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Violencia económica

Mayhualla Loayza, Jeyson


Gustavo
Facultad de Ciencias de la Educación

Universidad Nacional de San Agustín De Arequipa

“Hoy, a mí lo que más me preocupa, por encima de la situación económica, es la


violencia. La violencia en todas sus manifestaciones, desde la guerra a la
intolerancia." Jorge Bucay
A través de la historia hemos observado distintas formas de carencias de poder de
la mujer, tanto por parte de la sociedad como de sus derechos, la mujer era la
propiedad del marido, subordinada, discriminada.
la mujer sufre distintas formas de agresión como física, psicológica, emocional y
sexual, existe un tipo de violencia que no se nombra, como es la violencia
económica.
La violencia económica es una forma de control y de manipulación que se puede
producir en la relación de pareja y que se muestra a través de la falta de libertad
que el agresor ofrece a la víctima en la realización de gastos necesarios para
cubrir sus necesidades.
"Al igual que el de violencia hacia las mujeres, se trata de un concepto acuñado
como resultado de nuevos enfoques, de una nueva comprensión de prácticas que
no resultan nuevas. Mientras que el concepto de violencia sexista tiene ya varias
décadas, el de femicidio es más reciente: cuestiona los argumentos que tienden a
disculpar y a representar a los agresores como 'locos' o a concebir estas muertes
como 'crímenes pasionales', o bien, a atenuar su importancia en el caso de
situaciones de conflicto o guerra, como si estos contextos justificasen por sí solos
la transgresión a las más elementales normas sociales." Bercaglione (2005)
¿Y por qué es importante hablar de violencia económica?
Porque las mujeres son cada vez más limitadas es una actividad como
ciudadanas, y esto se debe a la actividad que les designas iniciando los padres
quienes los dejan para cuidar a sus hermanos menores, actividades de la casa y
por ende muchas dejan de asistir al colegio, como también los maridos los dejan
con los hijos e incluso no los dejan trabajar.
En este sentido es importante considerar que este reconocimiento social de la
violencia económica o de género no ha estado desarticulado de una reflexión
general frente a la violencia como fenómeno humano y la necesidad de establecer
límites, normas y prácticas que permitan identificar, tratar y sancionar los diversos
comportamientos que afectan la sociedad.
Violencia contra las mujeres
El reconocimiento de la violencia contra las mujeres dentro de un largo proceso
histórico poco a poco ha ido enmarcando cambios sociales, culturales,
económicos y políticos en los cuales ha puesto en evidencia el papel de las
mujeres, las formas de desigualdad, discriminación y violencias que se ejercen
contra ellas en todas las dimensiones de vida pública y privada.
“La violencia contra la mujer ha recibido una creciente atención en las Naciones
Unidas como una forma de discriminación y una violación de los derechos
humanos de las mujeres. La comunidad internacional se ha comprometido a
proteger los derechos y dignidad de las mujeres y los hombres a título individual
mediante numerosos tratados internacionales” (Escobar & Uribe Martinez, 2011,
pág. 10). así lo afirmo la ONU
¿Por qué hablar de una Economía Solidaria?
Porque debemos desarrollar una economía conjunta donde varón como la mujer
sean productores, ejerzan los mismos oficios, un apoyo mutuo, donde no haya
discriminación ni subordinación.
Es bien sabido que un parte de la población mundial rutinariamente se halla sujeta
a tortura, hambre, terrorismo, humillación, mutilación, incluso asesinato,
simplemente por ser mujeres. Crímenes como estos, cometidos a cualquier otro
grupo que no fueran mujeres, serían reconocidos como una emergencia civil y
política, y como la violación de los derechos humanos.
En un somero análisis de la violencia económica pretendo intentar develar el
sentido profundo, de esas acciones, descubrir lo que está en la base, que no se
considera violencia, porque han llegado a ser tan cotidianas sus expresiones que
se visualizan como “naturales”, incluso deseadas o propiciadas por las mismas
víctimas. Esto obedece al hecho de que existan mujeres que están sujetos sus
esposos, no pueden trabajar para tener dinero y comprarse algo que necesite. Tal
como sucede con los niños que están sujetos por sus propios padres o madres,
que en medio del poder del padre no pueden hacer otra cosa que están callados
Esta violencia económica lo llamamos también de genero porque esto se da entre
el varon y la mujer, que por su condición de femenino son discriminadas. La
violencia de género tambien se puede dar de la mujer hacia el varón. Pero en este
caso solo hare referencia a la violencia contra la mujer, no quiere decir que la que
existe hacia los hombres sea menos importante.
La violencia de género es un problema que ha existido siempre. Ha sido objeto de
estudio en la psicología desde sus orígenes. No obstante, no fue hasta el siglo XX
cuando se convirtió en un tema de investigación científica propiamente dicho. “La
agresión a la mujer no es algo nuevo, ni siquiera diferente, siempre ha estado ahí,
y quizá ese sea el problema. Antiguamente la mujer permitía en determinadas
circunstancias la violencia del hombre como demostración de su autoridad y
superioridad respecto a ella, la cual aceptaba esa situación como ‘pago’ a la
‘protección’ que éste le ofrecía”.
Hoy en día vivimos en una sociedad en la que poco parecen alarmarnos los casos
de violencia de género. Nos hemos acostumbrado a los extremos.
Y en mi punto de vista todo este problema, comienza desde casa, en la familia,
debido a la mala información o más bien al tradicionalismo. El de decir “Es normal
que te pegue, ofenda, es tu marido” “Está bien que te trate así, pues no haces las
cosas bien”. Esta mala imagen que se crea, en la que el hombre tiene derecho a
todo y sus acciones son marcadas como válidas y correctas.
Considero y creo que muchos pensamos así, que la mujer en la familia es el pilar
principal, pues su papel no es fácil, tienen que cuidar de la educación de sus hijos,
ver por los quehaceres de la casa, algunas trabajan. En muchos casos no se les
da la importancia y reconocimiento que merecen.
Ahora si hablamos de una familia en la que existe violencia de género, en donde el
padre es un machista que piensa que la mujer esta para atender los asuntos del
hogar y vivir para el bienestar de su marido, que no tiene ni voz, ni voto. Para él
está bien porque así criado, y , entonces este lecho se va repitiendo de generación
en generación, lo cual provoca que sus hijos sean testigos de esta escenas y se
vayan creando estereotipos incorrectos del hombre y mujer, y lo más importante la
manera en la que ellos van idealizando el concepto de “demostrar amor”.
Este tipo de situaciones lamentablemente van creciendo día con día. La violencia
de género no tiene por qué comenzar después del matrimonio, de hecho,
generalmente y cada vez más, ésta se da en el noviazgo o al comienzo de la
convivencia. En el noviazgo, “relaciones que comienzan cada vez a una edad más
temprana”, la violencia dada no es diferente a las demás. Comienza desde el
abuso verbal y emocional, hasta la agresión sexual y el asesinato; “es un grave
problema que afecta de forma considerable la salud física y mental de las
adolescentes”.
La normalización de la violencia de género en la adolescencia es mayor si cabe
que en otras edades, ya que ellos y ellas son capaces de describir la violencia,
conocen casos de violencia de género, pueden identificarla sobre el papel pero, en
general, creen que se trata de algo que sólo le ocurre a mujeres mayores que ya
están casadas.
“Además, se da la circunstancia de que determinados comportamientos, que están
en la base y en el inicio del problema, como los celos y el control exagerado, para
muchos adolescentes son síntomas de amor y preocupación por la pareja y no lo
ven como el posible germen del problema”. Hay una tendencia general en las
mujeres jóvenes a pensar que su novio las quiere más por ser celoso o
controlarlas más. Ellos no quieren que ellas vayan a ninguna parte si ellos no van
al mismo sitio y lo justifican diciendo que es porque no pueden estar sin ellas.
Controlan su manera de vestir, maquillarse, hablar o comportarse. Para conseguir
lo que quieren les hacen sentir culpables. Las chantajean si ellas no quieren
mantener relaciones sexuales poniendo en duda sus sentimientos hacia o se
burlan de ellas delante de la gente.
Las razones para justificar dicha violencia están presentes los jóvenes y ellos
siguen las mismas falsas creencias y mitos que han existido siempre acerca del
tema.
Escuchamos hablar constantemente del maltrato físico, pero de violencia
económica hay poca información porque lo vemos como algo que no es
importante.
La mujer tiene el mismo derecho que el varón, lo tenemos como derecho, pero no
lo cumplimos, como ejemplo tenemos en cuanto al pago que reciben el cual es en
muchos casos inferior al del varón, para cambiar estos machismos tenemos que
cambiar el chip de la sociedad a través de proyecciones sociales por parte de los
que conocemos estos temas.
Según Bercaglione, Chejter, Cisneros, Fontenla, Kohan, y Labrecque. (2005), se
ha logrado el reconocimiento oficial de la violencia sufrida por las mujeres
considerándola una violación de sus derechos humanos junto con el compromiso
de los gobiernos de condenarla.

Conclusión
Muchas jóvenes admiten haber vivido alguna experiencia de las anteriormente
nombradas y lo justifican diciendo: “Lo hace porque me quiere”.
Es primordial que se creen programas bien fundamentados, ya que se da el caso
que los talleres son mal impartidos y generan una mala información. Este
problema no debe verse como secundario, ya que poco a poco va obteniendo más
realce, aunque también los medios de comunicación se han encargado de difundir
hechos, sucesos relacionados con estos temas para despertar la mente de
muchas mujeres, hacerles ver sus derechos.
Sabemos que combatir la violencia de género es una lucha incondicional, la cual
claramente debe comenzarse en la familia y la escuela, ya que estas dos son las
bases de la formación de

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