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De acuerdo con Kant, el psiquismo posee dos facultades que, conjuntamente contribuyen a
la generación de conocimiento. Una de ellas, responde a la capacidad de recibir
representaciones a partir de la sensibilidad que, resulta ser, un primer nivel del conocimiento,
y por ello, estrechamente ligado al siguiente La otra, se encarga de conocer los objetos mediante
dichas representaciones, a esto se le llama, la espontaneidad de los conceptos.
La lógica trascendental abarca esa segunda capacidad del psiquismo, que refiere al
entendimiento, ocurre lo contrario con la primera facultad que se subsume en la estética
trascendental y refiere a la sensibilidad. Así como en la estética trascendental, Kant distingue
las formas puras de la sensibilidad de los fenómenos y explica, a cerca de las primeras, que son
condiciones a priori para la efectiva recepción de los fenómenos (que se suscriben al
conocimiento empírico), pues es aquello que posibilita su existencia, es decir, el fenómeno
existe bajo esas condiciones; también esta ciencia hará una distinción similar, y empezará por
dividir la lógica trascendental en dos partes: analítica trascendental y dialéctica trascendental.
Precisa Kant: “La parte de la lógica trascendental que trata de los elementos del conocimiento
puro del entendimiento y de los principios sin los cuales ningún objeto puede ser pensado es,
pues, la analítica trascendental”, 100 (dada su aplicación, esta primera división, se subdivide a
su vez, en dos libros: analítica de los conceptos y analítica de los principios) Es decir que, en
esta división, se pretenden reconocer las formas puras del entendimiento (conceptos puros) y
sus relaciones; respecto de la Dialéctica trascendental, el autor afirma que ha de ser “una crítica
del entendimiento y de la razón con respecto a su uso hiperfísico”. 101 Nota: aclarar esta parte,
para ello, leer la segunda división de la crítica.
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Analítica Trascendental.
En la primera división de la Lógica Trascendental, Kant propone reconocer mediante la
descomposición, todos los elementos del conocimiento puro del entendimiento, es decir, los
conceptos puros, los cuales, han de ajustarse a los siguientes puntos:
Ya antes, se había dejado claro que el entendimiento es una facultad del psiquismo diferente a
la de la sensibilidad y, como señala Kant: “Constituye, pues, una unidad subsistente por sí
misma, autosuficiente, no susceptible de recibir adiciones exteriores” (B88). Para ilustrar un
poco el objeto de estudio de la Analítica kantiana con el ejemplo de la unidad y sus
componentes, se dirá que, análogamente, el entendimiento puro, equivaldría al todo, los
conceptos serían sus elementos y su interacción mutua, revelarían los principios del
funcionamiento.
Libro primero:
Analítica de los conceptos.
“Por analítica de los conceptos, no entiendo el análisis de los mismo o el procedimiento
corriente en las investigaciones filosóficas, consistentes en descomponer, según su contenido,
los conceptos que se presentan y en clasificarlos. Entiendo, por el contrario, la descomposición
de la misma capacidad del entendimiento, a fin de investigar la posibilidad de los conceptos a
priori, a base de buscarlos solo en el entendimiento como su lugar de procedencia y a base de
analizar su uso puro en general” (B91).
En el apartado anterior, Kant deja claro que, su estudio en este punto no va dirigido a los
conceptos y menos aún a su aclaración, el proceder trascendental de esta Analítica se asegurará
primero de que haya una condición de posibilidad, un lugar en el que efectivamente puedan
hallarse dichos conceptos; la región psíquica que sufrirá la descomposición rigurosa a fin hallar
tales conceptos, será: la capacidad misma del entendimiento.
“Perseguiremos pues, los conceptos puros hasta llegar a los primeros gérmenes y disposiciones
en el entendimiento humano, en los cuales, se hallan preparados hasta que, finalmente, la
experiencia los desarrolla y hasta que, por obra del mismo entendimiento, son presentados en
su pureza, libres de las condiciones empíricas a ellos inherentes”. P103 libro. Nota: este
apartado es muy importante, explica por qué y articular la idea de facultad cognoscitiva.
Capítulo I
Guía para el descubrimiento de todos los conceptos puros del entendimiento.
Para evitar que los hallazgos de todos los conceptos puros del entendimiento surjan por obra
del azar, y para evitar equivocaciones, se plantea el reconocimiento de los principios bajo los
que operan tales conceptos: las reglas a las que se sujetan y le dan el grado de unidad
independiente. Una vez reconocida esta regla, podrá señalarse el lugar de cada concepto puro
en el entendimiento, este estilo metódico, irá dejando al descubierto cada concepto:
“La filosofía trascendental tiene la ventaja -y también la obligación- de buscar sus conceptos
de acuerdo con un principio, ya que salen puros y sin mezcla del entendimiento en cuanto
unidad absoluta y, consiguientemente, deben estar interrelacionados, a su vez, con un concepto
o una idea. Semejante interrelación suministra una regla con la cual podemos señalar a priori
el lugar de cada concepto en el entendimiento puro y la completud del conjunto e todo ellos.
De no ser así, todo esto dependería del capricho del azar” (B92).
Del estudio de la cita anterior, surge la siguiente pregunta ¿por qué Kant afirma que
constituye una ventaja y también una obligación el hecho de emprender la búsqueda de los
conceptos puros de acuerdo con un principio? En respuesta, se dice que, esa misma
metodología le permitió descubrir, en el ámbito de la Estética, aquello primero de los que se
desprende todo el conocimiento sensible, se trata de una metodología que ya había usado antes
y resultado útil, dejando al descubierto aquello en lo que se funda el conocimiento sensible.
Kant encuentra la unidad que contiene lo diverso en un proceso regresivo, apoyándose en lo
que se presenta y un principio bajo el cual esto se organiza, esta particular forma de proceder
que por lo explicado anteriormente constituye una ventaja, representa también la obligación de
acuerdo con la cual él mismo ha de emprender ahora la búsqueda de los conceptos puros del
entendimiento.
Recuérdese que, para Kant conocer es entender mediante conceptos, se está estudiando el
conocimiento humano, sus límites y alcances, ¿cómo?: analizando la facultad del
entendimiento, donde yacen los conceptos. Puesto en términos propios, lo que el autor dice es:
voy a buscar conceptos, pero conceptos según X principio, el de que salgan puros y sin mezcla
del entendimiento. Encuentro Y cantidad de conceptos que comparten un mismo principio,
luego, hay un concepto bajo el cual se organizan todos ellos, y es así como determina lo que
del entendimiento corresponde a la parte pura.
Sección primera
Uso lógico del entendimiento en general.
El entendimiento no es una facultad de intuición, su independencia de la sensibilidad así lo
determina. La materia a partir de la que obra son los conceptos, estos son su contenido y a estos
se reduce todo el conocimiento del entendimiento (humano), por lo tanto, el conocimiento de
todo entendimiento es, de acuerdo con el autor, conceptual, discursivo, no intuitivo en razón
de que no se refieren inmediatamente al objeto o su representación inmediata sino
indirectamente.
Los conceptos “se fundan en la espontaneidad del pensamiento” (B93), tal espontaneidad
es aquella primera representación conceptual que el entendimiento realiza sobre las
representaciones fenoménicas; los conceptos se basan en funciones, no en representaciones
directas entendidas individualmente, una función es una unidad que contiene otras cosas y, el
concepto entendido como unidad, puede contener representaciones empíricas o más conceptos;
su grado de pureza lo determina el nivel de abstracción de su contenido. Análogamente se
interpreta la espontaneidad del pensamiento como la receptividad en el campo del
entendimiento, aquella disposición a percibir, no ya fenómenos sino representaciones de estos,
y es en este primer nivel del conocimiento del entendimiento (la espontaneidad del
pensamiento) donde se fundan los conceptos.
Sucesivamente, afirma Kant: “En todo juicio, hay un concepto válido para otras muchas
representaciones y, entre estas muchas, comprende una determinada que se refiere
inmediatamente al objeto” (B93). Ejemplifica: Todos los cuerpos son divisibles, de este juicio,
el concepto de lo divisible es aplicable a otros conceptos, por ejemplo: espacio1, tiempo2,
magnitudes, cuerpos, entre otros, y de todos estos posibles, es al concepto de cuerpo al que
alude; no obstante, este concepto no representa todavía algo estrictamente determinado,
diversos conceptos participan del concepto cuerpo, posibilitando así la continuación del
análisis, no obstante, aunque el concepto permita la sucesión de un análisis, el juicio limita tal
posibilidad, a saber, porque solo hace referencia al concepto cuerpos, que, al tiempo que
representa unidad, comprende diversidad.
1
Entiéndase aquí, no la división como separación absoluta del espacio, sino la división como distinción entre
partes que pertenecen a un mismo espacio.
2
Como se divide el tiempo en el sistema sexagesimal.
Sección segunda
Parágrafo 9
Función lógica del entendimiento en los juicios.
Este apartado trata, fundamentalmente, sobre aquello que es inherente a los juicios en el
sentido formal, todo posible juicio se concibe bajo una de las categorías siguientes, que se
ordenan, según correspondan, en cuatro títulos:
Tabla de Juicios:
2. En esta observación, se pretende hacer la distinción por la cual se debe separar, según
la cualidad, los juicios infinitos, de los afirmativos, procedimiento que pasa por alto la
Lógica General, pero que retoma la Trascendental. Un juicio infinito (de la forma: A es
no B), consiste en una afirmación aunque dentro de su extensión, aparezca la partícula
negativa no, el ejemplo originalmente planteado es, el alma es no mortal, se infiere: la
infinidad de seres posibles, se puede dividir entre los que son mortales, y los que son
no mortales, siguiendo el juicio, el alma se sitúa en la segunda parte de tal división, es
así como se expresa la afirmación y la razón por la que la lógica general circunscribe
estos tipos de juicios en el conjunto de los juicios afirmativos; cosa distinta sería decir,
el alma no es mortal, esto constituye entonces un juicio negativo, pues se niega que el
alma participe de la mortalidad, en aquél en cambio se afirma que esta participa de la
no mortalidad. Bien, señalado ya el motivo por el que generalmente se toman los juicios
infinitos como parte de los afirmativos, lo que sigue es estudiar las razones por las que,
en la Lógica Trascendental no ha de seguir siendo así. El juicio infinito, como se
demostró antes y, pese a que resulta ser afirmativo también, no limita de ninguna
manera la infinita posibilidad de seres, solo divide, distingue, de entre estos, dos rasgos,
sin limitar por ello el campo de seres mortales y no mortales, dicho sea de otro modo,
se trata simplemente de una afirmación sobre el alma, no de la finitud de seres posibles
que comprende también al alma: “(…) mi proposición solo afirma que el alma es una
de las infinitas cosas que quedan una vez eliminado todo lo mortal. La infinita esfera
de todo lo posible únicamente queda así limitada en la medida en que se separa de ella
todo lo mortal y se sitúa el alma en la otra parte de su extensión. Pero esta sigue siendo
infinita incluso tras la mencionada separación” (B98). Estas son las razones por la que
Kant considera apropiado tener en cuenta por separado los juicios infinitos de los
afirmativos.
Sección tercera
Parágrafo 10
Los conceptos puros del entendimiento o categorías.
En este parágrafo se explica que, a diferencia de la Lógica General, la Lógica Trascendental
cuenta con lo diverso de la sensibilidad a priori, podría pensarse que esto refiere al espacio-
tiempo, pero no, porque estas formas no son lo diverso de la sensibilidad a priori, lo diverso es
lo que se da bajo tales formas. No obstante, sin las formas puras de la sensibilidad, los
conceptos puros del entendimiento serían infértiles en razón de que solo bajo aquellas formas
es posible la recepción de representaciones, las cuales, se relacionan y organizan según
categorías, las categorías sin objeto de aplicación, serían solo abstracciones ciegas.
Acto seguido, Kant introduce un nuevo término, y explica que, en su sentido más amplio,
se trata “del acto de reunir diferentes representaciones y de entender su variedad en un único
conocimiento” (B103), se refiere a la síntesis y, precisa a cerca de la síntesis pura que esta se
da si “la variedad no está dada empíricamente, sino a priori (como las variedades en el espacio
y en el tiempo)” (B103). En términos propios, lo que Kant va a explicar a continuación, son
relaciones y lo que surge a partir de ellas; por una parte, la relación que hay entre elementos
puros, y por otra, lo diverso que surge a partir de ellos. A la unidad que se forma de los
primeros, la llamará síntesis pura, y a la unidad que se concreta a partir de la variedad, síntesis
general.
“La síntesis de algo diverso (sea se empírico o dado a priori), produce ante todo un
conocimiento que, inicialmente, puede ser todavía tosco y confuso y que, por ello mismo,
necesita un análisis. Pero es propiamente la síntesis la que recoge los elementos en orden al
conocimiento y los reúne con vistas a cierto contenido. Ella constituye, pues, lo primero a que
debemos atender si queremos juzgar sobre el origen primero del conocimiento” (B103).
Respecto del primero de los juicios que componen la cita anterior es, por una parte, desde
una reflexión personal, un tipo de justificación de todo lo que concierne a la crítica de la razón
pura, se trata nada menos que de la sugerencia a precisar el conocimiento, objetivo que no se
puede lograr sin antes fijar la atención en nuestra forma de conocer y, distinguir en este punto,
como en efecto, las fuentes mismas del conocimiento, es decir, el conocimiento se da a partir
del auconocimiento, término que equiparo aquí con la palabra análisis, después del estudio
analítico de la razón, se sabrán sus alcances y limitaciones respecto del conocimiento, pero el
primer paso para lograr tal objetivo es el autoconocimiento. La síntesis, proporciona un
conocimiento, el que se da a partir de la unión de elementos, el resultado de la asociación es
un tipo de conocimiento, pero mediocre aún, el análisis, la distinción, el estudio de algo
mediante la descomposición, el análisis de la síntesis proporciona un conocimiento no ya opaco
o confuso, sino lúcido, al reconocer a partir de qué es que surge el conocimiento. En este nivel
no se sabe ya un resultado, sino lo que proporciona tal resultado, se trata no solo de saber qué,
sino cómo resulta el conocimiento.
“La síntesis pura, en su representación general, nos proporciona el concepto puro del
entendimiento. Entiendo por tal síntesis la que se basa en un principio de la unidad sintética a
priori” (B104). Es importante recordar en este punto, qué significa que algo sea sintético y a
priori, bien, lo primero refiere a un predicado que no está contenido en el concepto de sujeto,
posee el carácter de ser extensivo y no solo explicativo. Lo segundo, trata sobre algo que es
concebido en la razón pura y allí mismo se fundamenta, que algo sea sintético y a priori quiere
decir entonces que, aunque no tiene sus fundamentos en el plano empírico, se refiere a tal plano,
es algo que se concibe en el ejercicio de la razón pura, puede extenderse al plano fenoménico
y no constituye una mera idea. Ahora bien, hasta el momento lo único a priori de los que se
nos ha hablado claramente, y que se encuentra ya resulto en este punto es de las formas puras
de la sensibilidad, bajo las cuales, “los objetos vienen dados a priori por lo que a su forma se
refiere” (A88), se diría entonces que es la sensibilidad empírica quién determina el contenido
propio de cada representación.
Acto seguido el autor explica que es la síntesis pura la que conduce al descubrimiento de
los conceptos, pues estos son la regla que sigue tal facultad al efectuarse y, señala en qué orden
y qué cosas deben darse para determinar el conocimiento a priori de los objetos, los elementos
son los siguientes y, están ordenados del primero al último:
1. Lo diverso de la intuición pura que es, según se entiende, las formas puras de la
sensibilidad y aquellas otras formas puras bajo las cuales todo lo que pueda presentarse
bajo las primeras puede ser organizado y posteriormente representado;
2. La síntesis de tal diversidad mediante la imaginación, esta síntesis es un acto
espontaneo que realiza la imaginación, y es determinante su participación para la
formación de las primeras representaciones o, las representaciones primeras que surgen
a partir de la sensibilidad
3. finalmente, los conceptos, que dan unidad a esa síntesis pura, como se había explicado
antes, todo lo que pueda ser organizado por síntesis, es organizado según categorías
puras del entendimiento, que a su vez están organizadas según conceptos, es en estos
donde se funda la unidad de la síntesis: “La misma función que da unidad a las distintas
representaciones en un juicio proporciona también a la mera síntesis de diferentes
representaciones en una intuición, una unidad que, en términos generales se llama
concepto puro del entendimiento” (B105).
Téngase en cuenta las siguientes observaciones por parte del autor respecto de la tabla
anterior:
Parágrafo 11
En este parágrafo se desarrollan algunas observaciones respecto de la tabla anterior
1. “La primera de ellas es que esa tabla, que incluye cuatro clases de conceptos del
entendimiento, puede dividirse, en primer lugar, en dos apartados. El primero se
refiere a objetos de la intuición (tanto pura como empírica). La segunda se refiere a
la existencia de esos objetos (sea en su relación mutua, sea en su relación con el
entendimiento)” (B110), en el primer apartado de tal división se hallan las
categorías matemáticas, en el segundo, las dinámicas, que corresponden en el orden
concerniente a los conceptos de cantidad y cualidad por una parte y, relación y
modalidad por otra.
2. En la segunda observación, Kant explica por qué cada concepto consta de tres
categorías, al respecto aclara que, de una división dicotómica, resulta otra más
producto de la combinación de tal dicotomía.
Parágrafo 12
Bibliografía
Kant, I. (2005) Crítica de la Razón pura. España. Taurus Ediciones