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Introducción.

La Doctrina Trascendental de los Elementos representa el fundamento de la Crítica de la


Razón Pura al contener los términos y saberes básicos a partir de los cuales se desarrollará el
contenido de la obra, obra que se divide inicialmente en dos momentos: TERMINAR

La Analítica Trascendental constituye la primera división de la Lógica Trascendental (parte


segunda de la Doctrina Trascendental de los Elementos) TERMINAR

De acuerdo con Kant, el psiquismo posee dos facultades que, conjuntamente contribuyen a
la generación de conocimiento. Una de ellas, responde a la capacidad de recibir
representaciones a partir de la sensibilidad que, resulta ser, un primer nivel del conocimiento,
y por ello, estrechamente ligado al siguiente La otra, se encarga de conocer los objetos mediante
dichas representaciones, a esto se le llama, la espontaneidad de los conceptos.

La lógica trascendental abarca esa segunda capacidad del psiquismo, que refiere al
entendimiento, ocurre lo contrario con la primera facultad que se subsume en la estética
trascendental y refiere a la sensibilidad. Así como en la estética trascendental, Kant distingue
las formas puras de la sensibilidad de los fenómenos y explica, a cerca de las primeras, que son
condiciones a priori para la efectiva recepción de los fenómenos (que se suscriben al
conocimiento empírico), pues es aquello que posibilita su existencia, es decir, el fenómeno
existe bajo esas condiciones; también esta ciencia hará una distinción similar, y empezará por
dividir la lógica trascendental en dos partes: analítica trascendental y dialéctica trascendental.
Precisa Kant: “La parte de la lógica trascendental que trata de los elementos del conocimiento
puro del entendimiento y de los principios sin los cuales ningún objeto puede ser pensado es,
pues, la analítica trascendental”, 100 (dada su aplicación, esta primera división, se subdivide a
su vez, en dos libros: analítica de los conceptos y analítica de los principios) Es decir que, en
esta división, se pretenden reconocer las formas puras del entendimiento (conceptos puros) y
sus relaciones; respecto de la Dialéctica trascendental, el autor afirma que ha de ser “una crítica
del entendimiento y de la razón con respecto a su uso hiperfísico”. 101 Nota: aclarar esta parte,
para ello, leer la segunda división de la crítica.
__________________________

Analítica Trascendental.
En la primera división de la Lógica Trascendental, Kant propone reconocer mediante la
descomposición, todos los elementos del conocimiento puro del entendimiento, es decir, los
conceptos puros, los cuales, han de ajustarse a los siguientes puntos:

1. “Que sea puro y no empírico;


2. Que no pertenezca a la intuición y a la sensibilidad, sino al pensar y al entendimiento;
3. Que sean elementales y se distingan perfectamente de sus derivados o compuestos;
4. Que su tabla sea completa y que cubra todo el campo del entendimiento puro”
(Kant, [B88]).
Una vez identificados los elementos puros del entendimiento, será crucial, para la integridad
de esta ciencia, hallar la relación que comparten mutuamente, pues, el autor considera que la
completud de una ciencia ha de admitirse después de reconocer las partes de un todo, su función
e interacción mutua. Si un todo resulta a partir de la reunión de sus partes, han de estudiarse
estas para conocer a fondo la unidad.

Ya antes, se había dejado claro que el entendimiento es una facultad del psiquismo diferente a
la de la sensibilidad y, como señala Kant: “Constituye, pues, una unidad subsistente por sí
misma, autosuficiente, no susceptible de recibir adiciones exteriores” (B88). Para ilustrar un
poco el objeto de estudio de la Analítica kantiana con el ejemplo de la unidad y sus
componentes, se dirá que, análogamente, el entendimiento puro, equivaldría al todo, los
conceptos serían sus elementos y su interacción mutua, revelarían los principios del
funcionamiento.

Libro primero:
Analítica de los conceptos.
“Por analítica de los conceptos, no entiendo el análisis de los mismo o el procedimiento
corriente en las investigaciones filosóficas, consistentes en descomponer, según su contenido,
los conceptos que se presentan y en clasificarlos. Entiendo, por el contrario, la descomposición
de la misma capacidad del entendimiento, a fin de investigar la posibilidad de los conceptos a
priori, a base de buscarlos solo en el entendimiento como su lugar de procedencia y a base de
analizar su uso puro en general” (B91).

En el apartado anterior, Kant deja claro que, su estudio en este punto no va dirigido a los
conceptos y menos aún a su aclaración, el proceder trascendental de esta Analítica se asegurará
primero de que haya una condición de posibilidad, un lugar en el que efectivamente puedan
hallarse dichos conceptos; la región psíquica que sufrirá la descomposición rigurosa a fin hallar
tales conceptos, será: la capacidad misma del entendimiento.

“Perseguiremos pues, los conceptos puros hasta llegar a los primeros gérmenes y disposiciones
en el entendimiento humano, en los cuales, se hallan preparados hasta que, finalmente, la
experiencia los desarrolla y hasta que, por obra del mismo entendimiento, son presentados en
su pureza, libres de las condiciones empíricas a ellos inherentes”. P103 libro. Nota: este
apartado es muy importante, explica por qué y articular la idea de facultad cognoscitiva.

Capítulo I
Guía para el descubrimiento de todos los conceptos puros del entendimiento.
Para evitar que los hallazgos de todos los conceptos puros del entendimiento surjan por obra
del azar, y para evitar equivocaciones, se plantea el reconocimiento de los principios bajo los
que operan tales conceptos: las reglas a las que se sujetan y le dan el grado de unidad
independiente. Una vez reconocida esta regla, podrá señalarse el lugar de cada concepto puro
en el entendimiento, este estilo metódico, irá dejando al descubierto cada concepto:

“La filosofía trascendental tiene la ventaja -y también la obligación- de buscar sus conceptos
de acuerdo con un principio, ya que salen puros y sin mezcla del entendimiento en cuanto
unidad absoluta y, consiguientemente, deben estar interrelacionados, a su vez, con un concepto
o una idea. Semejante interrelación suministra una regla con la cual podemos señalar a priori
el lugar de cada concepto en el entendimiento puro y la completud del conjunto e todo ellos.
De no ser así, todo esto dependería del capricho del azar” (B92).

Del estudio de la cita anterior, surge la siguiente pregunta ¿por qué Kant afirma que
constituye una ventaja y también una obligación el hecho de emprender la búsqueda de los
conceptos puros de acuerdo con un principio? En respuesta, se dice que, esa misma
metodología le permitió descubrir, en el ámbito de la Estética, aquello primero de los que se
desprende todo el conocimiento sensible, se trata de una metodología que ya había usado antes
y resultado útil, dejando al descubierto aquello en lo que se funda el conocimiento sensible.
Kant encuentra la unidad que contiene lo diverso en un proceso regresivo, apoyándose en lo
que se presenta y un principio bajo el cual esto se organiza, esta particular forma de proceder
que por lo explicado anteriormente constituye una ventaja, representa también la obligación de
acuerdo con la cual él mismo ha de emprender ahora la búsqueda de los conceptos puros del
entendimiento.

Recuérdese que, para Kant conocer es entender mediante conceptos, se está estudiando el
conocimiento humano, sus límites y alcances, ¿cómo?: analizando la facultad del
entendimiento, donde yacen los conceptos. Puesto en términos propios, lo que el autor dice es:
voy a buscar conceptos, pero conceptos según X principio, el de que salgan puros y sin mezcla
del entendimiento. Encuentro Y cantidad de conceptos que comparten un mismo principio,
luego, hay un concepto bajo el cual se organizan todos ellos, y es así como determina lo que
del entendimiento corresponde a la parte pura.

Sección primera
Uso lógico del entendimiento en general.
El entendimiento no es una facultad de intuición, su independencia de la sensibilidad así lo
determina. La materia a partir de la que obra son los conceptos, estos son su contenido y a estos
se reduce todo el conocimiento del entendimiento (humano), por lo tanto, el conocimiento de
todo entendimiento es, de acuerdo con el autor, conceptual, discursivo, no intuitivo en razón
de que no se refieren inmediatamente al objeto o su representación inmediata sino
indirectamente.

Los conceptos “se fundan en la espontaneidad del pensamiento” (B93), tal espontaneidad
es aquella primera representación conceptual que el entendimiento realiza sobre las
representaciones fenoménicas; los conceptos se basan en funciones, no en representaciones
directas entendidas individualmente, una función es una unidad que contiene otras cosas y, el
concepto entendido como unidad, puede contener representaciones empíricas o más conceptos;
su grado de pureza lo determina el nivel de abstracción de su contenido. Análogamente se
interpreta la espontaneidad del pensamiento como la receptividad en el campo del
entendimiento, aquella disposición a percibir, no ya fenómenos sino representaciones de estos,
y es en este primer nivel del conocimiento del entendimiento (la espontaneidad del
pensamiento) donde se fundan los conceptos.

Posteriormente se afirma que “el juicio es el conocimiento mediato de un objeto y,


consiguientemente, representación de una representación del objeto” (B93). Considérese
importante resaltar la cita anterior dada su implicación; que el juicio sea el conocimiento
mediato de un objeto equivale a decir que es un conocimiento no directo, indirecto, al fin, y la
razón está contenida en la proposición original, esto implica la participación de aquella primera
representación que surge a partir de la sensibilidad, pero no directamente, sino en tanto que
sujeta a un concepto, después de todo, el conocimiento implica la participación tanto de
intuiciones como de conceptos, y, dado que los juicios son el acto del entendimiento y, como
se explicó en una de las sesiones, su contenido son los conceptos, no podría entonces un juicio
(como acto del entendimiento) referirse directamente a una sensación, comporta ya una
estructura que lo aleja en menor o mayor medida de aquello primero que se capta de una cosa.
En la emisión de un juicio, queda materializado el conocimiento, por así decirlo, aunque podría
entenderse también como representado, queda el conocimiento hecho acto discursivo mediante
la unidad que representa el juicio.

Sucesivamente, afirma Kant: “En todo juicio, hay un concepto válido para otras muchas
representaciones y, entre estas muchas, comprende una determinada que se refiere
inmediatamente al objeto” (B93). Ejemplifica: Todos los cuerpos son divisibles, de este juicio,
el concepto de lo divisible es aplicable a otros conceptos, por ejemplo: espacio1, tiempo2,
magnitudes, cuerpos, entre otros, y de todos estos posibles, es al concepto de cuerpo al que
alude; no obstante, este concepto no representa todavía algo estrictamente determinado,
diversos conceptos participan del concepto cuerpo, posibilitando así la continuación del
análisis, no obstante, aunque el concepto permita la sucesión de un análisis, el juicio limita tal
posibilidad, a saber, porque solo hace referencia al concepto cuerpos, que, al tiempo que
representa unidad, comprende diversidad.

Así, cada representación va adscribiéndose a un concepto y, este concepto se adscribe luego


a otro más amplio, de modo que al final, solo queden los conceptos universales, por así
llamarlos, aquellos de los que se deriva la totalidad de los demás, dicho en términos kantianos:
todos los conceptos, son funciones de unidad entre nuestras representaciones. Un concepto se
denomina de esta forma, siempre y cuando, en él se repliegue otra serie de conceptos que,
aunque diferentes, aunados todos por lo común que los hace compartir dicho lugar; téngase
presente que, un concepto, deja de llamarse tal, para denominarse fenómenos cuando a partir
de él no puede conocerse sino algo determinado, específico, como la representación inmediata
de un objeto.

1
Entiéndase aquí, no la división como separación absoluta del espacio, sino la división como distinción entre
partes que pertenecen a un mismo espacio.
2
Como se divide el tiempo en el sistema sexagesimal.
Sección segunda
Parágrafo 9
Función lógica del entendimiento en los juicios.
Este apartado trata, fundamentalmente, sobre aquello que es inherente a los juicios en el
sentido formal, todo posible juicio se concibe bajo una de las categorías siguientes, que se
ordenan, según correspondan, en cuatro títulos:

Tabla de Juicios:

De la tabla anterior, el autor realiza unas precisiones concernientes a la cantidad, cualidad,


la forma en que se relacionan los juicios que componen el juicio disyuntivo y, la modalidad
respectivamente, precisiones que se presentan en los numerales a continuación.

1. Cada juicio comprende un sujeto y un predicado, es concepto tanto el sujeto, como el


predicado, según la cantidad de los juicios, unos con otros difieren en que, el contenido
del concepto sujeto, puede ser universal, particular o singular. Tanto para el caso de los
universales (de la forma: todo A es B), como de los singulares (ese A es B), el
predicado, o el concepto de predicado es aplicable a la totalidad del concepto sujeto,
este no puede hacer parcialmente parte del predicado, como sí podría ocurrir con los
juicios particulares; en este orden de ideas, afirma Kant, se pueden estudiar de igual
manera los juicios particulares y los universales, ambos podrían recibir el mismo
tratamiento, pero si no se estudiasen estos según su forma, sino su contenido, dicho en
términos kantianos, “si en cambio comparamos un juicio singular con uno universal,
simplemente como conocimiento, según la cantidad” (B96), se descubre que el juicio
particular es “esencialmente distinto del universal” (B96) pues, si bien hace parte del
juicio universal como contribuyendo a un todo, representa también solo una parte que
puede ser independiente en sí y, por tanto, diferente, esto puede hacerse más evidente
si se compara con otros conocimientos, por tanto, concluye Kant, merece ocupar un
puesto especial en una tabla completa, no amerita ser incluido, como autómatamente,
en la categoría de los juicios universales.

2. En esta observación, se pretende hacer la distinción por la cual se debe separar, según
la cualidad, los juicios infinitos, de los afirmativos, procedimiento que pasa por alto la
Lógica General, pero que retoma la Trascendental. Un juicio infinito (de la forma: A es
no B), consiste en una afirmación aunque dentro de su extensión, aparezca la partícula
negativa no, el ejemplo originalmente planteado es, el alma es no mortal, se infiere: la
infinidad de seres posibles, se puede dividir entre los que son mortales, y los que son
no mortales, siguiendo el juicio, el alma se sitúa en la segunda parte de tal división, es
así como se expresa la afirmación y la razón por la que la lógica general circunscribe
estos tipos de juicios en el conjunto de los juicios afirmativos; cosa distinta sería decir,
el alma no es mortal, esto constituye entonces un juicio negativo, pues se niega que el
alma participe de la mortalidad, en aquél en cambio se afirma que esta participa de la
no mortalidad. Bien, señalado ya el motivo por el que generalmente se toman los juicios
infinitos como parte de los afirmativos, lo que sigue es estudiar las razones por las que,
en la Lógica Trascendental no ha de seguir siendo así. El juicio infinito, como se
demostró antes y, pese a que resulta ser afirmativo también, no limita de ninguna
manera la infinita posibilidad de seres, solo divide, distingue, de entre estos, dos rasgos,
sin limitar por ello el campo de seres mortales y no mortales, dicho sea de otro modo,
se trata simplemente de una afirmación sobre el alma, no de la finitud de seres posibles
que comprende también al alma: “(…) mi proposición solo afirma que el alma es una
de las infinitas cosas que quedan una vez eliminado todo lo mortal. La infinita esfera
de todo lo posible únicamente queda así limitada en la medida en que se separa de ella
todo lo mortal y se sitúa el alma en la otra parte de su extensión. Pero esta sigue siendo
infinita incluso tras la mencionada separación” (B98). Estas son las razones por la que
Kant considera apropiado tener en cuenta por separado los juicios infinitos de los
afirmativos.

3. En este punto, lo que se explica esencialmente es la forma dinámica en la que opera el


juicio disyuntivo en comparación con otros y de la manera en que se sintetiza en él el
conocimiento pese a lo diverso de los juicios que le componen. El desarrollo es el
siguiente, Kant explica que existen tres formas en que el pensar relaciona los juicios.
La primera de ellas es del predicado con el sujeto; la segunda, del fundamente con la
consecuencia y, finalmente, el conocimiento dividido y los miembros de la relación
entre sí. Se plantea el ejemplo: si existe una justicia perfecta, se castiga al malo
obstinado; de la proposición anterior, se distinguen los siguientes rasgos: primero, que
se trata de la segunda forma en que el pensamiento relaciona los juicios y segundo, que
aquello que se relaciona son, en efecto, dos juicios, es decir, unidades de conceptos;
Kant señala que, el valor de verdad de ambos juicios no es lo que realmente se estudia
en las proposiciones del tipo anterior, sino su relación; ocurre lo contrario con un juicio
del modo disyuntivo, e ilustra: el mundo existe, sea por un ciego azar, sea por una
necesidad interna, sea por una causa externa; de este ejemplo se reconoce que, hace
parte de la tercera forma en que el pensamiento relaciona los juicios y que son
precisamente estos sus componentes, en este caso no existe la relación de consecuencia,
existen un conocimiento contenido en el juicio, pero indeterminado aún por las distintas
naturalezas de cada juicio, en términos kantianos, por la relación de oposición lógica.
La verdad en los juicios disyuntivos, es algo que debe estar en el panorama de un
estudio, ya que, situarla en una de las esferas que lo componen (al juicio) es sustraerla
de las demás y darle al juicio en general, el grado de conocimiento, no ya indefinido
como al comienzo, sino preciso. Este punto es, según parece, una propedéutica a lo que
se dirá en el siguiente numeral.

4. Según el autor explica, la modalidad de los juicios, que se divide a su vez en


problemáticos, asertóricos y apodícticos, se limita a afectar “únicamente el valor de la
cópula en relación con el pensar en general” (B100). Para el caso de los juicios
problemáticos, el valor de verdad “se toma como algo meramente posible (opcional)”
(B100), como en el caso del ejemplo visto en el punto anterior y del juicio hipotético.
Los juicios asertóricos se llaman a sí por considerar la afirmación o la negación como
algo real (verdadero), y los apodícticos, son aquellos en que se concibe como algo
necesario, explica Kant sobre este respecto. Dicho todo esto, explica cómo,
gradualmente, el contenido de los juicios se va incorporando gradualmente al
entendimiento al ser algo primero juzgado problemáticamente, luego aceptado como
asertóricamente y, finalmente afirmado como necesario, si es necesario, entonces es ya
parte del entendimiento.

Sección tercera
Parágrafo 10
Los conceptos puros del entendimiento o categorías.
En este parágrafo se explica que, a diferencia de la Lógica General, la Lógica Trascendental
cuenta con lo diverso de la sensibilidad a priori, podría pensarse que esto refiere al espacio-
tiempo, pero no, porque estas formas no son lo diverso de la sensibilidad a priori, lo diverso es
lo que se da bajo tales formas. No obstante, sin las formas puras de la sensibilidad, los
conceptos puros del entendimiento serían infértiles en razón de que solo bajo aquellas formas
es posible la recepción de representaciones, las cuales, se relacionan y organizan según
categorías, las categorías sin objeto de aplicación, serían solo abstracciones ciegas.

Acto seguido, Kant introduce un nuevo término, y explica que, en su sentido más amplio,
se trata “del acto de reunir diferentes representaciones y de entender su variedad en un único
conocimiento” (B103), se refiere a la síntesis y, precisa a cerca de la síntesis pura que esta se
da si “la variedad no está dada empíricamente, sino a priori (como las variedades en el espacio
y en el tiempo)” (B103). En términos propios, lo que Kant va a explicar a continuación, son
relaciones y lo que surge a partir de ellas; por una parte, la relación que hay entre elementos
puros, y por otra, lo diverso que surge a partir de ellos. A la unidad que se forma de los
primeros, la llamará síntesis pura, y a la unidad que se concreta a partir de la variedad, síntesis
general.

La síntesis, entonces, cumple con la función de unificar, de relacionar elementos, ya sean


de orden puro o empírico, la síntesis pura entre las formas espacio-tiempo, da paso a todo lo
que bajo esas condiciones puede darse para operar también en aquella variedad que refiere al
plano fenoménico. De otro modo, cómo podría entonces la espontaneidad del pensamiento
percibir una representación compacta, es decir, cómo podría reconocer aquello que hace de una
representación tal cosa, su unidad y no sus partes dispersas carentes de una forma clara o por
lo menos cognoscible. Recuérdese que la espontaneidad del pensamiento es la representación
de una representación, pues bien, la síntesis es aquello que hace posible esa primera
representación, que se da a partir de la sensibilidad: “Pero la espontaneidad de nuestro pensar,
exige que esa multiplicidad sea primeramente recorrida, asumida y unida de una forma
determinada, a fin de hacer de ella un conocimiento, este acto lo llamo síntesis” (A77).

Después de presentar la definición de síntesis, Kant, realiza una aclaración esporádica, la


siguiente: “antes de cualquier análisis de nuestras representaciones, éstas tienen que estar ya
dadas, y ningún concepto puede surgir analíticamente en lo tocante a su contenido” (B103), es
claro que si hay un objeto que sea susceptible a un análisis, puede haber entonces un análisis,
primero la posibilidad, luego la realización, hasta aquí, todo claro, pero el que ningún concepto
pueda surgir en lo tocante al contenido de las representaciones quiere decir que, dado que las
representaciones (sean producidas en el plano empírico o conceptual), refieren de por sí a algún
tipo de particularidad (si se trata del plano fenoménico) o a algún conjunto aún limitado
(conceptualmente hablando), y dado que la conceptualización es precisamente la tendencia a
universalizar, no podría, mediante un concepto plantearse un análisis respecto del contenido
de una representación, dicho sea brevemente, porque un análisis es distinción, separación de
las partes de un todo y un concepto es solo una de las formas bajo las cuales algo se da, o bajo
las cuales algo ya dado se organiza, lo ya dado no es algo que le corresponda a los conceptos,
es decir, al entendimiento, sino a la sensibilidad; también porque un concepto es precisamente
síntesis, es decir, unión y no separación, es decir, análisis.

“La síntesis de algo diverso (sea se empírico o dado a priori), produce ante todo un
conocimiento que, inicialmente, puede ser todavía tosco y confuso y que, por ello mismo,
necesita un análisis. Pero es propiamente la síntesis la que recoge los elementos en orden al
conocimiento y los reúne con vistas a cierto contenido. Ella constituye, pues, lo primero a que
debemos atender si queremos juzgar sobre el origen primero del conocimiento” (B103).
Respecto del primero de los juicios que componen la cita anterior es, por una parte, desde
una reflexión personal, un tipo de justificación de todo lo que concierne a la crítica de la razón
pura, se trata nada menos que de la sugerencia a precisar el conocimiento, objetivo que no se
puede lograr sin antes fijar la atención en nuestra forma de conocer y, distinguir en este punto,
como en efecto, las fuentes mismas del conocimiento, es decir, el conocimiento se da a partir
del auconocimiento, término que equiparo aquí con la palabra análisis, después del estudio
analítico de la razón, se sabrán sus alcances y limitaciones respecto del conocimiento, pero el
primer paso para lograr tal objetivo es el autoconocimiento. La síntesis, proporciona un
conocimiento, el que se da a partir de la unión de elementos, el resultado de la asociación es
un tipo de conocimiento, pero mediocre aún, el análisis, la distinción, el estudio de algo
mediante la descomposición, el análisis de la síntesis proporciona un conocimiento no ya opaco
o confuso, sino lúcido, al reconocer a partir de qué es que surge el conocimiento. En este nivel
no se sabe ya un resultado, sino lo que proporciona tal resultado, se trata no solo de saber qué,
sino cómo resulta el conocimiento.

“La síntesis pura, en su representación general, nos proporciona el concepto puro del
entendimiento. Entiendo por tal síntesis la que se basa en un principio de la unidad sintética a
priori” (B104). Es importante recordar en este punto, qué significa que algo sea sintético y a
priori, bien, lo primero refiere a un predicado que no está contenido en el concepto de sujeto,
posee el carácter de ser extensivo y no solo explicativo. Lo segundo, trata sobre algo que es
concebido en la razón pura y allí mismo se fundamenta, que algo sea sintético y a priori quiere
decir entonces que, aunque no tiene sus fundamentos en el plano empírico, se refiere a tal plano,
es algo que se concibe en el ejercicio de la razón pura, puede extenderse al plano fenoménico
y no constituye una mera idea. Ahora bien, hasta el momento lo único a priori de los que se
nos ha hablado claramente, y que se encuentra ya resulto en este punto es de las formas puras
de la sensibilidad, bajo las cuales, “los objetos vienen dados a priori por lo que a su forma se
refiere” (A88), se diría entonces que es la sensibilidad empírica quién determina el contenido
propio de cada representación.

Acto seguido el autor explica que es la síntesis pura la que conduce al descubrimiento de
los conceptos, pues estos son la regla que sigue tal facultad al efectuarse y, señala en qué orden
y qué cosas deben darse para determinar el conocimiento a priori de los objetos, los elementos
son los siguientes y, están ordenados del primero al último:

1. Lo diverso de la intuición pura que es, según se entiende, las formas puras de la
sensibilidad y aquellas otras formas puras bajo las cuales todo lo que pueda presentarse
bajo las primeras puede ser organizado y posteriormente representado;
2. La síntesis de tal diversidad mediante la imaginación, esta síntesis es un acto
espontaneo que realiza la imaginación, y es determinante su participación para la
formación de las primeras representaciones o, las representaciones primeras que surgen
a partir de la sensibilidad
3. finalmente, los conceptos, que dan unidad a esa síntesis pura, como se había explicado
antes, todo lo que pueda ser organizado por síntesis, es organizado según categorías
puras del entendimiento, que a su vez están organizadas según conceptos, es en estos
donde se funda la unidad de la síntesis: “La misma función que da unidad a las distintas
representaciones en un juicio proporciona también a la mera síntesis de diferentes
representaciones en una intuición, una unidad que, en términos generales se llama
concepto puro del entendimiento” (B105).

Tabla de las categorías:

Téngase en cuenta las siguientes observaciones por parte del autor respecto de la tabla
anterior:

1. “esta es la lista completa de los conceptos puros originarios de la síntesis contenidos a


priori en el entendimiento, debido a los cuales éste es, a su vez, simple entendimiento
puro. Efectivamente, solo a través de ellos es capaz de entender algo de lo vario de la
intuición, es decir, de pensar un objeto de esta última” (B106)
2. “La división ha sido hecha sistemáticamente a partir de un principio común, el de la
facultad de juzgar (equivalente a la de pensar)” (B107).
3. El autor aclara que no es posible dar cuenta de por qué son estos y no otros los conceptos
puros del entendimiento.
4. Es posible derivar (como de los conceptos), de las categorías sus conceptos puros
derivados (predicables) que contribuirán a la completud del árbol genealógico del
entendimiento puro, tarea que queda ya facilitada en la definición de los primeros
conceptos, pero que no se desarrollará en esta ocasión, según el autor explica.

Parágrafo 11
En este parágrafo se desarrollan algunas observaciones respecto de la tabla anterior

1. “La primera de ellas es que esa tabla, que incluye cuatro clases de conceptos del
entendimiento, puede dividirse, en primer lugar, en dos apartados. El primero se
refiere a objetos de la intuición (tanto pura como empírica). La segunda se refiere a
la existencia de esos objetos (sea en su relación mutua, sea en su relación con el
entendimiento)” (B110), en el primer apartado de tal división se hallan las
categorías matemáticas, en el segundo, las dinámicas, que corresponden en el orden
concerniente a los conceptos de cantidad y cualidad por una parte y, relación y
modalidad por otra.

2. En la segunda observación, Kant explica por qué cada concepto consta de tres
categorías, al respecto aclara que, de una división dicotómica, resulta otra más
producto de la combinación de tal dicotomía.

3. Finalmente, aclara la razón por la que en esta categoría no es tan evidente su


correspondencia con el respectivo elemento de la tabla de los juicios, a saber, el
juicio disyuntivo, explica que la relación de los conceptos en el juicio disyuntivo se
dice tal porque todos participan de dicha unidad recíprocamente, es decir, ninguno
está subordinado al otro, todos participan del juicio como partes diferentes del
mismo, como órganos de un mismo cuerpo, con distintas funciones, pero con el
mismo propósito: el funcionamiento correcto del cuerpo que los contiene o, para el
caso, del juicio que los unifica.

Parágrafo 12

Bibliografía
Kant, I. (2005) Crítica de la Razón pura. España. Taurus Ediciones

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