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Capitulo X La Escuela de Notre Dame, Il: Conductus y Motete EL conpucrus Por grande que sea el repertorio de organum no agota en absoluto toda la produccién de los compositores de Notre Dame. Todas las fuentes manus- critas contienen versiones de poemas latinos que no pertenecen a la liturgia oficial de la Iglesia. La coleccién mas extensa de dichas versiones aparece en el manuscrito de Florencia (F), donde encontramos 130 composiciones a dos voces, 56 a tres voces, y 3 a cuatro voces. Ademas, dos secciones de F contienen un total de 143 versiones monofénicas de poemas latinos, Sea cual sea su temética —y cubre un abanico bastante amplio— estas piezas se asignan normalmente a la clase de composicion conocida como conductus?. En el Drama de Daniel, las piezas identificadas como conducti eran canciones procesionales, presumiblemente el significado original del término. El reper torio de Santiago de Compostela de mediados del siglo xn contiene también conducti —monofénicos y también polifénicos— que probablemente tenian la misma funcién. Hacia el siglo xm, sin embargo, cl conductus se habia convertido en un témino comin que significaba'mis 0 menos lo mismo que el versus de S. Marcial. Algunos conducti tienen textos semilitirgicos que conmemoran una fiesta especifica de la Iglesia 0 que honran aun santo conereto, Unos cuantos son tropos de Benedicamus Domino, Muchos textos de caricter més de la actualidad de la época se politicos, celebran las coronaciones de los reyes o de los obispos, lamentan sus muertes, 0 proclaman lamamientos a una cruzada* Sin embargo, otros ensefian lecciones morales © denuncian males sc amarga sitira de la que no se escapa nadie, ni siquiera el propio clero. Esta variedad de textos hace al conductus dificil de definir y a su funcién dificil de 1 Conductus es proplamente una palabra de la cuana declinacén (plural conductus. Sin cebargo, es mis comodo eegul alos muchos escrtores medievales que fo trataron como de ls Segunda declinacion plural conduct, 2 Vease LSehtade, Political Compositions in French Music of the 12h and 13th Centuries, ‘AnM, 1 1953), pp. 935. 260 LA ESCUELADE NOTRE DAME, I CONDUCTUS Y MOTETE. determinar. Algunos conducti podian servir de anadidos extraoficiales a la liturgia y probablemente lo hacian. Para otros, un uso mis apropiado seria la instruceién musical y moral de los jovenes o el entretenimiento del tiempo de locio de los clérigos y de los intelectuales. Como los textos se apartan de los temas claramente sactos, comienzan a solaparse con la cancién profana en. latin, y es imposible trazar una linea aitida entre los dos. Esto es especial- mente cierto en las canciones monofénicas, de las que trataremos en el siguiente capitulo. Aqui, nuestro principal interés se centra en los conducti poliféinicos conservados en los manuscritos de Notre Dame. En sus formas y estilos musicales los conducti varian casi tan ampliamente como la temitica de sus textos. No obstante, sus caracteristicas musicales distintivas son algo mas ficiles de describir. Podemos tomar como punto de ppartida las instrucciones que da para componer conductus el te6rico del siglo xnt, Franco de Colonia, Franco afirma que el que quiera escribir un ‘conductus ha de inventar primero una melodia lo mds bella posible. Luego tata esta melodia como un tenor contra el cual escribe un duplum en estilo discanto. Si quiere escribir un triplum, debe tener presente el tenor y el duplum, de forma que si el triplum hace una disonancia con el tenor sea ‘consonante con el duplum, y viceversa. Al ahadir un quadruplum se aplica el mismo principio. $i se produce una disonancia con una voz, hay que ser consonante con las demas. Seguin esta descripcién vemos de nuevo que la composici6n sucesiva de las voces era el procedimiento normal, y podemos deducir que cada una de las versiones sucesivas de un conductus —empezando por el tenor monofénico— estaba completa en si misma. Las diferentes versiones de conducti que se han conservado demuestran que esta deduccién es cierta en muchos casos. El conductus Vert floris (De la verdadera flor) proporciona uno de los ejemplos mas destacados. La que es en realidad una Gniea puesta en misica de este texto aparece en nada menos que nueve manuscritos en versiones para una, dos y tres voces, Numerosos conducti aparecen en una fuente con s6lo'dos voces y en otra con un iplum afadido, Esta situacién es caracteristica de mucha misica de Ios siglos xm y xiv, y no siempre podemos decir qué versién era Ia original. En. algunos casos parece que la tercera y la cuarta voz fueron afadidas después, quizas incluso por compositores diferentes. ‘Ora deduccién que se ha establecido a partir de la recomendacién de Franco para la composicién de conducti, es que su material mel6dico es totalmente nuevo. Como consecuencia, lemos a menudo que los conducti son las primeras composiciones polifonicas completamente originales. La afirmacion quizés sea cierta en términos generales, pero necesita algunas reservas. Segtin un te6rico algo posterior, Walter Odington, los tenores de los conducti podian ser melodias conocidas ya o de aueva invencion, De hecho, algunos tenores de conducti aparecen también como canciones monofonicas 9 strunck, Sk, p. 185. 4 fm NOHM, 2, p. 330 se puede ver una triscripcon con variantes melodicas de diversas fuentes Una version's des voces del manent de Madrid (Ma) esthen Parrish, NMA, Liming xxx IAS DOS CLASES DE CONDUCT 261 profanas en lengua verndcula. Uno de los ejemplos mas conocidos es el conductus a tres voces Veris ad imperia (Por el poder de la primavera) cuyo tenor ¢s una version transportada de una cancién de danza trovadoresca A Tentrada del tens clar (Al principio del buen tiempo), que también celebra la vuelta de la primavera’. Otras utilizaciones de material prestado implican la cita de fragmentos de canto llano e incluso de clausulae completas en algunos de los conducti mas largos’. El alcance total de tales préstamos esta todavia por investigar, pero por lo menos prueban que la completa origina- lidad no era una caracteristica esencial del conductus. Ademas, las relaciones establecidas de los conducti con Ia cancion profana, con el gregoriano y con el organum son, en palabras de Bukofzer, -elocuentes y vigorosos testi- monios de su coherencia interna y de su unidad estilistica en la masica del siglo xi as Dos CLASES DE CONDUCT Basindose en el estilo musical, los teéricos del siglo xm reconocieron y describieron dos clases distintas de conducti. En la primera clase, conocida ‘como conductus simplex 0 conductus simple, la melodia del tenor es silabica 0 ‘casi, y las voces adidas avanzan en el contrapunto de nota-contra-nota o de neuma-contra-neuma caracteristico del estilo discanto. Muchos de tales conducti tienen textos estroficos, y la misica se repite en cada estrofa. Los con- ducti simples se parecen, pues, a los himnos tanto como a las canciones profanas coetineas en su forma musical y también en el estilo melédica de sus tenores. La segunda y mas elaborada clase de conducti es el conductus embellecido, llamado a veces conductus con caudae. El término cauda (cola) nos es mas familiar en la forma italiana de la palabra, coda, que designa una seccin conclusiva; pero la cauda del siglo xu es un pasaje melismatico —a veces de incretble longitud— que puede aparecer en cualquier parte de un conductus. Aunque algunas piezas tienen una corta extensién melismatica s6lo al final, el conductus embellecido tipico tiene caudae al principio y en el medio ast como al final. En general los melismas se dan en la primera y en la peniiltima o en la dltima silaba de los versos poéticos. En los casos mas, extremos, las caudae producen un estilo predominantemente melismatico que subordina el texto al desarrollo musical en agudo contraste con el cardcter tipico de himno de los conduct simples. Con todo, el tratamiento de un texto como conductus simple 0 embellecido parece haber sido pensado con independencia de su temitica 0 su forma poética, Quizas el factor determi- ante fuera la funcién a que se destinaba, hoy incierta. Un indicio de esa funcién serfa el grado de simplicidad 0 de embellecimiento en el tratamiento musical de un texto conereto. 5 Para el conductus, ver J. Knapp, Tbiny five conductus for Two and Three Voices, p, 36, La ‘cancion trovadoresca ests imresa en NOHM, 2, p. 241. Vease tambien Gleason, EM, pp. 12 y 41 . Vesre M, Bukofzer,sinterrelations between Conductus and Clausulay, Ani, i (1953), pp. 65-103, Ibid, p. 103,

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