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sial de la vida interior de san Josemaría: nario Litúrgico, y previo comentario suyo
la liturgia como alimento primero y fun- saldrá al mismo tiempo que el primero”
damental de la piedad de su alma, según (Carta de Francisco Botella a Pedro Cas-
cuanto había expresado a comienzos del ciaro, Burgos, 24-I-1939: CECH, p. 64).
siglo XX san Pío X. Un recuerdo de Mons. El proyecto de devocionario estaba
Álvaro del Portillo nos deja un retrato muy prácticamente concluido cuando a finales
vivo de la centralidad de la Liturgia de las de 1940, fue dejado ante necesidades más
horas en la jornada de san Josemaría: “a imperiosas del momento. No obstante, en
este propósito me acuerdo de lo que suce- torno a 1943, retomó dichos materiales,
dió hacia 1942 o 1943. Nuestro Fundador como sabemos por algunos testigos: “en
estaba enfermo y, aunque tenía una fiebre abril de 1944 [san Josemaría] nos habló
muy alta, quería recitar el oficio divino. Le de otra posible publicación, que podría
dije que en aquellas condiciones no tenía titularse Devociones Litúrgicas, un libro
obligación de hacerlo, pero me replicó: breve que recogería salmos del Breviario,
«Mira, tú no puedes decir esto porque para ayudar a hacer oración sobre textos
todavía no eres sacerdote, y yo no quie- litúrgicos; apuntaba la posibilidad de que
ro obrar sin un consejo autorizado. Por lo pudiera estar listo para el año siguiente”
tanto, hazme el favor de llamar por teléfo- (Ponz Piedrafita, 2000, p. 108).
no a don José María Lahiguera, que es mi
Al final, dicho libro nunca se publica-
confesor; expón la situación, y haré lo que
ría, aunque en el Archivo General de la Pre-
él mande» (…). Años después, a causa de
latura, en Roma, se conserva un dossier
la diabetes, perdió mucha vista, tanto que
con los materiales recogidos, en los que
no podía casi ni leer: la diplopía le hacía ver
se advierte que la tarea fue interrumpida
las letras dobles y desdibujadas. Entonces
en un estado muy avanzado. Dicho dossier
nos pidió a don Javier Echevarría y a mí
contiene una introducción manuscrita del
que rezáramos en voz alta el Oficio divino, Autor, bastante extensa y prácticamente fi-
para poder unirse a nuestra oración” (cfr. nalizada, y materiales que muestran cómo
Del Portillo, 1993, pp. 156-157). se pretendía ofrecer, bilingües, el ordinario
Consciente del inmenso valor que la de la Misa, una selección de oraciones del
Liturgia de las horas posee para la vida de Misal, el esquema de Laudes y Vísperas,
piedad de los fieles, a finales de los años y un conjunto de salmos y de devociones
treinta pensó escribir un “devocionario li- e himnos eucarísticos. En su edición crí-
túrgico” que, entre otros apartados, con- tica de Camino, Pedro Rodríguez apunta,
tara con una selección de salmos y un como una posible causa de su no publica-
esquema de las horas de Laudes y Víspe- ción, el interés de san Josemaría por dejar
ras. Este libro, en sus primeras notas, se bien claro que el Opus Dei no tiene liturgia
denominaba Adición al Misal, y después propia, sino sencillamente la de la Iglesia
Devociones Litúrgicas o Devocionario Li- (cfr. CECH § 5. 2).
túrgico (cfr. CECH § 5. 2). A comienzos del
año 1939, san Josemaría se preparó para Voces relacionadas: Eucaristía; Liturgia: Visión
pasar una semana en Vitoria, trabajando general; Liturgia y vida espiritual; Sacramentos:
con las excelentes fuentes litúrgicas de la Exposición de conjunto.
Biblioteca del Seminario de dicha ciudad.
Por el testimonio de algunas cartas sabe- Bibliografía: Francisco Ponz Piedrafita, Mi en-
mos que su intención era que el libro fuese cuentro con el Fundador del Opus Dei. Madrid
1939-1944, Pamplona, EUNSA, 2000; Álvaro del
publicado por las mismas fechas que Ca-
Portillo, Entrevista sobre el Fundador del Opus
mino: “ayer me dijo [san Josemaría] que va
Dei, Madrid, Rialp, 1993.
a encargar la copia de las secciones que
interesen para el segundo libro, Devocio- José Luis GUTIÉRREZ
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