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Resumen de ideas más importantes Díaz-Bautista

7. - SUCESIÓN MORTIS CAUSA

A. Resumen
1. La sucesión mortis causa. La herencia (generalidades, delación, adición, herederos
necesarios y voluntarios). El heredero (posición del heredero, responsabilidad por deudas,
pluralidad de coherederos, protección procesal del heredero). La bonorum possessio.
Introducción.

Se denomina sucesión a la colocación de una persona en la posición jurídica que ocupaba otra. La
sucesión puede ser universal (el sucesor se coloca en la posición de otra persona respecto a todo su
patrimonio) o particular (se coloca en la misma posición, pero solo con respecto a bienes y derechos
concretos), además de inter vivos (se produce en vida de aquel a quien se sucede) o mortis causa (se
produce por la muerte de aquél a quien se sucede).

Teniendo esto en cuenta, la herencia es una sucesión universal, mortis causa, de una persona
difunta (llamada “cuius” o “causante”: el que causa la sucesión) cuando otra (heredero), se coloca en su
lugar (se “subroga”: cuando el heredero ocupa el lugar del cuius, adquiriendo todos sus bienes y deudas).
Por otro lado, el legado es la sucesión mortis causa a título particular (no se ocupa el lugar del cuius, solo
se adquieren los derechos expresamente legados, y no se responde de las deudas).

2. La herencia

En sentido vulgar, heredar significa adquirir los bienes de una persona fallecida. Sin embargo, no
coincide con la definición del Derecho romano, ni el Derecho moderno español, donde la herencia es la
continuación de las relaciones jurídicas de un difunto por sus herederos (como consecuencia de esto la
adquisición de bienes y derechos).

Por otro lado, el ofrecimiento de la herencia es llamado delación. Puede ser deferida
(comunicada, ofrecida) por dos vías: sucesión testada e intestada. Además de una tercera forma, que
puede ocurrir por voluntad de los herederos legitimarios, llamada sucesión forzosa (invalida la testada y
abre paso a la intestada).

La sucesión intestada (ab intestato, legal, legítima) se da cuando el cuius no ha dispuesto un


testamento válido (sine tabulis), y la ley (ius dispositivum) designa a sus herederos.

La sucesión testamentaria (voluntaria, testada), por el contrario, se da cuando el causante


dispone en vida un testamento válido (secundum tabulas), en el cual puede añadir a las personas que
desee, siempre respetando a los herederos legitimarios pero sin tener por qué añadir a todos los
herederos ab intestato. Cuando había testamento válido, las reglas de herencia intestada quedaban
anuladas, por eso se dice que ambas formas de sucesión eran incompatibles.

Por último, la herencia forzosa o legitimaria (contra tabulas) se produce al impugnar los
herederos legitimarios (heredes sui) el testamento al no estar añadidos en él. Los legitimarios eran
herederos ab intestato que estaban bajo la potestad directa del cuius, y pasaban a ser sui iuris a su
muerte; por tanto no todos los herederos ab intestato eran legitimarios. Al impugnar el testamento, la
sucesión pasaba a ser intestada y heredaban ellos.
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La adquisición de la herencia por los herederos se llama adición, y se puede producir


automáticamente o en virtud de un acto de aceptación expresa. Por eso existían herederos necesarios y
herederos voluntarios (actualmente no existe la adición automática, por lo que todos los herederos son
voluntarios).

Los herederos necesarios no necesitaban realizar ningún acto de aceptación, pero no podían
repudiar. Adquirían la cualidad de herederos automáticamente por la muerte del cuius; podían ser
heredes sui o esclavos manumitidos e instituidos herederos en su testamento.

Los demás herederos (extranei) eran voluntarios, tanto los testamentarios como los ab intestato.
Todos ellos debían realizar un acto especial de aceptación para adir (aceptar) la herencia y podían
rechazarla si querían (repudiación). Por eso, la herencia no tenía dueño hasta la aceptación (herencia
yacente), pero no se consideraba res nullius (cosa de nadie) ni se podía adquirir por ocupación.

La aceptación por parte de los herederos voluntarios podía ser expresa, cuando se emitía
expresamente la voluntad de aceptarla (el testador podía imponer la aceptación con palabras solemnes
(cretio) y dentro de un plazo de 100 días normalmente), o tácita (pro herede gestio), cuando el heredero
realizaba algún acto en el que se comportase como propietario de los bienes, titular de los derechos u
obligado por las deudas de la herencia.

El retraso de la decisión de aceptar o repudiar la herencia podía ser perjudicial para los legatarios
y para los acreedores, por eso aparecieron medios indirectos para coaccionar a los herederos voluntarios
para decidir como:

- Usucapio pro herede: En la época más antigua, cualquier persona podía apoderarse de la
herencia yacente y adquirirla por usucapión por el transcurso de un año. En el s I d. c. se
limitó a los objetos poseídos, separándolos de la herencia total en el mismo caso anterior. Y
en la época de Adriano se exigió que existiese buena fe.
- Spatium deliberandi: El Pretor podía imponer, a petición de los acreedores o legatarios, un
plazo de 100 días a los herederos voluntarios; una vez finalizado se entendía que se había
repudiado (Derecho clásico) o se había aceptado (Derecho justinianeo).
- Interrogatio in iure: Los acreedores y legatarios podían demandar a los herederos
voluntarios y pedir al Pretor que se le preguntase, en la fase in iure, “si eran herederos”.
(Actualmente 1005 CC)

La delación, en Derecho romano, era intransmisible por lo que si el heredero moría sin aceptar ni
repudiar, no podía transmitir tal derecho. Existían las siguientes excepciones:

- Restitutio in integrum: Cuando se daba el caso de que el heredero moría sin dar una
decisión sobre su herencia, por causas ajenas a su voluntad (error, dolo, violencia, etc.) sus
herederos, por medio de la restitutio in integrum, podían lograr que el Pretor les concediese
el derecho de decidir sobre la herencia.
- Por ascendencia: Teodosio II dispuso que cuando un menor de siete años, sujeto a patria
potestad, era elegido como heredero, un ascendiente preestablecido podía elegir por él. Si el
niño moría antes de decidir, el ascendiente aún tenía tal derecho, ya que se entendía que el
derecho había sido transmitido antes de su muerte.
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- Por descendencia: Asimismo, en el caso en que un descendiente fuera instituido como


heredero de un ascendiente distinto al que ejercía la patria potestad; si el descendiente
moría antes de la apertura del testamento, transmitía su derecho a sus descendientes.
- En Derecho justinianeo: Si el heredero voluntario moría antes de transcurrir un año desde la
delación, sin dar una decisión, sus herederos podían aceptar o repudiar la herencia.

El heredero se colocaba en el lugar que ocupaba el cuius, adquiriendo su patrimonio como una
universitas, recibiendo los bienes, derechos y deudas (excepto personales). Si la herencia total no era
suficiente para paliar las deudas, se respondía con patrimonio propio (responsabilidad ultra vires
hereditatis). Sin embargo, surgieron medios para reducir esta responsabilidad en el caso de que las
deudas fueran superiores a los bienes (damnosa hereditas):

- En Derecho clásico: Si el heredero era voluntario podía repudiar directamente, acordar una
reducción de las deudas con los acreedores, o pedirles un “mandato de adir la herencia”, en
el cual el heredero utilizaría la actio mandati contraria para exigir la indemnización de los
perjuicios causados por la aceptación. Para los herederos necesarios se admitió que pudieran
“abstenerse” de la herencia y dejar su liquidación entre los acreedores. En el caso de los
esclavos manumitidos en testamento se les permitía separar los bienes de la herencia, de los
bienes que pudieran adquirir en un futuro, lo que les permitía evitar la responsabilidad ultra
vires hereditatis.
- En Derecho justinianeo: Se configuró el beneficium inventarii, por el cual se podía hacer un
inventario de la herencia y paliar las deudas únicamente con el activo (bienes) de la herencia
(998 CC).
- Separatio bonorum: Los acreedores, en el caso de que el heredero tuviese deudas anteriores
a la herencia, podían pedir la separación de los bienes de la herencia para subsanar sus
deudas, contra los bienes del heredero que paliarían las deudas de éste.

Una vez adquirida la cualidad de heredero, no se podía perder (997 CC), ni por término ni
condición resolutorios, ni repudiando (semel heres, semper heres: si eres heredero, siempre lo serás).

En la herencia pueden concurrir varios coherederos, llamados por la ley o por testamento, en
cuotas iguales o diferentes; por eso apareció el derecho de acrecer (ius adcrescendi, 981 CC). Consistía
en el reparto proporcional (según la cuota de cada heredero) de la parte de la herencia que no se podía
heredar, por muerte o por repudiación de alguno de ellos. Era predominante de la herencia testada (sin
sucesión in stirpes, explicado adelante), sin embargo no tanto en la intestada (aunque existía, 922 CC).
Cuando un heredero ab intestato premoría al causante, o bien no se le tenía en cuenta al repartir la
herencia, o bien su cuota era repartida entre sus descendientes (sucesión in stirpes, 924 CC).

Aunque el derecho de acrecer fue siempre proporcional a las cuotas de los herederos, existieron
casos especiales:

- Substitución vulgar: Se daba cuando el testador nombraba un substituto, que heredaba la


parte del coheredero que fallecía o repudiaba.
- Conjunciones: Cuando el testador agrupaba a varios coherederos en una misma cuota, en
caso de faltar o repudiar alguno de ellos, no se acrecía entre todos. Solamente se repartía
entre los restantes que formaban dicha cuota.
- Legislación caducaria de Augusto: Los célibes (solteros) no podían heredar por testamento.
Los orbi (casados sin hijos) sólo podían heredar la mitad de la cuota que les correspondía. Las
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cuotas de los célibes y los orbi acrecían las cuotas de los herederos casados con hijos; si no
los había, a los legatarios casados con hijos y si no, al Erario o al Fisco. Las cargas de las
cuotas debían ser cumplidas por los que obtenían el acrecimiento (acrecimiento cum onere).
En Derecho justinianeo se derogó esta legislación, pero se mantuvo el acrecimiento cum
onere.

Los coherederos recibían el patrimonio del cuius como una universitas, y respondían de él
(codeudores, copropietarios, etc.) en función de sus cuotas. Podían acabar con la comunidad por medio
de la actio familiae erciscundae (partición, 1051 CC y ss.).

El heredero podía ejercitar cualquier acción que correspondiera al cuius y no fuera


intransmisible. Sin embargo durante dicha acción, el que era demandado podía discutirle la cualidad de
heredero mediante la exceptio ne praeiudicium fiat hereditatis, mediante la cual se le obligaba a
ejercitar la hereditatis petitio, por la que se reclamaba la herencia en su conjunto. Esta última acción
podía ser ejercitada por cualquiera que afirmara ser heredero y no tuviera el conjunto de la herencia
(universitas) en su poder.

3. La “herencia pretoria” (bonorum possessio)

La herencia civil (tradicional) se regía por las XII tablas, cuyas reglas quedaron desfasadas por su
rigidez. El Pretor estableció su propio sistema hereditario, al que llamó bonorum possessio (posesión de
los bienes), para diferenciarlo de la herencia tradicional. Servía para que cualquier persona que se
considerase heredero, y no lo fuera oficialmente (hijos emancipados), adquiriese la condición de
heredero (poseedor por usucapión). El interesado debía pedirla expresamente al Pretor, ya que a
diferencia de la herencia civil, no se tenía por derecho propio.

La bonorum possessio podía coincidir, completar o contradecir a la herencia civil. Cuando no


había heredero civil, el Pretor concedía provisionalmente la bonorum possessio al favorecido. Si existía
heredero civil, el Pretor lo protegía frente al “bonorum possessor”(bonorum possessio sine re). Sin
embargo, a veces sucedía al contrario (bonorum possessio cum re), otorgando al bonorum possessor
una exceptio doli contra la reclamación del heredero civil (o replicatio doli contra la exceptio del
heredero civil, si éste ya poseía los bienes).

La herencia pretoria podía ser secundum tabulas (con testamento válido con arreglo al Derecho
Pretorio, sin tener porque serlo con arreglo al Derecho Civil), sine tabulis (sin testamento, con arreglo al
Derecho Pretorio, que modificó y completó la sucesión intestada tradicional) o contra tabulas (cuando el
Pretor protegía a ciertos herederos, permitiéndoles impugnar un testamento que les perjudicaba y
pasando a la sucesión intestada).

El bonorum possessor podía defenderse con los interdictos frente a cualquier perturbador,
ejercitar las acciones correspondientes al cuius y, además, disponía de acciones propias como el
interdicto quod legatorum (para defenderse de los legatarios que se apoderaban sin su permiso de sus
bienes) o quorum bonorum (hereditatis petitio).

La herencia civil y la bonorum possessio fueron aproximándose en la época clásica y postclásica,


dándose más importancia en la época de Justiniano a la herencia pretoria en sucesiones intestadas.
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4. Sucesión intestada. Introducción. Sucesión intestada en Derecho civil y pretorio. Sistema


justinianeo. Introducción.

La sucesión intestada o ab intestato se produce cuando el cuius muere sin haber hecho
testamento o cuando no es válido (sine tabulis).

5. Herencia civil

En el Derecho civil (XII Tablas) si había personas bajo la potestad directa del cuius que pasaban a
ser sui iuris a su muerte, heredes sui (descendientes tanto de sangre, como adoptados, arrogados o
mujeres casadas cum manu), heredaban al causante. Si sólo había sui (sin vinculación al cuius por
ascendiente intermedio emancipado o premuerto) la herencia se repartía entre ellos a partes iguales (in
capita). Si por el contrario, existían descendientes sui por haber premuerto o emancipado un
ascendiente intermedio, se repartían la cuota que hubiera correspondido a éste (in stirpes).

Si no había sui, heredaban los agnados más próximos (se excluyó a las agnadas de grado
ulterior). Si el agnado más próximo no aceptaba la herencia, ésta se quedaba yacente y podía ser
usucapida pro herede. Todos los agnados que heredaban tenían el mismo grado de parentesco con el
cuius, por eso se repartía in capita sin sucesión in stirpes. En caso de ser el cuius un liberto, se
consideraba agnado al patrono, y si faltaba, a los agnados más próximos de éste. Por otro lado, si el cuius
era un hijo emancipado, se consideraba agnaticio al padre (parens manumissor), y si faltaba, a los
agnaticios más próximos del padre.

En tiempos primitivos, si no había agnados próximos, se llamaba a los “gentiles”(miembros de la


gens: grupo de patricios que tenían el mismo apellido). Esta costumbre desapareció en la época clásica.

6. Herencia intestada en el Derecho Pretorio (Bonorum possessio sine tabulis)

El Pretor estableció en el Edicto un sistema basado en cinco llamamientos sucesivos:

1. Unde liberi: El Pretor llamaba a los sui y a los emancipados (hijos o descendientes de sangre
emancipados por el cuius, hijos del descendiente emancipado premuerto del cuius, hijos del cuius
adoptados por otro y emancipados, e hijos bajo la potestad del abuelo u otro ascendiente), que
habrían sido heredes sui de no ser por la emancipación. La herencia se dividía in stirpes, repartida
según cada cuota. Si se daba el caso de que había descendientes sui con sus propios ascendientes
pre-emancipados, tras el Edicto de Juliano, se formaba una sola cuota. La mitad iría para el
ascendiente emancipado, la otra para sus descendientes sui.
Para no perjudicar a los heredes sui que todavía eran alieni iuris al llamamiento, se
introdujo el concepto de colación: el emancipado que pedía la bonorum possessio traía a
colación su propio patrimonio (sumando su valor al patrimonio del cuius) y tomándole de
menos lo que ya tenía. Del mismo modo, la hija emancipada cum manu con la dote de su
marido.
2. Unde legitimi: Si nadie solicitaba la bonorum possessio en el llamamiento unde liberi, el Pretor
hacía un segundo llamamiento: los sui volvían a ser llamados, y si no había sui heredaban los
agnados más próximos, como en el orden civil. (Si no aparecía otro con “mejor derecho”)
3. Unde cognati: Se llamaba a todos los parientes colaterales (agnados y cognados, sólo con tener
uno de los rangos, o los dos) hasta sexto grado y en séptimo grado en el caso del consobrinus
(primo segundo) del cuius. Los parientes más próximos excluían a los más remotos y heredaban
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in cápita (sin sucesión in stirpes), pero si concurrían dos cognados de primer grado (padre y
madre del hijo emancipado) el padre excluía a la madre. Mientras no apareciera mejor heredero,
se mantendría la bonorum possessio.
4. Unde vir et uxor: Si no concurrían los parientes anteriores se llamaba para la bonorum possessio
provisional (sine re) al cónyuge viudo (944 CC).
5. Cui heres non extabit: Finalmente, si no existía ninguno de los anteriores, se embargaba la
herencia y se vendía para pagar a los acreedores. A partir de Augusto, si quedaba algo por pagar,
se atribuía al Erario.

7. Herencia intestada justinianea

Justiniano modificó la sucesión ab intestato inspirándose en el sistema pretorio, y así estableció


cuatro órdenes sucesivos de modo que los parientes de cada orden excluían a los del siguiente (según las
Novelas de Justiniano, 930 CC y ss.):

1. Descendientes.

Heredaban en primer lugar los descendientes, sin distinguir entre sui y emancipados, in capita (a
partes iguales), y con derecho de sucesión in stirpes.

2. Ascendientes y hermanos germanos.

A falta de hijos, heredaban conjuntamente ascendientes y hermanos de doble vínculo


(actualmente se excluyen, 935 CC). Cuando sólo había ascendientes, los más cercanos excluían los más
remotos. Si eran del mismo grado y procedencia, se heredaba in cápita, siendo de distinta procedencia
se formaban dos “líneas” y dentro de ellas se repartía in cápita (936-941 CC).

Si por el contrario, sólo había hermanos germanos se dividía la herencia in cápita entre ellos, con
derecho de sucesión in stirpes, sin distinguir entre varones y mujeres (actualmente heredan cuando no
hay descendientes, ni ascendientes, ni cónyuge viudo, 946-947 CC)

Si concurrían hermanos germanos (o sus hijos) con ascendientes, se repartía in cápita y no se


formaban líneas entre los ascendientes.

3. Hermanos de vínculo sencillo.

Si no existía ninguno de los anteriores, se llamaba a los hermanos de vínculo sencillo


(consanguíneos, sólo de padre, y uterinos, sólo de madre), y heredaban in capita con derecho in stirpes.

4. Colaterales.

A falta de los anteriores, se llamaba a los colaterales, sin distinguir entre agnados y cognados,
sin límite de grado señalado (hoy hasta 4º grado). Los más próximos excluían a los más remotos, y
heredaban in capita.

5. Cónyuge viudo. (Sistema pretorio)

Seguía aplicándose el unde vir et uxor del Edicto del Pretor, a falta de todos los anteriores. Se
llamaba al cónyuge viudo.
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6. Fisco. (Sistema pretorio)

Por último, si el cuius tampoco tenía cónyuge viudo, la herencia pasaba al Fisco, según el cui
heres non extabit del sistema pretorio (956 CC).

8. Sucesión testamentaria. Concepto y evolución del testamento, los concilios, capacidad,


contenido, interpretación e ineficacia del testamento.

El testamento es un acto solemne (ajustándose a unas normas preestablecidas) y personalísimo,


por el cual una persona capaz manifiesta la su voluntad de disponer de su patrimonio (dispositivo), para
después de su muerte, pudiendo revocarlo en cualquier momento en vida.

El testamento es un invento romano que fue variando a lo largo del tiempo: testamentum calatis
comitiis (declaración de heredero ante comicio, adrogatio), testamentum in procinctu (declaración de
heredero ante ejército) y testamentum per aes et libram (se dejaba a una persona de confianza la tarea
de repartir sus bienes según su voluntad).

En la época clásica coexistía el testamento civil (se hacía una declaración con firmas y sellos de 7
personas: 5 testigos, 1 persona de confianza y el “libripens”, en unas tablillas que se abrían tras la
muerte del testador; se daba más importancia a la ceremonia que al documento en sí) con el testamento
pretorio (igual que el civil, solo que lo concedía el Pretor, y se daba más importancia al documento que a
la ceremonia) y el testamentum militis (los militares podían testar sin regirse por las normas civiles ni
pretorias, bastaba con realizar una afirmación con seriedad)

En la época postclásica aparecieron diversas formas testamentarias:

- Testamento abierto: El testador declaraba su voluntad ante 5 testigos.


- Testamento cerrado: Se redactaba un documento secreto con la firma de 7 testigos donde
se garantizaba que ahí residía su voluntad.
- Testamento “tripertito”: Era una mezcla entre testamento civil, pretorio e imperial.
- Testamento oral (nuncupativo): Se manifestaba la voluntad ante 7 testigos.
- Testamento registrado: Un testamento que quedaba registrado en un archivo oficial
(protocolo).
- Testamento recíproco (mancomunado): Dos cónyuges se podían instituir así mismos en su
testamento, y en caso de faltar uno de ellos heredaría todo el que viviera (prohibido
actualmente, 669 CC)
- Testamento ológrafo: El testador escribía su testamento de su puño y letra sin presencia de
testigos (668 CC)

En Derecho Justinianeo se mantuvieron las formas tradicionales pero se exigió siempre 7


testigos para instituir heredero, además de crear el testamento para ciegos, sordomudos y uno
especial en caso de epidemia (701 CC)

Los codicilios eran escritos en que el cuius expresaba su voluntad sin sujetarse a las formas
testamentarias. Podían concurrir con un testamento o con una sucesión intestada. No tenía
fuerza de testamento, por lo que no podía revocar uno anterior, sin embargo podía confirmarse
en un testamento anterior o posterior y se consideraba parte íntegra del mismo. No podían
contener instituciones de heredero (sólo se admitió en la época postclásica), pero sí otras
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disposiciones, como fideicomisos. A veces, se podía añadir al testamento una cláusula para que
si, por algún motivo, se invalidara valiese como codicilo.

Los codicilios introdujeron un factor de inseguridad en la herencia testamentaria, por eso


fueron suprimidos en el s XIX.

La capacidad de hacer testamento se llamaba testamentifacto activa, y la ostentaban los


ciudadanos romanos (los esclavos del Estado podían disponer por testamento de la mitad de sus
bienes, los latini luniani (libertos) no podían, al igual que los esclavos sometidos a penas
deshonrosas y los herejes en la época postclásica), sui iuris, púberes, varones (excepto mujeres
sui iuris con auctoritas de su tutor o bien ejerciendo la coemptio fiduciaria), con plena capacidad
de obrar (se excluía a los locos, menos sus intervalos lúcidos, pródigos e intestabiles).

Esta capacidad, para ser efectiva, debía tenerse desde el momento de realizar el testamento,
hasta la muerte excepto:

- Fictio legis Corneliae: Cuando se daba el caso de que un ciudadano romano realizaba su
testamento y posteriormente era capturado por enemigos y muerto como esclavo, se fingía
que cuando murió seguía siendo ciudadano.
- Postliminium: En el mismo caso que el anterior, solo que esta vez regresara a Roma, también
se fingiría que nunca fue convertido en esclavo para así conservar su testamento.
- Bonorum possessio cum re: Si el testador, a la hora de realizar su testamento, no tenía la
testamentifactio activa, pero más tarde la consigue, y muere siendo ciudadano romano sui
iuris; su testamento no sería válido civilmente, pero el Pretor daría la Bonorum possessio
secundum tabulas cum re y pasaría a validarlo.

La capacidad para recibir algo por testamento se predicaba de todos los ciudadanos,
además de los esclavos manumitidos instituidos en testamento de su dueño (o de persona ajena
con autorización de éste), y los nascituri (concebidos pero no nacidos) mediante la bonorum
possessio secundum tabulas cum re del Pretor si llegaban a nacer. En tiempos de Augusto, se
prohibió que heredasen los solteros, y restringió a la mitad la cuota de los casados sin hijos. Más
tarde, en Derecho justinianeo se admitió la posibilidad de que las personas jurídicas lícitas
(Iglesia) también pudieran heredar.

El testamento podía contener disposiciones de distintos tipos (legados, substituciones,


manumisiones, nombramientos de tutor, etc.) pero la más importante era la institución de
heredero. Un testamento sin heredero, no era válido en Roma (actualmente si, 764 CC).

La institución de heredero consistía en la determinación de la persona/s que sucedían al


cuius. En Derecho clásico debía hacerse con palabras solemnes.

Normalmente la institución de heredero se hacía a título universal, sin embargo también


podía hacerse particular (mediante la Institutio ex re certa: A efectos un legatario, un heredero
que se le atribuyen ciertos bienes ciertos y concretos; y la Institutio excepta re certa: Cuando el
testador instituía un heredero a título universal, excepto de ciertos bienes.).
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Según se sometiera o no la institución de heredero al cumplimiento de una condición, podía


ser pura o condicional (aplicándose a todas las disposiciones testamentarias que deseara el
testador).

Podía ser una condición suspensiva, para que el heredero no tuviera ese rango hasta que la
condición se cumpliera; sin embargo, cuando se imponía una condición potestativa negativa, no
se podía considerar cumplida mientras viviese el que podía realizar el acto previsto. Por eso
surgió la caución Muciana, para exigir al heredero la no realización de un acto (ej. mujer viuda,
para que no se vuelva a casar).

Las condiciones imposibles, ilícitas e inmorales se tenían como no puestas en un testamento,


y se validaban las restantes disposiciones. El termino suspensivo se podía aplicar a todas las
disposiciones excepto a la institución de heredero.

Cuando el testador instituía a más de un heredero sucesivamente, se producía una


substitución, que podía ser de cuatro tipos:

- Substitución vulgar: El testador nombraba a un segundo heredero para que substituyera al


heredero principal, si no podía o no quería ser heredero (774 CC)
- Substitución pupilar: El testador nombraba a un heredero de su descendiente, para que en
el caso en que muriese antes de llegar a la pubertad, se evitase la herencia intestada del
descendiente (775 CC). Sólo podía realizarlo el pater familias que ejercía la patria potestad.
La substitución desaparecía si el impúber alcanzaba la pubertad.
- Substitución cuasi pupilar o ejemplar: La misma que la pupilar, solo que Justinianeo la
adaptó para descendientes locos o subnormales (776 CC).
- Substitución fideicomisaria: Esta substitución abría la posibilidad de establecer un
fideicomiso por el cual el primer instituido heredero debía conservar la herencia para
posteriormente transmitirla, a su muerte, a un segundo heredero instituido.

Además de instituciones de herederos, el testamento podía contener disposiciones como


legados, fideicomisos, manumisiones (statuliber: esclavo sometido a condición en testamento para su
manumisión) o la institución de tutores.

El testamento descansa sobre la voluntad del testador, sin embargo cuando se ejecuta, el
testador está muerto, por eso es preciso interpretarlo. Siempre prevalecía la voluntad del testador sobre
las palabras empleadas, y se procuraba mantener la validez de las disposiciones testamentarias.

La herencia tenía que dividirse (a efectos de cuenta) en doceavas partes, unciae, para que fuera
válido, pero el testador podía equivocarse y poner más o menos (error jurídico). Aun así, se intentaba
respetar la voluntad del testador lo más fiel posible (simulando como hubiera sido de haber tenido un
conocimiento correcto de la realidad).

En el caso de la institutio ex re certa o excepta re certa, según la jurisprudencia clásica alta, si el


heredero era único, se consideraba como heredero universal, y si eran varios los coherederos, se
consideraba que todos eran herederos universales a partes iguales.

Ya en la última etapa clásica, se determinó que si la institutio ex re certa, al asignar cosas ciertas
de la herencia a coherederos únicos, la agotaban al entregarlas, no se debía dar en partición más que lo
que el testador decía. Las deudas serían paliadas a medias por los coherederos. En caso de no agotarse,
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se repartiría el patrimonio asignado, además del resto de la herencia como universitas. Se consideraba
heredero y legatario, al mismo tiempo que la cosa cierta como legado per praeceptionem (prelegado). En
Derecho justinianeo, si había herederos con cuotas proporcionales, y herederos ex rebus certis, se
consideraba a los primeros como herederos y los segundos como legatarios.

Sin embargo, cuando un testamento adolecía de un defecto grave que le privaba de valor, era un
testamento inválido. La invalidez podía ser inicial (desde el primer momento no tuvo validez,
testamentum iniustum); o sobrevenida (el testamento era válido hasta que ocurre algo que lo
transforma en inválido):

- Por pérdida de la testamentifactio activa del testador (testamentum irritum)


- Aparición de un suus que no lo era en el momento de testar y no aparecía instituido ni
desheredado (testamentum ruptum).
- Por revocación por medio de un testamento posterior, y aunque éste perdiera su validez, no
revivía al anterior.

Además también podía ocurrir que un testamento válido quedara sin efecto por falta de
herederos (Testamentum desertum o destitutum):

- Por premoriencia de los herederos (al testador).


- Por pérdida de la capacidad para adquirir por testamento (de los herederos).
- Por repudiación (en el caso de herederos voluntarios).

9. Los legados

Un legado es una disposición testamentaria sobre bienes o derechos singulares impuesta al


heredero a favor del legatario (858 CC). Sólo se podían ordenar en testamento o en codicilo confirmado
(parte del testamento pues), con las siguientes limitaciones (inspiradas por la idea de evitar la dispersión
del patrimonio familiar y las repudiaciones por excesivos legatarios):

- Lex Furia testamentaria (s II a. C.): Estableció que no se podían adquirir legados superiores a
1000 ases. Cuando se superaban, el heredero podía ejercitar la manus iniectio para reclamar
al legatario el cuádruplo de lo adquirido en exceso. En el caso de parientes hasta sexto grado
y séptimo (hijo de primo segundo del testador) no se aplicaba esta norma.
- Lex Voconia (169 a. C.): En las herencias de los ricos, no podía ningún legatario superar el
valor de la cuota que recibían los herederos.
- Lex Falcidia (40 a. C.): No podía el testador otorgar a los legatarios más de las tres cuartas
partes de la herencia, reservando la cuarta parte para los herederos. Si se superaba, se
reducían los legados hasta dejar la “cuarta” íntegra.

Los tipos de legado en Roma eran el vindicatorio y el damnatorio, además de la forma anómala de la
“partición”. Antiguamente existían el preceptorio (legado de efecto real: el legatario tenía derecho a
exigir la cosa o derecho legado desde la aceptación de la herencia), que pasó a ser vindicatorio; el de
permisión (el testador ordenaba que se siguiera respetando una situación de hecho que favorecía al
legatario) que pasó a ser damnatorio; y el de opción (en Derecho clásico, era un legado de efecto real en
el que el legatario podía elegir un esclavo de la herencia), que en la época justinianea se confundió con el
de objeto “alternativo”.
Resumen de ideas más importantes Díaz-Bautista

El legado vindicatorio era un legado de efecto real. Mediante la fórmula “do lego” se ordenaba, y
cuando el heredero adquiría la herencia, el legatario se hacía propietario del bien o derecho legado y
podía reclamarlo ante cualquier poseedor mediante la acción real “actio reivindicatoria” (882 CC).

El legado damnatorio era un legado de efecto obligacional. Se ordenaba mediante la fórmula


“damnas esto”, y desde que se aceptaba la herencia, el heredero era un deudor del legatario, ya que
quedaba obligado a dar la cosa legada al legatario. El legatario podía reclamar su legado únicamente al
heredero mediante la acción personal “actio ex testamento”(si el heredero se oponía sin razón, crecía al
duplum [doble]).

El legado de partición (de parte alícuota) era una forma anómala de efecto personal, ya que el
testador ordenaba al heredero que le diese al legatario, en lugar de un bien o un derecho singular, una
parte proporcional de la herencia como si fuera un heredero. Mediante las stipulationes partis et pro
parte se hacía posible que el legatario cobrase su parte de la herencia, y asumiese su parte de las deudas
hereditarias (como un heredero).

El objeto de los legados podía tratarse de cosas específicas (se adquiría la cosa legada tal y como la
tenía el testador), cosas genéricas (se legaba cierta cantidad dentro de un género a favor del legatario),
cosas ajenas (el testador ordenaba algo que no le pertenecía; aunque en principio no era válido, en
ciertos casos en que el legado era damnatorio, se aceptó que el heredero estuviera obligado a adquirir el
bien para entregárselo al legatario, y si le fuera imposible, entregar su valor), universitas (el testador
ordenaba un legado sobre un conjunto, as), usufructo (el testador ordenaba el disfrute del legatario
sobre un bien mientras viviese, siendo en todo momento el heredero el propietario), uso o habitación,
operae servorum, etc.

Los legados dependían siempre de la existencia del heredero, es decir, que si el heredero no
adquiría la herencia, no había legado. Existían excepciones:

- Esquiva de legados: Cuando un heredero nombrado en testamento, era también heredero


ab intestato voluntario, y renunciaba la herencia testamentaria para aceptarla por la vía
intestada (con el fin de evitar los legados) se le podía obligar a cumplirlos.
- Substitución vulgar: El substituto de un heredero debía cumplir los legados.
- El Fisco: Cuando el Fisco adquiría una herencia yacente, debía cumplir los legados.
- Acrecimiento cum onere (desde Augusto): Cuando faltaba un coheredero que debía
administrar los legados, al acrecer las cuotas de los demás herederos, también adquirían la
obligación de cumplir con los legatarios.

Mientras la herencia estaba yacente, se producía una situación de expectativa en el legatario,


por lo que si éste moría durante ese espacio de tiempo, se podían producir las siguientes situaciones:

- Legado puro: No estaba sometido a condición ni a término, por lo que el legatario, desde la
muerte del testador, tenía una expectativa clara, y por lo tanto transmisible a sus herederos,
que podían aceptar y reclamar su legado.
- Legado condicional: Estaba sometido a condición, por lo que no se tenía una expectativa
clara hasta que se cumplía. Si el legatario moría antes de cumplirse, no se heredaba, sin
embargo, si moría después se podía transmitir.
- Legado a término (suspensivo): Se regulaba como el legado puro, ya que la llegada del
término era segura.
Resumen de ideas más importantes Díaz-Bautista

Los legados eran siempre voluntarios para el legatario, por lo que para adquirirlos se tenían que
aceptar (se podían repudiar). Mientras que no se tomaba una decisión:

- El legado vindicatorio se quedaba en suspenso. Si se aceptaba, se adquiría con efectos


retroactivos hasta la muerte del testador (ex tunc); si se repudiaba, se entendía que siempre
había pertenecido al heredero.
- El legado damnatorio pertenecía al heredero mientras se deliberaba. La reclamación se
entendía como aceptación, la indiferencia como repudiación.

Si un legado quedaba sin adquirir, pasaba al heredero. Sin embargo, si la cosa había sido legada
conjuntamente, a falta de un legatario, se acrecía a los demás. Si era damnatorio, quedaba para el
heredero directamente.

El heredero estaba obligado a entregar el legado a los legatarios que no podían adquirirlo por sí
mismos. En el caso en que se extralimitasen (lo tomasen sin su permiso) podía ejercitar el interdictum
quod legatorum (Derecho Pretorio).

Finalmente, aunque el testamento y la institución de heredero fueran válidos, el legado podía ser
ineficaz desde el primer momento (nulidad inicial: por incapacidad del legatario, defecto de forma o por
ser objeto imposible, inmoral o ilícito; una vez declarado nulo, no podía convalidarse) o a posteriori
(ineficacia sobrevenida: por revocación del legado por el testador, incapacidad del legatario para adquirir
por testamento, incumplimiento de condición, repudiación, etc.).

10. Los fideicomisos

Los fideicomisos eran encargos de confianza (fides) que una persona (fideicomitente) dejaba a
cargo de otra (fiduciario) que iba a adquirir algo mortis causa, para que beneficiase a un tercero
(fideicomisario) dentro de los límites de su adquisición.

No se requería forma especial para ordenar un fideicomiso (por lo tanto era mucho más flexible
que la institución de heredero y los legados); se podía hacer en testamento, codicilo, etc. Permitían
obtener finalidades que no eran posibles de otra forma, pasando por alto las leyes limitadoras de la
libertad testamentaria.

Al principio, se dejaba a la buena fe la ejecución del fideicomiso por el fiduciario. Más adelante,
los Emperadores (Augusto y Claudio) concedieron acciones para exigir su cumplimiento mediante la
extraordinaria cognitio (proceso llevado por cónsules [Augusto], pretores fideicomisarios [Claudio], y
gobernadores provinciales).

El contenido del fideicomiso podía ser muy amplio, entre los más frecuentes la manumisión
fideicomisaria (se encargaba al fiduciario que manumitiese un esclavo propio o ajeno [se adquiría]), la
substitución vulgar en el fideicomiso (en el caso de que el fideicomisario no podía o no quería adquirir el
fideicomiso, el fiduciario llamaba a otro fideicomisario substituto), la substitución fideicomisaria (se
ordenaba al fiduciario un fideicomiso para que a su muerte [del fiduciario] se entregara al fideicomisario,
dejando la misma orden a éste a su muerte, y así sucesivamente [vinculación de la propiedad]; así
surgieron las tierras en manos muertas), el fideicomiso universal (el fideicomitente ordenaba al
fiduciario heredero un fideicomiso de toda la herencia o de parte alícuota en favor del fideicomisario,
que se hacía válido por medio de las stipulationes partis et pro parte) y el fideicomiso de residuo (el
fideicomitente ordenaba un fideicomiso [herencia] al fiduciario, del cual podía disfrutar hasta su muerte
Resumen de ideas más importantes Díaz-Bautista

[del fiduciario] dentro de los límites de la buena fe [en Derecho justinianeo sólo las tres cuartas partes de
la herencia], y entonces el “resto” se transmitía al fideicomisario).

11. La sucesión forzosa o legitimaria

Se llama sucesión forzosa o legitimaria a la sucesión contra el testamento. Existían herederos


forzosos que debían aparecer en el testamento obligatoriamente, y podían impugnarlo en caso de que
no se respetara sus derechos.

En un primer momento, los herederos forzosos sólo tenían derecho a ser nombrados en el
testamento, para ser instituidos o ser desheredados (sin necesidad de causa), y en caso de no ser
mencionados (preterición) podían impugnar el testamento (legítima formal).

En Derecho civil, eran herederos legitimarios los sui (sui iuris, ab intestato), de modo que cuando
se pretería a alguno de ellos (hijo varón), el testamento era totalmente inválido desde el primer
momento y no convalidable; se abría la sucesión ab intestato y no se aplicaba ninguna de las
disposiciones testamentarias (si se trataba de una hija, nieto o nieta el testamento era válido, sólo se le
otorgaba la parte que le correspondería en la sucesión ab intestato, en concurrencia con los demás sui [si
no habían más sui, se le otorgaba la mitad de la herencia]).

Si se pretería un suus póstumo (nacido tras la muerte del causante) el testamento quedaba sin
efecto (ruptum) y se abría la sucesión intestada. Por eso la lex lunia Vellaea (28 d. C.) permitió
instituirlos o desheredarlos para evitar la ruptura.

El pater familias no podía preterir a los sui, pero sí podía desheredarlos libremente sin
necesidad de excusarse, tanto los sui nacidos como los póstumos.

En Derecho pretorio (bonorum possessio contra tabulas), el Pretor consideró legitimarios a los
liberi (además de los sui, a los emancipados) en los mismos términos que en la bonorum possessio sine
tabulis (ab intestato). El proceso era el mismo que en el Derecho civil, con la diferencia de que si una hija
suae, nieto o emancipado impugnaba el testamento, se rectificaban las instituciones de heredero y se
repartían entre los liberi.

Por lo tanto, los herederos legitimarios, por varias vías, además de estar mencionados en el
testamento debían recibir una porción de la herencia. Esta legítima material vino por dos caminos:

- La herencia pretoria del patrono respecto al liberto (debita portio): Cuando el liberto moría
sin tener hijos de sangre, y nadie había ejercitado la bonorum possessio, el patrono podía
hacerlo para recibir la mitad de la herencia. En el caso de haber hecho el liberto testamento,
el patrono podía reclamar su parte con la actio Fabiana, y de ser por herencia intestada, con
la actio Calvisiana.
- Querella inofficiosi testamenti: Un proceso por el cual los descendientes podían reclamar
contra un testamento inoficioso, en el que el testador los hubiera desheredado sin causa
justificada, o les hubieran dejado una porción muy pequeña (inferior a la cuarta parte). Se
fingía que el testador no estaba en su cabal juicio. Se podía ejercitar durante un plazo de 5
años, pero si el legitimario reconocía en algún momento la validez del testamento, ya no
podía realizar la querella. Se tramitaba ante el tribunal de los centumviri, y más tarde ante
los jueces de la extraordinaria cognitio. Si la querella prosperaba, se rescindía el testamento
y se abría la sucesión ab intestato, respetando las manumisiones y algunos legados.
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Justiniano modificó la sucesión forzosa, imponiendo como legitimarios a los descendientes, los
ascendientes, los hermanos, y a veces al patrono en la herencia del liberto (actualmente son los hijos,
ascendientes y el cónyuge viudo, 807 CC).

Para que la desheredación de legitimarios fuera válida, había que designar a la persona
expresamente y basarse en una de las catorce causas preestablecidas para ello.

El testador debía otorgar en su testamento:

- A los descendientes: Si concurrían hasta cuatro hijos (o estirpes de hijos premuertos), un


tercio de la cuota que les habría correspondido en la sucesión intestada. Si concurrían más
de cuatro hijos, la mitad de la cuota que les hubiera correspondido ab intestato (actualmente
son dos tercios de la herencia, reserva y mejora, 808 CC).
- A los ascendientes: Debía reservar la cuarta parte de la cuota que les hubiera correspondido
ab intestato (809 CC).
- A los hermanos: Excepcionalmente a los hermanos se les reservaba la cuarta parte, cuando
el heredero se designaba como persona indigna (sin derecho a heredar por testamento).
- El patrono: Tenía derecho a un tercio de la herencia del liberto.

Si el testador no instituía herederos a los legitimarios, o los desheredaba sin causa justa, las
instituciones de heredero eran nulas (se mantenían las manumisiones, los legados y los nombramientos
de tutor). Si los instituía, pero les daba una cuota inferior a la que les correspondía, el testamento era
“inoficioso” (a menos que completara la cuota por otra vía [legado, fideicomiso, donación, etc.]) y los
legitimarios podían ejercitar una acción de suplemento de legítima (actio ad supplendam legitimam)
para rectificar el testamento y darle lo que le faltaba hasta completar su cuota, reduciendo
proporcionalmente las demás disposiciones.

Por otro lado, si el testador había hecho disposiciones inter vivos que reducían su patrimonio
hasta dañar la legítima de sus legitimarios, podían ejercitar la querella inofficiosae donationis para
reducir las donaciones hasta dejar la legítima intacta. (En el caso de una hija, la querella inofficiosae
dotis, prometiendo ésta devolver el exceso cuando recobrase la dote).

12. Las donaciones.

La donación (donatio) es un acto inter vivos que realiza una persona (donante) en favor de otra
(donatario). Ésta acepta un lucro definitivo (enriquecimiento del donatario, empobrecimiento del
donante) gratuitamente sin contraprestación alguna a cambio.

El objeto de la donación puede ser muy variado: transmisión de la propiedad, remisión o perdón
de una deuda (condonación), creación de un derecho real a favor del donatario, prestación de algún
servicio etc.

Sin embargo, para que exista una donación es necesario que exista ánimo de liberalidad (que el
donante quiera favorecer al donatario sin recibir nada a cambio), ya que si se busca una contraprestación
se tratará de un negocio oneroso (se admitieron los negocios mixtos en los que una de las partes recibía
mucho menos de lo que entregaba).

Las donaciones son irrevocables, sin embargo en Roma se aceptó la revocabilidad por ingratitud
del donatario y sobrevenida de hijos del donante que no habían nacido en el momento de la donación
Resumen de ideas más importantes Díaz-Bautista

(o que habían aparecido dados por muertos). En Derecho postclásico por ingratitud de los
descendientes. Y ya en el Derecho justinianeo se aceptó la ingratitud y la sobrevenida de hijos (644, 647,
648 CC).

Sin embargo, las donaciones inoficiosas (las que reducían la legítima) podían reducirse o revocar
totalmente por la ejecución de la querella inofficiosae donationis (636 CC). Por otro lado, si una
donación se realizaba ante el temor de una muerte próxima (contemplatio mortis) se revocaba si la
muerte esperada no se producía (donationes mortis causa).

Las atribuciones patrimoniales que se recibían indirectamente (sin llegar a ser heredero,
legatario o fideicomisario) de otra persona a su muerte se llamaban mortis causa capiones (620 CC).

En Roma las donaciones se veían con ojos recelosos, y trataron de limitarlas:

- Ley Cincia (204 a. C.): Se prohibió las donaciones superiores a cierta cuantía, a menos que
fuese entre parientes. Sin embargo, si se realizaba una donación superior, era nula ope
exceptionis (ley imperfecta). Cuando el donatario reclamaba al donante una donación
prometida, el donante podía defenderse con una exceptio legis Cinciae. En el caso de haber
entregado por traditio la res mancipi donada, se podía reivindicar, y cuando el donatario
pusiese una exceptio se podía replicar por medio de la replicatio legis Cinciae.

A partir del cristianismo, la ley Cincia dejó de aplicarse y se favorecieron las donaciones a la
Iglesia y a las instituciones de caridad, y con la llegada de Constantino se estableció un registro especial
(insinuatio) para darles publicidad.

Existía un tipo especial de donación, llamada donación modal (donatio sub modo), en la que el
donante exigía al donatario una carga de valor muy inferior a la ventaja patrimonial de la donación. No
llegaba a ser una condición para recibir la donación, pero sí era una obligación, ya que el donatario se
comprometía al recibirla (aunque no existía ninguna acción para evitar su incumplimiento). En
determinados casos de incumplimiento, se llegó a revocar por ingratitud del donatario. En Derecho
postclásico se consideró un negocio mixto, y el donante podía exigir el cumplimiento de la carga
mediante la actio praescriptis verbis, o revocarla si no se cumplía mediante la actio condicticia.

En asuntos matrimoniales, existieron varios tipos de donaciones:

- Ante nuptias: Donaciones que se hacían los novios antes del matrimonio. Se revocaban si el
matrimonio no se celebraba.
- Propter nuptias (contradote): Donaciones que el marido aportaba al matrimonio en
compensación de la dote en Derecho justinianeo.
- Arras esponsalicias: Donación que el marido hacía al realizar la promesa de matrimonio. Si el
matrimonio no se celebraba por culpa del marido, perdía las arras; si era por culpa de la
mujer, debía devolver la donación aumentada (normalmente el doble).
- Constante matrimonio: Donaciones entre los cónyuges a lo largo del matrimonio. Estaban
totalmente prohibidas y podían ser revocadas en cualquier momento (actualmente se
permiten, 624-625 CC).

Las promesas públicas (pollicitationes) no llegaron a ser consideradas propiamente donaciones,


ya que iban dirigidas a personas indeterminadas (recompensas, obras públicas, etc.). No eran
vinculantes, aunque podían llegar a serlo mediante la actio praescriptis verbis.
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TESTS

1. El Derecho Romano permitía a los herederos de un ciudadano que había muerto en cautiverio, percibir
la herencia como si el testador hubiera muerto antes de ser capturado, se trata de una…

1. Una mentirijilla.

2. Una simulación.

3. Una ficción.

4. Una falsedad.

2. Ticio vendió un fundo a Cayo, pero se reservó el uso y el disfrute sobre el mismo hasta su muerte.
¿Cómo se llama esto?

1. Venta sometida a término suspensivo.

2. Venta con deductio de usufructo.

3. Venta con deductio de la nuda propiedad.

4. Legado de usufructo.

3. Ticio nombró en su testamento a Sempronio como heredero de todo su patrimonio, pero le ordenó
que manumitiese a Estico, esclavo de Ticio. Sempronio lo hizo así, ¿Quién será el patrono de Estico?

1. El Emperador.

2. Sempronio.

3. Ticio.

4. Nadie.

4. “Sea Ticio mi heredero, pero si, dentro de los seis años siguientes a mi muerte, se casa mi sobrina
Julia, dejará de ser heredero Ticio y pasará la herencia a Julia”. ¿Es válida esta institución?

1. Sí, porque la institución de heredero se podía someter a condición.

2. No, porque la institución de heredero no se podía someter a término.

3. Sí, por la regla “nemo pro parte…”

4. No, por la regla “semel heres, semper heres”.

5. El de cuius dispuso en su testamento que su hijo y heredero Mevio transmitiera a los sobrinos que
pudieran nacer de su hermana Claudia, el fundo Tusculano que formaba parte de la herencia. ¿Qué
figura jurídica es esta?

1. Un legado vindicatorio.

2. Un legado damnatorio.

3. Una substitución vulgar.

4. Un fideicomiso.
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6. En la época clásica, Ticio otorga válidamente un testamento nombrando herederos a sus hijos Cayo y
Seya. Posteriormente otorgó un nuevo testamento en el que desheredó a Cayo e instituyó a Seya
solamente. Más tarde, adoptó como hijo a Sempronio. ¿Qué sucederá a la muerte de Ticio?

1. Heredarán Cayo y Seya, porque el segundo testamento es inválido.

2. Lo heredará todo Seya.

3. Se abrirá la sucesión intestada porque el segundo testamento era injusto.

4. Se abrirá la sucesión intestada porque el segundo testamento había quedado roto


“ruptum”.

7. Ticio murió sin testamento en la época clásica y dejó cuatro hijos: Cayo emancipado, y los otros tres:
Mevio, Sempronio y Pluvio que estaban bajo su potestad. Ticio dejó un patrimonio que valía 2000
sestercios. Cayo que tenía un patrimonio que valía 400 sestercios pidió la bonorum possessio y realizó la
colación. ¿Qué valor tendrá la cuota de cada uno de los tres hermanos no emancipados?

1. 500. 2. 600. 3. 250. 4. 400.

8. En Derecho justinianeo se redactó así un testamento: “Sea heredero mi hijo Ticio, que es subnormal, y,
a su muerte, que lo sea Cayo”. Estamos ante una…

1. Substitución quasi-pupilar.

2. Substitución pupilar.

3. Institución inválida, porque el subnormal no podía ser heredero.

4. Substitución vulgar.

9. ¿Qué diferencia hay entre desheredación y preterición?

1. En la desheredación se excluye a cualquier heredero, en la preterición se excluye


expresamente a un legitimario.

2. En la desheredación se excluye expresamente a un legitimario y en la preterición se deja de


mencionar a un no legitimario.

3. En la desheredación se excluye expresamente a un legitimario y en la preterición se deja de


mencionar a un legitimario.

4. En la desheredación se deja de mencionar a un legitimario y en la preterición se excluye


expresamente a un legitimario.

10. Si se hacía una donación mortis causa durante una enfermedad y el donante se curaba. ¿Podía
revocar la donación?

1. No, porque las donaciones son irrevocables.

2. Sí, pero siempre que el donatario fuese un liberto.

3. No, porque entraría dentro de las mortis causa capiones.

4. Sí, porque la donación mortis causa se hacía en previsión de una muerte inminente.
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11. Ticio recibió en testamento de su tío una finca, luego, con arreglo a los principios generales, Ticio
era…

1. Legatario

2. Heredero.

3. Donatario mortis causa.

4. Bonorum possessor secundum tabulas.

12. Ticio recibió en el testamento de su tío la décima parte de la herencia, luego, con arreglo a los
principios generales, Ticio era…

1. Legatario

2. Heredero.

3. Donatario mortis causa.

4. Bonorum possessor secundum tabulas.

13. El esclavo manumitido en testamento era en Roma…

1. Heres suus.

2. Heredero ab intestato.

3. Heredero necesario.

4. Heredero forzoso.

14. Cuando el heredero tenía más deudas respecto al total de su patrimonio que el de cuius respecto al
suyo. ¿Qué podían hacer los acreedores del de cuius?

1. Pedir el beneficio de inventario.

2. Pedir la separatio bonorum.

3. Pedir el beneficium abstinendi.

4. No podía hacer nada.

15. Un heredero voluntario pagó una deuda del de cuius antes de haber aceptado. Más tarde observó
que las deudas hereditarias superaban el activo de la herencia. ¿Qué puede hacer para evitar responder
con sus bienes propios?

1. Acogerse al beneficium inventarii.

2. Repudiar la herencia puesto que es heredero voluntario.

3. Acogerse al beneficium abstinendi.

4. Nada, por haberse comportado como heredero.


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16. Si un heredero voluntario muere después que el causante sabiendo que es heredero y sin haber
aceptado ni repudiado ¿Puede el heres suus de este heredero voluntario aceptar la herencia a la que
estaba llamado su causante? (Regla general)

1. Sí, por el ius adcrescendi.

2. No, por la intransmisibilidad de la delación.

3. Sí, por la sucesión un stirpes.

4. No, por la restitutio in integrum.

17. En tiempos de Justiniano, Ticio y Sempronio eran herederos voluntarios de Cayo. Ticio murió diez
meses después que Cayo sin haber aceptado ni repudiado su herencia pese a que desde el momento de
la muerte del causante sabía que era heredero. Mevio es heredero voluntario de Ticio, ¿Puede Mevio al
aceptar la herencia de Ticio, aceptar también la de Cayo?

1. No, porque la delación era intrasmisible.

2. Sí, por derecho de representación.

3. No, porque la porción de Ticio acrecería a la de Sempronio.

4. Sí, por derecho de transmisión.

18. El testador nombró a Ticio, Cayo y Sempronio como herederos a partes iguales, y a Mevio como
substituto vulgar de Sempronio. Sempronio murió antes que el testador, ¿Cuánto heredarán Ticio y Cayo
que estaban ambos casados y tenían hijos?

1. Un tercio cada uno.

2. Un tercio más un sexto cada uno.

3. Dos tercios cada uno.

4. Nada, por haber quedado el testamento desertum o destitutum.

19. Ticio solicita la exceptio ne praeiudicium fiat hereditatis. ¿Por qué?

1. Porque solicita la delación ab intestato.

2. Porque ha sido demandado por el que dice ser heredero y quiere que lo demuestre.

3. Porque ha sido demandado en un procedimiento en que no se llamó a otros deudores.

4. Porque el heredero lo demandó sin respetar el ius adcrescendi.

20. ¿Cómo reclamaría un hijo emancipado, que había obtenido la bonorum possessio, su parte en la
herencia de su padre, que no hizo testamento, contra los hijos sui que tenían en su poder la totalidad?

1. Mediante el interdicto quorum bonorum.

2. Mediante la hereditatis petitio.

3. Mediante el interdicto quod legatorum.

4. Mediante el Senadoconsulto Juvenciano.


Resumen de ideas más importantes Díaz-Bautista

21. “Nombro heredero a Ticio, y le encargo que a su muerte pase la herencia a Cayo, y a éste le encargo
que a su muerte la pase a Sempronio”, ¿Cómo se llama esto, respecto a Cayo y a Sempronio?

1. Legado de parte alícuota.

2. Substitución fideicomisaria.

3. Substitución vulgar en el fideicomiso.

4. Donación mortis causa.

22. ¿Qué finalidad tenía la lex Falcidia?

1. Que el legatario no viese mermado su legado.

2. Que el heredero o herederos retuviesen al menos el 25% de la herencia.

3. Que el legatario de parte alícuota de una herencia retuviese al menos una cuarta parte de ella.

4. Que el fideicomisario no viese incumplido su encargo al fideicomitente.

23. En la época clásica, un liberto que no tenía descendientes de sangre, pero sí dos hijos adoptados,
hizo testamento en favor de los mismos. Podía el patrono reclamar la bonorum possessio contra
tabulas?

1. No, porque los hijos adoptados son legitimarios también.

2. Sí, con la actio Fabiana.

3. Sí, con la actio Calvisiana.

4. No, porque el patrono había sido preterido en el testamento del liberto.

24. Ticio se casó con Seya en tiempos de Justiniano y le hizo una donación Propter nuptias. Al morir Ticio,
¿Podían sus hermanos de doble vínculos reclamar la donación?

1. Sí, pero sólo si no había descendientes.

2. No, porque esta donación quedaba para mantener a Seya.

3. Sí, porque era una “contradote” y había que devolverla.

4. Sí, porque las donaciones entre cónyuges estaban prohibidas.

25. En la época clásica se realizó una donación prohibida por la ley Cincia y el donante no había llegado a
entregar la cosa donada. En el caso de que el donatario la reclamara, ¿Podía defenderse el donante?

1. Sí, con una replicatio legis Cinciae.

2. No, porque las donaciones son irrevocables.

3. Con una exceptio legis Cinciae.

4. Alegando que el donatario era un pariente próximo.


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26. La actio supplendam legitimam la ejercitaba:

1. El legatario para que se redujese la legítima y se le entregara el legado.

2. El legitimario para que se rectificase el testamento y se completase su cuota.

3. El legitimario para que se redujeran proporcionalmente todas las cuotas hereditarias y todos
recibiesen por igual.

4. El legitimario para que se respetase su legítima en la sucesión ab intestato.

27. Ticio hizo testamento nombrando único heredero a Cayo y encargándole que a su muerte (de Cayo)
pasara la herencia a Mevio, aunque autorizaba a Cayo a gastar de la herencia lo que fuera razonable,
¿Cómo se llama esto?

1. Legado de parte alícuota.

2. Substitución vulgar.

3. Legado a término.

4. Fideicomiso de residuo.

28. Si el heredero vendió la cosa legada en forma damnatoria a un comprador que no sabía la existencia
del legado, ¿Que podía hacer el legatario?

1. Dirigirse contra el comprador con la acción reivindicatoria.

2. Dirigirse contra el heredero con la actio ex testamento.

3. Dirigirse contra el comprador con la actio ex testamento.

4. Dirigirse contra el heredero con la acción reivindicatoria.

29. ¿Qué diferencia hay entre revocar e impugnar un testamento?

1. Revocar sólo pueden los sui e impugnar sólo el testador.

2. Revocar sólo pueden los herederos voluntarios, e impugnar los necesarios.

3. Revocar sólo puede el testador e impugnar sólo los sui.

4. Revocar pueden tanto los herederos voluntarios como los necesarios, impugnar sólo pueden
los necesarios.

30. Ticio, en el siglo III a. C. nombró heredero a Cayo ante el ejército reunido para comenzar una batalla,
¿Cómo se llama esto?

1. Testamento abierto.

2. Testamentum calatis comitiis.

3. Testamentum militis.

4. Testamentum in procinctu.

Soluciones: 1.3; 2.4; 3.2; 4.4; 5.4; 6.4; 7.2; 8.1; 9.3; 10.4; 11.2; 12.1; 13.3; 14.2; 15.4; 16.2; 17.4; 18.1;
19.2; 20.1; 21.2; 22.2; 23.2; 24.2; 25.3; 26.2; 27.4; 28.2; 29.3; 30.4.

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