes escribirían un relato, cuento, poema, verso, una definición,
canción o un acróstico.

En menos de 10 minutos, plasmaron lo que, de manera espontánea, se les vino a la cabeza. Fueron
entregando uno a uno, niñas y niños, lo que se constituía en un acto de “producción literaria”. Y sí
que lo fue. Leyendo uno a uno, escarbando entre líneas para descubrir potencialidades,
expectativas, formaciones, deficiencias, necesidades, encontramos un escrito muy especial. Era el
de la niña Lore. La finura de sus trazos muestra una seguridad y un gusto sin igual para escribir, la
historia evidencia el amor por los libros y el nudo y desenlace, una genialidad para crear y recrear
historias.

El hecho no tendría ninguna relevancia, si no fuera por el personaje que lo ha producido. Lore es
una niña fuera de lo común. Perteneciente a una familia de las que han sido desarraigadas de sus
sitios ancestrales, llegar a un centro que no es precisamente etno-educativo, que debe compartir
espacios con otras etnias, con afrodescendientes y mestizos, enfrentar esa diversidad cultural,
vencer el temor que produce su primer año de bachillerato y, sobre todo, dar sus primeros pasos
en una sociedad patriarcal, que pisa fuerte a seres frágiles y se ensaña con las féminas.

Aparecer Lore en la vida de un promotor de lectura, se constituye en una bendición, engrandece

nuestra actividad en la medida en que muestra que hay padres, familias, docentes, instituciones o
lectores, que hicieron bien su trabajo.

Debemos crear muchas Lore, formar muchas Lore, trabajar para que muchos niños y niñas trabajen
como Lore.